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GLORIA RUBIN

  LOS DERECHOS QUE IGNORAMOS, 1997 - Por GLORIA RUBIN


LOS DERECHOS QUE IGNORAMOS, 1997 - Por GLORIA RUBIN

LOS DERECHOS QUE IGNORAMOS

Por GLORIA RUBIN

 

Departamento de Estudios de Población y Desarrollo

Facultad de Ciencias Económicas – U.N.A.

Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP)

Diseño de Tapa: Carlos Colombino

Fotos y dibujos: FNUAP

Composición y Diagramación: Patrocinio Rubira A.

Ciudad Universitaria, Setiembre 1997

(118 páginas)



DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS DE POBLACION y DESARROLLO (DEPyD)


         La investigación sobre temas de población es una de las áreas poco atendidas a nivel nacional y fue objeto de una particular recomendación por parte de la Misión de Revisión de Programas y Desarrollo de Estrategias del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP). Esta situación motivó la necesidad de que el Departamento de Estudios de Población y Desarrollo (DEPyD) estableciera un Fondo de Investigación en Población (FIP), con el objeto de estimular la participación de investigadores/as del sector público y privado en el diseño, ejecución y publicación de investigaciones sobre temas de población y desarrollo en el Paraguay.

         Se buscaba que el FIP se constituyera en un eje de carácter estratégico orientado a lograr un conocimiento más acabado de los problemas de población y desarrollo, como parte de un proceso de toma de conciencia y de apoyo al posible diseño de políticas de población en el Paraguay. Esta tarea, básicamente de producción de documentos en temas de población y desarrollo, se llevó a cabo mediante concursos anuales abiertos de investigación, implementados por el DEPyD con el apoyo técnico y financiero del FNUAP.

         El libro "Los derechos que ignoramos" es resultado de una investigación realizada atendiendo su relevancia temática y a su relación directa con la población y el desarrollo. Fue encarada por la autora con la orientación y asistencia técnica del Departamento, el apoyo financiero del FNUAP y los servicios de asesoría del Equipo de Apoyo Técnico (EAT) del FNUAP, en diferentes momentos de la ejecución del proyecto.

         Se espera que los hallazgos y las conclusiones alcanzadas en esta investigación contribuyan a comprender la significación de las variables de la Salud y los Derechos Reproductivos en las interrelaciones entre Población y Desarrollo y su especial consideración, en la programación del desarrollo social y económico nacional.

         Ya que si la población sigue creciendo al ritmo actual y no se toman los recaudos a nivel legislativo y ejecutivo, el desarrollo sustentable que la sociedad anhela será un sueño inalcanzable.

         La justicia social no sólo tiene que ver con lo económico, sino también con que hombres y mujeres accedan a una educación sexual lo antes posible y que los servicios de salud estén al alcance de los mismos sin trabas, burocráticas o de cualquier otra índole, que no tengan que ver exclusivamente con la salud reproductiva de los seres humanos.


         La coordinación



PRÓLOGO


         Sin duda el trabajo de Gloria Rubín llena un vacío en nuestro conocimiento sobre un aspecto crítico de nuestra sociedad, que afecta a las mujeres, que constituyen uno de sus sectores más vulnerables. Discriminadas en la esfera laboral y en el escenario político, condenadas a la subordinación en las relaciones de género, también son responsabilizadas por la violencia y las enfermedades de transmisión sexual.

         La autora caracteriza lo que la gente, en nuestro medio, conoce y se imagina sobre la salud sexual y reproductiva. La investigación está inevitablemente ligada a la esfera normativa, y en esa medida toca nuestros prejuicios y estereotipos; en este punto debe tenerse en cuenta que en la investigación relativa a salud sexual y derechos reproductivos lo normativo -la esfera de lo deseable- permea la caracterización y explicación ex post facto, de modo que la objetividad científica toma tonos peculiares.

         En la medida indicada el trabajo de Gloria Rubín está reflejando su compromiso con el movimiento que promueve la salud de la mujer y la defensa de sus derechos reproductivos; esta causa ciertamente va ganando fuerza y se va enriqueciendo. En ese movimiento se enfatiza el derecho de la mujer a elegir en materia de fertilidad, partiendo del reconocimiento de la existencia de desigualdades en las relaciones de poder vinculadas al género.

         La autora nos recuerda los acuerdos en Conferencias Mundiales que proponen un desarrollo centrado en la persona y que se basa en el principio que todas las personas deben gozar de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales. En algunas de estas Conferencias se estableció que los derechos sexuales y reproductivos son fundamentales para los derechos humanos y el desarrollo; estas prescripciones apuntan el derecho fundamental de una mujer de asumir el control sobre su vida sexual y reproductiva, esto es, al derecho a tomar el control y las decisiones referidas a su cuerpo y su sexualidad, Más específicamente esto implica que las políticas de población y los programas de planificación familiar deben apoyar los principios de elección voluntaria e informada, que excluyan medidas coercitivas y/o discriminatorias. Gloria Rubín resalta en su trabajo la definición del concepto en cuestión:

         "Entendemos por Derechos Reproductivos los de las parejas e individuos a tener una vida sexual satisfactoria y segura, a gozar de una plena capacidad de reproducirse y la libertad de decidir cuándo, y cuan a menudo hacerlo. Están implícitos, en esta definición, los derechos del hombre y de la mujer a ser informados, a tener libre elección y acceso a métodos -seguros, eficaces, de fácil alcance y aceptables- para regular la fecundidad". En el trabajo se elabora la problemática de la mortalidad y morbilidad materna. Se analiza la situación del aborto en el país agravadas por las circunstancias de la clandestinidad; los abortos practicados en malas condiciones llevan a la muerte o la discapacidad a muchas mujeres, comprendiendo adolescentes y jóvenes. Ciertamente se trata de uno de los problemas más importante de salud pública.

         Esperamos que un mejor conocimiento sobre el problema en cuestión posibilitará la creación de políticas de desarrollo con sensibilidad de género. La necesidad de esas políticas es marcada ya que una sociedad muy conservadora -y centrada en el orden patriarcal-, como la nuestra, resulta refractaria a los derechos reproductivos de las mujeres. Paradójicamente según lo indica la autora algunas culturas nativas están más positivamente orientadas a esos derechos, y en esos contextos las mujeres afirman en los hechos el axioma «mi cuerpo es asunto mío».

         Se infiere del trabajo que las políticas de población y desarrollo deben incluir entre sus metas la reducción de la mortalidad y morbilidad maternas y reducir el número de muertes causadas por abortos practicados en malas condiciones. Esto implica la necesidad de priorizar la prevención del embarazo no deseado y la disminución de la necesidad del aborto mediante un mayor acceso a la información y a servicios de planificación familiar.

         Los aportes del trabajo de Gloria Rubín para la formulación de estas políticas son sin dudas importantes. Para el Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios este trabajo aún considerado aisladamente, justifica la existencia de su programa de docencia.


         Ramón Fogel

         Agosto de 1997




TABLA DE CONTENIDO


I.       Notas introductorias

I.1.    Consideraciones antropológicas

I.2.    Selección del tema a investigar

II.      Antecedentes y fundamentación

II.1.   Algunas referencias previas

II.2.   Derechos reproductivos de hombres y mujeres

II.3.   Documentos internacionales

II.4.   ¿Qué dice la Constitución Nacional de 1992 sobre el Derecho a la Salud?

II.5.   Revisión de investigaciones relevantes sobre el tópico

III.     Metodologías y técnicas

III.1.  Hipótesis de trabajo

III.2.  Dimensiones de las Hipótesis de trabajo

III.3.  Instrumentos de Investigación

IV.    Los resultados de la encuesta

IV. 1. Las percepciones de Salud

IV. 2. Imágenes de la Sexualidad: procreación y placer

IV. 3. Alcance pragmático de la sexualidad

IV. 4. Edad ideal para el primer parto

IV. 5. Número ideal de hijos/as y planificación en los nacimientos

IV. 6. El embarazo adolescente

IV. 7. Conocimiento y opiniones sobre derechos reproductivos

IV. 8 Conocimiento sobre aborto

IV. 9 Acerca de la situación legal del aborto

IV. 10 Opiniones ante posible despenalización del aborto

V.      Opinión de líderes políticos

V.2.   Percepciones sobre género, sexualidad y educación

V.3.   Los contenidos posibles de la educación

VI.    Opinión de parlamentarios

VI.1.Percepciones sobre salud reproductiva

VI.2.Conocimiento y percepciones sobre derechos reproductivos

VI.3.Imágenes sobre la fecundidad en el Paraguay y sus determinantes

VII.   Conclusiones y recomendaciones

VIII. Bibliografía

IX.    Anexos



         I. NOTAS INTRODUCTORIAS


         Cuando comenzamos este trabajo sobre Salud y Derechos Reproductivos, hacía ya dos años que estábamos investigando sobre el tema del conocimiento de hombres y mujeres en Asunción, sobre el aborto. Muchísima agua había corrido bajo el puente... habíamos leído centenares de folletos y decenas de libros sobre el tema (El aborto en América Latina, El aborto en el mundo, porque en el Paraguay es muy poco lo que se escribe al respecto, por ser este un tema muy conflictivo, las estadísticas, el nivel de los sub-registros, estudios que tenían que ver con lo social, psicológico, político, con las leyes de los distintos países, tesis doctorales jurídicas de España, Paraguay, Argentina, etc.).

         En los comienzos del curso de Maestría en Desarrollo Sustentable, habíamos trabajado sobre el tema del aborto y el conocimiento que acerca de este profundo y delicado problema tenían los hombres y mujeres de nuestra ciudad. Sin embargo cuando enfocamos ya definitivamente el trabajo de tesis, nos dimos cuenta que el aborto no era más que una pieza del gran dominó de la Salud y los Derechos Reproductivos. Así las cosas, nos acercamos al FNUAP, a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción, y su Departamento de Estudios Población y Desarrollo (DEPyD), para recabar información, folletos, revistas, documentos internacionales... Además, leímos y releímos los grandes documentos como el de Teherán, Alma Ata, Nairobi, Viena, El Cairo, Copenhague, y finalmente el de Beijing, incluyendo documentos de la Organización Mundial de la Salud, donde aparece la definición de Salud y Derechos Reproductivos que suscribimos. En este punto del trabajo, tuvimos noticia del Concurso propiciado por el DEPyD de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNA para una investigación sobre Población y Desarrollo, en el cual decidimos participar.

         Comenzamos a hacer un sólo trabajo combinando la Tesis para la Maestría en Desarrollo Sustentable con la investigación para la Facultad de Ciencias Económicas. La primera, bajo la dirección del Dr. Ramón Fogel y con el respaldo del Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI) y la investigación, bajo las directrices de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción, y su Departamento de Estudios Población y Desarrollo, con el cercano asesoramiento de la Sra. Isabel Hernández, Asesora en Investigación Socio-Cultural (ISC) en Población, del Equipo de Apoyo Técnico (EAT) del FNUAP; junto con el cercano seguimiento de los técnicos del DEPyD. Deseamos hacer una precisión respecto al uso de los pronombres: En algunos casos hablamos de "nuestra Investigación" cuando se trata de decisiones y consensos de todo el equipo en conjunto, porque, como el lector o lectora percibirá, la investigación supuso un equipo compuesto por numerosas personas, colaboradoras y colaboradores que han aportado intensamente por más de dos años a este trabajo arduo, difícil y complicado, pues se trataba de un tema poco estudiado en nuestro país. Ya en el transcurrir de la investigación encontramos diferencias de filosofías e ideologías en cuanto a la conceptualización sobre Salud y Derechos Reproductivos. Y en otros casos, hablo en primera persona del singular, cuando se trata exclusivamente de mi percepción acerca de los temas en cuestión.

         En cuanto al límite entre los conceptos de Salud Reproductiva y Derechos Reproductivos, debemos señalar que hasta el momento, se trata de un tema discutido por los especialistas por este motivo también nuestro equipo tuvo tropiezos para llegar a una definición final debido a la superposición de límites entre la Salud Reproductiva y los Derechos Reproductivos.

         Quiero precisar que mi motivación profunda para la investigación y la tesis, es la convicción de lo arbitrario que resulta para todas las mujeres, que la legislación acerca de nuestros cuerpos, nuestra salud reproductiva y nuestras vidas (de las mujeres) esté realizada y regida casi exclusivamente por hombres, quienes, en el transcurso de la historia han tomado, y siguen tomando, decisiones injustas acerca de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Y que la inequidad de esta situación lleva en muchos casos a la mujer, a situaciones límite pasando por la discriminación social, la mutilación, la penalización y hasta la muerte.

         Con la lectura de esta investigación, ustedes podrán ver todo cuanto hemos incluido de nuestros conocimientos anteriores en la formulación de preguntas; como el período intergenésico, la trayectoria del embarazo, la decisión acerca del aborto, el conocimiento de los servicios de salud reproductiva, de los derechos de hombres y mujeres o de la mujer sola acerca de su Salud Reproductiva. Después de un prolongado intercambio de pareceres y puntos de vista, hemos decidido que la investigación no abarcarla en ningún momento los factores morales y religiosos relacionados con el tema de la reproducción, la sexualidad y la situación penal del aborto en nuestro país. Por eso, pese a haber relevado datos sobre la pertenencia religiosa de los entrevistados/as, no hemos incorporado los resultados. Cuando hablamos de Salud y Derechos Reproductivos, vamos más allá del hecho de procrear hijos, buscando la posibilidad de encontrar, tanto en la investigación cualitativa como en la cuantitativa, algún elemento que exprese el conocimiento acerca de los componentes: placer individual, e interpersonal de la sexualidad. Cuando se habla de Salud y Derechos Reproductivos, las personas tienden a asociarlas a la procreación, en la posibilidad de que la mujer tenga un hijo o hija. Es decir, la creencia acerca de que la Salud y Derechos Reproductivos de la mujer, están restringidos a tener descendencia. Es nuestra convicción, en cambio, que la salud reproductiva de la mujer (y del hombre) no está restringida a la procreación. La salud del cuerpo tiene que ver con el bienestar sexual, con el bienestar general, con un buen estado de salud mental, se relaciona a la sexualidad, y al conocimiento de su propio cuerpo.

