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HORACIO CARTES
05 de Julio de 1956
 
HORACIO CARTES


Datos biográficos:

HORACIO MANUEL CARTES JARA - PRECANDIDATO A PRESIDENTE 2013

LÍDER DEL MOVIMIENTO HONOR COLORADO : Nació en Asunción el 5 de julio de 1956. Estudió en los colegios Goethe, Internacional y Cristo Rey. Luego viajó a Estados Unidos para proseguir su estudios, siguiendo la orientación de su padre, don Ramón Telmo Cartes Lind, representante de Cessna para el Paraguay. Hizo carrera técnica en Tulsa Oklahoma de Powerplant - Spartan School of Aero (motores de aviación) con una pasantía en la Cessna - Wichita, Kansas.
 Ya en el año 1975, joven a los 19 años, comenzó sus actividades de emprendimiento comercial. En 1989 se inició en el sector cambiario local, actividad que dio origen a Cambios Amambay, que en 1992 se convirtió en Banco Amambay, hoy, una de las más sólidas del mercado financiero nacional.

INVERSIONES CON RSE : Luego en 1994/5 entra como socio en Tabacalera del Este S.A. (Palermo) y en 1996 se establece Tabacos del Paraguay S.A. como distribuidora de sus productos; En el año 1999, Tabacalera del Este S.A. inicia el proyecto de cultivo de tabaco virginia y desarrollo de productores en Chore (departamento de San Pedro),donde posteriormente en el año 2002, debido a la envergadura del proyecto forma la Compañía Agrotabacalera del Paraguay S.A. para dar seguimiento al mismo y donde actualmente da trabajo a mas de 1200 familias que realizan el cultivo del tabaco, de quienes compra para su posterior industrialización y comercialización.

Luego establece otras empresas que son líderes del mercado, entre las que se destaca Bebidas del Paraguay S.A. fabricante de los productos Pulp, Puro Sol y Watts. En Moisés Bertoni (departamento de Caazapá), formo la empresa Agrocitrus del Paraguay S.A., encargada del desarrollo del proyecto de cultivo de cítricos, donde emplea mano de obra de la zona, ayudando también al desarrollo de la misma.
 Sus empresas lideran el mercado local siempre con un profundo sentido de  Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
 
APOSTÓ TAMBIÉN AL SECTOR GANADERO :
Sus actividades empresariales no solo se centraron en los sectores comerciales y financieros, sino también realizó inversiones en el sector ganadero, formando las empresas Ganadera Sofia S.A., Ganadera Chajha S.A. y Ganadera Las Pampas S.A., con amplio desarrollo y gestión en cuanto a genética, cría y engorde en sus establecimientos.

 Actualmente, las empresas del Grupo Cartes emplean más de 2.000 personas y están presentes en diversos sectores económicos, como la ganadería, tabacos, bebidas, transporte, comercio y banca, entre otros. Su filosofía empresarial es la gestión, mediante equipos profesionales de alta calidad, si escatimar en inversión, innovación y capacitación constante de sus empleados.

 La organización Great Place to Work® Institute Paraguay, distinguió en el año 2010, a una de sus firmas, Bebidas del Paraguay S.A. (Pulp), como una de las cinco mejores empresas para trabajar del país.

SU PASIÓN, EL FÚTBOL :
Desde el año 2001, al frente del Club Libertad, empieza una etapa de innovación y crecimiento, que posiciona al club entre los más grandes del país y de América, por su trayectoria internacional. Sus objetivos apuntan a la obtención de títulos nacionales y el potenciamiento de las divisiones inferiores, así como la lucha por un trofeo continental y la edificación de uno de los estadios más modernos de América.
Todo eso con la mira puesta en poner énfasis en el respeto al ser humano y la realización del trabajo con la máxima calidad posible.

En los últimos 10 años no sólo se invirtió en el plantel e infraestructura, sino principalmente en la formación integral de los “chicos” del Club que juegan en las divisiones inferiores y cuentan con una Residencia. Se trata de la primera y única del país, que cuenta con 10 dormitorios, sala de estudios, estar, duchas internas y externas, quincho, parrilla y sala de computación.

En el 2006 se inauguró un amplio y moderno Centro de Entrenamiento del Club Libertad, ubicado frente al local de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Para Libertad, los futbolistas de las divisiones inferiores representan un objetivo de primerísima importancia, que se está encarando como pocas veces se ha visto en el país, con un cuerpo técnico especializado en las categorías respectivas, que trabaja con planificación a largo plazo, cuidando todos los detalles para una formación integral del atleta.

Logros deportivos de la “era Cartes” en el club Libertad, se pueden citar: 7 campeonatos absolutos de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), entre ellos, un histórico tetracampeonato en la historia del club gumarelo (2006, 2007, 2008 apertura y clausura); a nivel continental, se ganó el respeto de sus pares debido a las buenas actuaciones en Copa Libertadores, llegando en el 2006 a la instancia semifinal y en el 2007 a cuartos de final; obtuvo uno de los máximos reconocimientos, con la ubicación número 15 de Libertad entre todos los clubes del mundo, en los años 2006 y el 2007.

