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ENRIQUE VOLTA GAONA (+)

  LA REVOLUCIÓN DEL 47 (3ª Edición, 2008) - LOS ERRORES COMETIDOS - Por ENRIQUE VOLTA GAONA


LA REVOLUCIÓN DEL 47 (3ª Edición, 2008) - LOS ERRORES COMETIDOS - Por ENRIQUE VOLTA GAONA

LA REVOLUCIÓN DEL 47


Editor autorizado: JORGE JULIO PLANAS

Asunción-Paraguay 2008

(Tercera Edición)  280 páginas
 
 

Me había hecho la promesa terminada la revolución del año 1947, no comentar ni escribir sobre ese acontecimiento de sangre y muerte. Pensé, entonces, que era mejor, más humano y, hasta más patriota, tratar de olvidar y "echar tierra sobre el tema". Hace ya treinta y cinco años que terminó ese cotejo fratricida. Los recuerdos quedaron sepultos en el alma.
 
Pero ... confieso que me duele que al presente se esté haciendo como plato del día la publicación en órganos periodísticos locales, aquel hecho de nuestra vida política pasada. Y más me duele cuando leo que algunas personas "reporteadas" lo único que buscan, o le hacen encontrar, es la difusión barata y sin costo alguno de su enorme “yoismo" por haber sido actores en la revolución.
 
Es por eso, y nada más que por eso, que rompiendo mi personal promesa de silencio, ahora escribo unas mal hilvanadas líneas, con el deseo de aclarar y rectificar conceptos y hechos. Al presente se está desdibujando el acontecer sangriento de 1947. Voy a manifestar en mi publicación, sin oropeles literarios, “la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad". Y es que cuando, como yo, se está más cerca de la muerte que de la vida, no se inventa ni se engaña.
 
Conozco en profundidad los acontecimientos de la revolución. Con el consentimiento de mis jefes partidarios, mí puesto de lucha, en aquella jornada larga, estuvo junto al General de División don Higinio Morínigo Martínez, entonces Presidente de la República del Paraguay y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación. Desde las oficinas de Relaciones Públicas y Difusión tuve, día a día y hora a hora, una vista panorámica amplia y sin retaceos de todos y cada uno de los hechos ocurridos desde el 7 de marzo hasta el 20 de agosto de 1947.
 
He de ser objetivo en mis apreciaciones aunque, a veces, tendré que constituirme en hierro candente en carne de algunos personajes No restaré aplausos para quienes lo merecen. Pero para los “diletante" y para los “mbataraces" sean del color que hayan sido, sépanlo, que no soy médico ginecólogo que regala patente de virginidad a los que deambulaban, en aquel entonces, de uno a otro partido, de una posición política a otra, de un frente a otro, como meretrices baratas vendiéndose al mejor postor.

E. V. G. Agosto 1982

 

El libro contiene 3 (TRES) partes de 58, 48 y 38 CAPÍTULOS respectivamente:. A continuación detallamos de capítulo 1 al 5 de la PRIMERA PARTE y el 38 de la TERCERA PARTE como ejemplo del trabajo de don ENRIQUE VOLTA GAONA:

 

CAPITULO 1 - PRIMERA PARTE

Era de urgente necesidad que el Doctor Juan León Mallorquín volviera a instalarse en el país. Encarnaba él la presencia viva del Coloradismo en la Patria y, encamaba también, el alma y la imagen del General Bernardino Caballero, héroe nacional y fundador de la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado). Desgraciadamente sus ocupaciones jurídicas profesionales en Formosa, República Argentina, no le permitían abandonar a sus numerosos clientes a quienes representaba. Prácticamente estaba atado a sus mandantes. Dejarlos hubiera sido una deslealtad, que no cabía en su corazón.
 
Es por eso que el Doctor Mallorquín, desde Formosa, hacía viajes retaceados a Asunción, siquiera para no perder el contacto con los compañeros de la directiva partidaria, con los caudillos y con el pueblo de tierra adentro.
 
Su compañero en la cúpula del partido, don Federico Chaves, era el jefe que, en ausencia de Mallorquín, tenía en sus manos el timón del Coloradismo. Don Federico nunca fue personaje de lucha ni de acción. De él, en alguna ocasión, dijo el laureado periodista y escritor José D. Miranda, que "solamente quería la alianza con los liberales, para reactivar conjuntamente el proceso de democratización del pueblo paraguayo". . .
 