         En los resultados en cuanto al componente placer respecto a la sexualidad femenina, partimos de carencias en lo relativo a investigaciones realizadas en nuestro país sobre el tema, y nuestro trabajo ha detectado la tendencia de la población entrevistada a ínvísibílízar el placer. Durante la investigación cualitativa, intentamos exponer el tema placer, con el resultado de que las únicas respuestas obtenidas al respecto, fueron de hecho inducidas.

         En relación a la investigación cualitativa, en mis conversaciones personales, con grabadora apagada, la cosa fue diferente. Por ejemplo, en relación al aborto, todos (o la mayoría) de los actores sociales decisorios de los poderes Ejecutivo y Legislativo, están de acuerdo en que existe inequidad e injusticia para las mujeres pobres en relación con el aborto clandestino y el grave sub-registro de sus muertes a causa - precisamente- de esa clandestinidad. No podemos ignorar aquí los Indicadores de Mortalidad Materna, publicados por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) de 19941, que dan 140 muertes por 100 mil. El sub-registro va de un 30 a 50%, de modo que a estos 140 se le deben agregar 42 más.

         Aceptando un 30% de sub-registros, obtenemos la suma de 182 muertes por 100 mil, o en el segundo caso, el de un sub-registro de 50%, a 210 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos.2 Según las estadísticas del MSPyBS, las principales causas se atribuyen: al aborto 28%; las hemorragias 16% y las toxemias 21%. Otras estimaciones de organismos multilaterales, coincidentes con la aceptación de un sub-registro del 50%, elevan substancialmente la cifra oficial a 200 muertes (Informe del PNUD sobre Desarrollo Humano 1995) en la actualidad, lo que colocaría al Paraguay entre los países con mayor índice de mortandad materna del sub-continente.

         El riesgo de morir durante el embarazo y el parto presenta importantes diferencias a nivel nacional, desde regiones con tasas muy altas como las de Presidente Hayes 314; San Pedro 350,4; Concepción 148; Guairá 118,4 y Caaguazú con 137,1 defunciones por cien mil, hasta otras con tasas relativamente bajas como Cordillera y Central.    

         En varios países y en los últimos veinte años el tema del aborto ha empezado a salir del campo de la clandestinidad discursiva para ser llevado a la discusión abierta en términos de su utilización libre y legítima en circunstancias determinadas. Ha pasado a ser asunto de conciencia individual para entrar al escenario de la salud pública, de las políticas sociales y de los derechos individuales.

         Nuestro país no ha estado ajeno a estos procesos, sin embargo el aborto provocado sigue penalizado y ninguno de los proyectos de reforma del Código Penal presentados al Poder legislativo en 1996, contempla su despenalización. Uno de ellos, el de Schonne, preveía amplias causales de eximición de penas por aborto, y contaba con el apoyo de escasos senadores y diputados.

         La inminencia de campañas electorales -las municipales y las nacionales- provocó la decisión de la mayoría de los parlamentarios de evitar el tema aborto, considerado excesivamente polémico y poco electoralista, durante la presente legislatura. Una de las opciones fue, por lo tanto, mantener los artículos del Código Penal vigente, y discutir las diferentes propuestas de reforma sobre el resto del cuerpo jurídico.

         Hasta el momento, prácticamente no existe discusión pública respecto a la despenalización, eximición de pena o continuación de la penalización vigente. Las opiniones de las personas quedan restringidas a la esfera privada. En cualquier caso, el aborto es tratado y discutido en términos morales, descontextualizados del marco de la salud reproductiva o como problema de salud pública.

         Desde el punto de vista social, en el Paraguay como en muchos países subdesarrollados, miles de mujeres mueren por haber tenido abortos clandestinos, con métodos que van desde los domésticos a los realizados por personas empíricas o profesionales en espacios quirúrgicos inadecuados. Veinte de cada 100 muertes maternas se deben a abortos, y Paraguay detenta una de las tasas más altas de la región3. Las mujeres que mueren a consecuencia de abortos clandestinos, realizados en precariedad de condiciones, son en general adolescentes que tuvieron un embarazo no deseado, y esto debido principalmente a una falta de información y educación en salud reproductiva y planificación familiar. La mujer muere de toxemia porque no realiza su control prenatal, ya que ella como mínimo tiene que consultar unas seis veces durante su embarazo pero los datos indican que el promedio de consulta es de dos veces. Muchas ni siquiera se realizan un control prenatal, es decir, tienen directamente el parto sin controles médicos previos.

         Las mujeres mueren de hemorragia por carencias de infraestructura de los servicios de salud, tanto en equipos como en recursos humanos. De los nacimientos registrados (40,6% de los nacimientos esperados), el 62,7 % son atendidos en el marco institucional, ya que la cobertura del sistema de salud pública es aún sumamente deficiente, sobre todo en el área rural.

         El Paraguay, como la mayoría de los países del tercer mundo, mantiene una legislación civil, familiar y penal sobre el comportamiento reproductivo y la sexualidad inspiradas en nociones de "vigilancia y castigo", y basadas en el deseo del control de la sexualidad femenina, Está en manos de legisladores masculinos la determinación de la penalización o despenalización del aborto, y las sanciones legales caen sobre la mujer casi en forma exclusiva, El criterio moral de "honestidad" o "deshonestidad" de la mujer subyace a la mayoría de estas leyes.

         El Art. 349 del Código Penal sobre Aborto o Feticidio sostiene; "La mujer que causare su Aborto por cualquier medio empleado por ella misma, o por un tercero con su consentimiento, será castigada con penitenciaría de 15 a 30 meses. Si hubiese obrado en el interés de salvar su honor, será castigada con prisión de 6 a 12 meses".

         El artículo 350 de Homicidio por aborto estipula: " La pena será de 4 a 6 años si por razón de los medios empleados para causar el aborto o por el hecho del aborto, resultare la muerte de la mujer. Agravante: Si la muerte de la mujer resultare de haber empleado, para hacerla abortar, medios más peligrosos que los consentidos por ella, la pena será de 6 a 8 años de penitenciaría".

         El artículo siguiente se refiere a los abortos con violencia -sin consentimiento de la mujer- con penas que van de 3 a 5 años en caso de aborto simple, y de 5 a 10 en caso de muerte de la mujer por aborto. Las penas establecidas en estos artículos se agravan en un 50% cuando el culpable es el propio marido, o los que suministren a sabiendas los medios sean médicos, cirujanos, curanderos, parteras, farmacéuticos, sus practicantes o ayudantes, fabricantes o vendedores de productos químicos y estudiantes de medicina.

         Una excepción figura para los abortos hoy llamados terapéuticos; el artículo 352 incluye una cláusula de exoneración de pena. "Estará sin embargo exentos de responsabilidad cualquiera de éstos que justificare haber obrado con el propósito de salvar la vida de la mujer puesta en peligro por el embarazo o por el parto". El honor de la mujer aparece como atenuante en el artículo 353 "En caso de aborto causado para salvar el honor de la esposa, madre, hija o hermana las penas correspondientes serán disminuidas a la mitad". Según una interpretación penalista actual, este artículo se basa en el "tutelaje masculino" del honor de las mujeres, reconociendo el "móvil noble" del delito.

         Los boticarios y farmacéuticos "que vendiesen abortivos sin la correspondiente receta de facultativo autorizado y el médico que receta abortivos sin destino determinado" serán penados, según el artículo 354, con multas de 150 a 600 pesos, que pueden convertirse en 1.0004 si "el abortivo o recetado es entregado a una mujer cuyo estado de embarazo es bien notorio".

         La información sobre el aborto es restringida y plantea más interrogantes que afirmaciones generalizables. Es necesario dejar claro la diferencia entre lo moral y el proceso legal, dado que existe la tendencia a mezclar estos conceptos: lo legal está fuertemente teñido de actitudes morales o religiosas en las y los legisladores, que involucran en su acción parlamentaria sus posiciones religiosas personales.

         Pero el proceso legal es asimétrico con lo ético; el hecho de que un aborto sea legal en algunos países, no hace al aborto correcto. Sin embargo, esto permite a los individuos tomar una decisión ética sin tener que enfrentarse a medios que no le ofrecen ninguna seguridad médica. Porque en las sociedades en las que el aborto es legal, la mujer no está expuesta a riesgos innecesarios de vida salvaguardándose así su dignidad.

         Sabemos que la decisión de terminar un embarazo nunca puede estar separada o disociada del contexto social en que sucede. Cuando una mujer toma esta decisión, lo hace en el contexto de su relación de pareja, sus otras responsabilidades, su situación económica, el abandono físico, el rechazo social, las discriminaciones, las condiciones laborales, etc.

         Los modos en que las mujeres procesan la decisión del aborto están en función del consenso o la ausencia del consenso que hayan logrado con la pareja o la familia; también dependen del nivel de autonomía con que puedan poner en práctica sus propias decisiones personales. En el Paraguay, como en la mayoría de los países latinoamericanos, los servicios de planificación familiar son escasos especialmente en las áreas marginales y rurales. Las crisis económicas y las políticas de ajuste estructural complican aun más la cuestión, generando un evidente deterioro de la salud pública: los hospitales carecen de recursos suficientes y muchas prestaciones han dejado de ser gratuitas. De esta manera el crecimiento poblacional se está efectuando a expensas de los sectores más desprotegidos. Lo cual se refleja, entre otras cosas, en las altas cifras de morbimortalidad materno-infantil.

         El argumento demográfico generalmente utilizado para soslayar los programas de anticoncepción es falaz. Por un lado se opone a la anticoncepción con el objeto de aumentar la fecundidad y el crecimiento poblacional de un país, pero produce en los hechos un sustancial aumento del número de abortos y, por tanto, eleva la tasa de mortalidad de las gestantes.

         Los factores que determinan la alta mortalidad materna, son la baja calidad de la atención prenatal, la baja concentración de consultas, la captación tardía de las embarazadas, conduciendo a la mujer a un parto sin vacunas, de riesgo no valorado y con asistencia inadecuada. También se deben tener en cuenta a la insuficiente capacidad instalada de los servicios de salud para atender los riesgos de morbilidad materna, lo que se suma al desconocimiento de las gestantes de las señales de alarma, indicativas de una búsqueda oportuna de atención calificada.

         A nivel técnico oficial se considera que el alto nivel de fecundidad actualmente existente alcanzará niveles aceptables como resultado de las determinaciones gubernativas y la comprensión de los habitantes. En el Paraguay, la planificación familiar fue promovida oficialmente en un principio (1975 -1979), pero posteriormente la decisión de mantenerla como política de salud fue revocada. Desde hace unos años se reinició, primero como un programa de planificación familiar en los centros y puestos del Ministerio de Salud anexo a los servicios de salud materno-infantil, y posteriormente como Departamentos de Salud de la Mujer.

         En cuanto a indicadores internacionales, informes presentados en la 116º Reunión de Washington D.C. en junio de 1995, sostienen que ".....El aborto continúa apareciendo como primera causa de muerte materna en Argentina, Chile, Paraguay, Trinidad y Tobago y Uruguay…".

         Casi todas las personas consultadas (investigadores y legisladores, miembros del Poder Ejecutivo y Legislativo, asesores, etc.), concuerdan en que nadie puede estar "a favor del aborto", pues sabemos que ninguna mujer elige, desaprensivamente, abortar, sino que es impulsada a hacerlo como consecuencia de una situación límite. Y a la hora de decidir encuentra que la penalización se dirige exclusivamente hacia ella y que los riesgos son dobles para aquellas mujeres de bajos ingresos y escasa educación.

         Sin embargo, con el grabador en marcha, estos mismos parlamentarios afirman que no van a votar una ley que colisione con las "normas y las buenas costumbres", ni los miembros -consultados- del Poder Ejecutivo aceptan realizar declaraciones o promover acciones públicas en ese sentido, pues lo que en realidad les preocupa es el carácter "espanta-votos" de esta problemática en época electoral, siendo sus lealtades políticas más fuertes que su sentido común en relación a estos temas sociales.

         Por otra parte, en los métodos cuantitativos de recolección de datos (pese a que en el Instrumento de recolección el placer era uno de los componentes del relevamiento) el porcentaje de respuestas fue en este particular, bajo. ¿Nuestro cuerpo, sirve exclusivamente para procrear o también para sentirnos bien, brindar y recibir placer? Buscar respuestas a este planteamiento, en el marco de las preguntas sobre sexualidad, también fue una de nuestras motivaciones. Con el cuestionario pretendíamos ir más allá de la sexualidad genital, del orden netamente biológico, del conjunto de factores biológicos que hace posible la procreación en esa relación intersexual (que ambos participantes sean fértiles, que la relación tenga lugar en el período de fertilidad de la mujer, etc.).

         Hemos querido investigar, más allá del aspecto netamente biológico, todo lo relacionado con su construcción social y cultural. En cuanto a Salud y Derechos Reproductivos, hemos querido hallar las condicionantes culturales, los valores y las normas de la sociedad que rigen la sexualidad de hombres y mujeres, pero por sobre todo, las que rigen la sexualidad de las mujeres, condicionadas por normas que actúan como tutores, "policías" o contralores de su sexualidad y su cuerpo. En el mismo sentido, quisimos conocer cómo ven los hombres y mujeres esta problemática de la regulación y la vigilancia que se ejerce acerca de la procreación, en forma ancestral en la cultura occidental.


         I 1. CONSIDERACIONES ANTROPOLÓGICAS


         Y a propósito de cultura, permítasenos una digresión: hemos detectado que en las últimas grandes cumbres organizadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en las mesas de discusión en las que se debatieron importantes temas como la procreación, la reproducción y el aborto, se impusieron los criterios y las valoraciones judeocristianos, obviando la cosmovisión propia de nuestros pueblos autóctonos. Damos algunos ejemplos breves acerca de las diferencias substantivas entre la concepción judeocristiana, y la cosmovisión proveniente de etnias del territorio paraguayo. Cada sociedad tiene sus pautas de comportamiento, sus códigos, sus ideales, su escala de valores y también sus normas de convivencia intracomunitaria. Se acostumbra a decir "Los indígenas suelen hacer tal o cual cosa", "Ellos actúan así o asá"... Importantes razones de tipo cultural, justifican algunas prácticas que aquí referiremos.

