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ALDO TRENTO

  ESTUDIO DE UNOS DETALLES DE LA IGLESIA DE YAGUARÓN - Texto de ALDO TRENTO


ESTUDIO DE UNOS DETALLES DE LA IGLESIA DE YAGUARÓN - Texto de ALDO TRENTO

ESTUDIO DE UNOS DETALLES DE LA IGLESIA DE YAGUARÓN

Texto de ALDO TRENTO

Fotografías de FERNANDO ALLEN

 

MUESTRA EN OCASIÓN DEL SEGUNDO CONGRESO EUCARÍSTICO 2003

 

PARROQUIA SAN RAFAEL - ASUNCIÓN

 

 

         ARQUITECTURA Y MORFOLOGÍA DEL BARROCO:

         LA CONTRARREFORMA

 

         La revolución espiritual del barroco, en cuanto reacción doctrinal y estética, y sus consecuencias, están indisolublemente ligadas al estilo del Renacimiento y a la Reforma Protestante que la provocaron. Estos dos movimientos crearon un contexto socio-cultural que recién será definido a partir de la Revolución Francesa y la Ilustración. El artista medieval, está muy íntimamente ligado al pueblo y vive su pertenencia y existencia como parte del mismo; él prefiere ser autor anónimo porque su humildad es consciente. El artista romántico, por el contrario, sobresale del conjunto del pueblo y se destaca como genio. En este contexto, el artista barroco es consciente de su naturaleza individual pero en el seno de un orden; así el barroco es como una articulación entre los extremos.

         El pretencioso revolucionario, distintamente, sabe de sus derechos (los derechos humanos), tomándose él mismo como objeto de meditación y como sujeto de comprensión del mundo. Las dos revoluciones del espíritu, la Contrarreforma y la Revolución Francesa, son, respectivamente, el nacimiento (fines del siglo XVI) y la muerte (fines del siglo XVII) del hombre barroco, quien se esfuerza por poner a la luz un orden en las cosas a través de:

1- la ornamentación.

2- el movimiento.

3- el escenario y

4- el empirismo, fundado en los sentidos.

         En el barroco no existe el apremio, todo es equilibrio (a diferencia del clasicismo en que se debe seguir una norma).

 

         1- LA ORNAMENTACIÓN

 

         Refinado y fino el arte lineario del barroco insiste sobre el diseño y las formas, enfatizando el arte pictural que procede por "glissando", igual a cierta música, como la del arpa, donde se escuchan rápidamente todas las notas sin medio tonos, es decir, todos los tonos de un solo color. Aparece el camafeo que da preferencia al movimiento sobre la forma estática. De la expresión de la profundidad resulta una superposición geométrica de planos sucesivos y se produce con este efecto la invitación a explorar un espacio desconocido como una melodía. Esta estructura barroca encierra la entera historia del arte en todos los aspectos y sirve de denominador común a períodos tan alejados como el clasicismo, la contrarreforma y los estilos de fines del siglo XVIII. Es la antítesis exacta y permanente de un clasicismo cíclico y frágil.

 

         EL ALTAR DE YAGUARÓN

 

         El altar de Yaguarón es el desvelarse de los tres misterios de la Iglesia:

- la Santísima Trinidad

- la Encarnación

- la Redención

         Representa el desenlace de un discurso que aparece como una espera de esta revelación. Veamos la expresión de sus riquezas. Hay en el barroco una aprehensión literaria del orden material con su valorización sobre todos los planos, que se opone a la purificación intelectual, cartesiana, de la naturaleza y a la depuración "malherbiana" preciosa y académica. El barroco no hace elección ni jerarquía, pareciera que confunde todo. La unidad de la obra de Yaguarón, es una unidad de convergencia hacia el altar y tiene esta "confusión" igualitaria de las categorías. La truculencia y el amaneramiento representan la creación del universo, donde todas las cosas tienen sentido solamente como componentes no privilegiadas del mundo, es decir, dejan el trono a lo más importante: Jesús Eucaristía, quien absorbe todas las posibilidades decorativas.

