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JORGE CORONEL PROSMAM

  EL MOVIMIENTO OBRERO, 2014 - Por JORGE CORONEL PROSMAN


EL MOVIMIENTO OBRERO, 2014 - Por JORGE CORONEL PROSMAN

EL MOVIMIENTO OBRERO

Por JORGE CORONEL PROSMAN

Colección 60 AÑOS DEL STRONISMO N° 11

Editorial EL LECTOR

Directores de la Colección:

HERIB CABALLERO CAMPOS/ IGNACIO TELESCA

Corrección: MILCIADES GAMARRA

Asunción – Paraguay

Julio, 2014 (102 páginas)

 

 


CONTENIDO

Prólogo - 09

Introducción -13

Capítulo 1 - Ensayo sobre la ceguera (1954-1960) - 19

Situación de la CPT - 19

Huelga del 58       - 29

Represión y fin de ciclo - 37

Capítulo 2 - La clase obrera va al paraíso (1960-1980)  - 43

Exilio y Código Laboral - 43

El discurso oficliasta - 49

Reflujo de las luchas - 52

Contrato colectivos y salarios - 56

Capítulo 3- Crónica de una muerte anunciada (1980-1989)  - 61

El fracaso del gatopardismo - 61

MIT y reacción oficialista - 69

Manifestaciones, golpe y festejo popular 75

Conclusión - 81

Bibliografía - 87

Anexos - 91

I- Discurso de la CPT -1955 91

II- Comunicado de trabajadores de la prensa - 1958  - 98

III- Comunicado de Vicente Cortessi, presidente de la CPT-1958 - 100



PRÓLOGO

En el 2014 se cumplen 60 años del ascenso al poder de la República del general Alfredo Stroessner, el 4 de mayo de 1954 y 25 años de su derrocamiento el 3 de febrero de 1989. En ambas fechas el Golpe de Estado fue el mecanismo utilizado, el primero para iniciar al gobierno dictatorial más largo de la historia paraguaya y el segundo para ponerle fin y dar inicio al proceso más prolongado de convivencia democrática en el Paraguay.

Es por ese motivo, que hemos organizado esta Colección con el doctor Herib Caballero Campos, en la cual han aceptado participar los mejores especialistas en el período que abarca el stronismo. Hemos considerado que es necesario conocer a cabalidad lo que implicó dicho proceso histórico para no caer en explicaciones simplistas.

Esta colección es un gran esfuerzo editorial para reflexionar desde la historia lo que fue el stronismo y cuáles fueron sus consecuencias en nuestro país.

En este volumen de la colección "60 años de Stronismo" Jorge Coronel Prosman analiza la relación del stronismo con la clase trabajadora.

No es éste un tema fácil, porque tras la famosa huelga de 1958 la dictadura logró cooptar, o en su defecto reprimir, a la dirigencia sindical. Además, la política económica del gobierno, como ya vimos en volúmenes anteriores, no fue la de industrializar el país sino apostar por la entrada de divisas ya sea por la energía o la agricultura (algodón, soja) y ganadería; al margen del contrabando.

¿Tiene sentido entonces dedicar un volumen a la "resistencia obrera" para sólo hablar de la huelga del 58 o de la resistencia en el hospital de Clínicas?

Ciertamente que sí, porque de lo que se trata no es sólo de rescatar la oposición obrera a la dictadura stronista sino de comprender el mundo obrero durante el stronismo. No sólo es importante recordar la poesía de Bertolt Brecht 'Preguntas de un obrero que lee' y cuestionarse quién construyó la represa de Itaipú, o quién administraba su energía; sino también el tomar conciencia del accionar dictatorial para intentar destruir el mundo obrero organizado y libre.

Jorge Coronel Prosman, cronológicamente y con tintes cinematográficos, nos relata cómo se fue dando este proceso. Comienza con los primeros años de la dictadura y nos pone en escena la lucha entre dirigente obreros oficialistas y opositores al régimen. Los primeros triunfaron y la lucha obrera parecía desparecida del Paraguay. Muy pocas veces el tándem represión-prebenda funcionó tan aceitadamente como en la dirigencia sindical. En la década del 80 vuelve a resurgir, aunque sin la fuerza de décadas pasadas, pero siempre presente.

La importancia del movimiento obrero se puede medir en este caso, más que por lo que hizo, por lo represión y cooptación a la que fue sometido. El movimiento obrero tenía que ser controlado desde el gobierno, era un estamento muy delicado como para dejarlo a su libre albedrío. Esta obra nos lleva a recorrer estas historias, muchas veces olvidadas, pero que hicieron a la construcción de una sociedad diferente.

Asunción, julio de 2014

Ignacio Telesca



Cuando nos dimos cuenta

el miedo estaba metido entre nosotros

y, de igual a igual

nos disputaba los momentos

Era ya muy tarde

Poema: Cambios, transformaciones, acomodos (Fragmento)

Libro: Paloma blanca, paloma negra Jorge Kanese



 

 

INTRODUCCIÓN

La necesidad de los trabajadores de organizarse para defender sus intereses ante las pocas posibilidades de éxito frente a la patronal, cuando se oponen en forma individual, es algo aceptado en la sociedad contemporánea. Con esto se acepta la existencia de conflictos, porque la realidad nos ha demostrado que una sociedad armoniosa, inquebrantable, en pleno consenso solo nos conduce a una sociedad antidemocrática y dictatorial.

La libertad de organización sindical es un factor esencial para tener una sociedad, con actores sociales dinámicos, libres y capaces de defender sus derechos, por lo cual la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene más de 100 convenios consensuados sobre estos temas a nivel mundial.

Pero no basta con que esa libertad tenga un ropaje legal, es necesario poder ejercerla, junto a otros derechos básicos, como el derecho a la contratación colectiva, el derecho a la huelga y el fuero o protección sindical para los líderes obreros.

Estas condiciones, que el Estado debe garantizar, eran, de hecho, derechos inexistentes bajo el gobierno del general Stroessner. Si la actividad sindical ya de por sí es de difícil ejercicio, lo es más aun cuando no le ampara un marco legal, agravando el cuadro de desamparo cuando las propias autoridades se especializan en poner obstáculos a sus reivindicaciones o persigue a sus dirigentes. El respeto de estos derechos y su práctica cotidiana son las bases de la libertad sindical.

En esta breve cronología se relatan los acontecimientos que tienen como protagonistas a los trabajadores organizados, bajo el largo periodo stronista. La clase trabajadora va desarrollando etapas, luchas, resistencia, derrotas y también conquistas, enfrentados o mimetizados, como alternativa de supervivencia, en una historia con dos caras: los dirigentes oficialistas, justificando todo y negando dificultades, y los líderes contestatarios, que van cuestionando el stronismo, con distintas y variadas respuestas a la represión que fue una constante. Un país legal y otro, enfrente o al lado, país real.

Muchos se preguntarán: ¿es pertinente estudiar hoy a la clase trabajadora? ¿Qué importancia tendría al analizar el stronismo? ¿No es anacrónica la discusión? Sin embargo, traer la historia del trabajador representa reconocer que la clase obrera cumplió y cumple, tanto en la sociedad capitalista, como enfrentando al stronismo, una función estructuralmente medular, por lo que entiendo es necesaria una revalorización de la historia del trabajador, verdadero generador de las riquezas, y de sus organizaciones.

