REVISTA DEL PEN CLUB DEL PARAGUAY
IV ÉPOCA – Nº 23 – DICIEMBRE 2012
POETAS – ENSAYISTAS – NARRADORES
Editorial SERVILIBRO
Asunción - Paraguay
APOSTANDO A LA CULTURA
Por DELFINA ACOSTA, ABC COLOR.
La revista del PEN Club del Paraguay ha sido publicada. Llegó a la edición Nº 23, lo que significa toda una hazaña en un país en el que tan poca gente apuesta a la cultura.
María Eugenia Ayala nos entrega poemas de valioso vuelo lírico que dejan al desnudo su alma.
La melancolía se desliza suavemente por sus palabras, dándolas un tono grisáceo. Debe saberse que esta poetisa cultiva el uso de los versos endecasilábicos con propiedad. Arte y oficio son el soporte de su obra poética.
William Baecker, un exquisito poeta de reconocida trayectoria en las letras paraguayas, escribe desde la nostalgia. Y escribe muy bien, por cierto, pues conoce sobradamente el pulso de la poesía. Dos breves poemas nos entrega en esta edición. En ambos aletea con gracia el recuerdo del amor.
Gladys Carmagnola, escritora que ha obtenido varios premios nacionales e internacionales, nos acerca un legado de palabras en esta oportunidad, que la define como una mujer que ha nacido esencialmente para la poesía.
Sin vacilaciones, sin máscaras, ella ofrece al lector la llama pura de sus sentimientos poblados de ternura, de cotidianidad y también de pasión. Valgan como ejemplo estas hermosas líneas: Cuando a veces me acosa la nostalgia/ y el universo y sus alrededores gimen/ de tristeza,/ regreso a aquel lugar, allá en diciembre,/ a aquella sombra verde y lila, jugosa,/ de la parralera/ donde los ojos de una niña vuelven/ conmigo a deleitarse en la belleza.
Elinor Puschkarevich pareciera buscar y examinar el verdadero rostro de la belleza a través de sus versos inquietantes. Cuan auténtica poesía nos arrima en estas pulsaciones: En el eco de una iglesia/ se desglosa una antigua campana,/ y el cansancio se hace más profundo.
Hay un breve poema de su autoría que resplandece porque apuesta a un horizonte mejor. He aquí: Donde anida un sueño,/ tal vez/ me sorprenda la esperanza.
Domingo Rivarola, por su parte, nos entrega poemas que deben ser leídos con bastante atención. Tal vez descreído ya de todo, del permanente, incesante trajín del hombre sobre la faz de la Tierra, del ser humano que persigue tan solo una quimera, un vago sueño, escribe con cierto sentimiento de pesar, de desencanto.
De todas maneras, sus versos, por ser sinceros y por haber sido templados en el dolor de ser, de existir en un mundo indiferente, son de sumo valor en esta época que nos toca vivir.
Rivarola se expresa así: Es como si ahora/ todo se volviera una nada,/ algo sin nombre,/ sin voz/ sin pulso alguno,/ sin atisbos/ de nuevos trayectos/ ni señales/ que esta intemperie/ no sea para siempre.
En el espacio dedicado a la narrativa, Princesa Aquino Augsten aborda un relato relacionado con un encuentro anual de excompañeros. La finalidad: recordar los años juveniles y estar al tanto sobre los acontecimientos individuales y colectivos. Sobreviene luego una historia de curso de salsa que resulta bastante entretenida como curiosa, porque la autora tiene el don de despojar de densidad a cuanto va contando. “La palabra primera”, que así se llama su obra, es una invitación al recorrido del mundo de la fantasía en su mejor estado.
Maribel Barreto, en su cuento “Verdad revelada” toca el tema de los lazos de sangre. Una niña llamada Alexandra ignora quién es su padre. Y esa duda va inquietándola.
El final de esta emotiva historia es sorprendente y corresponde ya al lector conocerlo.
Juan De Urraza, con su excelente relato titulado “Música”, nos lleva con un lenguaje bien pulido y sostenido por una sólida estructura de ideas, a un mundo aparte.
