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MIGUEL 脕NGEL PANGRAZIO (+)
  GUERRAS CIVILES, REVOLUCIONES Y ASONADAS EN EL PARAGUAY, 2008 - Por MIGUEL 脕NGEL PANGRAZIO CIANCIO


 GUERRAS CIVILES, REVOLUCIONES Y ASONADAS EN EL PARAGUAY, 2008 - Por MIGUEL 脕NGEL PANGRAZIO CIANCIO

聽GUERRAS CIVILES, REVOLUCIONES Y ASONADAS EN EL PARAGUAY


Por MIGUEL 脕NGEL PANGRAZIO CIANCIO


REVOLUCI脫N COMUNERA/ GUERRA CIVIL DE 1904/ REVOLUCI脫N DE 1947

INTERCONTINENTAL EDITORA

Diagramaci贸n: GILBERTI RIVEROS ARCE

Correcci贸n: ARNALDO N脷脩EZ

Asunci贸n - Paraguay

2008 (236 p谩ginas)



MIGUEL ANGEL PANGRAZIO CIANCIO

Naci贸 en Caazap谩(Paraguay). Curs贸 sus primeros estudios en su ciudad natal para luego proseguir en la capital. Ingres贸 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en 1947 y concluy贸 la carrera en 1951 con notas sobresalientes y la obtenci贸n de la medalla de oro.

Su examen de t茅cnica jur铆dica, acerca de las causas de la nulidad en el matrimonio, mereci贸 la felicitaci贸n del tribunal y con recomendaci贸n expresa de su publicaci贸n

En 1952 viajo al Viejo Mundo y regreso en 1954 con el titulo de Licenciado en Finanzas por la Universidad de Madrid, con menci贸n honorifica.

En 1955 presenta su tesis sobre 鈥淟a Estructura y Proyecci贸n del Instituto de Previsi贸n Social鈥.

Desde 1956 est谩 en ejercicio de la c谩tedra universitaria.

El autor es catedr谩tico por vocaci贸n, conferenciante de nota y jurista con venas de escritor.

Ha asistido a innumerables congresos de su especialidad, aportando trabajos de mucho m茅rito, como aquel sobre 鈥淭enencia de la Tierra en Paraguay鈥, presentado al Congreso de Montevideo (a帽o 1959).

Ex miembro de la Asociaci贸n Fiscal internacional y de la Asociacion Internacional de abogados. Ex Vicepresidente de la Asociacion Paraguaya de Estudios Administrativos y Fiscales. Miembro de la Asociacion Espa帽ola de Derecho Financiero y Miembro del Instituto Latinoamericano del Derecho Tributario; Miembro del Instituto Latino de Derecho Administrativo.

Ex decano de la Facultad de Ciencias Pol铆ticas, Juridicas y Sociales de la U.C Ex Profesor de Finanzas y Economia Politica de la U.N.A

Entre sus principales trabajos se citan: 鈥淟a tenencia de la Tierra en el Paraguay鈥. La situaci贸n Educativa y el Subdesarrollo en la America Latrina鈥, 鈥淓l sistema Impositivo Paraguayo鈥, 鈥淒erecho y Finanzas鈥, 鈥淚ndicadores de la Es-tructura Social del Paraguay鈥, 鈥淓l Codigo civil Paraguayo Comentado鈥, 鈥淓l divorcio vincular鈥, 鈥淎rriero Porte鈥, 鈥淭ratado de Derecho P煤blico鈥, 鈥 Derecho Administrativo鈥 Tomos I y II, y 鈥淎nteproyecto de Reforma de la Constitucion Nacional鈥, Dos temas: Bases para la Reforma de la Constitucion. La presunci贸n de inocencia鈥, 鈥淐orrupcion e Impunidad en el Paraguay鈥, 鈥淟os fraudes electorales en el Paraguay鈥, 鈥淒erecho Administrativo鈥, segunda edici贸n: 鈥淧lan de gobierno, los grandes objetivos de la Republica鈥.

INTRODUCCI脫N

Las doctrinas filos贸ficas marcan las tendencias pol铆ticas. El abso颅lutismo teocr谩tico, la monarqu铆a, el liberalismo, el socialismo y las doc颅trinas imperativas del fascismo, nazismo y falangismo.