También desempeña funciones directivas en la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), siendo su principal actividad  la Dirección de Selecciones, función que le permite trabajar de cerca con la Selección Absoluta de Fútbol, equipo que llegó a un sitial nunca antes logrado en la última Copa del Mundo de Sudáfrica 2010: cuartos de final.

SU INCURSIÓN EN POLÍTICA : En 2009 se hizo militante del Partido Colorado, inquieto por el curso político del país bajo el gobierno izquierdista-liberal filo-chavista. Fundó el movimiento Honor Colorado en noviembre de 2010, que hoy participa activamente en la vida partidaria de la Asociación Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado.

Fuente digital : http://www.honorcolorado.com.py (Registro: Agosto 2011)

 

 

HORACIO CARTES : LAS RAZONES DE MÍ COLORADISMO (HACIA UN PARAGUAY MEJOR)

MI AFILIACIÓN AL PARTIDO COLORADO

            Me afilié al Partido Colorado por libre y voluntaria decisión. Nadie en particular influyó en mi ánimo para inscribirme en los registros históricos de la Asociación Nacional Republicana. Mis largas conversaciones con amigos que militan en esta colectividad política -de la que ahora soy miembro pleno- sirvieron para corroborar lo que ya sentía: mi profunda admiración por el patriotismo de sus fundadores y la generosidad de una causa que tenía como objetivo vital el renacimiento paraguayo.

            El pensamiento me transporta a aquellos días heroicos, cuando los viejos soldados de la guerra contra la Triple Alianza, liderados por el general Bernardino Caballero, iniciaban la gigantesca empresa de resucitar a la Patria después de su calvario en Cerro Corá. Conmueve pensar en el coraje y la entrega de esos hombres que, sin más herramientas que sus propias manos, refundaron el Paraguay de entre las cenizas y los escombros. Alma indómita y nacionalista que no se dejó vencer por la tragedia. Y ese sentimiento me hizo colorado mucho antes de afiliarme al Partido.

            Me hice colorado por convicción, cuando el Partido había conocido el duro revés de la derrota electoral. Igual que en los días aurorales del coloradismo, quiero ser parte de esta cruzada patriótica para reconstruir la Nación a partir del 15 de agosto de 2013. Porque cuando llegue esa fecha nuestro país estará tan devastado, para no decir en ruinas, por la indiferencia, la incapacidad y la falta de liderazgo de los actuales gobernantes. Los defectos y las lacras que, con alguna verdad y mucho prejuicio, atribuían con exclusividad al coloradismo, hoy están más vigentes que nunca.

            Mucho trabajé en la vida y la vida me dio mucho, pero siento que mi existencia no será completa si no concreto el sueño, que no es sólo mío, de hacer realidad un Paraguay mejor. Y el Partido Colorado tiene las más formidables herramientas, ideológicas y programáticas, para levantar ese nuevo país que nos merecemos todos quienes habitamos en esta bendita tierra. Tenemos recursos naturales, recursos financieros y recursos humanos. Sólo falta una política que los direccione hacia una misma meta: la prosperidad para todos, cambiando la vieja práctica de los privilegios para unos pocos.

            Como verán, no me hice colorado por azar. Me afilié motivado por las virtudes de sus próceres civiles, por la orientación social de su doctrina y por su nacionalismo enarbolado como bandera.

            No me afilié al Partido para hacerme rico. Ya tengo todo y de todo. Me afilié, sí, por esa espina que aguijoneaba permanentemente mi conciencia ciudadana: de que pudiendo hacer más por mi país, no lo estaba haciendo. Y es dentro del coloradismo donde más fuerte resuenan mis proyectos diseñados para alcanzar una vida digna para quienes hoy padecen la más absoluta carestía.

 

            1. ¿POR QUÉ LA POLÍTICA?

 

            Es regla en mi vida asumir todos mis compromisos con gran responsabilidad. Mi afiliación al Partido Colorado, por tanto, implica mi directa participación en la política. Desde el 23 de setiembre de 2009 me hice militante del coloradismo. Militancia no es sinónimo de antigüedad. Uno puede conseguir antigüedad sentándose en su casa, mirando pasar los años, sin pulsar el sentimiento de los correligionarios y correligionarias ni conocer sus necesidades y deseos más fervientes. La militancia, en cambio, es servicio activo, igual que el coloradismo mismo.

            Con nueve gobernadores, senadores, diputados, intendentes, presidentes de seccionales y convencionales recorrí, y sigo recorriendo, las casas de los colorados y coloradas de todo el país, para expresarles nuestro apoyo y extenderles nuestra solidaridad en estos tiempos difíciles de llanura. Compartí el sufrimiento de la gente, experimenté sus dolores y percibí la indestructible esperanza de que un Paraguay mejor es posible.

