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DOMINGO AGUILERA JIMÉNEZ

  PERURIMA REKOVEKUE, 2010 (AVENTURAS DE PERURIMA) - Recopilación MIGUELANGEL MEZA y DOMINGO ADOLFO AGUILERA - Versión al español CARLOS VILLAGRA MARSAL y DOMINGO ADOLFO AGUILERA


PERURIMA REKOVEKUE, 2010 (AVENTURAS DE PERURIMA) - Recopilación MIGUELANGEL MEZA y DOMINGO ADOLFO AGUILERA - Versión al español CARLOS VILLAGRA MARSAL y DOMINGO ADOLFO AGUILERA

PERURIMA REKOVEKUE

(AVENTURAS DE PERURIMA)

GUARANÍ - ESPAÑOL

Recopilación

MIGUELANGEL MEZA y DOMINGO ADOLFO AGUILERA

Versión al español

CARLOS VILLAGRA MARSAL y DOMINGO ADOLFO AGUILERA

Prólogo : DOMINGO ADOLFO AGUILERA

COLECCIÓN CULTURA POPULAR Nº 4

Dirigida por Carlos Villagra Marsal

©  DIARIO POPULAR. Avda. Mcal. López 2948,

Asunción, Paraguay

Telefax: 603 400 R.A. redaccion@mm.com.py

© FELICIANO ACOSTA, DOMINGO ADOLFO AGUILERA, CARLOS VILLAGRA MARSAL

© Editorial SERVILIBRO

Dirección Editorial: Vidalia Sánchez

Diseño de tapa: Mirta Roa Mascheroni

Diagramación: Gilberto Riveros Arce

Edición al cuidado de DAA y CVM

Hecho el depósito que marca la Ley N° 1328/98

Asunción, del Paraguay, julio de 2010

Tirada de 10.000 ejemplares

 

 

PERURIMA REKOVEKUE

(AVENTURAS DE PERURIMÁ)

 

 

ÍNDICE

•        Comparecencia

•        Prólogo: Perurimá: Una historia de ocultamientos. Supervivencia e identidad en el Paraguay

 

AVENTURAS DE PERURIMÁ

 

1.      Perurima ome'ẽ ramo guare pa'ípe ikaldorã

1.      De cuando Perurimá se ofreció a darle un buen caldo al cura

2.      Perurima ipya'eve ramo guare Espíritu Sántogui

2.      De cuando Perurimá fue más veloz que el Espíritu Santo

3.      Perurimáme ohodese ramo guare mokõi pa'i

3.      De cuando dos curas quisieron burlarse de Perurimá

4.      Japepo paje rehegua

4.      De la olla mágica

5.      Perurimáme ohapy ramo guare tembi'u aku

5.      De cuando Perurimá se quemó al probar una comida caliente

6.      Perurima ombotavy ramo guare Añáme

6.      De cuando Perurimá confundió al mismísimo Diablo

7.      Perurima isy mano ramo guare

7.      De cuando murió la madre de Perurimá

8.      Perurima hymba vúrro pajérõ guare

8.      De cuando el burro de Perurimá tuvo magia

9.      Mbohapy porandu rehegua

9.      De las tres preguntas

10.    Mbohapy óro akytã rehegua

10.    De los tres botones de oro

11.    Perurima ojoko ramo guare tápia

11.    De cuando Perurimá atajó una tapia

12.    Perurima opoi ramo guare ita paje

12.    De cuando Perurimá arrojó una piedra mágica

13.    Perurima oiko ramo guare kure rerekuárõ

13.    De cuando Perurimá cuidó una piara de cerdos

14.    Perurima omyenyhẽ ramo guare peteĩ mba'yruguasu japúgui

14.    De cuando Perurimá llenó de mentiras un gran recipiente

15.    Perurima oiko ramo guare partéra ramo

15.    De cuando Perurimá ofició de partera

16.    Perurima ombopuka ramo guare kavaju

16.    De cuando Perurimá hizo reír a un caballo

17.    Perurima oho ramo guare sandia'úvo

17.    De cuando Perurimá fue a comer sandías

18.    Perurima oho ramo guare omba' evendévo

18.    De cuando Perurimá salió a vender su cosecha

19.    Perurima ovende ramo guaye yryvu paje

19.    De cuando Perú vendió un urubú mágico

20.    Perurima ojepoíta ramo guare ýpe

20.    De cuando a Perurimá iban a arrojarle a las aguas

21.    Perurima oñemohymba heta ramo guare

21.    De cuando Perurimá se hizo de mucho ganado

 

 

COMPARECENCIA

Es sabido que para preciarse de constituir una nación, toda comunidad de hombres y mujeres, pobladores de un mismo país, necesita compartir un conjunto de realidades físicas y espirituales: un territorio, una tradición, una lengua, un gobierno, una historia; en consecuencia, va formándose a lo largo de las generaciones la llamada identidad nacional, lo cual equivale a un temperamento, a un carácter personal y colectivo a la vez, que se manifiesta en cada individuo median-te un modo similar de sentir la patria y el resto de nuestra América y el mundo, así como también en una manera parecida de alegrarse o entristecerse, de amar o destruir, de convencerse o ignorar, de entretenerse o aburrirse, de ser aplicado u ocioso... En suma, que los paraguayos poseemos una cosmovisión propia, siendo por otra parte idéntica nuestra condición, naturalmente, a la de los demás seres humanos.

