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FERNANDO A. PISTILLI MIRANDA

  ANTOLOGÍA POÉTICA 1994-2004 - Poemario de FERNANDO PISTILLI


ANTOLOGÍA POÉTICA 1994-2004 - Poemario de FERNANDO PISTILLI

ANTOLOGÍA POÉTICA 1994-2004

Poemario de FERNANDO PISTILLI

 

Diseño de tapa: Claudia López

Ilustración: Hugo Pistilli

Año 2004,

Editorial Servilibro

Asunción-Paraguay.

 

 

 

 

PRÓLOGO

Jorge Luis Borges en su prólogo sobre El desierto de los tártaros de Dino Buzzati ya decía “podemos conocer a los antiguos, podemos conocer a los clásicos, podemos conocer a los escritores del siglo XIX y los de principios del nuestro, que ya declina. Harto más es arduo conocer a los contemporáneos. Son demasiados y el tiempo no ha revelado aún su antología”. Hay, sin embargo, elementos que facilitan la identificación de nombres que formarán parte de las generaciones venideras y es para esta humilde lectora un gran privilegio tener la oportunidad de destacar uno de ellos.

Fernando Pistilli nace en Asunción en 1972, hijo de padres artistas lleva en sus venas desde muy temprana edad, la inquieta fuerza expresiva del arte y a los veintidós años publica su primer libro De mi/ Nuestra transición. A partir de ahí no deja de publicar poesía: La Soledad (1995), En la piel (1997), Un café en Jerusalem (1997), Bitácora del aire (2000), Quiero y Retruco (2003). Sus obras exhalan angustia y sensualidad, de estilo sencillo y claro este joven poeta declara la gran influencia de Borges en su obra.
La poesía de Fernando se presenta con la naturalidad del que encuentra al amigo de siempre para tomar un café.

La originalidad del texto está, como una vez lo expresara Carlyle, no en lo inaudito, en lo raro, en lo exótico y desconocido, sino en lo sincero y aparentemente espontáneo del lenguaje y las ideas. No debemos confundir, por tanto, naturalidad con descuido ya que en esta selección el escritor no ha dejado, en ningún instante, de estar atento a la fuerza de la expresión, a la verdad y elegancia de la imagen.
El autor conquista al lector con la delicadeza y sensualidad poética de sus versos. Existe en sus poemas un gusto por la esencia de las palabras, su significado más puro, sus matices, y este interés está expresado, paradójicamente, mediante una sobria intensidad expresiva. Lo fundamental está recreado mediante la importancia atribuida al sustantivo que se eleva, a veces imponente, otras contemplativo, para destacar en una tela multicolor las varias facetas de nuestra/su realidad. El verbo, una vez expresado, actúa como un fiel guardaespaldas, sirviéndole de apoyo al sustantivo. La palabra adquiere su importancia en la fuerza manifestada por los sueños y deseos del Yo, el pequeño poeta que se encuentra rendido incondicionalmente ante el aura inmortal del Tú poético. Patria, mujer, amigos, familia se funden en un céntrico Tú, a veces esquivo, a veces difuso, otras tan lejano que sólo un alma de poeta puede intentar atrapar las inmateriales cuerdas que lo sostienen.

José-Luis Appleyard en su prólogo a De mi/ nuestra transición afirmaba que la voz inicial del poeta “envuelve en sí una vocación dolorosa y fascinante al mismo tiempo, porque hay dolor en la verdad y el poeta no puede mentir ya que de hacerlo dejará de ser poeta”. En este poemario la poesía de Fernando es contemplativa pero también es lamento. Hay en ella una sensación de impotencia, es como agua que se resbala de las manos; la luz solar se refleja en las gotas que caen y el poeta sólo puede admirar el brillo del sol y arrullarse con el murmullo de cada caída. Hay en el eco de sus versos el aroma penetrante a flor de coco: el latente recuerdo de la esencia de la patria amada se mezcla con el desencanto de un periodo sin mayores cambios. He aquí la importancia del silencio, lo no dicho cuyo vacío es ocupado por la imaginación, los recuerdos y la experiencia del lector.

