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  MITOS GUARANÍES - Por MIGUEL RAÚL LÓPEZ BREARD - Diseño de tapa: ANY UGHELLI


MITOS GUARANÍES - Por MIGUEL RAÚL LÓPEZ BREARD - Diseño de tapa: ANY UGHELLI

MITOS GUARANÍES

Por MIGUEL RAÚL LÓPEZ BREARD

 

Intercontinental Editora

Diseño de tapa: ANY UGHELLI

4ª Edición, Mayo del 2003

Asunción – Paraguay

2003 (91 páginas)

 

 

INTRODUCCIÓN

          Lo que pretendemos con el presente trabajo, es darle al lector un panorama más o menos claro sobre los mitos de la región guaranítica. Buscando con ello cubrir un vacío existente en nuestra bibliografía, ordenando su temática y aportando a su investigación, el material que tenemos recogido y clasificado.

         Pensamos que el mito guaraní propiamente dicho, no existe ya, no ha llegado hasta nuestros días en estado genuino, como no podía ser de otra manera, y los que se transmitieron en forma escrita u oral, reconocen la deformación del tiempo y la influencia de culturas extrañas, producto de la conquista y de la evolución natural de estos pueblos.

         Nos gusta recalcar, para afirmar el concepto, que la guaranización, es un proceso posterior al descubrimiento de la región, algo que se iniciara con la expedición de Sebastián Gaboto y tomaría sus formas en la etapa evangelizadora, donde por resolución de la Iglesia de América, deciden que a los objetos de la catequesis, en cada zona se debía tomar el habla general, como lengua madre, para su mejor comprensión y divulgación, debido a la gran diversidad de dialectos. Y así desde Asunción (Paraguay) se decidió instrumentar el idioma Guarán-í. (hijo de Guarán o Guarán chico), como lengua general. De aquí en más, ya sea Ruiz de Montoya, Solano u otros famosos estudiosos y evangelizadores, no sólo nos introducen al conocimiento de la lengua guaraní, sino que también al concepto integrador de cultura guaraní, ya que lentamente se avanza sobre el conocimiento de la región, su geografía con mil topónimos, las plantas y las especies animal, la antropología social de sus habitantes y por supuesto sus creencias, leyendas y mitos, hasta afirmarnos en el concepto de la Cultura Guaraní.

         El área de dispersión sabemos que es amplio e impreciso, pero a los objetos de nuestro interés, nos enmarcaremos en el N. E. argentino, parte del Paraguay, sur del Brasil; sur de Bolivia y norte del Uruguay. Donde rastrearemos distintos aspectos, tanto oral como bibliográfico, para el análisis del presente trabajo.

         Sin embargo, antes de introducirnos en el tema, debemos manifestar también que el título de la obra, es simplemente genérico, porque en más de una oportunidad, nos encontraremos ante la disyuntiva de definir si el material respondía realmente al concepto de mito, o era una leyenda o bien un cuento legendario. Pero el tema es de por sí complejo, y no es una cuestión atinente a esta cultura, sino que es realmente semejante a todas las culturas del mundo, por la naturaleza de la cuestión. Siempre el mito se pierde en el cuento, o se lo encuentra como leyenda. Félix Coluccio, en la pág. 300 de su interesante trabajo "Diccionario de Creencias y Supersticiones" (Argentinas y Americanas), recoge una definición del Instituto de la Tradición de la Provincia de Buenos Aires, que dice que hay relatos que dan cuenta del origen o el porqué de diversos seres, fenómenos naturales o morales, accidentes geográficos, nombre de lugar, frases o dichos que despiertan la atención por su rareza, anomalía y otras razones notables. No es del todo inexacto llamarlos mitos, pues la mayor parte de los mitos de nuestros indígenas, poseen también función explicativa; observándose que los mitos folclóricos son meramente narrativos, carecen de proyecciones cosmogónicas y de definiciones etimológicas en el origen de sus nombres y aún más, no ha llegado a nosotros de la investigación arqueológica representación de ninguno de ellos, y su iconografía es moderna.

