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RAMÓN FOGEL

  LA ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ. INFORTUNIO, DIGNIDAD Y SABIDURÍA DE SUS ANTIGUOS POBLADORES (RAMÓN FOGEL) - Año 2000


LA ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ. INFORTUNIO, DIGNIDAD Y SABIDURÍA DE SUS ANTIGUOS POBLADORES (RAMÓN FOGEL) - Año 2000

LA ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ

INFORTUNIO, DIGNIDAD Y SABIDURÍA

DE SUS ANTIGUOS POBLADORES

 por RAMÓN FOGEL

 

© Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI).

 Edificio Líder V. Oliva 1019 c/ Colón. Piso 5. Oficina 52.

Teléfonos: (595-21) 214499 & 492772.

Telefax: (595-21) 214499. Asunción, Paraguay.

 

Universidad Nacional de Pilar Mello e ^turbe

Teléfonos: (595-86) 32148

Pilar, Paraguay

 

Composición, armado y edición: HUGO MARCELO MONGELÓS JARA (CERI).

Diseño de tapa, contratapa y solapa: HUGO MARCELO MONGELÓS JARA.

Ilustraciones de la tapa: en el extremo inferior izquierdo "LA ORGÍA" de DIEGO RIVERA;

en el centro dibujo de DIEGO PEREIRA.

 

I.S. B. N.: 99925-828-1-2

Hecho el depósito que marca la Ley N° 94.

Impreso en Paraguay.

Marzo de 2000 (206 páginas)

 

 

CONTENIDO

 

PREFACIO

ACOTACIONES INTRODUCTORIAS

CAPITULO I- LA ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ EL MEDIO FÍSICO Y EL BIOLÓGICO

1.      EL ENFOQUE SOCIOAMBIENTAL

2.      LA DEPENDENCIA DEL ECOSISTEMA DE LOS RÍOS PARAGUAY Y PARANÁ

3.      LOS RASGOS BÁSICOS DE LA ECOLOGÍA DE ÑEEMBUCÚ

CAPITULO II-ALTERACIONES EN LOS HUMEDALES Y GONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES

1.      EL ENFOQUE SOCIOAMBIENTAL

2.      ACTUACIONES EN CURSO Y EMERGENTES CON IMPACTO AMBIENTAL

2.1. Principales actuaciones y sus impactos

2.2. El asfaltado de la Ruta IV

2.3. El Proyecto Hidrovía

2.4. La represa de Yaciretá

2.5. El Proyecto DERMASUR

2.6. El impacto ambiental de la reforestación con eucalipto

3- CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES EN LA ECORREGIÓN

3.1. Antecedentes

3.2. El represamiento de las aguas por los arroceros de Santa Rita, Misiones. El meollo del problema, los actores involucrados y sus intereses

3.3. Las alteraciones producidas

3.4. Gestiones realizadas y resultados

3.5. Insuficiencias en la relocalización de población afectada por Yaciretá

3.6. Construcción de canal de desvío del Arroyo Itay

3.7. Canalización de esteros que traspasan la divisoria de las vertientes de los arroyos Yacaré y Aguaray

3.8. Anegamiento de campos y otras alteraciones ambientales por el efecto dique de la ruta IV

3.9. Destrucción de recursos forestales en el Asentamiento Belén (Tacuaras)

4- ANÁLISIS Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.

5- LA UTILIZACIÓN DE LOS MÉTODOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS (MARCS) EN NUESTRO SISTEMA JUDICIAL

5.1. Los modos de resolución de conflictos.

5.2. Las vías formales de resolución de conflictos.

6- LECCIONES DESTILADAS YAPRENDIZAJE

CAPITULO III- ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS

1.      LA POBLACIÓN Y SU DISTRIBUCIÓN

2.      ACTIVIDADES PRODUCTIVAS

3.      ASPECTOS DE LA CUESTIÓN SOCIAL

CAPITULO IV.- RASGOS HISTORICOS DE ÑEEMBUCU

1.      LAS VICISITUDES DE LOS ANTIGUOS POBLADORES DE LA REGIÓN

2.      LA EXPERIENCIA COLONIAL EN LA REGIÓN

3.      LA PRESENCIA DEL ESTADO Y DEL CAPITAL INTERNACIONAL EN EL PERÍODO INDEPENDIENTE

4.      POLARIZACIÓN SOCIAL, MOVIMIENTOS MESIÁNICOS Y BANDOLERISMO SOCIAL EN LA REGIÓN

CAPITULO V- A MODO DE CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS

ANEXO 1.1 LEY N° 350194

ANEXO 1.2 COTAS UNIFICADAS DE LOS CEROS, DE ALERTA Y DE DESASTRE DE PUERTOS PARAGUAYOS

ANEXO 1.3 DECRETO N° 16.147

ANEXO 1.4 CALIFICACIÓN DE LAS ÁREAS PRIORITARIAS. ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ

ANEXO 2.1 MATRIZ DE ANALISIS DE CONFLICTOS SOCIO-AMBIENTALES

ANEXO 2:2 MODELOS DE DESARROLLO Y TIPOS DE CONFLICTOS

ANEXO 3.1 DEPARTAMENTO DE ÑEEMBUCÚ POBLACIÓN POR DISTRITOS Y AÑO

ANEXO 3.2 ÑEEMBUCÚ. DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE HOGARES POR CANTIDAD DE NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS. ÁREA URBANA Y RURAL. 1992

ANEXO 3.3 INVESTIGACIONES EN EDUCACIÓN. INFORMES Y ESTUDIOS DE LA UIEP 1995- 1998

ANEXO 3.4 ALUMNOS MATRICULADOS EDUCACIÓN PRIMARIA DEPARTAMENTOS DE ÑEEMBUCÚ Y MISIONES

ANEXO 3.5 EDUCACIÓN DE JÓVENES Y ADULTOS Y UNIDADES OPERATIVA; ANEXO 4.1 EXPORTACIONES DE PILAR DEL ÑEEMBUCÚ

ANEXO 4.2 CRÓNICAS PERIODÍSTICAS ACERCA DEL MOVIMIENTO MESIÁNICO DE ÑANDE YARA-I DESARROLLADO EN VILLA OLIVA.

ANEXO   4.3 TRASCRIPCIÓN DE ENTREVISTAS SOBRE EL GAUCHITO GIL

 

 

PREFACIO:

 

La crisis ambiental es uno de los rasgos salientes de finales del siglo XX, y en la ecorregión de Ñeembucú significó el empobrecimiento de una parte importante de sus pobladores que dependen de los recursos naturales y los afectados por la exclusión social creciente también aportan lo suyo a la degradación ambiental ante la carencia de alternativas. La cuestión socioambiental muestra en qué medida actuaciones diversas y el uso de tecnologías nocivas causa daños a la naturaleza y a las poblaciones locales; en ese contexto el conocimiento establecido se siente impotente para encarar la destrucción de la naturaleza y el crecimiento de las inquietudes, y en esa medida alimenta la búsqueda de un “conocimiento nuevo” que resulte de la hibridación de saberes. (…).-

 (…) En el trabajo se parte de las bases naturales de la vida humana en la ecorregión considerando aspectos centrales del medio físico y biológico (Capítulo I-LA ECORREGIÓN DE ÑEEMBUCÚ EL MEDIO FÍSICO Y EL BIOLÓGICO). La ecorregión es analizada como escenario de procesos ecológicos y sociales, ya que distintos grupos, personas o empresas tratan de apropiarse, controlar y usar con frecuencia los mismos recursos naturales o alterarlos, como en el caso de los constructores de la ruta IV y los empresarios del arroz, generándose conflictos entre ellos; además de situaciones conflictivas se plantean métodos pertinentes de resolución de conflictos (Capítulo II-ALTERACIONES EN LOS HUMEDALES Y CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES).-

La estructura socioeconómica y demográfica en la región permite perfilar los puntos críticos para la agenda regional (Capítulo III-ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS), y para encararla y construir el futuro debemos basarnos en nuestra gente con sus restricciones y posibilidades que se enraízan en su historia; de ella solo se recupera en el trabajo sus grandes trazos (Capítulo IV-RASGOS HISTÓRICOS DE ÑEEMBUCÚ). Finalmente (Capítulo V-A MODO DE CONCLUSIÓN), se resaltan algunas conclusiones que pueden ser aplicadas para revertir los procesos de degradación – MARZO DEL 2000.-

 

 

CAPITULO I

LA ECORREGION DE ÑEEMBUCÚ EL MEDIO FÍSICO Y EL BIOLÓGOCO

 

1.      EL ENFOQUE SOCIO AMBIENTAL.

Entendemos como ecorregión de Ñeembucú a un sistema integrado por organismos vivientes y el medio físico con el cual intercambian materia y energía; este sistema tiene componentes bióticos tales como los animales, plantas y los microorganismos, y los componentes abióticos tales como el agua, el suelo, el aire y la temperatura (Barth, 1995). El estero de Ñeembucú tiene sus peculiaridades en tanto sistema de ambientes acuáticos, y en una gran extensión está formada por esteros y embalsados; este sistema está estrechamente interconectado con el lago de Ypoá.