- Hagamos votos sinceros porque la conducción de don Federico en las tratativas de la "coalición" salga con éxito. . .¿no le parece doctor Frutos? preguntó uno de los hombres columnas del Coloradismo de Itapúa, don Vicente Matiauda al doctor Juan Manuel Frutos, otro de los recios pilares colorado -Hace ya días que está ausente el doctor Mallorquín y él hubiera sido el conductor de las tratativas en los quehaceres políticos que se avecinan.. .
 
- Espero que don Federico no defraude nuestros deseos- respondió el interrogado.
 
- Don Juan León, a quien visité la semana pasada, tuvo la gentileza de decirme que en breves días estaría en Asunción. . . que ya está dando fin a sus trabajos profesionales. . .
 
- Hace muy bien -manifestó el doctor Frutos- porque su presencia aquí es imprescindible, más todavía teniendo en cuenta la posibilidad de que el partido entre a formar parte del gobierno nacional. Así lo prometió el presidente Morínigo.
 
- No debemos dudar de la buena fe del General -dijo don Vicente- Pero si tenemos que cuidarnos mucho de los representantes febreristas. Espero que en las tratativas políticas, don Federico se plante y defienda con todo tesón los derechos del Coloradismo.
 
- Yo no solamente espero que se plante, como usted dice, amigo Matiauda, sino que se olvide un poco de los cantos de sirena de sus conmilitones, todos liberales, con quienes diariamente juega al "codillo" en el Unión Club...

 

CAPÍTULO 2

El día 24 de julio de 1946, invitados por el Presidente Morínigo, se hicieron presentes en el Palacio de López (sede de la Presidencia de la República), los representantes de los partidos Colorado y Febrerista, don Federico Chaves y doctor Arnaldo Valdovinos, respectivamente. En la ocasión, el General Morínigo dijo lo siguiente:
 
-Ustedes saben, señores, y deben saber porque son políticos actuantes, que desde comienzo de este año me he planteado lo siguiente: ¿Es llegado el momento de derogar las piezas jurídicas que mi gobierno ha heredado del Partido Liberal, como ser la tregua política, la ley de prensa y el disuelto Parlamento que acompañó al General Estigarribia?... ¿Es llegado el momento de arribar a la normalización institución de la Patria?... Hasta hoy no he hecho otra cosa que gobernar con la Constitución Nacional que me ha legado el Partido Liberal, de la cual no me aparté, porque es la ley fundamental de la República. Una herencia que hube de tomarla sin beneficio de inventario. Ellos la dictaron... yo sólo fui y soy su obligador ejecutor. Es por eso que he llamado a los partidos por ustedes representados para que juntos tratemos de salir adelante y embarcarnos en un tren de auténtica democracia...
 
La exposición del General fue larga, clara y terminante, para luego finalizar con estas palabras:
 
-He decidido, pues, integrar el gabinete del Ejecutivo con hombres de los dos partidos, y agregar a su constitución también, representantes de las Fuerzas Armadas. Y lo quiero hacer así porque tengo la convicción que civiles y militares no deben estar ausentes del emprendimiento que aquí he bosquejado. Ante la Patria y la ley, todos somos sus hijos...
 
Por su turno fueron opinando, tanto Valdovinos como Chaves. Se habló de "una paridad" en los ministerios. A pesar de haberse llegado a un tentativo entendimiento de ceder tres ministerios a cada uno de los partidos y tres a los militares, el General manifestó su desacuerdo.
 
-Pero, señores -dijo el Presidente-, el Partido Colorado es una entidad tradicional, nacida en 1887 y que tiene una enorme masa de afiliados. Me parece que la adjudicación de 3 x 3 x 3, riñe con la justicia y la equidad.
 
-Y eso qué tiene que ver, señor Presidente -intervino el representante febrerista.
 
-Lo que el señor Presidente está queriendo hacerle entender a usted, doctor Valdovinos -arguyó don Federico-, es que existe mucha diferencia entre uno y otro partido. El nuestro, el Partido Colorado, tiene su clase dirigente archiconocida y su masa popular se cuenta por cientos de millares. El Febrerismo, si bien conocemos a algunos de sus directivos, nada sabemos del número de sus afiliados. Dicen que son muy pocos. Eso de que al Coronel Franco, antes de caer del gobierno, le apoyaban 100.000 ex-combatientes fue un cuento de "Caperucita Roja"...
 