Un componente incisivo de la identidad nacional es aquello que en general se denomina cultura popular, que se da a conocer en conductas y expresiones (sean estas últimas anónimas o de creador conocido, orales o escritas), tales como adivinanzas, costumbres, letras de canción, leyendas, creencias, magias, refranes, músicas, protocolos, canciones de cuna, mitos, y en nuestro país agüerías, casos (cuentos orales), compuestos (versos romancísticos) y otras estructuras verbales en guaraní y/o en español.

Y bien, esta COLECCIÓN CULTURA POPULAR, que tengo la honra y la responsabilidad de dirigir, tiene el propósito de di fundir ampliamente, con seriedad no exenta de vehemencia, las muestras más señeras de este caudal popular, doblemente enriquecido por la condición bilingüe de nuestra sociedad; al respecto, hemos decidido publicar  en guaraní y en versión española, los textos respectivos de todos los volúmenes de la Colección.

Demás está decir que estos libros -al igual que cualquier experiencia literaria- están dirigidos a todos los hombres y mujeres, sin distinción de edad, estado civil u oficio, e incluso a aquellos que no tienen mucho hábito de lectura, ya que procuramos que nuestras publicaciones sean interesantes en sí mismas.

Deseo señalar además que, a mi sincero entender, los textos de la COLECCIÓN CULTURA POPULAR adquieren un doble valor agregado, en particular los que se ocupan de la condición bilingüe de la cultura nacional: en primer término, dichos libros alcanzan un valor eminentemente pedagógico, porque ayudarán a los escolares y colegiantes a enriquecer el conocimiento, y por tanto la admiración y la devoción, hacia la excelencia del idioma guaraní, "...lengua que   sin controversia es una de las más copiosas y elegantes que reconoce el orbe", según ya lo afirmó el P. Lozano, jesuita, en 1754. Este respeto y cariño por nuestra lengua materna amerindia tendrá sin duda un efecto más intenso en los lectores adultos y pequeños: el del afianzamiento de la identidad paraguaya, uno de cuyos pilares es justamente el guaraní.

Carlos Villagra Marsal

última altura, abril de 2010

 

 

 

 

PRÓLOGO

 

PERURIMÁ: UNA HISTORIA DE OCULTAMIENTOS.

SUPERVIVENCIA E IDENTIDAD EN EL PARAGUAY

 

         Perurimá, Pedro o Perú. No importa: su perfil de desalmado pícaro podría agotar los sinónimos de embustero en todos los diccionarios de la lengua, y más; la simple mención de su nombre puede sugerir innumerables connotaciones en el imaginario paraguayo. Incluso su nombre ha entrado en algunos proverbios guaraníes, como aquel que dice Léste íjapu, Perurima ohógui raka'e upe gotyo ("El viento Este miente, porque Perurimá se marchó hacia ese punto cardinal").

         Cuando se trata de sobrevivir, Perurimá no duda en engañar, sabotear, fornicar, condenar a la muerte sin ningún escrúpulo, aun a su propio hermano o al Rey, símbolo éste del ávido poder económico, o del poder político represor, o de ambos, así como las otras víctimas de sus engaños son curas, representantes de un codicioso poder clerical. Indudablemente, casi todos los paraguayos estaríamos en contra de la conducta de Perurimá: unos lo condenaríamos por grosero y ruin, otros, por inescrupuloso y cobarde, o quizás muchos lo tendríamos por héroe de los pobres, o como político capaz, o sencillamente como personaje gracioso y pintoresco. En lo que coincidiríamos unánimemente es en que Perurimá es auténticamente paraguayo, como la mandioca o el tereré. Pues habla nuestra lengua, es un campesino, come nuestra comida, se viste como nosotros, comparte todos nuestros gustos, fobias y modales. Pero, ¡cuidado!, Perurimá puede estar engañándonos.

         Y, efectivamente, parece que nos ha embromado desde un principio. Expondremos a los lectores de esta COLECCIÓN DE CULTURA POPULAR algunos hechos realmente sorprendentes sobre el Perurímá nacional. Para empezar, el nombre original de nuestro personaje no es guaraní, sino español, Pedro de Urdemalas, tan antiguo que ya se lo mencionaba en un documento aragonés del siglo XII.

         En la literatura, Pedro de Urdemalas es uno de los paradigmas de la picaresca española, sobre todo en la dramaturgia del Siglo Áureo. De entre todos los autores de esta época, quien le ha puesto en escena es Miguel de Cervantes, en la comedia Pedro de Urdemalas (1615). Es muy importante el carácter que le imprime el autor del Quijote: el Pedro de Urdemalas de Cervantes comparte la misma idiosincrasia de nuestro Perurimá; se burla del Rey y la Reina, se disfraza unas ocho veces en el curso de la obra (hasta se vuelve gitano), cambia dos veces de nombre; también roba, se pelea, va a la cárcel, es gastador, bebedor, mujeriego y jugador.