En realidad todos los componentes del medio físico (agua, suelo, clima) están interrelacionados, así como estos están estrechamente asociados con las plantas y animales y el medio humano; ese medio es el escenario donde se desarrollan la vida humana, los procesos sociales y también se fue enriqueciendo la cultura de sus antiguos pobladores desde la remota antigüedad. Con un enfoque socio ambiental el medio de la ecorregión es el campo en el que se busca la satisfacción de las necesidades básicas, y mejorar la calidad de la vida, y en esa medida la ecorregión es también escenario de conflictos, ya que en ese espacio las propuestas de manejo sustentable del ambiente y de los recursos que de él se extraen conducen a conflictos, ya que enfrentan a intereses, necesidades y objetivos encontrados de actores sociales que pugnan por la apropiación, uso y control de los recursos naturales (Guerrero, 1999).

Focalizando la atención en el agua, que modela la ecorregión, debemos tener presentes las estrechas interacciones entre el agua subterránea2, el agua superficial3 y el agua que precipita, tal como se esquematiza en Figura 1.1; la alteración de cualquier fase del ciclo del agua tiene directo impacto en las otras y en la conformación de los suelos y de las plantas y animales4.

Así el represamiento de un curso de agua influye no solo en el volumen del agua superficial5, sino también en el nivel del agua subterránea y en la humedad y capacidad de uso de los suelos.

 

2.      LA DEPENDENCIA DEL ECOSISTEMA DE LOS RÍOS PARAGUAY Y PARANÁ.

La dinámica de esta ecorregión, a su vez, no puede entenderse con independencia del ecosistema constituido por los ríos Paraguay y Paraná.

. En ese sentido debe tenerse presente que la Hidrovía Paraguay-Paraná comprende un área de unos 720.000 km2; el río Paraguay -que desemboca en el río Paraná-desde Puerto Descalvado tiene una extensión de 3.282 km. hasta el Puerto Nueva Palmira, y constituye un medio de comunicación para Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil (Mapa 1.1). Aunque pareciera que el Paraná no tiene mayor influencia en la ecología de los humedales de Ñeembucú, las crecidas de este río tienen consecuencias directas en los mismos; el impacto de este río es aún mayor luego de la construcción de las represas de Itaipú y Yacyretá6.

Puede suponerse que la biología acuática que se desarrolla a lo largo del río Tebycuary, y de los arroyos Montuoso, Yacaré, y Ñeembucú está sufriendo los impactos de las alteraciones del río Paraná. En realidad los problemas ambientales más críticos de los humedales de la ecorregión están estrechamente asociados al régimen hídrico de los ríos Paraguay y Paraná, que en los últimos años se caracterizan por mayores concentraciones de caudal y períodos de bajantes más pronunciados; por otra parte se observa un mayor aporte de sedimentos que alteran la estabilidad de los cauces.

En el ciclo hidrológico del río las crecidas otoño-invierno contrastan con las bajantes primavera-verano, siendo el caudal medio anual de 3.734 m3.

La Hidrovía Paraguay-Paraná comprende el río Paraguay desde Cáceres (km. 3.442) hasta Confluencia (km. 1.240) y el río Paraná desde Confluencia hasta Nueva Palmira. La parte paraguaya del rio Paraguay suele ser dividida, a efectos analíticos, en tres tramos:

Puerto Busch (km. 2.524). A unos 30 km. aguas arriba de Bahía Negra, hasta el río Apa, en el Alto Paraguay.

Río Apa - Asunción (km. 1.630). Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que fisiográficamente este tramo llega hasta Punta Itapirú a 47 km. de Asunción.

Asunción-Confluencia (km. 1.240).

En el tramo Alto Paraguay hasta el río Apa el río no es sinuoso; en algunos tramos el canal de navegación varía entre 180 y 160 mts y su profundidad varía entre 3 y 1,8 mts.

En el Paraguay medio, entre el río Apa y Asunción, el río corre por un lecho de unos 650 mts y en las crecientes desborda sobre un ancho de hasta 10 km.; bancos de arena bajan a profundidad a menos de 2 mts en épocas de aguas bajas. Las barrancas escarpadas en la margen izquierda constituyen una barrera estructural para las crecidas.

En el Paraguay inferior (tramo Asunción-Confluencia) en épocas de crecientes la inundación avanza entre 10 y 15 km. El lecho oscila entre 350 y 700 mts.; la influencia del Paraná con su efecto barrera o succionador llega hasta la altura de Formosa; la pendiente media del río llega a hasta 0,029 mts por km2.

En el tramo Puerto Pilcomayo (km. 1.619) - Confluencia la navegación actual se ve obstaculizada por curvas de reducido radio de giro que limitan las maniobras de los convoyes. A lo señalado se suman pasos críticos con anchos y profundidades insuficientes.

En el Paraguay inferior el río recorre 344 km. con un ancho medio de 700 mts.; los sedimentos del río son arenas finas y medias. Entre Asunción y Confluencia drenan en el río Paraguay cuatro micro cuencas: la del Pilcomayo (164.531 km2) y del Bermejo (141.541 km2), en la margen derecha; en la margen izquierda drenan el Tebycuary (41.290 km2) y el Ñeembucú (2.848 km2). Las nacientes andinas de los ríos Pilcomayo y Bermejo drenan los Andes centrales y el Altiplano andino, que contienen suelos desérticos.

 

3.      LOS RASGOS BÁSICOS DE LA ECOLOGÍA DE ÑEEMBUCÚ.

La ecorregión de Ñeembucú tiene una superficie de 35.700 km2 y comprende básicamente los departamentos de Ñeembucú, Misiones y parte de Paraguay. El clima de la ecorregión es subtropical, húmedo a sub húmedo y tiene una  precipitación anual media que varía entre 1.400 mm, en una franja cercana al río Paraguay, y 1.500 mm., los meses más secos corresponden al periodo junio-agosto y los más húmedos van de noviembre a enero (Arévalos y otros, 1999a); la temperatura media anual varía entre 21° y 22° C.

El pantanal de Ñeembucú se extiende desde el Lago Ypoá en el norte y Ayolas en el este -donde se construye la gran represa de Yacyretá- hasta la confluencia Paraguay-Paraná en el suroeste.

Los humedales son ecosistemas con alta productividad, ya que su biomasa tiene distintas aplicaciones (alimento del ganado, de carpinchos, etc.). Los mismos no solo conforman el paisaje peculiar de Ñeembucú, sino que constituyen además el hábitat de plantas y animales únicos; sobre todo cumplen funciones esenciales en el ciclo del agua, y sin duda sin los humedales las inundaciones serían más penosas y las épocas secas más severas; los hábitats en cuestión comprenden áreas silvestres con poca o ninguna interferencia humana, y en esa medida alimentan la biodiversidad; las aguas lénticas transparentes, con desplazamiento lento de las aguas y con plantas acuáticas facilitan el deshove de la fauna ictícola.

Teniendo en cuenta las funciones ecológicas básicas de los humedales en tanto reguladores de los regímenes hidrológicos de las cuencas fluviales y como refugio de la vida silvestre --hábitat de una fauna y flora peculiares--, en especial las aves acuáticas, se los considera como un recurso con un gran valor. Su importancia tiene alcance internacional, según se establece en la Convención de Ramsar relativa a los humedales de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas, que fue ratificada por nuestro país por Ley 350/94 (Anexo 1.1).

Esta convención considera que los humedales constituyen "un recurso de gran valor económico, cultural, científico y recreativo, cuya pérdida sería irreparable" y se propone impedir progresivas intrusiones en los mismos y el desarrollo de cualquier actividad que los degrade; este cuerpo legal establece la obligación de las partes contratantes de conservar y usar en forma sostenible los humedales de su territorio.

La gran riqueza de la biodiversidad de la ecorregión ciertamente es el resultado de la baja presión demográfica sobre los recursos naturales que todavía se observa, pero que en ausencia de medidas protectoras puede alterarse substancialmente como resultado de procesos emergentes.