         Por otra parte Imbelloni, sostiene que el mito no es necesariamente expresión religiosa, como sostuvo Kethe, aunque pensamos que casi siempre representa una manifestación de la vida y las cuestiones inexplicables del espíritu humano, formando en parte cuestiones inherentes al culto de lo superior o lo desconocido.

         Canal Feijoo diferencia el mito de la leyenda, aunque afirma que el mito es una leyenda relacionada con lo sobrenatural. Es difícil entonces la separación de mito, cuentos y leyendas. Por ello quizás valga la pena recordar lo manifestado por Stith Thompson, quien afirmaba que es muy posible que una narración que en algún lugar sea sencillamente un cuento folclórico, pueda ser sagrado en otro y por eso formar parte de sus mitos. Esto vale a nuestra cuestión y región, donde indudablemente, sobre viejos relatos de los naturales, en época remota del descubrimiento, y aún más, al momento de su agrupamiento en los nuevos poblados que fueron surgiendo de la evangelización, como asimismo Asunción y Corrientes, fueron estos aculturados a versiones y formas interpretativas diversas del conocimiento de los propios receptores, y hasta los fines e intereses de los mismos.

         De este momento la formación de nuestra mitología, que se fue nutriendo en la vastedad de los pueblos o tabas de los guaraníes y de entonces también sus semejanzas en algunos de ellos, y hasta la repetición de formas y funciones, que le atribuimos a sus orígenes comunes, pero representativo de parcialidades distintas, de donde pudieron haberse tomado las versiones. No es difícil entonces que el Pombero, o Kuaraji Yara, el Yasy Yateré o el Pita Jovai y el Curupí, sean un solo y único mito, que teniendo origen común, difieren en sus características por las versiones de las parcialidades de las que hayan surgido. Es decir, de esta forma nos encontramos también en esta materia con la riqueza interpretativa que nos permite el mundo guaraní, por su misma naturaleza de pueblo en formación al momento del descubrimiento y conformado sobre las bases de la no menos rica cultura aportada por los evangelizadores. Por eso Berta E. Vidal de Battini decía en su importante trabajo de recopilación de Cuentos y Leyendas Populares de la Argentina, que el cuento popular en la Argentina conserva, recrea y enriquece la herencia del cuento popular español y revive la tradición oral occidental, que asimiló elementos milenarios de la tradición oriental, pero adquirió características propias que la singularizan. Y Raúl Rosieres en su Ley de las Adaptaciones, decía que toda leyenda que cambia de ambiente se transforma para adaptarse a las condiciones etnográficas y sociales del nuevo ambiente... quizás con el Loisón, Lobisone o Yaguareté Abá, haya ocurrido esto.

         El nativo de la región creía en la actividad voluntaria de los seres orgánicos e inorgánicos y de los fenómenos de la naturaleza que se suponen animados por un alma antropomórfica o Pora, Rey de las Especies, duende tutelar o seres diabólicos.

         Alfredo Vara en "Corrientes en el mundo guaranítico". Todo es historia. Cap. 3. Agosto de 1985 Bs. As., dice al respecto: "La base de todo el sistema de creencias guaraní era el animismo. Esto es, las creencias en que entidades espirituales animan y permiten manifestarse a todo tipo de cosas: hombres, animales, plantas, ríos, y hasta palabras. Todos ellos se conciben habitados por un espíritu dotado de cierta fuerza (mana) capaz de incrementarse o debilitarse, volverse benefactora o peligrosa". Agregando más adelante: "Para los guaraníes, el universo entero estaba poblado por almas sagradas benefactoras y almas animales peligrosas. Cada animal o planta de la selva tenía un alma con determinada historia mítica que la ubicaba en un preciso lugar en el universo".

         Por eso seguramente se hace infinito, quizás inexplicable a la comprensión cabal, la definición conceptual del fenómeno, en un contexto tan complejo para el conocimiento humano, pero baste la intención del presente trabajo, para aportar a los tiempos y al conocimiento de nuestros ancestros, esta enunciación del alma mítica del mundo guaranítico.

