Una práctica utilizada por agentes del Estado cercanos al gobierno de la dictadura era la esclavitud sexual de niñas entre 7 a 15 años, generalmente del interior del país. Militares de alto rango engañaban a las familias para que entregaran a las niñas o directamente las amenazaban, mantenían recluidas a las niñas y abusaban de ellas. También existió gente vinculada al poder que actuaban como cazadores de niñas, las traían y las vendían o las cambiaban por un puesto público.
En otros casos las niñas eran obligadas a realizar todas las tareas domésticas dentro del lugar de reclusión y sistemáticamente eran violadas sexualmente. Esta situación era de servidumbre, sometimiento y esclavitud sexual. La CVJ sí tiene la certeza de que esta práctica fue perpetrada de manera más generalizada en otros lugares y en distintas épocas de la dictadura.
Esto demuestra que la violencia sexual fue ejercida de muy diversas maneras y que afectó sobre todo a niñas y adolescentes, lo que permite concluir que fue una práctica sistemática en el Paraguay, lo que permitiría concluir que fue un crimen de lesa humanidad.