El Pantanal de Ñeembucú de unas 800.000 hectáreas es el más extenso de las áreas húmedas del Paraguay (Mereles y Aquino, 1990); esto determina su importancia. El Departamento de Ñeembucú con una superficie de 12.147 km2, se caracteriza por su conformación topográfica plana y baja, el terreno con predominio de una pendiente menor al 1% está ocupado por áreas anegables por encharcamiento del suelo originado por lluvias locales y por áreas inundables por el agua de desbordes fluviales que provienen de lluvias muy distantes y cargadas de sedimentos y minerales de ecosistemas alejados; siendo el mayor riesgo el de encharcamiento de las aguas de desbordes de los ríos Paraguay y Paraná.

Las referidas características del relieve terrestre (conformación plana y baja) así como la peculiaridades de los humedales, ligadas a la dinámica de los ríos Paraguay y Paraná que confluyen en el sureste de Ñeembucú, hacen de la región la más vulnerable a las inundaciones catastróficas del sistema Paraguay-Paraná-Plata; en realidad los procesos hídricos tienen preponderancia en la ecorregión que se subordina al régimen de los ríos Paraguay y Paraná; las inundaciones periódicas se producen cuando uno u otro río --o ambos-- elevan su nivel normal; la superposición de crecientes afecta a Ñeembucú más que a otros departamentos.

Las crecientes son función directa de las lluvias producidas en la cuenca superior, o de lluvias regionales, en el primer caso los niveles máximos llegan desde Ladario cerca del Pantanal matogrosense a Pilar con unas tres semanas de retraso. Un caso de inundación, catastrófica de ese tipo de dio en 1983 (Figura 1.2).

Cuando la creciente resulta de lluvias regionales el nivel máximo del río Paraguay en el Puerto de Pilar antecede al nivel máximo en Puerto Ladario, tal como se dio en 1998; ese año Pilar superó los nueve metros el 6 de mayo, mientras en Ladario sobrepasó los cuatro metros el 15 de mayo (Figura 1.3). En el caso del río Paraná las represas construidas aguas arriba de la confluencia cambiaron el régimen del río (Natenzon y otros, 1998).

La cota del Puerto de Pilar situada a 45,62 metros sobre el nivel del mar es 7, 58 metros más baja que la de Asunción y 18,67 metros en relación a Concepción (Anexo 1.2); el efecto tapón del rio Paraná en momentos de crecida produce inundaciones que son catastróficas dependiendo del caudal del río Paraguay.

Los ecosistemas en cuestión incluyen las zonas de transición entre ambientes terrestres y ambientes acuáticos. El término humedal designa a medios (lagos, riachos, lagunas, pantanos, embalsados) que tienen en común los rasgos de un ambiente acuático o húmedo de captación de aguas; la velocidad del escurrimiento determina las condiciones de vida de plantas y animales. En los ambientes lóticos o de aguas corrientes --tales como ríos, arroyos y pantanos-- a menor velocidad de la corriente corresponde mayor diversidad de la fauna y de la flora (Mereles y Aquino, 1995).

En los ambientes lénticos las llanuras aluvionales se cubren de agua formando lagunas que se estancan en periodos de bajante y escurren en los periodos de inundación; en los pantanos o sabanas húmedas que permanecen inundadas parte del año, la vegetación con tallo subterráneo muy desarrollado cumplen diversas funciones ecológicas, que permiten al suelo la absorción del agua y la fijación de nutrientes por descomposición de materia orgánica.

Mereles y Aquino (1995) mencionan entre los aspectos resaltantes de los humedales la naturaleza del fondo (arenosa o limosa), la profundidad del agua, la velocidad de las corrientes de agua y la riqueza en sales minerales. Estos rasgos de los humedales determinan las características de la vegetación acuática, la sumergida y la flotante; esta vegetación es el hábitat de una fauna típica; la alteración de cualesquiera de las variables señaladas de los humedales rompe el equilibrio y tienen consecuencias en las plantas y animales que dependen de aquellos, y sobre todo en las poblaciones locales que explotan esos recursos para su sobrevivencia.

Los lugareños utilizan diversas denominaciones para designar los humedales, teniendo en cuenta la existencia o no de vegetación --y en su caso el tipo de vegetación--, profundidad y características del lecho. Así, la laguna de aguas quietas y sin vegetación es un cenizal si tiene el lecho pantanoso (cenagal); cañada o bañado es una laguna pequeña, que puede estar cubierta por plantas acuáticas; el espejo de agua es de poca profundidad --el agua llega a nivel de la caña del caballo-- y en su vegetación herbácea predomina el camalotillo.

El estero puede ser embalsado7, con vegetación que alimenta al ganado, y no embalsado o yverá; el pirity es un estero de pirizal; estos esteros de mayor profundidad tienen vegetación herbácea y arbustiva, con vegetales de porte más alto. El albardón es una superficie relativamente elevada formada por sedimentos.

Si bien la vida en la región depende de los componentes de los humedales, y la cultura del agua que echa sus raíces en el pasado remoto se basa en los ríos, esteros, lagunas y pantanos, los pobladores explotan básicamente los esteros con plantas sumergibles o embalsados. Es notable la forma como los pobladores explotan estos humedales, tanto para alimentar su ganado y sus cerdos, como para la caza de animales que viven en el agua; la productividad de los esteros es aún mayor si se toma en cuenta que cerdos y ganado vacuno exportan nutrientes de la parte sumergida a las escasas superficies arables.

Diversos son los esteros de la región; el Ñeembucú desagua en el arroyo de ese mismo nombre y desemboca en el rio Paraguay cerca de Pilar; este estero con embalsados se alimenta del estero Pikyry.

Entre los ríos que desembocan en el rio Paraguay el Tebicuary es uno de los más importantes, ya que tiene una extensión de 500 km. y una cuenca de 35.000 km2; el Tebicuary es el mayor tributario del rio Paraguay y recorre un extenso territorio, y como tal arrastra gran cantidad de materia orgánica, pero también otros sedimentos y substancias tóxicas; su brazo oriental nace en la Cordillera de Caaguazú, cruza diversos departamentos y recibe varios afluentes. El otro brazo nace en el Departamento de Caazapá entre las cordilleras de Ybyturuzú y la de San Rafael.

En el Tebicuary desembocan los arroyos Yacaré y Lima; el mismo está circundado en el suroeste por el Estero Yacaremí y al norte por el lago Ypoá. San también tributarios del río Paraguay el arroyo Montuoso, que desemboca cerca de Pilar al norte, y el Hondo, que fluye erre Humaitá y e Isla Ombú. Al sur del departamento están interconectados los esteros Ñeembucú, Piraguazú y el Pikyry. El Yabebyry y el Piraguazú, afluentes del Paraná, son canales de desagüe del Estero Ñeembucú (Mapas 1. 2 y 1.3).

La dinámica de los humedales es peculiar y permanece desconocida en medida importante. En cuanto a su desplazamiento, el agua del norte del departamento escurre hacia el sur y luego hacia el oeste para desembocar en el río Paraguay, tal como se indica en el Mapa 1. 4. Además de las inundaciones por las crecientes de los tributarios y por lluvias locales los ribereños refieren el y poñy (agua que gatea) formada por el agua liberada cíclicamente por "la esponja" de los humedales. Informantes señalan la existencia de conflictos de desagüe entre los productores que dificultan el drenaje de los humedales o --según la topografía-envían desmedidamente el agua a los vecinos8.

Más del 89 % de la superficie del departamento está formada por humedales, que suman más de un millón de hectáreas (Cuadro 1.1 y Mapa 1.5). Las tierras arables llegan a unas 25 mil hectáreas y las mismas se han estado reduciendo como consecuencia de problemas de drenaje de los humedales según veremos.

El hecho que la mayor parte de la superficie de la región esté cubierta por agua tiene implicancias diversas para la cultura del agua en Ñeembucú; el agua implica además de oferta, demandas, usos y conflictos entre usuarios. La calidad del agua es de importancia básica para la fauna y la flora y sobre todo para las poblaciones humanas; la calidad del agua se analiza considerando parámetros organolépticos, fisicoquímicos, microbiológicos, sustancias indeseables9, sustancias tóxicas y plaguicidas.10 En cuanto a la contaminación química, debe tenerse en cuenta que, si bien la vegetación acuática tiene una gran capacidad de depuración del agua, los contaminantes son absorbidos por plantas que almacenan las sustancias tóxicas, y con ellas interactúan poblaciones biológicas, y en algún momento entran en descomposición.

