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BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO

  ELIGIO AYALA - LIDERAZGO MORAL DESDE EL GOBIERNO (BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO) - Año 2011


ELIGIO AYALA - LIDERAZGO MORAL DESDE EL GOBIERNO (BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO) - Año 2011

ELIGIO AYALA - LIDERAZGO MORAL DESDE EL GOBIERNO

BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO

COLECCIÓN PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA Nº 9

© Editorial EL LECTOR

Director General: PABLO LEÓN BURIÁN

Coordinador Editorial: BERNARDO NERI FARINA

Director de la Colección: HERIB CABALLERO CAMPOS

Diseño de Tapa: DENIS CONDORETTY

Corrección: RODOLFO INSAURRALDE

Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98

ISBN: 978-99953-1-152-0

El Lector I: 25 de Mayo y Antequera.

Tel.  595 21 491 966 - 493 908

El Lector II: San Martín c/ Austria.

Tel. 610 639 - 614 258/9

www.ellector.com.py

comercial@ellector.com.py

Esta edición consta de 15.000 ejemplares

Asunción – Paraguay 2011




CONTENIDO


PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN


I ORIGEN Y CONTEXTO

Datos biográficos

Contexto histórico

Los años 20

Revolución Mexicana


II EL ESTADISTA

Eligio Ayala, visto por un contemporáneo

Presidente constitucional

La economía

Reconstrucción económica y recuperación financiera

Reforma monetaria

Los impuestos

Mensaje de 1928

Reforma agraria

La educación

Los maestros

Instrucción postescolar

El Colegio Nacional de la Capital

El Colegio Nacional de Villarrica

La Biblioteca Nacional

El Archivo Nacional de Asunción

Reforma Educativa de Ramón Indalecio Cardozo

La escuela como República


III EL PENSADOR

Eligio Ayala en el imaginario nacional

Eligio Ayala el filósofo

La vida rural

Tradición-Modernidad

Identidad nacional

Lo que Eligio Ayala planteaba en la década del 20

Sistemas económicos

La política agraria

Migraciones: Causas políticas y económicas

Contribución al pensamiento paraguayo: La cuestión social

La Cuestión Social y las Relaciones internacionales Socialismo

Bienestar obrero

Legado de Eligio Ayala

Florecimiento de las artes y las ciencias

Otras industrias

Sindicatos

Partido Comunista Paraguayo

El Vaticano


IV SU VIGENCIA

Epistolario

El bipartidismo

El empleo público

La educación pública, una obsesión

Migración extranjera

Eligio Ayala: el púlpito del Congreso

El sucesor de Eligio Ayala


V SU MUERTE

CONCLUSIÓN

Anexo I. Cronología de vida y obra de Eligio Ayala

Anexo II. Autorización para la adquisición de las cañoneras

Fuentes Consultadas

La autora



PRÓLOGO


         Eligio Ayala fue un destacado intelectual y político paraguayo, que alcanzó el mérito más difícil de lograr en nuestro país, el ser respetado por sus partidarios como por sus adversarios.

         Ese mérito lo logró el doctor Ayala por su constancia en el estudio, su disciplina y su destacada honradez. De origen humilde, obtuvo una buena formación a través de la educación pública. Después de alcanzar un sitio importante en la clase política de su época decidió que era necesario mejorar su formación por lo tanto estuvo ausente casi una década estudiando, leyendo y por sobre todo escribiendo.

         En sus escritos fue muy crítico al funcionamiento de la Política, destacando la falta de preparación intelectual de los líderes.

         Este libro escrito por la historiadora Beatriz González de Bosio destaca aspectos sumamente importantes de la vida y labor del doctor Eligio Ayala, pero quisiera rescatar un punto no menos importante, el que se señala en el subtítulo del mismo Liderazgo moral desde el Gobierno, en ese sentido señala la autora que con su comprobada probidad y su condición de insobornable, Eligio Ayala demostró a los funcionarios estatales que la honestidad era una obligación para todos los que trabajaban en el servicio público.

         Otro punto resaltante de la obra es el contexto en el cual vivió Eligio Ayala y su incansable labor por las reformas económicas y educativas así como también políticas, no sólo para preparar al país para el conflicto que se venía, sino para desarrollarlo y conseguir que el progreso sea una realidad en el Paraguay.

         Por último, la autora analiza la vigencia y la trascendencia de Eligio Ayala más allá de su trágica muerte. Sostiene Beatriz González de Bosio que Ayala se destaca por haber sido ...uno de los pocos líderes democráticos capaces de llevar adelante en un brevísimo período de gobierno substanciales cambios que beneficiaron a toda la población y reivindicaron el papel del político como administrador en función de gobierno.

         Agradecemos a la autora por este libro y consideramos que el mismo es un aporte al conocimiento de uno de los paraguayos más brillantes del siglo XX.

Asunción, abril de 2011

HERIB CABALLERO CAMPOS



INTRODUCCIÓN


         Para muchos, Eligio Ayala pasó a la historia como el estadista más completo de la era democrática paraguaya. Su educación se inició en su Mbuyapey natal, posteriormente en Encarnación, promovido por un tío materno, y finalmente en el Colegio Nacional de la Capital y en la Universidad Nacional de Asunción, donde cursa la carrera de Derecho, obligada de todos los promisorios jóvenes de dicha época pues esto era lo que podía ofrecer la sociedad en materia educativa. Posteriormente, huyendo de los avatares políticos, fue capaz de consolidar una sólida formación educativa en Europa.

         Se inició en la diplomacia y a su retorno al país, su gestión al frente del Ministerio de Hacienda y de la Presidencia de la República, lo identificó también como el más destacado político y administrador en el área de la economía y las finanzas.

         Además, fue uno de los pocos políticos en dejar el legado de una bibliografía extendida y a veces especializada.

         Su figura representa la insobornable honestidad, el alto liderazgo ético-moral y la fortaleza de espíritu para enfrentar todo tipo de adversidades de las cuales, las precarias finanzas no eran de las menores en el marco del Paraguay de entonces.

         Una personalidad tan relevante como la suya, de modo poco sorprendente atrajo la atención de estudiosos y políticos, plasmada ya hoy en un extenso material bibliográfico sobre su vida y obra.

         En este año que celebra dos siglos de vida como Estado-Nación soberano, el Paraguay tuvo en la persona de Eligio Ayala un preclaro exponente de su historia política.

         A través de su vida, el Dr. Ayala se convirtió en el emblema de la capacidad transformadora de una buena educación que no mide clase social, ni posición económica al proyectar al individuo hacia logros sustantivos.

         Esta entrega sacó ingente provecho del material escrito heredado del propio Eligio Ayala, quien como escritor no dejó de abordar los temas nacionales más candentes.

         La agudeza de su pluma, lo convirtió pronto en la mejor fuente de investigación sobre su vida y trayectoria, contrario a la mayoría de los políticos nacionales, que prácticamente no dejaron legado escrito alguno.



1.     ORIGEN Y CONTEXTO

DATOS BIOGRÁFICOS


         Nació en el distrito agrícola de Mbuyapey, Departamento de Guairá, en 1879. Fue hijo de madre soltera, como era común en una época en que el país fue repoblándose penosamente luego de los estragos demográficos de la Guerra contra la Triple Alianza. Sus progenitores fueron Manuela Ayala y el súbdito español Mariano Sisa. Tuvo un hermano gemelo, Emilio que ejerció como maestro rural. Fue nieto materno de Don Demetrio Ayala y Doña Escolástica Bareiro.

         Gracias a un sistema de becas para alumnos distinguidos de la primaria -que a pesar de la extrema pobreza del país existía en ese entonces- Ayala concluye sus estudios primarios y secundarios. Su tío materno, José del Rosario Ayala, ejercería gran influencia, y como Inspector de Escuelas percibió las dotes de este niño prodigio y lo llevó consigo a Paraguarí y a Encarnación.

         Más adelante, comenzó una carrera distinguida en la política y en la cátedra como profesor de Aritmética, Filosofía, Derecho Usual, Moral Práctica, Psicología y Lógica en el Colegio Nacional de la Capital.

         Su hermano Emilio de Jesús, se casó con Serafina Ayala Pastore; su medio hermano, Eliseo Sisa, se casó con María Elena Materi; Juan Pablo Sisa, se casó con Eloísa González; Juan B. Sisa, con Leonila Casal. Manuel Sisa, se casó con Lidia Acosta. Eligio Ayala fue padre de Abelardo hijo de Rosaura González casado con Asunción Cavallaro y de Anastasia, hija de Candelaria Duplán, casada con Carlos Gaona.

         Su madre, Manuela falleció en Mbuyapey a la edad de 106 años.

         Ayala, perteneció a las filas del Partido Liberal. La revolución de 1904 concluyó la hegemonía del Partido Colorado en el gobierno desde la posguerra de 1870, sus principales exponentes estaban muy mayores. La nueva situación daba entonces espacios a representantes de la juventud, al punto de que Ayala accedió a un escaño en el Congreso siendo todavía estudiante.

         Para 1905, Eligio, es electo Diputado por el Partido Liberal y en ese rango culmina sus estudios de Derecho en 1909 en la Universidad Nacional de Asunción.

         En 1911, año del centenario nacional, Ayala forma parte del grupo de intelectuales y artistas alrededor de esa fecha, con Eloy Fariña Núñez, Juan E. O'Leary, Alejandro Guanes, Arsenio López Decoud, Ignacio A. Pane, Adolfo Aponte, Fulgencio R. Moreno y Eusebio Ayala, entre otros. Era una época convulsionada, tanto que los festejos de conmemoración a los cien años de la Independencia debieron ser postergados por el golpe del coronel Albino Jara y la inestabilidad política que vivía el país.

         Albino Jara depone a Manuel Gondra, y termina el año de 1911 al frente del Gobierno, Liberato Marcial Rojas. Hasta los Álbumes Gráficos del Centenario tuvieron una edición posterior a la efeméride por esta causa.

         En el marco de las revueltas, Ayala va al exilio en Europa donde permanecerá hasta fines de 1919 realizando estudios variados en Inglaterra, Alemania, Italia, Francia y Suiza.