         En sus trabajos acerca de la conducta reproductiva de los Nivaklé, Verena y Walter Regher señalan: "Los Nivaklé, en los tiempos anteriores, ejercían una estricta planificación familiar. La justificaban con el hecho de que cada niño debería tener óptimas oportunidades de vida. Esto incluye que cada criatura debe tener un padre sustentador, que debe nacer sano y que pueda gozar de la plena atención y cuidado de la madre. Si un niño tiene la suerte de tener una madre casada, y de no ser seguido demasiado rápido por un hermanito o una hermanita, se le permite seguir viviendo. Si una mujer estuvo embarazada de balde, el niño se abortará: o se matará inmediatamente después de su nacimiento. Para los Nivaklé esto no significa un acto de violencia en contra de la creciente vida. Según sus creencias, al recién nacido le faltan partes del alma y todavía carece de espíritus auxiliares. Para ellos, el infanticidio significa respeto por la vida humana. El infanticidio es un medio para proteger dicha vida contra sufrimientos, necesidades y miseria, y al mismo tiempo, la plena responsabilidad de los padres frente al niño que ellos deciden traer al mundo. Por consiguiente, solamente a los niños completamente sanos se les permite quedarse con vida. Niños cuyo nacimiento no se desarrollaba normalmente, que mostraban defectos físicos y también mellizos se rechazaban de Inmediato".

         Leyendo a Pierre Clastres, encontramos que al referirse a los Aché Guayaki, escribe: "Antes de motejar a los salvajes de incoherencia y ceguera, es necesario suponer que sólidas razones les obligan a matar a las niñas. Estas muertes pertenecen a un conjunto ritual destinado a proteger a la sociedad guayaki de las tentativas de los muertos, puesto que las almas de los difuntos son siempre peligrosas para los vivos. Cuando un hombre muere, su alma no quiere ganar completamente sola la última morada. Si no se le ofrece el compañero que ella exige, se queda cerca del campamento de los Aché para enfermarlos y matarlos. Para expulsar definitivamente esta alma agresiva, se mata entonces una criatura...".        

         Con la antropóloga Beate Lehner, estudiosa de las etnias Mby'a, Pai Tavytera y Ava Guaraní, mantuvimos una interesante conversación acerca de la reproducción y el control de la natalidad. A partir de sus observaciones ella pudo concluir que actualmente el control de la natalidad ya no es tan estricto, pues existe una alta tasa de fecundidad y multiparidad. Aunque aparentemente siguen usando yuyos anticonceptivos y practicando la eliminación de mellizos.

         Esto se debería a varias razones: la solución del problema de la tenencia de la tierra y el retorno a la vida agrícola, que influyó en el cambio de su alimentación, además de un contacto más cercano con la sociedad envolvente. Todos estos factores hacen que los sistemas tradicionales de control de la natalidad hayan ido perdiendo efectividad, pues en ella eran factores determinantes los yuyos o yerbas medicinales, combinados con la alimentación.

         Aunque hoy en día se está debatiendo internamente el problema de la multiparidad y buscando la recuperación de los saberes tradicionales u otras alternativas para el control demográfico, la población aumentó en las últimas décadas, contribuyendo al deterioro de la armonía familiar que antiguamente existía; porque las madres, acostumbradas a un promedio de 3 hijos/as, tenían más tiempo para dedicarles, Hoy tienen de 6 a 8 criaturas, lo que transformó su estilo de vida apacible y bucólico en complicado y angustiante, similar al de cualquier madre con 8 hijos.

         También cree Lehner que estas etnias aún estarían practicando el infanticidio, ya que entre ellos no existen niñas o niños con defectos físicos ni con síndromes patológicos de origen genético. Además, en dichas etnias hay muy pocos mellizos/as, con lo que reafirma la hipótesis de que persiste la práctica del infanticidio.

         En comunicación personal, el Dr. José Zanardini nos refirió que los Ayoreo conocen métodos de regulación de la natalidad a partir de yuyos y prácticas chamánicas. En cuanto a la regulación de la población, recurren al infanticidio. Eliminarían a niñas y niños que nazcan con defectos físicos y también a los mellizos.

         Los partos se llevan a cabo junto a un hoyo practicado en la tierra. Al nacer, la madre examina detenidamente a la criatura y si le halla algún defecto, inmediatamente la entierra en el lugar, sin que este hecho signifique para su cultura y tradiciones algo malo. Estas prácticas fueron cambiando a partir de 1960 por influencia de grupos cristianos en la región Occidental de nuestro país.

         El antropólogo Rodrigo Juan Villagra, por su parte, acotó que "en los pueblos Enxet, las prácticas abortivas ya no se llevan a cabo debido a la prolongada influencia de la Iglesia Anglicana y además las actuales condiciones de vida en que subsisten estos grupos étnicos funcionan como regulador natural de la población, que se mantuvo igual desde hace 90 años, mientras la europea se ha duplicado en el mismo espacio de tiempo, a pesar de las dos guerras mundiales".

         Con relación a los Ayoreo del Alto Paraguay, escribe la investigadora Raquel Rojas6: "La fertilidad es un valor remarcable. Pero entienden también que ejercer la fecundidad es una acción que exige muchas renuncias, que las mujeres deben asumir plenamente su condición materna. No hay madres ayoreo muy jóvenes. Debido a la situación de responsabilidad y peligro que ellos otorgan al embarazo y a la concepción, tampoco abortan. Las prácticas de aborto inducido son nuevas, adquiridas en el contacto, aprendidas por versiones de los paraguayos. Existiendo alto riesgo para la vida y la salud de las mujeres, dicen no aceptar las prácticas abortivas." "También hablan de coitus interruptus, que parece ser una práctica bastante común en las parejas". De estos datos colegimos que ellas (las Ayoreo) también ejercen algunas formas de control de la natalidad.

         Vemos que el caso de eliminación de mellizos se repite en varias etnias. Ello tiene diversas interpretaciones, algunas de origen mítico, que afirma que éstos no pueden vivir, pues existe una sola alma para cada persona, y al nacer dos, no se sabe quién de ellos/as se queda con el alma perfecta y quién no. De modo que eliminando a ambos, se evitan daños a la familia y a la población. Hacemos esta referencia al constatar que la práctica se repite en todas las etnias sobre las que hemos consultado.

         Otras interpretaciones serían de orden práctico, pues como se trata de grupos nómadas o migrantes, que si ante la necesidad de una huida se hace dificultosa la marcha de la madre cargando con una criatura, ésta se vuelve imposible si son dos hijas/os. Otra interpretación es que desconocen las razones biológicas de la concepción de mellizos/as, y creen que dos hombres han participado de la concepción, no pudiéndose por ello determinar cuál es el padre de cada niño/a.

         Finalmente, queremos mencionar que de todos modos, el hecho de que los antropólogos son y fueron hombres y las más de las veces religiosos podría sesgar los resultados de las Interpretaciones antropológicas, influidas por estas circunstancias e intereses. Subsisten por otra parte dificultades metodológicas, porque los nativos tienden a responder lo que saben que a su ocasional interlocutor le gustaría oír, manteniendo de este modo en secreto la verdad sobre estas prácticas y costumbres. En ello precisamente radica su fuerza, que los ayudó a subsistir por espacio de estos 500 años sin ser completamente eliminados por la sociedad envolvente. Nos hemos permitido esta digresión, solo para señalar "botones" de muestra, de todo el universo que es ignorado cuando de legislar se trata.

         Como podemos colegir a partir del análisis de los documentos de las grandes Cumbres, los valores inherentes a esta cosmovisión, fueron absolutamente pasados por alto en esas grandes citas mundiales al tratar temas relacionados con la Salud y los Derechos Reproductivos. Lo mismo ocurre en nuestro país, al sumergirnos en la investigación de nuestras leyes, pudimos encontrar paralelismos interesantes en ese sentido, en la ignorancia de cosmovisiones de los pueblos nativos. Puntualizando, en nuestra propia Constitución, en los artículos 4 Del derecho a la vida y Art. 61, sobre Salud y Derechos Reproductivos, y todo el corpus jurídico, no consideran la variable multicultural.

         No podemos desconocer, sin embargo, la actual imagen renovada del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, por las últimas creaciones de entes relacionados con los derechos reproductivos y la mujer: la Dirección General de Salud Familiar con su Departamento de la Mujer; el Dpto. de Salud Reproductiva y Planificación Familiar con el Proyecto del FNUAP, y la Dirección General de Bienestar Social con su Dirección de Bienestar Familiar.

         Existen además, dos grandes proyectos relacionados con Salud Reproductiva, a cargo de la Unidad Coordinadora de Proyectos y la Oficina de Proyectos de Cooperación Internacional. Y los esfuerzos no sólo institucionales, sino personales del doctor Juan Carlos Chaparro Abente, que en cada foro relacionado con el tema reitera en la necesidad imperiosa de poner en práctica los mandatos constitucionales. Porque él reconoce, que a la hora de solicitar en cualquier punto del país los servicios de Salud Reproductiva que deberían brindarse a la ciudadanía, es escasa la proporción de la población realmente beneficiada con ellos. Este es también un reclamo ciudadano que se desprende del resultado de nuestras encuestas.

         En esta presentación, tampoco puedo olvidar la influencia significativa de la estructura de mi propia conducta y de mis propios sentimientos acerca de la Salud y los Derechos Reproductivos, que en ocasiones difieren de los de mis compañeros y compañeras Investigadores. Personalmente, creo que la mujer es la única que tiene derechos sobre su cuerpo, para decidir cuándo y cómo procrear; y que a partir de la relación sexual, la mujer es la única que tiene derecho a decidir si será para procrear o para simple y maravillosamente disfrutar de su cuerpo, de su sexualidad. Obviamente, en las discusiones acerca de Derechos Reproductivos, se valora que si el hombre y la mujer... que si la pareja... que si la mujer sola...

         En la decisión cuenta la opinión del equipo para la relación de los resultados, como fue en la redacción de las encuestas. Reconocemos también que es tarea muy difícil para cualquier investigador o investigadora abordar un tema, del cual participamos activamente, en el cual operamos con elementos de sentido común y de inserción en la sociedad, y con nuestro significativo sesgo personal, el de nuestra propia conducta y actitud ante la vida, y en ese sentido, el de nuestro propio conocimiento y nuestras propias tendencias.

         Pero todos estamos de acuerdo en que cuando la mujer toma la gran decisión de qué hacer con su cuerpo, su sexualidad, su reproducción, ella se está sometiendo a normas, reglas, leyes e incluso se hace pasible de penas ante una sociedad que nunca, en la historia, consultó su posición ante este cúmulo de normas que sin embargo debe cumplir.


         I.2. SELECCIÓN DEL TEMA A INVESTIGAR        


         Hemos recorrido un largo camino de lectura de los grandes documentos internacionales, nacionales, resultados de las investigaciones de las compañeras feministas, de los hombres modernos y solidarios, partiendo del aborto hasta llegar a conceptualizar la Salud y los Derechos Reproductivos. Trabajamos permanentemente en un equipo en el que cada miembro/a, basado/a en su conocimiento y experiencia, interpreta todo lo que lee, todo lo que ve en estas encuestas y entrevistas. El conocimiento teórico que hemos estado desarrollando en estos dos años de trabajo en cuanto a sexualidad, Salud y Derechos Reproductivos, de otras personas en América Latina y en el mundo, es de invalorable ayuda a la hora de elaborar nuestras interpretaciones con respecto a nuestro país.

         Pero, ¿cuál fue la razón que me impulsó a seleccionar este tema?: La razón más poderosa fue la soledad en que se encuentra el cuerpo de la mujer, a merced de las normas, leyes, penalizaciones y castigos de la sociedad sin que ella pueda siquiera ser consultada acerca de su sexualidad y su reproducción. En realidad, en esta introducción ni en este trabajo vamos a hacer una historiografía de la sexualidad femenina y de cómo siempre la sociedad la rigió. Podemos solamente recordar, por ejemplo, que las inscripciones de las tumbas hebreas maldecían con la esterilidad a todo violador de sepulturas, como si el no tener hijas o hijos fuera el peor de los castigos. En la Biblia, ni adulterio, ni incesto son crímenes si su finalidad es remediar la esterilidad. Las hijas de Lot, por ej., embriagaron a su padre y se entregaron a él para así tener hijos. Sarah, al saberse estéril, también buscó la forma de remediar su situación consintiendo que su esposo, Abraham, le diera un hijo a través de una esclava.

         Siempre la esterilidad fue el peor castigo en la historia, en la Biblia, en la literatura... Por ejemplo en Yerma, Federico García Lorca, describe a su personaje femenino como a un ser castigado por la obsesión de tener hijos. Yerma es un adjetivo de origen griego que deriva de heremos = desierto, aplicado a la tierra inhabitada, inculta, despoblada... También así el término Yerma, se vincula a través de la tierra con la naturaleza. El discurso social que sirve de telón de fondo de "Yerma" de García Lorca, es el soporte de la representación de la mujer fértil como una tierra productiva y ser madre constituye la unidad con la naturaleza.

         Se puede observar también que el ideal de maternidad, en el imaginario popular y colectivo, es una función normalizadora de la sexualidad de la mujer. La mujer que es "normal", debe necesariamente ser madre. Se percibe en los pueblos y en las pequeñas ciudades que la maternidad cumple la función de certificar la "normalidad" de la sexualidad de la mujer. En cambio, de aquella que no es madre se supone una sexualidad "pecaminosa" que "atenta contra la honra" significante del "orden". Si una mujer no es vista por la sociedad como "guardiana del hogar", a ésta no le queda otra salida que ser "transgresora". Y siguiendo con el hilo conductor de Yerma, ella es sospechada de infidelidad por el mero hecho de no tener hijos. Es una mujer anormal, sospechosa y pecaminosa.

         Pero no podemos dejar de destacar que esta "cara" tiene su "cruz". El otro lado de la moneda es que, frecuentemente, cuando una mujer anuncia a su pareja que está embarazada, él la abandona. Si está empleada, se la echa del trabajo "no se puede tener una empleada con un bebé", pero sí se pueden cantar loas a la madre en días festivos, presentando la fachada de la exaltación de la maternidad.

