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LUIS A. GALEANO

  PROCESOS CULTURALES y PROCESOS SOCIALES - Doctor LUIS A. GALEANO


PROCESOS CULTURALES y PROCESOS SOCIALES - Doctor LUIS A. GALEANO

PROCESOS CULTURALES y PROCESOS SOCIALES

Doctor LUIS A. GALEANO

 

 

PROCESOS CULTURALES

En el campo más estrictamente cultural, también los pensadores formularon sus planteamientos y análisis referidos a temáticas relevantes para el conjunto de la sociedad nacional.

 

IDENTIDAD DEL/A PARAGUAYO/A

En dicho campo, uno de los temas abordados ha sido el de la identidad del/a paraguayo/a. En este punto, es importante aclarar que, en la patria paraguaya, aunque ha sido uno de los más importantes, el nacionalismo épico no fue el único fundamento histórico de la mencionada identidad. Existieron otros factores que también la han cimentado y que, antes más que elementos de carácter estrictamente político o ideológico, comprendieron a valores y pautas más propiamente culturales. Uno de los conocidos intelectuales que, en esa perspectiva, formuló su punto de vista ha sido Manuel Domínguez, en el Alma de la Raza tal como se deduce del siguiente texto:

"En el Paraguay no hubo autos de fe. Los dientes de la Inquisición aquí no mordían. Se amoldaba al medio poco propicio para perder la paciencia buscando herejes. Al militar, siempre en campaña, le resta poco tiempo para dedicarse al fanatismo. El jesuita, además, era odiado por el encomendero: pasaba por un usurpador de las misiones. A través de los años, el Paraguay es el pueblo menos fanático de América. El sacerdote que quiere ser escuchado ha de hablar tanto de la patria como del cielo".

El criterio que cabe rescatar de este planteamiento es el referido al fanatismo controlado del pueblo paraguayo. Aunque se podría discutir si realmente el Paraguay ha sido el pueblo menos fanático de América, lo que sí habría que poner de relieve es que sí ese fanatismo ha sido y, en gran medida continúa siendo, controlado. Esa mentalidad colectiva no solo se habría proyectado en el ámbito del sentimiento político nacionalista, sino también fue cultivada en otros ámbitos, entre los que se ha destacado, y en gran medida continuaría persistiendo hasta la actualidad, en la esfera de la cultura deportiva, en especial en el campo del fútbol, en el que el Paraguay ha obtenido conquistas muy importantes, tanto a nivel de su seleccionado como de algunos de sus clubes deportivos. Teniendo en cuenta esta experiencia histórica resulta pertinente sostener que, en el futuro, se justificaría que ese "sentimiento colectivo nacido del campo deportivo debe ser aún más potenciado, y, sobre todo, enmarcado en la cultura de la competencia leal y en la convicción en las energías y capacidades propias, por más de que la lid se encare con comunidades nacionales de mayores recursos y envergadura".

 

LA MUJER GUARANÍ, LA MUJER PARAGUAYA Y EL FEMINISMO

La mujer ha sido otro de los capítulos que, en el ámbito socio-cultural, concitó el interés de los/ as pensadores históricos/as. Sus abordajes fueron formulados desde distintos ángulos, dependiendo de la formación intelectual y, sobre todo, de las gestiones sociales y políticas desempeñadas. Entre los intelectuales políticos colorados, se destaca la propuesta analítica de Ignacio A. Pane:

"Libre de la brutal sexualidad de muchos civilizados: madre, esposa, hija y hermana... Ajena al infanticidio y al aborto por constitución orgánica y por costumbre social: lustre y vocera de la casa en el culto de la hospitalidad, y sacerdotisa del culto de los antepasados, con el cuidado litúrgico del que fallecía y la oración fúnebre de todos los muertos. La verdad es que el confort de la civilización actual, bien quisieran unir muchas princesas actuales de Italia, España, Inglaterra, etc., algo de la condición física, moral, intelectual y social de la mujer guaraní. No me arrepiento, pues, de haberla cantado en mis primeros versos como madre de la mujer paraguaya, o mejor dicho, como la primitiva mujer paraguaya'".