         Fue nombrado Segundo Secretario en la Embajada Paraguaya en Londres, donde prácticamente quedó como encargado de negocios de las relaciones con el Imperio Británico. En Inglaterra, por las necesidades del trabajo, comenzó su íntima asociación con los idiomas extranjeros para realizar sus estudios y cumplir sus tareas diplomáticas. Ayala se volvió poliglota, hablaría también alemán, francés e italiano, además de español y guaraní. En 1913 el Pte. Eduardo Schaerer, primer civil en concluir su mandato de cuatro años en toda la historia paraguaya de la era liberal, lo incorpora al Servicio Exterior y le encarga reorganizar el Servicio Consular y establecer un "Centro de Informaciones sobre el Paraguay" para la atracción de potenciales inmigrantes.

         Ayala, escritor prolífico, en medio de sus estudios, en Berlín escribe EL PARAGUAY VISTO DESDE EUROPA y luego un estudio, LA EVOLUCIÓN AGRARIA EN INGLATERRA. Antes de abandonar Alemania por el estallido de la Primera Guerra Mundial escribe LA LEY DEL HOMESTEAD. Llega a Berna donde escribe MIGRACIONES y más adelante publica reflexiones sobre EL MATERIALISMO HISTÓRICO.

         El 15 de Agosto de 1916, el presidente Manuel franco lo nombra Ministro de Hacienda pero él prefiere permanecer en Europa donde sigue su obra con los folletos: EL COLECTIVISMO AGRARIO y EL MALTUSIANISMO, para finalmente culminar con una obra de gran envergadura titulada LA CUESTIÓN SOCIAL.

         Electo Presidente, en 1920 Manuel Gondra le confía el Ministerio de Hacienda, cargo que asume el 15 de Agosto del mismo año. En medio de la crisis revolucionaria de 1922 -23 asume la Presidencia Provisional de la República, cargo al que renuncia para presentarse como candidato en los comicios de 1924.


CONTEXTO HISTÓRICO


         La Constitución de 1870 significó una ruptura con el antiguo régimen donde la voluntad del gobernante tenía supremacía dando continuidad al sistema monárquico colonial, no existía división de poderes ni circulación de élites. Los Congresos siempre estuvieron digitados desde el poder y sus deliberaciones nunca fueron soberanas. La prueba fundamental de ello es que todos los mandatarios de la primera época independiente murieron en pleno ejercicio del poder.

         Emulando las cartas magnas de los Estados Unidos y la Argentina, la Constitución del 70 establece la división de poderes de acuerdo a la doctrina de Montesquieu, sanciona la libertad de prensa, suprime la esclavitud en base a los principios positivistas y prohíbe las confiscaciones de bienes como castigo político, última rémora del Antiguo Régimen.

         Estas conquistas significaron un cambio cualitativo en la política paraguaya y obviamente a la población le tomó un cierto tiempo acostumbrarse a ello. De este modo, el principio del gobierno del pueblo por medio de sus representantes -abogado por John Locke y Jean Jacques Rousseau- introdujo el sistema democrático en el manejo de la cosa pública en la República del Paraguay.

         Los próceres del constitucionalismo paraguayo, José Segundo Decoud, Facundo Machaín, Cayo Miltos y otros, fueron autores del anteproyecto de Constitución que a la manera de los PAPELES FEDERALISTAS de James Madison, eran publicados en el periódico LA REGENERACIÓN, perteneciente a la familia Decoud.

         La facción de los Decoud era conocida como los Jacobinos, por sus ideas avanzadas, en realidad revolucionarias a la francesa para la época. Esas ideas rectoras habían sido aprendidas por los Decoud en el Colegio de Concepción del Uruguay y en la Universidad de Buenos Aires. Como señala el filósofo mexicano Leopoldo Zea, en AMÉRICA LATINA EN SUS IDEAS: "expulsados los españoles de la América Latina, esta toma como paradigma a la Francia de los enciclopedistas, y más adelante de los positivistas, que conformaron la espina dorsal del pensamiento liberal laicista y urbano Latinoamericano, en oposición a las ideas conservadoras que defendían el rol eclesiástico, la división de clases y las grandes extensiones de propiedad rural".

         El sistema democrático convierte al súbdito obediente de ayer en un ciudadano cuyo voto unge a los gobernantes y cuyo destino, "felicidad y bienestar" se convierte en objetivo primario del régimen en el poder, cuya meta principal se describía como la búsqueda del bien común. Por supuesto la presencia de ciudadanos en el cuerpo político exige el tipo de educación gratuita introducida por Napoleón Bonaparte. Igualmente los "Códigos" pasan a regir la convivencia ciudadana y la "legislatura" es un cuerpo colegiado cuyo objetivo ostensible era el perfeccionamiento de las leyes, normativas escritas y previas que se encuentran por encima de la voluntad del que manda e incluso la limita severamente.

         El cambio más substancial fue la clara limitación de los mandatos gubernamentales y las posibilidades de reelección inmediata. El presidente de la República era electo por el voto indirecto de los electores surgidos de comicios universales y tenía un mandato de cuatro años, sin posibilidad de reelección inmediata aunque pudiese presentarse nuevamente como candidato en el periodo subsiguiente. La idea era evitar el abuso del poder para lograr reelecciones indefinidas. En ese sentido, la Constitución de 1870 fue eficaz pues ningún mandatario logró la reelección. De modo que los programas gubernativos tenían que gestarse y ser llevados a la práctica en el breve periodo cuatrienal.

         El Paraguay de la Constitución de 1870 entra en una etapa de crisis política en la década de 1920, debido al enfrentamiento irreconciliable entre las dos facciones principales del Partido Liberal gobernante. Este se dividía en los "saco mbyky" (chaqueta corta), o conservadores liderados por Eduardo Schaerer, y los "saco pukú" (chaqueta larga), los radicales liderados por el presidente electo, Manuel Gondra. La diferencia en la denominación tenía que ver con la moda traída de Europa por los jóvenes radicales que habían estudiado allá, donde la extensión de la chaqueta era un símbolo enunciativo de una postura ideológica.

         Gondra, quien ya había sido electo presidente en 1910, mandato del que fuera obligado a renunciar por el caudillo militar Albino Jara a escasos cincuenta días de su mandato de cuatro años. Es nuevamente electo y asume el poder el 15 de agosto de 1920. En un enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el Congreso donde Schaerer tenía predicamento, Gondra finalmente es obligado a renunciar desatándose un enfrentamiento civil "intrapartido" liberal que arrastra a facciones del ejército recientemente profesionalizado por la creación de la Escuela Militar en 1915.

         Los "schaeristas" arman un ejército constitucionalista liderado por el coronel Adolfo Chirife y se sublevan. Los oficiales leales al poder ejecutivo preparan la contrarrevolución. La crisis empeora cuando el vice presidente Félix Paiva es incapaz de formar un gabinete y también debe renunciar. Le sucede en el gobierno provisional el Dr. Eusebio Ayala y se desata una guerra civil a lo largo de todo el territorio poblado. Esta guerra civil duró de 1922 a 1923 desangrando las arcas del Estado y que llegó a interrumpir el año lectivo educativo, comercial, y la producción agrícola, sumiendo al país en un verdadero caos. Los combates se realizaron a lo largo de la vía férrea entre la frontera sur con la Argentina y las calles adyacentes a la capital. En determinado momento el presidente provisional Eusebio Ayala es sucedido en el cargo por el Dr. Eligio Ayala, con quien no estaba emparentado.

         Eligio Ayala inmediatamente da muestras de liderazgo y sólido manejo de la autoridad para restablecer el orden. El partido liberal encontró en él el candidato óptimo para el periodo 1924-1928, por lo que debe renunciar a favor de Luis A. Riart para candidatarse, alejándose del gobierno provisorio.

         El periodo posterior a la Primera Guerra Mundial había entrado en su etapa aislacionista de parte de los Estados Unidos que se negó a ingresar a la Liga de las Naciones. En Europa, se sucedían gobiernos democráticos poco pragmáticos al punto de que para 1928 la agenda gubernamental incluía la firma de un pacto que teóricamente iba a declarar fuera de ley a la guerra entre las naciones.


LOS AÑOS 20


         Se conoce como "interbellum" al periodo comprendido entre el final de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda. Fueron dos décadas marcadas por el cambio radical de la relación entre las fuerzas internacionales, la consolidación de regímenes autoritarios, los avances técnicos y por el marcado contraste entre un enorme desarrollo del capitalismo y su mayor crisis.

         La "Gran Depresión" es un concepto muy utilizado por la historiografía, la ciencia económica y otras ciencias sociales. Desde un punto de vista restrictivo, es el momento álgido de la crisis económico-financiera: el denominado "Jueves Negro" (el 24 de octubre de 1929) momento en que estalla esa crisis financiera como reflejaba en la abrupta caída de la Bolsa de Nueva York.

         Desde un punto de vista más amplio, extendiéndolo a sus gravísimas consecuencias en la economía de los Estados Unidos, y posteriormente a la dinámica económica, social y política de todo el mundo, la "crisis del 29" puede considerarse el periodo posterior de depresión económica que se prolongó durante los años treinta y que alteró de forma decisiva los hechos y procesos históricos, aunque en ese entonces no se hablaba de globalización económica, constituye un hecho importante señalarlo pues se contrapone a la gestión económica en el mismo momento histórico de un visionario sujeto en el marco de las economías latinoamericanas, exportadoras de materia prima, y el éxito del superávit, que logro sanear nuestra economía en el Paraguay.



II. EL ESTADISTA

ELIGIO AYALA VISTO POR UN CONTEMPORÁNEO


         Una de las mejores descripciones de Eligio Ayala provino de la pluma de Arturo Bray, militar combatiente de la Primera Guerra Mundial, Jefe de Plaza luego de los sucesos del 23 de octubre de 1931, Ministro del Interior y finalmente exiliado en Buenos Aires, donde trabajó como redactor de LA PRENSA y otros periódicos importantes de la capital porteña. En la descripción de Eligio Ayala, que Bray conoció como edecán militar, refiere: "magro de carnes y bajo de estatura, pero de carácter recio y de pasiones fuertes, nervioso, impulsivo y batallador". Continúa, luego, refiriéndose explícitamente a la labor de Ayala:

         "Llena un periodo interesante, y por más de una razón decisiva de la política paraguaya, con la resonancia de bronce de su nombre esclarecido. Dictador absoluto de las finanzas nacionales durante 10 años, su labor de hombre de Estado destacase con rasgos tan nítidos como para anticipar la consagración definitiva de la historia.

         Su obra es eminentemente la de un financiero de talla, que inicia una época y define una conducta de gobierno, cuyos postulados esenciales son la vuelta a la honestidad pública y el vigoroso resurgimiento del país en el orden de las finanzas y la economía.