La cultura es educaci贸n; la instrucci贸n, estudio; y la ilustraci贸n, talento.

La civilizaci贸n es el proceso de ideas, creencias, ciencias, artes y costumbres que forman y caracterizan el estado social de un pueblo. Educar significa el desarrollo mental, f铆sico y moral del ser huma颅no.

A pesar de los siglos sigue la lucha entre la filosof铆a del ser frente al de tener.

La civilizaci贸n occidental tiene su origen en los territorios pr贸xi颅mos al r铆o Nilo; se traslada a la Mesopotamia, dominios que fueron de Siria, Persia y la actual Turqu铆a. Alcanza su m谩ximo esplendor en la H茅lade (Grecia) para cerrar su ciclo en la pen铆nsula it谩lica, con el protagonismo de Roma.

La capital del Lazio conoci贸 todos los sistemas de gobierno:

1) la monarqu铆a;

2) la aristocracia;

3) la rep煤blica. Roma tuvo per铆odos de:

a) democracia;

b) dictadura; y

c) tiran铆a.

El universo se ve agredido por la opresi贸n a la libertad, la opresi贸n econ贸mica financiera, la opresi贸n cultural y la opresi贸n de la dignidad humana.

Mahatma Gandhi dec铆a: "No hay caminos para llegar a la paz. La paz es el camino".

El absolutismo de los monarcas europeos concentraba el poder en la c煤pula gobernante.

La Edad Moderna iniciaba el proceso de formaci贸n de las naciones en Europa. Quedaban a煤n algunos resabios del feudalismo.

Espa帽a, que trascendi贸 por su protagonismo, pudo consolidar tres reinos cristianos ante la invasi贸n de los 谩rabes.

El reino moro de Granada fue el 煤ltimo basti贸n de los invasores. El matrimonio de los reyes cat贸licos Fernando de Arag贸n e Isabel de Castilla concedi贸 protagonismo a la corona para imponer en Europa y Am茅rica su plan de conquista.

El tribunal de la Inquisici贸n o del Santo Oficio fue un 贸rgano ecle颅si谩stico cruel y sectario que conden贸 a m谩s de 2.000 personas a la pena de la hoguera.

Los jud铆os fueron expulsados de Castilla y penados con la confisca颅ci贸n de sus bienes.

El Conde de Barcelona los acogi贸 en gran n煤mero, desarrollando la econom铆a de Catalu帽a.

1492 fue un a帽o hist贸rico. Crist贸bal Col贸n el d铆a 12 de octubre descubr铆a Am茅rica y potenciaba al reino de Castilla con un rico e inmen颅so territorio.

Los 铆beros que ingresaron a Espa帽a por el sur cruzaron el Medite颅rr谩neo para ocupar el vasto territorio.

Caracterizaba a este pueblo su sobriedad, sus hombres duros para afrontar el hambre o el fr铆o y pujantes para penetrar en Castilla y Arag贸n. Espa帽a fue conocida con el nombre de Iberia o tierra de paso, seg煤n algunos autores, para otros significaba tierra de conejos.

Los celtas ingresaron a la pen铆nsula por el norte. Convivieron con los 铆beros y otras tribus primitivas, separadas por las monta帽as.

Ocho siglos antes de Jesucristo los fenicios, comerciantes de oficio, fueron a Cadiz y llegaron a Castilla y Extremadura, impulsando el co颅mercio.

Los griegos tambi茅n mantuvieron v铆nculos mercantiles con Espa颅帽a. En Catalu帽a fijaron sus comercios.

La pen铆nsula, tierra de paso, estrat茅gica, que un铆a a Europa con Africa a trav茅s del mar Mediterr谩neo, acogi贸 a los cartagineses, quienes a trav茅s de las relaciones comerciales y el matrimonio con mujeres del lugar afianzaron un v铆nculo pac铆fico.

La guerra entre Roma y C谩rtago situ贸 a Espa帽a como zona estra颅t茅gica. An铆bal, el general, logr贸 la adhesi贸n de los hispanos para comba颅tir la hegemon铆a romana.