-Eso de que somos pocos o muchos, eso es nuestro secreto, es nuestro as de espada-, replicó el doctor Valdovinos.
Mucho molestó al Presidente la abrupta salida del representante febrerista y usando la misma inflexión de voz, exclamó:
 
-Sí, doctor Valdovinos. Ese secreto de que usted habla, no es tal. Puede ser que el as de espada que usted menciona esté en algún mazo de barajas... Todo el pueblo paraguayo sabe, como se da en decir, que el Partido Febrerista, cabe dentro de un tranvía... de esos de la línea número 9 que van a la Recoleta, la ciudad de nuestros queridos muertos.
 
Valdovinos se volvió rojo de cólera. Don Federico quedó pálido, porque se daba cuenta que, en vez de ser él el portavoz y defensor de su partido, lo estaba haciendo el propio Presidente, como lo haría el más valiente colorado.
 
-Pero nos estamos desviando del tema. Yo manifiesto categóricamente -arguyó el General-, que la paridad ministerial en el Gobierno, la de 3 x 3 x 3, no es justa, teniendo en cuenta, como ya dije, que el Partido Colorado tiene mayoría de masa electoral. El Coloradismo, numéricamente hablando, es superior en afiliados al Febrerismo.
 
-Eso nadie lo sabe, más que nosotros los dirigentes, señor Presidente. Nunca hemos hecho un cotejo electoral, no ha habido elecciones, ni demostración de fuerzas en públicas manifestaciones... Lo que yo quiero afirmar en esta ocasión, es que mi partido ha de concurrir con lealtad y patriotismo, con la sola condición que se equiparen los cargos ministeriales. Tiene que ser, como ya se dijo: 3 x 3 x 3...
 
La tenida se tornó agria. La discusión subió de punto y, ahora, ya no se hablaba, se gritaba. La cuestión era entre el Presidente y el doctor Valdovinos. El representante del Partido Colorado, don Federico Chaves, no intervino para nada. En ningún pasaje apoyó la defensa que, en favor del Coloradismo, hacía el General Morínigo. Fumaba como una chimenea, su cigarro de hoja. Era el invitado de piedra. Ni un solo gesto, ni una sola palabra.
 
Cuando el General Morínigo se dio cuenta de la indiferencia de Chaves y el poco interés que de su parte había en tan trascendental circunstancia, no vencido, pero sí amilanado dijo, levantando el tono de su voz:
 
-Bueno.., bueno..., está bien..., que esto se termine. Ya que vamos a ser compañeros en la cúpula del mando político, dejemos los pleitos. Que quede como sea... Señores: "El gobierno de la coalición, será como el de las hurras en las canchas de fútbol... 3 x 3 x 3»...
 
Y lanzó una carcajada, alegre en los labios, pero dolorosa en lo íntimo del corazón, por la falta de apoyo del representante colorado, por cuyo partido estaba "jugándose entero"... mientras Chaves fumaba, fumaba...
 
Cuando los correligionarios y amigos preguntaron después a don Federico como fue el encuentro, él contestó con displicencia, como si nada hubiera ocurrido: -Todo bien... todo bien... como tenía que ser... empatamos el match... La cuenta de goles salió 3 x 3 x 3... Pero estamos en el Gobierno...
 
 

CAPÍTULO 3

Como de costumbre, diariamente, se realizaba el 25 de julio de 1946, una reunión de colorados en el vetusto local "Mbopicuá", sede del partido, sito en el cruce de las calles Benjamín Constant y 15 de Agosto. "Mbopicuá" era, en aquel tiempo, la Casa de los Colorados. Su corte colonial, ajado por decenas de años, tenía no obstante, la añeja prestancia y el señorío de épocas pretéritas. La pátina del tiempo se enroscaba en los viejos pilares cansados, por cierto, de sostener las "hiladas" de largas tejas que dormían sobre el lecho de troncos de palmeras negras y envarilladas tacuaras partidas. Sus muros de adobes tenían no menos de dos metros de espesor, y las puertas y ventanas de madera dura, estaban sostenidas por herrajes forjados a fuego y martillo allá por los años de la Independencia.
La mañana del 25, don Percio Bécker, caudillo de Ypacaraí, expresaba ante un selecto grupo de correligionarios su opinión respecto a los últimos acontecimientos políticos nacionales.
 
