Portal Guaraní - EL PLAGUEO DE SIEMPRE - Desde El Ybytyruzú - Por CAIO SCAVONE

Una extensa superficie de tierra en las afueras de Asunción sirvió de casa de campo de uno de los Presidentes del Paraguay, catalogado como el Primer Presidente Constitucional del país desde el 12 de marzo de 1842 hasta el día de su muerte, el 10 de setiembre del año 1862. Nos referimos a Carlos Antonio López.

Se instaló en lo que hoy es el predio del Jardín Botánico de Asunción. Como la joda es antiquísima en el Paraguay, los descendientes de López vendieron el Botánico al Banco Agrícola del Paraguay en el año 1896. Entiendo que nadie duda que el entonces Presidente habrá conseguido gratuitamente ese enorme espacio verde y luego transferido al Banco paraguayo seguramente con un incremento y sobrecosto como también hoy día se sigue haciendo en el Paraguay. La casa fue construida en la década de 1840 y tiene su valor histórico, arquitectónico y tecnológico de aquella época.

Esta enorme propiedad fue convertida en jardín en el año 1919 por unos estudiosos y científicos alemanes que se llegaron al país. Eran Ana Gertz y Carlos Friebig. También ellos fueron los artífices y creadores, un tiempo después, de un espacio donde instalar y preservar la fauna paraguaya dentro del mismo jardín como hábitat natural de un sinfín de animales con la marca registrada de made in Paraguay. Para la época, la creación de este espacio verde consistía en un propósito muy de avanzada y cuenta hoy con más de 70 especies de la fauna nativa y exótica.

Transcurría el año 1896 cuando el gobierno paraguayo se hizo cargo del jardín agregándolo a su patrimonio y, finalmente, el predio pasó a formar parte del patrimonio municipal capitalino en el año 1936 y que hasta hoy esta institución es su formal propietaria y no se sabe hasta cuándo será su propietaria.

El espacio cobija a la parte de museo, jardín botánico y el vivero de plantas y un enorme campo de golf que, desde hace unos 50 años, el municipio le tiene cedido al Asunción Golf Club y que tan bien lo maneja. En total son 110 hectáreas de superficie que tiene el Jardín con frondosos y añejos árboles, así como una buena cobertura de espacio verde que hace de un excelente pulmón oxigenador para una gran parte de la ciudad capital.

Hoy se presenta un lío con la cesión que el Municipio debe hacer al Ministerio de Obras Públicas (MOPC) para que la ciudadanía, que necesita desplazarse por el sector, lo pueda hacer sin contratiempos. Se proyecta construir un viaducto de 460 metros de longitud y se necesita que unas 1,6 hectáreas sean usadas del Jardín para que puedan circular más fluidamente unos 40.000 vehículos que pasan por la zona diariamente. Es lo que dicen.

Los 16.866 m² del jardín que deben ser transferidos al MOPC causó alguna roncha a unas pocas personas que ni se sabe si son ecologistas y apostadoras en pro de un sano ambiente o si son esas que se ofuscan porque hace mucho calor durante el verano paraguayo. Son 16.866 m² de los 1.100.000 m² que tiene el predio en cuestión y que, con derribar algunas pocas especies arbóreas, vamos a morirnos todos.

Recuerdo la posición contradictoria que me pasaron por el destronque que comenzó a sufrir la carretera que debe unir Caaguazú con el Km 30 de la Ruta 7. El despeje de una red vial de esa categoría necesita que nada de árboles queden al costado de las rutas y, para colmo, nadie plantó una sola especie forestal a la vera de esa ruta al este.

Es muy fácil entrar a contramano cuando se busca el progreso a expensas de perder unas especies arbóreas. Evidentemente no queda elegante estar en contra del ambiente, pero a toda la gente plagueona del Paraguay le es mucho más fácil estar en contra de la caída de un árbol que plantar diez en su reemplazo.

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