Al triunfar Roma los ej茅rcitos del Lazio controlaron pol铆tica, eco颅n贸mica y socialmente al territorio ib茅rico, influyendo con su cultura para imponer una civilizaci贸n que exigi贸 dos siglos de enfrentamientos armados.

Viriato, el gran general, imped铆a el avance de los romanos, con su t谩ctica de las guerrillas.

Roma no encontr贸 mejor arma que el asesinato de Viriato. Con el contubernio y soborno de algunos de sus allegados pudo consumar el crimen y acabar con la resistencia de la pen铆nsula.

Numancia fue el 煤ltimo altar de la patria. Antes que la deshonra de capitular, sus 4.000 defensores prefirieron la muerte.

Espa帽a fue invadida por los b谩rbaros: suevos, alanos y v谩ndalos. A帽os despu茅s ingresan los godos, que tendr谩n protagonismo en la pen铆n颅sula.

La conversi贸n del rey Ricardo al catolicismo logr贸 la integraci贸n religiosa y pol铆tica de Espa帽a.

La conquista de los 谩rabes transform贸 las costumbres de los hispa颅nos. La poligamia se practic贸 sin restricci贸n y la uni贸n de 谩rabes con espa帽olas form贸 un numeroso contingente de habitantes, sobre todo en Andaluc铆a y Extremadura.

Ocho siglos de permanencia de los 谩rabes dejaron sus notariedades.

El Cid campeador fue el adalid de la resistencia e iniciador de la reconquista que tuvo su final victorioso en 1492.

La aparici贸n de los reyes extranjeros en Espa帽a consolid贸 el abso颅lutismo mon谩rquico. Esa r铆gida decisi贸n de los reyes de soslayar la vo颅luntad del pueblo generaba resistencia y el hidalgo incubaba su repulsa a tanto atraso.

La magistral obra de Viriato D铆az P茅rez, acerca de la Revoluci贸n de los Comuneros, reivindica la vocaci贸n republicana y democr谩tica del pueblo espa帽ol. A Espa帽a le fueron impuestos el nepotismo y la tiran铆a mon谩rquica injertados del extranjero a sangre y fuego.

La Inquisici贸n, tribunal religioso, fue el instrumento de la arbitra颅riedad y cruel ejecutor del fanatismo.

Las guerras europeas de familia, deplorable legado, impusieron a Espa帽a las dinast铆as extranjeras.

Espa帽a estuvo en la avanzada de las ideas renacentistas. As铆, en la Galicia, en 1550, un residente de La Coru帽a, de apellido Rojete, pro颅yectaba la construcci贸n de uno de los primeros telescopios. Pedro S谩nchez Ciruelo, matem谩tico en la Sorbona, publica un pionero "Tratado de c谩l颅culo"; el espa帽ol Esquivel fue el verdadero propulsor de la triangulaci贸n geod茅sica.

Los maestros de primeras letras gozaban de privilegios singulares y la ense帽anza primaria era obligatoria bajo sanci贸n penal para los padres renuentes.

Las c茅lebres escritoras espa帽olas Luisa Sigea y Sabuco de Nantes fueron las que impulsaron el movimiento feminista.

Viriato D铆az P茅rez, el atildado escritor de la generaci贸n del 98, nos advierte que la imprenta fue amordazada y en la "Sorbona de Par铆s" era tachada de arte peligroso.

En Espa帽a la libertad estuvo vigente, vencida a veces pero nunca extinguida, supervivi贸 desde los d铆as de Viriato y la calumniada civiliza颅ci贸n ib茅rica, hasta los del Cid y las comunidades. En Espa帽a la libertad es lo antiguo, popular y aut贸ctono, y el despotismo, lo moderno, impor颅tado y oficialista.

El sistema parlamentarista fue conocido en Castilla antes que en Inglaterra.

La cruel represi贸n de Carlos V no pudo extinguir la vocaci贸n libertaria del pueblo espa帽ol.

La Revoluci贸n Comunera del Paraguay encuentra sus anteceden颅tes en el movimiento popular de los castellanos. Villalar es el altar c铆vico de los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado.

Asunci贸n alza su voz de protesta contra el abuso del gobernador Reyes de Balmaceda y, al grito de libertad, empu帽an las armas contra el despotismo del Virrey del Per煤.