         Por otra parte, el personaje no solo ha inspirado obras literarias, sino que ha entrado en los diccionarios españoles, en los cuales se lo menciona en varias entradas. De los 66 diccionarios publicados hasta hoy, por lexicógrafos particulares primero, y por la Real Academia Española después, desde 1595 hasta 2001, en 44 de ellos se lo menciona a Pedro, en un total de 420 veces.

         Durante la conquista y colonización españolas en América, el personaje arribó a estas tierras en el imaginario de los recién llegados, y no tardó en ganar gran fama entre los amerindios (hay recopilaciones antiguas de cuentos indígenas del Perú donde las travesuras de Pedro entran a formar parte del universo aborigen), e igualmente entre criollos, mestizos e inmigrantes posteriores, hasta hoy día. En Latinoamérica y España se lo conoce por varios apelativos. Al respecto, hemos podido contabilizar veinticinco nombres, dados a Perurimá en la mayoría de los países latinoamericanos y en España. En Argentina le dicen Pedro Ordimán o Pedro Urdimal; en Bolivia Pedro Urdemalis; en el Brasil Pedro Malasartes o Pedro Malazarte; en Chile Pedro Undemales, Pedro Undimales, Pedro Mal Urde, Pedro Malas Artes, Pedro Urdimalis, Pedro Urdimale, Pedro Ulimán, Pedro Ulimali, Pedro de Urdemales, Pedro Undimale, Pedro Urdemales; en España Pedro de Urdemalas, Juanito Malastrampas, Pedro el de Malas; en Guatemala Pedro Animal; en Honduras Pedro Urdimales; en México Pedro Animales; en Paraguay Perurimá, Perú; en Perú Pedro de Urdmarís; en Venezuela Pedro Rimales. También es conocido en Alemania y los Países Bajos, donde le dicen Till Eulenspiegel, igualmente, se lo conoce en lengua Zulú, en Sudáfrica. Así es que en definitiva nuestro Perurimá, de quien no dudaríamos que sea un paraguayo "puro", es realmente un personaje plurinacional, pero que, una vez asentado entre nosotros, adoptó nuestro modo de ser o el ñande reko.

         Para quienes creen que Perurimá, o cualquiera de los nombres que lleve, es un campesino que sólo divierte a gente sin mucha ilustración, hay más noticias sorprendentes acerca de él: Pedro de Urdemalas ha inspirado muchas obras de arte, aparte de las literarias. En la música, por ejemplo, ha motivado composiciones como la de Richard Strauss, Las divertidas travesuras de Till Euienspiegel (1895), o la de la compositora chilena Violeta Parra, Pedro Urdemales (1965). Pedro ha influido asimismo el séptimo arte: el actor y director brasileño Amácio Mazzaropi realizó una película en 1960, As aventuras de Pedro Malasartes. Hay más; en el siglo XXI, Pedro de Urdemalas está plenamente en Internet, en los sitios Facebook, en Windows Live y Youtube. Nos resta decir, entonces, que hay Perurimá para rato; personas de todas las edades y culturas pueden conocerlo y apreciarlo actualmente.

 

         SOBRE LOS RELATOS AQUÍ REUNIDOS

 

         Los cuentos de Perurimá que presentamos en este cuarto Volumen de la COLECCIÓN CULTURA POPULAR fueron elegidos de dos recopilaciones, publicadas en los últimos años: Perurima rapykuere (2007), de Miguelángel Meza, y Mombe'upyre mombe'ypyrâ (2001), de quien escribe estas líneas*. Los relatos han sido recopilados de hablantes monolingües en guaraní, casi la totalidad campesinos sin mayor educación formal, y generalmente adultos mayores. Los cuentos, transmitidos oralmente, por supuesto han sido transcritos con absoluta fidelidad, lo cual equivale a afirmar que, además de su autenticidad, son estructuras verbales que siguen vivas en la memoria colectiva paraguaya. Por ende, el Perurimá que actúa en las siguientes páginas es el auténtico personaje popular que trajina de boca en boca en nuestro ámbito urbano o suburbano, vale decir, que en este libro se lo conoce de primera fuente y de cuerpo entero, sin convertirlo en ornamento o caricatura.

         Observará el lector que nuestro Perurimá, cuyos dichos y acciones obedecen, en general, al estereotipo fijado en la picaresca española, algunas veces se aparta de dicho modelo: verbi gracia, en unos cuentos él no es el embromador sino el burlado (número 18, De cuando Perurimá salió a vender su cosecha) en otros, no es el desenfadado y descreído que engaña a sacerdotes, sino un astuto defensor de la Sagrada Familia, que despista y engaña al propio Satanás (número 6. 18. De cuando Perurimá confundió al mismísimo Diablo).

         Señalemos, además, que, con el objeto de que la secuencia de los cuentos aquí antologados tenga un desenlace, hemos colocado al final del libro los relatos del acabamiento de su propio hermano (número 20, De cuando a Perurimá iban a arrojarle a las aguas), y el del mismo Rey (número 21, De cuando Perurimá se hizo de mucho ganado).

 

         Domingo Adolfo Aguilera

         Asunción, junio de 2010

 

 

 

PERURIMA REKOVEKUE

 

 

         1. PERURIMA OME'ẽ RAMO GUARE PA'ÍPE IKALDORÃ

 

         Ohóje Perurima pa'i rendápe, ha he'i chupe:

         - Oje'évango nderehe la mavave nandehodeivaha, ha che rohodéne.

