Portal Guaraní - EL PÍO-PÍO DE HACE AÑOS - Desde El Ybytyruzú - Por CAIO SCAVONE

La llamada Agricultura Familiar (AF) lleva más de 10 años en el Paraguay sin una base fuerte que la pueda consolidar. Ni tan siquiera se tiene una definición única del significado de este tipo de producción. Se la llama Agricultura Familiar y, últimamente, se le entregó un apellido para que quede en Agricultura Familiar Campesina (AFC).

A la AFC se la tiene, de manera generalizada, como fincas con muchas limitaciones y de pequeña superficie que pueden ir desde 2 a 20 hectáreas. Este tipo de producción es la que le da vida a la pobreza extrema campesina del Paraguay. Se estima que existen unas 242.000 fincas rurales con algo más de un millón de campesinos instalados en esas chacras.

Muchas fincas ni producen todo lo necesario para una alimentación básica y menos para generar renta con los cultivos agrícolas y de animales menores como aves, peces, abejas, cabras, ovejas y cerdos que están en una situación de: “ni hablemos”.

Pero de las aves justamente quería mencionar algún comentario. Desde hace unos años se hizo costumbre entregar los denominados “pollitos bb” a los campesinos del Paraguay. En épocas en que al Paraguay lo dominaba el Gral. Lino Oviedo y el Presidente de la República, el Ing. Juan Carlos Wasmosy, oficiaba de títere, apareció un ministro de Agricultura con esa nefasta y onerosa práctica populista de entregar pollitos que a los 2 meses de vida se convertían en “pollos parrilleros”.

Demás está decir que con esas aves, tras su paso por el buche de los campesinos, desaparece este “programa productivo” y la molleja de los agricultores queda en la dulce espera de alguna otra acción corrupta y populista de algún activista gubernamental con la única manera de lucirse con el mismo dinero que debió ir a un proyecto formal y efectivo referente a la “cría, manejo y comercialización de los pollos parrilleros” o algo que le sirva para comer siempre. Contar con incubadoras y enseñar a producir alimentos podrían ser alternativas válidas. Pero alguna elección que siempre se encuentra en breve, posibilita el “lucimiento” de las autoridades con esta maña popular tan impopular. Pero la “política” es así: el arte de robar al prójimo y que éste le siga aplaudiendo.

Ya no solo las autoridades ministeriales entregan pollitos y su alimento. Una diputada se lució y se ensució días pasados con los pollos ajenos del MAG concediéndolos a una comunidad norteña. Y si viene de arriba, los campesinos paraguayos se prenden a cualquier granizo. Mientras tanto el ministro agrícola recibía una condecoración por la buena gestión en su originaria Paraguarí, justamente en donde más se desarrolla la extrema pobreza campesina. Muchas condecoraciones están muy devaluadas.

En épocas del ministro Hernando Bertoni al frente del MAG, existían los diferentes programas nacionales. Entiendo que deben aún estar enterrados en algunos lúgubres cajones de esa institución. Desaparecieron los programas nacionales de la mandioca, de la caña de azúcar, del tabaco, del mejoramiento de suelos, del poroto, del maíz, del arroz y de otros granos. Se juntaban todos los actores de cada rubro como productores, transportistas, autoridades, técnicos agrícolas y crediticios, industriales, comerciantes y otros protagonistas para el impulso de cada producto y de su cadena productiva.

Todas las autoridades hoy están detrás del sufragio que puede ser en efectivo o en cheque más aun cuando se sabe que muchos votos se quedan en sus casas. Con los pollitos no se ganan elecciones, solo se despluma a la gente necesitada. Este país tiene muchas formas absurdas de cómo gastar el dinero pero muy pocas en qué ganarlo de buena manera. El tarde piaste siempre llega tarde o temprano con todos los gobiernos...

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