Dentro de los parámetros organolépticos se incluyen: color, turbidez, olor y sabor; dentro de los fisicoquímicos la temperatura, pH del agua, conductividad, cloruros, oxigeno disuelto, residuo seco, sulfatos, magnesio, sodio, aluminio total, entre otros; los parámetros microbiológicos de la calidad del agua incluyen los coliformes totales, termo tolerantes, estreptococos fecales, enterovirus, salmonellas, bacterias revivificables, estafilococos patógenos. Las sustancias tóxicas comprenden arsénico, berilio, cadmio, cianuro, cromo, mercurio, níquel, plomo, antimonio, selenio y vanadio. Existen convenciones que establecen los límites tolerables de esos parámetros no solo para el agua potable o utilizable, ya que las normas en cuestión consideran también el recurso hídrico utilizado.

El río Paraguay que tiene mucha gravitación en la dinámica de los humedales no tiene características homogéneas en todo su curso, sino más bien cada tramo del río tiene sus rasgos específicos. Así, una característica del tramo Asunción-Confluencia es la elevada movilidad de sedimentos en el lecho del río; debe tenerse en cuenta que el aporte sólido del río Bermejo se estima en 100 millones de toneladas al año.

En este punto debe considerarse que en la desembocadura de este río, aguas arriba de la confluencia, se encuentran sedimentos finos y arcillosos; la concentración promedio de sedimentos en suspensión varían entre 550 y 700 g/m3, lo que está reflejando la muy alta descarga de sedimentos del Bermejo.

El transporte de sedimentos en suspensión es substancialmente mayor que la carga transportada en el lecho; en cuanto al depósito de los sedimentos en la planicie de inundación o en el canal, el mismo está condicionado por la velocidad de decantación de las partículas (Taylor y otros, 1996).

Una buena parte de la ecorregión está constituida por zonas anegadizas e inundadas debido a sus características topográficas y al desborde de los ríos Paraguay y Paraná. A pesar de la inmensa masa de agua que cubre la mayor parte de la superficie del Departamento en Ñeembucú también se dan las sequías, pero las mismas no implican falta de agua sino falta de lluvias que resiente la pastura, y en esa medida la ganadería11.

La ecorregión constituye en su mayor extensión una llanura de sedimentos aluvionales provenientes del cuaternario, con suelos hidromórficos formados por el arrastre de sedimentos en los cauces de los ríos y arroyos, con predominio de los tipos gley hidromórficos y aluvionales poco profundos, y gley húmico ácidos con alto contenido de materia orgánica.

Los suelos de la zona son medio ácidos (pH 4.7 -6.6); la capa superficial --que llega a aproximadamente 80 cms.-- es de arena fina que retiene el agua, mientras la capa inferior formada por arcilla impide la penetración subterránea del agua; en lo referido a la fertilidad del suelo, los nutrientes básicos para los cultivos son en general pobres, observándose la falta de nitrógeno (Barth, 1995).

En el Departamento predominan suelos del tipo VIII que por su alto riesgo de degradación sólo permiten la obtención en forma controlada de productos derivados de su vegetación natural, como el manejo del bosque, o deben destinarse a protección.

También en el departamento existen manchones del suelo de tipo VI que presentan severas limitaciones, que no permiten su uso para cultivos anuales, pero pueden utilizarse para la producción de cultivos perennes, forestería y pastos ocasionalmente12. En este punto es importante tener en cuenta que si bien es cierto que los estudios de suelos realizados últimamente --así como los anteriores- indican que los mismos no tienen aptitud para la producción agrícola, las prácticas de manejo tradicional permiten su uso para esos fines. Los conocimientos y prácticas tradicionales son diversos e incluyen la exportación de nutrientes de los humedales a los suelos cultivables.

En el noroeste del Departamento de Ñeembucú encontramos suelos arcillosos -finos. Los suelos de origen aluvional son de textura fina afectados por procesos de salinización, con un relieve de 0 a 3%. En las zonas bajas predominan pastizales de gramíneas. El drenaje es muy pobre y de pedregosidad nula.

Al sur de Pilar, en los distritos de Isla Ombú y Humaitá tenemos suelos arenosos y arcillosos finos, los suelos son de origen sedimento aluvional, con un relieve de 0 a 3%; el drenaje es pobre y la pedregosidad o rocosidad es nula. En cambio sobre la ribera del Paraná en la zona de Gral. Díaz y Cerrito, el drenaje es muy pobre. Estas características se observan en una franja paralela al río Paraná, que tiene aproximadamente un ancho de 10 km13.

La información técnica presentada indica que en Ñeembucú predominan suelos con severas limitaciones para uso agrícola. Incluso en el extremo suroeste (Isla Umbú, Desmochados, Mayor Martínez, General Díaz y Humaitá) los suelos son físicamente pobres con estructuras poco desarrolladas, con mucha presencia de arena y muy escasa arcilla; las características señaladas se asocian al bajo contenido de materia orgánica y a la baja capacidad de retención de nutrientes (Arévalos y otros 1999b).

El estudio de suelos del área del Proyecto DERMASUR refiere para Isla Umbú, en Valle Po'i suelo poco profundo y sin materia orgánica, en Camba Cuá, arena ancha, susceptible a humedad y sequía; General Díaz capa arenosa susceptible a sequías en Yby Cuí y a la humedad debido al nivel freático alto en Puesto Torres, mientras en Loma Rincón el suelo arenoso es susceptible tanto a la humedad como a la sequía; Desmochados en San Roque presenta suelos muy pobres sin materia orgánica y muy húmedo en Costa Poi debido al nivel freático alto; en Mayor Martínez (Loma Poí) los suelos muy arenosos aunque levemente diferenciados presentan falta de materia orgánica y tienden a la rápida degradación; en Bogarín Cué (Humaitá) y en Paso de Patria los suelos tienen buenas condiciones aunque tienen poca materia orgánica (Arévalos y otros, 1999a).

A las limitaciones referidas del suelo se suman parásitos (nematodos) que se alimentan de las raíces de los vegetales, y que en esa medida son nocivos para los cultivos; estos parásitos (Melooigyne sp. y Pratylenchus) viven en suelos arenosos y ácidos14.

Las restricciones para uso agrícola de los suelos de Ñeembucú que fueron referidos no impide a los productores de la región su cultivo; para ellos aplican conocimientos y prácticas tradicionales que no han sido aún rescatadas adecuadamente. A través de diversos mecanismos se transporta nutrientes del estero a las superficies cultivables; Porfirio Arévalo (1999) refiere la práctica del transcolado o korá cué que permite al esterano aprovechar su doble condición de agricultor y de productor que explota pequeños planteles de vacas, incorporando al suelo el estiércol de los animales, encerrados durante la noche en pequeños potreros.

En lo referido a áreas prioritarias para la conservación de la región del Bajo Paraguay, debe tenerse presente que según estudios de la Subsecretaría de Recursos Naturales la ecorregión de Ñeembucú, que ocupa la quinta parte de la Región Oriental, está integrada por la totalidad de los departamentos de Misiones y Ñeembucú, y parte de los departamentos de Paraguay, Itapúa y Central (Mapa 1. 5) y tiene áreas prioritarias para preservar la vida silvestre.

Las áreas prioritarias de la ecorregión de Ñeembucú comprenden la cuenca del lago Ypoá de 950 mil has., el Estero de Ñeembucú de 800 mil has., y el bosque Arary de 100 mil has. (Mapa N° 1.5).

El Decreto N° 16.147 de 1993 declara un área para reserva natural en la cabecera del arroyo Yabebyry y sus esteros adyacentes (Anexo 1.3.), "bajo la denominación de refugio de Vida Silvestre Yabebyry", pero la Entidad Binacional Yacyretá se desentendió del asunto y el área no regularizada como área de reserva y ni siquiera delimitada enfrenta amenazas serias de ocupación por parte de campesinos sin tierra.

En la zona del lago Ypoá al noreste del departamento encontramos áreas silvestres protegidas que comprenden todas aquellas tierras designadas como áreas silvestres protegidas mediante normativa legal específica.

En cuanto a la identificación de áreas prioritarias para la conservación en la ecorregión, técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería asignan una calificación a las comunidades naturales, la flora y la fauna de la ecorregión de Ñeembucú (Anexo 1.4), mientras los arroyos de la cuenca del Ypoá aparecen calificados como degradados, los del estero Ñeembucú se consideran como una de las mejores muestras de la ecorregión, y sus esteros aparecen calificados como únicos en la ecorregión; también las praderas arboladas del estero de Ñeembucú son evaluadas como una de las mejores muestras de la ecorregión. En cuanto a la flora la diversidad de especies está degradada, mientras la abundancia de especies caracterizadas aparece como muy alta.