 

 

INDICE

 

1.0.- INTRODUCCION

2.0.- EL POMBERO

2.1.- KUARAJI YARA

2.2.- MASCADITA

2.3.- CARAIPUIJHAPE

2.4.- DUEÑO DEL SOL

2.5.- POMBERITO

3.0.- POLANA

4.0.- EL YASI YATERE

4.1.- CACY

4.2.- CACY TAPERE

4.3.- CACY ATERE

4.4.- CACY SAPERE

4.5.- SACI

4.6.- YASY-ETE-RE

5.0.- EL TALON-YOVAI

5.1.- PITA-YOVAI

6.0.- EL CURUPI

6.1.- CURUPIRA

7.0.- EL LOBISON

7.1.- LOBISONE

7.2.- LOBIS-HOME

7.3.- LUISON

7.4.- LOUP-GAROU

7.5.- LOBISHOMEN

7.6.- LOBISOMEN

8.0.- EL YAGUARETE ABA

8.1.- RUNA UTURUNCO

8.2.- CAPIANGO

9.0.- EL NEGRITO DEL PASTOREO

9.1.- NEGRITO PASTOREYO

9.2.- NEGRITO PASTOREYO

9.3.- I. YARA

9.4.- NEGRITO DEL AGUA

9.5.- CAMBA-I

9.6.- CAMBACITO DEL AGUA

9.7.- I-PORA

10.0.- CAMBA BOLSA

10.1.- HOMBRE DE LA BOLSA

10.2.- KARAI-VOSE

11.0.- CARAI-OCTUBRE

12.0.- LA BRUJA

13.0.- LA SALAMANCA

13.1.- SALAMANDRA

14.0.- EL BASILISCO

15.0.- MOÑAI

16.0.- ÑANDÚ-TATA

16.1.- TATA-HUJA

16.2.- IPE-TATA

16.3.- MBOY-TATA

17.0.- EL PORA

17.1.- CAA-PORA

17.2.- I-PORA

17.3.- ANIMAS EN PENA

17.4.- ASOMBRADO

17.5.- CAA-YARI

18.0.- MITOS PROTECTORES

18.1.- YRYAPU-ARA

18.2.- CAA JARA

18.3.- CAA JARY

18.4.- YUY-PORA

18.5.- CURE-RU

18.6.- JAGUA-RU

18.7.- JAGUARETE-JHI

19.0.- JAGUARON

19.1.- TEYU-YAGUA

20.0.- EL PETEY

21.0.- ACA-PERE

22.0.- EL BERRADOR

 

 

MITOS ANTROPOMORFOS

 

EL YAGUARETE ABA

 

         El Yaguareté Abá es uno de los mitos que tiende a desaparecer del área ciudadana, aunque todavía se lo puede encontrar en las zonas rurales, especialmente boscosas o pantanosas.

         Está directamente entroncado con el antepasado indígena, ya que su mismo apelativo de Yaguareté Abá (Indio Tigre) nos está demostrando que se refiere a una época remota, pues hoy quedan muy pocos naturales en la región.

         Pensamos que su origen es Afro-europeo, aunque de difusión en culturas diversas, donde el tigre formó parte de las vivencias del hombre (en este caso el Yaguareté). Pues a lo que se refiere concretamente es a la facultad, maleficio o sortilegio de determinados naturales, para convertirse en esta fiera.

         En el África, ya lo vimos al tratar el mito del Lobisón, que forma parte de los ritos religiosos africanos, donde se puede convertir el hombre en tigre, hiena, etc. Y en el noroeste argentino y sur boliviano, en Runa-Uturunco, que es una forma semejante al Yaguareté Abá de nuestra región guaranítica. Así que es probable que en tiempos inmemoriales hayan sido de un mismo origen o creencia, y que al ir conformándose las culturas que las distinguen, hayan evolucionado hacia medios y formas distintas, que en los tiempos definieron a ambos, como mitos.

         Luis da Cámara Cascudo en su importante trabajo ya mencionado, nos aporta que en el Brasil el mito se denomina Onca-Boi en la región Amazónica; Onca Borges en la zona minera de San Francisco, etc.

         Este ser maléfico según las creencias más acendradas, es un indio viejo que tiene el poder o maleficio de convertirse en Yaguareté (tigre americano), para lo cual se aparta de su casa y en los pajonales o profundidades de las florestas o esteros, se revuelca rezando un credo al revés, transformándose por este maleficio en bestia.

