PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO

  EL LÍMITE DE TU MUNDO ES LA RADIO - Por Dr. BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO


EL LÍMITE DE TU MUNDO ES LA RADIO - Por Dr. BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO

EL LÍMITE DE TU MUNDO ES LA RADIO (I)

Por Dr. BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO

 

Haber concebido “Contrapoder” desde el inicio de Radio Libre en Paraguay hace 15 años era abiertamente una provocación al lenguaje, la participación y el debate, pero, por sobre todo, a los valores que sugieren estas formas de interacción humana: respeto, tolerancia, responsabilidad y compromiso. Pudiera parecer una pretensión muy amplia y, por ello mismo, restringida en su concreción, pero, sin embargo, el programa de debate radial paraguayo de tres horas diarias ha sobrevivido en el tiempo y ha servido no solo para construir una opinión pública más robusta, sino a comprender en democracia la trascendencia de la diversidad de voces en la construcción de una libertad de expresión amplia y tolerante.

No era poca cosa para un país como el Paraguay, que habría proscripto el verbo por años de autoritarismo y por los cercanos 35 años de dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), en donde los intentos de micrófono abierto en Radio Ñandutí habían costado el cierre de la emisora y permanentes citaciones a la policía de su director. El gran desafío, primero, de Radio Libre y, luego, de uno de sus programas era cómo lograr que los temas importantes se hicieran parte del debate ciudadano y que, al mismo tiempo, permitieran comprender de manera amena, dinámica y ágil la trascendencia de los temas en la vida de los oyentes activos y que agitara la reacción de los “pasivos”, entendiendo por ellos a aquellos que no participan directamente del debate. Era importante iniciar con una toma de posiciones en torno a tres temas relevantes de actualidad, luego de la presentación del programa que, inicialmente, se emitía en horario vespertino (15:00 a 18:00) y luego en tiempo matutino hasta la actualidad (8:00 a 11:00). El espacio se inicia con tres temas abordados en tres minutos que permiten una ubicación temporal sobre los tópicos escogidos por la producción y el conductor, sobre los cuales existe una clara toma de posición personal sobre los puntos escogidos. Casi siempre son temas económicos, políticos y sociales.

Posterior a eso se lanza una pregunta disparadora que cruza generalmente los temas más trascendentes del día o que estarán en la agenda de la semana. Se explica el alcance temático de la esta y por qué la interrogante permite orientar el debate sin limitarlo exclusivamente al ámbito directamente escogido. Así, por ejemplo, ante la crisis política de junio del 2012 que acabó con la presidencia de Fernando Lugo luego de un juicio político impulsado por el Congreso paraguayo, la pregunta disparadora era: ¿Institucionalmente la respuesta a la crisis política era de contenido político o jurídico? Queríamos que el análisis ciudadano pudiera abarcar una mirada al artículo constitucional que permite el juicio político al presidente de la República por, entre otras cosas, “mal desempeño en sus funciones”, pero deseábamos alcanzar en el análisis el procedimiento llevado a cabo por el Congreso, la oportunidad de este, la explicación social como trasfondo de la crisis, la respuesta jurídica a un caso político, las limitaciones de legitimidad del Congreso ante un hecho de este tipo, la irresponsabilidad del jefe del Ejecutivo para abordar con rigor el manejo de la crisis que impulsó el juicio y de otros casos anteriores; en fin, una mirada histórica de otros casos similares en transición y una visión comparada sobre sucesos como el caso del juicio político al expresidente brasileño Fernando Collor de Mello.

El programa tuvo un pico de audiencia enorme a través de las llamadas en los tres números telefónicos de cabina, y los mensajes en el celular de la emisora y en las redes sociales (Facebook y Twitter), en los que las miradas a veces apasionadas y otras vistas con mesura por una audiencia diversa pero generalmente con muy buena preparación intelectual permitieron que el programa se convirtiera en un recurso pedagógico notable, en un momento de crispación nacional. Sumado a eso, me ha tocado tener que responder en el aire al llamado de emisoras internacionales interesadas en saber en torno al proceso, que sirvieron además para reforzar la comprensión sobre el tema desde una perspectiva foránea que, a veces, servía de justificación y, otras veces, de pretexto para entender mejor la complejidad de la situación.