         Regresa a la patria el Dr. Ayala, luego de varios años de permanencia en Europa, años durante los cuales hizo allá vida de estudiante pobre, por entero dedicado al estudio y a la lectura, designado Ministro de Hacienda por Don Manuel Gondra que había asumido la presidencia de la República el 15 de Agosto del citado año, aquel hombrecillo anguloso y enjuto iba a realizar el milagro en el cual ya nadie osaba creer en el Paraguay. Dándose a la tarea con alma y vida, comenzó fría y calculadamente a desarrollar su plan, cuyos alcances y derivaciones estaban destinados a gravitar poderosamente en la vida nacional, hasta preparar y hacer posible la victoria del Chaco pocos años más tarde (...) Eligio Ayala equilibró el presupuesto y estabilizó la moneda, fijando a un tipo que se mantuvo invariable hasta que la guerra con Bolivia -12 años más tarde- trajo la inevitable depreciación; pagó puntualmente los sueldos de la administración pública, causando el desbande y la ruina de los usureros, que su buena libra de carne cobraban mensualmente a los modestos servidores del Estado; acumuló reservas de conversión; solvento las deudas más perentorias de la nación; y todavía restó un saldo sustancial del dinero público, para emplearlo en las necesidades más urgentes de la defensa nacional: 3.000.000 de pesos oro y 400 millones de moneda nacional invirtiéronse en la adquisición de un reducido material de guerra en Europa, construcción en Italia de dos modernísimos cañoneros de río, edificación de cuarteles y arsenales, reorganización del Ejercito y la Armada e instalación de una línea defensiva de fortines en el Chaco donde el progresivo avance boliviano presagiaba la proximidad de un conflicto armado."


BRAY TAMBIÉN DESCRIBE AL PENSADOR Y ESCRITOR:


         "La ciencia de los números no habían embotado su afición a las bellas letras y a otras manifestaciones estéticas del espíritu. De fina y penetrante dialéctica, maneja la pluma con la habilidad de un esgrimista, que no baja nunca la guardia y tira a fondo al menor descuido del adversario; su prosa hiere y desgarra como una espada de doble filo. Maestro consumado de la ironía sutil, quemante, escribe siempre y con cualquier motivo y a todo el mundo. Notas, esquelas, cartas, editoriales, circulares, brotan a borbotones de su pluma, ávida por poner de vuelta y media a amigos y adversarios. Nadie escapa a la ponzoña de sus flechas, que arrancan veloces desde un arco en constante tensión, escéptico y desconfiado. Eligio Ayala no cree que haya en el Paraguay hombre bueno, amigo fiel o funcionario honrado. Su cerebro es una caldera de vapor, que sin esa válvula de escape, va a estallar en mil pedazos. Sus comentarios sobre los hombres y las cosas son siempre crueles, implacables, arropados en incisivas franquezas sin freno de caridad."


BRAY, PASO SEGUIDO, CITA AL PROPIO AYALA PARA ILUSTRAR SU DESCRIPCIÓN:

        

         "El que entra en la vida pública del Paraguay, debe estar preparado a sentir hondos desengaños y confesamos con cierta amargura que hemos sufrido muchos de ellos, en el período de tiempo y de acción que hemos pasado, nuestros ideales no siempre han salido airosos en la justa noble y ardua tarea. No hemos podido evitar todo lo malo ni cimentar todo lo bueno, ni verificar cuánto nos había hecho soñar nuestro sincero amor a la cosa pública..... demasiado libres pero débiles hemos sido en el pasado; conviene que tratemos de ser más fuertes aunque menos licenciosos adelante. La autoridad pública es una condición esencial de progreso social. Un gobierno sin autoridad ante los ciudadanos es la anarquía, latente o turbulenta. El triunfo por la violencia es engañoso, pues el hecho de haber recurrido a ella, implica ya la pérdida de todo, del consenso común, de la legalidad, de las condiciones normales del desenvolvimiento social. En la vida social los derechos más caros del ciudadano no pueden ser absolutos. Todos están supeditados al interés colectivo."

         Para concluir con sus propias palabras cierra el autor este capítulo afirmando que Eligio Ayala "cree en la democracia, pero -como Gaspar de Francia- más cree en la autoridad". "Eligio Ayala ha entrado en la historia patria como un ejemplo y una lección de probidad", concluye Arturo Bray en su biografía admirativa del hombre a cuyo servicio estuvo como edecán militar y con quien compartió diariamente la férrea disciplina de trabajo, la firme voluntad de tener cuentas equilibradas, protegiendo el tesoro nacional para beneficio de las mayorías. Ayala era considerado un hombre poco afecto a crear amistades, eso no lo hizo exento de generar respeto y afecto de quienes lo rodeaban a pesar de su temperamento más bien huraño.


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL


         Entre el 12 de abril de 1923 y el 17 de marzo de 1924, don Eligio ejerció la Presidencia provisional de la República, con un gabinete integrado por Luis A. Riart, en el misterio del Hacienda; Modesto Guggiari, en Interior; Lisandro Díaz León, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Manlio Schenoni, en Guerra y Marina; y Rogelio Ibarra Legal, en Relaciones Exteriores.

         Su periodo constitucional como presidente lo inició el 18 de agosto de 1924 y lo ejerció hasta el 15 de agosto 1928. Le secundó en la Vicepresidencia el doctor Manuel Burgos y su gabinete estuvo integrado esta vez por Manuel Benítez, Rodolfo González, Eliseo Da Rosa y Enrique Bordenave, en Hacienda; Belisario Rivarola, en Interior; Enrique Bordenave, Adolfo Aponte y Carlos Isasi, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Luis A. Riart y Eliseo Da Rosa, en Guerra y Marina; Manuel Peña y Enrique Bordenave, en Relaciones Exteriores, personalidades del partido liberal de entonces, de sólida trayectoria en función del bien común y servicio a la patria.

         Citamos una interesante reflexión del Dr. Julio César Frutos por su pertinencia:


         "el presidente Eligio Dejesús Ayala tuvo que resignarse y compartir el liderazgo político con los caudillos liberales de su tiempo. Se supone que no le habrá sido fácil, dado su desapego a la figura del caudillaje muy difundida en aquella etapa inicial, casi rudimentaria, de la vida cívica. Por otro lado, los caudillos gozaban de prestigio en la masa popular del campesinado básicamente. Fueron estos singulares líderes, dueños de los votos para las elecciones internas o las disputas contra el adversario tradicional, el partido republicano. Esta entidad cívica contaba a su vez con numerosos caudillos en el campo a los que se sumaba una activa dirigencia intelectual, radicada en la Capital."

        

         Pacificado el país, luego del levantamiento de 1922/23, Eligio Ayala resultó victorioso en las elecciones de 1924. Corrió como candidato único por el boicot electoral del partido colorado, muy disminuido en fuerza electoral a consecuencia de la sangrienta guerra civil que asoló al país. Luego de apenas cuatro años de mandato, entregó el gobierno a un sucesor -Don José Patricio Guggiari- por primera vez electo en comicios universales con la participación de más de un candidato de los partidos tradicionales. Fue contrincante de Guggiari, don Eduardo Fleytas de la ANR. Este hecho no se volvió a repetir en el Paraguay hasta 1989.

         Dichos partidos tradicionales, el Liberal y la Asociación Nacional Republicana, fueron fundados en 1887 y desde un principio se constituyeron en las fuerzas electoralistas mayoritarias que dividen a la estructura política paraguaya hasta el presente. Hubo muchos intentos de crear terceras fuerzas pero no pudieron tener continuidad pues no fueron capaces de lograr reclutar en masa a adherentes.

         Los afiliados a los partidos tradicionales, que entre sí se denominan "correligionarios", demuestran una lealtad y un fervor partidario cuasi religioso.

         Electo presidente, Eligio Ayala inaugura su mandato e inmediatamente pone en práctica la serie de políticas que anteriormente había esbozado en sus escritos tendientes a la solución de los diversos problemas económicos, educativos, políticos y sociales del país.

         De esta manera, Ayala se encuentra ante una encrucijada única donde puede llevar adelante una política convencional, sin tomar mayores riesgos que le aseguren a él y a su partido un mandato sin sobresaltos. Sin embargo, se había preparado cuidadosamente por medio del estudio en los serios problemas nacionales y había esbozado también las posibles soluciones que como es natural no iban a ser políticas agradables a todos, porque el país se hallaba sumido a una profunda crisis de ideas y valores así como de supervivencia económica.

         Eligio Ayala elige el camino más difícil al intentar poner en práctica la política correctiva para resolver el legado de la reciente guerra civil. En este sentido, la tarea por realizar de Ayala en 1924 no se diferencia en mucho de la agenda de la mayoría de nuestros gobiernos Latinoamericanos en el presente que consiste en lograr la reactivación económica a través de políticas de austeridad y todo ello dentro del marco del sistema democrático con sus discusiones parlamentarias y participación plena de la sociedad civil. Entonces el primer problema consiste en lograr una tregua en los enfrentamientos políticos para poder encarar con mayores posibilidades de suceso la puesta en marcha del sistema productivo.

         Ayala como se sabe heredó un país en bancarrota financiera y productiva, cuya población acababa de ser testigo y partícipe de enfrentamientos armados, callejeros, que dividieron familias, poblados, ciudades hasta permear la sociedad toda. Para peor, el desfalco de unos préstamos ingleses del siglo anterior mantenía cerradas para el Paraguay, las puertas del crédito internacional. Entonces, si Ayala iba a ser capaz de lograr la recuperación económica, iba a tener que arreglárselas con sus propios recursos, que en esos momentos eran casi inexistentes.

         Para ello contaba con la herramienta más poderosa que era su credibilidad personal, autoridad moral e integridad a prueba de fuego. Su liderazgo entonces tenía un alto contenido moralizador y ejemplificador.

         La corrupción en cualquiera de sus formas estaba vedada. Ayala tenía a su favor una reputación límpida. Se sabía que cuando en el Ministerio de Hacienda recibió ofertas sutiles de soborno por parte de un proveedor del Estado, él no había dudado en desenfundar un revólver obligando al oferente a un precipitado abandono del despacho ministerial.

         Y un Ministro insobornable transmite a los subordinados la idea de que la absoluta honestidad en el manejo de la cosa pública no era solamente un requisito para acceder a la administración del Estado, sino una obligación constante y perentoria durante todo el tiempo de servicio.