         En definitiva lo rescatable es la vertiente americanista del mito, y su vigencia en la región, como un ser fantástico que transita la vida de nuestra gente, como parte inalienable de sus dilatadas creencias mitológicas.

         Se lo puede encontrar en el Paraguay, Brasil, nordeste argentino, Bolivia y norte uruguayo.

         Al igual que el Lobisón se lo puede matar disparándole con balas benditas y a éste también con machete bendecido, que es otro de los elementos pos evangélicos que aparece formando parte de sus leyendas. Ambrosetti recogió una versión de un paraguayo de Yuty, que se enfrentó a él a machetazo y que por estar este bendito, lo pudo herir, inclusive lo persiguió hasta su madriguera, donde para poderlo matar, lo tuvo que degollar (No olvidemos que en determinadas creencias del área, el sortilegio, payé o maleficio, no permite la muerte. Por lo que para que esta sea posible, debe desaparecer el poder inmanente, de lo contrario solamente podrá morir decapitado, -como en este caso-).

         Adolfo Colombres lo menciona en su obra Seres Naturales de la Cultura Popular Argentina, diciendo: "Hombre tigre. Leyenda muy difundida en Corrientes, Misiones y Paraguay. Son viejos indios bautizados que de noche se vuelven tigres para comerse a sus compañeros u otras personas. Cuando le viene el mal propósito se alejan de sus semejantes y se sumergen en la oscuridad de la noche, buscando el abrigo de un matorral. Allí se empiezan a revolcar de izquierda a derecha sobre un cuero de Jaguar, rezando un credo al revés mientras cambian de aspecto. Salen entonces de caza, y ya devorada la presa, retornan a su forma primitiva, realizando la misma operación, pero ahora en sentido inverso (es decir, de derecha a izquierda)".

         Félix Coluccio en el diccionario de Creencias y Supersticiones (Argentinas y Americanas), nos dice que: "(Indio u hombre tigre) -Leyenda supersticiosa que se extiende por el noreste de nuestro país, Paraguay y sudoeste de Brasil, que se corresponde con la del Runa Uturunco del ámbito noroéstico. Se afirma que se trata de viejos indios bautizados que se transforman en tigres. Para operar esta metamorfosis -según lo expuesto por Ambrosetti- el indio que tan malas intenciones tiene, se interna solo en algún matorral en horas de la noche, revolcándose en el suelo de izquierda a derecha rezando un credo al revés. Operada la transformación, vuelve a su estado primitivo haciendo el mismo proceso pero al derecho".

         Berta E. Vidal de Battini, en Cuentos y Leyendas Populares de la Argentina, Tomo VIII, concluyó después de haber recogido 6 versiones: "El Yaguareté Abá, para la creencia popular, es un indio que, por arte de brujería, se transforma en un tigre más feroz que el tigre común. A medida que los indios se fueron reduciendo a reservas lejanas, la creencia se ha ido olvidando. "También recoge versiones en Entre Ríos, donde aparece como tigre negro o capiango. Y al respecto queremos hacer notar que en la zona fronteriza de Corrientes con el Brasil, se suelen encontrar versiones con este nombre y también el de Capiango.

         Reinaldo Prado, en su Juan Taragüí, nos cuenta que: "Algunos indios viejos de la región hablan del Yaguareté Abá. Dicen que quien se vuelve así, es aquél que se revuelca en un cuero de esta fiera un Viernes Santo, rezando un credo al revés y pronunciando ciertas palabras de un rito antiguo".

 

 

CAMBA BOLSA

 

         Quién no habrá escuchado cuando niño, de sus padres este llamado de atención; ¡chaque el Camba Bolsa!, o el Hombre de la Bolsa. Cuando querían prohibírsenos algo.

         Este mito acriollado es seguramente el correlato de aquel otro universal, el "Cuco" que nos llegó indudablemente en el proceso de aculturación de la colonización.

         Es un mito muy popular y sus formas antropomorfas, lo caracterizan con un indio o mulato fornido cargando a la espalda una media bolsa, que se presume contiene algún niño travieso.

