CREACIÓN DE BANCOS : 1883 - BANCO NACIONAL DEL PARAGUAY

Por ARTURO RAHI

CREACIÓN DE BANCOS : 1883 - BANCO NACIONAL DEL PARAGUAY

El 21 de Octubre de 1883, por ley se autorizó la apertura del Banco Nacional del Paraguay. Fue constituido para hacerse cargo del activo y pasivo del Banco del Paraguay, que acababa de cerrar sus puertas, como ya hemos visto. El capital fijado fue de $ 1.500.000, dividido en 15.000 acciones de $ 100 cada una, que sería integrado, una tercera parte por el gobierno, otra tercera parte por los accionistas del Banco del Paraguay, y una última tercera parte por suscripción pública entre interesados.

Estaría administrado por seis directores, de los cuales dos debían ser nombrados por el Poder Ejecutivo y los otros cuatro por los Accionistas en Asamblea General.

El banco tendría derecho a emitir billetes hasta tres veces su capital integrado, y estaba obligado a mantener en todo momento una reserva en metálico equivalente a la tercera parte de los billetes en circulación, al igual que dos terceras partes en valores (documentos), cuyos vencimientos no excedieran de 180 días. Podría realizar operaciones de depósitos a la vista y a plazo fijo con o sin intereses, otorgar préstamos con o sin garantías, hacer descuentos, emitir y aceptar letras, comprar y vender giros y en general todo tipo de operaciones legítimas para un banco.

Como en todos los casos anteriores, el banco obtuvo los mismos privilegios especiales de que goza el fisco por las leyes nacionales. El banco tendría preferencia, en igualdad de circunstancias, en el descuento de letras de Aduanas y sería el agente financiero del gobierno.

El banco abrió sus puertas el 2 de Enero de 1884, teniendo muy buena acogida por parte del público, y especialmente del comercio local, tanto es así que a partir del 1° de Julio de 1884, incorporó sus departamentos de "Cajas de Ahorros" y "Monte de Piedad" (departamento prendario), lo que parecería representar una real fortaleza financiera por parte del banco. Sin embargo a partir del mismo mes de Julio, sus billetes empezaron a perder valor, al percatarse el público tenedor que su convertibilidad no era perfecta. El banco había emitido más que lo autorizado por ley y materialmente el canje no era fluido, no podía serlo ya que los valores nominales ya no eran equivalentes a los valores reales. El crédito bancario fue suspendido como medida necesaria y solo se reabrió el 1° de Octubre de 1884, aunque por muy poco tiempo, ya que el 9 de Enero de 1885 volvió a suspenderse considerando la falta de dinero, que elevó la tasa activa del mercado hasta el 60%. Recién el 16 de Julio de 1885 se reiniciaron las operaciones de crédito.

El comercio internacional desde 1883 fue aumentando. La balanza comercial favorable dio lugar al ingreso de dinero adicional, que originó la expansión de las actividades económicas locales. La elaboración de productos de exportación, particularmente del sector ganadero, se incrementó y el ingreso de moneda extranjera permitió al sistema bancario (al banco) a mantener una relativa paridad de la moneda local. Sin embargo, al final de los años 80 el valor del oro sellado empezó a subir de manera alarmante por motivos que no eran precisamente locales. Es que una nueva crisis de la economía mundial estaba en camino, moviendo los cimientos de nuestro endeble sistema financiero.

Al cesar la afluencia de recursos desde el exterior (por exportaciones e ingresos de capitales), el sistema bancario (de un solo banco) se resintió y empezó a hacer agua. La recuperación de los créditos concedidos se hizo cada vez más difícil y la no afluencia de moneda extranjera por falta de ventas al exterior, redujo el encaje (de la tercera parte de la emisión) a límites insoportables. El pánico cundió, el público exigió la conversión de sus billetes y el colapso llegó, como es natural que ocurriera.

Ante una situación de crisis, el gobierno intervino. Como el Banco Nacional del Paraguay estaba a punto de cerrar sus puertas y declararse insolvente, el gobierno decidió comprarlo. El 16 de Julio de 1890 el estado paraguayo se hizo cargo del banco, pero "desde que su capital era ficticio y consistía en valores en cartera, en acciones irrealizables de bancos y ferrocarriles, etc..." (Ashwell), nada podía hacer. En una palabra, se hacía cargo de un activo integrado por documentos vencidos no cobrados, y de muy poca o ninguna posibilidad de cobro, visto el estado de crisis en que vivía el sistema económico nacional.

Ante esta situación, el gobierno decidió legalizar una condición que de hecho ya existía, y decretó la inconvertibilidad a partir del 25 de Agosto de 1890, pero solamente por el término de 60 días, por lo que al vencer el plazo, por ley del 24 de Octubre de 1890, fue prorrogado por otros 60 días, Esta situación de inconvertibilidad se prolongó por el término de dos años, pero se había ya convertido en un hecho irreversible. El 18 de Mayo de 1892 el gobierno dispuso la liquidación del banco.