Otro de los intelectuales políticos quien, desde las filas del liberalismo inicialmente y desde el socialismo posteriormente, también prestó atención a la problemática de la mujer fue Anselmo Jover Peralta. Sus formulaciones centrales se manifiestan en el texto que a continuación se consigna:

"A pesar de los grandes servicios prestados a la causa nacional, su condición no ha mejorado. ... No hay proporción entre las cargas que soporta y las ventajas de que disfruta. El hombre, egoísta e ingrato, ha dejado muy atrás a su compañera, y ni siquiera se ha acordado de darle justicia. Ningún momento recuerda la hazaña de la india epónima. La nación debe todavía el homenaje del bronce a las insuperables virtudes de la mujer paraguaya, madre, soldado, artesana, labriega, a la mujer Comunera, a la mujer de la Residenta y de la Reconstrucción Nacional... La remuneración del trabajo femenino es notablemente más baja que la del trabajo masculino. No representa, ni mucho menos "lo suficiente para asegurar un nivel de vida conveniente". Tampoco está protegida, especialmente la mujer casada. Ni siquiera está reglamentado el trabajo de las mujeres. El servicio doméstico, ejercido generalmente por mujeres, se rige por el anticuado régimen del Código Vélez Sarsfield. Igual que la locación de servicios... ".

Ignacio A. Pane en un lenguaje más bien simbólico intentó poner de resalto el papel y la condición de la mujer guaraní como cimientos de la nación paraguaya.

El criterio que se trasluce a través de dicho simbolismo es el referido a la postura que la mujer guaraní no es inferior a la mujer blanca o de otras razas. Por lo tanto, para el mencionado pensador no existían culturas superiores ni inferiores, sino que todas ellas eran valiosas en sí mismas. De esa manera, no sólo discrepaba con muchos pensadores de su época (primeras décadas del Siglo XXI), sino que se adelantó a no pocos pensadores de etapas históricas más recientes e inclusive a corrientes científicas que hasta poco continuaban imperando en las ciencias sociales.

La posición de Anselmo Jover Peralta, por su parte, se inscribe claramente en la línea del pensamiento y de la acción en el tiempo histórico que le tocó desenvolverse (años veinte, treinta y cuarenta) y ya empezó a desarrollarse, sobre todo en los ámbitos internacionales, y que posteriormente, a partir de los setenta, será retomado con fuerza, el feminismo. Sus consideraciones ponían de resalto las condiciones históricas de fuerte discriminación, jurídica y práctica, que experimentaba la mujer en una sociedad notoriamente machista como la paraguaya, en los distintos escenarios económicos, sociales y políticos.

Los puntos de vista y las voces más convincentes sobre la condición de la mujer vigente no sólo en el seno de la sociedad paraguaya, sino también en todas las sociedades del mundo, provinieron, por cierto, de dos notables pioneras del feminismo paraguayo y que, precisamente, les cupo desenvolverse en el período histórico objeto de análisis (fines del Siglo XIX y primera mitad del Siglo XX). Una de ellas, Serafina Dávalos, entre otros aspectos, ha señalado que:

"Dirigiendo la vista allende el Atlántico, consuela y alienta el espectáculo que ofrece la lejana Noruega con sus mujeres depositando el voto en los comicios... Para conseguir este gran ideal se debe difundir la enseñanza liberal en todas las esferas sociales; abrir escuelas primarias, y, después de las primarias, las profesionales en todos los rincones del país, destinadas a hombres y mujeres, adoptando el sistema  de coeducación en ellas; propiciar el ingreso de las mujeres idóneas en los consejos escolares, municipales; constituir asociaciones que... también tengan por objeto fines políticos; difundir por medio de conferencias, didácticas, periódicos y libros la educación cívica de la mujer, a fin de que se interese por la vida nacional en sus múltiples manifestaciones, entre las cuales figura, en primer término, la jurídica. Es imprescindible, por el progreso de la mujer y por la mayor perfección de la especie humana, conseguir en todos los países el ejercicio del derecho del voto activo y pasivo a favor de la mujer...".