La historia se tenía, o se tiene aún para muchos, como un espacio reservado para el estudio de los "grandes hombres" y las aún más grandes "hazañas". Los actos heroicos van dejando de lado la historia del peón, del campesino, del obrero. No debemos dejar de ver en esto una fuerte apuesta ideológica de los sectores dominantes para seguir negando protagonismo a su enemigo de clase.

En este trabajo quiero rendir un homenaje a todos esos anónimos héroes obreros, que lucharon, sufrieron y muchos dieron su vida, resistiendo a la dictadura.

Al enfocar el estudio sobre los trabajadores organizados en sindicatos, federaciones y centrales en el periodo stronista se da la simultaneidad de una circunstancia única, o se tiene como dos versiones de un mismo hecho.

El discurso oficial, aunque muchas veces difícil de definir, por ambiguo, sosteniendo que el sindicalismo debe luchar ante todo para evitar caer en las garras del enemigo ideológico: el comunismo, e ir avanzando en las conquistas que el sistema permite.

Y muy a contramano con esta versión placentera de armonía entre el capital y el trabajo, reconociendo el conflicto, el pensamiento del desarrollo autónomo de las fuerzas del trabajador organizado, con sus argumentos, sus tendencias y sobre todo sus métodos de resistencia.

Si bien la justificación oficialista era tácita, sus hábitos eran bien concretos: control, miedo, represión, censura; también estaba ante esto, o mezclado entre estos métodos, la resistencia. Y se tuvo que recurrir al arte de mimetizarse, de distraer, de inventar canales informales de información, discurso y reacción. Estos dos universos convivían en los tiempos del stronismo y trataremos de captarlos en este breve trabajo.

Existe gran cantidad de trabajos divulgados sobre la represión durante la dictadura stronista, pero esto podría llevarnos a una conclusión tremendamente desacertada, pues no todo está dicho, ni todos bien investigados, si tenemos en cuenta el carácter organizado de la violencia política en el Paraguay de Stroessner.

Creo ineludible insistir en que la represión stronista no puede ser concebida exclusivamente como una "práctica aplicable sólo a un fragmento de la sociedad", como reza la objeción de sus defensores. La publicación de esta serie sobre los 60 años de la llegada de Stroessner al poder va mostrando distintas facetas, y consecuencias, de la vida cotidiana en dictadura, y que aún las seguimos pagando hasta hoy.

Aunque este trabajo no tiene como prioridad caracterizar el largo periodo stronista, cuando nos referimos a la clase trabajadora en este espacio temporal no podemos más que definirlo de "dictadura", pues, como todo Gobierno basado en su aparato represivo, existieron sectores de la sociedad sobre los que ejerció especial ímpetu autoritario y los líderes obreros y los comunistas fueron dos de esos sectores, tenaz y sistemáticamente reprimidos.

Si bien toda la sociedad fue víctima de un régimen que, como método de dominación, utilizó el terrorismo de Estado contra la población y metió el miedo en la vida cotidiana de sus compatriotas, estos dos sectores, el Movimiento Obrero (MO) y el Partido Comunista Paraguayo (PCP), sintieron con particular fuerza la represión.

En este trabajo me propuse como objetivo tratar de explicar el papel del control social sobre el MO, en la consolidación y sostenimiento de la dictadura, a través de la represión y la coacción.

Este método llevó a la desmovilización pero también a la resistencia y cada vez conocemos mejor los amplios repertorios de protesta que se dieron a lo largo y ancho del Paraguay.

En este trabajo sobre la clase trabajadora organizada en el periodo stronista, surgen innumerables preguntas: ¿Qué le hizo desaparecer como actor social? ¿Cómo justificaban los paladines de la Confederación Paraguaya de Trabajadores, la CPT, su accionar? ¿Quiénes eran los líderes de las bases sindicales? ¿Cómo actuaba el control social sobre el movimiento obrero?

Y preguntas más punzantes como ¿Cuál era el papel de los dirigentes del movimiento cristiano de los trabajadores? o ¿Cuáles eran los sindicatos y la real representación de todo el MO? Como se comprenderá, en este breve espacio, algunas de estas preguntas trataremos de que se aclaren y otras quedarán con suficientes rastros para entender la actividad de los trabajadores organizados y la dictadura de Stroessner.

Para una mejor ubicación histórica, he dividido este trabajo en tres partes y una conclusión, tratando de encerrar en esos cortes temporales, los clivajes que se fueron dando, dentro de la clase trabajadora organizada en el periodo stronista. Tomé "prestado" del arte los títulos de los capítulos, por creer que, muchas veces, los artistas tienen la capacidad de precisar con muy pocos elementos, los sentimientos y emociones más genuinos.

En el primer capítulo usé el título del libro del escritor José Saramago, Ensayos sobre la ceguera, por dos razones: primero porque en esa novela los personajes se van degradando como seres humanos llegando casi a perder lo que tenían de humano, al igual de cómo fueron denigrándose los responsables de la consolidación del stronismo en ese primer periodo: traición, represión, engaños, mentidas, brutalidad: Todo para eliminar la resistencia de hombres y mujeres que luchaban por un ideal. La segunda razón es que el título de la novela también indica la ceguera de muchos protagonistas de esa época, muchos no supieron ver a qué poderosa fuerza se enfrentaban y fueron arrollados, y otros no supieron ver que estaban ayudando a construir algo monstruoso y también fueron arrollados en poco tiempo más. En este primer corte tenemos la consolidación del régimen de Stroessner mediante la represión a los distintos grupos opositores y la errática actuación de la Confederación Paraguaya de Trabajadores (CPT), que lleva desde el golpe militar de Stroessner, mayo de 1954 hasta 1959, cuando luego de gran agitación social, el Gobierno reprime estos movimientos y clausura el Parlamento. En este tiempo en la central obrera se da una dura lucha entre oficialista y opositores al régimen.

El nombre del segundo capítulo lo tomé del cine vanguardista italiano, La Clase Obrera va al paraíso, una película, dirigida por Elio Petri, que va relatando el increíble grado de alienación en que vive la clase trabajadora y su desconexión con los verdaderos problemas que le afectan. En este periodo del stronismo, el discurso del Gobierno se asemeja al paraíso, de hecho en estos se mencionaba que se vivía en un paraíso, no había conflicto, no había reclamos, no existían motivos para no ser felices. Ésta era el discurso sostenido y repetido, pero por debajo de esta superficial capa de paz y felicidad, existían los exiliados, las represiones, las torturas, el miedo, el control social, la alienación a su máxima expresión, no era para todos el paraíso anunciado. En este segundo periodo descrito, se tiene el largo recorrido de una CPT sin contrapeso opositor y sin presencia social en ningún tema importante, salvo para apoyar todo lo propuesto por el Gobierno, pero casi sin aporte autónomo. Consolida su aparato burocrático como central única, por más de 20 años, hasta inicio de los años 80.

Para el tercer capítulo encontramos en el título del libro de García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, algo que grafica la última etapa del stronismo. A partir de los años 80, cuando se va demoliendo el edificio de la unidad granítica, cuando toda la región entraba en otra etapa, cuando Pinochet en Chile pierde su plebiscito, en Brasil los militares ya empiezan su retiro, cuando en Argentina, Alfonsín recupera la democracia, al igual que en Uruguay, los días del stronismo están contados, era totalmente extemporánea su forma de definir la democracia sin comunismo, era un camino sin retorno y el golpe de febrero de 1989 sólo fue el último eslabón en romperse, y el MO tuvo mucho que ver en crear las condiciones para la definitiva ruptura. En el último periodo se trata de exponer los principales acontecimientos que llevaron a generar conflictos dentro de la CPT, partiendo desde los primeros años de la década de los 80 hasta el golpe del 89. El inicio de las divergencias internas, el retorno a las manifestaciones, las represiones tardías y sus protagonistas están presentes en este tercer capítulo.