 

         EL RETABLO

 

         Eminentemente católico, el retablo barroco se encuentra en el altar mayor de Yaguarón. Es importante aclarar que el retablo no es una invención del barroco pero, sin embargo, aparece claramente como una forma privilegiada del sistema y se aviene a la noción del aparato. La unidad del barroco y la contrarreforma, implica la unidad de lo estético y lo sacramental. De ahí que el retablo sea una escenografía que seduce debido al sentido provocado por una verdadera arquitectura.

         Hay órdenes superpuestos, columnas, pilastras, frontones, nichos, y ménsulas.

         Todo está cargado de un acento voluntario, es deliberado: ¡Nada es demasiado precioso para la casa del Señor! El dorado de la madera atrae la mirada al centro de la composición.

 

 

         EL MOVIMIENTO

 

         Las teorías evolutivas

 

         Según la tesis de H. Fosillon (1881-1943) las artes plásticas pasan sucesivamente por tres edades:

- la primera, que se dice "arcaica", donde se esboza la plenitud que corresponde a la edad clásica.

- la segunda, una fase de exuberancia con apertura y eclosión.

- la tercera, es degenerativa.

         Los enemigos del barroco dicen que este estilo pertenece a la tercera categoría.

        El barroco pertenece a la fase que separa el estilo renacentista del siglo de la ilustración. Frente del totalitarismo clásico, este barroco tiene una sorprendente fertilidad que revalora el pasado y hace soñar aún más allá del mismo, con: a) superposiciones decorativas; b) contraofensiva de la forma; c) contraofensiva de la apariencia, todas ellas por oposición a la reforma puritana.

 

         EL BARROCO COLONIAL

 

         Se genera como un movimiento estético a fines del siglo XVIII, inspirado en el rococó germánico y mezclado con el arte indígena del siglo XVII. Seguirá y florecerá más tiempo que en Europa porque las colonias se quedan al amparo de las revoluciones y del asalto del Neoclasicismo.

         Esta ola de contaminación no tuvo el tiempo necesario para repercutir en América del Sur, ya que la fe de la época fue como un escudo, un amparo, una protección del hombre, es decir de la Iglesia y, por supuesto, también del arte.

         En el barroco colonial, la ornamentación común a diferentes pueblos se mezcla con figuras autóctonas. Esto se ve en las "estípites" o columnas disminuidas. En botánica, "stipes" son variedades de troncos no ramificados y cubiertos por las heridas de las hojas. Ejemplos de representación de éstos en el templo de Yaguarón son: la palmera, el áloe, el acíbar, que se encuentran en los ángulos de los pilares. El barroco tiene un estilo particular. Las artes plásticas son valorizadas por la naturaleza misma y por su construcción; por eso, se habla de la fertilidad del barroco, del arte de la apariencia. El barroco explota todos los medios para llamar la atención y provocar la admiración, es decir, una emoción estética que facilite el encuentro con el acontecimiento-cristiano.

         Toda la presencia culmina en la representación de un solo motor: el poder y la gloria de Dios. La sorpresa es uno de los medios utilizados para este efecto. La mezcla, la combinación de las clases, con quebrantamientos constantes de la elegancia europea, se asocia inesperadamente con la simplicidad primitiva y fecunda de los indígenas. Dentro de un mínimo hay un máximo!.

        

         EL ESCENARIO

 

         Todas las posibilidades decorativas.

 

         Las acumulaciones manifiestan la voluntad de dar a cada elemento su máximo volumen:

         1- En la arquitectura: columnas, frontones, pedestales, zocatos, pilastras, tímpanos, arcadas, cornisas, balaustradas, entablamentos, hornacinas, nichos, arcos, bóvedas, pilares, fustes, capiteles, cimacios, artesones.