Irala en 1544 representaba tal corriente, al defender los intereses y costumbres de la Colonia frente al rigorismo centralista y autoritario que impon铆an los delegados de Carlos V.

Tres causas fueron determinantes para el alzamiento de los Co颅muneros en el Paraguay. Primero, la opresi贸n del sistema pol铆tico; se颅gundo, en lo econ贸mico, el privilegio a favor de los allegados al goberna颅dor; tercero, en lo social, el resentimiento del pueblo contra los oligarcas de la Provincia.

La reacci贸n contra la injusticia, las desigualdades econ贸micas, el tr贸pico lujuriante, la lucha de tres siglos contra los ne贸fitos del Chaco y los bandeirantes del Brasil, la inasistencia de la Metr贸poli y la cruza de espa帽oles con las nativas fueron factores determinantes en la conforma颅ci贸n psicosom谩tica del pueblo paraguayo.

Colombia fue otra provincia donde prendi贸 la tea de la libertad. El movimiento comunero reivindica los derechos b谩sicos del pueblo y enar颅bola la frase del com煤n sobre el privilegio del gobernante, sea rey o sus delegados.

La Revoluci贸n de los Comuneros, en el Paraguay, fue la expresi贸n c铆vica del pueblo contra la opresi贸n del r茅gimen mon谩rquico. El derecho del pueblo sobre los privilegios del Rey.

El antecedente m谩s pr贸ximo de nuestra independencia se encuen颅tra expresada en los postulados de aquel alzamiento de 1717 y en los lejanos d铆as de 1544. El segundo adelantado, Alvar N煤帽ez, fue derroca颅do en abril de aquel a帽o por los comuneros de Irala.

La orden de los misioneros jesuitas hab铆a fundado una autoridad pol铆tica aut贸noma a la de Asunci贸n. Los disciplinados indios convertidos trabajaban en la provincia comunitaria regida por los adictos a San Ignacio de Loyola.

Hab铆an formado un ej茅rcito con disciplina y valor.

La intervenci贸n de los jesuitas en favor de los servidores de la monarqu铆a fue la causa que impuls贸 a los comuneros a declararlos ene颅migos, con las consecuencias de la expulsi贸n de los misioneros.

Un serio y valioso estudio: "El R铆o de la Plata, la Confederaci贸n Argentina y el Paraguay", con estudio cr铆tico de Lorenzo N. Livieres Banks y Ricardo Caballero Aquino, en la p谩gina 572 y siguientes, ana颅liza el protagonismo de los jesuitas durante la Revoluci贸n de los Comu颅neros. Los citados consagrados analistas exponen: "Hemos dejado a je颅suitas favorecidos y detentando el poder en Asunci贸n a sus misiones del Paran谩 y el Uruguay, finalmente victoriosos en sus sangrientas luchas con los mamelucos y disfrutando de una paz aparentemente duradera. El siglo XVII transcurri贸 sin que nada alterase la calma de su existencia. Nunca dejaba de observarse de la manera m谩s estricta la rutina diaria. Los sacerdotes mor铆an y sus puestos se cubr铆an como si la vacancia nunca existiera, tan iguales eran ellos en vida, pensamiento y acci贸n. Ning煤n jesuita difer铆a del otro. Casi toda la poblaci贸n india al este del Paraguay viv铆a en las reducciones, laicas y jesu铆ticas y la rep煤blica cris颅tiana se hab铆a convertido en un importante tejido. Las nuevas genera颅ciones de indios, imbuidos de un profundo sentimiento de gratitud por los beneficios temporales y espirituales que les hab铆an proporcionado las ense帽anzas de los jesuitas, cre铆an firmemente que los mismos permane颅cer铆an en el pa铆s. El tiempo hab铆a perfeccionado aquel peculiar desarro颅llo que el misionero hab铆a deseado imprimir a la mente india. El sistema era completo y maduro despu茅s de pasar por todas las pruebas de un siglo de existencia, y despertaba la admiraci贸n y la mayor atenci贸n del mundo. No encontramos ninguna convulsi贸n seria hasta 1723, cuando reviven las viejas rencillas, cuyo origen hallamos de nuevo en una dispu颅ta por el gobierno, o sea, el ejercicio del poder; Jos茅 de Antequera y Diego de los Reyes Balmaceda son los dos rivales. Los jesuitas, aparentemente incapaces de mantenerse prescindentes en aquellos disturbios, se ven forzados a participar en la puja o lo hacen voluntariamente, y as铆 pronto se ven comprometidos en enredos y perplejidades de los que hubieran debido mantenerlos apartados".