En Quiero y Retruco, algunos de sus poemas despiden una especie de seguridad altanera no carente de un sutil humor que vuelve más interesante el juego poético. Existe también una extraña conjugación de delicadeza y violencia. Si hay tiranos y dioses omnipotentes también existen cuerpos tersos que visten nada más que la noche sobre la piel. Y si hay angustia en el recuerdo, la ausencia y el olvido, también hay ironía y deseo de venganza. Este último poemario es diálogo constante. Oscilación. Recreación elíptica que permite al poeta la indagación de un imaginario al mismo tiempo íntimo y diverso.
Finalmente en la obra poética de Fernando Pistilli siempre se mantiene presente la sensualidad de la imagen, la delicadeza de la palabra exacta, el sentimiento sincero y personal con el que el poeta, siempre debajo de un balcón contemplando a su amada, conquista a los lectores susurrando versos de innumerables y coloridos matices.

RAFAELA FIORE URÍZAR

University of Chicago

 

 

ÍNDICE:


PRÓLOGO por RAFAELA FIORE URÍZAR. University of Chicago

DE MI/ NUESTRA TRANSICIÓN (1994)

· Mirarte/ Nombres secretos/ Se besaron/ La siesta y el tacuaral/ El último pétalo de la rosa/ La casa/ Recuerdo/ Elecciones/ N.G.C./ Cuidó sus plantas/ Un hombre descansa/ Ellas pasan/ Negado el hombre/ ¿Qué te pasa?/ Azul/ Traición/ Presente/ Vigilia/ E.L./ Carlomagno/ A Jorge Luis Borges/ A Nelson Mandela y a la esperanza

LA SOLEDAD (1995)

· Creí Que Eras Diferente/ Huyo de ti/ La soledad/ Estoy solo/ Ellas dos/ Todo gira/ Eres la misma/ Esta noche/ Cien años/ ¿Quién eres?/ ¿Qué se siente?/ Navidad Dos Motivos/ De la vida

EN LA PIEL (1997)

· En la piel/ El temblor/ Haberlo sido/ Las almendras/ Lejana piel/ La tarde/ Quedaban tantas cosas por decir/ Yalfin/ Partiste/ El jazminero sigue allí/ Hoy te digo adiós/ Tarde de ciudad/ Aún te espero/ 25 Años/ Soy/ Empezaba el día

UN CAFÉ EN JERUSALEM (1997)

· Mi vía dolorosa/ El muro/ Mar Muerto/ El Milagro/ Un Café en Jerusalem

BITÁCORA DEL AIRE (2000)

· A veces me siento/ No fue amor/ Cuántas veces/ Turiferarios/ Dos Contra Poemas/ Lluvia de Diciembre/ Bitácora del Aire/ Heidi/ Mientras duermes/ Un aeropuerto más/ Escribo/ Dueño del Aire/ Amigo/ Asunción/ Dirán

QUIERO Y RETRUCO (2003)

· En conjunto con Alicia Solari/ Son éstas, mis piernas/ No puedes negar que también/ Soy una perra/ No sé si de tu sangre brotarán flores/ Cruzas la calle y me cruzas el aire/ Rota su cruz.

 

 

 

DE MI/ NUESTRA TRANSICIÓN, 1994

 

CREÍ QUE ERAS DIFERENTE

 

Creí que eras diferente,

que opacaríamos los soles,

que encenderíamos los bosques,

que seríamos fuego y uno

                    uno y fuego.

Creí que eras diferente,

que tus cabellos rojos

me acompañarían siempre,

que tus manos blanca unidas

a las mías irían juntas

                    por las noches,

                    por las mañanas.

Creí que eras diferente,

que las tardes nos sorprenderían

desnudos, libres, por campos verdes,

que las estrellas

cómplices de nuestros sueños

nos protegerían eternamente.