Desde el punto de vista de la fauna la diversidad de especies es la común en la región, pero la abundancia de las especies es caracterizada tamo única de la ecorregión. Desde el punto de vista histórico, el área posee importancia ecorregional; el ecosistema es frágil y presenta riesgos de alteración.

En cuanto a comunidades naturales la ecorregión se caracteriza por su notable diversidad. Estas comunidades comprenden bañados, esteros con vegetación herbácea y arbustiva, embalsados, bosques o islas en suelos saturados y en suelos inundados; bosques semicaducifolios medios y bajos y sabanas, además de ríos, arroyos y nacientes de agua; estas comunidades se desarrollan en áreas que habitualmente retienen agua en la superficie. Para el estudio de la vegetación y tomando como referencia el estudio ecológico de Holdrige Arévalos y otros (1999a) clasifican la vegetación de la región en cuatro tipos (Figura 1.4):

- Sabana húmeda formada por extensas planicies con vegetación palustre de tipo graminosa, en los terrenos inundados con buen drenaje prolifera el camalotillo o pasto-i (Lersia exandra), que alimenta al ganado en el invierno, en los esteros. El pirí o junco (Cyperus Giganteus) se encuentra en sitios inundables y en ambientes acuáticos; en los esteros proliferan camalotes, llantenes, mbaracayá nambí, y aguapé medalla.

- Sabana semihúmeda constituida por esteros y lagunas menores con gramíneas; el paisaje de este tipo de vegetación incluye el karandayty (Copernicia alba) y especies latifoliadas. Son frecuentes las praderas inundables o espartillares con espartillo o cortadera'i (Panuicum spp.); que permanece bajo el agua una época del año.

- Sabana seca con vegetación xerófitica típica del parque chaqueño con árboles, arbustos y espinillares.

Las especies herbáceas que se desarrollan en terrenos bajos inundados e inundables son: Talía geniculata (guajó), Panicum pronitis (carrizal) pasto nativo de porte alto, evita infestación de parásitos y tiene suficiente capacidad nutricional, aunque no estudiado y en esa medida se desconoce la cantidad de proteínas que proporciona, Sorghastrum agrostoides, Andropogon lateralis (capi'i pytá), Paspalum devincenzii, Cyperus gianteus (pire), Typha sp (totora), Eichhornia crasspes, o camalote con potencial forrajero no utilizado cumple función depuradora del agua, así como otras especies de la vegetación acuáticas.15 Eleocharis sp., Pistiá sp. (Llantén del agua) utilizado por sus propiedades medicinales.

- Islas de bosques en medio del estero, incluye agrupaciones vegetales de porte mediano y alto tales como el timbó (Enterolobium contortisilingun), el yvyrapytá (Peltouhorum dibium), curupay (Parapiptadenia rígida), pindó (Sysgrus romanzofiana) y laurel hú (Nectandra sp.). El hecho que estos bosques sean de difícil acceso ha contribuido a su preservación, pero en el futuro pueden aumentar las presiones sobre los mismos.

Los bosques en galería acompañan los perímetros de ríos y arroyos; se los observa en los arroyos Montuoso y Yacaré, y en la ribera de los ríos Paraguay y Tebycuary. Estos bosques nativos se encuentran en fincas de propietarios acaudalados que no los explotan, pero si las mismas en el futuro pasan a otras manos la situación puede cambiar, por lo cual se requieren las previsiones legales pertinentes para preservarlas.

La sabana arbolada con extenso tapiz herbáceo tiene como especies arbóreas más frecuentes: Luchea divaricata (Ka'a ovetí); Peltouhorum dubium (yvyrapytá); Tabebuia sp. (Lapacho); Holocalyz balansae (yvyrá pepé); Ficus spp. (Guapo’y); Albizia hassleri (Yvyrá yú); Nectandra spp y Ocotea spp. (Laurel). El cancionero popular rescata esta flora integrada a la avifauna, resaltando las tonalidades que toma la lujuria de los humedales en la primavera. Un caso ejemplar es la recreación poética de Emiliano R. Fernández.

En la isla Yacyretá y en la zona de la ciudad de Ayolas se presenta una importante formación de Calophyllum basiliense (arary), que a la vez de ser la única especie considerada amenazada en la ecorregión, se constituye en una de las pocas localizaciones de esta comunidad con posibilidades de protección en el país16.

Entre las especies dominantes de la vegetación se mencionan la Copernicia australes, la Eiccornia y la Azolla17. Entre los frutales silvestres de Ñeembucú son mencionados el yvaporoity, el guaravirá pyta, el jatay'va y el inga guazú.

Más allá de los aspectos idílicos de la flora de la ecorregión se observan procesos preocupantes: por citar solamente dos de ellos podemos recordar la plantación en gran escala de eucaliptos en el régimen de monocultivo, que analizaremos en el capítulo siguiente y la disminución de la superficie boscosa. Los problemas ambientales originados en plantaciones de especies exóticas pueden aumentar si no se establecen regulaciones adecuadas, dado el interés de empresarios en expandir la superficie ocupada por las especies en cuestión.

La disminución de los bosques de la ecorregión se debe en parte a la demanda permanente de leña por parte de olerías y panaderías, pero también de los hogares pobres que utilizan leña y carbón como fuente de energía. El impacto de la deforestación es visible en el asentamiento Belén, luego de solamente dos años de explotación de especies forestales$ solamente dos años.

En las praderas de la ecorregión se destacan las formaciones de Butia yatay (yatai), mirtáceas como el Psidium crasa (arasapé) y varias especies de gramíneas19. Entre los pastos nativos se menciona con frecuencia el aguará ruguai (Andropogon garanaes)

Los numerosos hábitats faunísticos son los propios de los ambientes acuáticos, bosques "tipo isla", praderas y pastizales. Los animales como el guazupucú o ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), en peligro de extinción, solo han sido reportados en esa ecorregión.

El estero de Ñeembucú es también el hábitat del tatú aí (Cabassous tatouay), del aguará guazú (Rhrysocyon brachyurus), en peligro de extinción en el país, que habita en los pajonales inundados --habiéndose observado en Guazú Cuá, Tacuaras, Humaitá y Villalbín-- y se alimenta de mamíferos pequeños, ranas y lagartijas. Asimismo, en Humaitá, Isla Ombú y Tacuaras han sido observados el aguará'i (Dusicyon thous) y el aguará cha'i o zorra de las pampas (Dusicyon gymnocercus).

La avifauna de la región es diversa y varía desde las aves de pequeño porte como el hornero y los gorriones hasta los de gran porte como los jabirúes, los gansos salvajes y el pato rosa o espátula rosada (Roseate spoonbill). Los pájaros de pequeño porte rescatados por el folclore incluyen el chóchi o crespin (Tapera naevia) de silbo triste, más fácil de ser oído que visto (Narosky e Yzureta, 1987). En este punto es pertinente recordar que la avifauna está incorporada al paisaje regional al que enriquece y hace parte de la cotidianeidad de lo que se denomina pueblo, que le da los más diversos significados.

De hecho el folclore como componente de la sabiduría popular toma formas en las tradiciones y creencias originadas en el pensamiento de los antiguos pobladores, que se transmite oralmente de generación a generación; de modo tal que muchas leyendas que llegan a nuestros días ya fueron registradas en el siglo pasado. Los conocimientos y prácticas tradicionales apuntan tanto al uso sostenible de los recursos naturales como al contenido de las relaciones sociales, en especial de las comunitarias.

Esa sabiduría tradicional a su vez se expresa en leyendas, poemas, canciones, refranes y compuestos20 La representación folclórica de la avifauna es a veces alegre, tal como se expresa en "Guyrá compuesto" y "Guyrá farra" citados por Contreras (1999); en otros casos humanizándose a los pájaros se resaltan aspectos trágicos de la vida, como lo hace Mariano Celso Pedroso (1969) al asociar en Techaga'u el silbo triste y penetrante del Chóchi a la desdicha de la soledad; ante la destrucción de su hábitat el Chóchi está quedando sin compañía y solo le queda el postrer silbo lastimero.

El chóchi tiene sus peculiaridades: deja sus huevos en nidos de otras aves, mimetizado en la parte final de un tronco canta --o llora-- dolorido de día y en noches de vela creipiiiin, crespiiiin y con su gemido asusta y ahuyenta a los cazadores que destruyen la vida silvestre (Castelli, 1995) y es recordado en la leyenda.