A modo de conclusión, en el último apartado se presenta una breve caracterización de lo que representó el periodo stronista para los trabajadores, tratando de entender por qué la represión fue tan dura y radical con el movimiento obrero, por qué dejó de ser un referente social y combativo durante un largo periodo, y su importancia en la construcción de una sociedad con justicia social.

Aún ante este cuadro represivo el MO enfrentó a la dictadura decididamente durante sus 35 años. Esta desigual lucha tuvo sus momentos de auge, de reflujo, de actos heroicos, sus victorias y fracasos y también sus héroes y sus villanos. La represión luego de la Huelga General de 1958 (HG58), fue un duro golpe y produjo un cambio en las incidencias políticas dentro del MO. Así mismo en los últimos años de la dictadura, el MO fue uno de los sectores opositores más dinámicos en contribuir para su derrocamiento. Esta breve síntesis trata de traer a la memoria gran parte de estos hechos.

Corresponde hacer algunos agradecimientos a los que hicieron posible la publicación de este trabajo. Al amigo Ignacio Telesca, siempre solícito para ayudar a difundir y comprender la historia. Al profesor Herib Caballero Campos, un especial reconocimiento por su tenacidad y perseverancia en concretar estas colecciones, que bien sabemos no están libres de conflictos, sinsabores y poco reconocimiento. Al periodista Carlos Pérez Cáceres, por los datos, por el aliento y por poner su amplio archivo personal a mi disposición. También a Rosa Palau, y sus colaboradores, responsables de mantener dinámico el Archivo del Terror, a los trabajadores/as de la Biblioteca Nacional, a CDE por su Archivo Gaona, verdadera joya para el MO y a Sebastián Coronel Bareiro, por el laborioso trabajo con las imágenes.


 

 


CAPÍTULO 2

LA CLASE OBRERA VA AL PARAÍSO (1960-1980)

LA CPT YA NO TAN CENTRAL ÚNICA

 

Luego de la gran debacle que siguió a la represión de la huelga del 58, y su continuación con la represión al sector político-estudiantil de 1959, se cerró el ciclo con la clausura de la Cámara de Representantes, enviando, primero a la cárcel, y luego al exilio a la oposición al stronismo. Esto se dio incluso dentro del Partido Colorado, incluyendo a dirigentes de la conducción nacional y a parlamentarios.

El movimiento obrero fue aún más rígidamente controlado por el oficialismo de la CPT. Esta verdadera diáspora, casi similar a la ocurrida luego de finalizada la Guerra Civil de 1947, cambió la cara del MO, volviéndose la CPT una central totalmente funcional al stronismo, desapareciendo los reclamos de clase, las opiniones políticas y la posibilidad de articular la disidencia.

La intervención decretada de la CPT, con el conocido defensor del fascismo, Enrique Volta Gaona, político colorado ligado a la facción radicalmente nacionalista, el Guión Rojo, como encargado de "normalizar" la vida institucional de la central, tuvo innumerables complicaciones para lograr su objetivo. Pues si bien Volta Gaona contaba con numerosos adherentes, y era bastante popular en algunos círculos de trabajadores, la mayoría de la dirigencia sindical había apoyado la huelga general y se negaba a retornar a la CPT, como si nada hubiera pasado. Lo acompañaban Juan G. Rolón, de los tranviarios, Luis Ramírez de los marítimos, Rodolfo Echeverría, Juan Duré Castillo y Emiliano Pereira.

Como se comprenderá, todas estas personas estaban con las reputaciones manchadas dentro del movimiento obrero, pues se las estigmatizaba de traidores a sus propios compañeros. Ramírez, miembro de la LOM, asume el papel del expresidente de la CPT Cortessi, defenestrado, detenido y obligado a firmar la nota de arrepentimiento por la huelga, y Rolón que era tranviario, al igual que Román Berganza, presidente del comité de la HG58, sería despreciado en los siguientes congresos de la Asociación Tranviaria. Todos los integrantes de la comisión interventora eran conocidos activistas de las seccionales coloradas.

Para tener una idea del papel que jugó la intervención, a los pocos días de asumir el control de la CPT, ¡resuelve intervenir las cajas sindicales!, era el descuento de las cuotas de los afiliados con que se mantenían los sindicatos y son "confiscada" por la intervención. Además en la parte resolutiva, "solicita la colaboración de la Honorable Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) en el sentido de designar un cuerpo de Contadores para ayudar a los contadores de la intervención a fin de realizar un trabajo coordinado".

El grupo interventor inició una serie de encuentros con dirigentes sindicales, miembros de comisiones directivas y delegados de base, para tratar de llamar a un congreso normalizador y designar nuevas autoridades para la CPT. De estas negociaciones participaron los representantes de una nueva articulación sindical, el Movimiento Sindical Paraguayo (MSP), la que estaba ligada al movimiento católico, que si bien estuvo apoyando la huelga general, no encabezaba aún los sindicatos, pero con los apresamientos y exilios de los líderes sindicales, estos dirigentes pasaron a ocupar lugares claves en el MO. Ese era el interés del stronismo por el que querían que formaran parte del nuevo comité ejecutivo de la CPT.

La intervención logra un acuerdo, integrando a la Conducción Nacional 5 miembros del MSP, Efigenio Fernández, Augusto Maidana, Vicente Machuca, Raimundo Pizzurno y Antonio Román, además de los líderes sindicales del febrerismo, Albino Arrióla, Generoso Viveros, Fortunato Osorio y José Ibarrola Sosa, pero manteniendo la mayoría colorada en la directiva de 20 miembros, y encabezada por Rodolfo Echeverría.

Paralelamente a estas negociaciones para reconstruir la conducción de la CPT, en el exterior se articula la oposición sindical al stronismo. Gran parte de los dirigentes de la CPT que habían participado de la HG58 terminaron en el exilio, entre ellos Julio Echeverry, Abelardo Cárdenas, Basilio González Hermosilla, Heriberto Román Berganza, Emilio Reynal, Teodoro S. Mongelós, Vicente Cortessi, Enrique Orué, Maximino Moreira. Los primeros exiliados formaron en Montevideo, ya en 1959, la Confederación Paraguaya de Trabajadores en el Exilio (CPT-E). Esta central fue aglutinando, en los siguientes años, a todos los dirigentes sindicales que eran expulsados al largo exilio.

De hecho, esta CPT-E comenzó una campaña internacional de denuncias contra la represión obrera en el Paraguay. Su principal referente, Julio Echeverry, logró en unos años, que la Organización Regional Interamericana de Trabajadores, la ORIT, la organización sindical más importante de la región, deje de reconocer a la CPT como representante de los trabajadores paraguayos, pasando a tener como referente a la CPT-E. Este espectacular triunfo de los exiliados fue un duro golpe para la imagen internacional del stronismo, más aun cuando la ORIT, por entonces con sede en México, designa a Echeverry como director de la organización. El sindicalismo libre daba definitivamente la espalda al sindicalismo oficialista de la CPT.