         Dicha anécdota sirvió de base al escritor Hugo Rodríguez Alcalá, Premio Nacional de Literatura 2000 al relatarla en el cuento parte de la Antología EL OJO DEL BOSQUE, titulado EN EL DESPACHO DEL MINISTRO. Que concluye de esta magistral manera:


         "¡Retírese!, al bajar los brazos, la contera del bastón dio en el respaldo de una silla y cayó. El Dr. Padrón tembloroso y amarillo, se inclinó sobre la alfombra roja, asió la empuñadura de plata, se irguió súbitamente furioso, ofendido y cobarde y dio unos pasos hacia la puerta. ¿Alto ahí! Gritó el Ministro. Abrió una gaveta y empuñó un pesado revólver. Se oyó nítidamente el clic metálico del arma al ser amartillada.

         ¡Los ladrones no salen por la puerta: huyen por la ventana! Aterrorizado retrocedió Padrón hasta la ventana entreabierta; al tropezar con el barandal del balcón, diose vuelta y arrojó al jardín el sombrero, el bastón, los guantes. ¡Salte, ladrón!

         No hubo más remedio. Cayó de bruces, de puro miedo, abiertos los brazos y las piernas, como un batracio, sobre rosales llenos de rosas y de espinas."


LA ECONOMÍA

RECONSTRUCCIÓN ECONÓMICA Y RECUPERACIÓN FINANCIERA


         Eligio Ayala había diagnosticado acertadamente el problema económico del Paraguay en su libro EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA AGRARIA EN EL PARAGUAY, escrito en Berna (Suiza) en 1915. La descripción de Ayala es magistral:        "La agricultura y la ganadería son hasta ahora la fuente más importante de la producción económica nacional. A ellas está vinculado nuestro vigor económico; ellas son las bases más sólidas y más amplias de la prosperidad nacional. El desenvolvimiento de estas dos actividades productivas no se ha conservado siempre en equilibrio. La ganadería es hasta hoy la producción agraria triunfante. Ella se ha dilatado por los mejores campos y comprimido y desplazado o estorbado el cultivo del suelo (...) La agricultura es la industria extractiva enferma en el Paraguay. El cultivo de nuestro suelo es deficiente y primitivo. La agricultura no mantiene una población rural numerosa, densa, sana y fuerte, y no produce lo que podría producir, Todas las quejas que nos llegan de la vida rural, de la campaña, provienen de la agricultura y las necesidades más apremiantes y las aspiraciones de la población rural denuncian su debilidad, su opresión, su constitución enferma."

         Hasta el presente el diagnóstico de Ayala sigue teniendo vigencia. Existen en el campo paraguayo las categorías de: campesino, generalmente asalariado en alguna estancia; y el agricultor, generalmente autogestionario minifundiario y dependiente de acopiadores que les facilitan créditos en condiciones de usura. El agricultor debe recibir un tipo distinto de apoyo gubernamental que el recomendado para el campesino, empleado en la ganadería.

         Ayala también mencionó el problema de la posesión de la tierra donde muchas de las mejores para la producción agrícola se hallan en poder de los productores pecuarios.

         Con ese conocimiento de la situación real, Ayala inicia la tarea de la recuperación económica. Ya en su primer mensaje al Congreso, a escasos meses de haber asumido el poder, describe una situación de franca mejoría:

         "Al terminar la sedición que durante varios años había desviscerado la economía nacional, el comercio estaba desabastecido, la producción era pobre comparada con la de 1919. Los negocios estaban paralizados, la gran masa de papel moneda emitida apenas circulaba perezosamente. En este estado se produjo un fenómeno tan imprevisto como inesperado: El precio del algodón subió bruscamente a un nivel muy alto (...) cuando se aproximaba la época de la cosecha, el orden público se había restablecido, el crédito había renacido y afluyeron grandes capitales extranjeros para la adquisición del algodón que se iba a cosechar."

         Esta situación coyuntural favorable fue aprovechada por Ayala para anticiparse en la aplicación de la teoría económica de modo que la bonanza efímera se convirtiera en la base de la recuperación económica paraguaya.

         En el mismo mensaje al Congreso, Ayala relata que la valorización del papel moneda paraguayo y el aumento del circulante pronto se tradujeran en un incremento desmedido de la importación. Así, las ganancias del algodón iban a disiparse en la compra de productos extranjeros de lujo en lugar de invertir en el futuro nacional. Para paliar la situación, Ayala abandona la política del laissez faire liberal y se involucra desde el gobierno para dirigirla y lo explica de esta manera:


         "Había que fijar el tipo de cotización, a fin de mantener los precios remuneradores para los agricultores: había que hacerlo decidida y rápidamente, para anticiparse a la depresión de la producción. Y esto no es todo lo que hizo el gobierno: dictó una ley de emergencia para evitar una caída artificial, anormal de los precios, la ley de estabilización del cambio monetario. Si no se hubiese estabilizado el tipo de cambio, los agricultores hubieran vendido sus productos a precios irrisorios, hubieran perdido a favor de algunos especuladores gran parte del producto de sus trabajos."

        

         Ayala al mismo tiempo utiliza la presidencia de la República como púlpito para educar a la población:


         "Prever la crisis es fácil y, sin embargo, no se la previene nunca. Esto por una ley psicológica fundamental. Siempre el interés presente enseñorea el futuro. No se pospone el interés actual en espera del porvenir. Embriagado por las ventajas del presente, no se repara en sus funestas consecuencias venideras. En la vida privada individual misma es difícil de aplicar los buenos consejos. Se los oye se los acepta, pero no se los cumple. Casi siempre se ve lo mejor y se hace lo peor."


         Obtenido los recursos fiscales en base a un incremento coyuntural imprevisto de la producción, Ayala se dedica a poner en orden la administración financiera del Estado. De ello da cuenta a los representantes del pueblo:


         "Se ha restaurado poco a poco el crédito público. Se ha pagado ya íntegramente la deuda de muchos millones al Banco de la República y se ha reanudado el servicio de la deuda externa, muchos años suspendido (...) y todo esto con recursos ordinarios, normales, reales, sin suspender el pago del presupuesto general, no con títulos de deudas consolidadas, ni con empréstitos onerosos y leoninos ni con emisiones fiscales (...) mas no se entienda por lo dicho que todos los problemas financieros están resueltos (...) es preciso reformar radical y completamente todo el régimen impositivo. Del gobierno se exigen costosas y suntuosas obras pero se le regatean los recursos que para ello necesita. El gobierno nada puede realizar sin medios. Que se le exija inteligente y honesta aplicación de los recursos, pero hay que darle recursos."


         El papel del liderazgo firme con medidas previsoras y dentro del sistema democrático, tuvo en Ayala un exponente importante. Pues a menos de un semestre de haber asumido la presidencia, una circunstancia fortuita e imprevisible -el alto precio internacional del algodón- fue aprovechada por él para iniciar la recuperación económica por la que su gobierno pasó a la historia. Hubo otros momentos de favorables precios internacionales en el devenir paraguayo, pero lo que faltó fue el administrador eficiente de modo que los mismos fueron desperdiciados.

         Ayala puesto en el gobierno por un partido liberal, no dudó en aplicar teorías más cercanas al socialismo cuando el bien común así lo exigía. Este pragmatismo es lo que lo caracterizó siempre. Tuvo un amplio conocimiento de la teoría económica, y sus escritos son testimonio de ello, pero lo más destacado de su gestión administrativa fue la capacidad de anticiparse a los hechos y de recurrir a la teoría para aplicar las medidas pertinentes y que a su criterio eran las más acertadas. El tiempo le dio la razón.

         La historia de Latinoamérica es un continuum de oportunidades perdidas, dilapidadas por la incapacidad de los gobernantes, de ver más allá del provecho personal

y del beneficio de unos pocos sectores. En presencia de una prosperidad firme pero momentánea, Ayala fue capaz de traducirla en un progreso para las mayorías a través de medidas económicas estrictas que culminaron en una mejor redistribución de la riqueza, objetivo primordial pero nunca cumplido de los sistemas políticos de un continente tan desigual como el latinoamericano.


REFORMA MONETARIA


         En su mensaje de 1926, Eligio Ayala señalaba:


         "El sistema monetario de un país es un mecanismo superficial cuya estabilidad y cuya existencia dependen de múltiples factores sociales de carácter nacional e internacional.

         El no es una creación jurídica, administrativa o técnica independiente o autónoma. Está supeditado a las emergencias de salud o morbosidad del organismo social.

         El sistema monetario, en tiempos bonancibles, es como paja en la corriente. Pero desde que una honda crisis o una gran corrupción financiera, disloquen el equilibrio del balance de cuentas internacional, o el financiero del país, se convierte en elemento pasivo que juega, bailotea, oscila, zozobra entre poderosas influencias externas; igualmente impotente, para sustraerse a ellas y para dirigirlas.

         Sería pues erróneo creer que bastará implantar un sistema monetario perfeccionado en un país para curarlo de sus perturbaciones económicas. Al contrario, antes de normalizar la vida económica y financiera del país no se podrá sanear el régimen monetario, con alguna probabilidad de asegurarle una estabilidad permanente.

         Con todo, el sistema monetario ejerce también alguna influencia en la economía nacional.

         La actividad humana es teleológica: se obra, se trabaja, se lucha para algo con la mira de algún fin útil. En la lucha por la existencia y por el mayor bienestar es preciso prever, raciocinar, acomodar los medios a los fines y los fines a los medios."

        

         Ayala procede luego a dar un severo pero científico diagnóstico de los males financieros del Paraguay y atisba una solución:


         "Nuestro régimen monetario de papel moneda, era vicioso sobre todo porque no aseguraba a las actividades económicas una unidad estable de medida. Su emisión o producción, mejor dicho, no obedecía a ningún principio pre establecido era un fenómeno jurídico-político, completamente arbitrario, desvinculado de las necesidades efectivas, de las transacciones comerciales. Las fluctuaciones monetarias, por consiguiente, ejercían una influencia desastrosa en la economía general. Ya por las valorizaciones, ya por las desvalorizaciones esporádicas, que trastornaba la actividad económica."

         La solución de Ayala es una clase de economía política moderna:


         "Nuestros primeros esfuerzos dirigimos pues a poner orden en el caos financiero, a ajustar los gastos de los recursos, a depurar las fuentes de las ventas fiscales para que den mayor rendimiento. Los esfuerzos que desterramos en esta ruta, subterráneos y silenciosos fueron los más duros, fatigantes y hasta odiosos. Como toda labor precursora de las grandes reformas, fue ruda y antipática. La ruda labor hubo de encontrar resistencia empeñosa de muchos. Pocos comprendieron su necesidad, su finalidad, y sobre todo, sus beneficiosos resultados en la economía nacional."


