LA SECA DEL CECA
Desde El Ybytyruzú
Por CAIO SCAVONE
caio.scavone@abc.com.py
En el departamento del Guairá se había originado el cultivo del arroz, la extracción de la esencia de petit grain a partir de las hojas del naranjo agrio, y consolidada la producción vitícola, la obtención de buenas naranjas y otros rubros más que se fueron esfumando de este segundo departamento más chico del Paraguay con sus escasos 3.842 km2. Es el más pequeño, después de Central.
Un cultivo agrícola que comenzó a desarrollarse a principios del 1900 fue el de la caña de azúcar, con la llegada de gente extranjera a instalarse en la zona para desplegar el rubro cañero para la fabricación del azúcar industrial. La producción casera ya existía merced a los cultivos cañeros que asomaban en la región. Así se fueron instalando varias fuertes y desarrollistas industrias azucareras; algunas siguen con sus calderas encendidas para convertir la caña del Guairá en su fuerte ícono regional.
El rubro cañero debe constituir en sencillos términos económicos que más cadenas de valor va dejando a su paso con ingresos a los productores, trabajos en la chacra, a los cosecheros, implementos agrícolas, insumos de producción, transporte y a su gente implicada con el combustible y lubricantes en las gasolineras, choferes, ayudantes, lavaderos, mecánicos, electricistas, gomeros, vendedores de repuestos, peajes, mate, tereré y su cadena de empanadas, yerba, bombilla, termo y los yuyos, las industrias azucareras y alcoholeras y el gran apoyo económico que refuerza el bolsillo de muchos componentes de la coimera Patrulla Caminera, de la Dinatran, que nadie sabe para qué sirve, y de las básculas móviles que deben controlar el peso de los camiones pero que solo sirve como recaudador de peso$ para la perrada.
Hace poco sentí, después de bastante tiempo, una especie de reencuentro con la importante producción cañera mediante un acto verificado en el Centro de Experimentación de Caña de Azúcar (CECA) localizado en la guaireña localidad de Natalicio Talavera y levantado a inicios de 1980 con el apoyo de la Misión Técnica Británica con experimentos y participación activa del proyecto Programa Integrado de Desarrollo Agropecuario del Paraguay (PIDAP), del Ministerio de Agricultura (MAG, 10-nov-80). Con plata del BID, se financiaron la compra de las 132 hectáreas del CECA y la construcción y equipamiento respectivamente. Pero... entonces era el ingeniero agrónomo Hernando Bertoni; el ingeniero Luis Alberto Álvarez, director de la Investigación Agrícola (DIA); y el ingeniero agrónomo Lorenzo Benítez jefe del CECA. Era otra gente, y apostadora.
El MAG también había entregado al Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA) todo el CECA, para que entre en estado de agonía y extremaunción, hasta que provino la firma de un convenio el 18 de mayo de 2017 entre IPTA y el CAAP (Centro Azucarero y Alcoholero Paraguayo) a fin de darle oxígeno al CECA con semilleros registrados, la termoterapia para producir semillas sanas y el excelente manejo de los semilleros registrados. En una palabra, un convenio que hace resaltar que las alianzas siempre deben hacerse entre la pobre gestión estatal y un efectivo aporte privado.
Dos semanas atrás, la gente volvió a oxigenarse mirando con esperanzadores ojos y oídos lo visto y escuchado, lo que manifestaron los popes cañeros. El futuro ministro del MAG, el gobernador electo del Guairá, el director del IPTA Ing. Santiago Bertoni, el Centro Azucarero, el industrial Conrado Hoeckle y el jefe técnico Ing. Agr. Lorenzo Benítez.
Con el aporte de AZPA, el nuevo MAG e IPTA, el CAAP, la Gobernación Guairá, Petropar de Troche, municipios, con Sonia Fleitas, Lorenzo Benítez, técnicos y productores, se espera que el CECA resucite entre la ceniza seca, inmotivada, inservible, luctuosa y borrachera que ahí le adornaba a la caña...
Fuente: ABC Color - Edición Impresa