Otra de las feministas de la época, Virginia Corvalán, coincide con su congénere y llama la atención sobre otras dimensiones del feminismo, al sostener que:

"La cultura de la mujer paraguaya,..., a medias se va elevando y el concepto de su personalidad y de sus derechos igualitarios toma cuerpo y vigor y no pasará mucho tiempo sin que como un esfuerzo propio, y bien merecido, como una cuestión de urgente e imprescindible solución el mejoramiento de sus condiciones sociales y jurídicas. Desde luego, por ahora (mitad de la década del veinte), dentro de la vida profesional se ha abierto el camino y nadie osaría estorbarla. Ella puede y ha llegado a ser abogada, médica, profesora, contadora, periodista, etc., tomando posesión en la administración nacional de muchos cargos importantes; dirección de escuelas, magisterio, empleo en los Ministerios, etc.; en suma ha recorrido las escalas del profesionalismo y de la burocracia y no hay necesidad de mentar que es una heroína de la producción económica. ¿Qué pues le falta para coparticipar, en la política, de la alta dirección de la sociedad?. Descuajar de los cerebros torpes ciertos romanticismos de sabor añejo y reconocer la verdad sencilla que se desprende de los hechos".

Ambas intelectuales, conjuntamente con otras feministas, llegaron a integrar, a la altura de los años treinta, la denominada Unión Femenina del Paraguay. Serafina Dávalos, Doctora en Derecho, llegó a ser una "miembra" de la principal instancia del Poder judicial de la república, y su decidida postura por la reivindicación de los derechos ciudadanos de la mujer paraguaya, en parte, fue alimentada por la gran contradicción que en propia vida experimentó. Al respecto de esa experiencia personal se ha señalado: "Extraño país es éste en el que a un miembro del Superior Tribunal de Justicia se le niega la ciudadanía. Serafina Dávalos nunca pudo votar, a pesar de sus esfuerzos, pero poco después de recibirse de abogada integró la más alta instancia judicial del Paraguay. Con certeza era lo que hoy denominamos miembro de la Corte Suprema de Justicia en 1910, cuando asistió como delegada oficial del Paraguay al Congreso Internacional Femenino de la República Argentina".

Virginia Corvalán también fue Doctora en Leyes. Su tendencia política e ideológica socialista la posicionó en una perspectiva más abarcarte, y de la misma formuló un pensamiento más pleno en la perspectiva del feminismo. Inclusive, en gran medida, sus planteamientos continúan teniendo validez a casi un siglo después. Nos referimos específicamente a la muy escasa participación de la mujer paraguaya en la alta dirección política de la sociedad. Es una antigua deuda histórica que aún no ha sido saldada.

 

PROCESOS SOCIALES

 

Hacia el inicio del Siglo XIX, los intelectuales y pensadores comenzaron a prestar atención a las causas y consecuencias de los procesos y, sobre todo, los problemas sociales que enfrentaba el país. Las más importantes contribuciones versaron sobre los procesos históricos y sociales de mayor impacto.

 

LA CUESTIÓN SOCIAL Y LA FORMACIÓN HISTÓRICA DE LA NACIÓN PARAGUAYA

Tal como se puso de manifiesto en puntos precedentes, la identificación de los temas y los enfoques asumidos han dependido, en medida importante, de la posición teórica e ideológica adoptada por el pensador. En ese sentido, Rafael Barret, desde una posición socialista, en parte inspirada en el anarquismo, ha concebido la problemática social nacional en estos términos:

"No veo sino de un modo de que no hubiese cuestión social en el Paraguay, y es que la sociedad paraguaya fuese perfecta. ... ¿Se puede negar el estado miserable de la población?... Recientemente un adversario me atribuyó el aserto de que el Paraguay es el pueblo más hambriento de la tierra. Yo no he aludido al hambre sino en la alimentación deficiente, lo que es muy distinto. La alimentación tiene que servir para algo más que matar el hambre. El campesino paraguayo se nutre de maíz, mandioca, un poco de sebo, carne vieja y unas cuantas naranjas. Lo que contribuye a mantenerlo en su abatimiento semi-patológico, no es precisamente la escasez, sino la odiosa uniformidad de la comida. ... Es inevitable la cuestión social donde rige el principio de la propiedad privada. Admitimos que el Paraguay no padece hoy los excesos del capitalismo. Mañana los padecerá, traído forzosamente por lo que llamamos democracia, civilización, progreso. El planteo de la cuestión social sería tanto más ventajoso cuanto que siempre es más fácil prevenir que curar. ... A las costureras de blanco se les paga en la Asunción tres pesos de papel por una docena de camisas... El comerciante lucra el 500 o 600 por ciento. Harto estoy de escandalizarme del sueldo de los peones de estancia, condenados a ruda faena del rodeo y del lazo... Y los obrajes, los quebrachales y los yerbales ... He denunciado al público, en 1908, que 15.000 paraguayos son esclavizados, saqueados, torturados y asesinados en los yerbales del Paraguay, de la Argentina y del Brasil".

Si bien el lenguaje en el que el citado autor se expresó fue el de la denuncia y la polémica, las dimensiones de lo que él denominaba la cuestión social han sido manifestaciones indudables de problemas histórico-estructurales. En esa época histórica (primera década del siglo pasado), el campesinado no experimentaba limitaciones extremas en su alimentación, pero sí deficiencias en sus pautas alimenticias que se irán proyectando a través del tiempo. Las restricciones en las condiciones laborales de los estratos asalariados, en lo referente no sólo al reducido monto de sus salarios, sino también a las relaciones semi-serviles en las que eran sometidos por los empleadores y patrones, fueron igualmente verificándose en el transcurso posterior del tiempo.

Otro socialista, uno de los más destacados pensadores paraguayos marxistas, Oscar Creydt, también reflexionó sobre la cuestión social, pero en términos más inclusivos, prestando preferente atención a las principales causas de la misma, desde una perspectiva analítica integral, partiendo del criterio de la formación histórica de la nación paraguaya. He aquí algunos de sus planteamientos centrales:

"La nación paraguaya se ha formado por un camino particular, en lucha permanente contra múltiples y enormes dificultades. Este proceso culminó a mediados del siglo pasado, pero fue reabierto por la guerra de 1864 a 1870 y por la consiguiente recolonización del país ... No ha sido un rápido proceso en línea recta. Por el contrario, ha sido una larga sucesión de avances y retrocesos, seguidos de nuevos impulsos hacia delante. ... La formación de la nación paraguaya... ha sido una lucha encarnizada del Paraguay por sacudir el yugo del sistema colonial español. Puede considerarse que la formación de la nación paraguaya ha recorrido cuatro etapas principales:

I.- La etapa de gestación gradual de la nacionalidad en lucha con la dominación colonial de España (1575 a 1811),

II.- La época de la primera revolución nacional (1811 a 1870), el que abarca dos períodos: el de la conquista del poder por la naciente burguesía nacional y el de la consolidación del Estado nacional por medio de un cambio de la estructura económico-social,

III.- La etapa de la recolonización y desnacionalización del Paraguay sobre la base de la dominación del imperialismo (desde el fin de la guerra nacional en 1870); y

IV.- La época de la moderna revolución de liberación nacional, que abarca tres períodos desde el fin de la guerra del Chaco en 1935 hasta hoy. ... El hecho de que las principales etapas de la formación de la nación paraguaya corresponden -en cierta medida- a determinadas épocas de la historia mundial, basta para deshacer la propaganda chauvinista y fascista de que el Paraguay se ha formado solo, como una planta en su maceta, aislado de los grandes movimientos progresistas de la humanidad".