         He aquí la idea fundamental por la cual nos lanzamos a la investigación sobre Salud y Derechos Reproductivos, para saber qué conocen asuncenos y asuncenas sobre el tema. Y si lo saben, de qué manera esto afecta a la vida de las mujeres, y a partir de este conocimiento planear acciones como investigadora, mujer y feminista. En relación a los actores sociales decisorios, si este conocimiento les plantea la necesidad de cambios para mejorar la situación de la mujer, objeto de normas y costumbres. Sujeta inconsulta de arbitrariedades.

         En la marcha del trabajo en equipo transdisciplinario, mis compañeros/as se van sumando y conceptualizando su visión sobre Salud y Derechos Reproductivos, y todo esto que en un principio fue "mi" visión personal, se transforma en "nuestra visión", que a la vez se va enriqueciendo con la lectura de la bibliografía, las conversaciones con científicos de otras áreas (médicos/as, antropólogos/as, abogadas/os), y es nuestro deseo que este material, una vez llegado a la opinión pública, colabore aunque sea en una mínima proporción a cambiar la situación de inequidad de las mujeres. Que ayude a seguir rompiendo normas que nos han atrapado a lo largo de la historia.


         II. ANTECEDENTES Y FUNDAMENTACIÓN


         II.1 ALGUNAS REFERENCIAS PREVIAS


         No podemos definir exactamente en qué momento hubo mujeres que despertaron y se rebelaron. La historia escrita por hombres, registra desde tiempos muy antiguos la voluntad de ciertos grupos de mujeres de no aceptar su condición. Los hombres han manejado los cuerpos femeninos desde tiempos inmemoriales y la gran Historia ha enterrado nombres femeninos que sobresalieron en el mundo del comercio, de las artes o la política, y sólo nos he quedado, como destellos solidarios, grandes nombres, mujeres geniales que destacaron gracias a su inteligencia y dedicación: la poetisa griega Safo de Lesbos, la española Teresa de Avila, María Curie, Sor Juana Inés de la Cruz, Isabel la Católica, y en el caso paraguayo, la India Juliana, Ana Díaz, la Adelantada Mencia de Sanabria, Juana de Lara, Serafina Dávalos, las hermanas Speratti, Carmen de Lara Castro, etc.

         En el Renacimiento, cuando el mundo occidental se amplía con el descubrimiento de nuevas tierras y con los primeros estudios modernos sobre el Universo, surgen mujeres que reivindican la igualdad de educación para las niñas y que se enfrentan a las tradicionales injusticias en la discriminación laboral. Las ideas enciclopedistas del siglo XVII fueron el germen de la esperanza liberadora de las mujeres. En Francia y en Inglaterra participaron activamente en los movimientos de liberación. La Revolución Industrial, tiempo de importantes cambios en lo científico y técnico, acelera el proceso de marginación de la mujer a los roles sexuales de esposa y madre exclusivamente. Al desvincularse el hogar del mundo de la producción (las tareas domésticas ya no se consideran productivas) se separan radicalmente el mundo de los adultos y el de los niños/as. Las mujeres dejan de tener lugar y prestigio en el trabajo artesanal, comercial y agrícola - en el cual, hasta entonces, habían colaborado conjuntamente ambos sexos.

         Las obreras y sus hijos van a engrosar el trabajo de las fábricas, y las mujeres de clase media-alta quedan en las casa, objetos pasivos de la caballerosidad y galantería del nuevo hombre de la burguesía. Sin embargo, las ideas igualitarias del siglo XVIII, que desembocaron en la Revolución Francesa, despertaron grandes esperanzas entre las mujeres, entre las clases oprimidas y también entre los esclavos de las colonias.

         Miles de mujeres se unieron a Danton y Condorcet para forzar las puertas de Versalles y de la Asamblea Nacional, y Olimpía de Gouges escribió en 1791 la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, paralelo femenino de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), donde, entre otras cosas, afirma que "La mujer nace libre y tiene los mismos derechos que el hombre, las diferencias sociales sólo han de fomentarse en una utilidad común, la ley ha de ser la expresión de la voluntad general, todos los ciudadanos han de expresarla a través de sus representantes, nadie puede ser molestado por sus opiniones, si la mujer tiene derecho a subir al patíbulo, también tiene derecho a subir a la tribuna...". Olimpia de Gouges muere guillotinada, dos años más tarde, acusada por sus antiguos correligionarios de ser "una conspiradora que había abandonado las virtudes propias de su sexo".

         Una larga trayectoria fue, de este modo, recorrida por las mujeres desde el comienzo de la historia escrita hasta las últimas cumbres de organismos multilaterales, en la cual los derechos reproductivos pasaron del plano reivindicativo al de instrumentos legales nacionales e internacionales.

         Y desde una perspectiva biologista, se define la sexualidad humana como el conjunto de condiciones -caracteres sexuales primarios y secundarios- que caracterizan cada sexo, el conjunto de características que diferencian ambos géneros. En su aspecto psicológico, sería el comportamiento ligado directa o indirectamente a la cópula. Sin embargo, hoy se reconoce en la sexualidad fuertes componentes culturales, e incluso políticos, que van construyéndola en forma diferenciada para ambos géneros, en tiempo y sociedades determinadas.

         "La sexualidad es, a la vez, un terreno de constreñimiento, de represión y peligro, y un terreno de exploración, placer y actuación"7. La complejidad de las experiencias sexuales incluyen elementos de placer y de opresión, de humillación y felicidad. Para muchas mujeres, la vivencia de la experiencia sexual es conflictiva y ambigua. Por un lado, muchas asumen su sexualidad como pasiva y como reacción a los deseos y necesidades del hombre -ya sea para el placer o para la reproducción-; por otro lado, se sienten exigidas a llevar una vida sexual activa. Esta contradicción las coloca en variados y continuos conflictos.

         El rol de la sexualidad, el efecto de varios tipos de conductas sobre la anticoncepción y la reproducción, había sido un aspecto poco considerado hasta ahora por los programas o por quienes investigan sobre la fecundidad. Las diversas manifestaciones y efectos de la sexualidad sobre la salud, como también sobre las relaciones de pareja, incluyendo las relaciones de poder, es un campo poco trabajado y aún no se comprende bien.

         La sexualidad incluye expresiones que no se limitan al coito. Tiene diferente significados según tiempos y culturas diferentes. Según Dixon Mueller a el comportamiento sexual consiste "en lo que la gente hace sexualmente con otros y consigo mismo, como se representa la sexualidad, como se habla y se actúa sexualmente, comprendiendo la capacidad física para el impulso sexual y el placer, así como los significados socialmente compartidos sobre el comportamiento sexual y las identidades de género".

         La construcción de la sexualidad está necesariamente ligada a los conceptos culturalmente definidos de masculinidad y feminidad. Las ideas de los comportamientos que son normales, decentes, apropiados a cada sexo se expresan en normas, sistemas de valores o ideologías sexuales. Una de estas ideologías enfatiza la necesidad de resistencia de la mujer, agresión del varón, y el antagonismo mutuo de los sexos, mientras otras hacen hincapié en la reciprocidad y el placer mutuo9.


         II. 2. DERECHOS REPRODUCTIVOS DE HOMBRES Y MUJERES


         Entendemos por Derechos Reproductivos los de las parejas e individuos a tener una vida sexual satisfactoria y segura, a gozar de una plena capacidad de reproducirse y la libertad de decidir cuándo, y cuan a menudo hacerlo. Están implícitos, en esta definición, los derechos del hombre y de la mujer a ser informados, a tener libre elección y acceso a métodos -seguros, eficaces, de fácil alcance y aceptables - para regular la fecundidad10.

         Históricamente han habido cambios -relativos a los procesos socio demográficos y a los sistemas de valores- que posibilitaron la definición y el planteamiento de los Derechos Reproductivos. Estos se basan en la separación entre reproducción y sexualidad, hecha posible gracias a los métodos científicos de regulación de la fecundidad y los programas de salud reproductiva.

         El concepto de Derechos Reproductivos también incluye "los derechos de las mujeres a regular su propia sexualidad y capacidad reproductiva, así como a exigir que los hombres asuman responsabilidad por las consecuencias del ejercicio de su propia sexualidad"11. Esto Implica, en relación a la sexualidad, que las mujeres tengan el control de su propio cuerpo, y que no se ejerza violencia sobre ellas.

         En lo que se refiere a la capacidad reproductiva, los derechos en cuestión apuntan a la capacidad de decidir si quiere tener hijos o no, de quién, cuándo y en qué condiciones; el recibir información sobre sexualidad; tener acceso a servicios de salud reproductiva que respondan a sus necesidades; disponer de anticoncepción y esterilización sin riesgos; aborto legal, embarazo y parto saludables; poder recibir tratamiento para las enfermedades de transmisión sexual así como para la infertilidad.

         Sobre la responsabilidad de los hombres frente al ejercicio de su sexualidad, se plantea el logro de relaciones más equitativas a través de la negociación y el consenso entre los miembros de la pareja respecto a las relaciones sexuales, al uso de la anticoncepción y al ejercicio compartido de la paternidad y la maternidad.

         Técnicos y líderes en el campo de la salud reconocieron a partir de la década del ‘80 las insuficiencias de los servicios de planificación familiar, los complejos factores que influyera en la salud de las mujeres y la necesidad de mejorar los estudios sobre la reproducción. Surge así el concepto de salud reproductiva, y se inserta como un nuevo objetivo de las políticas de salud y de programa de servicios.

         La salud reproductiva aparece mencionada en el informe del Programa de Investigación en Reproducción Humana de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1986-87, y el Dr. Mahmound Fathalla da en 1988 su primera definición, empleada posteriormente por la OMS. En ella se incorporaron los siguientes conceptos:

         a) Que todas las parejas tengan la posibilidad de reproducirse y de regular su fecundidad.

         b) Que toda mujer pueda gozar de un embarazo y de un parto con total seguridad de salud.

         c) Que el resultado del embarazo tenga éxito tanto en término de la sobrevivencia como un bienestar de la madre y del niño/a.

         d) Que todas las parejas puedan gozar de relaciones sexuales sin miedo de un embarazo no deseado o de contraer una enfermedad.


         La salud reproductiva es un concepto integrativo de amplio alcance y multidisciplínario. Tiene como meta "el alcance de un estado de bienestar físico mental y social completo, y no meramente la ausencia de enfermedad o deterioro de la salud. La salud reproductiva enfoca los procesos, funciones y sistema reproductivo durante todas las etapas de la vida"12. Como se vio, esta definición fue retomada y ampliada por el Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.

         La definición incluye el listado de derechos reproductivos -ya citado anteriormente- y abarca los "servicios y cuidados de salud apropiados que permitan a la mujer atravesar con seguridad el periodo del embarazo y del parto, ofreciendo a las parejas la más alta probabilidad de tener un hijo sano"13.


         II.2.1. MUERTE MATERNA


         El evento principal que determina la salud reproductiva es el embarazo, incluyendo su inicio, desarrollo, término y éxito o no en producir un niño/a sano y con una buena probabilidad de sobrevivencia para él como también para la madre. Las cinco causas principales de mortalidad materna son: Complicaciones de aborto clandestino, Hipertensión arterial por embarazo, Sangrado, Obstrucción del parto e Infección.

         La definición de la mortalidad materna de la OMS - "La defunción de una mujer cuando está embarazada o dentro de los 42 días de terminación del embarazo independientemente de la duración y sitio del embarazo, debido a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o a su atención, pero no por causas accidentales o incidentales" -es cuestionada por Gladys Ponce 14.

         Oculta a la mujer en el término "materna". Las mujeres que mueren y que éste indicador cuantifica, mueren a causa del proceso de gestación que se desarrolla en su cuerpo y no por el hecho de ser madres. Es más, muchas de ellas mueren por el hecho de no querer ser madres. La definición considera un aspecto temporal que debería revisarse, ya que hay causas relacionadas con la gestación que provocan muertes más allá de los 42 días de producido el parto.

         Aceptamos y compartimos plenamente estos cuestionamientos, considerando que la reformulación de esta definición contribuirá a sincerar las cifras estadísticas de mortalidad de mujeres relacionadas al embarazo y la procreación. La mortalidad materna se estima en: 600 por 100.000 en África; 400 por 100.000 en Asia; 240 por 100.000 en A. Latina y 10 por 100.000 en Europa. Las muertes debidas al embarazo, tanto deseado o no, son un indicador importante de las fallas en la atención a la mujer y reflejan la complejidad de causas y factores que actúan sobre la salud reproductiva.

         Las políticas de salud no pueden continuar considerando a la salud reproductiva como una serie de eventos biológicos, reduciéndolos a una preocupación con la concepción y el nacimiento: la reproducción debe ser vista como un proceso de larga duración que está relacionada con la vida de las parejas, su continuidad, su status y también con la condición de la mujer dentro del hogar y con su papel en la sociedad. La mortalidad materna expresa de una manera directa el grado de desarrollo alcanzado por la comunidad o país. Así, aquellos con una alta tasa de mortalidad materna, tendrán un bajo desarrollo socioeconómico, y países o comunidades con menos mortalidad materna, son los altamente industrializados.

         Países con baja tasa son aquellos que tienen menos de 20 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos. Canadá es el de menor índice, con un 3 por 100.000. En segundo lugar, aparece Estados Unidos con un 7,2 por 100.000. Países con moderada tasa son los que tienen entre 20 y 49 por 100.000 nacidos vivos. Países con muy alta mortalidad materna, tienen una tasa mayor de 150 por 100.000 nacidos vivos. En este grupo se encuentra Paraguay. Mientras Costa Rica, Cuba, Uruguay tienen una tasa de 26 muertes por cada 100.000 nacidos Vivos, esta aumenta a 230, 270, 303 y 480 en Haití, Paraguay, Perú y Bolivia respectivamente de acuerdo a la OPS15.

         Nos hemos basado en textos de la OPS y la OMS, las Declaraciones y Plataformas de Acciones de los Congresos de Viena, Copenhague, El Cairo y Beijing, de varios/as autores/as que han trabajado estos temas y el aporte de nuestras compañeras del movimiento de mujeres sobre los temas que nos atañen: sexualidad, salud y los derechos reproductivos.