         Hoy a esto se llamaría "política de shock", o restructuración profunda de la economía, pero es la única receta conocida para el progreso dado que se basa en la regularización de las finanzas y el control del gasto estatal.


LOS IMPUESTOS


         Sigue Ayala en su presentación al Congreso:


         "Cuando propusimos, el año pasado, la creación de algunos impuestos adicionales, apremiados por necesidades sobrevenidas, ineludibles emergentes del desarrollo normal y orgánico del país, se nos opuso que ellos determinarían la ruina económica del Paraguay, y que sería más lógico apurar el cobro de los impuestos existentes que crear otros nuevos. Por entonces se decía que menos de la mitad de las propiedades inmuebles no habían pagado el impuesto correspondiente y esa noticia sirvió de pretexto a la reacción."


         Esta disyuntiva sigue teniendo vigencia en el presente.


MENSAJE DE 1928


         "La reforma del régimen impositivo es perentoriamente necesaria. Los impuestos actuales están mal repartidos. Podemos aumentarlos sin estorbar el progreso económico ni desalentar el ahorro, si se los distribuye mejor."


         Ayala hablaba a un país que se preparaba inexorablemente para una guerra internacional, donde lo militar iba teniendo preponderancia sobre el resto, al punto en que se dejaron de otorgar becas civiles de estudio en el extranjero para concentrarlas en jefes y oficiales que irían a Europa a estudiar Estado Mayor y Estrategia. A ello se sumaba la necesaria discreción de este esfuerzo bélico preparatorio para no dar la impresión de ser agresores y para soliviantar al adversario que de hecho poseía mayores recursos.


REFORMA AGRARIA


         Las opiniones de Ayala sobre la economía nacional partían de una premisa básica: "El Paraguay es agrícola-ganadero y su progreso con prosperidad depende exclusivamente del trabajo rural". Nuevamente en el mensaje al Congreso de 1926 el Presidente toma la ocasión teniendo reunido a todos los congresistas para dictar una cátedra sobre asuntos rurales:

         "En la economía nacional se actualiza cada día un gran problema agrario que es el emergente de la mala distribución de la propiedad del suelo, diagnóstico aún vigente entrado el siglo XXI, nos van llegando como turbia inundación los resultados de nuestras Leyes Agrarias imprevisoras, absurdas, contrarias a los más elementales intereses de la economía agraria.

         "A la conclusión de la guerra, (1870) la extensión de las tierras fiscales eran relativamente considerables en el Paraguay. La guerra diezmó la población, destrozó los instrumentos de la producción, extinguió el capital nacional y amedrento el capital extranjero, tan sensible a la inseguridad y a la amenaza. Solo las tierras resistieron la ola devastadora.

         Extensos bosques, grandes yerbales, magníficos campos de pastoreo, fértiles tierras aptas para la labor agrícola, henchidos de savia, de energías productoras, de vigor de juventud, contrastaban con los restos mutilados del pueblo paraguayo.

         El estado paraguayo no se encontraba en condiciones de explotar las riquezas naturales. Faltaba el trabajo, el capital, el mercado y la aptitud para producir."


         Eligio Ayala luego hace una severa crítica a la enajenación de las tierras fiscales, mal vendidas a extranjeros sin resultado transformador. Su conclusión fue terminante:


         "Las tierras no fueron explotadas ni cultivadas. Algunos pocos extranjeros las monopolizaron y esperaban tranquilamente su valorización espontánea, sin preocuparse de explotarlas. Los agricultores paraguayos no recibieron ni un milímetro de esas fértiles tierras, arrojadas pródigamente por el Estado a las manos de unos pocos especuladores.

         Mientras los latifundios se multiplicaban y robustecían, los agricultores emigraban espoleados por los interdictos de desalojo. La venta de tierras no indujo la formación de colonias agrícolas, no aumentó la población rural porque no atrajo la inmigración de cultivadores extranjeros ni atrajo la emigración de los agricultores paraguayos."


         Ayala finalmente toma el papel de profeta vislumbrando grandes problemas del futuro:


         "Se produce así la cruel paradoja de falta de tierras en un país donde sobran tierras. Principian a manifestarse ahora, y más tarde han de traducirse, con trágicos caracteres en cruentas luchas sociales y en agudas crisis agraria, los efectos de los errores económicos de nuestras leyes agrarias."


         También Ayala comienza a sugerir soluciones duraderas y por ende difíciles de tener efecto sin voluntad política:


         "Por esta razón las expropiaciones no podrán resolver el problema agrario más que temporal y transitoriamente. Al cabo de algunos años se presentará el mismo problema lo que con ella se hace es un trabajo de Sísifo, interminable, infructuoso, intermitentemente. Es pues urgente reformar la Legislación Agraria en el sentido de satisfacer los intereses de la economía rural. El lote de tierra propia, el hogar, el pequeño cultivo intensivo, es una de las más fecundas energías creadoras de la economía agraria."


         Como se ve, el Dr. Eligio Ayala fue un verdadero estadista por su gran capacidad de dilucidarlos problemas y urgir sus soluciones.


LA EDUCACIÓN


         En su mensaje de 1927 señalaba:


         "La educación es la condición de la evolución progresiva de la sociedad hacia las relaciones sociales más humanas. El germen de la actividad reflexiva, intelectual y moral, en una nación, es la escuela. El hombre como la naturaleza no puede dar saltos de una etapa a otra, de su progresivo desenvolvimiento. Su formación moral ha de iniciarse necesariamente por una germinación en la escuela pública o privada.

         La escuela pues es de importancia decisiva en el progreso social. Y por esto siempre ha sido objeto de nuestra solicitud. En la historia ella es coetánea de nuestra existencia como entidad nacional. Muchas generaciones de educacionistas le han dedicado sus ansias de mejoramiento. Sin embargo, aún en nuestros días los conceptos respecto de ella, no son convergentes, determinados y precisos todavía. Nuestras impaciencias patrióticas nos inducen algunas veces, a pedir más escuelas, mucho más, enseguida de haber afirmado que faltan maestros para las existentes. Nos quejamos, unas veces, de la escasez de maestros, al par de fomentar la relajación moral de los pocos que hay, por las huelgas, la indisciplina, el desacato a la autoridad. Otras, denunciamos que no hay escuelas especiales para ciertos niños, y al mismo tiempo, deploramos no haya bastantes escuelas comunes. Desplegamos grandes esfuerzos para hacer inscribir a los niños en las escuelas, pero casi nada se hace para lograr la continuidad de la asistencia a los cursos.

         Pensamos en crear escuelas en las regiones más apartadas y malogramos varias de las existentes, por los permisos de favor y las complacencias enervantes de la disciplina. Expongo estos hechos sociales sin el propósito de censurar ni reprochar a nadie personalmente.

         Esta atmosfera de contradicciones embaraza un poco el ímpetu creador de la escuela, claro está, porque la fragmentaria comprensión de las condiciones de la instrucción primaria, dispersa los esfuerzos a veces en sentidos opuestos.

         A pesar de todo, de múltiples circunstancias adversas, a pesar de las huelgas, de las convulsiones políticas, de la discontinua actividad del personal docente, se ha elevado a un nivel muy superior de plenitud (...) El número de alumnos inscriptos en las escuelas ha sido el mayor conocido hasta ahora en la estadística escolar.

         El número de inscriptos es un hecho negativo, que puede ser resultado de la simple rigidez policial, no del genuino interés social en la educación común. Lo que vale no es la cantidad estática, sino la dinámica del aprendizaje durante el curso escolar. Los institutos de la cultura superior se nutren de los que han aprendido, de los que se han educado efectivamente, no de la simple inscripción de los nombres en un registro. Y este proceso de formación no parece sea bastante según la estadística.

         Somos una modesta república pero debemos prepararnos para todas las funciones específicas del Estado. Nos es ineludible a pesar de todo, formar las aptitudes, técnicas y profesionales, necesarias para el progreso y el bienestar social.

         Es verdad que hay también la autoeducación que las aulas no son las únicas educadoras. Pero no se oculta a nadie la escasez entre nosotros, del esfuerzo personal por cultivar la facultad de observar, de reflexionar, de pensar y de adquirir los conocimientos. Poco importa el número de inscriptos, si la mayoría desertan después de las aulas, olvidan lo poco aprendido, y se entregan al vasallaje de la ignorancia y de

los institutos. Es preciso que todas las autoridades, toda la sociedad, cooperen en hacer que los grados superiores de las escuelas estén más repletos."

        

         Si bien la familia debe cooperar en la educación, para Ayala, el papel de la escuela pública es insustituible y es deber del gobierno supervisar su funcionamiento y corregir deficiencias.


LOS MAESTROS


         Continuando con su mensaje al Congreso de 1926, el Dr. Eligio Ayala hace referencias al cuerpo docente:


         "De lo dicho se deduce que el elemento vital de las escuelas es el personal docente. Si este personal es poco disciplinado y apto, no podrá esperarse de las escuelas ningún resultado apreciable. Del valor moral de este personal depende la asiduidad de la asistencia a las clases, pues es sabido que el buen maestro es el que se sabe solicitar el alma de sus alumnos.

         Las condiciones de vida del maestro actualmente no son inferiores casi a las de ningún otro funcionario relativamente. Los maestros gozan de varios meses de vacaciones durante el año, respecto de ellos rige una ley muy liberal de jubilaciones; otra ley les fija un sueldo mínimo y básico; disfrutan desde el último ejercicio financiero, de un aumento del 50% en sus sueldos; y la misma ley de sueldo mínimo les da derecho a la asimilación a una categoría superior y a duplicar los sueldos básicos, solamente con un deficientísimo y superficial curso de perfeccionamiento. Acaso no estén tan bien como es deseable, pero nunca antes de ahora han estado en parecidas ni próximas condiciones.

         Evidentemente a pesar de estas ventajosas condiciones, merecerían como todos los funcionarios, las bonificaciones que permita la situación financiera del país. Pero todos, igual y equitativamente todos: no debe hacerse entre ellos favoritismos injustos, solo porque unos hagan mucho ruido y huelguen, y otros sean moderados prudentes y laboriosos."