Como se adelantó, la prioridad de Creydt estuvo no sólo en analizar las manifestaciones de la exclusión social experimentada por las clases subalternas, sino también en abordar la construcción y re-construcción histórica de las principales estructuras de la sociedad paraguaya, contexto del cual surgieron las causas de la cuestión social, concebida en términos más abarcantes y complejos, reiteramos. Especial énfasis puso en las ideas y prácticas promovidas por las clases sociales destinadas a imponer dichas causas, por parte de las clases dominantes, o superarlas, por parte de las clases dominadas. En cada una de las etapas históricas señaladas uno de los ejes de su análisis radica en esta disputa o lucha entre sectores de clases sociales. Tal como hemos venido indicando, en esta oportunidad asimismo resulta pertinente puntualizar que, más de la posición analítica asumida por Creydt, no puede desconocer que, por más de que se podría discrepar acerca de determinados puntos de vista, ha señalado aspectos de la problemática social y política paraguaya que continúan teniendo vigencia hasta la actualidad, como el referido a las incidencias históricas sobre la realidad nacional de factores internacionales, coincidiendo con otros autores no marxistas, como veremos posteriormente.

 

LA TIERRA Y LA CUESTIÓN AGRARIA

Paraguay ha sido, y sigue siendo, uno de los países latinoamericanos de mayor predominio de la estructura agraria en el conjunto de la sociedad. Considerando este antecedente, no fue casual que entorno al uso y apropiación de la tierra se hayan generado gran parte de los problemas y conflictos, sociales y políticos, más importantes de su historia. Un clásico en el análisis y la interpretación de dichos problemas fue Carlos Pastore. Entre sus aportes, cabe consignar la siguiente cita de su obra "La lucha por la tierra en el Paraguay":

"Una gran parte de las tierras públicas serían vendidas en perjuicio de los pobladores de las mismas, agricultores, pequeños y medianos productores de ganados, e industriales yerbateros y forestales, todos o casi todos de nacionalidad paraguaya. Y los compradores no serían agricultores o pioneros que venían al Paraguay con el propósito de afincarse definitivamente en su territorio. Eran representantes del imperialismo capitalista, o simples especuladores en tierras, atraídos por los bajos precios de las tierras del Paraguay, en relación con las de otros países. ... Los efectos de la venta de las tierras públicas pronto se hicieron sentir entre los campesinos. Numerosos arrendatarios y miles de simples pobladores quedaron, de la noche a la mañana, sin tierra y sin la posibilidad de adquirirlas".

Pastore analizó el proceso de venta de las tierras, iniciado pocos años después de la terminación de la guerra de la Triple Alianza. Lo hizo recurriendo a datos e informaciones históricos sumamente apropiados. De ahí que sus caracterizaciones e interpretaciones caben ser calificadas como aportes valiosos no sólo para el examen de la cuestión agraria, sino inclusive para el análisis científico del conjunto de la historia social paraguaya. Políticamente se alineó en filas del liberalismo, pero en una de las corrientes progresistas, lo que le posibilitó apelar a un pensamiento crítico y, hasta cierto punto, coincidente con algunas de los planteamientos formulados inclusive por analista socialista y marxistas, como por ejemplo en relativo a la intervención de los agentes del imperialismo capitalista.