         Generalmente se lo representa yéndose de espalda metiéndose en definitiva en las sombras de la noche, por lo que nunca se, le ve el rostro, sólo que es de fuerte contextura física.

         De sus funciones se le reconoce el robar los niños traviesos, que se mueven fuera de la vista y el cuidado de los mayores, cuando ya viene la noche. Robándolos para llevárselos consigo a un secreto e impreciso lugar donde habita en soledad.

         Cuando se encuentra a los niños que fueron robados por Cambá Bolsa, estarán tontos, bobos, y les costará reponerse, quedándole por el resto de sus días, la secuela de este contacto sobrenatural.

         Cambá Bolsa o el Hombre de la Bolsa tiene plena vigencia en la imaginación de nuestra gente, y generalmente la mujer, las madres, son las que lo conservan en su conocimiento como un mito que nos llega del pasado con el susurro de las abuelas.

         El antídoto posible contra él, es la vivienda, ya que no penetra en las casas, salvo a sus alrededores y está allí, afuera, acechando con las primeras sombras de la noche, esperando que algún niño se aleje de ella.

         Es en definitiva un mito custodio de las conductas de los niños, que sirve para hacerlos obedientes a las indicaciones de los mayores.

         Su hábitat, es la región, con límites imprecisos, ya que también con el nombre de Hombre de la Bolsa, se lo encuentra en casi todo el territorio nacional, y aún en los países vecinos de Paraguay, Uruguay, y Brasil. Donde a Karaí Vosá, se lo personifica como un viejo flaco, barbudo, pobremente vestido, con una gran bolsa de arpillera sobre su espalda, vagando por los pueblos y caminos, acompañado de su también flaco, perro.

         Por lo dicho está visto que es un mito aquerenciado de raíz universal, pues no reconoce más ancestro guaraní que su apodo Cambá. (Del g. mulato, morocho, negruzco).

 

 

"LA BRUJA"

 

         Este mito de característica universal y de muy remoto origen es uno de los hechos folclóricos aculturados al continente, donde ha tomado características propias según la región de su hábitat.

         Sobre ella existe en Europa una nutrida bibliografía de todos los tiempos, y Calderón de la Barca, don Miguel de Cervantes Saavedra, y tantos otros de la Clásica Literatura Española hacen referencia de ella de distintas maneras. Lo mismo sucede con la literatura inglesa, francesa, alemana, de los países nórdicos, etc.

         La Santa Inquisición se ocupó preferentemente de ella, llevando al cadalso una innumerable cantidad de mujeres que por apóstatas fueron condenadas a morir en la hoguera. Y se cuentan en esas relaciones históricas una inmensidad de hechos y circunstancias protagonizadas por brujas.

         En nuestro país, fundamentalmente en el noroeste argentino la vigencia de la Bruja es constante y es posible encontrar en todo ese vasto territorio innumerables relatos de gente que la ha visto, ha tenido contacto con ella, o dicen saber de determinada persona que es la bruja. Y en nuestra provincia también es creencia popularizada la existencia de este mito.

         La bruja generalmente es la séptima hija mujer, como así el séptimo hijo consecutivo es Lobisón. Y aquí encontrarnos un punto de coincidencia cabalístico de creencias supersticiosas del viejo mundo, pues ya lo decía Smit Timsom que generalmente la superstición y los mitos, así como los hechos legendarios tenían raíces religiosas.

         Esta mujer pronto tendrá las características de una vieja desdentada, mentón pronunciado, ojos chispeantes y pelo desgarbado. Y los días martes para algunos miércoles o viernes para otros untándose con un secreto ungüento de secretísima confección se convertirá en un ave parecido al Suindá que sobrevolará las casas emitiendo un chillido semejante a un risa burlona, desde donde con sus ojos penetrantes podrá observar todo lo que acontece dentro de la vivienda.

         El mito universal está representado por la famosa vieja vestida de negro que montada en una escoba sobrevuela las casas, parajes y ciudades. Este también lo encontramos en nuestra investigación, pero nos parecen más auténticas para el espíritu de Corrientes, las versiones que la tienen en su conversión como un pájaro.