         - Ndachehodéi chéne.

         - Iporã upéicharõ, ndorohode mo'ãi, aháma -he'i chupe Perurima.

         - Anína reho gueteri -he'i chupe pa'i-, jahami chendive peteĩ hasyvahápe.

         Ha oho hikuái. Upéi la pa'i pya'eterei oguata ha itenonde Peru rehe. Opyta ha'e tapykuépe. Opyta oha'arõ chupe hína. Ha omaña ijerére Peru, ha ohecha mombyrymi peteĩ vaka rekaka pyahu tuicháva oĩ hína péicha la tape yképe. Oho Peru omoĩ hi'ári isombréro, ha oheja upépe. Oha'arõ ha'e la pa'ípe hína. Upéi oguahẽ oúvo la pa'i ha he'i chupe:

         - Mba'ére piko repyta?

         - Chekane'õitereíma, pa'i -he'i chupe Peru-, hetaitereíngo amuña peteĩ ynambu'i, ha hasýpe karia'y aju ajagarra. Nda'ápe amoĩ hi'ári che sombréro kuri.

         - Moõpa oime la che kaldo'irã -he'i pa'i-, ojaivy ha oipe'ávo la sombréro oñeprende haguã la iguypeguáre, iposuru la "iñynambu'i", vaka rekaka pyahu, hũ verávape.

 

 

 

AVENTURAS DE PERURIMÁ

 

         1. DE CUANDO PERURIMÁ SE OFRECIÓ A DARLE UN BUEN CALDO AL CURA

 

         Cuentan que fue Perurimá a casa del cura, y le dijo:

         - Se dice por ahí que nadie puede engañarte. Pero yo he de hacerlo.

         - No creo que puedas.

         - Muy bien entonces, no te engañaré. Ya me voy -dijo Perurimá.

         - No te vayas todavía -le replicó el sacerdote-, acompáñame por favor a lo de un enfermo.

         Y se fueron. El cura comenzó a caminar rápidamente, adelantándose a Perú, quien quedó así muy atrás, tanto que se detuvo a esperar que regresara. Perú, mirando alrededor, vio a cierta distancia una enorme bosta de vaca reciente, a un costado del camino; fue y puso su sombrero sobre la bosta, dejándolo ahí, en espera del cura. Más tarde vino llegando el sacerdote y dijo:

         - ¿Por qué te quedaste?

         - Estaba demasiado cansado, Pa'i -contestó Perú- porque perseguí tenazmente a una perdiz chica, hasta que con gran dificultad conseguí atraparla, y aquí la tengo bajo mi sombrero.

         - Mira dónde vine a encontrar aquello de lo cual haré mi caldillo -dijo el cura, se agachó, levantó el sombrero y, al meter la mano en lo que estaba debajo, se embadurnó en la "perdicita", o sea, en la negra bosta, fresca y reluciente.

 

 

 

18. PERURIMA OHO RAMO GUARE OMBA'EVENDÉVO

 

Peteĩ ko'ẽmejeko Perurima ogueraha karréta renyhẽ andai távape, ha Sonsorima, ityvýra, oke ohóvo karrétape andai ári. Oguahẽ távape, ha osẽ peteĩ karai ha oporandu chupe:

-Mba'éiko peru.

-Ha iporãmínte hína, che ru -ombohovái Perurima.

-¡Haa sónso! -he'i upémaro upe karai.

-Ha na'ápe oke ohóvo -he'i Peru.

-¡Haa vyro katu! -he'i ñembohory vai pe karai.

-Ha oiméko opyta ógape oñangareko kurére.

Ha upéichaje ohoha rupive oñeporandu chupe, ha ha'e ontende vai, ha nome'ẽi ni peteĩ andai. Kueráiguije ombojere karréta ha oho jey hógape. He'i isype:

-Ñandekuaaha memete oĩ távape, ha ndaikatúi avende che andai.

Dicen que don Choré se había olvidado de su arma y se fue hacia donde estaba Sonsorimá. Con desesperación, salió del sembrado y, al pasar afuera, Son-so creyó que era Perú, que venía huyendo, y saltó a lomos de don Choré. Se asustó aún más el dueño de la chacra. Con gran estruendo atravesaron el malezal, y a causa de todo aquello enloqueció don Choré.

 

 

18. DE CUANDO PERURIMÁ SALIÓ A VENDER SU COSECHA

 

Cuentan que un día Perurimá vino al pueblo con una carreta llena de calabazas, mientras Sonsorimá, su hermano menor, iba durmiendo en la carreta sobre los zapallos. Llegando al poblado, salió un señor anciano y les dijo:

-¿Qué traen, Perú?*

-Y andamos bien, padrecito -contestó Perú.

-¡Ah, sonso! -dijo entonces el señor.

-Aquí viene conmigo, durmiendo dijo Perú.

-¡Pero mira que eres tonto! dijo en son de mofa el señor.

-Pues él quedó allí en casa, cuidando a los chanchos*.