-Yo disiento de la manera de pensar de don Federico -dijo- El admite que en este Gobierno de la "coalición" no importa que se haya asignado igual número de carteras ministeriales a los partidos y a los militares. O sea el famoso 3 x 3 x 3. Y no lo admito porque en realidad, si bien es cierto que el Partido Colorado obtuvo tres Carteras, la verdad es que el Febrerismo conquistó cuatro Carteras, ya que Ganadería e Industria y Comercio, forman no uno sino dos ministerios completamente separados. Con lo que resulta, no 3 x 3 x 3, sino tres para el partido, cuatro para los "franquistas" y dos para los militares...
 
-Es muy cierto lo que manifiesta don Percio -intervino don Manuel Gadea, caudillo de Luque. La verdad "de la milanesa", es así como él dice: 3 x 4 x 2.
 
-Eso es imperdonable -replicó, a su vez, el doctor Leandro Prieto- No solamente imperdonable, sino que es una frustración a los justos y legítimos anhelos del pueblo colorado.
 
Algunas personas, los más exaltados gritaron:
 
-Lo aceptado por Chaves, llega a los límites del entreguismo... si hubiera estado aquí el doctor Mallorquín, no habría ocurrido el "adefesio de la coalición"... En la tarde de ese mismo día llegó a Asunción procedente de Formosa, el tan requerido jefe del Coloradismo. En conocimiento del arribo de Mallorquín el General Morínigo invitó a éste y al Coronel Rafael Franco para una reunión con-junta con el fin de decidir, una vez por todas, "el asunto de la distribución ministerial" antes de procederse al lanzamiento del Decreto correspondiente.
 
El doctor Mallorquín, aunque trató de arreglar "el adefesio" hecho por Chaves, tuvo al final que aceptar lo obrado, aunque en su corazón se clavó una espina de profundo desengaño. El General Morínigo se mordió los labios, pero en su fuero interno comprendió que el Partido Colorado no quería crear problemas a su Gobierno. Por su parte, el Coronel Franco, que no dijo una sola palabra en el curso de la conversación, al cierre de la misma, manifestó en voz alta, antes de retirarse:
 
-Ahora mismo voy a comunicar a "lo mitá" este  grandioso triunfo… Y se alejó erguido, como un guerrero, como en verdad lo fue en la Guerra del Chaco, a pesar del impedimento físico de una de sus piernas, cuya renquera le valió, de por vida, el cariñoso y amigable mote de "león caré".
En cuanto al doctor Mallorquín, manifestó a sus amigos:
 
-Acepté... tuve que aceptar lo realizado. No hice cuestión ante el Presidente por la desigualdad en la distribución de los ministerios. Si yo hubiera peleado por obtener una Cartera más, de seguro que don Federico hubiera quedado para la posteridad colorada como "palo de gallinero"...
 
 
CAPÍTULO 4

El 26 de julio de 1946 quedó constituido el "Gobierno de la coalición" en la siguiente forma:
 
PARTIDO COLORADO: J. Natalicio González, ministro de hacienda; Guillermo Enciso Velloso, ministro de Educación; Federico Chaves, ministro de Obras Públicas.
 
PARTIDO FEBRERISTA: Miguel Angel Soler, ministro de Relaciones Exteriores; José Soljancich, ministro de Salud Pública; Arnaldo Valdovinos, ministro de Agricultura e interino de Industria y Comercio.
 
MILITARES: General Juan Rovira S., ministro del Interior; General Amancio Pampliega, ministro de Defensa Nacional.
 
Fueron también designados en esa fecha como Intendente Municipal el doctor Mario Mallorquín; General Vicente Machuca en calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación y el Mayor Rogelio Benítez como Jefe de Policía de la Capital.
 
El doctor Luis María Argaña, en su libro "Perfiles Políticos", página 171, dice:
 
"Constituido el Gobierno, según el acuerdo del 26 de julio último, se abocó al propósito de normalización constitucional, derogando las leyes totalitarias sancionadas por el Gobierno Liberal de Estigarribia, y se autorizó que regresaran al país todos los exiliados políticos, sean estos colorados, liberales, franquistas o comunistas. -Se tituló año de la libertad política y comenzó la puja, que debía ser democrática, para preparar a los partidos políticos a la lucha electoral. -Se levantó la interdicción que pesaba sobre los liberales y se dio cumplimiento en la mejor manera posible al acuerdo de caballeros del 26 de julio".
 