         El antídoto contra la maledicencia de este travieso como malvado mito es arrojarle a su paso un calzoncillo usado del hombre de la casa, ante lo cual cae inmediatamente al suelo.

         Hay zonas donde la creencia es fuerte, fundamentalmente en los departamentos del sur de la provincia, que es de usanza, los días que ella aparece dejar prendido a la puerta o ventana de la casa calzoncillos para que ella no penetre. Pues una de su debilidad es producir sueño profundo de habitantes de la vivienda e instalarse campantemente a comer todas las cosas dulces que encuentre en la casa. Y si por ahí es pillada por alguno, le castiga mandándole a salir una joroba.

         La bruja es pues entonces un mito de naturaleza antropomorfa, que por raro sortilegio y signo satánico se convierte en tal. Es ella partícipe de las fiestas salamanqueras siendo parte principal de las orgías bárbaras de Mandinga, y durante el día vuelve a su estado natural para vivir generalmente en lugares apartados y en soledad.

         Es común encontrar en nuestros pueblos y ciudades a personas que saben indicarnos quién es y dónde vive la bruja, e inclusive conociendo su condición de tal, ver cómo la gente la visita en busca de secretos, actos amorosos o payé para hacer el mal. Por supuesto que no hay que confundirla con los médicos o payeseros que son de otra naturaleza. Pues ésta, lo que realiza entre la persona que la visita y la amada, es un pacto satánico para ligar los corazones, y de ello también hemos tenido una infinidad de fórmulas donde se mezclan partes de una prenda de la persona amada, su cabello, y hasta los retazos de uñas que se cortan, que la bruja mezclará con excrementos y otras yerbas inenarrables, porque además no viene a la característica del presente trabajo, produciendo brebajes que se le hará beber a quien se quiere conquistar. Ya sea en el mate, mezclado con el cocido o té, para que caiga en el embrujo y sea subyugado por la persona que pidió su amor.

 

 

 

MITOS ZOOMORFOS

 

ÑANDÚ-TATA

 

         En algunas regiones es un Ñandú que se aparece generalmente a la puesta del sol, cuando ya viene la noche, a jinetes extraviados de las campiñas correntinas, y que ilusionan al viajante llevándolo tras de sí para perderlo definitivamente. Sin embargo, dentro de la misma concepción encontramos una serie de mitos como por ej.: Tatá-Huja que es la mula ánima. O el Ipe-Tata que es nombre de un pájaro misterioso que lleva la cola encendida, o el Mboy-Tata que es la víbora de fuego, dueña y señora de la inmensidad de los esteros del Iberá. Por ello creemos que siendo todos de una misma raíz conceptual, forman parte de las circunstancias, adaptación y función que a cada parcialidad, paraje o pueblo se fue adaptando en la vivencia popular.

         Estos mitos forman parte de ese complejo mundo de los guaraníes, que en el curso de los tiempos se fue nutriendo de fuentes diversas, ya sean éstas europeas que le llegaron con la conquista, o de pueblos nativos vecinos. Pues no olvidemos que el hombre viaja con su bagaje de creencias y conocimientos. Por eso aquí encontramos que el mito fuego, que puede ser un pájaro, un ñandú, o la Tata-huja que es la mula ánima, mezclando su concepción del animal fuego, con la mula que no es naturalmente americana, a la vez que se enraíza sobre creencias del nordeste argentino y sur boliviano.

         Quien quiera que vea al ñandú-tatá, morirá, lo dice Ernesto E. Ezquer Zelaya, en Corrientes Ñu. Y en nuestro andar por la campaña del noreste de Corrientes, recogimos la creencia con este mismo signo fatídico. No existiendo más antídoto contra él, que el de no dejarse embaucar y mirar a otro lado, perdiéndose el espectáculo atrayente que es ver este animal luminoso, recorriendo como un hálito de luz multifacético capaz de invitar a seguirle sus pasos, para perderse en la oscuridad de la inmensa soledad de nuestra campaña.