Y se dice que así, por donde iban yendo, le hacían las mismas preguntas, pero él las mal entendía, de modo que no llegó a vender una sola calabaza. Y se dice que, fastidiado, giró en redondo la carreta y regresó a su casa, diciéndole a su madre:

-Todos en el pueblo conocen de sobra quiénes somos, de modo que no pude despachar las calabazas.

 

*          Nota de los traductores: Juego de palabras intraducible, pues Perú, además de ser apócope del nombre propio Perurimá, también significa en guaraní "ustedes traen", de modo que la frase mba'éiko peru significa tanto “cómo te va, Perú” o “qué traen ustedes”.

 

 

19. PERURIMA OVENDE RAMO GUARE YRYVU PAJE

 

Peteĩ pyharevépeje Perurima oguapy okay'uhína hóga guype, upeichahágui ohecha ohasárõ karai Uta, ha oñe'ẽmondo chupe:

-Moópa rehomi, karai Uta.

-Aháko aína távape, ajogua haguã hi'upyrã. Ko' ẽambuérõ che rajy menda hápe guará –he’i karai Uta.

-Rejukuévona eguahẽmi, oiméko ahechaukase ndéve peteĩ mba'e -he'i Peru.

-Ha iporãite -he'i karai Uta ha ohasa.

 

Upéi oukuévo karai Uta oguahẽ Perurima rógape.

Peru oguenohẽ ikotygui peteĩ yryvu ha he'i:

-Reikuaápa, karai Uta: amboguejymi ningo ko yryvu paje hasypeve. Hetaiterei ningo aikomi hapykuéri ha kóva ningo upe aikuaave'ẽséva ndéve hína.

-Añete mba'éiko ere, Peru -he'i karai Uta ha oma'ẽ porã yryvúre-. Kóvango ha'ete yryvu oimehaichaguánte.

-O. Eju ko'ápe tahechauka ndéve nahaniriha. Kóva ko yryvúko tuicha imba'ekuaa, eporandu chupe reikuaaséva ha ha'e oikuaaukáta ndéve -he'i Peru ha ogueraha karai Utápe, okára ijyvyku'i porãvehápe.

-Oñe'ẽ mba'éiko -oporandu karai Uta.

-Nahániri. Tahechauka ndéve mba'éichapa. Ma'ẽ. Reikuaase mba'érõ osẽ porãtapa nde rajy mendaha pegua vy'a, eporandúnte va'erã ko yryvúpe. Perurima ohai peteĩ apu'a ipysã guasúpe, ha amboguejy mboyve upépe he'i:

-Okirirĩnterõ la yryvu, upéicharo osẽ vaíta opa mba'e. Oĩta pochy ha ñorairõ. Hakatu amboguejyre ojerokýrõ, upéicharo iporãmbaitéta.

Omokyre'ỹ_karai Utápe

 -Aikuaase, Peru, ejapomína.

 

Peru oporandu ijyryvúpe:

-Mba'etekótaiko hína karai Uta rajy mendahapegua vy'a -he'ívo upéicha Perurima, omboguejy pe ohai hague opu'a mbytépe, ha oñepyrũ yryvu tuja ojeroky.

Nimbora'e oho aja távape omba'ejoguávo karai Uta, ombojepota ra'e tatapyĩ kurupa'y, ha ojepotapa porã jave, ojo'o Perurima ra'e okára yvyku'i ha omyasái upépe umi tatapyĩ resa, ha upégui oñuã jey yvyku'ípe, ha upepete ohai apu'a ra'e ipysã guasúpe. Ojerokyta mante voi ra'e opáichante yryvu, hakúgui chupe yvy. Oñemondyi karai Uta ha ovy'a ave.

-Eme'ẽna chéve, Peru, mbovyiko rejerure hese.

-Hepymíko che ajerure hese -he'i Peru ha oma'ẽ yvate. Karai Uta katu opo'ẽma ivorsikérape:

-Na'ãpe, Peru, aguerekomíva ame'ẽmbaitéta ndéve. Eme'ẽna chéve nde yryvu, che irũ.

-Virúreko na'iporãi ñañemoi he'i Perurima ha ipojái upe ombohasáva chupére.

Oho karai Uta, vy'apópe, ijyryvu reheve.

Uperiremi oguahẽ oúvo Vyrorima ha oporandu:

-Moõ jeymaiko rejuhu umi virueta.

-Ha karai Uta ningo ome'ẽ chéve peteĩ yryvu rehe, ha mba'e piko ajapóta, oipotaiterei ningo, ame'ẽ mante chupe, mba'erámbo ha'e oipotaite yryvu.