La mencionada posición analítica, a su vez, posibilitó que la mirada sobre las consecuencias del proceso de concentración de la tierra también estuviera puesta en las verificadas en el campo político:

"Esas poblaciones, además, tenían excepcional importancia política, toda vez que los nuevos dueños de las tierras podrían ejercer sobre los pobladores una presión, muchas veces, irresistible, en los días pre-electorales. ... Esos hechos también tuvieron el efecto de provocar la división de la clase superior de la población. Una nueva fuerza, el imperialismo capitalista, al intervenir en la vida económica del Paraguay, desplazó en cierta medida a una parte de la clase superior de la población en los beneficios de la liquidación del patrimonio territorial del Estado y de las fuentes de materia prima, que constituían la principal riqueza de la república ... La venta de tierras y yerbales públicos apresuró la transformación de los centros políticos locales de Asunción en partidos políticos de amplitud nacional. Antes de dos años, las condiciones económicas y sociales creadas por las leyes citadas harían aparecer, en el escenario de la vida política paraguaya, a los dos grandes partidos políticos que hasta hoy controlan la voluntad de la nación. Nos referimos a los Partidos Liberal y Nacional Republicano".

Aunque cabe suponer que habrán existido otros factores condicionantes, llama la atención la referencia que el autor formula acerca de la incidencia de las condiciones socio-económicas y políticas generadas por las ventas de las tierras públicas específicamente en la formación de los dos partidos tradicionales. De todas formas, deviene apropiado considerar que aquel proceso socio-político e histórico conmocionó todo el escenario nacional y, por lo tanto, también habría incentivado, entre otros elementos, la conformación histórica de las nombradas organizaciones partidarias.

En suma, uno de los resultados estructurales de aquel proceso histórico estudiado por Pastore fue la alta concentración de la tierra, tal cual como se constata a través de los datos obtenidos hacia mediados de la década del veinte:

"Poco menos de medio siglo después de la sanción de las leyes de venta de tierras públicas (1883-1885), la propiedad territorial privada del Paraguay se encontraba dividida - excluidas las del Distrito de la Capital- en 38.348 fundos, de los cuales 3.378 (9 %) eran solares menores de una hectárea, ubicados en los ejidos de los pueblos. Las parcelas menores de 50 hectáreas de superficie tenían un total de 301.718 hectáreas; y 136 fundos de más de 50.000 hectáreas cubrían una superficie total de 15.348.008 hectáreas. Según los cálculos estimativos de entonces (1926), sólo el 5,8 por ciento de la población del Paraguay participaba de la propiedad territorial y cerca del 70 de los agricultores (campesinos) ocupaban y laboraban tierras ajenas ".

Esta desigualdad en el acceso a la tierra rural se proyectará a través del transcurso de los años y se mantendrá hasta la actualidad. Como se adelantó, ella será una de las principales causas de la exclusión y de la pobreza campesina e indígena, y de uno de los más graves conflictos sociales y políticos del Paraguay.

 

EL MOVIMIENTO OBRERO

Paraguay, como se mencionó, ha sido un país predominantemente agrario y rural, y que, hasta el presente, ha experimentado un escaso proceso de industrialización. No obstante, dicho antecedente histórico no impidió que hacia fines del Siglo XIX se crearan los primeros sindicatos, sentándose las bases para el surgimiento del movimiento obrero, que, a pesar de sus limitaciones, se va constituir en un activo social, durante toda la primera mitad de pasada centuria.

Uno de los más renombrados dirigentes sindicales de aquel período, Francisco Gaona, ha elaborado en el exilio (Argentina), desde la década del cuarenta, un estudio sobre la historia gremial y social del Paraguay, cuya concepción y fundamentación las justificó en estos términos:

"Esta incursión hemos hecho deliberadamente en base a consideraciones muy especiales: Necesidad de impulsar la conciencia revisionista de nuestra historia, tratando de superar el complejo de inferioridad, de aislamiento y de derrota imperante sobre el alma nacional, y concebir el proceso de nuestra formación histórica a la luz del papel creador del pueblo trabajador. ... Es la exigencia imperiosa de despertar de la nueva conciencia nacional. Ha llegado la hora de terminar con la historia épica y de efemérides. Queremos o intentaremos, por lo menos, ser consecuente con el criterio científico que sustentamos".