         Eligio Ayala reconoce que la Ley Orgánica del Magisterio contenía un error cuya corrección vendría oportunamente, pues el objetivo de la Ley era dignificar la profesión del maestro diplomado, y mejorar las aptitudes del personal docente. Fijó un sueldo básico mayor al diplomado que a los que carecían de título. Sin embargo, esa misma ley para prevenir injusticias en la transición del régimen antiguo al nuevo, señalaba que para premiar la dedicación asidua larga y competente de algunos maestros sin título, se autorizaba la asimilación a la categoría superior previo un modesto examen de capacidad.


         "Para obtener los diplomas en efecto se deben hacer varios años de estudios y regularmente cada año. Sin embargo la ley abre el camino para que un maestro cualquiera con solo algunos cursos de vacaciones que apenas duran seis meses suba a la categoría de diplomado y tenga su mismo sueldo básico (...) él no quería que el magisterio pudiera llenarse de asimilados con poco tiempo de estudio (...) una escuela se compone de múltiples elementos esenciales señalaba, la creación de una escuela lleva implícita la obligación de vigilarla y vitalizarla, pues si no será una simple mistificación es todo que por una dotación en la Ley de Presupuesto de Gastos se aumente el número de ellas. Esto servirá para las estadísticas, pero no es ninguna garantía de su funcionamiento eficaz. Muy poco se adelantaría con anunciar la fundación de muchas escuelas más, si ha de confesarse poco después que varias de ellas no funcionan por falta de maestros, de vigilancia, de local, de útiles, de sueldos rentables o por causa de las huelgas, o de los permisos. Hay que resignarse a reconocer que no puede haber 'escuelas vivas' sin el crecimiento sincrónico y gradual, de todos los elementos necesarios para que vivan. Debemos pugnar para que hayan más escuelas. Esta es una honda aspiración de todos, pero escuelas reales y palpitantes en la integridad de sus funciones, que sean mucho más que una simple planilla de sueldos."

         "El nuevo plan de instrucción va llegando a plenitud de su aplicación sin embarazos graves", señalaba en su mensaje de 1927.


         "Claro está que tampoco él solo hará la escuela completa. No dará todos los resultados que entraña sin la cooperación de sus complejos factores, sobre todo sin la de un personal docente apto, disciplinado, bien organizado. Este ideal se realizará en poco tiempo, pues el mismo contribuye a la formación del personal futuro de la enseñanza."


INSTRUCCIÓN POSESCOLAR


         Sobre la instrucción posescolar, señala Ayala:


         "Hay pues una gran cantidad de jóvenes que no reciben desde su retiro de las escuelas ninguna instrucción profesional y olvidan lo aprendido antes. No pocos de los analfabetos actualmente son los que lo han olvidado todo.

         Esta carencia de una instrucción profesional adaptada a la economía nacional importa una pérdida de muy útiles energías productivas. Los que podrían ser expertos, directores, empresarios, mecánicos, técnicos vegetan en la humilde condición del obrero manual. Además los institutos de enseñanza profesional son muy pocos e incompletos."


EL COLEGIO NACIONAL DE LA CAPITAL


         Dado el papel clave de esta institución desde su misma fundación en 1877, Ayala dirigió su atención al mismo: "Acentúa sus progresos. La enseñanza se intensifica en él y a pesar de la mayor estrictez de los estudios el número de bachilleres egresados ha aumentado. Son pues no solamente en mayor número sino que están mejor preparados. Con todo son muy pocos. Descontados los que ya quedaron rezagados, y repartidos, los demás entre las tres facultades resalta la insuficiencia, la pobreza para la instrucción superior. Por esta razón el acrecimiento y la renovación de nuestra cultura intelectual es lánguida y desmayada."


EL COLEGIO NACIONAL DE VILLARRICA


         "No se ha robustecido. Ha seguido en el mismo estado de abatimiento de siempre. Antes se atribuía su languidez a alguna causa externa, como las revoluciones; ahora no puede imputarse más que a su propia debilidad, a su ambiente. Esta atrofia lenta y sucesiva, impone en él una transformación legal que el Poder Ejecutivo os propondrá, en este periodo de vuestras sesiones."


         Ayala entendía que no bastaba con tener centros educativos en la capital becando a los estudiantes del interior. Debían fortalecerse las instituciones en los mismos centros de población.

         "Hicimos lo mejor que pudimos para salvarla. Obtuvimos de uno de los intelectuales de más densa y honda cultura moderna, la decisión de intentar su reanimación. Hemos contratado profesores extranjeros para algunas de las cátedras, hemos llenado los laboratorios; hemos dedicado el más solícito interés para restituirle siquiera el prestigio y la autoridad que tenía en el pasado. No se nos ha ocultado ni un momento su importancia singular en esta hora de germinación de nuestra cultura."


LA BIBLIOTECA NACIONAL


         Prosigue Ayala:


         "Entre las latentes energías morales que contribuyen a enriquecer la cultura nacional, esta es la más modesta: la Biblioteca Nacional, pero merece ser recordada porque desde su apartado retiro, con silenciosa quietud, impregna también a nuestra juventud de la impalpable y etérea sustancia de las ideas. Su material bibliográfico se ha señalado el año transcurrido por un gran aumento. Una colección de obras argentinas (478 volúmenes) y otra de uruguayas (471 volúmenes) se incorporaron en los trojes de nuestra cultura intelectual y moral como testimonio de los onerosos sentimientos y de la fraternal simpatía hacia el Paraguay de los nobles pueblos hermanos la Argentina y el Uruguay."


ARCHIVO NACIONAL DE ASUNCIÓN


         A la vez de referirse a la Biblioteca Nacional, Ayala recordaba también al Archivo Nacional de Asunción, señalando al mismo tiempo que "el acto más culminante en el Archivo Nacional de Asunción fue la celebración del II Congreso Internacional de Historia y Geografía de América". Este es el primer Congreso Internacional celebrado en nuestro país y por consiguiente produjo muy grata impresión en nuestros intelectuales. La contribución científica al Congreso ha sido variada y valiosa. "Nos hemos felicitado de que haya llegado a nuestra histórica capital también esta moderna organización destinada a fermentar, renovar y difundir los conocimientos científicos", señalaba el presidente.

         El propio presidente de la República acompañaba el progreso intelectual y cultural del país, pues era consciente de que el peor padecimiento para un paraguayo es su falta de educación. El analfabetismo es sinónimo de indigencia y postergación, y eso sigue vigente en este siglo XXI.



V. SU MUERTE


         Eligio Ayala falleció trágicamente el 24 de octubre de 1930 a la edad de 50 años, ejerciendo la cartera de Hacienda. En ese escaso medio siglo de vida realizó una enorme tarea de servicio público y prácticamente se identificó con aquella cartera, la más difícil de todas en un gobierno democrático, pues debe equilibrar las crecientes necesidades con los menguados medios y de paso, como lo hiciera tan bien, dictando cátedras de honestidad y respeto a la cosa pública, como nunca se volvió a ver en el Paraguay.

         Hasta hoy su vida constituye un ejemplo válido para todos los paraguayos donde sobresale la capacidad de escalar las cumbres de la intelectualidad y la ética. A la fecha, sus restos reposan en el Panteón Nacional de los Héroes.

         El Dr. Eligio Ayala encontró la muerte como epílogo de un episodio de tinte pasional donde su reconocida emotividad se llevó lo mejor de sí, involucrándolo en un incidente que le costó la vida.

         En efecto, la noche del 23 de octubre de 1930, se enteró de la presencia de un caballero en casa de la mujer a quien estaba ligada afectivamente, Hilda Diez. Impetuoso como siempre, el Dr. Ayala, se trasladó al domicilio de ésta, quien vivía en la pequeña casa que él le había regalado, en Manuel Domínguez y Samuhú Peré (hoy Juan de Salazar y Boquerón).

         Cuenta la memoria colectiva que cuando éste ingresó al interior de la vivienda, vio a su rival escondiéndose rápidamente, quien comenzó a disparar con un revólver SMITH WESSON, calibre 38, hiriendo a Ayala en el brazo y en la oreja; una tercera bala le perforó el vientre. Ya en el piso y desangrándose, Ayala extrajo su pistola Colt, calibre 38, y disparó cuatro tiros, hiriendo también al sujeto. Éste, con el cuerpo cubierto de sangre, quiso huir por el patio trasero de la casa, pero no pudo lograrlo, muriendo en el intento. Ayala, que también luchaba por salvarse, se levantó muy mal herido y caminó dos cuadras hacia el Belvedere, tomó un taxi pidiendo al chofer que lo trasladase al sanatorio Masi Escobar.

         "Estoy librando horas terribles", fue una de las últimas frases de Ayala. Deliraba, mientras su estado era agravado por la hemorragia.

         Agonizó por varias horas en el hospital. Junto a él estuvo el presidente Guggiari, quien fue su compañía en esas desagradables horas.

         Eligio Ayala dejó de existir a las 14:15 del día siguiente. Señala Osvaldo Bergonzi que:

         "En homenaje a la memoria de este gran gobernante, los colorados jamás abordamos los hechos que lo llevaron a la muerte cuando aun tenía mucho que aportar a su patria.

         Murió sin partido dado que renunció al suyo. Eligio Ayala vivía sobre una artería de Asunción, Presidente Wilson.

         En un juicio declaró como testigo: Eligio Ayala, soltero y domiciliado en la casa de la calle llamada Presidente Wilson. Esa calle hoy lleva su nombre en homenaje."


         Hilda Diez fue su enamorada. Pero ambos vivían en casas distintas. Señala Bergonzi un incidente que se dió a principios de 1930:


         "Mi padre, de profesión arquitecto, concurre al sanatorio del doctor Cayetano Masi para realizar unas ampliaciones. Era él director jefe del departamento de construcciones del Banco del Hogar, ganado por concurso de méritos. Una vez allí su amigo el galeno le presenta a la señora Hilda Diez, una mujer muy hermosa, elegante y de buen hablar, de unos 37 años de edad según mi padre.

         Ella le pide que diseñe y edifique su casa en un terreno situado sobre la calle Iturbe entre Rodríguez de Francia y República de Colombia. La propietaria aprueba los planos y a partir de ahí mi padre se entiende con Masi respecto al aspecto económico. Una vez finalizada la obra a fines de julio de ese año vuelve a aparecer la señora, quien queda muy satisfecha con la casa. Mi padre le entrega las llaves y se despide. En tanto el doctor Cayetano Masi le abona el saldo de la liquidación.