 

Oho Vyrorima he'i'ỹre mba'eve Perurimáme, ogueraha hymba vaka ñu mbytépe (vaka kyra guasu peteĩmi oguerekóva), ha he'i ipy'apype: “Perúpe ome'ẽrõ heta viru peteĩ yryvúre ningo, chéve hetaitereive ome'ẽta heta yryvúre”. Ojukájeko Vyrorima hymba vaka ñu mbytépe, ha oho omosarambipa kuarahyre ha oheja upépe ituju haguã. Mokõi ko'ẽ rire oho ohecha ha ojuhu ko yryvu miéma ijaty upe hymba vaka re'õnguére. Peteĩ inimbo poguasu porã ipópe, oñemonde rire ao hũme, oñembyapu'a ha oike yryvukuéra apytépe, mbegue katuete. Ndaha'éi voi ra'e ivyroitéva mitã Vyrorima. Oikupy apytĩmbaitéjeko umi yryvukuérape oĩ haguéicha, ojuehepa, ha upe hembymíva chupe inimbo apyra oipyhy, ojokua upe vaka re'óngue rumbykuére, ha oho oipuru peteĩ karréta. Omyenyhẽjeko upe karréta 84 yryvúgui, ha ojeity hesevekuéra karai Uta róga gotyo. Upe karai rógape ikyráma hína ra'e la teju. Oiko karu guasu. Vy'a ha jeroky guasu. Osẽ óga jára ojokoyka purahéi ha he'i:

 

-Tapichakuéra peiméva, kuòa ha kuimba'e, aguereko peteĩ yryvu paje ahechaukaséva peẽme.

-¡Jahechamína, enohémína! -he'i joa hikuái.

Oguenohẽ karai Uta ijyryvu ojehechauka haguã heseve ha he'i:

 

-Kóva ko yryvuichagua ndaipóri avave oguereko va'erã -ha ohai mesa ári peteĩ apu'a guasu.

-Peporandu chupe pe peporanduséva ha, amboguejyvo ko ahai hague mbytépe opytánterõ hína peteĩ hendápe, upéicharo na'añetéi upe oñeporandúva chupe, nda'upéichai terã noiporãi. Ha katu amboguejyvo ojerokýrõ, upéicharõ oĩ porámbaite.

Osé he'i pe itajyra ména pyahu:

-Taporandu che raẽ chupe.

-Eporandu katu -he'i karai Uta.

-Che rembirekópa cherayhúta chéve añoite ko yvy apére –oporandu  péicha, oikuaágui, isy ha itúva jurúgui, upe hembireko ndoikói gueteriha mavavéa kuimba'e ndie.

Karai Utáre oñema'é joa, ha'e omboguejy ijyryvu, jehai apu'a mbytépe, ha ndoikói mba'eve. Ndojerokyi. Oñemañamba ménare, tembirekóre, karai Uta ha kuñakaraíre, ha ko'ãva hova pytãmba.

Karai Uta osẽ he'i:

-¡Peha'arõ, peha'arõ! Tahechauka mba'éichapa ñaporandu va'erã chupe -he'ívo péicha, ohupi jey ijyryvu. Karai Uta oporandu yryvúpe:

-Iporãmbátanteiko hína ko vy'aguasu oikóva - he'i ha omboguejy mesa ári yryvu.

Oñemoi hova puku guasúnte hína yryvu tuja, ha ndojerokyi. Upévo, amo aty guío oñemoĩ peteĩ opuka, ambue ombohovái chupe ijypype, ha hapykuéri oĩva guivéma opukapa. Upe jave oguahẽ oúvo, karréta reheve, Vyrorima. Oikuave'ẽ yryvukuéra karai Utá-pe:

-Mba' éichapa, karai Uta. Arúngo ndéve 84 yryvu ha...

Vyrorimáme oñe'ẽ joko karai Uta peteĩ tova jejoso reheve, ha ohenói hembijokuaikuérape ha hetaiterei ombyepotiuka Vyrorimáme.

 

 

19. DE CUANDO PERÚ VENDIÓ UN URUBÚ MÁGICO

 

Cuentan que una mañana Perurimá estaba mateando, sentado bajo el alero de su casa, cuando de pronto vio que pasaba el señor Utá**, y le habló en voz alta:

-¿Podrías decirme adónde vas, don Utá?

-Estoy yéndome al pueblo, a comprar comida, para el casorio de mi hija, pasado mañana -dijo don Utá.

-Al regreso, hazme el favor de quedarte un rato, porque tengo algo que mostrarte dijo Perú.

-Está muy bien dijo el señor Utá y siguió yéndose.

Al regresar, pues, don Utá se detuvo en la casa de Perurimá. Éste sacó de su habitación un buitre y dijo:

-Sabes, señor Utá: por fin pude atrapar a este urubú mágico, con gran dificultad. Me dio harto trabajo agarrarlo, y ahora me permito ofrecértelo.

-¿Será verdad lo que dices, Perú? -dijo el señor Utá, observando bien al pájaro-. Este no parece ser sino un urubú común, como cualquier otro.

-No. Acércate y te mostraré que no es así. Este buitre es sumamente ilustrado: pregúntale lo que quieras y él te lo hará saber -dijo Perú y lo llevó a don Utá a un lugar del patio, donde la arena era más fina.

-¿Acaso habla? -preguntó el señor Utá.

-No, no. Te enseñaré cómo practica su magia.

Mira: si acaso quieres saber si el matrimonio de tu hija será un éxito, no tienes sino que preguntarle a este buitre-. Perurimá dibujó entonces, con el dedo gordo del pie, un redondel en la arena, y antes de bajar allí al ave, sentenció:

-Si el buitre se nos queda callado y quieto, todo saldrá mal. Habrá cólera y peleas. Si, por el contrario, al bajarlo se pone a bailar, todo saldrá perfecto. Esto entusiasmó a don Utá:

-Quiero saberlo, Perú, hazlo, por favor. Perú le preguntó a su buitre:

-¿Cómo saldrá la fiesta de bodas de la hija de don Utá? -y al decirlo, colocó al pájaro en el centro del círculo: el viejo buitre se puso a saltar vivamente en una y otra pata, aleteando al mismo tiempo, como si estuviera dando rápidos gestos y pasos de baile.