La misma cuenta que Chóchi o Crespin antes de transmutarse en ave era un esterano trabajador y honrado, pero tomó una decisión poco feliz al elegir para su compañera Durmisa, atraída más por las fiestas que por el trabajo; esa irresistible atracción que ejercía sobre ella el baile hizo que olvidara la medicina que debía llevar a Chóchi que había enfermado.

Ame el aviso que el enfermo agonizaba respondió: "La vida es corta para divertirse y larga para llorar"; al terminar la fiesta y regresar a su casa comenzó a buscar a Crespin que ya había sido velado y enterrado por sus vecinos; cuando cayó en la cuenta de lo que había perdido comenzó su búsqueda con su llanto dolorido, y ya desesperada pidió alas a Ñanderú Pavé, para ya convertida en pájaro continuar la búsqueda de Crespin (Villa fuerte, 1986).

El compuesto a Chóchi cantado hasta hoy, como polca, introduce variantes en la transmutación de la mujer de Crespin en pájaro, pero siempre enfatizando la falta de lealtad de una mujer hacia su pareja, víctima de un amor no correspondido; la mujer de corazón duro fue condenada, "por castigo del amor", a llorar a perpetuidad la pérdida de su compañero.

Las aves dan tonalidades peculiares a la región, desde los frescos y radiantes amaneceres de los humedales con su canto, en algunos casos en pareja --como el cardenal-- y están integrados a la vida cotidiana de los esteranos entre quienes viven y anidan. De la familia Ardeidae se mencionan el hocó o mirasol grande (Botaurus pinnatus), garza mora (Ardea cocoi), y el hocó colorado (Trigrisoma lineatum).

Entre las zancudas de la familia Aramidae se mencionan al ypaka'a (Aramides ypecaha) y al karáu (Haramus guarauna). Las aves rapaces de la familia Accipitridae incluyen el Taguató caracolero (Rostrhamus sociabilis), el taguató o aguilucho pampa (Busarellus nigricolis), en disminución franca; de la familia Strigidae se menciona con frecuencia al cabure'i o caburé chico (Glacidium brasilianum), pájaro de buen agüero, su pluma facilita la seducción, y la mujer que la posea se vuelve irresistible. Su canto anuncia éxito en futuros emprendimientos. Asimismo, el ypekú o la novia anuncian casamiento a la joven soltera que escucha su canto.        

De la familia Falconidae se observan al halconcito o halcón común (Falco spaverius), el yábirú o tuyuyú cuartelero (Iabirú mycteria), la cigüeña americana (Cinonia maguári), y el tuyuyú (Mycteria americana). Del Creta rosa (Netta peposae) y el pauto o pato medialuna (Ana discors) refieren que quedan en los arrozales de argentinos, debido a la menor oferta relativa de forraje de Ñeembucú.

El ñandú (Rhea americana) de carrera veloz, está en franca disminución por colecta de su huevo; también el chajá (Chauna torquata) sufre una disminución drástica por la cacería para su consumo como empanada.

De la familia Accipitridae se mencionan el taguató morotí (Leptodon cayanensis), y el gavilán bidentado (Harpagus diodon); la pava de monte o jacú hú (Penélope oscura es más bien terrícola.

La avifauna acuática incluye también el jabirú (Jabirú mycteria), el tuyuyú (mycteria americana), la garza mora (Ardea cócoi), la garza blanca o gyrati (Cosmecuplius albos), la garza pico zapato (Campylorhamphus trochilirostris), el aguapé azó (Jacana pacana), el Mbiguá de pico largo (Phalacrocorax olivaences), el teteú cañadero o gaviotila (Vanellus chilensis), el chahá (Chauna torcualta) en disminución por cacería, y el Kuarahy mimby (Syrigma sibilatrix).

El jakavere, del tamaño de una paloma, abunda en suelos inundados y se alimenta de gusanos, insectos y lombrices; la cigüeña común o tuyuyú (Ciconia maguari) abunda en campos de agua poco profundos. El aka'é o urraca común (Cyanocorax chrysops) se destaca por sus llamativos colores.

El halconcito estuvo en riesgo de extinción, ya que el uso de los agrotóxicos fosforados elimina a las aves que se alimentan de insectos que son intoxicados por aquellos, y al afectar a las aves debilita la cáscara de los huevos; con el uso de piretroides este riesgo estaría controlado; el halconcito tiene presencia importante en el folklore que destaca su apego al hogar, su autoestima como arquitecto, su perseverancia en el trabajo y su generosidad hasta el punto de criar hijos de otros sin prejuicio alguno; el pitogüe (Pitangus sulphurus) pescador bullanguera, como pájaro de mal agüero representa mala señal si aparece y canta en el camina, según se señala en la creencia popular urutaú El nombre del urutaú o pájaro fantasma (Nictibius griseus) proviene del guaraní uru (guiar) e indica su función de guía del hombre --con su grito largo que semeja al lamento humano fuiii desorientado en el monte o que está cerca de un peligro; permanece inmóvil mimetizado en el extremo de una rama seca (Carvalho Neto, 1996). Este pájaro de porte medio frecuenta las sabanas e igual que el Chóchi es más oído que visto. El urutaú es el mismo pájaro con presencia regional incorporado al relato poético de Guido Spano del final patético de la guerra grande.

El karáu, palustre y terrícola, se hace sentir con fuertes gritos krau o karáu al amanecer y al atardecer, frecuenta las orillas de los bañados, lagunas y esteros y se alimenta básicamente de caracoles; de caminar pensativo como si llevara a cuestas una gana_ muy grande, afectado por una desdicha muy honda, es representado en el imaginario popular como atraído por la polca o el chamamé.

La leyenda del karáu de autor anónimo es narrada, como otras, por un compuesto; la misma explica el color de su plumaje negro y su silbo lastimero y agudo --que semeja al gemido del hombre-- pero también recuerda obligaciones y normas filiales cuya inobservancia trae consecuencias muy negativas.

El compuesto refiere la intensa pasión de Karáu por Yerutí con quién bailó toda la noche, con tal entusiasmo que olvidó a su madre enferma; cuando al alba un tercer personaje le avisa que su madre agoniza Karáu responde: "Hay tiempo para llorar" y finalmente cuando recibe la noticia de que su madre falleció se convirtió en pájaro que hasta hoy lamenta la muerte de su madre.

En una variante de los personajes en la versión de Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá, Karáu es una mujer la que sedujo a un joven (de Carbalho Neto, 199ó). La recopilación de Mauricio Cardozo Ocampo, citado por González Torres (1998) introduce variantes en el compuesto.

El folklore explota esta leyenda en un proverbio o ñe'enga: "Hay tiempo para llorar he'i karaú". El refrán nos recuerda que en la vida hay tiempo para todo, para disfrutar de la fiesta reír, ama --incluso en algunos casos estudiar--, y hasta para llorar, y que se trata de aprovechar adecuadamente esos tiempos en vez de dilapidarlos.

Los mamíferos carnívoros de la ecorregión incluyen Lutra longicaudis (lobopé), Pteronura brasiliensis (ariraí), el kyjá mal llamado nutria (Miocastus coipus), roedor de hábito lacustre como el castor americano, con población en gran disminución por la cacería; otro gran roedor es el carpincho, capivara o chancho del agua (Flydrochoeris hydrochoeris) de hábito lacustre, su carne es uno de los mayores proveedores de proteínas a los hogares pobres que además utilizan con fines medicinales su grasa y su piel, últimamente su carne se comercializa en los centros urbanos, con lo cual aumenta la posibilidad de su captura; se puede criar con facilidad en cautiverio. La importancia del Yacaré y del Carpincho en la vida cotidiana del esterano es rescatado por Castelli (1995), en sus Coplas Correntinas:

Entre los felinos el Felis pardalis (yaguarete'i), en amenaza por la cacería por parte de la población pobre, ya que es muy trabajosa su localización por los dedicados a la cacería deportiva. Entre los ciervos se menciona al Blastocerus dichotomus cucú o ciervo de los pantanos), el ozotoceros bezoarticus (guasu'i). Entre los reptiles de la ecorregión se menciona al caimán latirostris (yacaré overo21). La alteración de la cadena trófica se manifiesta de diversas formas, tal como en la desproporción entre la población de caracoles y la de sus consumidores.