Los franciscanos estuvieron pr贸ximos a las inquietudes del co颅m煤n; tal fue as铆 que sacerdotes de esa orden acompa帽aron a Antequera hasta su 煤ltima morada.

Los jesuitas impusieron un estado comunitario que despert贸 inte颅r茅s en los pol铆ticos. Fue un territorio excluido y excluyente con sus reglas propias.

Los franciscanos se adentraron en el quehacer cotidiano de las poblaciones predicando el lema de la solidaridad. Los preceptos morales de los franciscanos influyeron en la formaci贸n 茅tica y social del pueblo paraguayo. Fomentaron la integraci贸n cristiana de las comunidades.

El servicio al pr贸jimo fue la consigna.

La fecunda historiadora Margarita Dur谩n Estrag贸, en su libro: "El hechicero de Dios", p谩gina 43, expone: "Las reducciones guaran铆ticas del Paraguay se las debemos al misionero franciscano Luis Bola帽os. Esa experiencia de vida comunitaria y cristiana que vivieron los ind铆genas del Paraguay y R铆o de la Plata durante m谩s de dos siglos y medio fue iniciada por Bola帽os y sus compa帽eros en 1580. Los jesuitas la llevaron a su m谩ximo desarrollo en los siglos XVII y XVIII".

"En un principio, la labor de Bola帽os consisti贸 en adoctrinar a los indios, ense帽谩ndoles ciertas normas de higiene de acuerdo con la cultu颅ra occidental, suprimir la desnudez, evitar la poligamia y la hechicer铆a, tan opuestas a la doctrina cristiana. De acuerdo con la mentalidad de la 茅poca, no se pod铆a pensar en "cristianizar" al indio antes de lograr "humanizarlo" mediante el sometimiento a una vida pol铆tica y humana".

Bola帽os fue el fundador de la primera reducci贸n en el R铆o de la Plata; en Altos, a 45 kil贸metros de Asunci贸n.

Al agrupar a los indios en "Reducciones" y predicarles en su propio idioma (guaran铆), la evangelizaci贸n de los naturales se propag贸 y la religi贸n de Cristo penetr贸 en las selvas para establecer las reducciones, ejemplo de buenas costumbres, disciplina y trabajo.

La tesonera labor de los franciscanos Alonso de Buenaventura y Luis Bola帽os aproximaron a los naturales a la civilizaci贸n cristiana.

"El peso de la encomienda y la ausencia de los frailes en las reduc颅ciones tuvieron corno resultado el decaimiento de los mismos a fines del siglo XVI. La explotaci贸n de los encomenderos y la miseria de los indios, fruto de la ambici贸n de sus amos, se ve reflejada en las expresiones del gobernador Ram铆rez de Velazco: "En esta gobernaci贸n no hay orden ni tasa en el trabajo de los indios y los dichos encomenderos se sirven de ellos con gran desorden, ocup谩ndoles todo el a帽o y aun los d铆as que la Santa Madre Iglesia mand贸 guardar, los hacen trabajar casi sin descan颅so y las mujeres e hijos quedan en los pueblos y ellos en las casas de los encomenderos con grande esc谩ndalo y menoscabo del santo matrimo颅nio".

El gobernador Hernando Arias de Saavedra y con la colaboraci贸n del padre Bola帽os expulsan de las reducciones a los abusivos encomenderos y al capataz (poblero).

Las nuevas reducciones por las medidas adoptadas estimularon el asentamiento de los naturales y facilitaron la organizaci贸n de las comu颅nidades.

En los 煤ltimos d铆as de diciembre del a帽o 1606, Bola帽os funda la reducci贸n de Caazap谩, entre los rebeldes y crueles paranaenses. Esta reducci贸n pronto se convertir铆a en la capital de la evangelizaci贸n franciscana en el R铆o de la Plata.