Dentro del esquema de control social, un punto importante en este periodo fue la promulgación del primer Código Laboral en nuestro país. En 1961 se establecen los Códigos del Trabajo y Procesal del Trabajo, mediante la Ley 729/61, pero con entrada en vigencia en febrero de 1962. Este proyecto de ley venía discutiéndose en forma conjunta entre la CPT y el Gobierno, desde 1956, con importantes objeciones de los trabajadores, sobre todo en cuanto a la intervención del Estado en la vida orgánica de los sindicatos. Luego de las represiones del 58/59, el stronismo ya elaboró aisladamente el Código del Trabajo y lo promulgó, aún con el rechazo de los sindicatos.

El MO criticaba que esta ley en la práctica mantenía, e incluso aumentaba, el ya acentuado raquitismo estructural de los sindicatos, y que no se podría hacer uso efectivo de las ofrecidas mejoras que se prometían, al carecer de garantías para la autonomía y sin capacidad de organización de base. Denunciaban que en definitiva llevaría a mayor dependencia, mayor presión, y lógicamente represión, estatal. Una de las críticas fuertes era la indemnización por despido, que en promedio en los demás países era de 1 salario por cada año de antigüedad, en el código se estipulaba: ¡1/2 salario por cada 3 años de antigüedad!, con este tipo de indemnizaciones, la patronal, ante el intento de formar sindicatos, solo pasaba a despedir a los trabajadores.

La experiencia nos indica que ante lo intrincado, tedioso y burocrático que resultaba lograr alguna conquista, recurriendo a los mecanismos creados por el Código, los sindicatos, preferían un trato directo con las patronales, aun a sabiendas de obtener solo pequeños avances. Lo que sí se introduce con fuerza es el tutelaje jurídico del Estado en las relaciones laborales, y la de condicionar al aval jurídico del Departamento del Trabajo, para poder estar registrado legalmente como gremio. Esto de hecho se convirtió en el aparato coercitivo preferido de la dictadura, reconocimiento solo para los amigos del Gobierno.

La versión oficialista de este código era que venía a regular las condiciones entre el trabajo y el capital, que hasta ese momento estaban legisladas en leyes dispersas y que era un sustancial avance para la clase trabajadora. Si bien la propia CPT oficialista, en poco tiempo empezó a reclamar la modificación de dicho Código, sobre todo en lo referente a la necesidad de la estabilidad laboral y los fueros para los dirigentes obreros. La que sí mantuvo su intransigencia a cualquier modificación, según lo publica el laboralista Ramiro Barboza, fue la Unión Industrial Paraguaya, UIP, publicando sus objeciones y argumentando que así se evitaba la formación de una dictadura sindical.

Al mantener y consolidar, el stronismo, el control social desde la CPT y el DNT, los reclamos del MO no pasaban por estos organismos, desarrollándose importantes luchas sectoriales, donde la unidad de los obreros podía lograr algún avance en sus reivindicaciones. También los trabajadores relacionados al movimiento católico fundan el 16 de julio de 1962 la Central Cristiana de Trabajadores, CCT, siendo designado presidente Efigenio Fernández, de la construcción, que a su vez se transformará en 1978, en la Coordinación Nacional de Trabajadores, CNT, siendo sus dirigentes históricos Juan Manuel Peralta y Rodolfo Romero.

En numerosas ocasiones los trabajadores reaccionaron ante el intento de detención de sus dirigentes, llegando los trabajadores del frigorífico San Antonio a rodear el vehículo policial donde iban arrestados sus líderes, obligando, a punta de sus cuchillos de faena, a dejarlos en libertad. O el sindicato textil de J. Grau, en Itapytápunta, con el secretario general Insfrán y las líderes delegadas de sección, que declararon la huelga y lograron la solidaridad de todo el barrio y parte importante de los sacerdotes comprometidos con la Juventud Obrera Cristiana, padres Ramón Talavera y Arnaldo Gutiérrez, organizando ollas populares en la parroquia San Antonio. Estas audaces acciones tenían como corolario la intervención de la CPT y el apresamiento, interrogatorio y amenaza de los líderes, pero demostraban a la patronal que aún en estas condiciones lucharían por sus derechos.

 

El discurso oficialista

En este periodo, definitivamente, la CPT pierde toda autonomía, toda opinión política y todo protagonismo social o político. Además del crecimiento en el exterior de la CPT-E, en lo interno desaparece como actor social. Si bien en la nueva Constitución de 1967, varias conquistas laborales, como la contratación colectiva, el derecho a huelga o la libertad de formar sindicatos, adquirieron rango constitucional, fueron solo concesiones de la dictadura para un sector que se venía "portando bien". Además se debe aclarar que fueron derechos prácticamente nulos, pues el Código del Trabajo, el DNT y la CPT se encargaban de desvirtuar cualquier derecho, por más rango constitucional que poseyera.

Siguiendo las recomendaciones internacionales, Stroessner llama a elecciones presidenciales en mayo de 1963, con la participación de otro candidato del Partido Liberal, aunque no eran tan impúdicamente controladas como en las elecciones del Gral. Morínigo en 1944, donde las papeletas tenían un solo nombre, el de Morínigo, y si alguien quería votar por otro candidato, debía tachar el nombre de Morínigo y escribir el nombre de su candidato. Las elecciones de 1963 no fueron tan desfachatadas, pero igual, férreamente controladas por el Gobierno.

El movimiento sindical había entrado en un periodo en que, en la fachada, prácticamente no existían conflictos. Los discursos que hablaban del paraíso en que se encontraba el Paraguay eran la rutina. Stroessner en su libro "Política y estrategia del desarrollo", decía:

La humanización del capital es un deber de mi gobierno y de los empresarios que deben lograr sus ganancias con la sujeción a las leyes de la República. No se concibe la justicia social sin la paz, sin el orden y sin la equidad. De ahí que ponemos en práctica medidas que consolidan la armonía y el equilibrio entre las dos fuerzas de la producción: el capital y el trabajo, para que de sus justas relaciones surja el progreso económico de la nación. La riqueza que crea el trabajo hoy es distribuida con amplio sentido de Justicia Social.

Ese era el discurso del oficialismo y que los dirigentes de la CPT se encargaban de pregonar entre la clase trabajadora.

Sin embargo, había otra realidad que quedó soterrada en la historia oficial pero que se puede ver en los informes de la Policía, como los informes sobre las actividades sindicales en San Antonio, el 12 de marzo de 1962, cuando en pleno conflicto obrero patronal en el frigorífico, se preparan los rompehuelgas:

...según informes se tiene conocimiento que a las 16 horas de la tarde de hoy, el Dr. Ricardo Franco Navarro, presidente de la Dirección Nacional del Trabajo (DNT), se trasladará a la localidad de San Antonio, a objeto de mantener conversaciones con el Directivo Patronal y el Sindicato obrero local. En forma confidencial se tiene conocimiento que el Dr. Franco Navarro va a autorizar a la firma Patronal a hacer un llamado al trabajo a los obreros para el día 14 del corriente, con la posibilidad de que si el sindicato no autorice a los obreros a acudir al trabajo, se ordenaría el trabajo libre para todo aquellos que decidan iniciar la zafra. Firmado por Héctor Martínez, Director de política y afines.