            Comprendo la decepción de muchos jóvenes cuando rehúyen de la política y la condenan por considerarla sucia. Es que gran parte de la dirigencia, de todos los partidos políticos -y no sólo a nivel nacional-, ha corrompido sus actos en el ejercicio de esta actividad que es noble en su esencia y en su finalidad última.

            La búsqueda del bien común es el principal componente ético de la política. Para que tengamos una sociedad equitativamente más justa es necesario que los que más tienen colaboren para dignificar la vida de aquellos que hoy se debaten en la pobreza y la marginalidad. Por eso la política no es solamente noble sino que es coherente con el gran mandamiento bíblico de amar y servir al prójimo. El problema es de los hombres que, con sus actitudes y procedimientos, desprestigian la política. Lo mismo ocurre en la religión. Que algunos sacerdotes o pastores lleguen a sucumbir ante las tentaciones no puede invalidar nuestra fe cristiana. En fin, esto pasa en todo quehacer donde el ser humano interviene. Reconocer los errores debe ser una de nuestras primeras virtudes.

            ¿Por qué incursioné en la política? Los primeros en hacerme esa pregunta fueron mis hijos Juan Pablo, de 26 años, y Sofía, de 22. ¿Acaso, me interrogaron, no podemos seguir ayudando a la gente, como siempre lo hicimos, sin poner en juego la tranquilidad ni la dignidad de la familia? Entonces les respondí: "En la vida nos fue muy bien económicamente, ganamos suficiente dinero, pero cuando mañana me pregunten: ¿qué hiciste por el país, papá?, yo quiero tener la satisfacción de decirles que he retribuido a Dios y al Paraguay lo mucho que Dios y el Paraguay nos dieron". Cuando les afirmé que era una decisión sin retroceso, mi hija menor, María Sol, de 13 años, me escribió una cartita en la que me hizo prometer que, si llegaba a convertirme en Presidente de la República, tenía que ser mejor que todos mis antecesores. Si Dios y el pueblo paraguayo así lo determinan, yo pondré toda mi capacidad y tenacidad para cumplir ese compromiso que nace de la fresca ternura de una niña. Una niña que habla con la verdad del corazón y la sinceridad de la inocencia.

 

            2. EL PODER COMO SERVICIO

 

            Para mí, el poder no es un fin en sí mismo, sino un medio para asegurar la felicidad y la prosperidad del pueblo paraguayo. El poder por el poder corrompe el carácter y desvirtúa los fines de la política. Considero que el repetido concepto de que "política es administrar realidades" carece de justificación. Si nos limitáramos a administrar realidades, estaríamos condenados a hacer más de lo mismo. Entiendo que es, precisamente, al revés: la política debe transformar realidades si queremos un Paraguay diferente.

            Debemos cambiar esa realidad de pobreza en bienestar, la exclusión en cohesión social, el desempleo en fuentes de trabajo, el analfabetismo en educación para todos, con calidad y equidad; debemos cambiar esa imagen patética que hoy ofrecen los hospitales y centros de salud, sin camas, sin insumos y desabastecidos de medicamentos, convirtiéndolos en locales higiénicos, aptos para la atención sanitaria, donde nadie tenga que morir por falta de recursos.

            Los pueblos del interior del país no figuran en la agenda del Gobierno. En mis recorridos por toda la República la gente clama por trabajo, por salud, por seguridad... La ausencia del Estado es demasiado evidente. Por eso en Asunción sobran médicos, mientras en numerosos distritos no hay ni enfermeros para socorrer a los campesinos.

            Son esas urgencias y esos desafíos los que me empujaron a afiliarme al Partido Colorado. Porque es la asociación política donde mejor encajan mis anhelos de forjar un Paraguay que crezca armónicamente, sin minorías privilegiadas ni mayorías excluidas. Es lo que nos manda la Declaración de Principios de la Asociación Nacional Republicana, aprobada el 23 de febrero de 1947. Una Declaración que pocos conocen, y menos aún son quienes la practican. Peor cosa cuando se la conoce y conscientemente se la ignora. Difundirla masivamente será una de nuestras prioridades.

            El poder no es para mí una obsesión para acumular fortuna. Ya tengo más de lo que pueda pretender una persona razonable. Ni me encandila el brillo de las riquezas materiales; más aspiro a la gracia y la bendición de Dios para mí y para mí familia. Tampoco tengo ansias reprimidas de figuración personal. Los diferentes ámbitos en que me muevo ya me hicieron bastante conocido. Mi única motivación es ayudar a nuestros compatriotas más humildes para que puedan elevar su calidad de vida. Hay que terminar con esa ecuación incomprensible, que un economista había denominado como la "ecuación del diablo": un país rico con gente pobre. Por eso opté por la política, cuando podía seguir tranquilamente acumulando dinero, mediante el trabajo honrado y decente.