         Tres procesos reflejan la institucionalización del concepto de derechos sexuales y reproductivos. En primer lugar, está el debate vinculado al desarrollo y particularmente a las políticas de población. En segundo lugar, la relación de los derechos humanos con la legislación vigente en América Latina, particularmente las leyes civiles y penales que incluyen prohibiciones dirigidas a regular el comportamiento del cuerpo femenino. En tercer lugar están los cambios en las políticas de salud.

         Estos tres procesos sufrieron el impacto del movimiento de mujeres, que desarrolló estrategias orientadas a cuestionar y proponer cambios en cada uno de ellos. Se ha contribuido así a transformar las leyes y los enfoques sobre las políticas de población y salud, articulándolos a partir de una visión que privilegia los derechos humanos entendidos como parte inalienable de los derechos de las mujeres -y posteriormente el de las niñas-, reconocidos en Viena en 1993.

         Aunque el desarrollo ha sido concebido como un derecho, desde 1954, en la Carta de las Naciones Unidas, las políticas que orientan las acciones de los Estados miembros no han adoptado integralmente ese punto de vista. Por el contrario, prevaleció la noción que asocia el desarrollo, principal sino exclusivamente, al crecimiento económico. El goce de los derechos humanos, dentro de este análisis, era el corolario del desarrollo económico. Otra idea bastante generalizada suponía que las políticas de desarrollo aportarían resultados iguales para todos y no daban cuenta de las injusticias sociales, y mucho menos de las brechas de género. Los estudios de la mujer contribuyeron a esclarecer los efectos diferenciados del desarrollo (así entendido) entre hombres y mujeres.

         Los efectos de muchas políticas de población, aplicados a las mujeres o sobre el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, han sido graves. A pesar de los cambios anotados, las premisas que orientan las políticas de población aún no han cambiado realmente, y en la mayoría de los países aún se entiende que las intervenciones de políticas públicas son necesarias para influir o controlar la actividad en favor de un supuesto bien común, entendido éste como desarrollo económico y control de la dinámica poblacional. Las políticas gubernamentales aún no apuntan a transformar las relaciones de poder entre mujeres y hombres y, en general, no incluyen acciones destinadas a potenciar la participación femenina en la toma de decisiones y mucho menos las que se orientan a reconocer su derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

         "La mayoría de nuestros países mantiene leyes civiles, familiares y penales sobre el comportamiento reproductivo y la sexualidad inspiradas en nociones de vigilancia y castigo"16 destinadas a mantener las inequidades de género. Varios estudios demuestran que el control de la sexualidad femenina por los hombres se perfecciona a través del derecho penal.

         En los últimos cinco años se han promovido nuevas leyes que cuestionan el carácter androcéntrico de la legislación". Reformas electorales, reforma de los códigos penales, y hasta cambios constitucionales, tratan de recoger al menos parcialmente las recomendaciones de la Convención para la Eliminación de toda Forma de Discriminación contra la Mujer, adoptada en 1981. De manera mucho más franca, se está llamando la atención sobre viejos fenómenos como la violencia contra la mujer, proponiendo nuevas leyes que incluyen referencias implícitas a los derechos sexuales y reproductivos.

         "Comparando tan sólo el caso del Código Electoral de nuestro país, que data de 1990, lleva ya más de quince modificaciones a partir de su promulgación. Algunas de ellas: en 1994 sufrió siete modificaciones, en 1995 fue modificado cuatro veces y en algunas de ellas hasta capítulos enteros, en lo que va de 1996 ya fue modificado tres veces. Sería deseable que nuestros parlamentarios brindaran tan solo el 5% de la atención que prestan a los temas políticos, a las legislaciones destinadas a los derechos de las mujeres"18.


         II. 3. DOCUMENTOS INTERNACIONALES


         La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, realizada por los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), establece que debe entenderse por violencia, la violencia física, sexual y psicológica, tanto en el ámbito público como privado, y reconoce el derecho a la integridad física, psíquica y moral.

         La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, elaborada por la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) supera el enfoque liberal de los derechos humanos al establecer compromisos específicos de los Estados para promover el respeto a los derechos señalados, impulsando el potenciamiento de las mujeres y su plena participación en la sociedad.

         Esta Convención, al igual que la Declaración de Viena de la Conferencia de Derechos Humanos de 1993, tiene la virtud de extender el alcance del concepto de derechos humanos, agregando a los derechos de primera generación (cívicos y políticos), los de segunda generación (sociales, culturales, de la mujer, etc.).

         En momentos previos a la realización de la conferencia, la prensa internacional hacia referencias al "derecho de las humanas". Esta articulación del concepto de derechos humanos con derechos de la mujer, de integridad física con derechos sexuales implica acciones multisectoriales de la sociedad, la prensa y el Estado que propugnen reformas en el sistema judicial, de salud, educativo, policial y, por lo tanto, comportan el imprescindible potenciamiento de las mujeres en todos los niveles de decisión política.

         Viena, al reconocer que los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales, declara que la plena participación, incluida la política, son prioridad de la comunidad internacional. Este principio ha inspirado todas las posteriores cumbres, realizadas por Naciones Unidas. La Conferencia de Viena subraya la importancia de eliminar toda forma de discriminación encubierta o palmaria. Señala el derecho de las mujeres y las niñas a disfrutar del más alto nivel de salud física y mental durante toda su vida. Apelando a la declaraciones de la Convención para Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer y de la Conferencia sobre Derechos Humanos de Teherán, en 1968, se reafirma el derecho de la mujer a una atención de salud accesible y adecuada y a la más amplia gama de servicios de planificación familiar, así como a la igualdad de acceso a la educación en todos los niveles.

         Los Derechos Reproductivos -pese a carecer de una normativa internacional con mecanismos de control de su aplicación en los diferentes países- ganaron un gran espacio en las últimas cuatro conferencias mundiales de las ONU, las de Viena (1993), El Cairo (1994), Copenhague (1994) y Beijing (1995).

         La ONU declaró 1975 como Año Internacional de la Mujer, acto que pese a ser criticado por algunos grupos de mujeres, sirvió sin embargo como caja de resonancia de todos los problemas referidos a la mujer y sus derechos. Aquel mismo año se celebró en México la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, de la que salió toda una serie de recomendaciones y programas de acción destinados a eliminar progresivamente la discriminación contra la mujer, centrados especialmente en torno a los problemas de la educación, la salud, el trabajo y la legislación. Allí se declaró también el decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz.         

         La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer -ratificada sin reservas por el Paraguay por Ley 1.215 de noviembre de 1986- contiene disposiciones respecto a los Derechos Reproductivos. En su artículo 11 proclama: "Los estados parte adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo, a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre los hombres y mujeres, los mismos derechos, en particular.... f) el derecho a la protección de la salud y a la seguridad en las condiciones de trabajo, incluso la salvaguardia de la función de reproducción".

         El párrafo 12 establece que "los estados partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica, a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a los servicios de atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia". "Los estados partes garantizaran a la mujer servicios apropiados en relación con el embarazo, el parto, y el periodo posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos cuando fuere necesario, y le asegurarán una nutrición adecuada durante el embarazo y la lactancia". Esta declaración, en su artículo 13 otorga protección especial a la mujer trabajadora durante el embarazo y el parto.

         La Conferencia Mundial sobre de Derechos Humanos realizada en Viena en 1993 "reafirma (…) el derecho de la mujer a tener acceso a una atención de salud adecuada y a la más amplia gama de servicios de planificación familiar". En el cap. 7 del Documento de El Cairo (1994) se define puntualmente los conceptos de Salud y Derechos Reproductivos, con "el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre estos, y a disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluye su derecho a "adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencias".

         La delegación oficial paraguaya estableció reservas en este punto, basándose en una cita alterada del artículo 4to de la Constitución. Según esta reserva "el derecho a la vida es inherente a toda persona humana desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural"19 y el Paraguay "acepta toda forma de planificación familiar, con absoluto respeto a la vida, según lo establece la Constitución Nacional, y como expresión del ejercicio de una paternidad responsable".

         El debate de las mujeres y organizaciones multilaterales se concretó en la Conferencia de Beijing, donde más de 180 representantes gubernamentales, se dedicaron -entre otras cosas- al debate sobre los cuerpos femeninos con disquisiciones y argumentaciones que ponían sobre la mesa de negociaciones lo que durante siglos había pertenecido al campo de lo psicosocial, al dominio de las consciencias y los silencios: el control sobre los cuerpos de las mujeres. En esta conferencia se propuso principios críticos a las prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que constituyen los sistemas de género, y que dan sentido de una manera diferente a la satisfacción del impulso sexual y a la reproducción de la especie humana.

         La Plataforma de Acción de esta Conferencia amplió la definición de Salud y Derechos Reproductivos (DR) de la mujer, en su Capítulo C. La Mujer y la Salud, desde el párrafo 89 al 111. El documento sostiene en su párrafo 90 que existe "falta de autonomía de la mujer respecto de su salud" y que esta salud "se ve sujeta a discriminaciones por motivos de género en el sistema de salud". El párrafo 92 señala "el control limitado que muchas mujeres ejercen sobre su vida sexual y reproductiva y su falta de influencia en la adopción de decisiones son realidades sociales que tienen efectos perjudiciales sobre su salud". Sostiene que "el de derecho de todas las mujeres a controlar todos los aspectos de su salud y en particular su propia fecundidad (...) es fundamental para su emancipación.

         El párrafo 93 denuncia los riesgos de "embarazo y la reproducción a edad temprana (…) acarrea grandes riesgos para su salud". "El asesoramiento y el acceso a la información y a los servicios relativos a la salud sexual y reproductiva de los adolescentes sigue siendo insuficiente o inexistente" en muchos países. "La maternidad prematura sigue siendo un obstáculo para el progreso educacional, económico y social de la mujer en todo el mundo".

         La Conferencia de El Cairo 1994 define explícitamente el concepto de Salud Reproductiva en su párrafo 94 como "Un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria, y sin riesgos de procrear y la libertas para decidir hacerlo o no hacerlo, cuando y con qué frecuencia". Esto supone el derecho del hombre y la mujer a tener acceso a información sobre métodos contraceptivos seguros, y el de recibir servicios médicos adecuados.

         Finalmente, los Derechos reproductivos fueron definidos en el párrafo 95 como "el de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente sobre el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre estos, y a disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva". (...) "la promoción del ejercicio responsable de esos derechos de todos deben ser la base primordial de las políticas y programas estatales y comunitarios en la esfera de la salud reproductiva...". Se hace hincapié en las necesidades de los/as adolescentes en materia de educación sexual y servicios reproductivos.

         El párrafo 96 señala que las relaciones entre el hombre y la mujer "respecto de las relaciones sexuales y la reproducción, incluido el pleno respeto de la integridad de la persona exigen el respeto y el consentimiento recíprocos de la voluntad de asumir conjuntamente la responsabilidad de las consecuencias del comportamiento sexual".

         Así como en la esfera de los derechos humanos se ha incluido una agenda relativa a los derechos de las mujeres, en la esfera de la salud se está ganando la batalla destinada a ampliar las fronteras de las políticas de salud, incorporando la atención de la salud reproductiva a las acciones gubernamentales. El movimiento de mujeres por la salud enarbola desde hace más de cinco años la lucha contra la mortalidad materna demostrando la alta incidencia que el aborto tiene en las cifras de mortalidad, en un gran número de países20.

         "Las complicaciones por embarazos y partos suman 19 por ciento de muertes entre mujeres adolescentes en el Paraguay, 13 por ciento en Ecuador, 8 por ciento en la República Dominicana y 7 por ciento en El Salvador. El riesgo de muerte es 52 veces más alto para una adolescente embarazada en el Paraguay, que en los Estados Unidos. Cerca de la mitad de muertes maternas pueden ser atribuidas a la falta de: acceso a los servicios de salud, cuidado prenatal, poco personal entrenado y carencia de suministros" 21.

         El párrafo 97 del Capítulo C. de la Salud (Plataforma de Acción), que sostiene "El aborto en condiciones peligrosas pone en peligro la vida de un gran número de mujeres y representa un grave problema de salud pública, puesto que son las mujeres más pobres jóvenes las que corren más riesgos. La mayoría de las muertes, problemas de salud y lesiones se pueden evitar mejorando el acceso a servicios adecuados de atención de la salud, incluido los métodos de planificación de la familia eficaces y sin riesgos, y la atención obstétrica de emergencia, reconociendo el derecho de la mujer y del hombre al acceso a la información y a método seguros, eficaces, asequibles y aceptables de planificación de la familia, así como otros métodos lícitos que decidan adoptar para el control de la fecundidad".

         La delegación oficial paraguaya a la Conferencia de Beijing hizo a través de su titular la Ministra de la Mujer, una aclaración del concepto "regulación de la fecundidad" contenido en este párrafo: que "tendrá para la República del Paraguay el alcance que le permita su legislación nacional". Según la nota de instrucción del Ministro de Relaciones Exteriores a la Dra. Cristina Muñoz, el país acepta el patrocinio de programas de planificación familiar "con la condición básica del respeto a la vida, es decir, aceptan los métodos adecuados que no interrumpan el nacimiento la vida. Todo método que así lo haga no está aceptado por el gobierno del Paraguay"22.

         Las mujeres pusieron en evidencia todas las aristas ocultas del aborto, que por su naturaleza develaban tabúes existentes en la sociedad. Ellas fueron capaces de mostrar, a través de ese cristal, la trama discriminatoria de las sociedades patriarcales vigentes. Las campañas y estudios sobre la mortalidad materna desde una perspectiva feminista contribuyeron a diseñar políticas y propuestas tanto a nivel de gobierno como de Organismos No Gubernamentales (ONG's) y agencias multilaterales.

         Gracias a ellas, se superó el enfoque del binomio madre-niño que restringía la atención a las mujeres embarazadas en edad fértil. Se amplió el perfil epidemiológico que debería ser objeto de la salud pública. Las organizaciones de mujeres jugaron un papel relevante al mostrar la incidencia de factores socioculturales y de los malos tratos como causa de la elevad mortalidad materna.