Este frigorífico fue uno de los más combativos del movimiento obrero y sus principales dirigentes fueron duramente perseguidos, entre ellos los olvidados héroes Abraham Giménez, Vicente Machuca, Luis Pereira Cogliolo, Mauro Ramírez, Presentado Montiel, el profesor Palacios, y Mariano Arias.

Al ir perdiendo fuerza la acusación contra los líderes obreros, de "epifanistas" o "Liberales", la Policía política identifica al movimiento sindical cristiano, como uno de los responsables de los conflictos que van generándose en el MO. Aparecen acusaciones de pretender crear una central obrera dominada por la corriente cristiana. Este tipo de acusación se mantuvo hasta la caída de la dictadura, en 1989.

El discurso oficialista era que todo esto era democracia, pero no cualquier democracia, sino democracia sin comunismo. Y si era posible, también sin opositores. En una nota de la CPT, encontrada en el Archivo del Terror, actualmente parte del Poder Judicial, se ilustra una forma de ver la sociedad y el sindicalismo:

...al señor jefe y personal del Dpto. de Investigaciones les consta que las "conspiraciones" sindicales que se realizaban en la iglesia de Domingo Savio, Ypacaraí, han terminado y que desde hace tres años ya no hubo dirigentes sindicales detenidos, creando una verdadera tranquilidad en el ámbito sindical, y una imagen muy favorable a nuestro país en el exterior.

No creo que esta circunstancia se haya dado en otra época de la CPT. En que permanentemente eran detenidos dirigentes sindicales, porque no estaban controlados por la CPT y se anarquizaban fuera de ella, creando permanente preocupación a las autoridades nacionales.

Esta era la forma de ver la sociedad, los actores sociales y el sindicalismo. Una central que lo controlaba todo y donde la detención de dirigentes sindicales era una costumbre, que en el mejor de los casos, se trataba de ir erradicando; todo dependía de si se "creaba o no, preocupación a las autoridades".

Es la visión que niega el papel que el "conflicto" tiene en cualquier sociedad. No existe, aparentemente, intereses contrapuestos. Pero la realidad es otra, estos conflictos, estos estados de tirantez, son propios de cualquier sociedad y saber administrarlos, y no negarlos, es la característica de una sociedad democrática.


Reflujo de las luchas

En la larga sombra social que significó la quietud de los años 60 y 70, la voz política de los trabajadores estuvo totalmente ausente. La CPT se erigía como intérprete de los anhelos del pueblo, pero sin poder convocar libremente a sus representados, desarrollándose una de las acostumbradas farsas sociales que significaban sus congresos.

Para las autoridades de la CPT, encabezadas por Rodolfo Echeverría, Efigenio Fernández, Pizzurno, Nicanor Fleitas, Modesto Alí, Sofero Ledesma, no existían conflictos dignos de hacer escuchar un reclamo de la central. En este periodo se da el conflicto con el Brasil por los Saltos del Guairá, con el apresamiento de civiles y militares paraguayos en Puerto Renato, que causó gran reacción de la ciudadanía, la CPT ni atinó a movilizar a la clase trabajadora para reclamar los derechos nacionales, como sí lo hicieron los estudiantes, partidos políticos e incluso algunas seccionales coloradas. Este tipo de episodios muestran el grado de alienación a que estaba sometido el MO.

Es que el sindicalismo oficialista de la CPT, basado en la negacion del conflicto de interés entre sectores de la sociedad, era sostenido en forma bien práctica desde hacía tiempo en el sindicalismo colorado. En el proceso de fundación de la CPT (transformando la central gremial colorada creada en la década de 1940, la ORO), se publicaban en el diario El País y la publicación comunista Adelante, los aportes empresariales.

 

Aportes de empresarios para el II Congreso de la CPT -1951

Campos y quebrachales de Puerto Sastre

2.000 Gs.

Enrique Cazenave

1.000 Gs.

International Products Corporation IPC

2.000 Gs.

Carlos Casado

2.000 Gs.

Pinasco

1.000 Gs.

David Bittar

2.000 Gs.

Forno & Valle

500 Gs.

Ricardo Garay

500 Gs.

Villalonga Hnos

500 Gs.

Presidente Federico Chaves

10.000 Gs.

Ministro Enciso Velloso

4.200 Gs.


Esta era la forma de entender una "Central de Trabajadores", con apoyo de las patronales, las tanineras, con sistemáticas y graves represiones y las textiles Bittar y Forno & Valle, con permanentes conflictos con sus sindicatos. Así nacía la CPT de la mano de sus enemigos de clase.

Siguiendo con esa línea se tiene la declaración del dirigente de los trabajadores de la línea de ómnibus 39, donde el sindicato fue reprimido y se forma una Asociación, decía:

...entonces ellos (los patrones) formaron una Asociación de choferes y guardas de la empresa el Porvenir, línea 39, a fin de contrarrestar la actividad del sindicato, que ya estaba despidiendo a todos sus directivos, los directores de la empresa ofrecieron un asado a la Asociación en la secretaría de la empresa y publicaron su fundación en el diario ABC".

Esta era la práctica del sindicalismo sin conflictos, según quedó en el documento R0139F2430 del Archivo del Terror.

También dentro del discurso oficialista se tenía el proceso de contar con una nueva Constitución Nacional. Como ya indicamos, se incorporaron algunas figuras jurídicas al rango constitucional -libertad sindical y derecho a huelga- pero con el pleno conocimiento de que era una declaración hueca y sin reales intenciones de fortalecer el MO. Eran declaraciones, que hasta se podría intentar entender como de buena fe, pero cuando el sistema represivo seguía sin ningún cambio sustancial, pese a derechos constitucionales, ya es difícil entender esa supuesta buena fe, porque los derechos laborales seguían pasando por la Policía o el Ministerio del Interior.

Es el periodo de más largo reflujo de las luchas sociales en el periodo stronista, desde la eficaz y radical represión del 58/59, las luchas solo fueron puntuales de los gremios, pero sin ninguna posibilidad de planteos políticos, como exigir el levantamiento del estado de sitio o elecciones libres.

Se nota en este periodo que cuando no se cuenta con una clase trabajadora organizada que presiona, exige y controla, toda la sociedad carece de un poderoso impulso al cambio social, y que esta tensión no puede ser suplantada; y era eso lo que domesticaba la CPT. En este periodo se evidencia que este andamio social es imprescindible en una sociedad que quiere avanzar y que este largo estancamiento como ciudadanía lo seguimos experimentando hasta hoy.

Es que se va dando una terrible y frustrante relación de fuerzas inexorablemente desiguales: entre las fuerzas democráticas y las acomodadas a la dictadura: no solo en número, que se podría revertir, sino en capacidad de movilización, de ideas, de conexión entre los grupos contestatarios y la población, y fundamentalmente en la desesperanza que va achatando las ansias de buscar nuevas experiencias sociales, que devolvieran alguna movilidad a una sociedad paralizada por el miedo; todo eso lograba la gran inhibición de la sociedad civil en cuanto a reclamar derechos.

Durante la gira por Latinoamérica del empresario y vicepresidente de Norteamérica, Nelson Rockefeller, se van produciendo fuertes protestas en todos los países donde llega. En Junio de 1969 llega a Paraguay y la ciudadanía expresa su rechazo por ser el representante de la petrolera Standard Oil, aliada a Bolivia en la Guerra del Chaco.