 

Creí que eras diferente,

que el mero hecho de pronunciar

tu nombre, recordar tu rostro,

                    tu aroma,

me harían invencible.

Creí que eras diferente,

          pasarían los días,

          pasarían los años,

                    las tormentas,

y amaneceríamos juntos,

          abrazados,

          sonrientes,

diferentes.

Creí que eras...

          ... que serías diferente.

 

 

A JORGE LUIS BORGES

 

Se repiten los esquemas

Los ojos cansados

Ya no ven los trazos

Que hace tiempo

Son eternos.

Se enlazan las manos

Para que los besos

Entrecrucen los cuerpos

El, Adán muerde la manzana

Ella lo observa y se deleita.

Se cierra una puerta

El giro del pequeño acero

Culmina el rito

La casa está segura

Por la ventana

Se produce el desafío

Remo yace en el suelo

Rómulo es el Rey

Y las puertas del Bifronte

Se abren al odio

Para que Caín

Si no lo hizo antes

Mate a Abel

          -y desate-

La ira del que

Entre los tres es padre.

Nosotros, apenas, lo entrevemos...

          El ya lo sabe.

 

 

A NELSON MANDELA Y A LA ESPERANZA

 

Quisiera bailar en esa fiesta

quisiera bailar en tu fiesta,

                    a tu lado.

Olvidar la sangre,

          la tortura,

          la cárcel.

Quisiera mirar el porvenir

ver a través de tus ojos,

          esa paz soñada,

          ese país gigante.

Quisiera Mandela

                    Saludarte

y unir mi nación

                    a tu baile.

 

 

 

LA SOLEDAD (1995)
 


CREÍ QUE ERAS DIFERENTE

Creí que eras diferente,
que opacaríamos los soles,
que encenderíamos los bosques,
que seríamos fuego y uno
               uno y fuego.
 
Creí que eras diferente,
que tus cabellos rojos
me acompañarían siempre,
que tus manos blanca unidas
a las mías irían juntas
               por las noches,
               por las mañanas.
 
Creí que eras diferente,
que las tardes nos sorprenderían
desnudos, libres, por campos verdes,
que las estrellas
cómplices de nuestros sueños
nos protegerían eternamente.
 
Creí que eras diferente,
que el mero hecho de pronunciar
tu nombre, recordar tu rostro,
                            tu aroma,
me harían invencible.
Creí que eras diferente,
      pasarían los días,
      pasarían los años,
                las tormentas,
y amaneceríamos juntos,
     abrazados,
     sonrientes,
diferentes.
Creí que eras...
            que serías diferente.
 


HUYO DE TI


Huyo de ti
cierro los ojos, las puertas,
               las ventanas,
apago las luces
y en la quietud de mi cama
tu voz me acosa
        y te sumerges en mi cuerpo.
 
Entonces busco ocultarme
en el interior de mis entrañas,
pero me sigues en los huesos,
               en la sangre.
 
Me persigues
   y siempre me encuentras,
        desnudo y solo
         llorando tu nombre.

 

LA SOLEDAD


Vuelvo a encontrarme con mi soledad,
las cosas que me rodean y las fotos
en las paredes vuelven a ser
solo recuerdos.
 
Vuelvo a encontrarme en el espejo,
mi rostro ha cambiado pero quedan
ciertas señales,
………. los ojos son los mismos
………. y la cicatriz de mi frente
que es el resultado de una travesura
tan lejana, ya casi olvidada.
 
Los libros en su reposado silencio
son los últimos compañeros
que se niegan a dejarme.
 
La soledad me acoge en sus brazos.
Los brazos pacientes y a la vez ansiosos
de la amante que sabe
….. que uno nunca se va,
….. que siempre se vuelve.
 

 

TODO GIRA
 

Para Víctor-Jacinto Flecha

 

Todo gira en torno a una plaza,
…………… un templo,
…………… una calle,
…………… a la siesta.
 