         II. 4. ¿QUÉ DICE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL DE 1992 SOBRE EL DERECHO A LA SALUD?


         Art. 55. "La maternidad y la paternidad responsables serán protegidas por el estado, el cual fomentará la creación de instituciones necesarias para dichos fines"

         Art. 61. "El estado reconoce el derecho de las personas a decidir libre y responsablemente el número y la frecuencia del nacimiento de sus hijos, así como a recibir en coordinación con los organismos pertinentes, educación, orientación científica y servicios adecuados en la materia. Se establecerán planes especiales de salud reproductiva y salud materno-infantil para la población de escasos recursos".

         Art. 68. "El estado protegerá y promoverá la salud como derecho fundamental de las personas y en interés de la comunidad".

         Cabe aquí apuntar que en el Paraguay, pese a que los derechos reproductivos están insertos en la Constitución, estos aún no han pasado al debate público y tampoco fueron codificados en una legislación específica. Sirvieron ya de marco, sin embargo, a Decretos del MSPyBS y a la reforma administrativa de algunos departamentos de este Ministerio. Estos principios sirvieron, igualmente, de contexto a la redacción de nuevas curricula y manuales escolares de la Reforma Educativa.


         II.5. REVISIÓN DE INVESTIGACIONES RELEVANTES SOBRE EL TÓPICO


         Diversos son los ejes de las investigaciones sobre salud y derechos reproductivos. Los más enfatizados incluyen mortalidad materna, métodos de aborto y de su estudio, causas y efectos del aborto. Una de las investigaciones se focalizó en métodos de aborto (Ovies y otros, 1989), la eficacia y seguridad de métodos en la interrupción del embarazo del primer trimestre; basándose en el estudio de 30 casos de pacientes seleccionadas en la consulta de interrupción de embarazo. La mayoría de estudios parten del ámbito hospitalario y representan problemas no resueltos para estimar la incidencia de los abortos y sus desenlaces. Una investigadora peruana (Cardich,1994) indica en este sentido: "los estudios sobre el aborto se han realizado en su mayoría, en el ámbito hospitalario o a través de las encuestas de fertilidad y salud. En relación a los estudios hospitalarios, estos se basan en la perspectiva médica y son de carácter cuantitativo. Si bien han contribuido a ubicar al aborto como problema de salud pública, presentan dificultades. Por un lado en la distinción entre aborto espontáneo y el inducido y por otro, las limitaciones de utilizar las estadísticas como referencia para la población no hospitalizada.

         En lo que se refiere al enfoque de las investigaciones, no se cuenta con estudios de carácter social y antropológico del movimiento reproductivo y el aborto. La información sobre Aborto es restringida y plantea más interrogantes que afirmaciones generalizables". Los supuestos que se extraen contrastan con la realidad e incluyen:

         Supuesto 1: La penalización del aborto es una forma segura de eliminar su práctica.

         "El aborto está regulado por el Código Penal peruano de 1991, allí es incluido en el título 1º de los delitos contra la vida. Cardich explica las sanciones impuestas al aborto, cómo se ve solamente una parte de la responsabilidad, la de la mujer; no se considera la responsabilidad que corresponde al hombre.

         La autora infiere que pese a la penalización del aborto, éste sigue realizándose en gran escala. Una vez más se comprueba, que aun ante el temor y riesgo de la cárcel, la mujer en estado límite toma la suprema decisión de hacerse un aborto, en condiciones asépticas o precarias. Y concluye que aún cuando las normas del derecho penal existan, lejos de impedir la práctica del aborto, propician su realización en condiciones peligrosas para la vida de la mujer. Con estas leyes no sólo se castiga a la mujer, sino se pone además en grave peligro su vida.

         Supuesto 2.- Si se cuenta con servicios de anticoncepción y educación sexual el servicio de aborto ya no es necesario.

         Según este supuesto, las mujeres tienen gestaciones no deseadas por no saber utilizar correctamente los anticonceptivos. El énfasis de este supuesto se encuentra en el aspecto informativo, sin tomar en cuenta que las relaciones entre varones y mujeres son asimétricas, afectando el uso o no de la anticoncepción en las relaciones sexuales de las parejas. La autora explica que aunque la mujer tenga toda la información, su condición es asimétrica social y económicamente. Quizá no tenga capacidad económica para comprarse un anticonceptivo, y es asimétrica con respecto al hombre, porque es él quien decide sobre el uso del cuerpo de la mujer, sea esta su esposa o concubina. Son muy pocas las mujeres que ejercen sus derechos reproductivos.

         La autora concluye que la calidad y tipo de información sobre el aborto en el Perú es muy limitada, pero a su vez, los mismos datos pueden ser interpretados de manera diferente por distintos investigadores, dependiendo de su posición personal en relación al problema. Se requieren estudios de carácter social que viabilicen las múltiples dimensiones de la problemática del aborto, para facilitar a los planificadores sociales el planteamiento de soluciones que hagan efectivos los derechos reproductivos de las personas.

         Esta obra, uno de los escasos trabajos que habla del derecho y la salud reproductiva, sostiene que la mujer y la pareja, en América Latina, deben contar con una información más completa acerca de sus derechos y salud reproductiva y mejores medios para acceder a la anticoncepción. Además plantea que en caso de decidirse por el aborto, la intervención debe realizarse en condiciones hospitalarias óptimas, accesibles en la actualidad sólo a las mujeres de mayor capacidad económica.

         Enfatiza la importancia de investigaciones más completas sobre el aborto, la salud y el derecho reproductivo, desde un punto de vista multidisciplinario, no solamente las de tipo hospitalario, hechas por médicos y especialistas de la salud.

         Otra investigación (Gutiérrez Ramos, 1994) puntualiza que: "el avance de la tecnología, en la medicina moderna ha hecho que de pronto aparezcan puntos de vista conflictivos e intereses encontrados, tanto de parte de los pacientes como de la industria farmacéutica, de la sociedad, de la ley y de la religión. Temas, como los trasplantes de órganos -tan de moda en la actualidad-, la gestación in vitro, la manipulación genética para el tratamiento de enfermedades heredables, la anticoncepción, hacen necesario incluir ética como un tema médico de suma importancia. Esa inclusión es necesaria, con mayor razón, cuando el tema que se trata es el aborto. Pues se sabe que el aborto inducido es inseguro y es causa de la muerte de aproximadamente 200.000 mujeres al año, de las que de un 25% a 50% son muertes maternos, la mayoría de las cuales pudo haber sido evitada de haber tenido lugar las intervenciones en condiciones higiénicas o dignas".

         El autor agrega que la clandestinidad de los abortos trae aparejados sentimientos de angustia, culpa y confusión para las mujeres, que en casos extremos pueden llevarlas hasta el suicidio. Es por eso que se habla de neurosis post-aborto; pero lo que existe en realidad es un tratamiento poco ético del tema: a las mujeres no se las informa, ayuda, ni sostiene.

         Esta realidad peruana encuentra similitud en nuestro país. Sigue luego un análisis del autor acerca del concepto de ética y se extiende en conceptos de salud y derechos reproductivos. Gutiérrez juzga las leyes peruanas dejando clara la diferencia entre lo moral y el proceso legal, dada la tendencia a confundir estos conceptos. El alcance de las leyes es menor que el de la ética, a pesar de las normas legales específicas, los individuos deben tomar decisiones éticas propias. El autor se refiere a la ética médica profesional, de la mujer embarazada, su ética y su decisión de abortar, qué es un embrión o un feto, la persona que realiza el aborto y el gobierno que legisla sobre el aborto,

         Otras investigaciones se centran en los factores causales y el contexto en el cual la mujer decide realizar un aborto (Trapasso, 1994). En su ponencia la autora señala: "Hace algún tiempo, en una reunión sobre feminismo y ética, hicimos unos ejercicios para motivar nuestra reflexión, y me gustaría proponerlos como introducción al tema de la ética de los derechos reproductivos y el aborto. Nos preguntábamos, qué significado había tenido en nuestras vidas personales y en la sociedad, los siguientes hechos.

         1) Somos la primera generación de personas que tiene información que nos hace saber que la vida en el cosmos ha existido por más de 15.000 millones de años, poniendo fin al mito de la creación en siete días.

         2) Somos la primera generación que ha conocido la utilización de la bomba atómica sobre el Japón, con la finalidad de "poner fin a la guerra".

         3) Somos la primera generación que ha podido separar las dos dimensiones de la sexualidad, el placer y la reproducción, haciendo que la maternidad pueda ser una opción voluntaria (descubrimiento de la píldora en 1960).

         4) Somos la primera generación que ha empezado a tomar conciencia de la destrucción del medio ambiente, la contaminación de los ríos y mares, el desastre de Chernobyl.

        

         Y juntas, en aquella reunión, encontramos otros acontecimientos que habían ocurrido durante el transcurso de nuestras vidas y que han tenido marcada importancia para la humanidad y la naturaleza. Revisando estos eventos nos preguntamos, ¿qué había cambiado en nuestro mundo, en nuestras vidas debido a estos acontecimientos? y ¿por qué nosotras, el mundo, nuestras instituciones, no habían respondido adecuadamente?. ¿Por qué no habíamos modificado nuestro comportamiento o estilos de vida frente a hechos tan trascendentales?. "¿Por qué no existía mayor unión entre todas las personas y todas las naciones frente a los cambios políticos y sociales y ante una inminente destrucción del planeta?".

         Acerca de la nueva ética, la Lic. Trapasso señala: "Es importante fijar nuestra atención sobre la realidad, la crisis de la sociedad y la carencia de un sistema ético para responder al nuevo milenio que nos espera. Necesitamos situarnos frente a un panorama global que requiera cambios radicales, cambios en nuestra manera de percibirnos a nosotras y nosotros y a la realidad sociopolítica, mucho más allá de nuestros parámetros locales o nacionales. Se requiere cambios en nuestro comportamiento y estilo de vida y de consumo. La dirección de estos cambios dependerá de las normas y los juicios morales que compongan el nuevo sistema de ética que tan urgentemente necesitamos adoptar".

         En cuanto al derecho reproductivo dice: "Específicamente, hemos empezado a formular principios éticos que superan los de una moral absolutista, ahistórica. El feminismo ha tenido un papel primordial en la búsqueda de nuevos valores éticos. El feminismo ha puesto en evidencia la desigualdad existente en las relaciones personales entre mujeres y hombres, ha revelado que las normas éticas basadas en una visión androcéntrica -con lo masculino como lo normativo- no tiene validez para nosotras las mujeres. El feminismo nos ha hecho descubrir las redes de relaciones sociales en nuestras vidas, puesto que la mujer vive en función de otras personas.

         Cualquier decisión que la mujer toma, en particular la decisión frente a la terminación de un embarazo, está hecha en consideración a sus múltiples responsabilidades y a sus estrechas conexiones con otras personas. Aunque se pretende acusar a la mujer de ser egoísta al decidir en favor de la autonomía de su cuerpo, es casi imposible que cualquier mujer piense sólo en sí misma, puesto que su vida es un tejido de muchas responsabilidades y obligaciones. La autonomía que toda persona tiene de gozar, es ejercida dentro de un determinado contexto social, la autonomía de la mujer es inseparable de sus relaciones con otras personas.

         Sabemos que la decisión de terminar un embarazo, nunca puede estar separada o disociado del contexto social en que sucede. Cuando una mujer toma esta decisión, lo hace en el contexto de su relación de pareja, sus otras responsabilidades, su situación económica, el abandono físico o sociológico, las discriminaciones, las condiciones laborales, etc. Mary Hunt, teóloga norteamericana, dice que el problema no es el aborto en sí. El problema ético concierne más bien a las posibilidades de vida para las mujeres y los niños, las posibilidad económicas, sociales y emocionales que la sociedad les ofrece o les niega. Es la sobrevivencia de la mujer y de sus hijos que predomina desde el punto de vista ético. Ivonne Gebara, teóloga brasileña, afirma que no se puede condenar al aborto o a la mujer que recurra a él sino a la sociedad abortiva, que no provee las condiciones humanas de vida para las mujeres y sus hijos".

         Trapasso concluye su ponencia con una convocatoria a todas las feministas a comprometernos a luchar en favor de los derechos reproductivos de la mujer y la atención humanista del aborto, que supone el compromiso de bregar en favor de mejores condiciones de vida para todas. Luchas por la justicia y la transformación de toda la estructura de dominación y explotación requiere la formulación de un sistema ético en favor de las mujeres y sus derechos reproductivos, inseparables de la elaboración de sistemas éticos que promuevan la justicia, la libertad para toda la humanidad, así como la armonía con la naturaleza para futuro del cosmos. Nuestra tarea consiste, hoy, en considerar una nueva ética a favor de la salud y los derechos reproductivos, importantísimo primer paso para crear un mundo más humano para todos y todas.

         En una investigación realizada en Cuba los autores (Pérez Santos y otros, 1988) estudia 75 pacientes que solicitaron interrupción tardía de la gestación, buscando identificar las causas de los abortos provocados en el segundo trimestre de la gestación. (Véase anexo N° 6). En otro estudio cubano (Guzmán, A. y otros, 1983) se consideran 22 casos de mujeres embarazadas producto de violación individual o colectiva en el servicio de psiquiatría de la Maternidad. "Concepción Palacios"; el grupo de mujeres estudiadas incluye 16 casos que presentan retardo mental; en los casos de mujeres sanas se observaron reacciones emocionales como angustia, ira, depresión y rechazo al embarazo. Se hizo indicación de aborto terapéutico en 5 de estas pacientes. (Véase anexo N° 2).

         Un investigador (Avendaño, 1985) establece una conexión causal entre servicios de planificación familiar y admisiones hospitalarias por aborto. En el período estudiado aumenta cuantitativamente las mujeres en edad fértil, pero disminuyen las admisiones hospitalarias por aborto, asociándose esto a la mayor oferta de métodos anticonceptivos. (Véase anexo N° 1).

         En un estudio realizado en Costa Rica (Araque y otras, 1982) se analizan 394 casos de aborto provocado y 623 casos de abortos espontáneos en el Hospital de San José de Bogotá; buscando identificar factores de riesgo del aborto provocado a través de variables tales como: edad, escolaridad, status socioeconómico y conocimiento sobre planificación familiar. (Véase anexo N° 7).