 

            3. AL LLAMADO DEL PARTIDO

 

            A inicios del 2010, un grupo de amigos colorados me invitó a soñar un Paraguay mejor, a tomar la brocha gorda para pintar la esperanza en un horizonte oscurecido por la incertidumbre, la inseguridad y la miseria, especialmente en las áreas rurales y cinturones de pobreza que rodean a las grandes ciudades. Por esa época, la propaganda oficial había decretado la defunción del Partido Colorado. Pero la gran prueba de vida estaba a la vuelta. Las internas municipales del 18 de julio de 2010 iban a permitir auscultar los signos vitales del coloradismo. A pesar del frío intenso y de la lluvia incómoda e incesante, ese día el corazón del Partido volvió a latir con ritmos alentadores.

            Durante los meses previos a dichas elecciones, acompañé a cientos de candidatos en sus visitas a las bases. Era fácilmente perceptible, por encima de la adversidad, que el fervor colorado había regresado. Más de 720.000 electores dieron el anuncio de que el viejo Partido estaba más joven que nunca.

            Para los comicios municipales del 7 de noviembre ya había caminado miles de kilómetros, junto a mis viejos amigos y nuevos compañeros, buscando transmitir mística y convicción a todos los candidatos que representaban a la Asociación Nacional Republicana. No importaba el movimiento al cual pertenecían. A todos les llevamos nuestra solidaridad de hermanos de ideales. Terminadas las internas, el único "ismo" que vale es el del coloradismo.

            El 7 de noviembre, 782.123 correligionarios y correligionarias acudieron a las urnas. Mantuvimos la intendencia de la ciudad de Asunción y recuperamos cinco cabeceras departamentales. Mensaje inconfundible de que el Partido Colorado estaba nuevamente de pie.

            Acudía la primera convocatoria del Partido, con la humildad del recién llegado, pero con la convicción y el temple que nuestra historia política reclama. Estuve ahí, en el terreno de la lucha, sin esperar invitaciones y sin hacer discriminaciones. No me detuve a responder agravios ni a recoger insultos. La obra que tenía por delante era lo realmente importante, y había que concluirla: la recuperación moral, política y espiritual de este Partido que aprendí a amar con devoción y respeto, el Partido más hermoso del mundo, el Partido Colorado.

            ¿Cuál fue mi contribución para este renacer colorado? No me corresponde a mí evaluarlo, y mucho menos juzgarlo. De eso se encarga el pueblo. Pero si fuéramos a considerar la cosecha de aprecio, de afecto y de calor humano que hoy recojo, creo que la siembra fue abundante y buena, sobre todo, para reavivar y consolidar la esperanza de que el retorno del coloradismo al Palacio de López es totalmente viable. Los más optimistas habían vaticinado otros cuarenta años de llanura. Hoy la realidad muestra otra cara.

 

            4. EL MOVIMIENTO HONOR COLORADO

 

            Nuestro proyecto necesitaba una identificación, por disposición estatutaria, para participar de la actividad electoral del Partido. Nos permitiría, además, establecer una relación de pertenencia con quienes suscribían nuestra causa. Así nació el Movimiento Honor Colorado. Pero como un libro abierto para la integración constante de todos quienes compartan nuestra legítima pretensión de un nuevo Paraguay. Entre nosotros no hay gente de primera ni de segunda hora, sino hombres y mujeres que sobresalen por amar a su Patria y a su Partido.

            Hay que honrar la amistad personal, pero ella nunca podrá estar por encima de nuestra lealtad a la República. Igual que nuestra agrupación partidaria, este Movimiento no nació para satisfacer aspiraciones pasajeras ni ambiciones grupales. Miramos mucho más lejos y con visión aumentada; miramos el futuro de una Patria que rompe sus ataduras con su pasado de pobreza, injusticia e ignorancia, y hacia él nos dirigimos con el patriotismo como brújula y el bienestar como norte.

            Nuestro Movimiento, al momento de su creación, marcó tres hitos ineludibles que conducen a una misma dirección. El primero de ellos, tal vez el más importante -la historia lo juzgará con mayor ecuanimidad-, tenía como misión recuperar el sustento moral y doctrinario de nuestro Partido, como cimiento vital para nuestras futuras pretensiones electorales. La Convención General Extraordinaria del 15 de enero de 2011 asumía la sagrada responsabilidad de retornar a la Asociación Nacional Republicana por el derrotero de los principios y de la institucionalidad, arrinconando los personalismos excluyentes que, disfrazados de tradición, cerraban las puertas a la renovación de los liderazgos dentro del coloradismo.

            Los convencionales, con una sobrada mayoría de más de dos tercios, devolvieron al Partido su identidad de asociación de hombres y mujeres libres, y su emblemática divisa democrática: la soberanía popular es el gran fundamento de la República.

            Sepultada la exclusión, el Partido volvía a transitar por la ancha avenida de la participación popular, en igualdad de oportunidades para todos.

            El segundo mojón venía inmediatamente después: ganar la Presidencia de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana, objetivo felizmente alcanzado en las elecciones internas del 13 de marzo de 2011. El pueblo entendió en su corazón la sinceridad de nuestros propósitos, y se unió a esta marcha por la redención nacional, no solamente colorada.