Había sido que, mientras don Utá iba al pueblo de compras, Perú prendió unos carbones que había hecho antes de la más dura madera de kurupa'y*, y cuando ya eran brasa viva, sacó un poco la arena fina de ese lugar, esparció aquélla y la cubrió luego con la misma arena; ahí mismo trazó el círculo con su dedo gordo. Por ello, el buitre no tuvo más remedio que saltar, como si estuviera bailando a toda prisa, puesto que sentía la tierra ardiente bajo sus patas; lo cual sorprendió y alegró al propio tiempo a don Utá. -Véndemelo, Perú: ¿cuánto pides por él?

-Algo elevado es el precio dijo Perú, mirando al cielo. Por su parte, el señor Utá empezó a hurgar en sus bolsillos:

-Aquí tienes, Perú, es tuyo todo el dinero que traigo encima. Te pido que me lo vendas, compañero.

-No está bien que disputemos por dinero dijo Perú, tomando rápidamente lo que el otro le pasaba. Regocijado, se retiró Utá, con su buitre bajo el brazo.

Poco después vino llegando Vyrorimá, y preguntó:

-¿De dónde has sacado, nuevamente, toda esta plata?

-Lo que pasó fue que el señor Utá me lo dio por un urubú que tenía conmigo; qué quieres que haga: lo quería a toda costa, no tuve otra que vendérselo. No me explico por qué deseaba tanto poseer ese pájaro.

 

Se fue Vyrorimá sin decir palabra, llevando su vaca a un campichuelo -grande y gorda, pero por cierto la única que tenía- y se dijo: “Si a Perú se le dio tanto dinero por un buitre, con seguridad a mí me darán muchísimo más por muchos buitres”. Cuentan que entonces sacrificó aquella vaca suya en medio del campo, la destazó y fue diseminando los trozos a pleno sol, dejándolos allí para que se pudriesen. Dos días después, fue de nuevo a la llanura y encontró que ya había una cantidad de urubú alrededor de la osamenta. Con una soga en la mano, después de haberse vestido enteramente de negro, se agachó y, muy lentamente, llegó hasta encontrarse en medio de la bandada. Evidentemente, no era ningún tonto el joven Vyrorimá (aún cuando su nombre propio indicaba lo opuesto). Dicen que pialó a la totalidad de los buitres que allí estaban, amarrándolos juntos; luego, con la cuerda restante, los sujetó a uno de los huesos grandes de la vaca, y fue a prestar una carreta. La trajo y la llenó con ochenta y cuatro urubúes, y se encaminó a la casa de don Utá. Entretanto, allí “ya está gorda la iguana”, vale decir que se estaba celebrando un gran banquete, con regocijo y ruidosas danzas. En ese momento salió el dueÑo de casa, mandó parar la música y dijo:

-Amigos todos, mujeres y varones, tengo un buitre mágico que quiero mostrarles.

-¡Vamos a verlo, sácalo! -gritaron todos.

Sacó el buitre don Utá, exhibiéndose con él, y dijo:

-No hay nadie que posea un urubú como éste - dijo, y trazó un gran círculo sobre la mesa. -Pregúntenle al pájaro lo que quieran; y, cuando lo suelte en el centro del redondel que acabo de trazar, y allí permanece callado y quieto en su lugar, no es cierto lo que se le ha preguntado. Por el contrario, si al bajarlo salta y baila, es que todo está bien. Salió entonces a decir su yerno, recién casado: -Preguntaré yo primero.

-Pregunta, pues dijo el señor Utá.

-¿Es que mi esposa me querrá siempre, y a mí sólo? -así preguntó porque sabía, por boca de los padres de la novia, que esa joven aún no había conocido hombre.

Todos miraban a don Utá: éste soltó al buitre en el redondel que había dibujado... Y no pasó nada. No bailó. Ahora la concurrencia miró a los recién casados, al señor Utá y su esposa: todos se ruborizaron. Don Utá salió a decir:

-¡Esperen, esperen! Les mostraré cómo hay que preguntarle -diciéndolo, alzó de nuevo a su urubú, y le inquirió a su vez:

-¿Resultará todo bien de esta fiesta y gran alegría en que ahora estamos? -volvió a poner el buitre sobre la mesa.

El viejo buitre siguió sin inmutarse, inmóvil. Entonces se escuchó la risa de uno de los asistentes, seguida de otra, hasta que todo el mundo soltó la carcajada. En ese preciso momento vino llegando Vyrorimá con su carreta, y le ofreció sus buitres a don Utá:

-Qué tal, señor Utá, aquí te traigo 84 buitres y... Don Utá le cerró la boca de un puñetazo a Vyrorimá, llamó a sus sirvientes, y les ordenó moler a palos a Vyrorimá.