 

 

MITOS PROTECTORES

 

         Por las características animísticas del ancestro de nuestro pueblo ya hemos visto como nuestro hombre cree en la existencia generalizada de poras tutelares o genios protectores según la creencia universal, con poderes sobrenaturales que velan por los bienes de la naturaleza, castigando a aquéllos que atentan contra esos bienes y a éstos se lo llaman jara, ara, jary, jaryi: en el norte de Sudamérica y Centroamérica son llamados sy, jaryi es el pora protector del agua, del río: yrypu-ara, caa’jara o caá'jary pora tutelar de los bosques. Y generalmente identificada como la dueña de las plantaciones de la yerba mate.

         Este es un mito de característica misionera y que por lógica consecuencia nosotros lo hemos recogido en el noroeste de nuestra provincia en las localidades de San Carlos, colonia Unión, colonia Lievig's, gobernador Valentín Virasoro, Garrucho y Garabí y se lo representa como una joven hermosa vestida de una larga túnica blanca que vagando su hálito fantasmal sobre los yerbales, los protege contra la depredación. Y los cosechadores, mensú en el Alto Paraná, o mineros en el Paraguay, creen que haciendo un pacto secreto con la Caá'jary, a la que deberán guardarle fidelidad, despreciando a cualquier otra mujer, serán protegidos por ella en su cotidiana actividad y les aumentará el rinde de su zafra, dándoles mayor peso a la hora de su presentación.

         El Yvy-poca, es el alma protector de la tierra, del habitante de la tierra. Y creo que es oportuno hacer notar aquí que la palabra pora fue recogida por Ruiz de Montoya, los que nos estaría marcando de su presencia en el espíritu nativo, con una vigencia genuina del alma guaraní.

         De éstos mismos el Curé-rú dueño de los chanchos, referido naturalmente al cerdo salvaje, y que nos habla de un cerdo de largos colmillos de pelo rosillo que ataca a todos aquellos que atentan contra la depredación de la gente.

         Y aquí aparece el fenómeno del pelaje rosillo que como una constante del ser tutelar de la especie encontramos en el lobo, el carpincho, nutria y otros. O el Jaguá-rú más expresamente referido a los Jaguar, sinónimo de Jaguareté, también como el padre de las especies, que será un inmenso Jaguá-rete de largas pesuñas y grandes colmillos como pora tutelar de la especie, emparentado con el Jagua-rete-abá, Jaguá-reté-jhi.

 

 

EL PETEY

 

         Este mito lo recogió Ambrosetti, quizás como una variante del Caá'pora y se presenta como un tronco cubierto de pelos que persigue, acorrala y pierde al trajinante de los bosques, con una leyenda sobre un hombre que acosado por él se subió a un árbol hasta que vino el hijo y mató al mito. Lo raro de este relato es que matan al mito.

         En nuestra investigación encontramos solamente dos versiones, una en Garabí y otra entre San Carlos e Ytuzaingó, pero en nuestro concepto es un antiguo mito de la región que se encuentra en extinción.

 

 

EL BERRADOR

 

         Entre colonia Lieving's y Garrucho dimos con dos versiones de este misterioso mito, que nos habla de una voz, sonido, gritos o lamentos desgarrantes que salen desde las profundidades de los montes, a lo que denominan el Berrador.

         Creemos que es un mito bandeirante, del otro lado de la frontera, o sea de reciente penetración brasilera. Elsa Leonor Pasteknik lo recoge como un mito misionense, para nuestra opinión es extraño al medio y de reciente migración.

 

 

 

 

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VIDAL DE BATTINI, Berta E.: T. VII y VIII Cuentos y Leyendas populares de la Argentina - Ediciones Culturales Argentinas – Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación y Justicia (Argentina) Bs. As. 1984

VARA, Alfredo: Corrientes en el mundo Guaranítico. Todo es historia. Bs. As. 1985.

ZAPPA, Porfirio: Ñurpi. Editorial La Provincia 1954.

YAMPEY, Girala: Sobre Mitos y Leyendas Guaraníes. Cuaderno de Coeyú Nº 5 - Corrientes 1991.

PUBLICACION DEL MUSEO MITOLÓGICO "RAMÓN ELIAS" de la Ciudad de Capiatá (Paraguay) 1991.

 

 

 

 

 

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