            Ahora nos queda por delante el tercer desafío: el retorno al poder de la República el 15 de agosto de 2013. Una meta cada vez más cerca. No lo decimos con altanería, sino con la convicción de quien ha palpado en terreno las angustias, las carencias y el padecimiento de una población que alienta el ideal de un Paraguay más justo: social, política, cultural y económicamente.

            Nuestro Movimiento encarna esos ideales, y nuestro Partido los hará realidad.

 

            5. ÑANDE PARAGUAY

 

            En política, más que los discursos, lo que hoy importa es la gestión. Recuerdo que en los inicios de la campaña del desaparecido ex Presidente argentino Néstor Kirchner, allá por 2003, su esposa y compañera, la actual mandataria, Cristina, decía que la gente estaba cansada de los políticos que deslumbraban con sus discursos, que la gente reclama por políticos que deslumbren por sus obras. Me impactó aquella frase y es una de mis mejores consejeras en mi actividad política actual.

            Por eso estamos en proceso de creación de la Fundación Ñande Paraguay (Nuestro Paraguay) que, primero, nos permitirá detectar el país real que tenemos, para luego, diseñar el país que queremos. Haremos un relevamiento minucioso de la situación en que se encuentran cada departamento, cada distrito, cada pueblo. El paso ineludible para solucionar un problema es descubrirlo y aceptarlo.

            Siempre digo que hoy tenemos dos Paraguay: uno, con notable crecimiento económico, y otro, con una pobreza extrema que indigna y entristece. Por lo general, pueden observarse un sostenido progreso en las colonias extranjeras, y muchas privaciones en los asentamientos humanos conformados por nuestros compatriotas. Voy a luchar con todas mis fuerzas para terminar con ese dramático contraste. Tenemos abundantes recursos naturales, tierra rica y un clima privilegiado. Si hay voluntad y se pone empeño, todo se puede.

            Lastima ver a muchos compatriotas físicamente menos desarrollados, prematuramente envejecidos, con arrugas que contradicen sus edades, vulnerables a todas las enfermedades. En muchos de estos distritos, lo confieso, no pude contener las lágrimas. Son bolsones de pobreza donde la ausencia del Estado es brutal y cruel. Casas precarias, con los techos perforados por granizadas; niños desnutridos, escuelas abandonadas, centros de salud sin siquiera un botiquín de primeros auxilios, sin asistencia técnica para cultivar sus tierras... Ese es el panorama desolador que tenemos en varias regiones del interior del país. Por eso el Partido Colorado tiene que retomar las riendas del Gobierno Nacional, recuperar el Estado fuerte, que garantice la justicia social, el Estado servidor del hombre libre como planteaba Natalicio González.

 

            6. NI MESÍAS NI MECENAS

 

            Yo creo en los proyectos colectivos; no confío en los liderazgos providenciales, mesiánicos, ni en los mecenas para la reparación de estas graves inequidades que desgarran el cuerpo social paraguayo. Nada se puede hacer solo. Pongo como ejemplo mi propia vivencia. Desde hace diez años que tenemos un equipo formidable de capacitadores en diversas áreas de la producción, que se instaló en la ciudad de Choré, departamento de San Pedro, logrando transformar la vida de 1.250 familias. Sus productos tienen calidad, mercado seguro y buen precio. Nadie les roba el fruto de su esfuerzo y sudor. Eso porque aprendieron a convivir en comunidad y solidaridad.

            Por eso quiero ser Presidente de la República, para colocar los problemas sociales en la agenda del Estado. Tenemos tierras ociosas que están esperando ser trabajadas. Y en los casos en que la situación amerite, las vamos a declarar de interés social, de esta manera cada paraguayo tendrá una parcela de tierra para cultivar y edificar su hogar. "El pueblo más patriota y más trabajador es aquel donde la propiedad está mejor repartida", manifestaba el coronel Juan Antonio Escurra en su programa de gobierno de 1902.

            El mayor déficit que van dejando los gobiernos de nuestro país es que se instalaron programas sin consistencia ni continuidad en el tiempo. Duraron lo que dura cada Presidente. Cada cinco años, todo empezaba de nuevo. Las políticas que se construyen desde el Estado deben estar por encima de la temporalidad de los hombres. En el Paraguay todavía no se armó la estructura que asegure el manejo institucional de los proyectos, es decir, que sobrevivan a los gobiernos si sus resultados son satisfactorios.

            Cuando yo abandone la dirección de la empresa que está patrocinando la experiencia de Choré, ésta no va a terminar, al contrario, se va a ir ampliando a otras localidades, porque su funcionamiento no depende de una persona, sino de metas y logros, bajo la conducción de un grupo que defiende los mismos valores e idénticos y nobles intereses.