En la fauna silvestre son particularmente importantes el mbusú capitán (Lepirosiren paradoxa, el carpincho, y el yacaré; aunque en este caso se debe diferenciar entre, por una parte el yacaré uvero o yacaré mariposa en riesgo de extinción coma resultado de la cacería intensa por el valor de su piel y por su hábitat de aguas poco profundas (Caimán latirostris) y por otra el yacaré hu (Caiman vacaré) que prefiere aguas profundas y espejos de agua relativamente grandes. El mbusú capitán, es un fósil viviente que en la estación seca vive enterrado en el barro; la respiración branquial de este pez pulmonado solo representa el 2% de la respiración total y tiene aletas a diferencia del mbusú común por su evolución filogénica; en tanto mbusú ypycué es menos evolucionado y proviene inicialmente de hábitat terrestres22.

La ictiofauna es particularmente importante en la ecorregión sobre todo considerando que unos 4.000 hogares dependen de la pesca. Se desconoce la cantidad de especies, si bien es cierto en uno de los concursos de pesca variada y embarcada, en 1999, fueron identificados por investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNA --en cooperación con la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNP-- 52 especies. Entre las especies se mencionan el pacú  (Piaractus mezopotánico), de la familia Colosoma, el surubí (Pseudoplatystoma coruscan) en peligro de extinción, así como el dorado (Salminus maxillosus), el patí (Lucio pimeloduds pátí), manguruyú (Psesoprimelodus sp), mandi'i (Rhandia sp) y tareyi (Hoplias málabaricuvs).

Como resultado de la presión de la pesca extractiva, tanto deportiva y profesional que aumenta con-- la llegada de compradores brasileños, se observa una marcada disminución de la población de peces; durante el- año 1989 el volumen extraído de peces en la zona de influencia de hilar -desde Ita Cora-basta Mburicá-fue dé 554077 kilos, que muestra ya la caída de la pesca. A mayor captura de peces corresponde un descenso en la cosecha, que tiene incidencia directa en La calidad de la vida de las poblaciones ribereñas que dependen de la pesca.

De un breve repaso de las características del medio físico y biológico de la ecorregión, así como de las procesos que les afectan se deriva que el manejo de los recursos naturales no es equitativo ni respetuosa del ambiente; debido a la ausencia o debilidad de los mecanismos de normas ambientales con frecuencia el manejo en cuestión resultó beneficioso para empresas y depredatorio para el ambiente. Debe apuntarse en este punto que el capital natural (madera, agua, ictiófauna, suelo, etc.) está en franca disminución, y en esa medida se debilita la sustentabilidad global. En este caso el deterioro del medio ambiente afecta negativamente la vida de las poblaciones locales y a su salud.

 

NOTAS:

2 En este punto interesa la alteración de flujo, la calidad del agua y el nivel de los acuíferos.

3 Interesa particularmente en relación a este estado de agua las características de drenaje, su caudal, la calidad del agua y su nivel.

4 La complejidad de las interrelaciones es tal que la evapotranspiración potencial depende de la radiación global, temperatura del aíre, tensión del vapor del aire, velocidad del viento, número de horas al sol, humedad del suelo, y relación agua-suelo-planta.

5 Interesan particularmente en relación a este estado de agua las características de drenaje, su caudal, la calidad del agua y su nivel.

6 Véase González, Narciso. “Aspectos de la Ecología Regional". En: Foro 2000. N° 5. 1997.

7 Embalsados típicos son los del Estero Bellaco Brazo norte y Sur, caracterizados por el tapiz verde que cubre la superficie del agua.

8 Ibíd.

9 Incluyen nitritos, amonio, nitrógeno kjeldahl, oxidabilidad al KMnO4, hidrocarburos disueltos, fenoles, boro, detergentes anióticos, hierro, manganeso, cobre, fósforo, cobalto, materias en suspensión, plata y zinc.

10 Incluyen hexaclorobenceno, PCB y PCT, con recursos de Parathion, HCH, dieldrine.

11 Véase González, Narciso. “Sequías en Ñeembucú”. En: Foro 2000. N° 4. 1996.

12 Véase Subsecretaría de Recursos Naturales. Mapa de reconocimiento. cit.

13 Véase Subsecretaría de recursos Naturales. Mapa de reconocimiento del suelo de la Región Oriental. 1995.

14 No existen estudios sobre la incidencia de estos parásitos (Comunicación personal con Porfirio Arevalos).

15 Comunicación personal con Gustavo Granada.

16 Véase CDC (Subsecretaría de Recursos Naturales). Áreas prioritarias para la conservación en la Región Oriental. Asunción. 1990.

17 Véase López, Nancy. "Hojas de Datos". En: Foro 2000. N° 4. 1996.

18 Comunicación personal con Jorge Ocampo.

19 Ibíd.

20 Los proverbios que aluden a aspectos de la vida cotidiana de los esteranos comprenden: Tujú nde tuichava niko pe (v) a, he´í cajetillo ho´áramo karuguape ijegustahá rovaké; Upépe ejorá nde guéí, hé´í i carreta pá´áva estérope; Dió nos guarde, he´í aguará ahecháramo ryguasú mbatará ikepe; Avá ñé´engatuvé torito araígui; Cualquiera de los alazanes, he´í ikavajú petéiva; Mbykymí ypé casoicha; mbykymí pelotero casoicha (Gonzalez Torres, 1998).

21 Ibíd.

22 Véase González, Narciso. "Hallazgos del Lepirosiren Paradoxa”, En: Foro 2040. N° 4. 1996.

 

 

 LA FAUNA DE LA ECOREGIÓN DEL ÑEEMBUCÚ EN IMÁGENES

 

GARCITA BLANCA (ARRIBA) - GARZA MORA (ABAJO)

GARZA MORA (ARRIBA)/ ESPÁTULA ROSADA (ABAJO)

MBUSÚ (ARRIBA)/ MBUSÚ CAPITÁN (ABAJO)

JAKARÉ ORERO (ARRIBA)/ SURUBÍ (ABAJO)

MARTÍN PESCADOR CHICO (ARRIBA)/ CARDENAL (ABAJO)

ÑANDU - RHEA AMERICANA

KOATÍ (ARRIBA)/ AGUAPEASÓ (ABAJO)

TUJUJÚ KUARTELERO (ARRIBA)/ TUJUJÚ (ABAJO)

 

 

CAPITULO  V

A MODO DE CONCLUSIÓN

 

La historia de la ecorregión es la historia de conquistas, guerras, montoneras y también de formas modernas de genocidio; distintas fueron las formas de resistencia de la gente común a las relaciones de dominación impuestas, a la arrogancia y al trato humillante que se les imponía esa gente respondió con dignidad en los momentos críticos. Esa historia es también la de los intercambios e hibridación de saberes entre culturas ancestrales que desde la remota antigüedad acumulan conocimientos sobre el manejo de los recursos naturales y a lo largo de los siglos se fue enriqueciendo con la hibridación de saberes, de los Kaingán a los Mbyá Guaraní y de estos a los Payaguá; el capital cultural ya enriquecido llegó al esterano. Este con la incorporación de nuevos componentes volvió a transmitir esos saberes ancestrales por la vía oral.

Estos conocimientos y prácticas tradicionales se proyectan hasta hoy en formas de manejo de los recursos naturales asociadas a patrones económicos más ligados a la reciprocidad, la solidaridad y la redistribución, que a la competitividad. Así, en muchos lugares de la ecorregión, su gente se apropia y usa comunitariamente recursos naturales siguiendo normas cuya vigencia está garantizada por mecanismos de control social; a pesar de la riqueza de estos conocimientos y prácticas no existe estudio alguno sobre ellos.

La participación en el proceso político de los campesinos de la ecorregión fue casi siempre subalterna, mediada por sus patrones, por quienes fueron reclutados para "revoluciones" que se originaban en discordias coyunturales entre los poderosos; estas capas sociales a veces expresaron su resistencia al orden social dominante adhiriéndose a líderes mesiánicos y a bandoleros sociales, a falta de otros canales disponibles para buscar la reparación de sus agravios. Cuando ocasionalmente los campesinos lucharon por sus propios fueros la victoria les fue escamoteada.

Ya desde hace tiempo se consideraba que lo bueno para el Hemisferio Norte era bueno para todos y se asumió que el progreso debía privilegiarse sobre el atraso, y que justificaba la desaparición de comunidades enteras para extender las estancias tradicionales con muy baja productividad, consideradas como expresión de la modernidad. Este colonialismo cultural ciertamente está abierto a la controversia, pero en ningún caso, en el futuro debería permitirse la expulsión de comunidades en una suerte de genocidio, rechazado por toda concepción de justicia y por los distintos niveles del derecho positivo. Esto último no puede estar sujeto a discusión.