 

SOSTENER LA DIVERSIDAD DEMOCRÁTICA

Uno de los grandes desafíos en programas de este tipo es no dejarse llevar por algún participante con gran capacidad retórica o con un histrionismo que termina por apabullar la visión de otros oyentes, y para eso es importante que el conductor esté atento a los detalles de cada una de las explicaciones para solicitar aclaraciones, corregir a veces o enderezar el debate hacia donde la pregunta disparadora había sugerido. Por lo general, algunos participantes le dan mucho color al programa, pero desalientan otras voces que pudieran enriquecer notablemente el análisis de los hechos. El peor escenario para estos programas es que el conductor se solace con la cantidad de participantes en detrimento de la comprensión real de los temas abordados.

Es importante un nivel de autoridad en la conducción que impida los desbordes o que el debate se centre solo entre dos o más participantes, con lo cual se agota el tiempo y las posibilidades de otras personas que pudieran enriquecer notablemente el mismo. A veces, la tentación del conductor es entrar en polémica con alguien y desbordarse en una agitación verbal que suele conducir a un intercambio de agravios que no reporta absolutamente nada a la comprensión temática del programa. El personaje-conductor termina imponiéndose sobre el tema y solaza a un sector de su audiencia que se siente identificada con la personalidad del mismo y, más especialmente, con el vocabulario vulgar que utiliza para capturar la atención de la audiencia.

El lenguaje permite decir más cosas que la restringida afirmación de vulgaridad que domina a varios conductores y que son tomadas como ejemplo por jóvenes radialistas que creen que eso demuestra popularidad y, es más, muestra el carácter democrático de la emisora. Mi percepción es contraria a esto. Creo que se puede hacer buena radio sin caer en los excesos y, en especial, en los epítetos calumniosos, que finalmente demuestran el escaso espacio que existe para las ideas y para el ejercicio de un periodismo responsable que valore la libertad de expresión y que la nutra de recursos que permitan el desarrollo de una democracia diversa, amplia y robusta.

Algunos ejemplos como Rush Limbaugh, en EE.UU., donde la militancia política agresiva transmitida por una red de emisoras que encuentra que el talk show es no solo popular, sino refleja en gran parte la decepción ciudadana en torno a los políticos y a la política en verdad, en el fondo el estilo empobrece notablemente la democracia y, sin percibirlo, quizás justifican modelos autoritarios de gobierno y de relación. Algunos conductores de radio se han vuelto populares porque han sido capaces de insultar en público a un legislador de cuestionable capacidad para el ejercicio de su cargo, pero no ha buceado mar adentro para comprender el porqué de la crisis de representatividad en nuestras democracias latinoamericanas, que generalmente requieren una mirada más seria sobre la educación, la inequidad, la pobreza, la corrupción u otros elementos sociales o económicos que finalmente marcan claramente las razones de la baja calidad de representación de nuestros congresos y de los presidentes que escogemos.

El conductor radial alguna vez conocido como el “bastonero” no solo debe marcar el compás, sino establecer con el paso el ritmo democrático más útil a la sociedad, que permita reconocer un problema y ser abordado por otros actores políticos activos o pasivos.

“Contrapoder” decidió sacar un libro denominado RADIO-GRAFÍA DE UN PAÍS EN CRISIS (2004), que resume varios temas abordados durante el programa a lo largo de un año y que se presentó como un aporte novedoso al debate político paraguayo, tan necesitado de argumentación y razonamiento. El libro, patrocinado por la Fundación Konrad Adenauer, tuvo un gran éxito editorial y hoy se encuentra con edición agotada. Resumía, en el mismo ritmo del programa radial, textos en los que el conductor emitía una idea u opinión y la misma era contrastada, confrontada o criticada por los oyentes, pero con una articulación dinámica que abordaba visiones y perfiles novedosos en torno a cuestiones de seguridad, educación, salud, juventud, criminalidad, etc.

