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RAMÓN CAJIGAL

  ARSENIO ERICO (Por RAMÓN CAJIGAL)


ARSENIO ERICO (Por RAMÓN CAJIGAL)

ARSENIO ERICO

Por RAMÓN CAJIGAL

Galería de Paraguayos Ilustres Nº 14

Editorial Don Bosco

Asunción – Paraguay (15 páginas)

 

 

ARSENIO ERICO

 

 

CABALLERO SIN TACHA DEL FÚTBOL

 

Hay dos razones de peso para que Arsenio Erico figure en esta colección de "paraguayos ilustres": una, la de haber sido el deportista paraguayo más extraordinario y de mayor fama hasta el momento; la otra y muy importante, la de que Erico fue una figura sin tacha en su larga trayectoria deportiva. Siempre hizo alarde de un valor físico y moral a ultranza cuando los rivales lo atacaban alevosamente en los campos de juego para amenguar su portentosa habilidad. Nunca les tuvo miedo ni dejó de arriesgarse jugando en pos del triunfo; pero tampoco jamás respondió a los golpes ni a los insultos con que alguna vez los rivales buscaban sacarle de quicio. La conducta de Arsenio Erico dentro y fuera de los campos de juego fue siempre ejemplar, tanto como brillante su juego.

 

 LOS GRANDES DEL ESFÉRICO

 

En lo estrictamente técnico, el autor de estas líneas ha visto fútbol durante 35 años y nunca conoció algo parecido al jugador paraguayo en materia de habilidad.

Luego de ser periodista deportivo     Buenos Aires  durante años   y haber visto jugar a las grandes figuras de Europa y América desde 1935 hasta hoy, puesto a sacudir el "cedazo", no quedan en él sino las siguientes figuras de expresión;

 

Drake, Tom Lawtom, Brinn Jones, Stanley Mattews y Boby Charlton por Inglaterra.

Beckenbauer por Alemania.

Locatelli, Ferrari, Piola y el "Bambino" Rivera por Italia.

Willimonsky por Polonia.

Sekuralac por Yugoseslavia.

Yashin por Rusia.

Masopust por Checoeslovaquia.

Eusebio y Germano por Portugal.

Kopa, fontaine y Piantoní por Francia.

Sas, Bozsik, Thot, Sandor Kocsis, Hidejkuti, Ferenc Puskas, Czibor, Budai, Albert y Ladislao Kubala en el prodigioso fútbol húngaro.

Zamora, Luis Regueiro, Panizo. Zarra,  Samitier, Gainza, Gento, Del Sol,  Pereda y Luis Suárez en el español.

Lolo Fernández y Valeriano López en el peruano.

Toro y Livingston en el chileno.

Abadie Nasazzi, Schiaffino, Scarone, Severiano Varela, Corazzo, Porta, Washington Gómez, Walter Gómez, Obdulio Varela,  Gighia y Besuzzo en el aguerrido fútbol uruguayo.

Leonidas, Waldemar, Petronilo, Domingos da Guía, Brandao, Tunga, Alfonsinho, Tesourinho, Zizinho, tim, Patesko, Jurandyr, Jair, Ademir, Amarildo, Heleno, Milton santos, Djalma Santos, Garrincha, Didí, Vavá, coutinho, Zagalo, Pepe, Moacyr, Velentim, Tostao, Gerson, y Pelé en el gran fútbol brasileño.

Ochoa, Seoane, Nolo Ferreira, Zozaya, Scopelli, Gabino Sosa, Cherro, De la Mata, Sastre, Enrique García, Lazzati, Minella, Peucelle, Rodolfi, Moreno, Pedernera, Labruna, Loustau, Muñoz, Pontoni, Rial, Martino, Cozzi, Mendez, Infante, Bravo, Grillo, Ross y Distéfano entre los grandes jugadores argentinos.

Y Erico, Eulogio Martínez y Delfín Benítez Cáceres entre los mejores paraguayos.

 

De entre todos éstos, cabría una elección especializada: a Moreno Pelé por su inteligencia, vigor y completo dominio del juego; a Puskas por su certera brillantez goleadora, parecida a la de los anteriores; a Kopa por su exquisito tratamiento del balón y a Walter Gómez por su habilidad y coraje; pero hay algo en el que nadie igualó a Arsenio Erico, tan goleador como el que más en los años que jugó plenamente: como malabarista habilidisimo pare driblear lo mismo en el aire que a ras del suelo y como saltarín de increíble agilidad que llegaba con su cabeza más alto que las manos de cualquier portero. Y aún puede argüirse algo más que eso. Quizás lo más importante. Si hubo un genio en el ajedrez como Capablanca, en el basquet como Tatum,  en el rugby como Michel Pomathios, en el "jai alai" como "Chiquito" de Eibar o en el polo como Andrada, el autor de estas líneas piensa que en el fútbol, y de acuerdo a lo que vio el genio fue Arsenio Erico, y en un grado mucho mayor al que necesitaban Tatum, Pomathios o Andrada para destacarse en sus deportes, pues las décadas del 30 y del 40 constituyeron, sin ninguna duda, la época de oro del fútbol (cuando menos el profesional) en la República Argentina.

 

 

"EL CRACK DE SALESIANITO"

 

Arsenio Erico nació en Asunción el 30 de marzo de 1915. Fue el segundo hijo de don Guillermo Erico y doña Margarita Martínez. Su hermano mayor, Armando, y el menor, Adolfo, también fueron jugadores de fútbol, destacándose bastante el último en el fútbol uruguayo, en el cual defendió sucesivamente los colores de Nacional, Peñarol y Sudamérica de Montevideo.

Arsenio Erico empezó a practicar fútbol regularmente en la cancha de Salesianito, hasta que a los once años, comenzó también a jugar en la cuarta división de Nacional de Asunción, alternando sus actuaciones en este club y en el Salesianito.

A los 15 años Erico ya fue ascendido a la primera división de Nacional, en la que jugó un par de años, hasta la iniciación de la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia.

Fue entonces que Arsenio, junto con otros futbolistas, pasó a integrar el equipo paraguayo que salió de gira con el fin de recaudar fondos para la Cruz Roja.

Con este team llegó Erico a la Argentina y llamó la atención de los siempre sagaces (al menos por entonces) directivos del Club Atlético Independiente de Avellaneda, ciudad industrial aledaña a Buenos Aires.

Al terminar la guerra del Chaco, en 1935, Arsenio Erico fue contratado por Independiente y debutó en Buenos Aires contra Chacarita Juniors anotando dos goles. Aún no había cumplido los veinte años de edad.

 

 

"UN PAR DE AÑOS DIFÍCILES"

 

Desde los primeros momentos, los hinchas de Independiente vieron en Erico al sucesor de Ravaschino en el puesto de centrodelantero: el gran eje de la famosa línea roja formada por Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi. Desde que se había deshecho esa línea el club de Avellaneda, el popular "team" de los "diablos rojos" (por el color de su casaca) no había vuelto a ganar un campeonato.

El profesionalismo habíase constituido en Buenos Aires el año 1931, y en él había sido campeón Boca Juniors; en 1932 River Plate (año de Bernabé Ferreira); en 1933 San Lorenzo de Almagro, y en 1934 nuevamente Boca Juniors.

En 1935, Independiente había formado un equipo con Fernando Bello, Fazio, y el vasco Fermín Lecea; De Jonge, Corazzo y Celestino Martínez; Porta, Antonio Sastre, Erico, Nattino y Zorrilla. Pero en ese "eleven" hubo problemas: Porta y Sastre no se entendían, y De Jonge y Corazzo ya eran demasiado veteranos. Además, Erico tuvo algunas lesiones, en especial la fractura de un brazo, que le impidieron jugar muchos partidos.

Boca Juniors había formado un gran equipo, en el cual era la estrella otro paraguayo, el famoso "machetero" Delfín Benítez Cáceres, y con él logró el club xeneixe clasificarse nuevamente campeón y obtener su undécima "estrella".

En el verano con que se inició el año 1936, Erico tuvo un pequeño anticipo de gloria, al adjudicarse con Independiente un corto campeonato nocturno. El club rojo había remozado el plantel, formándolo ahora con Cilenio Cuello (por lesión de Bello), Fazio y Lecea; Franzolino, Leguizamón y Catuegno; Nattino, Sastre, Erico, Beressi y Funes. Boca derrumbó sus ilusiones derrotándolo en la primera rueda por 2 a 0. Recién comenzó a armarse Independiente en la segunda, en la que se desquitó de Boca ganándole por tres a uno en una gran tarde de Erico, quien marcó uno de sus goles magníficos al gran arquero Elías Yustrich.

Ese año fue campeón River Plate, con José Manuel Moreno como estrella; seguido por San Lorenzo, en el cual era Diego García la principal figura.

 

 

"EL AÑO DE LOS RÉCORDS"

 

1937 fue el primer gran año de Erico, y en él marcó el récord del fútbol argentino con 47 goles en un campeonato de 30 partidos.

Al promediar la primera rueda, Independiente había logrado armar un buen cuadro con Bello, Lecea y Coletta; Franzolino, Leguizamón y Martínez; Villarino, De

la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla. En ese año el equipo rojo le ganó 8 a 0 a Talleres, en una tarde en la que Arsenio marcó cinco goles, y eso que en Talleres había una extrema defensa con gigantes como Spada, Salomón y Máspero.

Poco después Independiente venció a Quilmes por 7 a 1, y en ese partido Erico batió el récord de goles en un solo match, anotándose seis tantos.

Por aquel entonces, el diario "El Mundo" de Buenos Aires hacía los martes una nota especial al goleador máximo de cada fecha. La página se titulaba "Cómo anoté tantos goles a fulano. . ."

Erico la tituló "Cómo anoté seis goles a Quilmes y dictó: "Sastre me sirvió una pelota en bandeja, solito, y yo no tuve más que empujarla para que entrara. . ."

Así solía responder al periodismo; cuando en realidad habían sido 6 goles de antología. Uno con un "taquito"; otro con una "palomita"; otro con un salto acrobático para cabecear; el cuarto con un fuerte "shot" desde fuera del área, ejecutado de primera y de volea; el quinto con un tiro difícil como un corner corto, y el último, luego de "gambetear" hasta al propio arquero.

Pero 1937 aún volvió a ser año de River Plate, y el de la consagración de Adolfo Pedernera, quien entonces jugaba de extremo izquierda.

 

"EL CAMPEONATO"

 

En 1938 Independiente mantuvo la defensa; pero logró formar su gran línea de ataque con Maril, De la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla, en la que a veces alternaba Reuben como interior.

Ese fue el año del versito:

 

"Avanza Erico, movilizado,

por el apile del gran "Sastrín";

se corre hacia el arco, tira cruzado,

y el pobre arquero come aserrín. . ."

 

Los periodistas porteños comenzaron a decir que al que "la bordaba a ras del suelo", (Ravaschino), le había sucedido el que "la bordaba en el aire", (Erico), y a éste iban a verle jugar los hinchas de todos los equipos. Era el ídolo máximo y el de todos, algo así (en vida y el único caso) como lo había sido Gardel, después de muerto, en la canción.

En 1938 River Plate estrenó su gran estadio monumental de cemento jugando contra Independiente, y esa tarde los rojos ganaron 4 a 2, anotando Arsenio un par de goles.

Erico ya comenzaba a ser leyenda y todos los porteños hablaban de sus goles de "palomita" o de "taquito". Fue por entonces que comenzaron a llamarle "Trampolín Invisible", por sus fabulosos saltos.

Los rivales le marcaban más de cerca y muchas veces le golpeaban, de modo que Erico llegó a la 29º fecha con 41 goles y al frente de la tabla de romperedes; pero luego de haber "servido" muchos tantos en bandeja a sus compañeros.

Fue entonces que los cigarrillos 43 ofrecieron un premio al goleador que terminara el año con 43 goles, ni uno más ni uno menos.

Independiente jugaba la última fecha contra Lanús y con sólo empatar ya era campeón. Erico hizo sus dos goles apenas empezó el partido y luego no tiró un solo remate más en todo el match, para quedar en los 43 goles del premio; pero sirvió seis más a sus compañeros, e Independiente clasificóse campeón ganando por 8 a 1.

 

 

"EL SEGUNDO TÍTULO"

 

En ese año 1938, Erico fue seleccionado para integrar la representación argentina al mundial; pero él no se ciudadanizó argentino, y luego el país hermano no fue al magno evento de París por problemas de dinero.

Aquella selección fue fabulosa en las prácticas y vale la pena mencionarla, pues fue muy superior a los equipos italianos que ganaron los mundiales de 1934 y 1938, a los brasileños y uruguayos, a quienes superaba fácilmente en los matches por las copas Roca, Lipton y Newton, y a la selección española de aquellos años que, al decir de Renato Cesarini, fue el equipo nacional europeo de más calidad en el último mundial de pre guerra en que jugó, el de 1934.

Aquel seleccionado argentino había sido integrado con Estrada, Montañez y Cuello; Sastre, Rodolfi y Wergifker; Peucelle, De la Mata, Erico, Moreno y Enrique García. Como suplentes fueron designados: Bello, Vassini y Coletta; Alfredo Díaz, Lazzatti y Celestino Martínez; Maril, Varallo, Masantonio, Diego García y Pedernera.

En 1939, Independiente armó su equipo más poderoso al adquirir a Battagliero, jugador de Atlanta, y formar definitivamente con Bello, Lecea y Coletta; Celestino Martínez, Leguizamón y Battagliero; Maril, De la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla.

Apenas comenzado el torneo le ganó 8 a 1 a Estudiantes, que tenía un respetable equipo, en partido en el cual Erico brilló con su juego espectacular y anotó tres goles.

En mayo de 1939, cuando ya Independiente iba primero en el campeonato, San Lorenzo compró a cinco jugadores españoles: Isidro Lángara, José Iraragorri, Ángel Zubieta, Emilín y Fernando García; River Plate a cuatro: Gregorio Blasco, Pedro Aresco, Serafín Aedo y Leonardo Cilaurren, y Velez Sársfield a uno, el catalán Munlloc.

Estos diez jugadores revolucionaron el fútbol porteño e impusieron la marcación hombre a hombre, sobre todo luego de que Lángara tuvo la fortuna de debutar haciéndole cuatro goles a Besuzzo, gran arquero uruguayo a la sazón en River Plate.

Pero Independiente dominó lo mismo el torneo, derrotó dos veces al San Lorenzo de Lángara por 3 a 0 y 5 a 1 y se clasificó campeón por segundo año consecutivo.

Erico fue goleador máximo por tercer año seguido, con 40 tantos.

Por aquel tiempo llegó a Buenos Aires un combinado carioca que se llamaba "Fla - Flu", por estar formado por players de Flamengo y Fluminense, y para enfrentarlo se formó un combinado argentino formado por jugadores de Independiente y River Plate en el cual se alistó Erico. El paraguayo jugó uno de los grandes partidos de su vida y su equipo ganó en una gran exhibición. (A ese match pertenece la foto aparecida en ABC color del 16 de octubre de 1970, en la que se ve a Arsenio saltando con el pie en alto entre Domingos Da Guía, que cabecea, y el zaguero carioca Florindo, y en ella puede verse a Arsenio con casaca mitad de Independiente y mitad de River).

 

 

"EL AÑO MÁXIMO DE ERICO"

 

El año 1940, Independiente comenzó jugando mejor que nunca y Erico también. Boca Juniors llevaba cuatro años sin salir campeón y había armado un gran cuadro para serlo, comprando Ibánez a Platense, Viana al Uruguay, y Sarlanga, Sandulla y Emeal a Ferrocarril Oeste, además del húngaro Sas y otros valores.

Cuando Independiente y Boca se toparon en la primera rueda y yendo los dos al frente, el "team" de Erico ganó por 7 a 1 con fabulosa actuación del paraguayo, que anotó un par de goles magistrales. Quizás haya sido el mejor partido de su vida, tanto para Erico como para Independiente de Avellaneda.

Luego de esto organizóse con fines benéficos un match entre el seleccionado argentino y un team formado por los mejores jugadores extranjeros alineados en el fútbol bonaerense. En el equipo "extranjero" se alistó Erico; pero como interior derecho, pues tuvo la gentileza de ceder el puesto de centrodelantero al español Lángara, su mayor competidor en el fervor aficionado.

Ese match lo ganó la selección argentina por 7 a 5, pues excepto Erico, Lángara y Jurandyr, el resto del equipo rival estaba muy por debajo en calidad. Así y todo Erico se cansó de hacer goles y "servírselos" a Lángara, en la mismísima boca del arco rival.

También hubo partidos entre "Porteños" y "Chacareros", y entre "Capital" y "Provincia"; luciéndose siempre en ellos Arsenio al integrar los equipos "Porteños" y de "Provincia" contra "Chacareros" y "Capital".

Faltando dos fechas para terminar el campeonato iban Boca e Independiente en la punta y debían jugar en la cancha del primero. Erico apenas había con vertido 30 goles, pues cada vez lo marcaban y golpeaban más. Ello no obstante, su juego no amenguaba y dirigía con más arte que nunca la delantera roja, en la que ahora todos marcaban goles.

En el partido con Boca, Erico e Independiente jugaron un primer tiempo maravilloso, dominando por completo el campo; pero esos cuarenta y cinco minutos iníciales terminaron 2 a 2, pues Boca marcó en dos veloces contraataques, que mostraron cierta fatiga en la veterana extrema defensa roja. El segundo gol de Independiente fue uno de los mejores que hizo Erico en su vida, cabeceando en "palomita" un centro rasante y a media altura de Maril, ante el cual, el gran guardavalla Juan Estrada nada pudo hacer por evitarlo.

En el segundo tiempo, empero, la defensa de los rojos se derrumbó y Boca marcó tres tantos más, ganando por 5 a 2 y asegurándose el campeonato entre la euforia de su numerosa hinchada.

Ese año 1940, igualaron el primer puesto de la tabla de goleadores, con 40 goles cada uno, el español Isidro Lángara, de San Lorenzo, y el paraguayo Delfín Benítez Cáceres, que ahora jugaba en el Rácing Club de Avellaneda, el clásico rival de Independiente. Tercero en la tabla de goleadores fue Erico con 36 goles.

 

 

"FIN DEL GRAN INDEPENDIENTE"

 

En 1941 Independiente comenzó jugando bien, como en el año anterior; pero San Lorenzo de Almagro formó un nuevo equipo que, luego de perder los dos partidos iníciales, ganó 12 fechas seguidas y causó sensación. Ese team formaba con Heredia, González e Ignacio Díaz; Zubieta, Greco y Arnaldo; Lara, Borgnia, Lángara, Martino y Nicolau; hacía marcación estricta hombre a hombre y en la 9º fecha derrotó a Independiente en Avellaneda, pese a jugar los rojos mucho mejor.

Siguió jugando bien Independiente, persiguiendo tenazmente a San Lorenzo en la tabla junto con Boca Juniors y River Plate.

Cuando volvieron a enfrentarse en Boedo, ya en la segunda rueda, San Lorenzo y los rojos, éstos dominaron el campo durante 80 o quizás 85 minutos de los 90; pero una escapada de Nicolau dio la victoria al equipo de Lángara por uno a cero.

Esta derrota pareció marcar el fin de aquel Independiente que había llenado una época. Sastre, Zorrilla, Martínez y Lecea ya estaban viejos y no podían adaptarse al nuevo ritmo y marcación; pero Erico habría de seguir un par de años más sin declinar individualmente en su técnica y agilidad.

En aquella segunda rueda de 1941 apareció la "máquina" riverplatense, sucesora en el gran fútbol, del independiente de Erico, y River ganó el campeonato de ese año y el de 1942.

En 1943 fue campeón Boca, y Erico empezó a perder agilidad, mientras su cuadro se desintegraba. El, en base a calidad, tuvo siempre su puesto indiscutible en Independiente hasta el año 1946. En 1947 pasó a Huracán, donde jugó algunos partidos sin pena ni gloria, hasta que en 1949 regresó al Paraguay, contratado por Nacional como jugador y técnico.

Erico había venido en 1941 a la Asunción con Independiente y había jugado tres partidos. Independiente 4 - Olimpia 2, sin goles de Arsenio. Nacional 4 - Independiente 3, sin goles de Erico tampoco esa tarde. En el tercer match Independiente ganó por 7 a 3 a Nacional y Erico marcó cuatro goles en otra de sus grandes tardes.

 

 

"EL OCASO FUTBOLÍSTICO"

 

Erico terminó su carrera deportiva en Nacional, en algunos partidos en los que demostró su gran clase, dedicándose luego exclusivamente a la dirección técnica.

De Nacional pasó a Sol de América, donde permaneció como técnico hasta 1957, año en que retornó a Buenos Aires. Allá dirigió al club Flandria, que jugaba por el ascenso, y ese fue su último contacto con el fútbol.

En 1960, Arsenio Erico se casó con doña Aurelia Blanco, dama argentina, y actualmente vive en Buenos Aires, donde trabaja con su amigo, el industrial paraguayo Carlos Barciella.

Por lo menos una vez al año, Arsenio viene de visita a su patria, en la que departe unos días con los amigos.

 

 

“EPÍLOGO DE GLORIA"

 

En la noche del 22 de octubre de 1970, se realizó en el estadio de la Liga Paraguaya de Fútbol un grandioso homenajea Arsenio Erico, que culminó con un partido entre las selecciones de Paraguay y Argentina. Pero lo impresionante del homenaje fue el marco que le prestó el público, y aún la gente que no pudo entrar en la cancha o no pudo acercarse a Sajonia, porque las avenidas Colón y Carlos Antonio López estaban abarrotadas de automóviles.

El pueblo paraguayo reconocía la gloria de su caballero, sin tacha del fútbol, así como mi pueblo argentino reconoció siempre su maravillosa calidad técnica, la más alta que han visto jamás, tal como lo aseveran hasta el cansancio casi todos los viejos aficionados porteños que lo vieron jugar.

 

"A MANERA DE EPÍLOGO"

 

Por último, aquí van insertadas algunas opiniones de gran 'interés por la autoridad de quienes las dijeron:

 

Hace más de  20 años comentaba Juan Estrada, arquero de Huracán, de Boca y de la selección argentina: los goles más estupendos me los marcó Erico; nunca se sabía lo que iba e hacer con la pelota. . . "

"Yiyo" -Luis Carmigliae-- crack de Boca Juniors y entrenador del Real Madrid pentacampeón de Europa opinaba: "Ningún equipo de club como el Real, ninguna delantera de club o de selección como la del Real cuando la formaron Kopa, Rial, Di Stéfano,  Puskas y Gento; pero ningún jugador como Erico, él era algo diferente. . ."

Antonio Rodríguez,   gran arquero    argentino de los años 40 al 50 solía decir: "El único que me da miedo cuando se acerca al arco es Erico, porque siempre coloca la pelota donde quiere con los pies o la cabeza y sin mirar al arco siquiera".

Pablo Amándola, famoso entrenador argentino, opinaba años atrás: "La mejor selección que he visto en mi vida ha sido la húngara de los años 50 al 56; pero ni en ella ni en ninguna otra he visto jamás un fenómeno como Erico”

Y por último, hace cinco o seis meses, Alfredo Di Stéfano, el artífice del gran Real Madrid y quizás el jugador más sabio para ver fútbol, declaró a una revista: los cinco mejores delanteros que he visto en mi vida, cada uno en su puesto, han sido: el francés Raimond Kopa, el argentino José Manuel Moreno, el paraguayo Arsenio Erico, el húngaro Ferenc Puskas y el español Gento, mi compañero de tantos años en el Real Madrid".

 

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IMÁGENES DE NUESTRO MARAVILLOSO PARAGUAY

Fotografía de FERNANDO ALLEN





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