         Los trabajos analizados por nosotras en el marco de esta tesis incluyen aquellos que enfatizan las conexiones entre embarazos no deseados, acceso a servicios de planificación familiar, abortos inducidos. La investigación de Cardich y Carrasco (1994) encarada en el marco del Programa Regional de Salud Reproductiva de The Population Council abarca el estudio de algunos países: Argentina, Brasil, México y Perú, donde se abordó el análisis de los embarazos no deseados desde distintas dimensiones. Se ha privilegiado la perspectiva de género, las relaciones de pareja, las restricciones legales y sanciones sociales, el impacto psicosocial subsecuente, así como los demás aspectos que alimentan el debate político y social en torno al tema del aborto y la anticoncepción en América Latina.

         Los resultados de los proyectos de investigación y de la decantación del debate público realizados por The Population Council y sus colaboradores en la región son extraordinariamente ricos e informativos; contribuyendo a enriquecer la discusión y a crear las condiciones para que las mujeres y los profesionales de la salud asuman conjuntamente este apremiante problema de salud pública y derechos reproductivos.

         En el Perú, la morbimortalidad ocasionada por el aborto es elevada, y son numerosas las voces que claman por que se atienda esta causa de tragedias familiares que, en gran medida se puede prevenir. Los esfuerzos del Grupo de Trabajo sobre Aborto Inducido, constituido a mediados de 1992, ya han fructificado en dos publicaciones que atestiguan tanto la seriedad y el peso de esas voces como las dificultades enfrentadas por las mujeres para acceder a servicios médicos, de planificación familiar y psicológicos calificados. Estos libros son El aborto en debate. Entrevistas a líderes de opinión, de M. Barrig, y Aproximaciones al aborto, de esta misma autora, D. Li, V. Ramos y S. Vallenas.

         El trabajo reseña las vidas y experiencias de mujeres que han tenido un aborto, y ofrece una mirada directa al proceso que implica un embarazo no deseado, con una metodología cualitativa novedosa y rica en resultados. El análisis parte de un marco feminista y psicológico esencial para la comprensión de las necesidades de las mujeres en cuanto al apoyo de sus familias y compañeros, al trato igualitario y justo de la sociedad, y a la atención de la salud de buena calidad.

         El objetivo explícito de esta obra es contribuir a reducir la morbimortalidad de las mujeres en el Perú, y testimoniar la necesidad urgente de hacer efectivos los derechos reproductivos de las mujeres en todo el mundo. En la ciudad de Lima, un número indeterminado de mujeres vive en forma oculta la experiencia del aborto, se estima para Lima Metropolitana una tasa de abortos de 221 por cada 100.000 nacidos vivos. El aborto es un hecho clandestino público y notorio. La mayoría de los estudios sobre el aborto se realiza desde la perspectiva médica. Las autoras refieren que al Movimiento Manuela Ramos llegaron mujeres de diversas edades, niveles de educativos o económicos, orígenes étnicos y culturas, involucradas en varios modos de relación de pareja. Estas se acercaron para participar en los talleres de sexualidad y salud realizados como parte de las actividades educativas del movimiento. En esos talleres se trató de identificar los padecimientos y reacciones de las mujeres frente a situaciones de subordinación; también se trabajó el asunto de la desventaja en relación a lo que los hombres pueden obtener y las formas en que la sociedad restringe a las mujeres: la salud por ejemplo o la satisfacción sexual.

         En estos análisis reconocieron que la causa de los sufrimientos y privaciones de las mujeres eran las relaciones de género. En el estudio Desde las mujeres. Visiones del aborto se plantearon entender el sentido que tiene este hecho para las mujeres que vivieron esta experiencia, el lugar que ocupa en su biografía y en la percepción de sí mismas.

         La obra presenta las características de las entrevistadas e incluye seis relatos que muestran la diversidad de las mujeres y éstas como personas únicas. Se analiza, desde la perspectiva de género, la percepción de las mujeres que abordan sobre la sexualidad femenina y la del varón tanto para el placer como para la reproducción.

         Se estudia el comportamiento reproductivo a partir de los discursos públicos que circulan en la sociedad, público y privados, identificando los conflictos relacionados con el uso o no uso de la anticoncepción moderna. Se reflexiona sobre el modo en que las mujeres viven la experiencia del aborto siguiendo cada paso en la trayectoria; derivándose unas breves reflexiones finales.

         Los relatos de las mujeres se interpretan en base a la teoría que coloca las relaciones sexuales en el marco de las relaciones de poder (Londoño, 1982; Azeredo y Stoke, 1991) "Por el lado de la tradición crítica, como investigadoras, no se colocan en una posición de observadoras imparciales de una realidad; reconocen que están involucradas y asumen una posición frente al problema. Se ubican en la postura epistemológica del punto de vista, que proviene de la teoría crítica (Escuela de Frankfurt). Esta sostiene que no hay una perspectiva objetivamente neutral o desinteresada, que el razonamiento de todos o cada sector está situado social e históricamente, y que este contexto influye inevitablemente en el conocimiento que produce. El conocimiento, entonces, es construido socialmente. Asimismo, se adhieren a su propuesta de que la finalidad de la investigación puede ser de carácter emancipatorio, es decir, que el descubrimiento de aspectos de la sociedad -especialmente de ideologías, que mantienen el status quo- puede contribuir a que los grupos menos poderosos ganen conocimientos y control sobre las vidas de las mujeres".

         En relación a la muestra: "Este trabajo se basa en el análisis de los relatos de las experiencias de aborto de 50 mujeres. Los únicos criterios de selección que nos guiaron en la conformación de la muestra fueron que el aborto se hubiera realizado en un servicio privado durante un lapso de un año previo a la realización de la entrevista y que las mujeres accedieran a la entrevista".   

         Este trabajo afirma que el aborto se inscribe en una compleja trama de factores personales, biológicos y socioculturales, que lo hacen un evento único, distinto para cada mujer, por tanto no generalizable. Seis narraciones de vida revelan la multiplicidad de significados del aborto en las diversas etapas de la vida femenina; mostrando los heterogéneos estilos de vida, modos de toma de decisión y razones que llevan a las mujeres a percibir un embarazo como no deseado o inoportuno. Al analizar más detalladamente el asunto del género, ven que las relaciones entre hombres y mujeres se establecen en base a representaciones simbólicas de masculinidad y femineidad que legitiman y autorizan la posición ventajosa del hombre en relación a la mujer. Así el hombre tendrá, en la práctica, una perspectiva menos limitada y más posibilidades de realizarse en sus roles sociales e individuales. Estas relaciones asimétricas entre hombres y mujeres se manifiestan en la división del trabajo que adjudica ocupaciones y categorías salariales basándose en el sexo; en las diferencias frente al control del propio cuerpo y de la capacidad procreativa; en la legislación, la religión, las ideologías.

         "Será a través de las propias palabras de las mujeres que nos aproximaremos al complejo sistema de dominación simbólica que sostiene las relaciones jerárquicas entre mujeres y hombres, a través de sus expresiones veremos cómo las nociones de femineidad y masculinidad sirven de base para la estructuración y evaluación de su universo sexual".

         En general, la sexualidad masculina es percibida como activa, dominante y violenta en oposición a la sexualidad femenina, pasiva y sumisa. Hay mujeres que buscan conscientemente relaciones más igualitarias; nacen de ellas originales maneras de romper normas tradicionales de relaciones en el plano sexual y en otros aspectos de la vida en común. A través de las interpretaciones de las actitudes de las mujeres en la vida cotidiana, se puede percibir que ellas confrontan la visión masculina de la sexualidad y modifican la percepción de sí mismas y de su sexualidad. Elementos claves de ese proceso son el reforzamiento de su autoestima y el ejercicio de su derecho a buscar relaciones afectivas y sexuales más placenteras dentro de un marco más igualitario. Las autoras concluyen que la forma en que las mujeres perciben su sexualidad influye inevitablemente en sus decisiones sobre el manejo de la anticoncepción.

         El debate público y los conflictos privados se valen de la teoría que conceptúa la sexualidad como un asunto político, el poder juega un papel central en la organización de las relaciones sexuales. En esa medida, se valen de un concepto clave de la teoría de Foucault (1980): la noción de discurso en tanto nos interesa recuperar, qué se dice sobre la sexualidad y el comportamiento reproductivo femenino. Distinguen las instituciones que emiten estos discursos y cómo permean la sociedad y generan prácticas sociales; también hacen la distinción entre los puntos de vista dominantes y subordinados.

         Con diversos énfasis a lo largo de las dos últimas décadas, el Movimiento Feminista peruano ha demandado la autodeterminación de las mujeres sobre su cuerpo y su capacidad procreativa; una mayor injerencia del Estado en el planteamiento de políticas sociales -en particular de salud reproductiva-; y modificaciones en el aparato jurídico. En lo que se refiere a la responsabilidad de los hombres en el ejercicio de su sexualidad, plantean el logro de relaciones más equitativas a través de la negociación y el consenso entre mujeres y hombres respecto a las relaciones sexuales, al uso de la anticoncepción y al ejercicio de la paternidad. Cabe aquí apuntar que en el Paraguay aun no ha salido al debate público el tema del derecho y la salud reproductiva.

         Los autores señalan que el debate a nivel público sobre el aborto tuvo dos momento claves: uno, durante la elaboración de la reforma del Código Penal, y otro, durante la Constituyente, con los intentos de incluir al aborto bajo la categorización de -homicidio- en la nueva Carta Magna peruana. Es en este contexto que ubican los discursos privados de las mujeres que abortaron. Aún cuando ellas tienen una decisión afirmativa en relación al aborto, éste conlleva conflictos psicológicos y éticos que todas encaran según su situación personal y sus condiciones socioculturales. A partir de los relatos, agrupamos en tres las posiciones de ellas frente al aborto: no al aborto; sí pero en el contexto de su propia situación; y, sí por justicia y autodeterminación. Los relatos siguen los pasos que dan las mujeres tanto a nivel psicológico individual como las acciones para llegar a los servicios médicos privados para hacer efectiva su determinación.

         Las posiciones a favor de la despenalización del aborto fueron expresadas por algunos profesionales del gremio médico y juristas que perciben el aborto como un problema social y de salud, y los grupos feministas que demandan la legalización del aborto como la posibilidad de humanizar y de dar condiciones de decencia a una práctica que ya está siendo llevada a cabo en condiciones de clandestinidad; estos grupos también piden que el Estado refrende la maternidad voluntaria como parte del ejercicio de los derechos reproductivos o humanos de las mujeres. Dejan sentado que la toma de posición tanto en contra como a favor de la despenalización, depende del lugar que se le asigne a la maternidad en la vida de las mujeres; éste es el eje de donde parten las visiones contrastadas.

         Al referirse a la decisión de abortar se indica que los modos en que las mujeres procesan la decisión del aborto están en función del consenso o la ausencia del consenso que hayan logrado con la pareja o la familia; también dependen del nivel de autonomía con que puedan poner en práctica sus propias decisiones personales. En las reflexiones finales hallamos que el debate sobre la anticoncepción, la esterilización y el aborto continúa. Las voces del Movimiento Feminista sostienen la necesidad de ubicar el debate allí donde se da, en el marco de una sociedad patriarcal. Dentro de este ordenamiento, las mujeres están en condiciones de desventaja para ejercer control sobre sus vidas, su sexualidad y su capacidad reproductiva. Como investigadoras feministas nos ubicamos dentro del discurso feminista que cuestiona aspectos de la sexualidad y reproducción dañinas a los intereses de las mujeres: normas arbitrarias de interrelaciones con el hombre, en las que no existen equidad reciprocidad.

         Al relatar las circunstancias en que abortaron, las mujeres hablan del modo en que vivieron las relaciones sexuales; sus vivencias de la sexualidad ya sea en el contexto de relaciones signadas por la ausencia de la autodeterminación (coacción y violencia), en situación de subordinación tolerada frente a la sexualidad masculina, y, en consenso, donde las relaciones sexuales son expresión de la voluntad y el deseo tanto de las mujeres como de sus parejas. El llegar a situaciones de consenso ha significado para estas mujeres vivir en discordia con la ideología que presenta la sexualidad femenina como pasiva.

         Los relatos femeninos nos indican que el proceso de toma de decisiones para el uso de la anticoncepción es un área donde se materializan conflictos; tanto los de las mujeres como individuos en relación a su capacidad procreativa, como las desavenencias entre mujeres y varones. En relación a los conflictos de las mujeres como individuos, detectamos todavía un sector de mujeres que no concibe el uso de la anticoncepción como expresión de su autodeterminación; otro sector de mujeres, el mayoritario, opta por no utilizar métodos anticonceptivos modernos (este grupo de mujeres corrió el riesgo, es decir, apostaron a que no quedarían embarazadas); otras conciben el uso de la anticoncepción como expresión de su autodeterminación; usan anticonceptivos pero éstos les fallan.

         Se presentan diversos tipos de situación respecto a los conflictos de las mujeres con los hombres con los que tienen relaciones sexuales y afectivas. Para unas, la anticoncepción es una práctica que concierne solamente a ella, ya sea porque no hay negociación con la pareja o porque el hombre delega en la mujer la responsabilidad ("La mujer es la que se cuida"); para las segundas, es una práctica que concierne a ambos y por lo tanto se busca un método consentido por ambos y él o ella asume el uso de la anticoncepción; un tercer grupo de mujeres delegan en los hombres la responsabilidad de la anticoncepción ("el se cuida").

         El proceso de toma de decisión sobre el aborto tiene relación con el modo en que las mujeres viven las relaciones sexuales y el uso o no uso de la anticoncepción, en su contexto particular. Las autoras recomiendan que al tratar la problemática de la anticoncepción, se haga más visible el comportamiento sexual y reproductivo del hombre para mejorar la eficacia de las campañas de difusión sobre anticoncepción. La estrategia de las acciones en anticoncepción ha estado centrada en la mujer como responsable del comportamiento reproductivo, adjudicando, al hombre el papel de copartícipe y apoyo de la decisión sobre anticoncepción. En esta perspectiva, el comportamiento del hombre se analiza de manera superficial, su papel es visto como neutral, no se tiene en cuenta que las relaciones entre hombres y mujeres son asimétricas. Con frecuencia el hombre recurre a la violencia para imponer su sexualidad. En casos menos extremos, los deseo y las necesidades de la pareja son decisivos en la manera como las mujeres viven su sexualidad, la anticoncepción y el aborto.