Varios de estos argumentos fueron utilizados durante la campaña política del 2003-2008 y, luego de ser presentado en el Aula Magna de la Universidad Católica, sirvió además para demostrar la importancia de la radio en el rescate de la palabra, en el fuego del verbo que permite la creación y en la trascendencia de las ideas en democracia.

 

VOLVER AL PODER DE LA PALABRA

Las nuevas tecnologías han supuesto un notable empobrecimiento del lenguaje, al punto de que algunas universidades hoy no otorgan títulos a personas que no sean capaces de expresar en palabras lo aprendido durante un ciclo de enseñanza. Otras están redescubriendo la retórica, que había sido una de las primeras cátedras en las nacientes universidades europeas del siglo XI, y estoy convencido de que la radio puede jugar un papel provocador, agitador y encauzador de la recuperación del lenguaje y, con ello, el enriquecimiento de la democracia. Radio Libre ha insistido notablemente sobre este punto desde su creación en 1997 y ha buscado diferentes mecanismos para entusiasmar a los jóvenes con los programas de debate en amplitud modulada. Los esfuerzos continúan y continuarán, porque estamos convencidos de que la democracia requiere hoy de la fuerza de las ideas que permitan innovar, crear y superar paradigmas que hoy se muestran obsoletos, para resolver varias cuestiones de crisis humanas.

Requerimos, además, de conductores radiales para programas de este tipo, con una capacidad cultural mucho mayor y un universo educativo que le permita no solo ser retratista, sino, por sobre todo, exégeta o intérprete de los tiempos que nos tocan vivir. La triple crisis de identidad, valores y destino requiere de una radio con ideas y una conducción inteligente que permita al oyente saber no solo lo que les pasa, sino por qué pasan las cosas. No es solo una cuestión de forma, sino, por sobre todo, es un desafío de fondo. La idea de que las radios que hablan de esto son aburridas, no tienen oyentes y terminan fracasando, en realidad, es una profunda crítica hacia la calidad de los formatos y a la capacidad de conducción de varios temas que, como tales, necesitan de conductores con inteligencia y, por sobre todo, cultura.

Además, necesitamos conductores de radio con una gran capacidad de relacionar temas. Hoy, la interconectividad y la visión de trabajo en redes constituyen toda una lógica en los nuevos medios, y presuponen a la radio y sus conductores aplicar los mismos principios a la elaboración de programas y, en especial, a la presentación y conducción de los mismos. Hoy debemos saber tanto de música como de política, de cambios financieros como de calentamiento global, debemos hacer honor a la expresión aquella que decía: “soy humano, por lo tanto nada de esta Tierra me debe ser extraño”. Curiosidad y, por sobre todo, interés en temas transversales constituyen desafíos vigentes y actuales para los conductores de radio.

Publicado en fecha: 6 de Octubre del 2013

Fuente en Internet: www.abc.com.py


 

 

EL LÍMITE DE TU MUNDO ES LA RADIO (II)

Por Dr. BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO

 