         2- En los ornamentos: arabescos, meandros, espirales, torradas, vermiculados, adornos, mocárabe, festones, molduras, ovalads, angelitos, estrías, canaladuras, planos, toros, dentículos, frisos de follajes, ábacos, volutos, caulicoles, astragales, escocias y plintos. En la organización de los volúmenes de la iglesia existen las superposiciones decorativas bien estructuradas, muy distintos del Rococó, en el cual desaparece la construcción.

         Todas las artes intervienen, no por separado y según sus propias leyes, sino integradas dentro de una síntesis donde todos se inclinan y fortalecen.

         La obra es ante todo un trabajo prodigioso de imaginación de los artistas indígenas que constantemente tratan de renovarse y actualizarse, con la preocupación permanente de adornar el lugar más importante de sus vidas: el templo.

         Sinuosidades y ondulaciones, verdaderas torturas del monolítico orden clásico, dan efectos de luz misteriosos y soluciones inéditas para la ornamentación de cada lugarcito. El ingenio del indígena resplandece en la pintura decorativa del entablado, el cual es representado con un arte especialmente escenográfico, valiéndose de los efectos de la perspectiva. Sistemáticamente se emplea la línea curva, añadiéndose a la luz el color de los materiales. El contraste de la madera pintada con pigmentación animal, vegetal, y mineral o con revestido de oro (mixion), con policromía de los estucos y de las imágenes, dan detalles espectaculares. Los colores utilizados son:

         * EI azul cerúleo: que utiliza plantas vivaces; el índigo, pigmento vegetal; el añil, pigmento mineral y metal pavonado.

         * El rojo vermejo: que utiliza pigmento animal: la sangre del buey o pigmento mineral: bauxita o cinabre.

         * El amarillo y naranja: que utiliza pigmento mineral, "rancio" o tierra de siena o pigmento vegetal: el azafrán.

         * El negro/gris: que utiliza pigmento mineral vegetal: terre d’ombre o el carboncillo que es un bonetero quemado.

         Para lograr la decoración se utilizaron técnicas de "tempera" y glacis -veladura- para afinar los cuerpos, la piel de los ángeles y de las diferentes flores y arabescos de vegetales que existen en el Paraguay. Además, el efecto de profundidad se logró con los sombreados.

         Espectáculo y maravilla. El barroco tiene una grandeza perfectamente organizada y, sabiamente orquestada, nada es dejado a la espontaneidad.

 

 

         EL EMPIRISMO

 

         ESTÉTICA DE LA RUPTURA E INVITACIÓN A LA SORPRESA

 

         El barroco se manifiesta como una estética de la ruptura y una invitación a la sorpresa. Su mentalidad abraza todo en la unidad de la multiplicidad, sin que cada elemento pierda su individualidad.

         Así, lo propio de la estética de Yaguarón (rompimientos, lisuras, rupturas) refleja la historia misma original en la ruptura y en los encorvamientos de la construcción. El arte se manifiesta como dinámico, lírico, patético, como triunfo de la contrarreforma.

         Las rupturas son una preocupación principal, ya que procuran evitar lo monótono o lo uniforme y animar las áreas. Los elementos no son más funcionales o conformes al clasicismo, pero concurren al efecto voluntario teatral, con juegos sutiles de sombras y luces.

        

         LA OBRA ES ESENCIALMENTE CARNAL

 

         El sistema artístico del barroco corresponde unívocamente a una concepción del mundo y de las relaciones del hombre con Dios, y se transforma, junto con el románico y el gótico, en un estilo eminentemente católico. Sin embargo va a ser muy específico, alejadísimo tanto de la filosofía antigua como de la teología medieval y también de las discusiones del renacimiento.