         La obra incluye tablas estadísticas de métodos anticonceptivos al momento del embaraza, método anticonceptivo más eficaz en su historia, origen de la información sobre servicio de aborto, confidentes sobre el aborto, tiempo de gestación al momento del aborto, acompañante al momento del aborto, costo del aborto, abortos anteriores, aspectos físicos del aborto y método anticonceptivo después del aborto.

         En el final del trabajo presenta una Relación de entrevistadas y explican que en el apéndice todas las entrevistadas han sido incluidas en orden alfabético. Pero a fin de proteger el anonimato, los nombres fueron sustituidos por seudónimos y la información biográfica se refiere a lugar de nacimiento, edad, nivel educativo, actividad principal, religión y barrio de residencia. También se presenta el tipo de relación de pareja, si tiene hijos y el número de ellos, la experiencia anticonceptiva y el proceso de toma de decisión sobre el aborto.

         Entre los estudios que analizan las implicancias o efectos del aborto resulta pertinente hacer algunas referencias al trabajo sobre el aborto en el Cusco, Perú. (Arroyo, 1994). Este sostiene que: "el aborto es un tema que moviliza muchos sentimientos y contradicciones, sobre el que es necesario debatir y tomar posición por sus diferentes implicancias. No resulta sencillo opinar libremente sobre el aborto, sobre todo cuando nos movemos en una sociedad conservadora como la cuzqueña, donde un tema como éste puede generar más de una controversia".

         Los autores tuvieron dificultades en conseguir información actualizada, no sólo por la complejidad del tema y el sub-registro sino por la ausencia de información estadística consolidada. El aborto es también un problema de salud en el Cusco, que por su magnitud debe ser investigado y analizado multidisciplinariamente, contando con el concurso de las ciencias sociales y otras disciplinas que posibilitan una visión integral del problema. Esto permite conocer mejor las implicancias que tiene el aborto en las mujeres que por diversas razones han tenido que recurrir a él.

         Y al hablar de una sociedad conservadora como la del Cusco, que refiere el autor, cabe mencionar la obra, Una sociedad conservadora ante los desafíos de la modernidad del doctor Domingo Rivarola, editada al finalizar la dictadura en nuestro país, en octubre de 1991. Aquí el autor aborda y comprende el curso histórico de la compleja realidad paraguaya, apartándose de los delineamientos analíticos e historiográficos tradicionales que han tratado de interpretar el devenir paraguayo a partir de un paradigma de cambio. Este trabajo intenta un viraje radical, al proponer como supuesto fundamental la existencia de una sociedad conservadora que ha podido resistir por una diversidad de circunstancias y factores, los impulsos de cambio que la sacudieron desde su interior y otros escenarios sociopolíticos e ideológicos. Como la obra es de 1991, se esperaría que para 1994 hubiera muchos cambios. Pero, realmente, en muchos sentidos -especialmente en los relativos a salud reproductiva- se dio una suerte gatopardismo, en nuestro país. Los cambios son para que nada cambie.

         Un estudio sobre los efectos de los abortos provocados (Morales Jiménez, 1983) se basa en la observación de 589 gestaciones con antecedentes de un aborto provocado en medio hospitalario en un embarazo anterior. El trabajo prueba que existe una relación entre la interrupción de un embarazo anterior y resultados adversos de la siguiente gestación (embarazo ectópico, abortos espontáneos, cesáreas primitivas y crecimiento uterino retardado, etc.)

         Otros artículos (R.F.N., 1996) se centran en el tratamiento judicial dado a casos de fallecimiento siguiendo un aborto; y en el tratamiento que se da a los médicos que tomaron intervención en estos casos. El Hearing Committee revocó la licencia de un médico por "gran incompetencia y negligencia", pero posteriormente se le permitió continuar el ejercicio de la medicina. En este caso sin embargo mientras se tramitaba el juicio aparecieron nuevas incidencias, que son referidas por Reproductive Freedom News.

         La obra de Gálvez, J., 1994, estudia la incidencia del aborto séptico como causa de morbilidad y mortalidad materna. Es una investigación descriptiva y analítica sobre 1088 casos de aborto séptico atendidos en el departamento de gineco-obstetricia del Hospital de Apoyo María Auxiliadora (HAMA) del Perú, entre el 1 de enero de 1990 y el 31 de diciembre de 1993. Se revisaron los registros de ginecología del Centro obstétrico del sistema informático perinatal e historias clínicas de las pacientes. La frecuencia de aborto en el HAMA es de 2,99 por mil nacidos vivos, la del aborto séptico llega al 18%, tasas de las más altas en el país.

         El documento refleja nítidamente la realidad peruana con tribulaciones que tienen características muy similares a las de nuestro país, ya que el aborto séptico siempre ha existido. En su forma inducida fue probablemente uno de los primeros métodos usados para regular los nacimientos, según otro trabajo de Gálvez J. y colaboradores (1976).

         "Se desconoce la exacta incidencia del aborto en la población del Perú, fundamentalmente porque su manejo involucra aspectos médicos, sociales y legales. Los estudios a nivel nacional y local reportan sólo una aproximación al problema..."

         Entre los estudios que se focalizan en las muertes maternas resalta el trabajo de un venezolano (Agüero y Torres, 1985) estudia entre 192 muertes maternas ocurridas en la maternidad Concepción Palacios, en un lapso determinado. En este estudio determinó que el aborto tiene alta incidencia en los casos de mortalidad materna llegando al 41%.

         Un documento (International Family Plannig Perspéctives, 1995)23, indica que aproximadamente cuatro millones de abortos se realizan anualmente en América Latina a raíz de embarazos no deseados; la gran mayoría de estos abortos se realizan en forma clandestina y ellos no son seguros, sino al contrario implican altos riesgos. Otro estudio (Feresu, 1994) denuncia que en Zimbabwe existen aproximadamente 70.000 abortos anuales realizados con métodos tradicionales; uno de los hallazgos insólitos de este trabajo es que la poligamia aparece como un método de planificación familiar aceptado incluso por las mujeres.

         Otro investigador (Penchaszadeh, 1993) estima en cincuenta y tres millones los abortos inducidos a nivel mundial la mayoría de ellos en países en desarrollo. Una investigación realizada en Piura, Perú determina las tasas de mortalidad materna, (Chumbe Ruiz, 1994) define como mortalidad materna, aquella que ocurre durante el embarazo, parto o puerperio. Esta puede ser obstétrica o no obstétrica. La muerte materna de causa obstétrica, a su vez puede ser directa o indirecta. La mortalidad materna expresa de una manera directa el grado de desarrollo alcanzado por la comunidad o país. Así, aquellos con una alta tasa de mortalidad materna, tendrán un bajo desarrollo socioeconómico, y países o comunidades con menos mortalidad materna, serán los altamente industrializados.

         Perú, según el informe de la OPS de 1990, se halla entre los países con muy alta mortalidad materna, tienen una tasa mayor de 150 por 100.000 nacidos vivos, junto a Ecuador, Haití, Paraguay y Bolivia. El autor subraya el hecho de que "...en Piura, la tasa estimada actualmente es de más de 300 por 100.000 nacidos vivos.. "En este trabajo, el autor presenta un cuadro de mortalidad materna en algunos países de la región de las Américas, de acuerdo a datos proporcionados para el mismo período por la OPS, donde solamente Bolivia con 480 por 100.000, supera a Paraguay con 380 por 100.000.


         VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


         Los datos obtenidos a través de esta investigación pueden ser útiles en acciones de advocacy durante el tratamiento de la reforma del Código Penal. Esto se lograría colocando los temas de Salud y Derechos Reproductivos y situación legal del aborto en el debate de la opinión pública, destinada a jugar un papel durante el estudio parlamentario de los artículos del Código referentes a estos temas.

         En lo que respecta a la percepción de la sexualidad, hemos detectado en primer lugar que ésta sigue asociada a la reproducción, que el placer ni la ternura están ausentes del consciente de los/as encuestados/as (ni surgió en el de los/as entrevistados/as), y finalmente, que la concepción utilitaria de la sexualidad, y su asociación con el poder o la dominación eran sancionadas negativamente.

         Considerando el consenso existente sobre la responsabilidad del estado en lo que respecta a los servicios de salud reproductiva y la provisión de información sobre estos temas, el estado, lejos de impulsar políticas que deleguen o tercericen estos servicios, debería más bien incrementarlos.

         La profundización del debate público -y su extensión a ámbitos nacionales- sobre Derechos Reproductivos presionaría sobre los órganos legislativos, impulsando la discusión parlamentaria y la codificación de leyes específicas sobre Salud y Derechos Reproductivos que regulen los articulados constitucionales respectivos.

         Debería igualmente ligarse las tareas del Ejecutivo -a través de los Ministerios, de la Mujer, de Salud Pública y de Educación- en lo que hace a servicios y educación en Salud Reproductiva con la del Legislativo, de modo a profundizar el marco legal de estas actividades del poder público.

         El problema del rejuvenecimiento de la fecundidad es percibido claramente por la población asuncena, listando entre sus causas las deficiencias de la educación formal e informal. El plan de Reforma Educativa debería insistir en la educación formal de niños/as y adolescentes sobre cuestiones sexuales y reproductivas, de modo a disminuir las preocupantes tasas de embarazo adolescente.

         Se señala la necesidad de profundizar el análisis, en futuras investigaciones, de dimensiones culturales e idiosincrásicas (mentalidades indígenas, semántica del guaraní y jopará) ligadas a las prácticas reproductivas. Igualmente debería considerarse la existencia de tradiciones y saberes indígenas y populares respecto a distintos aspectos de la salud reproductiva.

         La tolerancia y el respeto hacia las expresiones de universos simbólicos diversos, existentes en la sociedad paraguaya, debe normar las distintas acciones -marco legal, oferta de servicios, educación formal e informal, difusión a través de medios masivos, debates públicos, etc.- ligadas a los derechos y la salud reproductiva.

         La opinión mayoritaria de la población asuncena, crítica a los servicios de salud reproductiva implementados por el estado, debería conducir a una profunda reforma y ampliación radical de los sistemas de salud destinados a la mujer, abandonando el recurso de los pequeños "maquillajes", o acciones individuales de directores/as comprometidos, empleado hasta ahora.

         Me pregunto yo, si al decir de los legisladores, que la despenalización del aborto se trata de un tema espanta-votos, entonces, cual es el "consenso" social con el que cuentan. ¿Hicieron alguna vez un estudio serio con, y acerca de las mujeres en cuanto a los derechos reproductivos y el aborto, por ejemplo? Sugerimos, en consecuencia, poner a la consideración pública estos asuntos para tomar medidas políticas que eviten, o por lo menos disminuyan el sub-registro de muertes de mujeres, a consecuencia de abortos clandestinos. Al traerlos al debate público, y sobre todo, al debate legislativo, se podrá, a partir de investigaciones serias, entrelazar el asunto de la alta fecundidad y sus consecuencias negativas, con el desarrollo económico y social del país.



NOTAS

1Paraguay - Indicadores de Mortalidad 1994 - Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud.

2 Datos proporcionados en comunicación personal a la autora por el Dr. Chaparro Abente, director del Programa de Apoyo a la Salud Reproductiva y Planificación Familiar del MSPyBS.

3España, Ministerio de Asuntos Sociales -FLACSO, Paraguay, Mujeres Latinoamericanas en cifras, Santiago de Chile, 1993, p. 78. Este dato es de 1989, otras estimaciones elevan la cifra a 23 por ciento.

4La denominación de la moneda paraguaya cambió de Peso a Guaraní, en octubre de 1943. Un Guaraní equivalía, ese año, a 100 Pesos.

5Boletín Población y Salud Reproductiva, presentado en la 116º Reunión de Washington D.C. en junio de 1995.

6Mujer y Sociedad en América Latina: Cultura de las mujeres Ayoreo del Alto Paraguay - CLACSO - Pág. 379.

7Vance, Carol (Comp.), Placer y el peligro, Madrid, Hablan las Mujeres, 1989, p.9

8Mueller, Dixon, "The sexuality connection in Reproductive Healt", en Estudios in Family Planning, Vol. 24, No. 5, 1993. Traduc. Ramon Fogel.

9Ibíd.

10Mundigo, Axel (OMS), La interdisciplina en la Salud Reproductiva, Ponencia del V Encuentro de la Asociación Argentina de Ginecología, Bs. As, 1984, p. 8.

11La definición pertenece a Azeredo y Stolcke, y es la aceptada por Axel Mundigo.

12Definición de Salud adoptado por la OMS en 1994, de Axel Mundigo.

13Ibíd., asumida por la plataforma de Beijing.

14Argentina, Red Nacional por la Salud de la Mujer, "Mujer, Salud Reproductiva y Sexualidad", Córdoba, 1994.

15Citado en O.P.S., La Salud materna, un perenne desafío, Washington, 1991.

16Vigiladas y Castigadas: Seminario Regional s/ Normatividad Penal y Mujer en América Latina y el Caribe - CLADEM: 1993.

17Fempress especial, Santiago de Chile, 1992.

18Clara Rosa Gagliardone, informe sobre violencia, Asunción, octubre de 1996

19Constitución Nacional. 1992.

20Fempress: 1992, Informes de los países sobre mortandad de mujeres.

21Luna C.: Jóvenes de la calle: adaptación y supervivencia en la década del SIDA - J. Adol Health 1991; 12: 511-514.

22Citado en Prieto, Esther, "Los derechos reproductivos en los instrumentos internacionales y la postura de Paraguay", Ponencia en Grupo de observación realizado por esta investigación.

23Toda la bibliografía en inglés (POP -LINE, INTERNET) se halla detallada a partir de la página 97.





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WAA "MUJER Y SOCIEDAD EN AMERICA LATINA" -CLACSO "Cultura de las mujeres ayoreo del Alto Paraguay (De la menarca a la Lactancia)" -Raquel Rojas -pág.379- 453.

 





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