Cuando alguien habla de música, en la cabeza de esa persona –y en su cerebro– se opera una variada y compleja relación de conductores que ubican el tema, el autor o el intérprete en una dimensión de espacio y tiempo que permite mantener el atractivo de un programa determinado. Nada ni nadie sustituirán jamás a un buen contador, relator e intérprete que sepa cómo contar hechos, historias o sucesos de una manera original, atractiva y amena. Aún recuerdo las clases de un profesor de Música en Harvard, de nombre Thomas Forrest Kelly, cuya cátedra First Nights se desarrollaba bien temprano en el viejo y hermoso gran teatro Sanders de la universidad, con un público ávido de entender qué había pasado la primera noche que un famoso tema musical había sido estrenado en una ciudad determinada. El profesor tocaba la melodía, ubicaba el autor en su tiempo, lo relacionaba con el ambiente político del momento, referenciaba hechos económicos o sociales que hicieron que dicho tema fuera compuesto, el público que asistió y sus características sociales, el teatro con su arquitectura o los carruajes y las calles empedradas por donde circulaban... todo eso permitía al alumno vivir una experiencia académica extraordinaria en la que no solo uno aprendía de música, sino también de literatura, arquitectura, política, economía e incluso demografía. Otro ejemplo interesante de esta lógica humana es el libro Del Amanecer a la decadencia: 500 años de pensamiento Occidental (Taurus 2004) de Jacques Barzun, catedrático de Historia Cultural de la Universidad de Columbia (EE.UU.), en el que en un maravilloso texto relata por qué pensamos como pensamos, y de una forma amena, inteligente, relaciona hechos y personajes que construyeron nuestra forma de abordar temas tan amplios que hacen parte de la arquitectura mental de Occidente. Este hombre sabio, que nació en 1907 y que aún vive, hizo de este libro un récord de ventas por casi medio año en los Estados Unidos y su versión en español es una deliciosa manera de presentar erudición con amenidad e inteligencia con cortesía. Esta lógica de interconectividad y relacionamiento debe ser el desafío permanente de un conductor radial. Tiene que observar en las noticias sueltas, en las palabras de sus oyentes, en los matices de su expresión, elementos que permitan vivir la radio de una manera atractiva e inteligente. Entendiendo esto último como el resultado de millones de neuronas disparadas para generar interés y atención sobre un tópico determinado.

El programa “Contrapoder”, a veces, aborda cuestiones históricas que curiosamente resultan ser más atractivas que los tópicos futuristas. Existe un notable apasionamiento por los hechos del pasado, pero en mi experiencia radial paraguaya he visto una incapacidad o quizás limitación a otear el futuro con ideas provocadoras u originales que permitan aportar desde la radio respuestas a estos tiempos llenos de interrogantes sin resolver, o preguntas perdidas en el silencio o en la bulla. La radio, en los programas de debate, tiene que generar ideas nuevas, pero al mismo tiempo hacer las preguntas correctas que permitan buscar respuestas apropiadas en el ámbito de la conversación política o económica. Debemos aportar líneas de reflexión y acción en este ambiente babeliano que nos toca muchas veces compartir, agitar o vivirlo apasionadamente.

Es interesante observar cómo los programas de debate generan cauces absolutamente notables. La audiencia comienza a darse cuenta de sus potencialidades literarias e incluso artísticas. Varios oyentes de “Contrapoder” han publicado a lo largo de este tiempo libros de poesías, cuentos, novelas o se han convertido en virtuosos compositores musicales que cada cierto tiempo comparten con la audiencia sus creaciones e invitan a la presentación de sus textos. Otro fenómeno interesante ha sido cómo la difusión o discusión de las ideas lleva a comprometerse en proyectos políticos. Un grupo decidió impulsar una idea de “lavar la bandera” del Paraguay luego de observar que la conducción política en el 2002 había caído en un descrédito enorme. Algunos de los autores de este movimiento decidieron luego ser candidatos a cargos públicos en varias localidades y, en no pocas ocasiones, la audiencia ha querido que el conductor del programa se convierta en uno de ellos.

La tentación de ser parte del poder y no del contrapoder es siempre muy grande en los medios y con el ejemplo de varios comunicadores devenidos en actores políticos en América Latina, incluso como presidentes o legisladores, la estrecha línea que separa a cada uno de ellos es siempre una situación que debiera ser mirada con atención e inteligencia. No es lo mismo conducir un programa de radio o tevé que hacerlo desde una condición política que requiere otras habilidades que no pueden reducirse a la afirmación: “Si alguien con menos calidad que yo llegó, ¿por qué yo no?”.

Las ideas tienen una notable fuerza en sí mismas que requieren conocer los límites personales, y comprender exactamente el rol de comunicador y servidor del ciudadano para que este tenga poder, o se sepa con poder de elegir o ser elegido para un cargo público. Los programas de debate convierten a los conductores en grandes referentes del debate cotidiano en las emisoras de Paraguay y América Latina. Conocer el límite de la incompetencia de uno es una tarea por demás demandante de autocrítica, grandeza y visión colectiva.