Se manifiestan estudiantes secundarios, universitarios, centros de estudiantes, profesionales, partidos políticos, intelectuales, pero la CPT, nada. Para esta central no existían conflictos en la sociedad. En esos días de junio se da una de las mayores movilizaciones ciudadanas del periodo, sin ninguna participación obrera organizada. La represión que tuvo que aplicar el Gobierno para acallar la protesta, demuestra el impacto que tuvo esta movilización y donde nuevamente el gran ausente era la CPT.

 

 

 

Contratos colectivos y salarios

Uno de los derechos fundamentales para la libertad sindical es el derecho a la contratación colectiva. Con la propuesta de la negociación de contratos colectivos, la clase trabajadora muestra su fuerza y trata de instalar el concepto de la existencia de dos clases sociales en disputa. El MO al plantear el acuerdo entre proyectos sociales opuestos, los patrones y los trabajadores, mediante los contratos colectivos, fija en medio de la sociedad la aceptación del conflicto entre las partes. Propone una solución temporal, pero sin renunciar a un proyecto histórico, pues los contratos colectivos dejan como primera lectura, la presencia de dos partes reconocidas y diferentes. Y los principales sindicatos luchaban por ese contrato.

En el Paraguay de Stroessner también se dio este tipo de negociacion, pero con la CPT tratando de encubrir el concepto primario de esta figura laboral, la de dos partes antagónicas.

El primer contrato colectivo, según refiere en su libro Francisco Gaona, fue firmado en el Paraguay en 1892, entre la Sociedad de Resistencia de Obreros Carpinteros y la Sociedad de Patrones de Carpinterías. El MO luchó por imponer la firma de estos contratos, con dispares resultados durante todo el siglo XX. En el stronismo, los principales gremios: frigoríficos, gráficos, tanineros, textiles, locutores, gastronómicos, bancarios, tranviarios, panaderos, marítimos, contaban con contratos colectivos de condiciones de trabajo o documentos de iguales características. Para la década de 1980 ya se había afianzado dentro del MO la lucha por la firma de los contratos colectivos. En todas estas negociaciones estaban presentes los órganos represivos de la dictadura, la Dirección del Trabajo, la Policía, la seccional colorada, la CPT y los gremios empresariales.

En cuanto a los conflictos originados por reclamar este derecho, tenemos las huelgas en los frigoríficos. Eran invariablemente asediadas y hostilizadas por las fuerzas represivas. Los directivos de la CPT presionaban a los líderes de los sindicatos para llegar a un acuerdo, recurriendo incluso a la intervención de los sindicatos por parte de la central, suspendiendo a los dirigentes naturales del gremio. Este mismo papel jugaban los dirigentes de la CPT en las huelgas de choferes, textiles, gráficos, tanineros, panaderos, portuarios, azucareras, que se fueron dando durante la dictadura.

Junto con la lucha por los contratos colectivos, el aumento salarial fue uno de los principales motivos de conflictos. Solo los trabajadores organizados llegaban al pago del salario mínimo, y en muy pocos casos, superar esos límites, como los bancarios, gráficos y frigoríficos, que lo lograban para algunos sectores más especializados del gremio.

 

 

Ramiro Barboza dice en su libro sobre el sindicalismo paraguayo:

El Gobierno toma la iniciativa en materia salarial, fijando directamente el mínimo vigente para los diferentes sectores de la economía, siendo esta ley, una especie de contrato nacional, al cual sin intervención real, el movimiento sindical y la clase trabajadora (especialmente la CPT) tienen su única esperanza de aumentos y mejoramiento.

En lo cotidiano, los gremios que podían eludir la intermediación de la CPT lo hacían. Negociaban, acordaban y discutían con la patronal, pero sin la participación de la central, pues había poca confianza en el poder de presión real que podía ejercerse desde la central obrera. Pero no todos los sindicatos tenían esta capacidad de dejar fuera de la negociación a la CPT, pues si estallaba algún conflicto, los dirigentes de esta no movían un dedo para solucionarlos, por más legal y justo que fuera el reclamo obrero.

En un documento depositado en el Archivo del Terror, en un escrito de la CPT, se detalla que los sindicatos que tienen el asesoramiento de la central logran sus objetivos, pero a los que no lo hacen, les daban la espalda:

. ..como muestra vale un botón, el frigorífico de Piquete-cue, que paralizó sus actividades en agosto de 1976, los trabajadores de este frigorífico, no han cobrado ni un solo centavo de los beneficios sociales que les acuerda la ley...

.. .decía un informe de la conducción nacional de la CPT.

Los que sí, en numerosas ocasiones, reclamaban la presencia de los dirigentes de la central eran ¡las propias empresas! Es que en numerosas oportunidades eran estos dirigentes sindicales los encargados de "hacerles entrar en razón" a los líderes de los sindicatos y en numerosos conflictos eran los encargados de denunciarlos como de agitadores comunistas, para terminar los reclamos.

En la huelga de la construcción de la Central Hidroeléctrica Acaray II, la CPT pide a la empresa brasileña, encargada de la construcción, la atención de los pedidos obreros que habían sido presentados en febrero. En noviembre, ante el escaso éxito de los pedidos se declaran en huelga, siendo finalmente despedidos 11 dirigentes obreros, sin que la CPT tuviera la capacidad de evitar esa represalia. La acusación según consta en la lista, es el despido por "actividades subversivas".

Lista de autoridades de la CPT

Congreso

Inicio

Finalización

Presidente

2º

1951

1953

Florentín López

3º

1953

1955

Florentín López

1955

1957

Florentín López

5º

1957

1959

Vicente Cortessi

Interino

1958


Luis Ramírez

Reorganización

1959

1961

Rodolfo Echeverría

6º

1961

1963

Raimundo Pizzurno

7o

1963

1965

Raimundo Pizzurno

8º

1965

1967

Andrés Fernández

9º

1967

1969

Andrés Fernández

10º

1969

1972

Andrés Fernández

11º

1972

1975

Nicanor Fleitas

12º

1975

1978

Nicanor Fleitas

13º

1978

1981

Modesto Alí

14º

1981

1984

Sotero Ledesma

15º

1984

1987

Sotero Ledesma

16º

1987

1990

Sotero Ledesma



 


BIBLIOGRAFÍA

Fuentes

Centro de Documentación y Archivo - CdyA - Poder Judicial - Archivo del Terror

Centro de Documentación y Estudio - CDE Biblioteca Nacional Archivo Grupo Memoria

Entrevistas a dirigentes y activistas sindicales y sociales


Revistas

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ANEXOS

I- DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CPT, FLORENTÍN LÓPEZ EL 1º DE MAYO DE 1955, QUE CULMINO CON GRAVES DISTURBIOS

Compañeros trabajadores de todo el País:

Hoy es una fecha sagrada en la historia del obrerismo mundial, es una fecha que marca una etapa de gloria y martirio, hoy hace muchos años morían en la horca unos obreros en la ciudad de Chicago por el "delito" de pedir un poco más de justicia y un trato un poco más humano a los obreros. Los hombres de aquellos tiempos consideraban al obrero como una máquina productora de riquezas. No lo consideraban ya como hombre. El liberalismo doctrinario deseaba convertir al obrero en un esclavo de los poderosos. En un esclavo del capital. En la personificación de la explotación del hombre por el hombre.