            Un Estado que se articula para servir a los más débiles, y durante todo el tiempo, es el legado que quiero dejar a nuestro país. Un país donde unas pocas personas, entre las que me incluyo, viven rodeadas de privilegios, mientras en esta misma tierra, bajo el mismo cielo, miles de compatriotas están sobreviviendo en condiciones inhumanas. Repartiendo migajas entre los pobres no se combate la miseria. Por experiencia de vida y de trabajó sé que se puede ganar la lucha contra la pobreza.

            Vamos a aplicar tecnología de alta calidad para capacitar a los agricultores y mejorar la producción. Tenemos recursos, tenemos gente especializada que nunca fue tenida en cuenta por culpa del fanatismo. En el Gobierno que por mandato del pueblo habré de presidir no habrá exclusiones. Serán convocados todos los hombres y mujeres de bien, más allá de los colores partidarios.

 

            7. EL PRESENTE ES DE LOS JÓVENES

 

            Lo que quiero para mis hijos, quiero para los jóvenes de nuestro país. Jóvenes con formación intelectual y sensibilidad social que sean capaces de ver, comprender y modificar su propio entorno. Más de cien mil jóvenes se incorporaron al Partido Colorado entre noviembre de 2010 y marzo de 2011. La modificación de los Estatutos Partidarios, disminuyendo la antigüedad para disputar por cargos electivos, les abrió las puertas al presente y les designó el papel ineludible de agentes de cambio dentro y fuera de la Asociación Nacional Republicana. La maquinaria de la postergación ha sido desmontada. El Partido y la Patria exigen, más que nunca, la natural rebeldía y la saludable impaciencia de la juventud.

            El Partido Colorado es el mejor instrumento para la transformación del Paraguay, y los jóvenes, sus más brillantes ejecutores. El relevo generacional es inevitable, así como es inevitable el fin de los personalismos para comenzar a hablar en plural, sustituyendo el "yo" por el "nosotros". Nadie puede estar por encima del Partido, ni el Partido por encima de la Patria. Aquellos que no interpretan este mensaje, quedarán relegados en las anotaciones al margen de los libros de historia.

            Me inspira don Carlos Antonio López cuando pienso en la necesidad impostergable de enviar nuevamente a decenas de jóvenes, rigurosamente seleccionados, a los mejores centros universitarios y de especialización del mundo para que, luego, puedan revertir sus conocimientos a favor del progreso y el bienestar de nuestro pueblo. Sus resultados, obviamente, no serán inmediatos, pero cuando la Patria es nuestro objetivo mayor, quien se lleva los méritos y los aplausos es lo que menos importa. El apóstol Pablo nos enseña que uno planta, otro riega, pero que el crecimiento es siempre obra de Dios. El cambio empieza con la generosidad para con el otro. Y ese otro debe ser considerado como un hermano con quien compartir y no como un adversario a quien destruir.

            Estaremos condenando el futuro si respondemos que esta situación asfixiante no podemos cambiar. Un Paraguay en paz es posible. Recuerdo que un amigo, al final de su existencia, me dijo: "Este cáncer que carcome mi cuerpo no es la peor enfermedad que podemos padecer los seres humanos, peor enfermedad es que nos gane la desesperanza". Como hombre de fe, yo les garantizo que esta batalla contra la desesperanza también la vamos a ganar.

            Queridos jóvenes, asumo ante ustedes el sagrado compromiso de que nadie va a robarnos el sueño ni arrebatarnos la esperanza de construir juntos un mejor Paraguay. Un Paraguay con justicia, pan y libertad, como fue también la aspiración de ese inigualable estadista que fue el doctor Luis María Argaña.

 

            8. LUCHA CONTRA LA POBREZA

 

            A orillas del río Paraná, a pocos kilómetros de una de las hidroeléctricas más grandes del mundo, la de Itaipú, he visto niños sin ánimo de correr ni de jugar, tumbados en el suelo como si fueran cosas. Los aires triunfalistas del crecimiento macroeconómico contrastan violentamente con la cruda realidad de la miseria. Estas familias viven en la indigencia, en el más absoluto abandono, olvidadas por el Gobierno. La asistencia directa del Estado, incluso económica, en un primer momento, es imprescindible, mientras se aplican proyectos sociales y económicos de larga duración, que puedan sostenerse por sí mismos en el tiempo y sin causar perjuicios al medio ambiente.

            Los países que más invierten en educación son los países con mayor crecimiento económico y desarrollo humano. Por eso debemos garantizar la gratuidad de la educación primera y secundaria, al tiempo de generar las condiciones necesarias para que esos jóvenes tengan oportunidad y posibilidad real de proseguir una carrera técnica o universitaria. Paralelamente, sus padres o hermanos mayores serán capacitados para mejorar su producción o empezar en un nuevo rubro, de acuerdo con las características de la tierra y del clima donde viven. No pocas veces la pobreza se hereda por falta de innovación.

