Los comienzos de Itaipú, la consolidación de ciudad Presidente Stroessner y el acrecentamiento del comercio con el Brasil por el Este del país en los años 70, provocaron vitales cambios en el Paraguay. Una de las actividades surgidas fue el negocio del tráfico de autos "mau" (denominación autóctona a todo lo ilegal), primordialmente desde el Brasil.
Al principio fue un modesto negocio entre Foz de Yguazú y ciudad Presidente Stroessner, mediante el cual particulares brasileños vendían a compradores paraguayos vehículos económicos sin documentación alguna, a precios irrisorios. Antes de los años 70 no se conocía este tipo de hechos y los asuncenos presumían que en cualquier parte de la ciudad uno podía dejar su auto con las ventanillas bajas y con valores en su interior, que nadie iba a tocar nada ni mucho menos robar el automotor.
No había forma de combatir el flagelo de los robos y asaltos pues la propia policía estaba involucrada en el tema. Casi todos los oficiales y hasta los agentes tenían autos ilegales comprados o incautados a ladrones de vehículos. La única posibilidad de recuperar un auto ilegal robado era que la víctima (que a su vez había comprado el rodado de un ladrón) tuviera contactos con la policía de manera que esta obligara a los ladrones a devolverlo.
Al principio el esquema se circunscribía a las marcas más económicas, pero luego los autotraficantes comenzaron a ver que también se podía comerciar con las más lujosas. El aumento de la inseguridad ciudadana se acrecentó paralelamente a la gravedad del tema de los autos ilegales.