Los gloriosos mártires de Chicago tuvieron el privilegio de ser los mártires de la causa obrera universal y tras su memoria hoy se nuclea la fuerza más poderosa del mundo, la fuerza del proletariado. Por eso, en este día luminoso envío un fervoroso saludo a los trabajadores del país y a los trabajadores del mundo, como un mensaje de confraternidad, que venciendo las distancias y superando al tiempo, puede unirnos simbólicamente a todos en un solo haz de voluntades y de corazones, para proseguir la marcha en la conquista de nuestros derechos.

En nuestro país el obrerismo vive momentos de reorganización. La Confederación Paraguaya de Trabajadores colabora con el Superior Gobierno de la Nación, buscando permanentemente una mejor relación entre el capital y el trabajo, sin descuidar en ningún momento la situación de éste. Hay que tener presente que en cualquier litigio, el obrero tiene siempre la desventaja ante el poder de los patrones y de los capitalistas. No falta nunca un leguleyo que intenta convertir lo justo en injusto y viceversa. Por eso la CPT, vela celosamente por derechos del obrerismo paraguayo. No permitirá de ninguna manera que los poderosos pretendan conculcar los derechos del obrero y del trabajador. No permitirá jamás, porque le asiste la convicción de que está luchando y defendiendo una causa noble y justa y que las reivindicaciones del obrerismo paraguayo están sólidamente respaldadas por la doctrina que hoy desde el Gobierno está estructurando una nueva conciencia y una nueva política que permitirá una mejor comprensión de los grandes problemas que aquejan al obrero en sus relaciones con el capital y sus patrones.

Podemos asegurar, en tanto, que nosotros pondremos toda nuestra buena voluntad para colaborar, decididamente con el Gobierno de la Nación a fin de que se concreten en realidades los programas económicos planteados, para ser posible la 2º Reconstrucción Nacional.

Doctrinariamente el Movimiento Obrero dirigido por la Central Obrera del Paraguay ha asumido una postura categórica contra las corrientes totalitarias. Su espíritu eminentemente democrático ha influido poderosamente para que adopte pronunciamiento con relación al Comunismo Internacional. La política doctrinaria del obrerismo paraguayo es democrática y como tal repudia todo intento de sumir la causa obrera, en la dictadura que representa el Comunismo en el mundo. Por ello la CPT, en manifiesto público ha marcado su orientación en este sentido, porque desea salvar el espíritu y la tradición del pueblo paraguayo basados en la justicia y la democracia.

Debe comprenderse que desde la CPT no hacemos otra cosa que luchar porque el obrerismo paraguayo construya su andamiaje jurídico dentro de un clima de libertad. La CPT, lucha afanosamente por superar un pasado de errores y forjar un esplendoroso resurgir del Paraguay.

La Confederación Paraguaya de Trabajadores tiene la inmensa satisfacción de proclamar que hasta hoy ningún problema obrero que se ha planteado no haya sido solucionado satisfactoriamente.


Siempre y toda vez que dichos problemas hayan sido reales. La CPT ha puesto sus buenos oficios y en todo momento ha cuidado celosamente porque el obrero sea defendido y protegido con toda eficacia.

La CPT consciente de su misión histórica, e imbuida de una sana doctrina sindicalista ha buscado siempre que las relaciones entre patrones y obreros sean cordiales. En ningún momento se ha permitido que los intereses de unos u otros haya primado. Se ha buscado soluciones justas y se ha controlado celosamente el cumplimiento de dichas soluciones. Pero no siempre los patrones han respondido con la sinceridad y más de una vez han recurrido al arma vil de la intriga y de la infamia, ante los representantes de las autoridades.

Es necesario que comprendan también de una vez que la CPT está en condiciones de hacer respetar los derechos de sus afiliados, y que no vacilaremos ni un solo instante para denunciar a la opinión pública sus manejos dolosos. Sea en este 1º de mayo nuestra voz de protesta contra algunas empresas que siguen hambreando a los obreros, sin pagarles sus salarios como corresponde ya en término y denunciamos que aún existen empresas que ponen en circulación el famoso "Cuatia Morotí", por lo que el DNT debe tomar las medidas correspondientes.

En esta ocasión también solicitamos al señor ministro la reconsideración sobre la medida tomada al suprimir las oficinas regionales del DNT; esto obliga a los trabajadores a renunciar a sus justos derechos y los desampara totalmente porque no teniendo medios económicos para trasladarse a la capital son explotados en forma vil por los malos patrones.

Deseamos formalmente esta reconsideración y no dudamos que el señor ministro sabrá tomar las medidas tendientes a reparar esta sentida necesidad obrera.

Los trabajadores saben que siempre han encontrado en la CPT, la entidad rectora y orientadora que ha planteado soluciones justas y ecuánimes a sus problemas. No ha hecho de la demagogia un arma, ha hecho de la justicia social el instrumento permanente de su misión histórica.

Dentro de la compleja relación existente entre gobernantes y gobernados es indiscutible que debe primar el sentido de colaboración en todos los aspectos. Cualquier desentendimiento en estas cuestiones acarrean males irreparables. La Organización Obrera del Paraguay necesita perentoriamente que el Superior Gobierno de la Nación, por intermedio de los organismos competentes, esté en una estrecha y cordial colaboración. Hace falta una mayor compenetración de los grandes problemas obreros. Algunos requieren soluciones rápidas, ¡perentoriamente rápidas!

La cuestión del salario ha merecido siempre nuestra atención, la idea fundamental sobre esta cuestión es que el obrero debe vivir con lo que gana y debe vivir decorosamente. Pero también nosotros sabemos que nuestro país está pasando por una etapa de superación, que se están estructurando nuevas bases económicas y que es menester la conjugación de sacrificios colectivos que pueda surgir un mañana mejor!

El Gobierno del Gral. Stroessner ha resuelto congelar los precios de los productos de primera necesidad, con ello se ha conseguido paliar pasajeramente los graves problemas económicos por los que atraviesa el obrerismo.

Tenemos plena confianza en que las gestiones del Superior Gobierno se verán coronadas por el éxito y en un mañana no lejano, los obreros del Paraguay podrán ganar mejor y lo que es más importante aún, podrán vivir mejor!

Nosotros sabemos muy bien de los grandes problemas a que se hallan abocados los gobernantes de hoy. Sabemos muy bien dónde se encuentran los resortes vitales que necesitan ser ajustados. Sabemos que la economía deberá ser impulsada y que se debe producir más y mejor para con ellos hacer posible el advenimiento de una época más justa y más feliz! Por eso es que los obreros del Paraguay aceptan las soluciones económicas planteadas y en vigencia como transitorias de una etapa de progreso, de superación! Necesitamos empero, que el Superior Gobierno de la Nación escuche permanentemente nuestra voz y justiprecie nuestros anhelos. Nosotros no pediremos jamás nada imposible. Solo exigímos un poco más de justicia y un poco más de realismo en las gestiones y decisiones nacionales.

En este sentido deseamos que se dé una solución al Proyecto de Ley del Seguridad del Trabajo que hace más de 4 años se encuentra en estudio. Hoy más que nunca es necesario que el obrero paraguayo se encuentre protegido decididamente a fin de que pueda trabajar mejor y pueda producir más. La CPT tiene la misión irrenunciable de velar por el obrerismo y no está dispuesta a transigir ni un ápice en su cometido.

La Ley de Seguridad en el Trabajo debe ser una expresión más de la colaboración entre el Gobierno y los trabajadores del país.