            Por medio de la observación constante de nuestra realidad he llegado a la conclusión de que un niño mal alimentado y propenso a cualquier enfermedad tiene más dificultades para aprender. El programa social del Partido Colorado contempla un Estado que participa activamente para asegurar la alimentación adecuada de las familias y el cuidado de la salud de cada uno de sus integrantes, empezando con la vacunación de los niños contra las enfermedades que pueden ser prevenidas. Ese niño, esa niña, así, estarán bien despiertos y atentos para un óptimo aprendizaje.

            La asistencia social, la intervención del Estado en la comunidad, nada tienen que ver con el viejo esquema del asistencialismo que denigra a los compatriotas y, casi siempre, pretende condicionar su voto y torcer su conciencia a cambio de unas monedas. Mi preocupación ha sido siempre la de dignificar al ser humano, especialmente al obrero, al campesino, al agricultor. Y he dado testimonio de ello en todos los círculos de mi andar. La política me da ahora la oportunidad de ampliar esos círculos a nivel nacional. He aquí otra de las razones de mi afiliación al Partido Nacional Republicano.

 

            9. SEAMOS SINCEROS, HABLEMOS CON LA VERDAD

 

            Hemos convertido a la política en un territorio hostil. En un campo de batalla permanente. Pareciera que la consigna es destruir al adversario, a cualquier precio y sin pensar en el costo para el país. En el Partido Colorado la lucha por los ideales fue reemplazada por la disputa entre facciones, entre grupos contaminados por la intolerancia y el deseo de venganza, donde el que gana le pasa la factura al que pierde, y el que pierde le niega su apoyo al que gana. Esas malquerencias determinaron la caída de nuestra querida Asociación Nacional Republicana.

            El pueblo colorado y el pueblo paraguayo quieren vivir nuevamente como en los tiempos de nuestros próceres: en hermandad, en amistad, en solidaridad, con justicia y libertad. Si ponemos a la Patria en primer lugar, nuestras relaciones, de unos con otros, serán más fáciles y llevaderas. La tarea compartida de construir un destino común no encontrará obstáculos imposibles de vencer. Sólo necesitarnos poner sinceridad en nuestros corazones y generosidad en nuestros actos.

            Yo soy un enamorado de la verdad, aunque ella no me favorezca. No podemos seguir acomodando los hechos de acuerdo con nuestros intereses y caprichos. La convivencia política y social no tendría grandes tropiezos si todos utilizáramos el lenguaje de la verdad. Porque la mentira suele ser el origen de todas nuestras diferencias. Queremos convertir en verdadero lo que es falso. Decimos una cosa y hacemos otra. Por esa incoherencia, un importante sector de la ciudadanía dejó de creer en la política y en los políticos.

            La gente está cansada de las peleas y egoísmos que levantan un muro de división en la sociedad y tienen al pueblo como víctima. Es tiempo de moderar el discurso sin renunciar a la firmeza ni rehuir el debate de las ideas. La Biblia nos enseña que la respuesta suave también suaviza la ira. Soy un hombre pacífico. Lo he sido siempre. Pero eso no me hace débil a la hora de defender mis derechos y proteger mis ideales.

            Yo no proclamo simplemente la sinceridad, la practico. Y la gente puede sentirla, puede palparla, porque siempre procuro que mis palabras tengan el respaldo de mi testimonio de vida. Es por ello que los correligionarios y correligionarias nos dieron su apoyo en la Convención del Partido Colorado del 15 de enero de 2011 y nos concedieron la victoria en las elecciones internas del 13 de marzo. Porque tienen esperanza en este equipo, que sólo quiere lo mejor para la Patria y para cada comunidad.

 

            10. EL ESTADO NO ES UN BOTÍN DE GUERRA

 

            Mediante la presencia de una nueva fuerza política -la Alianza Patriótica para el Cambio- al frente del Poder Ejecutivo la gente tiene la posibilidad de comprobar que los vicios como la corrupción, el nepotismo, el manejo discrecional de la cosa pública, la soberbia y el autoritarismo, no son exclusivos de partido alguno. Durante muchos años, cuando nuestros adversarios estaban en la llanura, quisieron vender la imagen de que ellos tenían el patrimonio de la honestidad y de la moral y que nosotros, los colorados, cargábamos con todos los males de un mal gobierno. Los hechos nos indican lo contrario. En todos los sectores de la sociedad, y principalmente en los partidos y movimientos políticos, incluso en los más pequeños, hay decentes e inescrupulosos. Encontramos líderes con valores, así como dirigentes que, llegados al poder, consideran el dinero público como un trofeo privado.

            El Estado no es un botín de guerra. Tenemos que perder la costumbre de llevar a casa lo que es ajeno; hay que empezar a diferenciar lo que es de uno y lo que es del otro. Muchos luchan para alcanzar el poder, pero una vez en los cargos se creen con derecho de apropiarse del dinero público. Parecieran decir: "Bueno, ahora es mi turno de robar". A eso se redujo la política en las últimas décadas. El actual Gobierno no es la excepción. Tanta es la anarquía en estos días, porque la propia cabeza no funciona, que cada uno se adueña de lo que quiere o de lo que puede.