Así como el estudio de Pastore es un aporte sistemático acerca de historia agraria y al mismo tiempo social de nuestro país, esta obra de Gaona también es una importante contribución para la historia del sindicalismo obrero y del conjunto de la historia social y política de la sociedad nacional. Muy sintéticamente, cabe consignar que la formación y el desarrollo del movimiento obrero paraguayo fueron analizados, por el mencionado autor, distinguiendo tres etapas históricas:

PRIMERA ETAPA: Comprende desde la formación de las asociaciones mutualista en la década de 1880 hasta la conformación de la primera central obrera: La Federación Obrera Regional Paraguaya en 1906. Los principales objetivos del movimiento obrero fueron: la defensa del salario; la instrucción primaria; y la vinculación con el mundo exterior, especialmente con las organizaciones sindicales obreras de otros países.

SEGUNDA ETAPA: Se inició hacia 1908 y se prolongó hasta la guerra del Chaco (1932-1935). En esta fase las tendencias predominantes han sido: la estabilización de las organizaciones sindicales, no obstante la gran inestabilidad política reinante; las huelgas en los sectores del transporte, la industria taninera y la industria azucarera; la formación del Partido Socialista y constitución de la sección paraguaya de la Internacional Comunista; la extensión del sindicalismo a las principales regiones del país; y la lucha ideológica interna, entre anarquistas y socialistas.

TERCERA ETAPA: Que arrancó desde febrero de 1936 Y se extendió hasta los primeros años de años de instalación de la dictadura stronista (1954). En este período el movimiento obrero se caracterizó por su sentido integrador, abocado no solo a la solución de los problemas específicos, sino también a las cuestiones económicas, sociales y políticas nacionales.

En suma, el trabajo analítico de Gaona también contiene datos, cuantitativos y cualitativos (documentos históricos), valiosos. Por lo tanto, junto a las líneas interpretativas formuladas por el autor, quien, por cierto, ideológicamente se ha posicionado en una de las perspectivas del socialismo, estamos ante una obra que desde la visión científica crítica es pertinente.

 

EL PROCESO URBANO

Uno de los pocos pensadores que abordó el estudio del proceso histórico urbano fue Fulgencio R. Moreno, centrado en el caso de Asunción. Su análisis arranca con la historia de la ciudad colonial. Ahora bien, con el fin de intentar identificar los principales alcances del estudio, nos limitaremos a la reconstrucción de algunos trazos clave de la historia la capital durante las primeras décadas posteriores a la Independencia Nacional.

Con relación a la Asunción en el 1812, el autor plantea que:

"Al surgir a la vida independiente, la capital del Paraguay no había dejado de ser el modesto caserío de los últimos tiempos coloniales: hacinamiento irregular de pobres viviendas, que se iba clareando entre zanjas casi intransitables, a medida que se alejaba de su núcleo inicial. La vida activa de la ciudad, el centro de los negocios, del gobierno y del culto, continuaban circunscriptos al terreno adyacente a las barrancas del río. Allí estaban la Casa de gobierno, el Cabildo, el Obispado, la Catedral, las tiendas más importantes y, rodeado de una bulliciosa ranchería, el prestigioso convento de Santo Domingo ... La mayoría de las casas poseían sus patios arbolados, sus huertos y su pequeño naranjal, pero, las habitaciones, mal repartidas, eran estrechas y exentas de toda comodidad ... Las clases superiores ... no consideró el radio urbano como un asiento definitivo, ni como su asiento principal. Su morada predilecta estaba en los alrededores, en las afueras de la capital, donde cada familia tenía su quinta y su chacra, parte de su ganado, su servidumbre y sus esclavos".

Con referencia a la época de la dictadura, recuerda que el Dr. Francia (1814-1840):

"Resolvió abatir aquella edificación subversiva. ... Trazó un nuevo plano de la ciudad, delineando sus calles longitudinalmente del noreste al sureste, y ordenó que a su ideal paralelismo se ajustaran las fachadas de las casas. Pero como la demolición de unas dejaba a otras con los cimientos al aire, en las grandes sinuosidades del terreno, resultó que muy pronto las lluvias torrenciales completaron la obra de la piqueta dictatorial".