Todo gira en torno
….. al recuerdo de viejas glorias,
….. al resultado imposible del azar.
 
Todo gira en torno al nacimiento,
……… a los días,
……… al heroísmo,
……… a la inteligencia,
……… de un solo hombre.
 
Todo gira en el círculo oscuro,
único y perfecto
……… de la cobardía.
 


ERES LA MISMA
 

Para Arturo Pistilli

 

Eres la misma
que atormentó a Colón
en sus deseo de volver
….. a estas tierras.
Eres la misma
que ungió a Antequera,
Juan de Mena y Francia.
Eres la misma
que lloró a la sangre
de guerras fraticidas
y nos guió durante la tiranía.
Eres la misma
que nos ilumina en la
desesperanza de estos días
y me acompaña en la
soledad de esta noche.
 
Eres alfa, beta, delta,
gama y la intrusa.
Eres
….. La Cruz
….. el sueño
….. Del Sur
….. la bandera.
 


CIEN AÑOS


Das vuelta y te das cuenta que estás solo.
No hay nadie a tu alrededor, no están los amigos,
los parientes, no está Dios.
Estás solo. Son decenas, cientas, miles de butacas
vacías, estás sólo tú mirando en todas los direcciones,
al frente una pantalla blanca gigante, atrás el ruido
constante, sin fin, del rebobinado de una película.
No hay espejos que te reflejen, no puedes verte,
el terror te invade, una gota de frío sudor te recorre
el cuerpo, se apagan las luces -¿quién las apaga?-
la oscuridad es total, ya no ves ni siquiera tus manos,
hasta la soledad es incomprensible, no la puedes
concebir, no la entiendes.
No sabes qué o quién eres. No recuerdas tu nombre,
Recuerdas muchos nombres, muchas gestas heroicas,
recuerdas a un hombre que cabalga libre en una gran
llanura, recuerdas a una mujer que es quemada por pensar
distinto, recuerdas el atardecer y una bella dama
es besada por un caballero, cualquiera puedes ser tú.
 
Cualquiera puedes ser tú, pero ¿cuál de todos?
El rebobinado de la película se detiene, un silencio
religioso invade aquel lugar, puedes oír algo semejante
al latido de un corazón, una extraña música precede a la
sucesión de imágenes.
Ahora recuerdas, abres los ojos y gritas, un grito silencioso
que se transforma en una mueca desesperada, se encienden
las luces, el proyector se detiene, las butacas están llenas,
los aplausos sacuden la sala.
Eres el personaje, miles de rostros te han encarnado.
Eres un filme en un carretel olvidado.
Eres el color, la acción, la luz, el silencio.
A cien años, día con día, la magia, se repite.
 
-Atrás el rebobinado de la película vuelve a empezar.-
 


¿QUIÉN ERES?


¿Quién eres?
¿Por qué sufres?
¿Qué ocultas tras tu larga cabellera,
….. tu barba oscura,
….. tus treinta y tres años?
¿Qué historias, cuántas parábolas,
….. relatarán tus creyentes,
….. tus discípulos,
los doce...
.. ... los once que te acompañan?
¿Quién eres
cómo te llamas,
qué quieres, Nazareno?
 
Niño de Belén,
¿qué imploras de rodillas en el monte,
qué ves en el cielo,
cuántas estrellas,
cuántos deseos?
 


¿QUÉ SE SIENTE?


¿Qué se siente ser Dios y cargar el madero?
¿Qué se siente ser hombre y cargar tantas culpas,
………. tantos males?
¿Qué se siente ser Dios y recibir los golpes,
………. los clavos,
………. la lanza,
….. sentir la sangre?
¿Qué se siente ser hombre, sufrir tanta injusticia
………. y perdonar?
¿Qué se siente mirar arriba y verlo,
….. mirar abajo y vernos,
….. cerrar los ojos, verte?
Por un segundo contemplarte,
por un segundo conocerte,
….. el segundo más largo,
….. el segundo más grande.