En estos casos de expulsión de colectividades rurales la ausencia de resistencia adecuada se tradujo en una suerte de éxodo del campo, este proceso fue de tal intensidad que la ecorregión está en avanzado estado de despoblamiento. Como muestra basta un botón: si estas colectividades rurales hubiesen tenido mecanismos organizativos sólidos y aliados la ecorregión no hubiese sangrado con esa intensidad.

A la expansión de estancias como causa de expulsión de la población rural se sumó la degradación de los humedales. El agua de la crecida de 1983 permaneció en gran parte en la ecorregión con la concomitante elevación de la napa freática, instalación de nueva vegetación acuática y el aumento de sedimentos; los factores mencionados disminuyeron la capacidad de drenaje de los canales naturales, tanto de los canales terminales que conectan lagunas, esteros y riachos con los ríos, como los canales secundarios que empalman con los canales secundarios.

La construcción de caminos mal diseñados, encarados en las últimas tres décadas, también obstaculizó el escurrimiento del agua de los humedales y provocó el aumento paulatino de su nivel, alterándose el ciclo de las aguas bajas y de las crecientes que liberaba los terrenos en transición entre los ambientes acuáticos y terrestres ricos en biomasa vegetal; las rutas mal diseñadas y los alambrados que se multiplicaron con estas interceptaron el desplazamiento de los embalsados. Diversas son las alteraciones ambientales debidas al aumento del nivel de los humedales: se pierde gran cantidad de suelo cultivable por anegamiento y humedad, y cambian el paisaje y el hábitat de aves, pequeños y medianos mamíferos y reptiles. Los efectos de las alteraciones del régimen hidrológico en los suelos y en las plantas y animales aún no han sido estudiados adecuadamente. El agua que es lo dominante en la región es vida, pero también puede generar pobreza y degradación ambiental si es mal manejada. Las colisiones de intereses que se originan por el uso, control y apropiación de los recursos naturales son cada vez más frecuentes, al punto que el manejo ambiental es equivalente a manejo de conflictos, los que en sí mismos no son negativos, pero pueden serlos según sean las formas en que sean resueltos. Todo conflicto --que es fuente de cambio social-- posibilita su resolución, que debería evitar daños socio ambiental.

Siendo el ambiente el escenario donde se define la calidad de la vida de las poblaciones locales que pasan a ser lo central, debe prestarse atención a las tecnologías dañinas no sostenibles, que reemplazan a las sostenibles que demostraron sustentabilidad durante siglos; debemos reconocer que en los últimos años se han multiplicado los procesos que producen alteraciones negativas en los humedales, y que en su solución la hibridación de los saberes tradicionales con el conocimiento científico será insustituible.

Este desafio tiene sus dificultades, ya que los portadores de los conocimientos ancestrales no son visibles y están siendo expropiados de su medio de vida, y cómo se indicó se investigó poco sobre conocimientos y prácticas tradicionales de apropiación y uso de recursos naturales, y modos no formales de resolución de conflictos socio ambientales. En el centro de esta discusión deben ponerse las interrelaciones entre identidad y territorio, ya que son los esteramos los que dependen de esos recursos y conocen los secretos de los humedales y son sus conocimientos y prácticas los sostenibles en la ecorregión.

En algunos casos las necesidades primarias insatisfechas prevalecen sobre la conciencia socio ambiental de los campesinos de la ecorregión, que a falta de otras alternativas echan mano a recursos forestales para obtener ingreso rápido. Este problema constatado solo puede ser remediado diseñando e implementando con métodos participativos, estrategias de desarrollo local sostenibles.

Entre las actuaciones que están produciendo daños, pueden mencionarse la construcción de la ruta IV y la construcción de diques y canalización de los esteros. Esto plantea la necesidad de estudios de diseño de ingeniería que deben ser objeto de cuidadosos análisis de evaluación de impacto socio ambiental, teniendo en cuenta su sentido positivo o negativo del impacto, su importancia y su alcance temporal o permanente, de modo a identificar las medidas de mitigación de los efectos negativos incorporados a un plan de mitigación con mecanismos de ejecución y monitoreo.

El programa de monitoreo apunta al seguimiento y evaluación del cumplimiento de las medidas de mitigación establecidas en el plan de gestión ambiental, que debe enfatizar las alteraciones en el régimen hidrológico. Debe indicarse además la necesidad imperiosa de constituir centros de mediación en conflictos socio ambientales que puedan aplicar los métodos alternativos a la resolución de conflictos.

Aunque parezca redundante, debe insistirse en la necesidad de planificar el uso del territorio atendiendo a la vocación natural de sus recursos naturales; la agricultura solo puede tener un alcance complementario en las estrategias de satisfacción de necesidades de la población campesina, que debe recibir los apoyos pertinentes para acceder a pequeños planteles de lecheras y mejorarlas con paquetes tecnológicos adecuados que comprendan rasgos genéticos, alimentación, sanitación y manejo de acuerdo a la topografía del terreno, ya que el manejo adecuado en terrenos bajos no lo es en terrenos bajos.        

Debería llamar la atención que el ganado mejorado que introdujo la Liebig, ya a principios del siglo XX, nunca haya llegado a la población pobre de la ecorregión. En este punto debe asumirse que mientras no exista el pequeño productor con planteles --aunque reducidos y mejorados-- de ganado vacuno no habrá desarrollo sostenible en la ecorregión; y esta solución pasa por la habilitación de campos comunales de pastoreo y por paquetes de investigación para mejorar la producción de lecheras criollas de los pequeños productores.

Prestando atención a la cuestión social se nota que tanto en Ñeembucú como Misiones es alta la incidencia de la pobreza, la moderada y la severa o indigencia. Esto se nota en la distribución de necesidades básicas insatisfechas presentada en el capítulo 3, pero también en la alta proporción de la población rural que accede precariamente a parcelas muy pequeñas o carece completamente de una parcela agropecuaria. Será imposible revertir ese proceso de empobrecimiento creciente sin un programa que revierta la caída de la productividad de los suelos e incluya la adjudicación de tierras a la población que carece de ella, teniendo en cuenta que el carrizal o espacios sub-húmedos para la pequeña ganadería son tan importantes como las tierras arables en las estrategias productivas de los campesinos de la región.

En ese programa que cubra la ecorregión, el gasto social deberá focalizarse de tal modo a garantizar que llegue a la población más necesitada. En el caso de educación, por ejemplo, no obstante el funcionamiento de un Centro de Formación Docente en Pilar, es alta la proporción de docentes sin formación pedagógica en el departamento, y puede suponerse que la mayoría de ellos está enseñando en lugares distantes y poco accesibles y en esa medida requiere una atención especial. Llama la atención que, a pesar de la cantidad de radioemisoras en el departamento, no exista un solo programa de alfabetización en el área rural del departamento (Anexo N° 3.5), lo que estaría indicando la subutilización de este medio de comunicación.

Los procesos de degradación identificados en este trabajo podrán ser encarados satisfaciendo algunas condiciones necesarias aunque no suficientes. Una de ellas es la participación de los involucrados, tanto de la población carenciada como de los ganaderos, en el caso de los afectados por las alteraciones en el régimen hidrológico ligados a las cuencas del arroyo Ityay, Aguay y Yacaré.

A su vez, en todo proceso de participación de la población afectada es un factor crítico el fortalecimiento de las organizaciones territoriales de base, con la construcción de capacidades de gestión socio ambiental. Esta construcción de capacidades a su vez requiere el desarrollo de teorías, métodos y técnicas para desarrollar y fortalecer el tejido social de la ecorregión desde abajo, y debe considerarse axiomático que sin ese fortalecimiento no se podrán revertir los procesos de degradación caracterizados en estas formulaciones.

El desarrollo de la capacidad de gestión municipal con énfasis en su componente ambiental es ahora más necesario que nunca, teniendo en cuenta, por una parte que, no obstante las alteraciones en los humedales y sus impactos negativos, la ecorregión sigue caracterizándose por la rica diversidad de plantas y animales, y por otra las nuevas amenazas asociadas a la inminente terminación de la ruta N y el previsible aumento de la presión sobre los recursos naturales. En este sentido debe tenerse presente que la ecorregión tiene un gran potencial para el ecoturismo, que puede contribuir al desarrollo sostenible solo si se establecen las regulaciones adecuadas y los mecanismos idóneos la vigilancia de su vigencia efectiva.

Otra condición necesaria es una masa crítica, con posiciones y compromisos definidos ante situaciones críticas, que pueda combatir el oportunismo y la orientación perversa que descalifica toda problematización, aunque ella busque develar fraudes o situaciones irregulares. Con el predominio de pescadores en rio revuelto será imposible avanzar en la solución que afecta a la ecorregión.

 

 

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