No más despidos sin causa justificada ni persecuciones patronales a dirigentes obreros. Estos problemas creados por la maniobra patronal hacen que la CPT tenga que asumir posiciones verticales que a veces provocan incomprensión hasta en el seno del Superior Gobierno.

Sugerimos también en esta ocasión el establecimiento de un Consejo de Salarios Permanente que estudie las variaciones del costo de vida conjuntamente con los interesados y que el Gobierno controle solamente los salarios mínimos, la clase obrera necesita negociar su salario con la clase patronal, de esta manera no estaría el Gobierno expuesto al engaño enfrentándose innecesariamente con su amigo, como constituye la clase obrera nucleada en la CPT.

El Gobierno debe controlar solamente el cumplimiento de los salarios mínimos, y las industrias deben soportar los salarios de acuerdo a sus posibilidades y desarrollo económico. Esa es la solución que proponemos en este día.

Compañeros Trabajadores: El dirigente obrero debe capacitarse en el juego de las doctrinas, hay que hacer primar los principios del sindicalismo. Las soluciones patrióticas que el obrerismo exige han de llegar por intermedio de la ejecución sistemática de los programas democráticos y revolucionarios que integran el ideario sindical del obrerismo paraguayo. Porque en ella se contemplan todas las soluciones desde un punto de vista cristiano y desde un plano realmente humano.

Por estas razones es que la CPT creará una escuela de Capacitación Sindical para que de sus aulas salgan los hombres que han de orientar a la clase obrera del Paraguay, hacia la consecución de sus grandes destinos. Será el arma más poderosa para defender el espíritu del obrerismo paraguayo de la ponzoñosa intromisión de las doctrinas extremas.

Los problemas del obrero paraguayo han de ser resueltos mediante doctrinas nacidas en nuestra patria. No importaremos nada del exterior. El Paraguay tiene sus problemas propios y sus soluciones deben ser también paraguayas. Injertar doctrinas exóticas que solucionan problemas de las estepas no serán nunca una política saludable. Nosotros enfrentaremos nuestros problemas con teorías y doctrinas paraguayas, en este sentido somos profundamente nacionalistas y las raíces de nuestras doctrinas se encuentran en el alma de nuestros pueblos, en sus luchas milenarias, por conseguir su propia expresión en los juegos de los acontecimientos históricos de América.

La CPT arbitrará los medios necesarios para que este año funcionen las Escuelas de Capacitación Sindical. Que serán antes que nada escuelas de patriotismo en donde se rendirán culto a los grandes principios que hicieron posible la expresión propia del Paraguay en el concierto de las Naciones del mundo.

De esta manera, el dirigente sindical del mañana será la expresión fiel del sentimiento de la raza y de los ideales revolucionarios del Paraguay, y podrán por consiguiente hacer la revolución obrera dentro del marco real de nuestras necesidades y nuestros anhelos. Anhelamos la esperanza de que todos los obreros del Paraguay nos apoyen en esta magna empresa con toda su voluntad y con toda energía, ello redundará en beneficio del futuro.

Compañeros obreros del país:

En este primero de mayo, fecha de grandes acontecimientos libertarios, os invito a que hagáis profesión de fe en los grandes ideales que llevaron a nuestros compañeros de Chicago a morir por conseguir nuestros caros anhelos que hoy constituyen los puntos básicos de nuestras luchas y de nuestros desvelos.

A todos os invito a que unidos en un solo haz de voluntades marchemos a las conquistas permanentes de nuestros derechos en la lucha porfiada que día a día se hacen en los talleres, en las fábricas, en donde los músculos tensos de los obreros ponen la rúbrica de los destinos de los pueblos y de los destinos del mundo! A los obreros de los yerbales del Paraguay, de las fábricas, de los hermanos agricultores que roturan la tierra para que de allí germinen la mies de la abundancia, en fin, a todos los que hacen posible la vida de nuestros pueblos en el ejercicio de la más sublime de las vocaciones humanas, EL TRABAJO, os digo... SALUD!!!



II- PRONUNCIAMIENTO DE LA ASOCIACIÓN DE PRENSA DEL PARAGUAY (APP), CON RELACIÓN A LA HUELGA GENERAL de 1958

En sesión ordinaria de su directiva, la Asociación de Prensa del Paraguay, bajo la presidencia de su titular Dr. Víctor J. Simón, con asistencia de los miembros señores Federico B. Cooper, Américo Zunini, Ignacio A. Pane, Marcelino T. Fernández, Alejandro Cáceres Almada y el delegado de la entidad ante la CPT, adopta la siguiente resolución: Ante la emergencia de huelga planteada por la CPT, con respecto al pedido de aumento salarial y vista la decisión adoptada por el Gobierno Nacional, concediendo un aumento del 5% sobre los actuales salarios, dejando las puertas abiertas para ulteriores estudios y tratativas, que permitan la adopción de un criterio definitivo sobre la base de la realidad económica financiera de la nación, y teniendo en cuenta además el informe técnico presentado por el Banco Central del Paraguay en el que se demuestra que un aumento masivo de salarios acarrearía una inestabilidad económica y monetaria de proyecciones insospechadas, de la que sería víctima directa precisamente la clase asalariada del país; la asociación de prensa del Paraguay considera que en su carácter de entidad que agrupa a los responsables de orientar la opinión pública a través de la prensa escrita y oral no puede ni debe permanecer indiferente, ni adoptar posturas reñidas con los principios que rigen su existencia ni mucho menos inducir a errores al pueblo de la República, por lo cual se hace el deber de comunicar a sus asociados las siguientes decisiones:

1. Instar a la Confederación Paraguaya de Trabajadores, por medio de los delegados de la Asociación de Prensa en dicha central obrera, a deponer el estado de beligerancia y proseguir las conversaciones en el plano amistoso que aconsejan las circunstancias.

2. Ratificar su adhesión a todas las gestiones amistosas que se han cumplido con respecto al pedido planteado por la CPT.

3. Dejar explícitamente aclarado que la Asociación de Prensa del Paraguay NO considera oportuna por las circunstancias actuales ya referidas, la medida adoptada por la central obrera del Paraguay, de realizar un paro general como vía de solución al problema salarial.

Por la Asociación de Prensa del Paraguay,

Dr. Víctor J. Simón

Presidente



III - COMUNICADO DE VICENTE CORTESSI, PRESIDENTE DE LA CPT, EXORTANDO A LEVANTAR LA HUELGA GENERAL -1958

A los obreros colorados de la República, como consecuencia de la desviación maliciosa que se ha dado a los propósitos sindicalistas del último movimiento obrero, que lo transformaron en una huelga política de indudable inspiración comunista, me apresuro a hacer llegar mi voz a los compañeros, a fin de aconsejarles el inmediato retorno al trabajo y el levantamiento de la huelga decretada.

Declaro formalmente ante los compañeros obreros de toda la República, bajo la fe jurada de mi palabra de honor, que son ciertas las circunstancias políticas a las que aludo más arriba y prometo a los compañeros obreros, que dado el interés demostrado por el Superior Gobierno de la Nación de encontrar soluciones justas y equitativas a la situación salarial, pondré todo mi empeño en colaborar pacífica y eficazmente en el logro de ese anhelo.

Asunción, 1 de setiembre de 1958

Vicente Cortessi

Presidente de la CPT

 

 

 

 

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