            Por mi parte, ninguna de mis empresas jamás hizo negocios con el Estado. Y no voy a empezar ahora. Tampoco habrá concesiones graciosas para nadie. Los que se dicen amigos y solicitan privilegios, definitivamente, no son buenos amigos. En el gobierno de las leyes, todos somos iguales.

            Yo no pienso en el Estado para lucrar, para recaudar dinero, sino para poner el hombro al lado de este pueblo castigado por la postergación, el hambre y la desidia de sus autoridades. Si todos empujamos el país hacia adelante, tendremos un Paraguay reencontrado con el esplendor y la gloria de su pasado.

 

            11. UN PASADO SIN SECRETOS

 

            Todo lo que tenemos en la familia es producto de largos años de trabajo, iniciado por nuestros padres. Las denuncias que no puedan ser demostradas se pierden en la humareda de las intrigas y calumnias políticas. Acusaciones maliciosas que sólo tienen la intención de dañar la imagen del adversario. Mienten deliberadamente a sabiendas de la falsedad de sus afirmaciones. En mi caso particular, las acusaciones comenzaron coincidentemente con mi incursión en la política. Nadie antes se preocupó de mi pasado. Y eso que desde hace bastantes años que soy una figura pública, tanto en el ámbito deportivo como en el empresarial. Acompañando a la Selección Nacional de Fútbol viajo a todas las naciones del mundo sin ningún problema. Nunca me negaron visa para entrar a otro país. Es decir, no tengo cuentas pendientes con la justicia, ni dentro ni fuera del Paraguay.

            Finalmente, llego a la conclusión de que uno puede hacer y ser lo que quiera mientras no se mete en política. Pero apenas una nueva figura pone su pie en ese territorio empieza el bombardeo de las denuncias, tan falsas como oportunistas. Como si la política fuera una actividad reservada exclusivamente a "iluminados" o "mesías", quienes, desde las altas cumbres, quieren dirigir los destinos de la Nación sin sentir las angustias, las frustraciones y el martirio de las clases populares. Por mi parte, sigo caminando en silencio al lado de los hombres y mujeres más humildes. Conozco sus reclamos, recojo sus inquietudes y comparto con ellos sus ansias de vivir en un Paraguay próspero, justo y solidario.

            Deben saber mis detractores que he incursionado en la política para quedarme. Y lo haré a tiempo completo. Sabía del riesgo que corría al tomar esta decisión. Pero no es mi estilo retroceder ante las primeras escaramuzas ni amenazas de tempestades. En la vida hay que jugarse por nuestras creencias, sin importar los posibles efectos que esa decisión pueda acarrear. No existe mayor fracaso que el no haberlo intentado siquiera.

            Siempre digo que si el uno por ciento de lo que dicen de mí fuera cierto, hubiera seguido al margen de la política. Nada tengo que ocultar ni nada he ocultado. Mi vida no tiene secretos. El resto es hojarasca sin sustento ni raíz.

 

            12. EXHORTACIÓN FINAL

 

            No es éste un programa de gobierno, es apenas un esbozo de las razones fundamentales que me impulsaron a afiliarme al Partido Colorado. Entre ellas, el deseo de contribuir para su retorno al poder en las elecciones generales de 2013, desde el lugar que el pueblo me asigne. Me siento, repito, plenamente identificado con el patriotismo que movilizó a los excombatientes de la Guerra Grande para fundar el Partido Colorado. Me convencen y conmueven la dignidad de su pueblo y la solidaridad de su gente.

            Soy un hombre de fe. Creo en la sinceridad de los compatriotas, no sólo colorados, que en cada acto, en cada reunión, me hacen sentir candidato de nuestra gloriosa ANR para la Presidencia de la República.

            Personalmente, es una distinción que me halaga. Es, quizás, y lo asumo sin soberbia, un reconocimiento al esfuerzo y al tiempo que hoy dedico a nuestro partido con la más absoluta entrega y pasión. Siento el genuino calor del pueblo cuando grita su intención de elevarme a la Primera Magistratura de la Nación. Acepto el desafío con humildad. El resto queda en manos de Dios.

            No me muevo por intereses particulares ni ocasionales. Me muevo por ideas y por principios. Por eso estoy seguro de que vamos a llegar a la Presidencia de la República, con la bendición de Dios y de la mano del Partido que nace de las raíces más profundas de la paraguayidad.

            Pero soy, al mismo tiempo, consciente de que al asumir un cargo hay que mirar el otro polo: el momento de retirarse. Es mi más íntima aspiración, cuando llegue ese tiempo, entregar el poder a otro colorado, y que en ese momento pueda poner mano a la visera y decir con todos los patriotas de sentimiento y de acción: "Paraguay, misión cumplida".

 

            Asunción, mayo de 2011.

Fuente : LAS RAZONES DE MÍ COLORADISMO (HACIA UN PARAGUAY MEJOR) . Por HORACIO CARTES, Asunción, Paraguay. Junio de 2011




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