 

 

*Nota de los traductores: Otro juego de palabras entre los nombres propios Sonsorimá y Vyrorimá, hermanos de Perú, y los respectivos significados de sonso y vyro: ‘tonto’. En esta confusión semántica se encuentra toda la gracia de este relato.

* * Nota de los traductores: nombre propio guaranizado de Eustaquio.

* Piptadenia macrocarpa: árbol de la familia de las leguminosas mimosoideas, de madera roja oscura, pesada, que da brasas de larga duración y poder calorífero. Abunda en las dos regiones del Paraguay

 

21. PERURIMA OÑEMOHYMBA HETA RAMO GUARE

 

         Perurima jeko opyta peteĩ ita kakuaáva ãme, ha oho rire pukumi Karai Rréi, oĩ upépe. Upeichabágui oguahẽ oúvo peteĩ arriéro kavaju ári, vaka miéma ogueru. Ojávo y rembe'ýpe, osẽ hendápe Perurima:

         - Mba'éichapa, che irũ -he'i Perurima.

         - Iporáiterei, chamígo, ha katu iporãve haguã ningo emombe'umi va'erãmo'a chéve mba'éichapa rohasakuaa ko y.

         - Ndaipóri pa'ã, he'i jagua oporomongetárõ. Eguejy ne renda árigui ha ejupi amo 100 métro hápe ejeity, emotenonde ñandéve, che ápe amyañáta ã vaka.

         Ojapo upéicha upe arriéro ha ojeitýre ýpe, oguerosyry chupe. Upémarõ Perurima ojupi upe arriéro kavajukue ári, ombojere vakakuéra ha omboysýi hóga rape gotyo jave -nimbora'e Karai Rréi ndogueroviái hasypeve ojukaha Perurimáme, ha ojevy jey oma'ẽvo ýre-, oñuguãitĩ Perurima ndive. Oñemondyi Rréi:

         - E. Neremanói piko, Peru. Moõ piko rejuhu ko'ã vakaita.

         Perurima oapunta ikuãme ýre ha he'i:

         - Mba'éichaiko amanóta ko javy'aiteíva amo yguýpe. Hetaiterei ningo oĩ vaka upépe. Okaru joa hikuái. Oĩ kavaju avei. Jaipota háicha jagueru, nda'ijárai voi. Ma'ẽna mba'éichapa ikyra kyra hikuái.

         - Aipotaitéiko avei chave. Mba'éichaiko aguerumi va'erã avei che -oporandu Rréi.

         - Ha che aha hagueichaite avei reho va'erã, upéicharõ mante reguahẽta ha rerukuaa vakaita.

         Ogueruykáje Karai Rréi heta vakapi ha ita. Oñembyaouka pype ha iñakãnguemi oheja okápe. Oñembohovahũyka ha opoiuka ijehegui ýpe. Mamóiko osẽvéta upe y pochyetégui. Perurima katu uje'íma okañy upégui.

 

 

         21. DE CUANDO PERURIMÁ SE HIZO DE MUCHO GANADO

 

         Cuentan que después de esa ocasión, Perurimá permaneció detrás de una gran roca, ocultándose hasta que el Rey se fue; entonces Perú vio llegar a un hombre a caballo, arreando muchas vacas. Cuando se acercó a la orilla del río, salió a su encuentro Perurimá:

         - ¿Cómo estás, compañero? -dijo.

         - Demasiado bien, mi amigo, y estaré aún mejor si tienes la gentileza de indicarme cómo podría pasar con esta tropa a la otra costa de la corriente.

         - No habrá trancada, según dijo el perro que quería copular. Descabalga, sube caminando por la orilla hasta unos cien metros, y échate ahí al agua, para que vayas como guía por delante, que yo desde aquí rempujaré estas vacas.

         Hízolo así el arriero, pero al arrojarse al agua, ésta lo engulló. Para entonces, Perurimá montó el caballo del arriero, dio vuelta a la tropa, y cuando las enfilaba hacia el camino de su casa, se encontró con el señor Rey: era que este no creía que por fin había muerto a Perurimá, y por tanto, volvía al río para comprobarlo.

         Se asustó el Rey:

         - ¡Eh!, ¿es que no te moriste, Perú? ¿Y dónde encontraste esta cantidad de vacas?

         Perurimá señaló a las aguas y dijo:

         - Cómo voy a morir, si se está tan contento bajo el agua. Hay muchísimo ganado allí, paciendo por doquier. Hay caballos también. Podemos subirlos como queramos, porque, desde luego, no tienen dueño. Fíjate qué gordas están éstas.

         - Me gustaría muchísimo tenerlas a mí también. ¿Cómo podría traerlas yo mismo? preguntó el Rey.

         - Y tendrás que irte del mismo modo en que fui yo; sólo así llegarás y podrás traer un hato como éste.

         Cuentan que entonces el señor Rey mandó traer muchos cueros frescos y una cantidad de piedras. Mandó que lo vistieran con aquellos, dejando la cabeza fuera. Hizo que le embadurnaran de hollín el rostro y lo tiraran al agua. ¿Cómo iba a emerger, con esas aguas tan bravas? Por su parte, hacía rato que Perurimá se había escabullido de ahí.

 

 

 

 

 

 

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