         En cuanto arte, es un arte del "Decor"; en él todas las disciplinas están presentes. En primer lugar, el escultor: el tiene un repertorio de predilección, las tarjetas -formas típicamente barrocas- en variedades infinitas. El estatuario naturalmente invita al fasto y al espectáculo. Y eso muy fácilmente porque la ductilidad del estuco le permite toda contorsión, toda fantasía, ayudada por la ternura de la madera paraguaya. Ropajes, colgaduras, drapeados, desafían las leyes del peso. Las ropas de los ángeles, especialmente la del arcángel san Miguel, participan del movimiento general de la obra, es decir del torbellino de amor que la misma expresa.

         En segundo lugar, el pintor: los artistas dispusieron los ropajes siguiendo los arcos y armaduras de la construcción con mucha elegancia. La pintura de los angelitos y de la flora es armoniosa con efectos de sombra y luz que intenta realzarla. Con todo, en verdad, la pintura se vivifica también con el contorneado negro y el destaque de la silueta de varios detalles que le impiden callarse en el vacío superficial.

         La pintura no hace más que alimentar el sentido del drama y del contraste; así, la pasión de Jesucristo es presentada en contraste con la felicidad de la resurrección. Es un trabajo admirable y un don de observación escrupuloso, que evoca al mundo sobrenatural de los santos y, con símbolos, la actitud de ángeles atormentados y estáticos.

         El dominio de la razón deja su espacio a la mística. La razón se abre a la visión inmaterial y aparece la realidad exaltada e interpretada como una asamblea celestial: la asamblea de los santos. El universo de la gracia sensible que llega al optimismo y el fervor llevado al éxtasis en la comunión de los santos, son presentados como una especie de anti humanismo (donde humanismo se lo identifica a pelagianismo) que niega la serenidad y el pragmatismo del estilo renacentista.

         Es un estilo y una estética que se resiste a la  inteligencia, ya que la obra está destinada solamente a los sentidos y al "conmoverse".

         De esta manera, se genera un clima y un ámbito en el que cada uno de los protagonistas están en su lugar para operar:

         Arriba del eje principal, es decir, del eje vertical mayor

         Dios Padre todopoderoso

         El Espíritu santo

         La Virgen María

         Nuestro Señor Jesucristo

 

         Alrededor, la milicia celestial

         Los santos

 

         La milicia celestial está representada con los nueve coros de ángeles:

 

1- serafines

2- querubines

3- tronos

4- dominaciones

5- potestades

6- virtudes

7- principados

8- arcángeles

9- ángeles

 

         Gustoso del espectáculo, el barroco es un arte de fiesta donde el centelleo del ojo y de la policromía de los adornos responden a las pinturas que provocan el torbellino de un pueblo muy alegre. Así aparecen las Tropas de ángeles: Pinturas y esculturas que desbordan sobre los arcos y cornisas con el riesgo de esconder la armadura de la construcción; todo es sacrificado para este efecto. Por eso, podemos decir sin miedo que Yaguarón se aleja de lo terrenal para derramarse en la evocación de un mundo supra terrestre donde todo se vuelve misterio del más allá.

 

         ATORMENTADO Y ESTÁTICO.

 

         Una imaginación siempre despierta y un sentido profundo del color, de la vitalidad de la naturaleza: muestra helechos, ramos de hojas, de flores, coloquintidas, abacas, campanillas, lirios, jeringuillas, daturas. La fantasía inagotable de estas composiciones animadas de alegría sabe bien traducir los matices sutiles con un don del color muy liviano y transparente.

         El barroco no es insensible al paisaje pero le añade una intención, una atmósfera, por eso no domina el naturalismo en sus figuras y motivos, sino que dominan los retablos.

 

 

ENLACE INTERNO A DOCUMENTO FUENTE DE LA INFORMACIÓN

 

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LA IGLESIA DE YAGUARÓN

REDUCCIONES FRANCISCANAS

P. ALDO TRENTO

Editorial Parroquia SAN RAFAEL

Padre ALDO TRENTO/ MARÍA GABRIELA CANEPA

Fotografía: FERNANDO ALLEN

Diseño gráfico: MARIO L. LARA

Asunción – Paraguay

2ª Edición, Noviembre 2007

97 páginas






Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




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