LEÑA Y CENIZA

Desde El Ybytyruzú

Por CAIO SCAVONE

caio.scavone@abc.com.py

No sé si algún otro país debe tener tantas leyes, ordenanzas, estatutos y legislaciones que conlleven a tener un ambiente sano y de confort para todos los ciudadanos paraguayos y de los que pisan nuestro territorio. Muchos párrafos de nuestras leyes fueron plagiados de los alemanes, por no decir un arrebato casi total, probablemente por la gran riqueza de su contenido y por la gran pobreza de contenido que tiene la mayoría de nuestros hacedores de leyes.

Nos llenaron de leyes ambientales que poco falta para que prohíban tomar más de tres litros de agua por día, incluyendo el agua para el mate y el tereré. Y para seguir chapoteando hay que significar que existen una leyes de pesca, de no contaminar el agua, la Ley 294/93 de Evaluación de Impacto Ambiental no permite usar la manguera ni para regar el pasto. El paraguayo se ríe de esta ley abriendo la canilla para dar formidables chorros de agua a su automóvil y hasta en la misma calle. El agua servida fluye, con aparente benignidad, y se reparte por las calles con la mixtura y enriquecida con el contaminante jabón sin que nadie diga ni haga nada.

Las pilas en desuso son depositadas en cualquier parte y, sobre todo, en la misma bolsa o recipiente en donde va toda la basura, el resto de comida (si sobra) y del sanitario. Con eso se contamina el agua, el suelo y el aire. Una pila común, la más inofensiva contamina unos 70.000 litros de agua. Una de computadora, de reloj y de envoltorio acerado puede contaminar 750.000 litros de agua, mucho más de lo que tomamos durante nuestra vida. Toda pila gastada durante una jornada de pesca es lanzada por los paraguayos al agua y esa actitud autentifica el detestable odio que le tenemos al ambiente, la tácita escolaridad y el pobre nivel educativo de los paraguayos.

Las leyes de forestación y de replantar árboles son para aplaudir y cumplirlas a rajatabla. Pero se producen tablas, carbón, leña, rollos y postes hasta de árboles sacados de reservas y áreas protegidas. Los parques nacionales son los que más disponen de oportunidades y facilidades para deforestar a mansalva. La Ley de Deforestación Cero, bien lejos de no derribar árboles, equivale al cero en control y al cero en cumplirla.

Las autoridades hacen un “une con flechas” para dirigir las culpabilidades y las condenas. Los municipios dirigen las protestas a la Seam, esta a la Fiscalía de turno que denuncia a la Policía Nacional que deriva a las Fiscalías Ambientales, estas a las Gobernaciones de donde va al Infona y mientras todas las instituciones se ven culpándose en la morgue forestal, el monte quemado o deforestado va recuperándose naturalmente hasta que otra horda aparezca para arrasarlo definitivamente.

La “pelota tata” del momento y de todos los tiempos es la quema de los campos que muchos ganaderos fuleros realizan para contar con tierno pasto por un periodo de tiempo muy corto y entregarnos un ambiente insano por mucho tiempo. Nadie les dice absolutamente nada, no hay informes, nadie ve la inmensa humareda y los focos de incendio que aparecen en cualquier computadora. A nadie le interesa la contaminación del suelo, del agua y del aire con la quema de los inútiles campos y de su lignificada pastura, salvo a las funerarias que siempre sacan provecho de la inutilidad de las autoridades con los accidentes ruteros que nunca faltan.

Conozco el humo que le sube a la cabeza de muchas autoridades pero sería muy interesante para el Paraguay que dejen de impregnarse del hollín corrupto y que cuando dejen sus cargos sepan que serán como el árbol caído: leña y ceniza...

Fuente: ABC Color - Edición Impresa

Sección OPINIÓN

Sábado, 19 de Agosto de 2017

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)