Y, finalmente, en lo relativo a período del gobierno de Carlos A. López (1841-1862), Moreno pone de manifiesto que:

"Las obras comenzaron con la nivelación y el empedrado de las calles -que precisaban más pronto reparo", tarea preliminar que se realizaba por vez primera en Asunción... Poco tiempo después se levantaba, al norte de la ciudad, dos grandes murallones de cal y piedra, que son los que todavía sostienen los terrenos adyacentes al edificio del Congreso Nacional y se encuentran tan firmes y sólidos como entonces. Otra obra municipal de importancia fue la creación de un cementerio general, en la Recoleta ... Simultáneamente, se procedió al derrumbe de la iglesia de la Catedral, ... y se comenzó su reedificación ... A esta misma época corresponde la construcción del primer edificio especialmente destinado al Congreso Nacional ... El gobierno dio el ejemplo con la construcción y terminación de varios edificios públicos, entre ellos, la casa de Gobierno y la Catedral, ... ; señalándose (asimismo) la aparición de algunas casas con dos pisos. La estación del ferrocarril, construido entonces, es todavía uno de los edificios más amplios y bellos de la capital paraguaya... A la par de esos hechos, cabe señalar el desarrollo que alcanzó la instrucción pública en la Capital de la República y en todo el país. ... En 1862, cuando D. Carlos A. López bajó a la tumba, había en el país 435 escuelas públicas con 24.524 alumnos, número muy superior entonces al de otros Estados americanos, y al que no volvió a aproximarse el Paraguay sino 25 años después".

Estos antecedentes reconstruidos por Fulgencio R. Moreno son significativos no sólo para la comprensión de la historia de la capital, sino también de la historia de todo el sector urbano del país. En ese sentido, cabe puntualizar la escasa y desorganizada envergadura de la estructura urbanística de Asunción al inicio de la vida independiente de la nación, en una sociedad agraria. Asimismo, aunque el autor le atribuye un objetivo de preferente control dictatorial, no puede desconocerse que el nuevo trazado de las calles realizado por el gobierno de Francia sentó las bases para la construcción posterior de la ciudad moderna. Precisamente, el centro histórico de Asunción, a partir de aquel trazado urbanístico, comenzó a edificarse durante el gobierno de Carlos A. López, a través de la construcción no solo de obras de infraestructura viales y de contención de la circulación del agua del río y de sus afluentes, sino también de emblemáticos edificios públicos y particulares existentes hasta hoy día. Estos rasgos históricos estructurales continuarán manteniéndose, prácticamente, durante toda la primera mitad del Siglo XX. Asunción, en el transcurso de esta larga fase histórica y en una sociedad predominantemente agraria, seguirá siendo el principal centro urbano del país. Según el primer Censo de Población y Vivienda levantado en el país, en 1950, mientras la capital tenía una población de 200 mil habitantes, ninguna de las ciudades restantes superaban los 20.000 habitantes. La población urbana recién comenzará a superar a la rural en década del ochenta, con lo cual se confirma que el Paraguay es uno de los últimos países en urbanizarse intensivamente en América Latina.

 

 

 

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Fuente:

HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO

Obra de JOSÉ MANUEL SILVERO, LUIS GALEANO y DOMINGO RIVAROLA

COLECCIÓN

LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 18

Editorial El Lector

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de portada: Celeste Prieto

Diseño Gráfico: César Peralta G.

Corrección: Nidia Campos

Portada: Alumnos del Colegio Nacional de la Capital a inicios del siglo XX. Álbum Gráfico del Paraguay

Fotografías del Álbum Gráfico del Paraguay

Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98

ISBN: 978-99953-1-089-9

El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966

El Lector II: San Martín c/ Austria.

Tel. 610 639 - 614 258/9

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Esta edición consta de 15 mil ejemplares

Asunción – Paraguay (149 páginas)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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