         Unos tres días después la señora le llama a mi padre al Hotel Majestic, actual sede del Ministerio de Hacienda donde residía. Aún no se había casado con mi madre. Mi padre creyó que algo no andaba bien en la reciente construcción. -No arquitecto, todo anda muy bien, solo que se trata de un matrimonio interesado en comprarla y cada día suben la oferta.'; -¿Cuánto le ofrecen?' La señora le da el monto. '-Venda inmediatamente pues con ese dinero puede comprar otra casa y yo le voy a poner el baño moderno y placares y quizá cambiemos los pisos y la pintemos y a usted le sobrará una importante suma'. Y agrega que eso durará a lo sumo un mes y un poco más. La señora obedece y poco después adquiere otra vivienda en las inmediaciones de Juan de Salazar y Fortín Toledo.

         Mi amigo, el arquitecto Jorge Rubiani, me mostró hace unos meses lo que queda de ella. A él le conté esto. Su padre tenía una empresa de construcción y operaba con el Banco del Hogar. Se podrá decir que Ayala posiblemente financió la casa a través de su íntimo amigo Cayetano Masi.

         Hilda Diez no le fue fiel, eso es verdad. Ayala se dirigió armado al lugar fatal por informaciones de terceros, lo cual me fue corroborado por el coronel Pasmor, excombatiente del Chaco, criado y educado por Eligio Ayala.

         Ayala tenía una de las llaves. Ni bien ingresó se encontró con un hombre llamado Tomás Bareiro quien inmediatamente le disparó varios tiros. En tanto Ayala con su reconocida sangre fría aún herido le apuntó a la cabeza y lo mató de un solo tiro. De ahí salió atajándose las vísceras y caminó tres cuadras hasta la parada de taxi. El resto lo conocemos."

         Las heridas fueron mortales, la caminata y la subida a las escaleras del sanatorio, terminaron por generar una situación de septicemia que acabó con su vida. Eran épocas en que no existían ambulancias, y el trasporte de los heridos se hacía en automóviles o chapablanca, como eran conocidos los taxis de la época.

         Prosigue Bergonzi con su interesante relato transmitido a él de primera mano: "Al verlo llegar Masi, lo lleva cerca del quirófano. Sabía su grupo sanguíneo, cero positivo. Dio medio litro y a la vez lo llama al gerente del Banco del Hogar quien inmediatamente se presenta a dar otro medio litro. Varias personas se presentaron a donar sangre. Nada se pudo hacer. Ayala enfrentó el peligro con valentía".



CONCLUSIÓN


         Para aquellos que afirman que el advenimiento de la democracia en América Latina se dio a partir de la década de 1980, éstas expresiones, y sobre todo éstos logros espectaculares del breve periodo gubernativo del Dr. Eligio Ayala entre 1924 y 1928, constituyen un hecho curioso en el marco de un país latinoamericano emergente de una de las frecuentes y cruentas guerras civiles. A pesar de darse todas las condiciones para el recurso al autoritarismo, Ayala logra las transformaciones sin apartarse de las garantías constitucionales y del respeto a las instituciones de la democracia, como ser la independencia de los poderes, la libertad de expresión, la actividad económica lícita y el funcionamiento pleno de los órganos de la sociedad civil en la forma de los combativos pero últimamente patrióticos sindicatos y agremiaciones.

         El ejemplo de Ayala permea de humanismo, porque en el fondo nada es más humanista que la tarea de restaurar el orden civilizado y organizarse para promover la prosperidad de la ciudadanía que comienza siempre por poner el pan en la boca de las familias y continúa por brindar educación, salud, empleo, y acceso a los bienes culturales.

         Fue capaz de llevar adelante una serie de transformaciones políticas profundas comenzando por la racionalización de la economía y la estabilización de las finanzas públicas. Ayala, por lo tanto, es un hito importante de la historia política latinoamericana por haberse convertido en uno de los pocos líderes democráticos capaces de llevar adelante en un brevísimo periodo de gobierno, substanciales cambios que beneficiaron a toda la población y reivindicaron el papel del político como administrador en función de gobierno.

         En la presente encrucijada, nuestros países se encuentran ante obstáculos aparentemente insalvables, los temas ejes son los mismos de siempre: corrupción, falta de patriotismo, carencia de liderazgo, impunidad en el delito, y una ausencia de mensajes optimistas. Quizá la peor de las penurias sea precisamente la desesperanza que cunde en nuestras sociedades. Como siempre, nuestra rica historia nos ofrece ejemplos de generaciones anteriores que se habían enfrentado a coyunturas similares e incluso peores que las del presente. En ese sentido Eligio Ayala puede ser una veta a explorar, porque difícilmente pueda repetirse las deplorables condiciones en que él asumió el mando gubernativo del Paraguay en 1924. Además debemos recordar que el mundo de aquel entonces estaba lejos de contar con el tipo de solidaridad internacional disponible en el presente. Ese Paraguay carecía de créditos, sus organismos financieros no podían solicitar apoyo externo técnico ni financiero y las condiciones políticas del momento daban lugar a una especie de cada gobierno para sí con los medios que pueda movilizar.

         Para más, Ayala tenía sobre sí la amenaza de una guerra internacional con Bolivia. Todos sabían en ambos países había pasado el punto de no retorno. Las tentaciones para hacer uso de alternativas autocráticas habrán estado ahí en el recuerdo de la sangrienta guerra civil y en el temor de la guerra internacional que se avecinaba.

         Al final, se impuso la fortaleza moral, el ejemplo de conducta ética y la implacabilidad de Ayala contra las debilidades humanas que a veces explican aunque no excusen la corrupción y la impunidad. Ayala fue resolviendo de a uno los muchos problemas que su sociedad enfrentaba. Y cada solución era estructural y no simplemente para salir airoso en la coyuntura.

         Ayala es la demostración de que el trabajo tesonero y la credibilidad personal a la larga encuentra eco en la sociedad y esta responde a los estímulos del liderazgo responsable.

         Su carácter enérgico, su formación personal, su dedicación al bien común y su profundo deseo de ser útil a la patria y de trascender las limitaciones materiales de su país fueron los ingredientes de una gestión emblemática.

         La receta fue sencilla y se erige en modelo capaz de ser emulado en cualquier momento histórico de cualquier nación.

         La democracia no tiene porqué ser débil, ni fomentar la corrupción, al contrario, puede brindar soluciones duraderas y estables y muy apreciadas por el pueblo. Eligio Ayala del Paraguay corrobora esta aserción.



FUENTES CONSULTADAS


AYALA, Eligio: EL MATERIALISMO HISTÓRICO. Ensayo escrito en Clarens, Suiza entre Noviembre de 1915 y el 31 de Enero de 1916. Asunción. Archivo del Liberalismo, 1989.

AYALA, Eligio: LA REVOLUCIÓN ARMADA: UN TEMA CONSTITUCIONAL Asunción, Archivo del Liberalismo, Cuadernos Históricos N° 11, 1989.

AYALA, Eligio: MIGRACIONES PARAGUAYAS: ALGUNAS DE SUS CAUSAS. Asunción, Archivo del Liberalismo, 1989.

AYALA, Eligio: EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA AGRARIA EN EL PARAGUAY: POLÍTICA AGRARIA. Asunción, Editorial Histórica 1986.

AYALA, Eligio: LA CUESTIÓN SOCIAL. Escrito en Zúrich en 1918. Asunción, 1979.

AMARAL, Raúl: LOS PRESIDENTES DEL PARAGUAY: CRÓNICA POLÍTICA 1844-1954 Biblioteca de Estudios Paraguayos-Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos. Asunción, 1994.

AMARAL, Raúl: EL NOVECENTISMO PARAGUAYO. 1968.

AMARAL, Raúl. 2010. LA FILOSOFÍA EN EL PARAGUAY. FONDEC

ALVAREZ CÁCERES, Justina: EL PENSAMIENTO Y LA ACCIÓN PEDAGÓGICA DE RAMÓN INDALECIO CARDOZO. Biblioteca Estudios Paraguayos UC,1989.

EL ESTADO GENERAL DE LA NACIÓN, durante los gobiernos liberales,. Vol. II, Asunción, Archivo del Liberalismo, 1987.

EL ESTADO GENERAL DE LA NACIÓN, durante los gobiernos liberales. Vol.III, Asunción, Archivo del Liberalismo, 1987.

BAZAN, Francisco: ELIGIO AYALA, EL PENSADOR. Asunción, Editorial Curupí, 1976.

BENITEZ, Justo Pastor: ENSAYO SOBRE EL LIBERALISMO PARAGUAYO. 1932.

BRAY Arturo: HOMBRES Y ÉPOCAS DEL PARAGUAY. ELIGIO AYALA. 1957.

ESCOBAR Aquino, Julián del Rosario LAS CAÑONERAS PARAGUAY Y HUMAITÁ. RECUERDOS Y PEDAZOS DE LA GLORIA PARAGUAYA. Omega, 2009.

GONZÁLEZ de BOSIO, Beatriz: EL NOVECENTISMO UN SIGLO MÁS TARDE. SU EJEMPLO, SU OBRA SU LEGADO. En La Revista Crítica. Año XI - N°17, Asunción, 2001 pp.51/59.2001.

LLANO Mariano. ELIGIO AYALA, TODO POR SU PATRIA. Compilaciones.

PESOA, Manuel: FUNDADORES DEL PARTIDO LIBERAL, Asunción, Archivo del Liberalismo, 1990.

RODRÍGUEZ ALCALÁ de González Oddone, Beatriz. Artículo biográfico sobre "BOZZANO" en conferencia en la Academia Paraguaya de la Historia, 1978.

VELILLA de Arréllaga, Julia. ELIGIO AYALA, EL ESTADISTA, en HISTORIA PARAGUAYA VOL. XVII, pp.101/142.1980.

VILLEGAS, Abelardo: AMÉRICA LATINA EN SUS IDEAS, en REVOLUCIÓN REFORMISMO Y LUCHA DE CLASES (Leopoldo Zea, Editor). México Siglo XXI, pp.95 y siguientes, 1996.

VIOLA, Alfredo: Eligio Ayala. PRESIDENTE CONSTITUCIONAL 1924-1928. Tres Tomos. CEPUC, 2002.


 

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ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL DIARIO ABC COLOR SOBRE EL LIBRO

 

 

 

UNA SEMBLANZA IMPACTANTE DE AYALA PRESENTA BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO

La historiadora Beatriz González de Bosio elaboró una semblanza impactante, desde todas sus facetas, de uno de los hombres más importantes en la historia de nuestro país: Eligio Ayala, quien alcanzó el mérito de ser respetado por sus partidarios y, sobre todo, por sus adversarios.