 

 

EN LA PIEL

 

EL TEMBLOR

 

En nuestros cuerpos

dibujábamos el tablero

de este juego prohibido.

Las piezas se cruzaban

al finalizar el día domingo

y por fin sentí el temblor.

Por primera vez todo en mí temblaba

tus manos acostumbradas

me llevaban por los surcos

                                  del amor.

Y al final

             un beso

             y un adiós.

 

 

HABERLO SIDO

 

Las fotos:

Una solitaria, oscura y triste

ventana extranjera;

afuera la luz de un día santo

de virgen en las calles;

la larga y circular escalera

de un campanario;

tú, yo y su sonrisa.

 

Los recuerdos:

madrugadas de charlas,

mesa, amigos e ideales compartidos;

el lento camino de tu casa;

la cama insuficiente

nos rodean, los estuches vacíos,

colillas y el silencio

de los cuerpos dormidos,

tu voz,

tus ojos

y la soledad de haberlo sido.

 

 

 

 

QUIERO Y RETRUCO (2003)

 

En conjunto con Alicia Solari*

*. Los poemas en cursiva

son creación de Alicia Solari

 

IV

Son éstas, mis piernas,

páginas de un libro que a menudo abres

y lees en forma compulsiva.

En mi centro descansas tus motivos

y besos colgados, torcidos y desdibujados

se acomodan sobre las paredes interiores

del sutil insomnio de mis labios.

 

No puedes negar que también

me gusta -nos gusta-

pasar despacio las páginas,

y volver una y otra vez a sus letras,

sentir el aroma de la tinta,

dibujar alguna flor,

apoyar el café,

doblar sus puntas,

y dejar las huellas

                            de una madrugada

de desvelos en la mesa.

 

X

Soy una perra

que arremete en solitario

contra la furia de un jabalí

que me abre por uno de los costados.

Tendida sobre la tierra

con la mansedumbre de quien ya no pelea,

me dejo ir tras el sueño

de que un día en el ajuste de cuentas

un cuchillo lo cuelgue

cabeza abajo con la boca abierta.

 

No se si de tu sangre brotarán flores,

pero de tu orgullo herido brotan

versos de venganza,

es fácil ser la víctima

acurrucarse en un rincón

esperando, una mano y sus caricias.

Pero pides más...

...y yo nunca cacé jabalíes,

la verdad nunca cacé nada

-más que un mosquito hambriento-

pero esto de los cerdos debe ser ley

para todos, tienen su santo y su hora.

Y ni bien el cuchillo encuentre la vena,

lo adobaré para asarlo y te invitaré a comerlo.

 

XI

Cruzas la calle y me cruzas el aire

las miradas se cruzan, el sol nos abre.

Cruzadas del pasado en el caldo de la noche.

Cruz del Sur bebiendo de lunea cuchara.

Crucificados brazos sin tu cuerpo

cruzando las polaridades del mío.

Cruz de los dedos sobre la boca.

Cruz metálica sobre el andamio del pecho.

Cruz incorpórea incrustándose

sobre los hombros del recuerdo.

Cruz poblada de crustáceos

devorando pecados.

Cruz en crueldad encubierta

Cruz circular de la existencia

Crucifixión de las preguntas

Cruz vacía

Resurrección secreta.

 

Rota su cruz

               te cruzo

y desde abajo

en un largo recorrido

que mis manos acompañan,

tu cuerpo despierta

                                nuevamente.

Desclavo el silencio de tus dedos,

no encubro nada,

cruzo la barrera de tus brazos,

cruzo la luz y lo oscuro.

Te levantas, andas,

y en el cruce de baldosas

-donde las escaleras terminan-

quedan tibios

             tu recuerdo

                        y tu aroma.

 

 

 

 

 

 

 

 

Para compra del libro debe contactar:

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