 

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Los programas de debate suelen tener la tentación del facilismo cuando el conductor provoque la reacción visceral de la gente y esta reacciona desde el anonimato de los mensajes de textos en un teléfono celular. Suele ocurrir con frecuencia que la agenda del programa la fija quien es capaz de enviar en 140 caracteres del Twitter alguna frase ingeniosa o una respuesta provocativa que se convierta por lo mismo en el centro del debate, dejando de lado una cuestión trascendente o importante que el programa podría aportar. No es fácil huir de esta tentación e incluso, a veces, manipular un mensaje leyendo un texto falso que en realidad expresa la visión del conductor, que no se anima a expresarlo de manera personal. Hay que tener mucho cuidado con estos recursos y en especial mantener una línea ética que no permita caer en esas claras formas de desviación del debate.

Las redes sociales como Facebook y Twitter han permitido difundir viralmente el contenido de un programa de radio y en tiempo real permiten hacer un seguimiento de los mismos, en especial con oyentes que escuchan la emisora a través de internet. Es un buen recurso. Bien manejado por una producción inteligente, permite darles un recurso a los programas de debate radial. Algunas personas temerosas de participar directamente al aire suelen utilizar estos medios para expresar ideas en un párrafo y más que generalmente enriquecen el debate. El conductor de nuevo debe ser lo suficientemente inteligente para incluir esa opinión en el espacio que contribuya al programa, el tema y la idea. Estos elementos constituyen la salsa del espacio y como tal deben ser administrados en su exacta dosis, de manera a cumplir con su rol en el “menú radial” que se ofrece a la audiencia. Nunca tanto y nunca poco. Dosis exacta y colocada en el punto permitirá que el programa gane en densidad y sabor.

Para los que venimos de los tiempos del beeper, dejado a un lado por obsoleto, y nos adentramos en estas nuevas formas de comunicación, no podemos dejar de admitir el impacto que estas redes sociales tienen en la difusión de las ideas, pero es importante admitir su trascendencia en la exacta proporción que permita que el tema no se diluya en cuestiones baladíes o intrascendentes, o que genere pereza o liviandad en la conducción. Es muy fácil caer en dichas tentaciones y, por lo tanto, requerimos entender desde la radio su aporte proporcional a la idea central que es comunicar de manera inteligente las cosas que nos pasan pero, por sobre todo, por qué nos pasan.

Existe además una tentación que otorga el anonimato a que personas con perfiles falsos procuren establecer la agenda en programas de radio muy populares, entablando un conflicto con el conductor que no puede rehuir la provocación del mismo acabando con el programa a su paso. Evitar que el programa de debate se convierta en un “vomitatorio público” requiere agudeza, inteligencia y autoridad que se le da el hecho de saber de lo que se habla con datos, números, circunstancias y momentos. Entender que los recursos de las redes sociales nos hacen mirar la radio desde una visión interrelacionada es un aporte de lógica comunicacional antigua pero siempre necesaria de ser reaprendida.

Un programa de este tipo requiere de una producción inteligente que sugiera desde los temas apropiados hasta escoger los mensajes que sirvan al conductor para enriquecer el debate y no para distraerlo en cuestiones secundarias o superficiales.

No hay que reducir tampoco el programa a estos modos de participación. No creer que porque nos han escrito poco es que no somos atractivos de ser escuchados. Finalmente, este tipo de interacción es solo una forma más de la serie de ingredientes que hacen parte de un programa de debate.

Si tuviéramos que dar una receta a un programa de debate, diríamos:

Escoger correctamente el horario. Nuestra experiencia en Radio Libre nos demostró que las audiencias cambian de acuerdo a los tiempos. En el tiempo vespertino los que nos escuchaban eran absolutamente distintos que aquellos que luego nos siguieron en los horarios matutinos. El conocimiento del público, de sus gustos y de sus tiempos es fundamental para este tipo de programas.

Publicado en fecha: 13 de Octubre del 2013

Fuente en Internet: www.abc.com.py

 

 

 

ENLACE INTERNO A DOCUMENTO DE VISITA RECOMENDADA


(Hacer click sobre la imagen)



 

LAS MISIONES JESUÍTICAS

Por JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
LIBROS,
LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA P



Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA