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ANÍBAL MIRANDA

  MAFIA PARAGUAYA - CONSOLIDACIÓN DEL STRONATO (Ensayo de ANÍBAL MIRANDA)


MAFIA PARAGUAYA - CONSOLIDACIÓN DEL STRONATO (Ensayo de ANÍBAL MIRANDA)

CRIMEN ORGANIZADO EN PARAGUAY

SEGUNDA PARTE

 

LA MAFIA PARAGUAYA

EMERGENCIA DEL STRONATO

Por ANÍBAL MIRANDA

 

ANTECEDENTES

J. Natalicio González fue procesado, se dictó contra él orden de detención bajo el cargo de fraude y apropiación ilegal de 45.000 pesos argentinos pertenecientes al Banco del Paraguay. No se presentó a juicio y fue declarado prófugo. Ocurrió a fines de 1949 cuando él residía en Buenos Aires, exiliado después que un golpe lo depusiera de la Presidencia de la República. González había sido embajador en Uruguay y ministro de Hacienda en el Gabinete conformado por el general Higinio Morínigo cuando el Gobierno se hallaba jaqueado por la efervescencia política. Literato y enunciados de delirantes teorías telúricas, se convirtió en jefe de la facción extremista del Partido Colorado Guión Rojo. González insufló coraje a sus prosélitos, muchos de ellos reclutados en los bajos fondos de Asunción para agitar y romper concentraciones de adversarios. El posterior slogan de su campaña resultó descriptivo: `a sablazo o a balazo, Natalicio a Palacio'. Esas bandas parapoliciales actuaron en la guerra civil de 1947 que enfrentó a las fuerzas Coloradas y gubernistas contra un heterogéneo conglomerado de militares rebeldes, Liberales, Febreristas y Comunistas. Estos perdieron y los vencedores se dedicaron a saquear sus posesiones, las de sus aliados, parientes y sospechosos. Fue un reparto irregular aunque efectivo de riqueza. Ganado, maquinaria, provistas, casas y rodados fueron expropiados de facto en el campo. En la ciudad los comercios fueron vigilados y los identificados como propiedad de opositores multados, robados y agobiados por los continuos sabotajes.

Morínigo pudo atesorar durante sus últimos meses como gobernante una suma respetable a costa del fisco, lo que le permitió vivir holgadamente en Buenos Aires luego de ser defenestrado. González se hizo de otra suma también respetable durante su breve función presidencial. Pero ni uno ni otro logró agenciarse gran fortuna, habiendo limitada disponibilidad de dinero debido a la aguda inestabilidad política y el desorden administrativo. Lo concreto es que se extinguieron las reservas y hasta la caja del Banco del Paraguay. El resultado fue una notable devaluación de la moneda, el racionamiento de alimentos esenciales y combustible y el recrudecimiento de operaciones en el mercado negro o paralelo 1/.

Las numerosas pruebas documentales inculpaban al irrefrenable ex-presidente González por el vaciamiento del banco estatal. En el curso de aquel proceso y dado que .no se presentó a las citaciones de rigor, la Corte Suprema tramitó el exhorto de extradición vía Ministerio de Relaciones Exteriores. Antes de ser aprehendido por las autoridades argentinas viajó a México y ahí quedó. La casa editorial que abriera en Buenos Aires la trasladó a Ciudad de México. (Seis años después Alfredo Stroessner nombró a González embajador ante el Gobierno Mexicano de modo a apaciguarlo y apaciguar a sus acólitos todavía activos en las seccionales).

El presidente provisional Federico Chaves, líder de la facción mayoritaria del Partido Colorado, ganó las elecciones generales de julio 1950. En aquella ocasión fueron elegidos además los 40 miembros de la Cámara de Representantes (Poder Legislativo unicameral), todos Colorados. Junto con el presidente Chaves, los principales líderes partidarios eran Tomás Romero Pereira, Guillermo Enciso Velloso, José Antonio Moreno González, Juan R. Chaves y Epifanio Méndez Fleitas. Pero era en los cuarteles donde se encontraba la fuerza decisoria. El comandante en jefe de la Fuerzas Armadas, general Emilio Díaz de Vivar, era un cercano aliado de Chaves. Con apoyo de Díaz de Vivar, el general Alfredo Stroessner continuó ascendiendo desde su bastión en la Artillería. Una conspiración del Guión Rojo fue desactivada ante la oportuna intervención del jefe de Policía Méndez Fleitas y el general Stroessner. Como secuela de aquel fallido intento y el consiguiente realineamiento de fuerzas, Díaz de Vivar fue pasado a retiro y nombrado embajador en Brasil. Stroessner asumió la Comandancia en Jefe de las Fuerzas Armadas en noviembre 1951.

En ese carácter fue invitado año y medio más tarde a visitar bases norteamericanas en la Zona del Canal y Estados Unidos. Stroessner completó un intensivo curso de estado mayor general en Fort Leavenworth, Kansas, para trasladarse seguidamente a Nueva York y Washington. En su visita al Pentágono se entrevistó con el ministro secretario del Ejército, Robert Stevens. Su estatura política subió grandemente con esa gira y él quedó muy satisfecho por las atenciones de los comandantes militares norteamericanos. En mayo 1954 depuso a su benefactor Chaves en una maniobra preventiva que se adelantó a los planes de Méndez Fleitas. Stroessner le ganó de mano a su amigo, también aspirante presidencial. En los preparativos del golpe atribuyó a Méndez Fleitas `inclinación Comunista' y presionó a Chaves para dejarlo cesante del cargo de presidente del Banco Central.

Paraguay era un minúsculo punto verde en el mapa, visto desde el centro de la primera potencia mundial y desde la Casa Blanca ocupada por Dwight Eisenhower. En 1954 el PIB era de USD 80 millones, la población no alcanzaba 1.5 millones con uno de los más bajos ingresos por habitante en el continente, USD 115 según el Departamento de Comercio de Estados Unidos. Estaba en el rango de Bolivia y Haití. La tasa de analfabetismo trepaba a 40 por ciento de la población adulta y la mortalidad infantil era de aproximadamente 93 por cada 1.000 nacidos vivos. La pequeña comunidad empresarial dependía en gran medida de contratos públicos y, aparte una media docena de firmas extranjeras, era débil 2/.

Bajo cualquier parámetro, el país carecía de todo atractivo económico. Hasta le faltaba servicio de agua corriente y desagüe sanitario. Aventurarse poco más allá de Asunción era considerado riesgoso, cruzar hacia cualquier punto fronterizo un desafío mayor. La única ruta asfaltada se extendía 60 km. hacia el sur, completada por picadas hasta Encarnación. Otro camino iba hacia el este rumbo a Coronel Oviedo. Que un país tan atrasado pudiera merecer alguna atención de Washington resulta incomprensible de no ser por la lógica de la Guerra Fría.

Las inversiones norteamericanas en Paraguay no eran siquiera cercanas a las radicadas en Brasil, Argentina o incluso Bolivia, unos USD 16 millones en total. Se concentraba en la explotación del quebracho, procesamiento de carne, algodón, explotación petrolífera y distribución de combustibles, ganadería y cultivo del café 3/. La extracción de quebracho y producción de carne por parte de International Products Corp. (IPC) representaba la mayor inversión privada norteamericana. Ella iba decreciendo sus operaciones respecto del nivel pico que habían alcanzado durante la II Guerra Mundial. Sus activos a 1954 eran del orden de los USD 12 millones. No obstante, sus dos plantas ubicadas sobre el rio Paraguay en Puerto Pinasco y San Antonio constituían todavía la primera industria en el país por tamaño y exportación. Ejercía influencia debido al número de personal en sus plantas y estancias esparcidas por el Chaco como también por los impuestos al faenamiento de animales y la venta de carne en el mercado externo.

Stroessner, soldado antes que político, estaba resuelto a usar en su provecho las prerrogativas militares y ejecutivas al mismo tiempo de modernizar la estructura gubernamental. A ese fin precisaba asistencia. Poco antes de las elecciones de julio 1954 viajó a Lima donde se entrevistó con enviados del Departamento de Estado llegados de Washington y del Comando Sur con base en Panamá. No fueron reuniones sociales. En apretadas jornadas el grupo de trabajo diseñó la sustancia de lo que sería el Gobierno de Paraguay con ayuda de Estados Unidos. A su vuelta, Stroessner fue votado presidente como candidato del Partido Colorado. Los votantes no tuvieron gran capacidad de elección. "El elector se presenta a las autoridades electorales con un certificado de inscripción en el cual figura su nombre, profesión y domicilio, se le entrega un sobre con la boleta doblada donde está escrito PARA PRESIDENTE DE LA REPUBLICA - GENERAL ALFREDO STROESSNER. No se imprimió boleta distinta y por lo que se pudo determinar ninguno de los partidos de oposición trató de presentar otra boleta. El elector introduce su voto en el sobre y lo deposita en la urna ahí mismo a plena vista de las autoridades electorales" 4/.

El candidato Colorado obtuvo 98 por ciento de los votos, porcentaje con mismo candidato único que varió solamente 1 punto en la elección presidencial de 1958.

En ceremonia protocolar el presidente provisional Tomás Romero Pereira traspasó la investidura a Stroessner el 15 de agosto 1954. Romero Pereira quedó con la cartera del Interior. El presidente argentino Juan Perón asistió al acto. Durante aquella visita Perón devolvió los trofeos tomados en la guerra de la Triple Alianza y fue retribuido con la condecoración de general honoris causa de las Fuerzas Armadas de Paraguay, según ley aprobada por la Cámara de Representantes. Hubo varios banquetes en los que Perón, con su elocuencia habitual, realzó emotivamente la hermandad entre los dos pueblos. La delegación norteamericana encabezada por el empresario de hotelería y millonario Robert Christenberry se mantuvo circunspecta y con bajo perfil. El Gobierno de Estados Unidos y Perón nunca se habían llevado con abrazos, más bien se molestaban mutuamente. Poco después de la transmisión de mando el nuevo embajador norteamericano, vicealmirante (SR) Arthur Ageton, arribó a Asunción. La designación de un militar como jefe de misión en Paraguay no fue casual. Ageton jugaría un prominente papel en la política interna, como asesor ex-oficio de Stroessner. Las decisiones estratégicas en el campo de la seguridad hemisférica, formuladas como prioridad de la política exterior norteamericana, moldearon los actos del Gobierno de Paraguay.

El sistema político había venido evolucionando desde el final de la guerra del Chaco en 1935 hacia una creciente militarización, con algunas interrupciones. La Constitución de 1940 -uno de los últimos actos del Partido Liberal antes de ser desplazado por la cúpula castrense- proveyó el marco de un orden altamente centralizado y totalitario a la manera de las variantes fascistas en Italia, Portugal y Brasil. Los redactores del documento fueron 4 Liberales notables: Efraím Cardozo, Justo P. Benítez, Alejandro Marín Iglesias y Pablo Max Ynsfrán, este último luego profesor universitario en Texas, Estados Unidos. Sus provisiones otorgaban al Ejecutivo la suma de decisiones políticas, administrativas, aparte de legislativas y judiciales por las potestades del decreto-ley y designación de miembros de la Corte Suprema y demás magistrados judiciales. La guerra civil de 1947 abonó el terreno para instalar la violencia y ésta fue efectivamente utilizada para vencer al adversario, tomar la Presidencia de la República y desde ahí distribuir prebendas con cargo al erario público. La ideología dominante durante aquellos años de creciente polarización mundial y convulsión interna intermitente, en la medida que progresaba la Guerra Fría, fue una mezcla de nacionalismo con militarismo propicio a la concentración del poder en el jefe providencial.

Stroessner se erigió en caudillo desde el Ejército, posterior a la dislocación de éste en 1947. A los líderes Colorados con quienes se alió les dio una garantía específica: no habrá otra guerra civil. A los norteamericanos prometió que los comunistas ya no iban a estorbar. El matrimonio de interés fue satisfactorio para las tres partes y, más importante aún, probaría ser duradero. Stroessner cumplió lo prometido, a partir del control que tuvo sobre el aparato militar primero y el aparato partidario más adelante. En aquella fase inicial nadie pudo imaginar siquiera que los cimientos del crimen organizado iban poniéndose en su lugar, pieza por pieza. La arquitectura del stronato fue bien diseñada de fachada, aunque por dentro tuviera soporte de huesos humanos.

 

CRÉDITOS Y COMUNISTAS

El 29 de setiembre 1954 Arthur Ageton anunció que el Export Import Bank (EXIMBANK) aprobó un crédito por valor de USD 7 millones para las obras de agua corriente en Asunción, a ser administrado por CORPOSANA. El crédito que en 1951 había concedido el Banco Mundial por USD 5 millones para desarrollo rural y obras públicas, en su mayor parte no desembolsado aún, fue prontamente destrabado coincidente con el anuncio del embajador norteamericano. A nada más que semanas de tomar posesión Stroessner comenzó a recibir las buenas noticias de Washington, y las remesas de dinero. De inmediato se procedió a la compra de maquinarias viales contratadas con Caterpillar Tractor Co. y Massey Harris Ferguson Ltd., empresas norteamericanas, a los trabajos de desbrozar, nivelar y compactar la ruta hacia Coronel Oviedo, a la excavación de conductos y emplazamiento de cañerías para agua corriente a cargo de Káiser Engineering International Inc. de Oakland, California.

Con fondos adicionales también de EXIMBANK y Development Loan Fund de Estados Unidos, del Banco Mundial, FMI y del Tesoro de Estados unidos por un total de USD 28 millones acordados hasta fines de 1958 se pudo abrir o reparar rutas en los tramos Asunción-Encarnación, Encarnación-Colonia Hohenau, Concepción-Pedro Juan Caballero y ramales, rehabilitar y reparar las instalaciones del aeropuerto internacional en Luque a cargo de la firma constructora norteamericana Morrison Knudsen, llevar a cabo el programa de estabilización monetaria y fortalecimiento de las reservas del Banco Central, sanear las cuentas del Banco del Paraguay, reabrir el frigorífico de IPC en San Antonio y asistir en el desarrollo de cultivos encarado por la Compañía Americana de Fomento Económico (GAFE).

El monto de la deuda externa que a mitad de 1954 era de USD 9 millones, en los 4 primeros años del Gobierno Stroessner se multiplicó en 4 veces hasta los USD 35 millones. La deuda externa estaba constituida por los créditos oficiales norteamericanos incluyendo fondos del Programa PL480 (concesionales y pagaderos en guaraníes), créditos para el desarrollo de las colonias Mennonitas del Chaco, para provisión de equipos y armamento, transporte terrestre, aviones para Transporte Aéreo Militar y repuestos, otros créditos de naturaleza militar utilizados para ampliar las instalaciones del Ejército, aparte los que se venían arrastrando de la deuda consolidada por los préstamos de Londres (1871-1872), crédito para la construcción del puerto de Asunción (1940), préstamos del EXIMBANK para construcción de ruta (1940), préstamos del Banco do Brasil también para extensión vial (1942), los créditos de la guerra del Chaco contratados con Italia y Argentina para provisión de buques, aviones y armas (1928-1934), el régimen de pagos diferidos y ajustes por variación de tipos de cambio. Desde 1955 también hubo contratos para equipamiento con proveedores privados norteamericanos.

El presidente de IPC Charles Koons y de GAFE Clarence Johnson retribuyeron los créditos que les entregó el Banco Central con sendos avisos y descripciones acerca de las inmejorables condiciones político-económicas de Paraguay que aparecieron en el New York Times. CAFÉ clausuró unos años después sus actividades locales dejando en prenda sus instalaciones. Estas no eran más que urbanizaciones a medias materializadas y algunos cultivos con los que Johnson el visionario logró levantar dinero de incautos accionistas en Estados Unidos, Brasil y países europeos. Las aproximadamente 170.000 ha que poseía al sur de Pedro Juan Caballero, departamento de Amambay, le sirvieron para lanzar una vigorosa campaña de presunta participación en las utilidades de la firma (con sede en Sao Paulo) que prometía el 100 por ciento de retorno seguro a los inversores accionistas. Ellos recibirían de inmediato 30 por ciento y el resto en cuotas con intereses. El aviso rezaba en uno de los párrafos: "E1 presidente Stroessner ha logrado un alto grado de estabilidad económica y el clima de paz, progreso y prosperidad esenciales para el éxito de emprendimientos económicos” 5/. En setiembre de 1957 y con asistencia de Stroessner, Clarence Johnson inauguró un poblado 15 Km al sur de Pedro Juan Caballero, la colonia Aquidabán. No era otra cosa que unas bien decoradas barracas, plazas y algunas hectáreas de cultivo de café. Impresionado, el presidente ordeno acelerar la construcción de la ruta Concepción-Pedro Juan Caballero para atraer a los inmigrantes con que se esperaba poblar ese remoto lugar rodeado de bellezas naturales. Avizoraba una segunda gran oleada migratoria, menos sacrificada que los Mennonitas, apoyada y cuidada por el Gobierno. El negocio colapsó a fines de 1959 y Johnson desapareció de los lugares que solía frecuentar. Nunca más volvió a saberse de él.

La experiencia del audaz tejano, no obstante, fue replicada por Stroessner pero a una escala mayor. Se fundaron Adela Investment Company y Compañía de Desarrollo del Paraguay (COMDESA), la primera con casa matriz en Luxemburgo y la segunda en Asunción. Con el tiempo ellas dieron origen al `primer banco de capital paraguayo', Banco de Asunción S.A. Los dueños mayoritarios de este grupo consolidado fueron Stroessner y su ministro de Relaciones Exteriores Raúl Sapena Pastor. En 1956 ellos ya habían presentado al presidente Eisenhower un pedido de asistencia desdoblado en los siguientes rubros: USD 5 millones para construcción de ruta, USD 5 millones para la flota mercante, USD 4 millones para adquirir equipo pesado y maquinaria de construcción vial, USD 1 millón para compra de 400 tractores, USD 3 millones para instalación de un ingenio azucarero, USD 1.5 millones para un aserradero y fábrica de productos de la madera, USD 0.8 millón para la cementera de Vallemí, USD 0.2 millón para una planta procesadora de mandioca, USD 0.3 millón para una fábrica frutícola. Con misceláneas, el pedido totalizaba USD 21 millones.

A cambio ofrecieron los dos recursos con que contaba Paraguay: los paraguayos y la tierra. Stroessner le expresó al presidente norteamericano que eran recursos valiosos y si fuera necesario Paraguay pondría todo de su parte para defender la democracia contra el comunismo 6/. Era el discurso que pegaba en aquel tiempo.

Durante una visita oficial al Paraguay, 10-13 de agosto 1957, el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos Roy Rubottom recibió una lista aun más extensa para proyectos de desarrollo. Financiamiento directo y apoyo de Estados Unidos ante organismos multilaterales para obtener USD 23 millones fue solicitado por Sapena Pastor, entre otros para un arreglo triangular con Francia destinado a la construcción de un oleoducto por el Chaco y refinería cerca de Asunción, asfaltado de la ruta desde Coronel Oviedo hasta la frontera con Brasil, 500 tractores, construcción de la ruta Trans-Chaco y barcos para la flota mercante.

Dado que los norteamericanos no se mostraron demasiado receptivos hacia el proyecto de equipar la flota mercante, Sapena Pastor contactó previamente con los japoneses y los venezolanos. El dictador Marcos Pérez Jiménez respondió de inmediato, Sapena Pastor viajó a Caracas y regresó con la noticia de un ofrecimiento formal por USD 30 millones para el proyecto. Se acordó una visita de estado. Junto a una frondosa comitiva, Stroessner aterrizó sobre los venezolanos a mediados de 1957. Fueron agasajados espléndidamente y hubo intercambio de condecoraciones entre los presidentes. Pérez Jiménez fue más generoso en los discursos de salón que en lo tocante a efectivo. Su colega paraguayo retornó sin nada en los bolsillos.

No iba a rendirse ante un dictador tacaño. Envió a Sapena Pastor a Washington para insistir con más pedido de ayuda. El ministro hizo el mandado. Le dijo al subsecretario Roy Rubottom que Paraguay necesitaba ayuda urgente para construcción vial y transporte fluvial, implementos y maquinarias, silos y depósitos que sirvieran para aumentar la producción agrícola y las exportaciones. Un plan de estabilización monetaria se hallaba en marcha, agregó, pero de nada serviría sin progreso económico. El Gobierno precisaba préstamos entre USD 25 a USD 30 millones para salir adelante. La suma iba en progreso con cada nueva entrevista. Sapena Pastor recordó a su anfitrión que el Gobierno había iniciado un proceso de apertura con el objetivo de integrar al Partido Liberal al juego democrático, no obstante la conducta poco cooperativa de su directorio en Asunción y de los exiliados Liberales que no cesaban de conspirar desde el exterior. El argumento se extendió más, a los bolivianos. Según el ministro ellos recibían mucho más ayuda de Estados Unidos que Paraguay. Bolivia podría recurrir a una agresión armada contra Paraguay, dijo. En ese punto Rubottom le contestó que bajo el sistema interamericano los países no hacían uso de las armas para resolver sus diferencias. Sapena Pastor insistió en no dejar "ninguna duda en la mente de nadie de que Paraguay está firme al lado de Estados Unidos y Occidente... el presidente Stroessner reconoce el hecho que Estados Unidos es amigo de Paraguay y lo ha ayudado de varias maneras, pero en su ansia de ver que el pueblo goce de una vida mejor pregunta constantemente a sus asesores porqué Estados Unidos no está dispuesto a hacer más... el presidente desea que se repita en Washington lo que ha dicho muchas veces, que Paraguay va a dar a Estados Unidos todo lo que fuere, incluso bases para aviones 7/.

El ofrecimiento no era mera cortesía. Los gobernantes paraguayos sufrían ansiedad de dinero en el grado de condición patológica severa. Ofrecían a cambio lo que fuere, como bien lo manifestó Sapena Pastor. La presencia norteamericana en Paraguay debía ser más visible y sustancial tanto en el campo económico como militar, según los planes de la cúpula Colorado castrense, de modo a garantizar que ninguna amenaza externa o interna prosperara. La posibilidad de un ataque boliviano o de un levantamiento de fuerzas opositoras con apoyo de fuera eran hipótesis que se manejaban en los corrillos del poder. 1947 no estaba demasiado lejos en la mente de sus protagonistas.

Ya a principios de mayo 1958 durante la visita del vicepresidente Richard Nixon a Asunción quedó inaugurado dentro del predio de la Embajada Americana un centro de inteligencia dotado con avanzados equipos de rastreo de comunicaciones. Era la estación de la CIA, pero bajo autoridad de su rama Foreign Broadcast Information Service (FBIS). Los exiliados paraguayos conocieron de la existencia de este centro y lo mencionaron, específicamente algunas publicaciones del Partido Comunista, si bien confundieron las siglas. Creyeron que se trataba de una facilidad del Federal Bureau of Investigations (FBI) de naturaleza policial, lo que no era cierto. La CIA en Asunción condujo espionaje más sofisticado, principalmente de radiocomunicaciones, prensa, líderes políticos, cuestiones militares y movimiento Comunista. Su alcance era regional: Argentina, Bolivia, sur y centro de Brasil, Chile y Paraguay. El material no clasificado era distribuido entre agencias de Estados Unidos bajo el título FBIS Daily Report 8/. En Paraguay sus nexos eran con el Estado Mayor General-II Departamento (Inteligencia Militar), Dirección Nacional de Asuntos Técnicos del Ministerio del Interior y con el ministro del Interior. Cuando había asuntos de carácter político sensible era el embajador quien se comunicaba con Stroessner o con Sapena Pastor.

La rivalidad entre norteamericanos y soviéticos era intensa y se desenvolvía en los discursos, en el terreno (Europa Central y especialmente Berlín), en el seno de la ONU, en áreas de conflicto en la periferia (Corea, Cercano Oriente) y en el espacio exterior donde los cohetes y satélites llegaban cada vez más lejos. Esa rivalidad tendría apogeo sobre Cuba. Ninguna de las dos superpotencias estaba dispuesta a ceder posiciones al enemigo.

Entre las superpotencias se disputaba el partido grande. En los países pequeños se disputaba el partido chico pero no menos bravo y la brutalidad tomó proporciones de carnicería. No había dos ejércitos enfrentados sino, como en Paraguay, un ejército de fuerzas propiamente militares más las fuerzas policiales y su estado mayor conjunto contra agrupaciones políticas y sindicales desconectadas mas de otras, por lo general sin armas ni entrenamiento para el combate. Era lo que se denominaba guerra interna. El 17 de octubre 1955 fue promulgada la Ley No. 294 de Defensa de la Democracia. La Cámara de Representantes en pleno la aprobó a instancia de los jefes Colorados. A casi medio siglo del hecho sus artículos pueden observarse como inquisitoriales.

Se establecían penas para los integrantes de organizaciones Comunistas o de cualquier otro régimen totalitario, para los que asistieren a mítines o reuniones, realizaren propaganda u ostentaren emblemas o distintivos de tales organizaciones. Se establecían penas para los funcionarios públicos que deliberadamente o por negligencia no detuvieren a los responsables, e igual para miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales que difundieren la doctrina comunista. Se fijaban penas para los funcionarios públicos y extranjeros naturalizados que incurrieren en tales delitos. Se prohibía que las publicaciones, radioemisoras y agencias noticiosas fueran utilizadas para difundir propaganda o hicieran apología Comunista. Se prohibía la contratación por parte de las instituciones públicas, municipios o empresas de servicios públicos de funcionarios, empleados u operarias afiliados al Partido Comunista. Se ordenaba la clausura de cualquier establecimiento particular de enseñanza que no excluyera de su personal directivo, docente o administrativo a los afiliados de las referidas organizaciones. Se prohibía la excarcelación provisoria bajo fianza y la sustitución de pena por tales delitos salvo el destierro. No se proscribía únicamente a las organizaciones Comunistas u otras organizaciones totalitarias (sin especificación en la ley) sino a los militantes, simpatizantes, periodistas, educadores y funcionarios que tuvieren cualquier tipo de relacionamiento con aquéllas o con sus doctrinas (no especificadas tampoco). Para completar, la Ley N° 294 disponía la creación de un Juzgado en lo Criminal y una Fiscalía en lo Criminal para entender exclusivamente en tales delitos. Se constituía pues una instancia especial para el juzgamiento de conductas políticas extendidas más allá, a represalias laborales y exclusión civil como las impuestas en la Unión Soviética y Alemania Oriental. El sistema era distinto pero el objetivo idéntico.

Complementariamente, Stroessner había firmado el Decreto-Ley No. 246 en fecha 25 de febrero 1.955 dirigido a fomentar las inversiones. Este decreto ley y la ley liberticida estuvieron estrechamente relacionadas, formando un paquete para dar las máximas seguridades al inversionista extranjero en cuanto que obtendría altas utilidades sin ningún estorbo de piquetes sindicales o huelga. La norma respectiva estipulaba liberación de todo gravamen aduanero e impuestos para importación de equipos, útiles, maquinarias e insumos, liberación de todo impuesto o arancel para la exportación de productos y subproductos, reducción del 25 por ciento en el pago de impuesto a la renta, obtención de divisas del Banco Central del Paraguay para la remisión de intereses, utilidades y dividendos, regalías, marcas de fábrica y para la remisión adicional del total de capital invertido. La incorporación de capital podía realizarse no solamente en efectivo sino también en maquinarias, accesorios y repuestos, equipamiento y medios de transporte, materias primas y productos semimanufacturados, patentes, marcas de fábrica, regalías y otros bienes (no especificados) que contribuyesen al aumento de la riqueza nacional. Era un decreto-ley sumamente amplio, con garantía estatal para adquirir moneda fuerte que los inversionistas extranjeros estaban habilitados a remitir al exterior sin ninguna obligación de reinversión local ni control administrativo.

Estas dos normativas estatuyeron el marco de seguridad político-económico para radicar capital y extraer capital más ganancias bajo protección gubernamental. Del mismo modo facultó al Gobierno a combatir todo movimiento popular, organización o persona que pretendiese ejercer sus derechos cívicos, escudándose en el paraguas del anticomunismo. En esa combinación de intereses Eisenhower y Stroessner marcharon juntos, cada uno con objetivos propios. A Eisenhower no le importaba la legitimidad del mandato de regímenes clientes toda vez que cumplieran los compromisos de seguridad hemisférica. A Stroessner le interesaba sobre todo beneficiarse del mando y en la peculiar faena de monopolizar todo el poder, destruir paulatinamente al enemigo.

A1 decreto-ley mencionado siguió la firma de un acuerdo de garantía para las inversiones norteamericanas en Paraguay, por el cual los bienes de firmas de Estados Unidos quedaban a salvo de nacionalización o expropiación, comprometiéndose además el Estado Paraguayo a resarcir las pérdidas que tuvieren por revoluciones o convulsiones políticas.

La Ley No. 294 fue más propaganda de intimidación interna y demostración a los norteamericanos acerca de la indoblegable posición anticomunista del Gobierno Paraguayo que apresto legal. Sólo en muy contados casos tuvo aplicación. Sin haberse instalado el fuero extraordinario estipulado en dicha ley fueron procesados Antonio Maidana, Julio Rojas, Alfredo Alcorta, Luis Casabianca y otros miembros del Partido Comunista.

Stroessner echó mano de armas más contundentes para poner en cintura a los opositores y disidentes, fueran o no Comunistas, que se cruzaron por su camino. Nunca fue adepto a las sutilezas del debido proceso ni tuvo consideración por la administración de justicia que también puso más adelante a su servicio. Recurrió a las facultades que el estado de sitio, figura constitucional, le otorgaba en su función de jefe del Ejecutivo. "Mi trabajo no es discutir la Constitución, cumplo lo que manda y a los Liberales no les agrada solamente porque perdieron el poder", se jactaba ante los representantes extranjeros. "E1 estado de sitio no es obra de mi Gobierno y la Constitución tampoco sino de los Liberales. Ellos redactaron y promulgaron la Constitución". En la misma vena jocosa se mofaba de los Colorados que comenzaban a inquietarse por su mano dura: "me llaman Sputnik porque me pusieron en órbita y ya no me pueden bajar" 9/.

Stroessner utilizó las prerrogativas constitucionales extensiva y discrecionalmente mediante decretos emitidos cada 90 días, bajo la justificación de graves amenazas contra el orden interno y lao libertades públicas. Como si estuviesen vigentes tales libertades,  en realidad pisoteadas  cada vez con más rudeza desde arriba. Bajo el estado de sitio el Ministerio del Interior con las Delegaciones de Gobierno y Policía actuaron de avanzada para la represión. En los casos de necesidad, especialmente tratándose de disturbios en el campo, actuaron tropas militares. Tuvieron de apoyo a los militantes de seccionales Coloradas estratégicamente ubicadas en cada distrito de la capital e interior del país. Reunidos al son de la polka colorado y animados con abundante caña paraguaya. Pistola en cinto y machete en mano, esas bandas de maleantes que salían por las noches no eran disuasivas. Eran francamente peligrosas. Sembraban terror entre los opositores y la población en general. Tenían carta blanca para detener, apalear y requisar cualquier posesión de los sospechosos que caían en sus garras. Eran algo así como los Tonton-macoute que servían al dictador haitiano François Duvalier, en el terruño guaraní las guardias Coloradas.

De los métodos de la policía stronista y de aquellas guardias tuvieron constancia fehaciente los liberales, Comunistas, Febreristas, y en turnos sucesivos los obreros, estudiantes, docentes, campesinos y los mismos Colorados que habían ayudado a instalar aquel Gobierno. Ni siquiera los curas que trataron de moderar los excesos represivos o pusieron empeño en su labor pastoral quedaron librados de las tropelías. El paí Ramón Talavera tuvo su dosis del tratamiento, si bien fuera de las cámaras de tortura donde iban a parar los rebeldes. A Talavera le protegió el hábito. Expuso en sermones su posición respecto del desalojo forzoso de familias pobres para hacer lugar a la ampliación de un cuartel militar, el cual fue resistido por los pobladores -el lugar todavía se denomina Mundo Aparte, detrás del actual Regimiento Escolta Presidencial. Como las autoridades no le llevaron el apunte, el paí hizo acto de presencia en concentraciones públicas subiendo progresivamente el tono de sus denuncias hasta convocar a la resistencia contra el Gobierno y huelga general. Este llamado, desde el frente del Panteón Nacional de los Héroes, tuvo honda repercusión en momento que el ambiente político iba caldeándose aquel caluroso febrero de 1958. Secuestrado por unas horas y abandonado semidesnudo, expuesto como demente, Talavera fue trasladado a Montevideo para `tratamiento siquiátrico'. Esa arbitraria medida habría de tener consecuencias ya que el combativo cura continuó arengando a sus compatriotas, cientos de miles de exiliados como él, en Argentina y Uruguay. Se convirtió en líder político y propició la formación de un Frente Patriótico con programa mitad confesional, mitad insurreccional. Estaba dirigido a "combatir la tiranía con la lucha de no agresión, por medio de la resistencia cívica sin derramamiento de sangre... nunca gritará muera contra nadie, solamente procurará que la justicia ordinaria sancione a los criminales" 10/. El programa y su líder no fueron muy lejos en el intento. (Eventualmente Ramón Talavera abandonó los hábitos y la política, formó familia y se radicó en Brasil).

Tampoco fueron lejos los Colorados que habían sancionado la Ley No. 294 de Defensa de la Democracia. Como si hubiesen escupido hacia arriba, les cayó más tarde en la cara el producto de su propia hechura. La mayoría de ellos pagó caro intentar desalojar a Stroessner, creyendo tener suficiente poder para forzar una salida política.

 

PURGAS, ACOMODO

A los Colorados que no aceptaron el mando vertical y trataron de hacerle a un lado, Stroessner los fue dispersando de a poco con nombramientos en posiciones secundarias y en el servicio exterior, destituciones y rotación de cuadros, fomentando pugnas de liderazgo en la Junta de Gobierno donde colocó cada vez mayor número de incondicionales suyos o domesticándolos mediante el acceso a dinero público. El robo -más propiamente según la ley, la apropiación indebida- y consiguiente enriquecimiento ilícito constituyó la piedra de unidad entre caudillos partidarios, la cúpula militar y la burocracia con Stroessner en la cima. El tomó una posición no alineada a ninguna facción, la figura del padrino. Desde la administración del presupuesto, asignación y remoción de personal en las Fuerzas Armadas, en los tres poderes del Estado, en cada una de las empresas teóricamente descentralizadas y municipios del país, se volvió dueño de vida y hacienda de la población. Un autócrata. A ese efecto anuló los contrapesos y mecanismos de control institucional que todavía quedaban en pie, y lo hizo en tal profundidad que concluido el proceso Paraguay devino patrimonio de las familias.

Dado que ningún otro partido aparte del Colorado estaba habilitado, siguiendo la proscripción total dictada al inicio del Gobierno de Higinio Morínigo y su modificación ulterior en la guerra civil que cerró aquel ciclo, la única fuerza política sobre el terreno fue la oficialista. A objeto de asegurar la continuidad del partido en el poder, la Junta de Gobierno adoptó una decisión histórica: integrar a los militares como autoridades partidarias a la vez de impulsar la afiliación masiva de los funcionarios públicos (militares y policías incluidos). Este doble trabajo se intensificó grandemente desde 1955, coincidente con la convocatoria a diferentes facciones para la reunificación partidaria. Los principales protagonistas del reencuentro fueron Epifanio Méndez Fleitas quien había sido reincorporado al cargo de presidente del Banco Central, Stroessner y el presidente del Partido Colorado Tomás Romero Pereira. El acuerdo quedó sellado a fines de octubre 1955. Menos de dos meses después Méndez Fleitas fue obligado a viajar al exterior en 'misión cultural', movida secundada por Romero Pereira. De esa manera la facción epifanista resultó descabezada y su líder nunca más pudo retornar. A partir de ahí quedó expedito el camino para el progresivo encuadramiento del Partido Colorado bajo dirección de la cúpula militar.

Otros referentes Colorados como el expresidente Federico Chaves, Juan Plate, Hipólito Sánchez Quell, el expresidente J. Natalicio González, Osvaldo Chaves, Víctor Morínigo y Ángel Florentín Peña aceptaron cargos de embajadores, lo que permitió a Stroessner maniobrar con más facilidad para someter a la Junta de Gobierno. En el frente militar los generales Herminio Morínigo (ministro de Defensa 1954-1956), Carlos Montanaro, Vidal Pineda Rodas, Sinforiano Godoy y otros comandantes poco maleables fueron enviados a legaciones diplomáticas o removidos. Los que demostraron obediencia fueron promovidos: Alejandro Fretes Dávalos, Germán Martínez, Patricio Colmán, Andrés Rodríguez, Gerardo Alberto Johannsen, Benito Guanes Serrano, quienes ascendieron a posiciones destacadas en la escala de mando. Dos viejos amigos y camaradas de Stroessner desde la guerra del Chaco, César Barrientos y Marcial Samaniego, ocuparon puestos claves en el Gabinete como ministros de Hacienda y Defensa Nacional respectivamente. Ellos ya tenían asiento en la Junta de Gobierno.

A cargo del aparato represivo en el Ministerio del Interior fue nombrado el abogado y ex-Guión Rojo Edgar L. Ynsfrán, jefe de Policía el teniente coronel Ramón Duarte Vera. Ellos tomaron posesión en mayo 1956 y de inmediato se dedicaron a su menester, descubrir conspiraciones y neutralizar conspiradores. No tuvieron que buscar mucho ya que los exiliados del Partido Liberal en Buenos Aires y Montevideo se hallaban en febriles preparativos para desatar un levantamiento al cual se comprometieron sargentos y oficiales de varias unidades de Caballería, Infantería y la Marina. Cabezas de aquel plan fueron los Liberales Carlos Pastore y Justo P. Prieto. Pero el 3 de noviembre 1956 las fuerzas policiales cayeron sobre los complotados, horas antes que se movilizaran. Los integrantes del Club Liberal ALON a cuyo frente se hallaba Luis Kallsen sufrieron las peores torturas: inmersión en la pileta en medio de infernales golpizas, aplicación de picana eléctrica, ingestión forzada de desecho cloacal, plantón continuado sin agua ni alimento, más sesiones de pileta y descargas eléctricas hasta el total desmoronamiento físico 11/. La mayoría de ellos fue posteriormente confinado en remotos campos de concentración [Kilómetro 180 y Kilómetro 220, Chaco].

Los principales medios de Buenos Aires y Montevideo se hicieron eco de los horrores de la persecución en Paraguay con precisión de centros de tortura y jefes torturadores, lugares de confinamiento y trato a los presos políticos. La Prensa argentina y El País uruguayo detallaron en qué se había convertido la vapuleada nación bajo el terror stronista. No exageraban. El terror recién se iniciaba y con el transcurrir del tiempo se tornaría crecientemente macabro. Ynsfrán, el Lavrenti Beria paraguayo, brillaba con luz propia entre la turba de asesinos que iba desbrozando de obstáculos la carrera del dictador. Este habría de pagarle como pagó a muchos otros Colorados que le sirvieron, con el puntapié de rigor y la humillación un tanto menos drásticamente que Stalin a sus camaradas. Décadas después algunos de ellos se sumaron al revisionismo Colorado cuya falsa premisa se resumía en "Stroessner traicionó y vació al Partido Colorado". Se olvidaron que fueron ellos cual autoridades partidarias quienes trabajaron con él, se beneficiaron con él y lo encumbraron jefe supremo. Los Colorados de la cúpula comenzaron a mentar que tenían un dictador solamente cuando fueron a la llanura. A partir de ahí forzaron hacia adelante y atrás un flexible concepto de democracia, la que decían profesar. Aun en esa situación permanecieron reacios a unir fuerzas con los demás exiliados, a quienes en el fondo consideraban enemigos. Méndez Fleitas y los suyos no aprendieron correctamente lo que predicaban, posiblemente por negar de entrada su responsabilidad en la emergencia del stronato y concluir con torpe lógica que ellos podrían echar a Stroessner [para conformar a su turno otro gobierno Colorado].

El desplazamiento de los chavistas, epifanistas & compañía dio lugar a un doble reacomodo.

Primero, en política exterior el centro de gravedad y referencia principal pasó de Buenos Aires a Washington y Brasilia. Este viraje se hizo más acentuado tan pronto asumió al frente del Gobierno el general Eugenio Aramburu. Los exiliados paraguayos tuvieron desembozado apoyo para conspirar, armarse y establecer bases de operaciones en territorio argentino desde, las cuales lanzaron incursiones tipo comando. Más adelante penetraron en número de batallón por varios frentes a objeto de establece r. cabeceras de puente y territorios liberados, siguiendo la experiencia del Movimiento 26 de Julio. Para los rebeldes paraguayos Fulgencio Batista y Alfredo Stroessner eran dictadores sin apoyo popular, la estrategia de lucha desarrollada en Cuba tendría que resultar exitosa aquí y a ello se abocaron. El Movimiento 14 de Mayo, en particular, tuvo asistencia del alto mando argentino con fuerte protagonismo del almirante Isaac Rojas y luego del general Carlos Toranzo Montero, comandante en jefe del Ejército. A estar por lo que ellos previeron, la instalación de un gobierno liderado por exiliados paraguayos restablecería el nexo tradicional Buenos Aires-Asunción, hipótesis no del agrado de las autoridades norteamericanas ni brasileñas. Stroessner solicitó y obtuvo de ellas el respaldo político, diplomático y financiero que precisaba para contener la presión Argentina. Juscelino Kubitschek ya en enero 1956 firmó con su colega paraguayo un convenio que otorgó a Paraguay el puerto franco y depósito en Paranaguá, sobre el Atlántico. Siguió a ello el convenio de asistencia técnica para abrir la ruta hacia el este y un crédito mediante el cual pudo concluir la obra vial Coronel Oviedo-Ciudad Presidente Stroessner. Esta última ciudad fue inaugurada el 3 de febrero 1957 y en pocos años se volvió activo puesto de intercambio con el socio mayor, Brasil. La interconexión paraguayo-brasileña mermó la dependencia paraguaya de Buenos Aires, históricamente gravosa.

Segundo, en política interna volcó el poder a favor de los halcones o extrema derecha del Partido Colorado, identificada tanto con los postulados de seguridad interna y rabioso anticomunismo como abiertamente militarista. A esta corriente pertenecían o ingresaron por conveniencia Tomás Romero Pereira, J. Bernardino Gorostiaga, J. Eulogio Estigarribia, Fabio Da Silva, Juan R. Chaves, Raúl Peña, Rigoberto Caballero y los emergentes actores Ezequiel González Alsina, Edgar L. Ynsfrán, Raúl Sapena Pastor, Juan Manuel Frutos y otros. La orientación ideológica de sus miembros tuvo poco peso ante las exigencias prácticas del poder, personalizado en Stroessner. Entre ellos trabaron una relación de interés compartido, de grupo excluyente esencialmente guiado a controlar el aparato partidario y acumular riqueza. Su sostén indirecto, la fuerza castrense, dio a este grupo amplia libertad de acción respecto de las bases Coloradas. No hubo por tanto necesidad de consultar o responder a los intereses de esas bases, ni obtener de ellas mandato legítimo. Bastaba que la cúpula decidiera por las mayorías. De modo que las votaciones fueron mero trámite y los electores una simple clientela, útil para cargar las urnas, hacer número en las concentraciones y mostrar el poderío del Partido Colorado.

Cualquier otro partido que intentara competir con semejante maquinaria debía asegurarse no sólo una clientela igual o mayor sino el apoyo del factor militar. Lo último fue predominante en momentos de crisis. De manera similar, cualquier grupo o movimiento Colorado que pretendiera desplazar a los halcones debía contar con suficiente respaldo de cuartel. Los cuarteles eran coto exclusivo de Stroessner y de sus lugartenientes militares por él personalmente designados. Ese era el escenario desde que Méndez Fleitas, el último caudillo civil con algún arrastre entre la oficialidad, fuera removido y exiliado. La limpieza de sus seguidores no tomó mucho esfuerzo y a su término Stroessner quedó sin rival en la milicia. Pero todavía le quedaba una tarea por delante para graduarse de único líder. Le faltaba imponer su dominio absoluto sobre el Partido Colorado.

Para entrar en materia nada mejor que transcribir párrafos seleccionados de los informes elaborados por la Embajada Americana, de la que Stroessner tomaba respetuoso consejo. Refería en primer lugar los impedimentos fundamentales para el desarrollo tales como escasa población con muy bajo nivel educativo, una sucesión de gobiernos inestables y debilidad de la moneda, escasas vías de comunicación interna y aislamiento del resto del mundo. Mencionaba el atraso cultural tremendo (con indisimulado etnocentrismo): "No se exagera la nota al afirmar que la cultura de la zona central consiste en un montón de mestizos guaraní-parlantes y descalzos que caminan por ahí con la camisa suelta vendiendo plumeros. Este mestizaje representa el colonialismo español del siglo XVI superpuesto a la extremadamente primitiva y subdesarrollada cultura indígena que tiene miles de años... características que avalan nuestro interés por la inmigración y énfasis en el programa vial para desenvolver los centros de potencial humano". Como obstáculos derivados citaba la falta de buena administración pública, insuficiente ética, ausencia de responsabilidad social e interés hacia la población en general, ausencia de centros de aprendizaje especializado, programas de producción no organizados, una larga tradición de intervencionismo estatal en la actividad privada, fuga extensiva de capital y para redondear, excesivo orgullo nacionalista 12/. La evaluación crítica no paraba ahí.

Las altas autoridades eran vistas como venales, incompetentes o ambas cosas a la vez. "Las figuras militares y los políticos del Partido Colorado manipulan el sistema de tipos de cambio y de licencias o permisos comerciales", observaba. Ponía como ejemplo de corrupción al Banco Central. "No hay nada malo con las políticas del Banco, son buenas. El problema es que nunca se cumplen y no resisten las presiones del Partido Colorado y Ejército. En su condición de autoridad financiera del Estado el Banco es un fracaso. Las condiciones son tales que cuesta creer... Entre las cosas que se ven: a) En los corredores que dan a las oficinas de los administradores uno encuentra de 50 a 200 personas que esperan ser recibidas, cada una con su pequeño problema particular. Estos solicitantes de favor son conocidos aquí como `hormigas'. b) El Banco del Paraguay y el Banco Central funcionan en el mismo edificio y en muchas oficinas se mezclan los funcionarios de ambas instituciones. Algunos trabajan en el Banco Central por la mañana y en el Banco del Paraguay a la tarde o viceversa. El resultado es que a veces se traspapelan los documentos. c) En la sección importación-exportación, encargada de licencias, las solicitudes se apilan hasta la altura del hombro y se guardan en cualquier esquina. Los escritorios se usan como gavetas de depósito y no existe control de flujo de papeles. La búsqueda de una licencia puede tardar una o dos semanas. En una ocasión el oficial de la Embajada tuvo que gatear sobre pilas de solicitudes tiradas frente a una puerta. Es de conocimiento público en Asunción que un permiso de importación cuesta entre 10 a 20 por ciento su valor y hay gente que se gana la vida no haciendo otra cosa que conseguir esos permisos. En otras palabras Asunción no tiene los de a 5 por ciento como nosotros, son todos de 10 y 20 por ciento" 13/.

El Banco Central era el engranaje de la economía nacional. Otras instituciones mostraban condiciones abismalmente caóticas, la Dirección General de Aduanas al tope en esa categoría. Al Banco del Paraguay el informe calificaba de "institución que dispensa favores, más preocupada en hacer política que economía". No pudo ser corregida, sencillamente siguió estirando.

No había mucho que hacer ante los coroneles y generales que con sus revólveres bien visibles se presentaban a demandar créditos, permisos y favores. Miembros del Gabinete no le iban muy detrás. Uno de ellos, el siniestro ministro Ynsfrán, exigía préstamos flexibles de manera a tener satisfechos a sus matones. A la hora de pagar no aparecían. Con tales clientes cualquiera se hubiese sentido honrado.

De acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial, los gastos militares y policiales en 1959 totalizaron al menos 40 por ciento del presupuesto nacional. El año anterior esos gastos combinados representaron aproximadamente 45 por ciento del presupuesto nacional según cálculos de la Embajada Americana. El informe respectivo menciona que "no hay señales de disminución en el consumo superfluo de los militares" 14/. La insaciable sed y hambre del establecimiento Colorado-militar tenía su contrapartida en dos fuentes. La primera era el contribuyente directo y los que por vía de impuestos indirectos pagaban aquel dispendio. La segunda era la porción extraída de créditos y donaciones llegados del exterior. A cada remesa se le quitaba la nata, como si fuera leche recién ordeñada. La corrupción campeaba por todas partes y no era intención de los altos cargos apearse de ella. Cierta forma de control político se ejercía a través de la corrupción compartida, algo que Stroessner usaba a la perfección. Para la burocracia parasitaria aquellos fueron años de prosperidad relativa. Lo mejor todavía estaba por venir.

En ese ambiente de relajo fue creciendo una puja de poder entre Colorados, sutilmente y casi en silencio. Los stronistas andaban atareados juntando dinero y construyendo casas de lujo. Sus adversarios entretanto tejían una gran conspiración. El objetivo era desestabilizar al dictador y llegado el momento tirarlo abajo. Se habían puesto de acuerdo en la Cámara de Representantes donde hicieron mayoría, si bien decían contar también con adeptos en el seno de la Junta de Gobierno y mismo en el Gabinete. Osvaldo Chaves, quien ejercía como embajador ante el Gobierno de Estados Unidos, era uno de sus propulsores. Mario Mallorquín, Waldino Ramón Lovera, José Zacarías Arza, Ángel Florentín Peña, Enrique Zacarías Arza, Enrique Riera y Luis Oscar Boettner participaban activamente en dicho grupo. A diferencia de Stroessner, estratega astuto y metódico, sus adversarios eran poco disciplinados. Enunciaban nobles propósitos pero sus esfuerzos no tenían coordinación. Nunca reunieron fuerza de conjunto.

La inquietud en el Partido Colorado salió a la superficie cuando la Confederación Paraguaya de Trabajadores (CPT), orgánicamente dependiente del Ministerio de Justicia y Trabajo, insistió a principios de 1958 con la cuestión salarial. CPT era un apéndice burocratizado y servil a los designios de la Junta de Gobierno. El secretario general Vicente Cortesi era miembro de la Cámara de Representantes, digitado para representar a los 120 sindicatos que integraban aquella federación. Ellos eran controlados de cerca por los organismos de seguridad y sus listas supervisadas por los ministros de Justicia y del Interior antes de ser reconocidas. Presionados por el aumento del costo de vida, esos sindicatos se movilizaron para reclamar un 30 por ciento de reajuste del salario mínimo. El ministro de Justicia y Trabajo Ezequiel González Alsina manifestó al Comité Ejecutivo de la CPT que habría un aumento sustancial del salario mínimo, lo cual fue entendido entre los trabajadores como una promesa formal. Pusieron plazo hasta el 1°. de agosto 1958 para que la decisión fuera tomada oficialmente. El emplazamiento no fue bien recibido por el Gobierno ya que estaba en curso el preparativo de los actos para la reasunción de Stroessner, marcado para el 15 de agosto de aquel año. De modo que en privado González Alsina respondió a sus interlocutores que el reclamo sería concedido recién después de instalado el nuevo Gabinete. La CPT aceptó posponer la fecha tope para el 26 de agosto. Pero he aquí que en los cambios de cartera González Alsina fue nombrado ministro de Agricultura y un jurista que venía de la Corte Suprema, César Garay, lo reemplazó al frente de Justicia y Trabajo.

Las negociaciones se estancaron y Garay tiró el fardo a una instancia subordinada, el Departamento Nacional del Trabajo. En base a un minucioso estudio de las estadísticas oficiales, dicho Departamento demostró que la solicitud sindical era justificada y que incluso correspondía un reajuste mayor al 30 por ciento para nivelar el mínimo al costo de vida. Ese estudio fue girado al Consejo Nacional de Coordinación Económica, que presidía Stroessner. La decisión fue un fiasco: 5 por ciento de reajuste, sin especificar siquiera fecha de entrada en vigor.

Hartos de las tácticas dilatorias y aquel 5 por ciento miserable, la totalidad de los representantes obreros decidió ir a una huelga general. Poco y nada sabían lo que se manejaba a nivel oficial, a saber, la supuesta infiltración de elementos de Méndez Fleitas y Comunistas en los sindicatos. Puesta a consideración de la Junta de Gobierno la cuestión, ella decidió que los sindicalistas debían recibir una lección. Todos los miembros de aquella Junta, excepto Mario Mallorquín, concordaron con el ministro del Interior Ynsfrán de que en el pasado se había obligado a los obreros a inclinar la cabeza pero ahora se precisaba romperles el espinazo. Ynsfrán y su segundo Nelson Villate junto con el jefe de Policía Duarte Vera fueron encargados de llevar a cabo exactamente tal planteamiento. Cuando los representantes sindicales en pleno se hallaban reunidos para ultimar los detalles de la huelga, la policía los atacó dentro del local de la CPT y en medio de una furibunda golpiza tomó presos prácticamente a todos ellos. En los días siguientes el procedimiento se endureció. La CPT fue descabezada, los representantes torturados y mandados a confinamiento, la huelga declarada ilegal y se avisó por radio que todos los ausentes de sus puestos de trabajo en el perentorio lapso de 24 horas serían despedidos 15/.

Notablemente, los Colorados que tenían planeado deshacerse de Stroessner apenas llegaron a pedir en la Cámara de Representantes que se procesara a Duarte Vera por abuso de autoridad. Pero fue Vicente Cortesi el sancionado por la Junta de Gobierno bajo el cargo de insubordinación y obligado a firmar una declaración en la que informaba a sus 'compañeros trabajadores' que los Comunistas habían tomado ventaja de la huelga y por tanto ella debía ser de inmediato levantada. Ahí terminó aquella reivindicación.

El 1°. de enero 1959 Fulgencio Batista corrió de Cuba y se instaló un gobierno revolucionario, hecho que causó ansiedad en los círculos oficiales de Paraguay. Hubo guardia reforzada frente a edificios públicos, sesión reservada en la Junta de Gobierno, pronunciamiento del ALON pidiendo el cese de la 'dictadura Colorado-militar' y continuada cobertura de los acontecimientos cubanos en los diarios La Tribuna y El País. El exembajador en Washington, Osvaldo Chaves, había conversado con el embajador norteamericano en Asunción Walter Ploeser el 30 de setiembre 1958. El tema: situación política interna. Chaves habló de cuestiones sensibles como la formación de un frente antiStroessner en la Cámara de Representantes, su ramificación en la Junta de Gobierno, la posición de cada uno de los ministros y la proyección de una crisis en que Stroessner iba a ser puesto contra la pared. Soltó una confidencia clave: "Stroessner por el momento está bastante fuerte y parece contar con todo el apoyo de las Fuerzas Armadas. Pero no está en posición de aplastar al Partido y mandar solamente con el Ejército. El mismo está cercanamente identificado con el Partido que no podrá hacer esto. No sobreviviría mucho tiempo si intentara gobernar sin el Partido... se le preguntó si pensaba que Stroessner podría durar por todo su mandato de cinco años, dijo que pensaba que eso no era posible" 16/.

Chaves no conocía las conexiones personales muy estrechas entre el embajador Ploeser y Stroessner, quienes habían conformado un grupo de trabajo. De otro modo no hubiese hablado tanto. A pesar de su larga carrera política, él no se distinguía por la circunspección. Stroessner también iba preparando su movida, pero con más discreción. Una confrontación de fuerzas se veía venir. A principios de mayo 1959 Ynsfrán retó a

duelo a Osvaldo Chaves en una sesión de la Junta de Gobierno, ante la calificación de 'mente enferma y afiebrada' que éste le atribuyó. El incidente no pasó a los hechos pero resultó sintomático de la grave pugna interna. Los Colorados que resistían el mando de Stroessner habían redactado semanas antes una nota por la cual solicitaron se convocara una Convención Nacional Constituyente para reformar la Constitución. Propusieron el cese del estado de sitio, amnistía general para los presos políticos, libertad de prensa, libertad de reunión y respeto a los derechos básicos de la persona humana 17/. La estrategia era buscar una apertura y nominalmente eran dos los que debían irse para facilitar tal paso: Tomás Romero Pereira y Edgar L. Ynsfrán. Nadie dijo públicamente que el movimiento iba contra Stroessner. Rápidamente éste tomó el pulso y en la sesión inaugural del Congreso, 1° de abril 1959, anunció el pronto levantamiento del estado de sitio, amnistía general para presos políticos, libertad de prensa, libertad de reunión y otras medidas tendientes a normalizar la situación política. Como él lo expuso, "perfeccionar un régimen democrático y durable" era el objetivo. "El último dictador en América del Sur, sentado en su decrépito y antiguo palacio de un siglo en Asunción, midió sus posibilidades de sobrevivir y decidió la semana pasada que ellas pasaban por ablandar su puño de hierro", sostuvo una nota descriptiva de la situación 18/.

Las concentraciones partidarias se volvieron un ritual, repentinamente. Liberales y Febreristas convocaban cada fin de semana a sus huestes, se escuchaban discursos de distinto matiz y tono. Los Liberales se lanzaron contra Stroessner, Ynsfrán, Duarte Vera y otros integrantes de la línea dura acusándolos de diversos delitos. La policía se mantenía en actitud vigilante. Comenzaba una primavera democrática. Mientras el Partido Liberal seguía con su prédica de los años de la semi- clandestinidad, con oratoria por momentos agresiva, los Febreristas parecían querer ganar con mesura lo que no habían podido obtener por otros medios. Cuánto más habría de resistir aquella situación era la pregunta.

El 30 de mayo 1959 la cuestión quedó resuelta. Dos días antes estudiantes secundarios y universitarios hicieron sus propias demostraciones en protesta por la suba del pasaje. Pero las fuerzas policiales de Duarte Vera les atropelló con caballos, gases y los dispersó a sablazos. Un tendal de contusos y presos no disuadió a los estudiantes, quienes continuaron saliendo a las calles cada vez más decididos. La acción policial fue brutal, lo que llevó a la mayoría de la Cámara de Representantes a emitir un pronunciamiento de condena y exigencia de destitución de Duarte Vera. Stroessner decretó el estado de sitio y disolvió el Congreso. Automáticamente los miembros de dicho cuerpo quedaron sin fueros y ante un amago de resistencia la policía les cayó encima. Fueron apresados los revoltosos (O. Chaves, Mallorquín, Lovera, Florentín, etc.) ante el deleite de sus correligionarios Colorado-stronistas. Tropas policiales y de la Caballería coparon los puntos principales de Asunción y los alrededores de locales estudiantiles. Las puertas del Congreso fueron cerradas con cadena y candado.

Los partidos de oposición no lanzaron siquiera un manifiesto. Cada cual para sí, Dios para todos. Lo que anteriormente habían actuado los caudillos Colorados ahora lo recibían. No era poco lo que se produjo, un golpe contra el Poder Legislativo, pero como todos sus miembros eran de un solo partido la interpretación corriente fue 'una pelea de entrecasa'. Fue algo más que eso. Los sectores Colorados que vieron llegada la hora de proceder a una apertura política, y con ellos una mayoría de la Juventud Colorada, fueron aplastados manu milítari en ese intento. Tuvieron que salir al exilio, siguiendo a los miles de paraguayos que ya habían emprendido aquel duro peregrinar.

En el destierro, ellos conformaron mediante asamblea el Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), formalizando de esta manera lo que habían gestado a principios de 1959 durante la breve primavera democrática. Fue un prolongado destierro. Por resolución de la recompuesta Junta de Gobierno bajo la batuta de Stroessner, los principales dirigentes del MOPOCO fueron expulsados del Partido Colorado en marzo 1960. Varios de los firmantes de tal resolución fueron a su vez depuestos de sus cargos más adelante, pero esas sí constituyeron purgas entre criminales. Se había impuesto algo peor que la dictadura.

El crimen organizado quedó instalado en Paraguay con el cierre del Congreso, cuando la pugna entre Colorados se definió por la fuerza a favor de Stroessner y sus lugartenientes. El régimen evolucionó del golpe de 1954 al de 1959 acaparando cada vez mayor poder, hasta volverse éste monopolio del cerrado círculo que rodeó al capomafioso. En 1960 Stroessner mandó convocar a elecciones para llenar el Congreso y aprobó una lista purgada de Colorados leales a él. La elección fue otra farsa de lista única como las anteriores. A partir de ahí quedaron únicamente dos opciones: la colaboración y la insurrección.

 

INSURRECCIÓN

Frente al crimen organizado firmemente establecido y estructurado que dejó atrás cualquier atisbo de apertura, nada más que dos caminos quedaron por delante. Era diáfanamente claro para cualquier persona informada que, cerradas todas las puertas de libertad y participación, le restaba callar o pelear. Lo extremo de la situación no permitía términos medios. Era obvia además la imposibilidad de luchar desde dentro a menos de abrigar uno la vocación de mártir. Para la población analfabeta, menores de edad, dependientes y no informados -téngase en cuenta que la censura abarcó los medios y sistema educativo en su totalidad- lo primero fue adaptarse para sobrevivir. Fueron víctimas, elementos pasivos en aquella ecuación de poder. Cabe pues decir que internamente la probabilidad de hacer frente al aparato stronista quedó en cero absoluto. Un movimiento insurreccional solamente podría venir de algún territorio que lo albergase, permitiera entrenar, equiparse y cruzar la frontera subrepticiamente.

En Argentina tenían refugio los aproximadamente 250.000 paraguayos que salieron del país desde la contienda del '47 en adelante. Fue por tanto natural que, apenas encontraron oportunidad, las organizaciones de exiliados rápidamente se pusieran en campaña allá. La voluntad mayoritaria era luchar contra la tiranía, como se lee en los manifiestos de los distintos partidos y movimientos del exilio. La diferencia radicaba en el método, o sea cómo llevar a cabo aquel deber. Más que alentados, inflamados por el ejemplo de la revolución cubana, los que ya habían probado incursiones limitadas desde mediados de 1958 y los jóvenes en general coincidieron en tomar la vía armada. En esto estuvieron Liberales, Febreristas, Colorados y Comunistas, si bien como directorio sólo el Partido Comunista Paraguayo (PCP) se pronunció explícitamente a favor de aquella vía.

Ya a mediados de 1956 el Comité Central del PCP discutió y aprobó en primer lugar las resoluciones del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en el que Nikita Jruschov había denunciado el estalinismo a poco de asumir como secretario general. Analizó a continuación la situación en Paraguay y concluyó que bajo las condiciones imperantes la vía pacífica a la revolución estaba cerrada. El régimen militar terrorista, instrumento del imperialismo norteamericano y de los sectores más reaccionarios de la clase latifundista-comercial solamente podía ser derrotada por medio del levantamiento popular armado, afirmó. Agregaba que el esfuerzo debía ser preparado integrando todas las fuerzas antidictatoriales, estando el Partido Comunista representado en las organizaciones sindicales y campesinas, incluso en la Confederación Paraguaya de Trabajadores 19/. El documento llegó a las manos de Stroessner, quién lo utilizó a gusto para su guerra de propaganda y limpieza sindical tal como se dejó anotado más arriba. El Partido Comunista, cuyo secretario general era Oscar Creydt, estaba infiltrado profundamente y todo cuanto decidía o circulaba confidencialmente entre sus dirigentes era informado, registrado y documentado por los organismos de inteligencia del dictador.

En junio 1957 el Partido Comunista repitió a través de un manifiesto sus acusaciones contra la dictadura militar-terrorista e instruyó a todos los camaradas organizar fuerzas entre los obreros, campesinos y el pueblo en general a favor de elecciones libres, amnistía general, levantamiento del estado de sitio, precio justo para la producción agrícola y contra la explotación de los trabajadores. Ninguna de estas consignas prosperó, pero bien que sirvieron a las fuerzas represivas para apretar las tuercas contra los sindicatos, militantes de la oposición no Comunista que demandaban lo mismo y funcionarios públicos acusados de 'idiotas útiles' o 'simpatizantes Comunistas'. Los voceros de Stroessner decían que ellos estaban por todas partes. Comunistas eran detenidos periódicamente, lo que servía para dar cierto fundamento a la mencionada alegación. Era difícil, sin embargo, conciliar cómo es que tantos pudieran andar por sus casas o en lugares públicos en medio de la extendida red de informantes (pyragué) que sí rondaban hasta en los atrios de las iglesias.

            El programa de liberación nacional del Partido I Comunista de 1959 llamó a una amplia convergencia de partidos, organizaciones populares y movimientos anti-dictatoriales, los que a través de un pacto se comprometieran crear un frente de liberación nacional. En su manifiesto de abril 1959, el Comité Central en efecto declaró su apoyo al Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA), en aquel momento un mero proyecto sin hombres armados detrás. A pesar de esas manifestaciones, Comunistas y gente de otros partidos no se juntaban fácilmente y sus dirigentes más bien se repelían.

Por tanto y por su cuenta, Liberales y Febreristas acordaron formar un frente unitario bajo el nombre Movimiento 14 de Mayo. El mismo quedó formalizado el 4 de mayo 1959 con la firma de Flaviano Adorno, Benjamín Vargas Peña, Arnaldo Valdovinos, Carlos Freytag, Alfredo Ramos, Manuel Pérez Ramírez, Juan José Rotela, Carlos Caballero Ferreira, Herminio Giménez, Gabriel Armoa, Modesto Ramírez, Julio César Caballero, Augusto Daponte, Venancio Adorno, Adolfo Cattoni, René Speratti, Patricio Orzúzar, Orlando Rojas, Américo Villagra, Néstor Romero Valdovinos, Mario Esteche, Andrés Mussi y otros. El Movimiento 14 de Mayo tenía como objetivos fundamentales:

a. Integrar una sola fuerza revolucionaría con las organizaciones firmantes del pacto e incrementarla con otras fuerzas afines para luchar por el derrocamiento de la dictadura.

b. Constituir un Gobierno Provisional representativo de las fuerzas combatientes, destinado a poner en ejecución los planes de normalización institucional y libertad previstos.

c. Implantar un sistema de gobierno democrático y representativo de la soberanía popular que asegure el ordenamiento institucional y la vigencia de libertades y derechos esenciales de la persona humana.

A efecto de coordinar los planes y acciones se formó una Junta Nacional Revolucionaria. En el documento fundacional se especificó que el esfuerzo revolucionario no iba dirigido contra el Partido Colorado o ningún otro partido como institución política ni contra sus afiliados como tales, sino contra la dictadura como sistema. Quedó establecido que la Junta convocara a una Asamblea Nacional Constituyente para encaminar el reordenamiento institucional y democrático del país, en base al libre juego de los partidos políticos 20/.

A lo largo de 1959, mientras el régimen Stroessner aumentaba su propaganda anti-comunista y la represión de disidentes cuyo número iba en aumento, la ruta del exilio desbordó. Acosados por la persecución y el descenso del nivel de vida, contingentes enteros de familias paraguayas migraron. Buenos Aires era el punto de destino principal y secundariamente las ciudades de frontera como Clorinda, Posadas, Corrientes y Resistencia. Otro tipo de gente ingresaba, criminales con órdenes de captura por delitos aberrantes. Ante Pavelic, un croata que había sido nombrado poglavnic (jefe) por Hitler cuando la invasión nazi a Yugoslavia y responsable del exterminio de 800.000 compatriotas suyos, llegó a Asunción huyendo de Argentina. Stroessner le asignó trabajo en la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos como asesor. Pavelic hizo el trabajo que sabía hacer, torturar y matar con escalofriante eficiencia.

El doctor Joseph Mengele, el ángel de la muerte, también fijó residencia en Paraguay. Había enviado a millones de personas a las cámaras de gas en Auschwitz-Birkenau. Cuando los israelíes lo detectaron en un suburbio de Buenos Aires, Mengele empacó y viajó a Asunción. En 1959 la República Federal de Alemania entregó al Gobierno de Paraguay un pedido de extradición, el cual fue devuelto con la explicación que el nombrado prófugo no se radicó ni se encontraba en Paraguay. Pero aquel mismo año él había: obtenido su carta de ciudadanía extendida por la Corte Suprema de Justicia. De acuerdo al cazador de nazis Simon Wiesenthal, Mengele colaboró con la policía secreta de Stroessner y luego se mudó al pueblo de San Antonio. Viajaba con sus documentos paraguayos sin problema e hizo negocios con identidad falsa, hasta que la presión conjunta de varios gobiernos y la prensa lo obligó a abandonar Paraguay. Tuvo que generarse un escándalo internacional antes que eso ocurriera.

"Quizás el más célebre criminal de guerra nazi todavía libre es el doctor Joseph Mengele", escribió Jack Anderson. "Con un movimiento de su bastón él decidía qué judíos debían ir a la cámara de gas, quiénes debían ser usados para experimentos médicos, quiénes debían trabajar hasta morir... se sabe que él se muda de un lugar a otro, a veces viaja al exterior con pasaporte falso. Pasaportes y protección le provee el dictador de Paraguay, Alfredo Stroessner" 21/.

En la misma fecha que Mengele consiguió la ciudadanía paraguaya, 29 de noviembre 1959, la vanguardia del Movimiento 14 de Mayo llegaba a Eldorado y Posadas para preparar el ingreso a Paraguay. Informado en detalle de los movimientos en la frontera, Stroessner había solicitado un paquete de ayuda urgente al Gobierno de Estados Unidos para adquirir aviones militares de entrenamiento y transporte. El 11 de diciembre 1959 Sapena Pastor conversó con el embajador argentino Benjamín de la Vega sobre el aviso del Gobierno de Paraguay a la empresa Aerolíneas Argentinas de no traer al paí Ramón Talavera debido a la prohibición de su ingreso decidida oficialmente. Sapena Pastor informó además al embajador  que ese viaje estaba `revisto “como una acción conectada a desordenes de invasión al Paraguay desde Argentina que se esperaba para la noche del 11-12 de diciembre, y que en ese caso aquellos que ayudaran a la llegada del Padre Talavera estarían colaborando con el enemigo del Gobierno” 22/.

Efectivamente, el 12 de diciembre a la mañana temprano grupos rebeldes cruzaron la frontera. Se citaba en los primeros despachos que ellos estaban comandados por Juan José Rotela y Mario Esteche y que su objetivo era tomar Encarnación. Se citaba también la participación del coronel Alfredo Ramos, ex-combatiente de la guerra del Chaco. Otros grupos ingresaron por Puerto Yguazú, General Díaz, Bella Vista, Pedro Juan Caballero y Coronel Bogado. Las comunicaciones con Encarnación quedaron momentáneamente cortadas y hubo un fuerte desplazamiento de tropas en aviones C-47 hacia las zonas de penetración. Unos 20 rebeldes fueron repelidos cuando intentaron cruzar por Clorinda hacia la costa paraguaya cerca de Asunción. Durante toda aquella semana la actividad fue intensa y al final de ella comenzaron a reportarse bajas rebeldes. Talavera trató pero no pudo desembarcar en Asunción ya que el avión que lo traía fue obligado a retornar sin tocar pista. Apuradas gestiones diplomáticas acompañaron las acciones militares. Autoridades paraguayas protestaron formalmente ante sus pares de Argentina y solicitaron por nota que:

1. la campaña de falsedades de La Prensa, La Nación y otros diarios (de Buenos Aires) termine

2. las organizaciones de exiliados paraguayos en Argentina sean proscriptas

3. la policía (argentina) intervenga para detener todo acto de propaganda que fuera más allá de la mera expresión de pensamiento

4. los actos subversivos contra Paraguay llevados a cabo por residentes paraguayos en Argentina sean prohibidos

5. los refugiados paraguayos envueltos en actividades subversivas sean internados 23/.

Las relaciones entre los gobiernos paraguayo y argentino se deterioraron, si bien en Asunción no hubo acusación alguna contra el presidente Arturo Frondizi. Eran las autoridades militares y de Gendarmería las implicadas directamente, según Stroessner y sus allegados, a más de la prensa rioplatense que no cesaba en su "campaña de falsedades e infamias". Entretanto las autoridades brasileñas cooperaban prestamente, habiendo detenido a los guerrilleros que volvieron a cruzar al otro lado. El presidente Juscelino Kubitschek fue más allá. Instruyó a su canciller Horacio Lafer a visitar Asunción, no obstante la reacción en el Congreso de Brasil favorable a la posición de los rebeldes paraguayos. El Gobierno Kubitschek también ayudó por otros canales al del Paraguay en aquel momento y posteriormente. En esa misma línea se inscribió la cooperación de Washington. Stroessner recibió un continuado flujo de información de las agencias norteamericanas acerca de los movimientos del 14 de Mayo, sus contactos político-militares en Buenos Aires, La Habana y Caracas. Recibió asimismo la asistencia de expertos en contrainsurgencia que trabajaron en el terreno al lado de las tropas de Caballería e Infantería comandados por los generales Hipólito Viveros y Patricio Colmán. Esas tropas, junto con grupos parapoliciales del Partido Colorado, desbarataron las columnas insurgentes, detuvieron y/o pasaron a degüello a sus integrantes para tirarlos seguidamente al rio Paraná.

Luego de la primera incursión de diciembre 1959, las disensiones y conflictos en el Movimiento 14 de Mayo menudearon. A comienzos de marzo 1960 desertó el jefe de una de las columnas, Luis Parra. Reveló ante el ministro Ynsfrán lo que sabía y se prestó a una conferencia de prensa donde habló hasta por los codos. Detalló puntos de entrenamiento y zonas de acuartelamiento, infiltración del alto mando del Ejército Argentino, provisión de fondos desde Cuba y Venezuela, falta de coordinación entre los líderes Liberales y Febreristas, accidentes y carencias de los alistados. Acusó como responsables de decisiones inconsultas a los Liberales Benjamín Vargas Peña, Flaviano Adorno, Carlos Caballero Ferreira, Modesto Ramírez, Mario Esteche y a su correligionario Febrerista Arnaldo Valdovinos. Fueron y vinieron andanadas de denuestos a través de la prensa con Edgar L. Ynsfrán y Ezequiel González Alsina de portavoces, por el otro lado los jefes del 14 de Mayo desde Buenos Aires. Para llevar a su máxima expresión esa verborrea confusa la Unión Nacional Paraguaya (conformada por los líderes históricos de los partidos Liberal y Febrerista en el exilio) recusó al 14 de Mayo calificándolo de "movimiento faccional carente del respaldo de ningún partido político... movido por intereses subalternos" 24/.

Nada mejor que diversidad para la polémica y diversidad no faltó en la propaganda desatada con profusión de adjetivos, adverbios y sustantivos de grueso calibre.

El 29 de abril 1960 el Ministerio del Interior informó que "un grupo de invasores" cruzó el rio Paraná y se refugió en el poblado de Mayor Otaño. Sobre el hecho noticias procedentes de Posadas dieron cuenta que unos 250 combatientes del Movimiento 14 de Mayo habían traspasado la frontera, internándose en territorio paraguayo con rumbo desconocido. Las fuerzas militares y milicias Coloradas dominaron la situación, informándose por comunicado oficial del fracaso de la invasión. Por pedido de Asunción, la Gendarmería Argentina detuvo en la frontera a varios exiliados. Los interrogó y a continuación los dejó en libertad. El 6 de mayo 1960 el Ministerio del Interior volvió a informar que "un intento de invasión" de una pequeña columna entrada por Brasil fue desbaratada. Unos días después se produjeron desórdenes en el centro de Asunción al reprimir violentamente la policía una marcha estudiantil. Cientos de estudiantes fueron arrestados, golpeados y muchos pasaron a engrosar la población penal de las comisarías policiales, sin orden judicial. Centros de estudiantes secundarios y universitarios se declararon en huelga y hubo enfrentamiento con los cuerpos de choque del régimen. Venía dura la mano.

En setiembre 1960 y luego de reuniones que casi terminaron en tiroteo, el 14 de Mayo informó desde Buenos Aires haber expulsado a elementos Comunistas. Se materializó una escisión que en realidad marginó a los Febreristas de la dirección. Quedaron en control los Liberales, numéricamente en mayoría, luego de importantes bajas en el frente. En octubre 1960 Stroessner relanzó su programa de negociación con la oposición conservadora. Continuó de esa manera lo que había abierto en el curso de las elecciones municipales de aquel año. Más de lo que ya estaba dividido, fracturó al Partido Liberal, directorio Asunción, con el incentivo de dejar participar a una de las facciones en los próximos comicios. Con la oposición quebrada y la cuestión militar controlada, Stroessner capeó el resto del temporal. De ahí en más y asegurada una cuantiosa ayuda norteamericana bajo el programa de la Alianza para el Progreso, movió a voluntad sus piezas en el tablero político.

A fines de 1960, una de las últimas operaciones lanzadas por el Movimiento 14 de Mayo terminó en desastre. Los combatientes a cuyo frente iba el comandante Juan José Rotela no recibieron vituallas, armas ni el apoyo prometido por la cúpula que andaba tirándose lodo ente Resistencia y Buenos Aires. Los que hacían el trabajo político se cruzaron en uno y otro altercado y otro más, hasta la disgregación total. En tanto la columna Libertad de Rotela fue cercada, dispersada y diezmada, su comandante tomado prisionero y torturado junto con unos pocos compañeros. La declaración de Rotela extraída antes de su ejecución se guardó en el Estado Mayor (donde permaneció hasta el tramo final del mandato de Andrés Rodríguez.

FULNA continuó enviando gente al combate. Corrieron la misma suerte que los Liberales y Febreristas. El secretario general del Partido Comunista y jefe del FULNA, Oscar Creydt, era un estalinista maniobrero. Centralizó las decisiones y fomentó hacia sí un peculiar culto personal. Condujo a las fuerzas del FULNA de fracaso en fracaso. Sus camaradas pudieron haber disculpado sus excesos personales pero no el sacrificio a que llevó a jóvenes cuadros. Paralelamente fue desgastándose a los ojos del centro de la ordoxia Comunista, Moscú. Cuando en la disputa sino-soviética Creydt pretendió primero tomar una posición independiente y luego se volcó hacia los chinos, quedó marcado. Sus camaradas del Comité Central le sometieron en ausencia a un tribunal y más tarde lo expulsaron del partido. Es la conclusión que se extrae del informe del Comité Nacional de Defensa y Reorganización del PCP, así como de una extensa respuesta a sus juzgadores y Moscú por parte del secretario general cesante 25/. El informe acusa a Creydt de "agente provocador", "provocación antisoviética" y lindezas por el estilo, a las cuales aquél replica con los cargos de "sectarios", "entreguistas", "revisionistas", etc. Así como para Moscú y Pekín el cisma los convirtió en enemigos, el Partido Comunista Paraguayo sufrió similar proceso y quebró.

Creydt había enviado en sigilo a Antonio Alonso Ramírez, miembro del Comité Central, al Paraguay. Su misión era llegar a las serranías del Ybyturuzú, lo que logró hacia fines de 1959. Su objetivo era adoctrinar y organizar a los campesinos y establecer una base desde la cual las futuras fuerzas guerrilleras pudieran operar. Otros militantes Comunistas fueron enviados a la zona de Piribebuy para hacer similar trabajo. De dicha preparación salieron los cuadros que revistaron en la columna Mariscal López. Esta columna tomó la alcaldía policial de Barrero Grande brevemente e incautó armas en mayo 1960. Por otro lado, la columna Ytororó cuyos integrantes se entrenaron a las apuradas cerca de Corrientes cruzó la frontera a mediados de junio 1960. Ella estaba bajo la dirección directa de Creydt, lo que planteó un problema insoluble al entrar los combatientes en territorio paraguayo ya que el jefe permaneció en Buenos Aires. En su marcha hacia el Ybyturuzú, la columna Ytororó fue interceptada por tropas al mando del general Colmán, rodeada y dispersada. Sus desorientados y extenuados integrantes fueron aniquilados por batidas en serie.

Para todo propósito práctico, la insurrección terminó a mitad de 1961. El Movimiento 14 de Mayo desapareció, FULNA quedó reducida a los escasos  sobrevivientes que deambularon por Santa Elena y Piribebuy.

¿Qué cabe concluir de aquella lucha altamente costosa en lo material y humano, visto sus resultados?

Primero, hubo exceso de improvisación y conflictos internos dentro de ambas organizaciones. Los jefes políticos se enzarzaron en peleas domésticas, dentro del 14 de Mayo entre Liberales y Febreristas, en el Comité Central del PCP entre los camaradas. Se acusaron unos a otros y dividieron, sin que ellos estuvieran en el campo de batalla. La división en las cúpulas debilitó grandemente el apoyo político y logístico a los combatientes.

Segundo, se sabotearon mutuamente. Entre el FULNA y 14 de Mayo la rivalidad pasó al terreno de los hechos con infiltraciones, delaciones, robo de armas y destrucción de equipo. Estos actos se produjeron ya al momento de preparación de los futuros combatientes, habiendo tomado la delantera el 14 de Mayo en alistar cuadros y pertrecharse. Recién después que el 14 de Mayo desplegara sus combatientes en el terreno el PCP comenzó a adiestrar cuadros para la guerrilla en diciembre 1959. El análisis dentro del Comité Central fue que los grupos burgueses y pequeño-burgueses se habían organizado y tomado la iniciativa, pero la `vanguardia' (el Partido Comunista) no podía estar ausente del espacio que le correspondía al frente de los obreros y campesinos. Su primera acción, no de frente sino de retaguardia, fue infiltrar agentes en el campo de entrenamiento del 14 de Mayo. A partir de ese hecho los sabotajes mutuos no cesaron, pequeña guerra de retaguardia que tuvo ciertamente su impacto.

Tercero y en relación a lo anterior, hubo infiltración de fuera. El Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), la CIA y el Ministerio del Interior de Paraguay conocían los detalles de preparativo militar, fecha de cruce de la frontera y más adelante hasta rumbo de marcha de la fuerza enemiga (como fue el caso de la columna Ytororó). Esta información permitió la búsqueda y destrucción de los grupos insurrectos. Información que fue continuada a notar por la lista que se transcribe más abajo, la cual se elaboró en aquel tiempo.

Cuarto, la dirección del 14 de Mayo y FULNA tuvo información escasa y deformada de lo que ocurría realmente en los niveles más altos del régimen Stroessner. Se manejaron por trascendidos y propaganda. No conocían lo que estaba planeando el enemigo, a diferencia de éstos que les seguían los pasos con mucho conocimiento, continuadamente.

De modo que sumado todo lo anterior y previsiblemente, los rebeldes perdieron como la guerra.

Entrenados en Cuba en la Escuela de Guerrillas. Lista incompleta, 1960 en adelante. Documento en inglés, sin firma, preparado por la CIA y extendido como gentileza al Gobierno de Paraguay. Encontrado archivo de Fuerzas Armadas.

1. Ismael Barreto (René) - Miembro del Partido Comunista Paraguayo. Era el comisario político del grupo, aproximadamente 32 años, de tez morena, 5'7” de altura. Es de Caballero, Paraguay. Hijo de un presidente de seccional Colorada de ese pueblo. Solía vivir en Villa Martelli, Buenos Aires.

2. Ricardo Barreto Dávalos - Comunista, 35 años de edad, tez blanca, cabello castaño, ojos marrones, robusto de contextura. Nativo de Villarrica, Paraguay. Su estatura es de aproximadamente 5'8'". Vivía en Villa Soldati, Buenos Aires.

3. Luciano Mora - Aproximadamente 20 años, Comunista. Cerca de 5"6"" de altura, piel morena, cabello negro enrulado. Estudiante.

4. Lidio Mora - Comunista, 18 a 20 años de edad, estudiante, sobrino de Juan Mora. Tiene unos 5"9"' de altura y cabellos negros ondulados.

5. Corazón Aguilar Enciso - 35 años de edad, piel morena, 5"5"" de altura, cabello negro. Afiliado al PCP. Tiene ojos marrones y es delgado. Vivía en Resistencia, Argentina.

6.(Nombre no conocido) Fretes - De unos 20 años, es de contextura pesada, tiene unos 5"6"", ojos verdes. Hijo del capitán (SR) Fretes que vive en Quilmes, Buenos Aires. Comunista.

7. Beatriz Sandoval de Villar - Comunista. Especializada en curación de heridas y enfermedades en combate. 21 años aproximadamente, usa el seudónimo de Graciela Barrios. Tiene unos 5"4"' de altura, piel blanca, ojos oscuros y pelo negro, pálida. Estuvo viviendo en Posadas, Argentina.

8. Isabeliano Vega Rivas - Febrerista izquierdista activo en el FULNA, 32 años de edad, nativo de Caacupé, Paraguay. Tiene unos 5'9"" de altura y cabello negro ondulado. Ojos marrones, delgado. Tiene un hermano de nombre Mármol en Isla Pucú, Paraguay, afiliado al Partido Colorado.

9. Juan Jerónimo Ventre Buzarquis - Febrerista izquierdista y miembro de FULNA. Nativo de Villarrica,            Paraguay,        tiene aproximadamente 5'5 " de altura, piel morena, pelo negro, ojos marrones y delgado.

10. Martín Ferreira - Febrerista izquierdista y miembro del FULNA. Es oriundo de Ayolas. Tiene piel morena, unos 5'9" de altura, delgado, ojos oscuros y pelo negro.

11. Martiniano Cabrera - Febrerista izquierdista y miembro del FULNA. Oriundo de Ayolas, tiene aproximadamente 5'9", delgado, blanco, ojos verdes, complexión atlética y pelo castaño.

12. Gilberto Cabrera - Febrerista izquierdista y miembro del FULNA. Nativo de Ybycuí, 26 años, tiene piel blanca, pelo encrespado, 5'8" de altura con ojos azul claro, es robusto.

13. Nicolás Mereles - Febrerista izquierdista y miembro del FULNA. 26 años de edad y unos 5'10" de altura, pelo negro, ojos oscuros, contextura ligera.

14. Pablo Marcos García - Febrerista izquierdista y miembro de FULNA. Nativo de Asunción, Paraguay, tiene unos 19 0 20 años, piel morena, 5'10 " de altura, ojos oscuros, delgado, hijo del capitán García (SR).

15. Miguel Manevit Castelli - Oriundo de Coronel Bogado, Paraguay. Tiene unos 35 años, ojos azules claros, pelo castaño, robusto.

16. Eusebio Bernal - Liberal y miembro del FULNA. Aproximadamente 31 años de edad, 5'8" de altura con pelo negro ondulado, ojos marrones, es robusto y oriundo de Asunción, Paraguay. Solía vivir en Pinozá. Recientemente estuvo viviendo en Buenos Aires.

17. Heriberto Florentín Peña - miembro del MOPOCO y activo en el FULNA. 28 años y piel blanca, tiene            unos    5 ' 10”” de altura y cabello negro. Ojos marrones y complexión atlética. Solía vivir en Buenos Aires.

18. (Nombre no conocido) Santos - miembro del MOPOCO, trabaja con el FULNA. 24 años, piel morena, 5'10 " de altura, cabello negro, ojos marrones, contador público. Solía vivir en Posadas, Argentina.

19. (Nombre no conocido) Alvariza - Oriundo de Villarrica, Paraguay, miembro de MOPOCO y militante del FULNA. 25 años de edad, tiene piel blanca, aproximadamente 5'10 " de altura, ojos marrones, delgado, contador público de profesión. Solía vivir en Buenos Aires, Argentina.

20. Julio Belotto - miembro del MOPOCO y militante del FULNA. 25 años de edad, piel blanca, aproximadamente       5'10 "   de altura, pelonegro, robusto, barba tupida, es desaliñado. Lleva anteojos y tiene bigotes. Vive en Buenos Aires.

21. Juan de Dios Acosta Mena - hermano de Arturo Acosta Mena. Es miembro de MOPOCO y del FULNA. 28 años de edad, pelo castaño, ojos marrón claro, cuerpo robusto y gordo. Lleva anteojos y tiene bigotes recortados. Contador público.

22. Federico Arias - Comunista, 33 años de edad, tez bronceada, 5'9" de altura, cabello castaño claro, ojos verdes, robusto. Solía vivir en Posadas.

23. Inocencio Burgos Cáceres - Febrerista izquierdista y miembro del FULNA, 23 años de edad. Nativo del departamento de Cordillera. 5'9" de altura, cabello negro, ojos oscuros, contextura atlética. Su probable domicilio es Paraguay.

24. Rafael Guerrero Padín {alias Bebeco) - Comunista y ex Febrerista. 28 años de edad, aproximadamente 5'9", tiene cabellos negros, ojos marrones y es robusto. Residía en Resistencia.

25. Juan Bautista Aquino Rodríguez - Comunista. Oriundo de Luque, tiene unos 25 años, tez blanca, es un obrero. Tiene 5'9" de estatura, cabello castaño, ojos verdes claro, delgado. Probablemente reside en Paraguay.

26. Martín Ortega Romero- Comunista, 26 años de edad, piel morena, aproximadamente 5'6". Tiene pelo negro y es robusto. Oriundo de Caacupé, tiene ojos oscuros. Es obrero.

27. Antonio Ojeda - Comunista, nativo de San Juan Nepomuceno. Tiene piel blanca, pelo ondulado, ojos verde claro, contextura delgada, aproximadamente 5'6" de estatura, tiene un hermano que fue seminarista. Solía vivir en Argentina

28. Francisco Rivarola - Comunista, oriundo de Ybycuí, Paraguay. Tiene piel morena, pelo negro ojos marrones y aproximadamente 25 años de edad Solía residir en Buenos Aires, en Villa Martelli

29. Víctor Rivarola - Comunista, hermano menor de Francisco Rivarola. Aproximadamente 23 años de edad, piel morena con ojos marrones, pelo castaño oscuro. Solía residir en Buenos Aires. Especializado en explosivos. Perdió una mano cuando el detonador explotó en un curso sobre explosivos Viajó a Alemania Oriental para hacerse implantar una mano ortopédica.

30. Gregorio Verdún - Comunista, aproximadamente 28 años de edad. Es de tez blanca,            aproximadamente 5'5" de estatura, cabello rubio, ojos azul claro, delgado. Oriundo de Capiatá, Paraguay. Lleva anteojos y es un obrero

31. Omar Vallejos - Comunista de tez blanca, aproximadamente 5'8 " de estatura; pelirrojo Mecánico. Tiene ojos verdes, oriundo de .Asunción. Solía vivir en Montevideo. Cuerpo robusto y gordo.

32. Venancio Paredes - Comunista de 26 años de edad, proveniente de Asunción. Nació en San Bernardino, Paraguay. Tiene aproximadamente 5'5 " de estatura, cabello negro, ojos oscuros, regordete. Es profesor.

33. Francisco Servín - Comunista y miembro del Comité Central del PCP. Probablemente reside en Posadas, Argentina.

34. Tulio Vallejos - Comunista de aproximadamente 28 años de edad. Es pequeño, aproximadamente 5"2" de estatura. Tiene varios dientes de oro.

35. Enrique Rojas - Anteriormente conscripto auxiliar del Ministerio del Interior. Es de Asunción y tiene aproximadamente 20 años de edad. Tiene 5"10"" de altura, piel morena, pelo negro, ojos marrones.

36. Juan Bautista Benítez - Comunista, oriundo de Caaguazú, Paraguay. Supuestamente entró al Paraguay para formar un grupo guerrillero en la zona de Caaguazú.

37. Francisco Marín - Miembro del MOPOCO y Comunista.

38. Virgilio Rojas - Ex Colorado y Comunista.

39. Antonio Rivas - Comunista oriundo de Isla Pucú, Paraguay.

40. Francisco Peralta - Comunista, oriundo de Isla Pucú, Paraguay.

 

NOTAS

1/ Paraguay Industrial y Comercial, revista oficial, N° 53, enero 1949. Más referencias en Carlos Pastore, La lucha por la tierra en el Paraguay (Montevideo: Ed. Antequera, 1972).

2/ New York Times, May 30, 1954, p.17. New York Times, August 25, 1958, p.6.

3/ Department of State, Foreign Service Despatch, Amembassy Asuncion, March 4, 1954.

4/ Department of State, Foreign Service Despatch, Amembassy Asuncion, "Paraguayas Elections", July 13, 1954. No hubo candidatura mas que la de A. Stroessner.

5/ Business Week, June 26, 1954, p. 152. Newsweek, "Paraguay beating back the jungle", September 30, 1957. New York Times, January 4, 1957, pp.68-69.

6/ Department of State, Memorandum of conversation: President Eisenhower, Secretary (of State John Foster) Dulles, Dr. Milton Eisenhower, Assistant Secretary (of State Henry) Holland, Lt. Col. (Vernon) Walters, President Stroessner, Under Secretary of Foreign Affairs (Luis María) Ramirez Boettner, US. Embassy Residence, Panamá, 23 July 1956. Fue el primer encuentro de Stroessner con un presidente norteamericano, en la conmemoración de la 1a. Conferencia de las Repúblicas Americanas.

7/ Department of State, Memorandum of conversation: Minister Raúl Sapena Pastor, Ambassador Juan Plate, Assistant Secretary (of State Roy) Rubottom, Director of the Bureau of Inter-American Affairs Maurice Bernbaum, Washington, September 25, 1958.

8/ Department of State, Foreign Service Despatch N° 424, Amembassy Asuncion, 23 May 1958. CIA Memo, Secret, 26 January 1973.

9/ Recepción en el Club Centenario, Asunción, para agasajar a la misión del Banco Mundial 1958, de entrevista con Luis Escobar, ex ministro de Economía de Chile y ex representante del Banco Mundial, Washington, 6 de octubre 1975.

10/ Informes sobre el padre Ramón Talavera y su Frente Patriótico-Cruzada Nacional para la Liberación del Pueblo Paraguayo en Aníbal Miranda, Argentina, Estados Unidos e insurrección en Paraguay (Asunción: RP/ Miranda & Asociados, 1988), p. 131 ss.

11/ La conspiración Liberal previó que el 4 de noviembre 1956 a la tarde se iniciara el operativo en varios puntos de la capital y sus alrededores, plan que estaba en conocimiento del Gobierno. Detalles en José Luis Simón, Testimonio de la represión política en Paraguay 1954-1974. Serie Nunca Más, vol. 2 (Asunción: CIPAE, 1991), en especial entrevistas a Julio César Franco A. y Luis Alberto Kallsen, p. 167 ss.

12/ Department of State, Foreign Service Despatch, Amembassy, Asuncion, "Impediments to the growth of Paraguayan economy and possibilities for removal of such impediments, September 24, 1956.

13/ Department of State, Foreign Service Despatch, Amembassy Asuncion, "Weekly economic review", p. 2, July 12, 1957. Amembassy Asuncion, "Central Bank of Paraguay", January 17, 1956.

14/ Department of State, Ibid. Documentos de referencia, conexiones con el exterior e interpretación en Aníbal Miranda, Estados Unidos y el régimen militar paraguayo (Asunción: El Lector, 1987).

15/ Documentos y análisis en Aníbal Miranda, Partidos políticos y autoritarismo en Paraguay (Asunción: El Lector, 1988). El interventor designado para poner orden en la CPT fue Enrique Volta Gaona, quien reemplazó al secretario general Vicente Cortesi. Este quedó preso a pesar de su inmunidad parlamentaria y eventualmente pasó al exilio. Antes de producirse la huelga obrera fue inaugurado el nuevo edificio del Ministerio de Defensa Nacional. Le precedió la inauguración del edificio nuevo para la ANR, Casa de los Colorados. Total aproximado de inversión en ambas construcciones, USD 3 millones. Entretanto, los contactos y negociaciones de alto nivel entre las autoridades norteamericanas se mantenían inalterables. En medio de las purgas previas y sucesivas a la CPT visitaron Asunción el mayor general Truman Landon del Comando Sur de la Fuerza Aérea (octubre 1957), el teniente general Robert Montague de CINCARIB/Zona del Canal (enero 1958), el teniente general Ridgely Gaither de CINCARIB/Zona del Canal (setiembre 1958) y de nuevo el mayor general Truman Landon pocos días antes de la clausura del Congreso y apresamiento de parlamentarios Colorados (mayo 1959). Según una fuente diplomática interna, Stroessner consultó con Landon acerca de la movida contra los parlamentarios dos días antes de llevar a cabo esa extensiva purga.

16/ Department of State, Foreign Service Despatch, Amembassy Asuncion, Memorandum of conversation, October 4, 1958.

17/ "Nota de los 17", Manifiesto del Movimiento Popular Colorado, s/f, y Manifiesto de la Junta de Gobierno del Movimiento Popular Colorado, febrero 1962 en el destierro. A esa fecha la directiva del MOPOCO se hallaba constituida por el presidente José Zacarías Arza, Waldino R. Lovera, Osvaldo Chaves, Mario Mallorquín, Martín Valiente, Fulgencio Aldana, Andrés Gómez Galeano y Pedro A. Caballero.

18/ Time, April 13, 1959, "Paraguay. Puño menos rígido

19/ Partido Comunista Paraguayo, "Unidad Paraguaya", Montevideo, enero 1966, p. 6. Referencias y análisis sobre el PCP en Vitali Jaritonov, Paraguay: dictadura militar-policial y lucha de clases (La Habana: Ed. de Ciencias Sociales, 1980), original en ruso publicado en Moscú: Nauka, 1970. Ver más abajo 24/.

20/ Movimiento 14 de Mayo, Acta de Constitución, Buenos Aires, 4 de mayo 1959.

21/ Washington Post, August 28, 1977, p.B7 Artículos sobre Mengele también en New York Times January 23, 1985, y Time, September 26, 1977, pp.8-9.

22/ Documentos en Aníbal Miranda, Argentina, Estados Unidos e insurrección en Paraguay cit., pp. 176178. Más sobre el Movimiento 14 de Mayo en Carlos Caballero Ferreira, La celda del miedo (Asunción: La República, 1986}. Mario Esteche Notario, Movimiento 14 de Mayo (Asunción: ed. del autor, s/f). Juan G. Ventre Buzarquis, Movimiento 14 de Mayo -Prisión, torturas y fuga (Asunción: ed. del autor, 1990).

23/ Patria, 16 y 18 de diciembre 1959, p.1. La nota de protesta y reclamación fue entregada al canciller argentino Diógenes Taboada por el embajador Pedro Hugo Peña.

24/ Patria, 11 de marzo 1960, p.1 y La Prensa, 13 de marzo 1960, declaraciones de Luis Parra, comunicados de la Unión Nacional Paraguaya (presidida por Justo Prieto y Carlos Pastore del Partido Liberal, Rafael Franco y Elpidio Yegros por el Partido Febrerista) y Movimiento 14 de Mayo. Réplica en Patria, 16 de marzo 1960, pp. 1 y 5.

25/ Comité Nacional de Defensa y Reorganización del Partido Comunista Paraguayo, Relatorio sobre la actividad enemiga de Oscar Creydt (Buenos Aires: Adelante, abril 1967). Partido Comunista Paraguayo (grupo Creydt), Unidad con el enemigo, guerra contra el hermano, Montevideo, 1969. El PCP se dividió en 1963 en Partido Comunista Paraguayo dirigido por Oscar Creydt, Miquel A. Soler y Hugo Campos, y Partido Comunista Leninista Paraguayo dirigido por Obdulio Barthe, Sebastián Querey, Alfonso Guerra y Augusto Cañete.

 

CUATRO

CONSOLIDACIÓN DEL STRONATO

 

REPERCUSIONES DE LA LUCHA ARMADA

En el atestado salón donde se reunía la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, Fidel Castro se presentó con su uniforme de comandante para hacer uso de la palabra. Los diplomáticos lo escucharon hablar por 4 1/2 horas, tour de force por demás inusual en aquel cónclave mundial. Castro denunció al Gobierno de Estados Unidos y a sus `títeres' en Guatemala, Nicaragua y Paraguay. Washington, dijo, estaba promoviendo una campaña de intervención militar y económica abiertamente agresiva contra Cuba. Los `títeres' habían tomado el poder y se mantenían en él contra la voluntad de sus habitantes, eran regímenes antipopulares, sangrientos y actuaban según lo ordenaban sus patrones norteamericanos. Señaló que en Paraguay había miles de presos políticos, funcionaban campos de concentración y se cometían atrocidades contra humildes hombres y mujeres por el `crimen' de oponerse a la tiranía de Stroessner.

El representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, James Wadsworth, rebatió lo que calificó de provocaciones y calumnias, dando a su vez ejemplos de la brutalidad del régimen presidido por Castro que, argumentó, sin ningún respeto por la ley se desembarazaba de opositores llevándolos ante pelotones de fusilamiento, expropiaba bienes y estaba provocando el exilio forzado de miles de sus conciudadanos. El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Raúl Sapena Pastor, tomó el podio para decir que el general Stroessner había sido electo en comicios libres y limpios como candidato de un partido con apoyo del pueblo, el Colorado, que no había ningún campo de concentración ni siquiera un preso político, contrario a lo que ocurría en Cuba donde se estaba llevando a cabo un 'baño de sangre'. Sapena Pastor hizo una reseña de los logros conquistados por el Gobierno Stroessner, el que se declaraba firme aliado de Estados Unidos, contrario al comunismo y estaba en la senda del progreso mediarte una revolución pacífica. Luis M. Debayle, delegado de Nicaragua, defendió el régimen de Anastasio Somoza Debayle, su pariente, atacó a los Comunistas que se habían adueñado de Cuba, estaban haciendo de la isla una prolongación soviética y promoviendo un activo programa de desestabilización contra los gobiernos constitucionales del hemisferio, acusó 1/.

Los ataques verbales, réplicas y contrarréplicas entre autoridades paraguayas y cubanas no eran cosa nueva. No terminarían tampoco en aquellas agitadas sesiones de la Asamblea General de la ONU en setiembre 1960. Simpatía era lo que menos se tenían Stroessner y Castro. Cuando la primera incursión del Movimiento 14 de Mayo ya se habían detectado reveladores indicios de la influencia cubana sobre los exiliados paraguayos. El corresponsal en Argentina de Prensa Latina, la agencia oficial de noticias de Cuba, había enviado un despacho con fecha 11 de diciembre 1959 dando detalles de la operación que se iniciaría al día siguiente. Informaba con carácter de primicia que "se estaba produciendo el cruce del Paraná por parte de contingentes revolucionarios" (el cruce se produjo unas 15 horas después). Según Benjamín Vargas Peña, el despacho de prensa se originó en una infidencia de Carlos Caballero Ferreira, otro de los integrantes de la dirección de aquel heterogéneo movimiento. Retransmitido en la misma tarde del 11 de diciembre aquel cable de Prensa Latina desde su central de La Habana, rebotó en varias capitales y llegó a conocimiento de Stroessner. Aquello vino a confirmar la serie de informaciones que se venían propalando acerca de una invasión por parte de paraguayos con base en la frontera. Las trasmisiones de la radio clandestina 14 DE MAYO habían aumentado en frecuencia y hacían llamados para que la población se levantara en apoyo de la inminente insurrección. Stroessner ya había reaccionado con la premura que requerían las circunstancias. Concluía Vargas Peña: "así se enteraron (los del Gobierno) por esa torpeza de Caballero Ferreira, de querer ser héroe antes de tiempo... éste creyó que adelantándose en anunciar a Prensa Latina la operación que iban a haces, él se constituiría en jefe" 2/.

En realidad no fue solamente Caballero Ferreira quien habló por anticipado de los planes. Las radios y periódicos argentinos habían estado ofreciendo días antes de la operación datos reveladores con nombres de los que comandarían el grupo, Juan José Rotela, Mario Esteche y Modesto Ramírez. De los tres, sólo este último tenía formación militar. Llegó al grado de capitán en las Fuerzas Armadas de Paraguay. Posadas era un hervidero de exiliados paraguayos que se aprestaban. En medio de todo y mediante sus contactos con la prensa rioplatense, los políticos buscaban hacer guerra sicológica pero también cartel propio. Salvo los jóvenes del Club Liberal ALON que andaban pintando paredes y tratando de conseguir armas, aunque infructuosamente, en Paraguay ningún político de los que andaban agitando con palabras movió un dedo. Ellos tenían desconfianza hacia las consecuencias de la insurrección y miedo por lo que pudieran hacer las alcoholizadas huestes Coloradas que andaban patrullando las calles. Los integrantes del directorio Liberal en Asunción que hablaban de la necesidad de oponerse a la dictadura conocían a los muchachos del ALON. Les habían alentado a luchar contra la opresión. El presidente del Partido Liberal era Alejandro Arce y el secretario Justo Pastor Benítez (h). Cuando se vieron amenazados emitieron un comunicado de condena a la 'subversión comunista' y de advertencia a los correligionarios que se implicaran, pasibles de sanciones por desviar de la doctrina partidaria. En Buenos Aires, Posadas, Resistencia y otros puntos de la frontera los briosos comités Liberales seguían reclutando voluntarios para pelear contra el tirano.

Surge claramente de las declaraciones posteriores que dentro de las filas rebeldes había informantes. Uno de ellos estaba bastante alto en el escalafón del Movimiento 14 de Mayo. Vargas Peña lo relata así: "La parte militar quiso asumirla el doctor (Arnaldo) Valdovinos. No hubo inconvenientes y asumieron con (Flaviano) Adorno. En la parte económica estuvo Herminio Jiménez con (Manuel) Pérez Ramírez. La parte de relaciones exteriores o de relaciones de la Junta me encargaron a mí, y yo propuse al doctor (Carlos) Freytag que me acompañase. La parte de organización fue a (Julio César) Sosa Caballero y la parte de prensa y compañía para (Néstor) Romero Valdovinos, después integrada {también) por el doctor Aniano Díaz de Vivar. Todo se desarrolló perfectamente hasta que se produjo un incidente muy desagradable. Yo había organizado al margen de relaciones exteriores un servicio de inteligencia con el que se pudo descubrir en combinación con algunos amigos argentinos, que nos estaba traicionando el capitán (Luis) Parra, hombre de absoluta confianza de Valdovinos. Cuando yo le comuniqué a Valdovinos en (la ciudad de) Resistencia la traición de Parra, Valdovinos no quiso creer ni aceptó. A raíz de eso se produjo un hecho muy curioso... René Speratti, y este extraordinario muchacho (Juan José) Rotela descubrieron que Parra estaba escondiendo el armamento. Entonces dieron un golpe entre René (Speratti), Rotela, el capitán (Modesto) Ramírez que se atribuyó como un acto de Traición por Valdovinos. Yo ignoraba lo que estaban haciendo, pero dirigió ese golpe dentro del propio movimiento (Carlos) Caballero Ferreira, que era muy vehemente... Entonces Caballero Ferreira que también quería birlarle el cargo a Valdovinos, la jefatura militar, dio un golpe y se apoderó del armamento que tenía Parra..." 3/.

Encontronazos, tapujos y delaciones tenían lugar ya antes de la incursión de diciembre 1959. Escena típica de la política paraguaya, donde cada quien trató de encumbrarse pisándole al que estaba más cerca, donde no faltaron las intrigas menores y quien por el camino se vendió por algún dinero. A pesar de la evidencia, a Parra se lo retuvo hasta que su presencia se hizo insostenible. Su expulsión recién tuvo lugar meses después, ya cuando había defeccionado. Parra tuvo tiempo sobrado de arreglar su traslado a Asunción. Para subrayar su colaboración lanzó una diatriba pública contra sus compañeros del 14 de Mayo. Estos ya no se sintieron tan seguros de la lealtad o confiabilidad en el propio movimiento. Cada quien miraba lo que el otro estaba haciendo, cuáles eran sus pasos y lo que estuviese maquinando.

Si Arnaldo Valdovinos era un taimado que siempre andaba jugando con cartas marcadas, Vargas Peña le superaba ampliamente. Quienes trabajaron a su lado y conocieron sus tejemanejes lo recordarían como alguien que no podía mantener un secreto. Tampoco podía sostener ninguna negociación donde no fuera el absoluto ganador. Vargas Peña era quien tenía los contactos con los argentinos -personal de espionaje incluido- y les comentaba acerca de quiénes en el movimiento eran 'comunistas' o 'castristas'. El era, por cuanto confesaba abiertamente y a pesar de revistar en un movimiento donde supuestamente se respetaba el pluralismo, el más dedicado anticomunista. Si alguien se ponía cargoso pidiéndole cuentas de sus actos, lo menos que le encontraba era alguna conexión con los del FULNA. Por cierto que hubo un par de infiltrados que reportaban al no menos intolerante Oscar Creydt y hasta tuvieron la osadía de robar las armas conseguidas trabajosamente por el 14 de Mayo. Eran codiciados los PAPI, especie de bazookas muy manuables cedidos por el Ejército Argentino. De modo que las descalificaciones fueron el pan cotidiano entre Liberales y Febreristas, Liberales y Comunistas, Comunistas y Febreristas, así como al interior de las distintas capillas que cada jefe erigió.

No en balde es que altos mandos del Ejército Argentino como los generales Carlos Toranzo Montero, Federico Toranzo Montero y Pablo Spirito pudieron hacer muy bien el monitoreo de los insurrectos paraguayos, en tanto los apoyaban. Se mostraron sumamente interesados en dejar cesante a Stroessner. Favorecieron la opción de la que habían echado mano exitosamente antecesores suyos: una invasión de exiliados descontentos con soporte logístico de Buenos Aires. Los militares argentinos tenían entre ceja y ceja que Paraguay siempre fue una provincia argentina y que debía seguir siéndolo. No calcularon bien. Esta vez Brasil habría de mover sus trebejos con la oportuna cooperación de Stroessner (ex-becado a un curso de balística en Brasil a fines de la década del '40). Juscelino Kubitschek presentó todo tipo de asistencia económica, militar y diplomática al dictador que tan bien se presentaba a los designios geopolíticos trazados por Itamaratí. Jugando diestramente con la ansiedad de los militares paraguayos respecto de las reales intenciones de Buenos Aires, Kubitschek y su canciller Horacio Lafer hicieron un notable trabajo. Otorgaron un crédito para la construcción de la ruta Coronel Oviedo-Puerto Presidente Stroessner, mandaron levantar el puente de la Amistad entre Presidente Stroessner y Foz de Yguazú, concedieron un puerto franco en Paranaguá e impulsaron a través de otros convenios el comercio bilateral entre ambos países. En lo que hace a energía, dieron curso a la importante ayuda técnica que iría a concretarse en la primera represa para aprovechamiento hídrico, Acaray 4/. Asimismo ordenaron cortar cualquier intento de los exiliados por instalar una base desde donde pudieran hostigar a las fuerzas de Stroessner. Insurgente paraguayo que caía en manos de la policía de Brasil era inmediatamente entregado a las autoridades de Paraguay.

A principios de marzo 1960 y casi coincidiendo con las elecciones municipales que estaban marcadas en Paraguay, el canciller Horacio Lafer visitó nuevamente Asunción. Firmó allí con su colega Raúl Sapena Pastor un importante acuerdo según el cual Brasil se comprometía a cooperar para la construcción de la ruta Concepción-Pedro Juan Caballero hasta empalmar a través de la ciudad de Ponta Porá con el sistema rodoviario brasileño 5/. Cuando a mediados de 1960 disminuyó la ayuda de Washington por estar cerrando Eisenhower su mandato, Stroessner pidió armas para enfrentar a los rebeldes y el Gobierno Kubitschek accedió prestamente. Los militares brasileños, con jurisdicción sobre cuestiones de seguridad en la frontera, siguieron actuando para reprimir cualquier actividad de los exiliados paraguayos.

De este cercano entendimiento entre las Fuerzas Armadas de los dos países da fe un hecho por demás dramático. El día 24 de diciembre 1960, seis insurgentes pertenecientes al Movimiento 14 de Mayo fueron ultimados en el municipio de Paranhos, al otro lado de la población paraguaya de Ype Jhú, por policías y milicianos de una avanzada del Partido Colorado que cruzaron a territorio del vecino país. Esto sucedió luego que el grupo rebelde hubiese solicitado asilo a las autoridades que encontraron en aquel paraje. De esta masacre se salvaron, aunque malamente heridos y dados por difuntos en la oscuridad de la noche, los rebeldes Remigio Jiménez y Papín Arce 6/. El Gobierno de Janio Quadros que había asumido al inicio de 1961 les concedió asilo político. Como resultado del destaque dado en la prensa de Brasil a la penetración de fuerzas paraguayas, se produjo un revuelo diplomático. No pasó a mayores dada la complicidad de las mismas autoridades de frontera.

La cooperación Kubitschek-Stroessner logró sentar las bases de la colonización de territorio paraguayo y la satelización posterior de Paraguay. El sucesor de Kubitschek, Janio Quadros, como también el reemplazante de éste, Joao Goulart, establecieron condiciones a la ayuda con destino a Asunción. Las grandes líneas de la política exterior brasileña, no obstante, se mantuvieron inalteradas. De ese modo Paraguay pasó de la condición de submetrópoli argentina a cliente de Brasil.

Stroessner no iría a soltar el poder porque el interés nacional resultara perjudicado, y esto fue obvio por la magnitud de la población expulsada sin remedio año tras año. Como tampoco porque los descontentos se levantaran en armas. El embajador Juan Plate ya fue lo suficientemente explícito al fundamentar la posición oficial ante el Consejo de la Organización de los Estados Americanos en febrero 1960. En su extensa exposición enumeró las incursiones de exiliados a Coronel Bogado (Itapúa) en abril 1958, Puerto Bouvier (Argentina) en octubre 1958, sobrevuelo del avión que lanzó una bomba sobre Encarnación el 12 de diciembre 1959 y un ataque contra el buque paraguayo Bahía Negra en Corrientes tres días después. Centró su atención en la penetración de guerrilleros por Posadas, Eldorado y Ponta Porá, y apuntó sobre ello:

"El intento subversivo planeado y organizado desde tierras extranjeras careció de apoyo popular y fracasó en sus comienzos. Los invasores no lograron sino parcialmente desembarcar con éxito en costa paraguaya pues buena parte fueron obligados a darse por prisioneros y los que penetraron pocos kilómetros en nuestro territorio fueron desbandados o capturados por los pobladores lugareños que se organizaron para defender sus vidas y sus hogares en cooperación con la policía rural... Hoy ya no existen campos de concentración ni vejámenes políticos cometidos por las autoridades nacionales. Se respetan los derechos humanos...

Pretendidos preceptores que se titulan líderes de la liberación de los pueblos oprimidos, haciendo gala de catedráticos de la democracia que no practican, pretenden dictar normas de conducta a seguir, atribuyéndose una supuesta rectoría espiritual que nadie les ha otorgado, y en su desorbitada acción demagógica y totalitaria extienden su influencia negativa y perturbadora a otros pueblos, y en este afán aportaron cientos de miles de dólares que corren por manos de sus servidores destinados a comprar conciencias y financiar la subversión política y social..." 7/.

El representante de Cuba, Enrique Pérez Cisneros, ridiculizó la "ingenua pretensión de confundirnos" que atribuyó al embajador paraguayo y aclaró que Cuba nada tenía que ver con las alusiones de exportar revoluciones. En relación a los combates que tuvieron lugar en Paraguay, los que según el embajador paraguayo fueron por instigación de "lejanos países", prefirió llamarles "una gran jornada de libertad americana". Juan Píate contraatacó.

"Nosotros respetamos los asuntos internos de Cuba. Nosotros no nos inmiscuimos siquiera para opinar oficialmente sobre la situación cubana. Sólo nos preocupa la suerte, el destino del pueblo cubano. Nos preocupan los fusilamientos, los enjuiciamientos sin garantía, sin ordenamiento jurídico alguno, la arbitrariedad hecha sistema".

El representante cubano defendió lo que se estaba dando en su país y enjuició severamente al Gobierno de Paraguay. Levantando el dedo y señalando al representante paraguayo dijo:

"El señor Representante del Paraguay, en su intervención, se ha referido de paso a los fusilamientos que hubo en Cuba a raíz de la Revolución. Hubo fusilamientos sí, pero fusilamientos de criminales de guerra, de personas que habían torturado a miles de cubanos. Yo quisiera preguntarle al señor Representante del Paraguay si los fusilamientos que han ocurrido en su país después del 12 de diciembre han sido fusilamientos de criminales de guerra o de jóvenes que luchaban por la libertad. Aquí tengo varios periódicos de Buenos Aires, de esa época, donde se habla de esos fusilamientos, de cómo las autoridades paraguayas trataron de reprimir ese brote revolucionario. Por ejemplo, podríamos ver aquí en el Diario de las Américas del jueves 17 de diciembre de 1959, en primera plana, un gran titular que habla de que ejecutaron a 25 rebeldes a bordo de un cañonero..."

Lo de fusilamientos por lo visto era un tema urticante. Plate volvió sobre ello inmediatamente. "Me da profunda pena escuchar en este Consejo una afirmación tan audaz, tan irresponsable como el de afirmar hechos que no han ocurrido jamás en el Paraguay. Porque la prensa da publicidad a informaciones antojadizas de supuestos fusilamientos no es suficiente prueba. Esa noticia es falsa de toda falsedad, como la mayoría de las noticias sobre Paraguay... Los fusilamientos que cita el señor Representante de Cuba jamás se produjeron en el Paraguay".

El embajador cubano presentó un artículo de prensa y concluyó:

"Señor Presidente, simplemente como una información final quisiera leer algunos párrafos del periódico La Prensa de Buenos Aires, del 20 de diciembre de 1959, que trae una información titulada `Los nombres de 5 de los 22 fusilados’. Dice así esa información. "Se conocieron los nombres de 5 de los 22 fusilados por las fuerzas de represión paraguayas. Como se recordará, el lunes fueron detenidos alrededor de 300 febreristas y liberales residentes en Puerto Elsa y en Beterete Cué, a 22 de los cuales se fusiló en un paraje cercano a Colonia Falcón. Los nombres de 5 de los 22 fusilados son: Heliodoro Vázquez, Estanislao Ayala, Juan Torres, Basilicia Torres y N. Crispulo" 8/.

Entre aquel borrascoso intercambio verbal a nivel de embajadores en la OEA y las violentas acusaciones vertidas recíprocamente por Fidel Castro y Raúl Sapena Pastor en las Naciones Unidas siete meses después, ambas en 1960, tuvieron lugar otros tantos choques de guerrilleros y fuerzas del régimen paraguayo. Como las cárceles, comisarías y campos de concentración se hallaban repletas de opositores activos, además de no conocerse en Asunción cuántos exiliados aprontaban las armas, Stroessner y sus lugartenientes decidieron deshacerse de los que más dolores de cabeza les causaban. Las ejecuciones sumarias eran cosa confirmada, y no solamente por los informes de prensa. Es que el general Patricio Colmán andaba exhibiendo por los cuarteles las orejas de sus víctimas como preciado trofeo 9/. Las fotos de los sin orejas, los degollados y castrados extraídos de las barrosas riberas del Paraná circularon profusamente en el exterior. El gasto de pólvora y los machetazos eran algo más contundentes que la retórica.

También las conspiraciones.

 

UNA CONSPIRACIÓN ABORTADA

No parecía que Stroessner fuera capaz de sortear el embate de las embravecidas corrientes en el seno del Partido Colorado y Fuerzas Armadas, las que en su fluir estaban corroyendo el nexo del que dependía su régimen. En los corrillos del poder la insurrección desatada por los exiliados era vista como una amenaza, si bien factible de ser desactivada como en efecto lo fue. Para los que ansiaban suplantar al astuto general podía ser, al mismo tiempo, un elemento de desgaste que culminaría en cuartelazo, y unos cuantos de ellos se prepararon para la eventualidad. Edgar L. Ynsfrán, ministro del Interior y miembro prominente de la Junta de Gobierno, Rigoberto Caballero, líder histórico del Partido Colorado y descendiente directo del fundador de la ANR Bernardino Caballero, y el general José L. Couchonnal que era comandante de la Artillería, anduvieron en esos ajetreos. Sin que se involucraran en ningún complot, Ynfrán y Rigoberto Caballero anduvieron haciendo proselitismo al margen para apoderarse del poder. Stroessner los escudriñaba con recelo, en tanto seguía utilizándolos. En algunos de los informes se dejan ver los entretelones de esa disgregación y confluencia de motivos a nivel del entorno palaciego. No todos los que se decían leales lo eran y quien más quien menos pujaba por ascender a hurtadillas, cautamente.

Tal el juego para los rudos jugadores que I habían logrado sobrevivir la contienda del '47 y ascender con posterioridad en medio de las purgas, remociones y asonadas que se sucedieron. Es que a ellos nadie les enseñó las complejidades del estado de derecho. La falta de urbanidad no les achicó en absoluto. Para los jerarcas militares, su sostén fue el uniforme y en última instancia las tropas poco menos que analfabetas bajo su mando. A la hora de dirimir diferencias con otros que no fueran sus camaradas, evitaban los vericuetos de la discusión razonada. Sencillamente actuaban según lo aprendido en la guerra.

Eso era lo efectivo.

De modo que detrás de las palabras corteses se escondían intrigas de las más variadas, aderezadas convenientemente con la difamación y las medias verdades. El aire se espesaba con la agregación de trampas y celadas, otorgando vigencia constante a la posibilidad de que imprevistamente alguien pisara una de ellas. Los que resbalaban se prendían de cualquier saco a manotazo limpio y a menudo terminaban arrastrando a otros. Como resultante y corolario, la conspiración era un hábito totalmente natural, un aditamento asociado al ejercicio del poder.

La conspiración se había gestado en el seno del MOPOCO en momentos que en Asunción escaseaban los fondos provenientes de Estados Unidos. Stroessner multiplicó en torno suyo las medidas de seguridad, creó compartimentos estancos entre civiles y militares, entre militares, policías y milicias armadas, entre ciudadanos que acataban su autoridad y los acusados de promover el caos y subvertir la ley. Por más elemental que fuera, la aplicación del principio divide para reinar funcionó. Se profundizaron las divisiones estamentales y partidarias pero en medio de ellas los Colorados desplazados se mostraron obcecados.

Epifanio Méndez Fleitas, cuyas conexiones militares todavía se mantenían junto con su posición de carismático líder en el exilio, el ex combatiente de la guerra del Chaco coronel Enrique Jiménez que había ayudado decisivamente a Stroessner en su carrera, lograron interesar a jefes retirados y otros en servicio activo. Entre ellos al general José L. Couchonnal, coronel Enrique García de Zúñiga, coronel Aníbal Clavell, mayor Virgilio Candia, mayor César Machuca Vargas y a varios oficiales de la Caballería. El mismo comandante de la Caballería, coronel Sixto Duré Franco, habría participado de las tratativas. El complot tenía por objetivo terminar con la rabia matando al perro. Uno de los cañoneros, el Humaitá, debía apostarse en la bahía de Asunción y desde allí bombardear el Palacio de Gobierno con Stroessner dentro. El apoyo por tierra vendría desde la Caballería, donde estarían acuarteladas y prestas las tropas. En tanto unidades cercanas tomarían puntos estratégicos de la ciudad. La operación acabaría en pocas horas con cualquier intento de reagrupamiento, una vez muerto 0 apresado Stroessner 1°/. Pero el complot fue descubierto y abortado. Cayeron de inmediato Couchonnal, García de Zúñiga y Clavell, los tres yernos del miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado Rigoberta Caballero. Sixto Duré Franco fue despedido de la Caballería a principios de 1961 y más tarde se detuvo y torturó horriblemente a varios capitanes de la misma unidad. Fue éste un castigo demorado. El motivo, según la versión oficial, fue "una conspiración para matar al presidente". Se la conocería como el caso Ortigoza -urdido en base al asesinato del cadete Alberto Anastasio Benítez, hecho atribuido por las autoridades a traidores de la Caballería. El asesinato fue en realidad obra del comisario Raúl Riveros Taponier bajo orden del ministro Edgar L. Ynsfrán, quien por ese medio tuvo vía libre para limpiar el Ejército de no adictos a Stroessner. Con la prisión -más bien entierro en vida- de los capitanes Napoleón Ortigoza, Hernán Falcón e Hilario Ortellado más otros dos supuestos complotados, se dio una dura lección a los potenciales adversarios de Stroessner dentro de las Fuerzas Armadas 11/.

Un informe de prensa de la época cita que el general Alberto Grenno estuvo en la conjura y fue apresado, pero dicho militar no fue apresado.

Continuó por un tiempo en su cargo de director del Colegio Militar. Tampoco César Machuca Vargas cayó en desgracia 12/. Pero hubo una deflagración bastante importante, especialmente dentro de la Caballería. Stroessner logró neutralizar como foco potencial aquella unidad que en el pasado había sido utilizada cual pieza definitoria para los relevos palaciegos.

La conspiración desarrollada cuando el régimen estaba atravesando una afligente situación financiera, paralelo a la presión de los insurrectos agrupados en FULNA y Movimiento 14 de Mayo, llegó sin duda al punto más cercano de forzar la salida de Stroessner. En 1960 el golpe se truncó antes de realizado y su contra efecto fue la exclusión de quienes en el Ejército aún no habían hecho voto de obediencia al dictador. Paradójicamente, para algunos cabalísticamente, las mismas unidades y hasta algunos de los hombres que se echaron atrás tomarían por asalto el poder en febrero 1989. Aquella vez Stroessner hizo apresuradamente sus valijas, siendo retenido camino al aeropuerto por el ministro de Defensa general Leodegar Cabello y el general Alcibiades Britez Borges, comandante de la Región Militar del Chaco. En otro acceso mejor conocido, Stroessner habría de entregarse con los brazos en alto y presentar luego la renuncia a su sucesor.

 

CAE LA NOCHE

La insurrección es peligrosa por su misma naturaleza y corre alta probabilidad de fracasar cuando se dirige contra un gobierno. Pobremente planificada e improvisadamente organizada y conducida sin liderazgo firme o desviando de los objetivos, el riesgo aumenta. En la guerra es factible comenzar con menos que el enemigo en armamento, pertrechos y comunicaciones. Las diferencias se achican por batallas ganadas que permiten agregar recursos a los iniciales. Otra cosa es hacer la guerra con menos recursos que el enemigo y perderlos de entrada. Es lo que ocurrió en aquella insurrección de los exiliados paraguayos entre 1959 y 1961. Dos agrupaciones se formaron paralelamente. Entre ambas hubo desde el principio intensas pugnas, intrigas y delaciones. Parte de los fondos recolectados para entrenar y armar cuadros fueron malgastados. No se unificó en ningún momento la rama política y la militar. Los combatientes, aislados en el campo de operaciones, tuvieron que enfrentar fuerzas preparadas en perseguir, cercar y destruir en su propio terreno. Estas cuestiones eran todas conocidas por los líderes del Movimiento 14 de Mayo y FULNA a partir de contactos previos con los cubanos y por su propia experiencia político-militar. Las pasaron por alto o hubo apresuramiento. Dieron órdenes erradas y permanecieron lejos en la retaguardia. El alzamiento popular que ellos esperaban nunca se produjo y por el contrario la propaganda del régimen -invasión del territorio nacional, bandidos comunistas y renegados liberales con fusiles del Ejército Argentino- dio resultado. Entre los campesinos hubo activa colaboración con las tropas y con su comandante, el general Patricio Colmán.

Colmán era un hombre violento. Fruto de sus años en el lóbrego Chaco donde se distinguió batiendo a las numéricamente superiores divisiones bolivianas, sabía su oficio: matar para sobrevivir. Poseía además esa poco frecuente habilidad para formar soldados y llevarlos a combatir con ferocidad perruna. Con esos antecedentes tenía lógica que el calculador Stroessner hiciera de lado a otros capaces colaboradores suyos para designarlo jefe de operaciones contrainsurgencia. Colmán había tomado el curso contrainsurgencia en la Zona del Canal con instructores norteamericanos. Se familiarizó con las obras de Mao y Ho Chi Minh. Del regimiento que comandaba, el RI 14, eligió 500 hombres y los sometió a riguroso entrenamiento. Los endureció física y mentalmente. Fueron ellos quienes hicieron el trabajo principal de destruir las columnas insurgentes en los departamentos de Caazapá y Guairá 13/.

Tropas de la I División de Caballería -uno de cuyos jefes, el comandante del RC3 teniente coronel Andrés Rodríguez, tomó parte en las acciones- fueron desplegadas hacia la zona de Caaguazú y Alto Paraná. La Armada pudo patrullar sólo en parte la extensa frontera, por los ríos Paraguay y Paraná, debido a la precariedad de naves. Su misión fue básicamente de abastecimiento y policía fluvial. La Aviación quedó a cargo de transportar, en aviones DC-3 y C-47 facilitados por los norteamericanos, las unidades de combate hasta las improvisadas pistas de aterrizaje cercanas a los puntos de localización del enemigo. Edgar L. Ynsfrán, desde el Ministerio del Interior, organizó y activó el aparato policial con el agregado de informantes, torturadores y gendarmerías volantes que sembraron terror en el campo. En Piribebuy el ministro Ynsfrán mandó efectuar una peculiar higiene pública. Afiliados Liberales, Febreristas y Colorados que no hubiesen demostrado adhesión a la campaña de stronización compulsiva tuvieron que expiar sus culpas marchando de rodillas hasta la iglesia local, donde el cura oficiante les recristianizó. El presidente del Partido Colorado, J. Bernardino Gorostiaga, tuvo responsabilidad por las fuerzas de choque movilizadas desde las seccionales cada vez que hacía falta reprimir opositores, disidentes y cualquiera demasiado vocal en reclamar sus derechos. Esos procedimientos llevaron miedo y división al grado suficiente para aplastar reivindicaciones de todo tipo. Dirigentes que surgían, salvo los ligados al Partido Colorado, eran reprimidos. La lucha anti-subversiva fue una excelente excusa para desactivar todo germen de organización popular. Fuera de los que salieron del país, nadie pudo sustraerse a ese patrón opresivo.

Contrario al vaticinio sobre el inminente descalabro de la dictadura, los 5 años se hicieron 8, 10 y Stroessner se volvió cada vez más fuerte. El fracaso de la guerrilla ayudó a ese afianzamiento. Efectivamente, Stroessner utilizó astutamente la 'invasión Comunista' para sacar del medio al resto de sus adversarios, obtener más fondos en donación y crédito del exterior e inmovilizar a la población mediante el terror. Los insurgentes no hubieran podido prever que su causa fuera de tal modo desviada para terminar sirviendo al dictador. El espectro de la subversión fue recurrente motivo de propaganda y acción por parte del aparato militar-Colorado, justificación de un estado de guerra permanente.

La lucha por el poder entre los directorios se definió con la derrota para los Liberales, Febreristas y Comunistas que ya en 1947 habían perdido en su enfrentamiento con los Colorados. En el camino cayeron asimismo los Colorados defenestrados y expulsados por sus propios correligionarios. El espirito de la derrota, consecuentemente, quedó arraigado en la mente de los vencidos y por esas leyes de la sicología social, la convicción del vencedor en lo justo de su conquista.

La práctica política tradicional consagró al caudillo. A ella se agregó, bajo el stronato, la violencia institucionalizada y la corrupción vuelta socialmente aceptable. Las sanciones quedaron a cargo de un aparato policial-judicial jerárquicamente dependiente del círculo del poder, alejado de juridicidad y enrevesadamente corrompido.

Como los opositores no pudieron deshacerse de la mafia stronista, les quedó el consuelo de satirizar a sus integrantes. El Gabinete en pleno era presentado así.

1. ALFREDO STROESSNER MATIAUDA. Presidente de la sociedad en comandita, general de fantasía con hipertrofia labial. Ahora está en plena campaña para auto-ascender a mariscal atropellando y pisoteando La Constitución Nacional. Tiene 11 coches, 7 mil litros de nafta, aviones, estancias, millones de dólares en Suiza y varias centenas de miles de guaraníes en sueldo mensual. Es corrompido y corrupto de menores y mayores. No tiene ningún cargo de conciencia cuando llama "el epiléptico" a su ministro del Interior; "carustraga" a su ministro de Educación; "el gran tanino" a su edecán naval; "el cocainómano" a su jefe de Policía; "da pena" a su ministro de Relaciones Exteriores; "el iscariote" a su director de El País; "el bigotito Lucifer" a su director de Correos; "la vampiresa del siglo" a su presidenta del Movimiento Cívico Femenino; "el nuevo Ali Babá" a su futuro yerno; y "el pirata cubano" a su honrado director de Previsión Social. ¿Será porque tiene el apellido Cubas? Así es en lo privado el que encabeza la lista de esta caricatura de gobierno. Así es Alfredo Stroessner Matiauda, el destructor número uno de la patria.

2. EDGAR LINNEO YNSFRÁN. Ministro del Interior, epiléptico y morfinómano incurable. Es duro con los indefensos, pero blando consigo mismo. Aspirante a la Presidencia de la República. Pertenece al linaje de los nuevos ricos pues se sirve de la patria.

3. RAÚL SAPENA PASTOR. Ministro de Relaciones Exteriores, Colorado por el puesto pero Liberal de actuación. Jamás pronunció un discurso en una reunión Colorada. Es presidente de banco privado y accionista de varias empresas comerciales y todo esto después de ser ministro. Para él, la patria son los negocios, la buena vida y la poca vergüenza.

4. J. BERNARDINO GOROSTIAGA. Ministro de Educación y Culto, "flor de adulón y chupamedia profesional" es la calificación (que le dio) en cierta ocasión el ministro del Interior. Después del golpe del 4 de mayo 1954, Stroessner dijo: "se justifica ampliamente el golpe con solo barrer de la esfera oficial a ese ladrón carustraga". Con razón este ministro cuando comienza cualquier discurso frente a su amo dice: "dignísimo benefactor de la patria y protector de los débiles".

5. JOSÉ ANTONIO MORENO GONZÁLEZ. Ministro de Industria y Comercio, es llamado acertadamente "campeón del bulevú". En muy corto tiempo liquidó la industria y arruinó el comercio. Cuando cayó don Federico, este hijo de dan Fulgencio se refugió en el Colegio Militar; dos días después hizo pedir garantías a su hoy amo y señor para salir. Stroessner le hizo decir "que salga libremente, nadie hará caso a la basura". Algo de verdad habrá en esto porque en la noche del Reencuentro Partidario, 27 de octubre '55, desde la Junta de Gobierno partió una manifestación hasta Mburuvicha Róga. Entre los tantos que saludaron al mennonita estaba también José Antonio. Al pasarle la mano, Stroessner se dio vuelta, no le hizo caso y le dejó pasar. Para cualquier otro sería imperdonable desprecio semejante. Para él, no. Es el genuflexo perfecto. ¿A quién da lustre este ministro ilustre?.

6. CÉSAR BARRIENTOS. Ministro de Hacienda; implacable con los que se dedican al contrabando hormiga. Hace la vista gorda cuando es contrabando de la claque.

7. LEODEGAR CABELLO. General y ministro de Defensa Nacional. Incapaz de defender a nadie, mucho menos al Partido. En 1937, siendo capitán del R.I. 2 de Mayo, peleó a las órdenes del mayor Sergio Nardi a favor del gobierno de Félix Paiva. Jamás se supo haya intercedido a favor de ningún correligionario perseguido. Famoso por sus históricas borracheras, va en paz con cargo amasando fortuna a costa del hambre del pueblo.

8. EZEQUIEL GONZÁLEZ ALSINA. Ministro de Agricultura y Ganadería, director de Patria tembiguai. Manguruyú de largo olfato. Es el prototipo del aventurero. Falto de carácter, de escrúpulo y dignidad. Sirve a cualquier amo toda vez que lo enganchen en el presupuesto. Partidario del divorcio y de la poligamia. Pertenece a la clase de los nuevos ricos. Como periodista, miente. Como ministro hace lo que el pato, nada.

9. DIONISIO GONZÁLEZ TORRES. Ministro de Salud Pública y Bienestar Social. En tiempos idos acusaba al Monstruo (Stroessner} de asesino de su cuñado Dr. Roberto L. Petit. Después que le ofreció el Ministerio cerró el pico. Los hospitales del país están vacíos de medicamentos desde que asumió el cargo. Pierde el tiempo recorriendo el mundo con el dinero del pueblo. Adulón e incapaz, jamás se interesó por el drama en que se debate el Partido Colorado y mucho menos el pueblo paraguayo.

10. MARCIAL SAMANIEGO. General y ministro de Obras Públicas y Comunicaciones. Militar débil y sin carácter. En cierta ocasión Romero Pereira le insultó en plena sesión de la Junta diciéndole que llevaba demás sobre sus hombros las charreteras de general. No tuvo ni asomo de reacción. Posee estancias en Bella Vista, Concepción y Misiones. Nunca jamás defendió a los perseguidos. Otro de los culpables del sostenimiento de la tiranía. Alguna vez se tuvo en él cierta esperanza porque se mostraba dispuesto a liquidar la dictadura. Pero mezquinó más su cargo y sus intereses.

11. JUAN R. CHAVES. Ministro Sin Cartera. En varias oportunidades le cupo la oportunidad de llevar tres carteras, la de Relaciones Exteriores, la de Sin Cartera y la de su señora... Su salud es débil pero su caja fuerte es bien fuerte" 14/.

 

NOTAS

1/ New York Times, "Minister defends regime against Castro attack at UN", September 28, 1960, p.1

2/ Reportaje a Benjamín Vargas Peña (inédito), archivo Guillermo Weyer, Buenos Aires, sin fecha.

3/ Reportaje a Benjamín Vargas Peña cit., pp.1-2. 4/ Negociaciones que terminaron en acuerdos paraguayo-brasileños, en Hipólito Sánchez Quell. Historia de las relaciones entre Francia y Paraguay (Asunción: Casa América, 1980}, pp. 133-142. Sánchez Quell fue ministro de Relaciones Exteriores (1954-1956) y embajador de Paraguay ante el gobierno del Brasil (1956-1960).

5/ Alfredo da Mota Menezes, A heranca de Stroessner. Brasil-Paraguay, 1955-1980 (São Paulo: Papirus, 1987), p.57

6/ Hoy, 6 de agosto 1989, "Una ruta perdida del MOVIMIENTO 14 DE MAYO". Las declaraciones de Papín Arce sobre la experiencia que le tocó pasar, más propiamente una aventura, son reveladoras. El intento de aquel grupo de 8 personas se inició con el objetivo de dar apoyo a la columna de Juan José Rotela, entonces totalmente cercada próxima a la serranía del Ybyturuzú. Cruzaron el rio Paraná el 31 de octubre 1960, pero a raíz de la persecución de tropas y milicianos Colorados desviaron de la ruta proyectada yendo hacia el norte, cruzando nuevamente la frontera el 18 de diciembre de ese año. Por el camino despacharon a dos agentes del Gobierno. Una emboscada en plena noche fue el epílogo de esa larga marcha.

7/ Discurso de Juan Plate, embajador de Paraguay, en sesión extraordinaria de la OEA celebrada a partir del 10 de febrero 1960 en Washington. Trascripto en J. Natalicio González. El estado servidor del hombre libre (México: Guarania, 1960) anexo, p.299 ss.

8/ Discursos en sesión extraordinaria de la OEA, en J. Natalicio González, ob. cit., anexo.

9/ Uno de los que vieron de cerca esas orejas mutiladas exhibidas por el general Colmán fue Hilarlo Ortellado, capitán de Caballería preso en relación al presunto complot contra la vida de Stroessner. Hilarlo Ortellado, Memoria de un oficial paraguayo. El caso Ortigoza (Asunción RP, 1990).

10/ Información confusa sobre los hechos fue difundida por la Agencia France Presse, transcripta con desmentido en Patria, 17 de julio 1960, p. 8.

11/ La información más analítica sobre el presunto complot de los capitanes de la Caballería proviene de Amnistía Internacional, "Dossier sobre el caso Modesto Napoleón Ortigoza y Guillermo Escolástico Ovando", con recomendaciones finales de Raymond Harris, Londres, abril 1982. Previamente habían sido apresados, entre otros, el mayor José Tomás Núñez, el capitán Geraldo Osta, el capitán Eladio Gómez y el mayor Virgilio Candia. Patria, 12 de julio 1960, pp.1-5.

12/ Patria, 17 de julio 1960, p.8. El ministro del Interior Ynsfrán había salido al paso de los rumores sobre la conspiración militar, señalando que eran intrigas lanzadas para crear confusión. También dijo que en el Gobierno no había temor y nadie irla a asilarse. "Antes que asilarnos, iremos todos al frente de batalla si lo hubiera", remarcó. Algo ocurría para que se produjera tal desmentido.

13/ Patricio Colmán seleccionó obras sobre la guerra de guerrilla, partes militares, informes, órdenes de combate, fichero de personal, cartas y escribió su propio diario. Aunque de limitada formación intelectual, no le faltó imaginación y disciplina. Gustaba de la música clásica en su estancia de Santa Elena, cuando se lo permitían sus obligaciones. De extracción campesina y sobre todo militar, se comunicaba en guaraní con la tropa y los campesinos a quienes interrogaba personalmente. Su ambición de riqueza lo llevó a involucrarse en el tráfico de estupefacientes, asociado al prófugo Auguste Joseph Ricord. Entrevista con Miguel Colmán, hijo de Patricio Colmán, 30 de agosto 1989, Asunción, y notas en capítulo siguiente.

14/ Caba Raity, órgano del MOPOCO Revolucionario, año 1 No. l, primer trimestre de 1965.

 

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ENLACE A DOCUMENTO RELACIONADO:

 

LA MAFIA PARAGUAYA

EL STRONATO -

PRIMERA GUERRA DE MAFIAS

Por ANÍBAL MIRANDA

 

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ENLACE A LA FUENTE DEL DOCUMENTO:

CRIMEN ORGANIZADO EN PARAGUAY

Estudios de ANIBAL MIRANDA

MIRANDA & ASOCIADOS,

Asunción-Paraguay.

Octubre 2001 (439 páginas)






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