La imaginación en su estado de floración abarca cuanto nos va contando en torno a una mujer que va a una playa donde hay faro, sol y mar.
Desilusionada por culpa de un amor perdido, trata de hallar un poco de paz en dicho sitio. En un momento dado, la dama encuentra un grande y hermoso caracol marino.
¿Qué misterio puede tener un simple caracol sino el de reproducir el sonido del mar? Pues bien, el ejemplar aquel llevaba consigo una melodía de acordes milenarios según se desprende de la lectura. Como si toda la vida marina se agolpara dentro de él sonaba y ella escuchaba aquella música extraña. Mas la mujer, temiendo caer en la locura, termina por apartarse de aquel “fenómeno”. “Las historias mágicas dejaron de interesarme tiempo atrás, cuando empecé a recibir los primeros golpes de la vida”, se lee en el texto.
Percibo que hay una lección en este cuento singular.
Hay que aprender, pues, a diferenciar lo que es un simple engaño, un guiño de la pura ingenuidad, de la realidad.
Oscar Pineda, en su relato “Juan Vicente”, nos tras- lada al escenario imaginario de la Guerra Grande, donde jinetes con la lanza en ristre y ropas empapadas con sangre pelean contra el adversario.
Conocedor de la historia, Pineda describe un emocionante episodio que tiene que ver con la valentía de Juan Vicente, un niño de tan solo nueve años, que enfrenta a los soldados brasileños para que la esposa y la hija del patrón de un caserón salven sus vidas.
LA REALIDAD DE NUESTRO LENGUAJE
En la categoría “ensayo” se encuentran las obras de Nelson Aguilera, Maribel Barreto, Juan De Urraza, Víctor - Jacinto Flecha, Emi Kasamatsu, Lorenzo Livieres B., Luis María Martínez, Maricruz Méndez Vall, Genaro Riera, Beatriz Rodríguez Alcalá de González Odone.
Por razones de espacio tengo que limitarme a comentar lo escrito por Juan De Urraza.
“La degradación del lenguaje escrito y su efecto en el pensamiento” es el nombre de su ensayo.
Con suficiente objetividad y conocimiento de la realidad de nuestro lenguaje, el autor sostiene que los escritores, docentes y quienes trabajan en los medios, caen en la cuenta de que en todos los niveles hay escasez crítica y casi nula capacidad crítica de elaboración de pensamientos e ideas complejas.
En su tesis expresa lo siguiente: “Nosotros por nuestra parte como escritores y docentes sólo podemos hacer lo que sabemos hacer: iluminar a quienes no han tenido nuestra misma experiencia educativa. Corregir pero sin ofender. Destruir el mito de que todo debe caber en un mensaje de 160 caracteres de longitud. Compartir pensamientos debidamente organizados. Debatir públicamente con altura, lógica, dignidad y seriedad, este y todos los temas que lo merezcan. Abolir las abreviaciones impropias y condenar el reemplazo de letras según la conveniencia. Compartir lo que sabemos. Escribir literatura que abra la mente y que permita un crecimiento mental e intelectual de lectores. Estimular, enseñar y demostrar que siempre se puede mejorar, y que vale la pena hacerlo. Si cada uno hace su parte como corresponde, dentro de una sociedad, estoy seguro de que podremos salir adelante aunque el destino parezca utópico”.
Creo que Urraza presenta un urgente llamado a la reflexión.
Particularmente hago a los lectores las siguientes preguntas: ¿Qué está ocurriendo con nuestro lenguaje? ¿Cuál será el futuro de la comunicación oral y escrita de los paraguayos si no empezamos a desarrollar una autocrítica y buscamos expresar correctamente nuestras ideas? ¿Nos dejaremos estar? ¿Leen los adolescentes libros adecuados, que los ayuden a potenciar su educación y a mejorar su manera de escribir y de hablar?
Fuente: Artículo publicado en el Suplemento Cultural del diario ABC COLOR
Edición impresa del Domingo, 13 de Enero del 2013
Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY
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