El libro que contiene la biografía de Ayala con el subtítulo Liderazgo moral desde el Gobierno, escrita por González de Bosio, aparecerá el domingo con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la Colección Protagonistas de la Historia, la serie bibliográfica de gran éxito elaborada por la Editorial El Lector.   

En el prólogo del libro, el historiador Herib Caballero Campos, director de la colección, recuerda que, pese a su origen humilde, Eligio Ayala obtuvo una buena formación a través de la educación pública. Después de alcanzar un sitio importante en la clase política de su época, decidió que le era necesario mejorar su formación, por lo tanto estuvo ausente casi una década estudiando, leyendo y por sobre todo escribiendo.   

En sus escritos fue muy crítico al funcionamiento de la política, destacando la falta de preparación intelectual de los líderes.   

De acuerdo con la opinión de Caballero Campos, este libro escrito por la historiadora Beatriz González de Bosio destaca aspectos sumamente importantes de la vida y labor del doctor Eligio Ayala, “pero quisiera rescatar un punto no menos importante, el que se señala en el subtítulo del mismo, Liderazgo moral desde el Gobierno. En ese sentido, señala la autora que con su comprobada probidad y su condición de insobornable, Eligio Ayala demostró a los funcionarios estatales que la honestidad era una obligación para todos los que trabajaban en el servicio público”.   

Otro punto resaltante de la obra que especifica el prólogo es el contexto en el cual vivió Eligio Ayala y su incansable labor por las reformas económicas y educativas así como también políticas, no solo para preparar al país para el conflicto que se venía, sino para desarrollarlo y conseguir que el progreso sea una realidad en el Paraguay.   

Por último, la autora analiza la vigencia y la trascendencia de Eligio Ayala más allá de su trágica muerte.   

LÍDER DEMOCRÁTICO


Sostiene Beatriz González de Bosio que Ayala se destaca por haber sido uno de los pocos líderes democráticos capaces de llevar adelante en un brevísimo período de gobierno substanciales cambios que beneficiaron a toda la población y reivindicaron el papel del político como administrador en función de gobierno.   

Por su parte, la autora del libro, Beatriz González de Bosio, destacada historiadora de proficua labor, señala que para muchos Eligio Ayala pasó a la historia como el estadista más completo de la era democrática paraguaya.

28 de Abril de 2011

http://www.abc.com.py/nota/una-semblanza-impactante-de-ayala-presenta-beatriz-gonzalez-de-bosio/




GONZÁLEZ DE BOSIO CONSIDERA “UN HONOR” BIOGRAFÍA DE AYALA

La historiadora compatriota Beatriz González de Bosio tuvo a su cargo la redacción del libro número 9 de la Colección Protagonistas de la Historia, dedicado a la biografía del doctor Eligio Ayala. En esta primera parte de la entrevista que mantuvimos con ella, se refiere a lo que significó para su condición de profesional de la historia escribir sobre quien está considerado por muchos el mayor estadista que tuvo nuestro país. La obra, publicada por la Editorial El Lector, aparecerá el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color.


-  ¿Cuál ha sido el principal desafío de estudiar a Eligio Ayala?  

- Un honor y a la vez un gran compromiso, Eligio Ayala pasó a la historia para muchos como el estadista más completo de la era democrática paraguaya. Y en este año del Bicentenario sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional de los Héroes el 1 de marzo, precisamente Día de los Héroes, como justiciero homenaje a su brillante desempeño como presidente de la República, ministro de Hacienda y ciudadano probo de acendrado patriotismo   

- ¿Cuál fue el origen de Eligio Ayala?   

- Nació en el distrito agrícola de Mbuyapey, Departamento de Guairá, en 1879. De madre soltera como correspondía a la época en que el país fue penosamente repoblándose luego de los estragos demográficos de la Guerra de la Triple Alianza. Sus progenitores fueron Manuela Ayala y el súbdito español Mariano Sisa. Tuvo un hermano gemelo, Emilio, que ejerció como maestro rural. Fue nieto materno de don Demetrio Ayala y doña Escolástica Bareiro. Su hermano Emilio de Jesús se casó con Serafina Ayala P.   

- ¿Cómo pudo progresar este niño en las condiciones en las que estaba el Paraguay?   

- Gracias a un sistema de becas para alumnos distinguidos de la primaria –que a pesar de la extrema pobreza del país existía en ese entonces–, Ayala concluye sus estudios primarios y secundarios. Su tío José del Rosario Ayala, hermano de su madre, ejercería gran influencia,  como Inspector de Escuelas percibió las dotes de este niño prodigio y lo llevó consigo a Paraguarí y a Encarnación. Finalmente cursó en el Colegio Nacional de la Capital y en la Universidad Nacional de Asunción, en Derecho, carrera obligada de todos los promisorios jóvenes de dicha época pues esto era lo que podía ofrecer la sociedad en materia educativa.   

- ¿Por qué Eligio Ayala fue a Europa?

- Para 1911, año del Centenario Nacional, Ayala forma parte del grupo de intelectuales y artistas alrededor de esa fecha, con Eloy Fariña Núñez, Juan E. O’Leary, Alejandro Guanes, Arsenio López Decoud, Ignacio A. Pane, Adolfo Aponte, Fulgencio R. Moreno, Eusebio Ayala, entre otros. Era una época convulsionada, tanto que en el año del Centenario de la Independencia los festejos debieron ser postergados por el golpe del coronel Albino Jara y la inestabilidad política que vivía el país. El coronel Jara depone a Manuel Gondra, y termina el año de 1911 al frente del gobierno Liberato Marcial Rojas.

29 de Abril de 2011

http://www.abc.com.py/nota/gonzalez-de-bosio-considera-un-honor-biografia-de-ayala/




ELIGIO AYALA DESARROLLÓ EN EUROPA EXTRAORDINARIA LABOR

Una de las personalidades nacionales más brillantes fue, sin duda alguna, el Dr. Eligio Ayala. La Dra. Beatriz González de Bosio, autora de la biografía de Ayala que se publica hoy con ABC Color, reivindica su figura como protagonista de la historia de nuestro país luego de que lograra una gran formación en Europa, donde desarrolló su notable producción de libros.

 

–En Europa se dio la mayor parte de la producción de Eligio Ayala. ¿Qué ocurrió cuando regresó al país?   

–En 1913, el presidente Eduardo Schaerer, primer civil en concluir su mandato de cuatro años en toda la historia paraguaya de la era constitucional, lo incorpora al servicio exterior y le encarga reorganizar el servicio consular y establecer un Centro de Informaciones sobre el Paraguay para la atracción de potenciales inmigrantes. Ayala, escritor prolífico en medio de sus estudios, en Berlín escribe “El Paraguay visto desde Europa”, y luego un estudio sobre “La evolución agraria en Inglaterra”. Antes de abandonar Alemania, por el estallido de la Guerra Mundial, escribe “La Ley del Homestead”. Llega a Berna, donde escribe “Migraciones” y, más adelante, publica reflexiones sobre “El Materialismo Histórico”. El 15 de agosto de 1916, el presidente Manuel Franco lo nombra ministro de Hacienda, pero él prefiere permanecer en Europa, donde sigue su obra con los folletos: “El colectivismo agrario” y “El maltusianismo” para, finalmente, culminar con una obra de gran envergadura, titulada “La cuestión social”. En 1920, el presidente electo Manuel Gondra le confía el Ministerio de Hacienda, cargo que asume el 15 de agosto del mismo año. En medio de la crisis revolucionaria de 1922 y 1923 asume la Presidencia Provisional de la República, cargo del que renuncia para presentarse como candidato en los comicios de 1924.   

–Usted subtituló su libro El Liderazgo moral en el Gobierno. ¿Qué nos enseña la labor de Eligio Ayala?   

–Su figura representa la insobornable honestidad, alto liderazgo ético-moral y fortaleza de espíritu para enfrentar todo tipo de adversidades, de las cuales, las precarias finanzas no era de las menores en el marco del Paraguay de entonces. A través de su vida, el Dr. Ayala se convirtió en el emblema de la capacidad transformadora de una buena educación que no mide clase social ni posición económica al proyectar al individuo hacia logros sustantivos.   

–¿Se podría afirmar que Eligio Ayala conjugó acción y ética en el gobierno?  
 

–Fue capaz de llevar adelante transformaciones profundas comenzando por la racionalización de la economía y la estabilización de las finanzas públicas. Ayala es un hito de la historia política latinoamericana y paraguaya por haber sido uno de los pocos líderes democráticos capaces de llevar adelante en un brevísimo periodo de gobierno sustanciales cambios que beneficiaron a toda la población y reivindicaron el papel del político como administrador en función de gobierno. Se impuso la fortaleza moral, el ejemplo de conducta ética y la implacabilidad de Ayala contra las debilidades humanas, que a veces explican, aunque no excusen, la corrupción y la impunidad. Ayala resolvió los muchos problemas que su sociedad enfrentaba. Y cada solución era estructural y no simplemente para salir airoso en la coyuntura.   

–¿Eligio Ayala puede ser considerado el más grande presidente del siglo XX en el Paraguay?   

–Ayala es la demostración de que el trabajo tesonero y la credibilidad personal encuentran  a la larga eco en la sociedad, y esta responde a los estímulos del liderazgo responsable. Su carácter enérgico, su formación personal, su dedicación al bien común y su profundo deseo de ser útil a la patria y de trascender las limitaciones materiales de su país fueron los ingredientes de una gestión emblemática.   

–Con respecto a su deceso, ¿en qué circunstancias se dio? 
  

–La noticia de la muerte del Dr. Eligio Ayala produjo un profundo impacto en la sociedad; toda la población paraguaya lo sintió entrañablemente, sin distingos de banderías políticas. La nota de pésame del Partido Colorado fue elocuente: “Mi partido deplora sinceramente la muerte de este ciudadano que aplicó sus mejores energías al resurgimiento de la Nación mediante el regular desenvolvimiento de nuestras instituciones democráticas y la reorganización financiera y administrativa del Estado. No es posible negar que Eligio Ayala, por su prestigio e ilustración, fue fuerza y cerebro ponderable de su partido. La Asociación Nacional Republicana reconoce los legítimos méritos que adornaron la personalidad pública del ciudadano que acaba de extinguirse y cumple el deber de reconocerlo al rendirle este homenaje”. Firma: “Federico Chaves, presidente de la Asociación Nacional Republicana”.

1 de Mayo de 2011

http://www.abc.com.py/nota/eligio-ayala-desarrollo-en-europa-extraordinaria-labor/

 

 

 

 

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