 

CAPÍTULO 5

 
"Por qué el Partido Colorado aceptó formar parte de "la coalición"? La autoridad partidaria tuvo en cuenta, para aceptar formar parte del Gobierno de "la coalición", estos puntos:
 
1º) El Partido Colorado de principios inconmovibles, era, es y será una entidad política, que rinde culto fervoroso al orden. Lo demostró en sus más de cuarenta años de llanura. El Gobierno del General Morínigo brindó paz y progreso a la Patria. El Coloradismo no podía rehuir acompañar a ese Gobierno en su obra de paz y orden.
 
2°) Su poderosa masa electoral daba base firme para respaldar la injerencia del partido en el Gobierno.
 
3°) Era necesario el retorno a la función pública del partido, porque su Ideario y sus Principios darían lustre y seguridad a la obra que el Gobierno estaba desarrollando en bien de la ciudadanía.
 
4°) Colaboraba al restablecimiento total de la normalización institucional, teniendo como punto de partida la instalación, a breve plazo, de la Asamblea Nacional Constituyente.
 
5°) Compartía el gobierno de un mandatario, cuyo espíritu constructivo nadie se atrevía a discutir, teniendo en cuenta que su objetivo era llegar al establecimiento de la plena democracia.

 
 

CAPÍTULO 38 - TERCERA PARTE

Porqué perdieron?

Los estrategas que concibieron lo que se llamó "la maniobra fluvial" y que se puso en ejecución con el desprendimiento de todas las fuerzas revolucionarias de Concepción el 31 de julio de 1947, fueron: Coroneles Aureliano Mendoza, Alfredo Ramos, Teniente Coronel Alfredo Galeano, Capitán de Marina Néstor Martínez Fretes, el Capitán de Inf. Bartolomé Araujo y el comandante Obdulio Barthe. Tuvo un solo opositor que fue el Coronel Rafael Franco.

El operativo fue resuelto en el curso de una reunión habida en el despacho del Comando revolucionario. Después del desprendimiento, la maniobra a realizarse tenía los siguientes puntos:

1. en veinticuatro horas debe hacerse el recorrido Concepción-Asunción y llegar a la capital sorpresivamente. El factor sorpresa es imprescindible para lograr el éxito.

2. Desembarcar en un punto sobre el río Paraguay, lo más cercano posible a Asunción. Zona de la empresa "Liebigs" porque ella cuenta con desembarcadero, muelles, chatas, lanchas y, sobre todo, ganado y víveres en general.

3. Destacar tropas, a la derecha, al Chaco-í, tornando por sorpresa Villa Hayes.

4. Destacar tropas desde Viñas cué, con misión sobre parte de la Artillería, Aeronáutica, Luque, San Lorenzo, Ruta Mcal. Estigarribia, Fernando de la Mora, 4 Mojones, Villa Elisa hasta el río Paraguay, a la izquierda.

5. Atacar Caballería o molestar sus espaldas para dividir sus tropas.

6. Las tropas de Chaco-í, cruzando el río, deben atacar la ciudad por Itá Enramada.

7. Eje de las acciones, la Ruta Mcal. Estigarribia.

LOS ERRORES COMETIDOS:

1. Pérdida de tiempo en su marcha hacia Asunción. Quedaron en Ibapobó desde el 31 de julio hasta el 2 de agosto (requecho); en Villa de San Pedro, se entretuvieron todo el día 3, más el tiempo perdido con motivo del ataque aéreo leal que dio por resultado el hundimiento del barco transporte de su material bélico; en Rosario descendió todo el ejército, para descansar y la Caballería para dar de comer a los caballos, día 5 de agosto. En total 6 días de retraso innecesario. Síntesis, en lugar de emplear 24 horas para llegar a Asunción, descendieron en Arecutacuá, luego de 144 horas de marcha, para, desde allí comenzar su ofensiva.

El gobierno del general Morínigo, en ese tiempo, preparó el ejército de la defensa de la capital.

El único jefe que se opuso al desprendimiento por la vía fluvial, fue el Coronel Rafael Franco, quien mocionó dar la batalla final en Concepción.

 

 

 

 

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