El gran m茅rito de fray Luis Bola帽os fue su consagraci贸n al idioma guaran铆. Autor del primer Catecismo en Guaran铆.

Bola帽os fue conceptuado como el gran maestro del idioma guaran铆. La influencia de los jesuitas y de los franciscanos en la formaci贸n social del pueblo paraguayo fue evidente.

Los jesuitas empresarios, h谩biles productores y aventajados co颅merciantes, consolidaron una econom铆a propia que les garantizaba su autonom铆a.

Los franciscanos se incorporaron a la vida de los paraguayos que por medio del mestizaje ya iba conformando una poblaci贸n que asimila颅r铆a los atributos y defectos del espa帽ol y el de su madre mongoloide.

Muchos se han ocupado de los mestizos. D'Orbigny, el cient铆fico franc茅s, expuso: "La mezcla de la mujer guaran铆 con los espa帽oles pro颅duce hombres de talla m谩s hermosa, casi blancos y de bellas facciones, desde la primera generaci贸n. En Corrientes y Santa Cruz de la Sierra,

donde la mezcla es lo m谩s com煤n, impresiona la belleza y nobleza del aspecto exterior: los ojos son grandes, la piel clara, la nariz t铆picamente espa帽ola; la barba es sin embargo rala y reci茅n a la tercera generaci贸n es tan fuerte como en la raza blanca. De todas las cruzas esa es la que nos parece mejor, y casi rivaliza con la raza blanca".

El mestizo supera en inteligencia al indio.

El paraguayo sobresali贸 por su coraje en la guerra, laborioso y h谩bil artesano, inteligente e inventivo.

El mestizo honr贸 a su progenitor espa帽ol con su aptitud para em颅prender riesgosas empresas y la mujer supo ser compa帽era abnegada y sol铆cita madre.

Hoy el mestizo es la c茅lula social visible y mayoritaria en la pobla颅ci贸n (72%).

F茅lix de Azara afirm贸 que los paraguayos aventajan a los de Bue颅nos Aires en sagacidad, actividad, estatura y proporciones.

Las especies se mejoran con las mezclas.




LA GUERRA CIVIL DE 1904



La rivalidad entre colorados y liberales tiene sus antecedentes hist贸ricos. La corriente nacionalista fiel a los gobiernos de Francia y los L贸pez y la tendencia reformista consustanciada con la doctrina liberal.

Al t茅rmino de la Guerra Grande, la influencia de la Argentina y del Brasil en las autoridades fue manifiesta.

La geopol铆tica impon铆a su inter茅s regional. El triunvirato formado por los ciudadanos Rivarola, D铆az de Bedoya y Carlos Loizaga, estaba controlado ante la atenta mirada de los aliados. Al punto lleg贸 la disiden颅cia que el coronel Fernando Iturburu, legionario afecto a la Argentina, propuso como presidente provisional de la Rep煤blica al general Juan Andr茅s Gelly y Obes, con la justificaci贸n de que el citado candidato era hijo del paraguayo Dr. Juan Andr茅s Gelly. Esta propuesta no fue bien recibida por los brasile帽os y varios paraguayos.

Las controversias y los intereses contrapuestos de argentinos y brasile帽os tuvieron una pausa y los aliados aprobaron la designaci贸n de los citados miembros.

El 31 de agosto de 1870 la Asamblea Constituyente declara cesan颅te el triunvirato y design贸 Presidente Provisional de la Rep煤blica al Dr. Facundo Macha铆n. Pero los intereses encontrados con el liderazgo opo颅sitor de C谩ndido Bareiro y las fuerzas brasile帽as, el ciudadano Cirilo Antonio Rivarola recupera el poder a seis horas de su cesant铆a.

La Asamblea ante los hechos anula la designaci贸n de Macha铆n y confirma en la presidencia a Rivarola.

Comienza un per铆odo de anarqu铆a e inestabilidad pol铆tica.

El 25 de agosto de 1871, el Senado destituye a Juan Bautista Gill, por malos manejos en la cartera de Hacienda y va exiliado a Montevideo. Juan B. Gill apoyado por su compadre el ministro plenipotenciario en el Paraguay Boud铆n, es elegido Presidente de la Rep煤blica con el apoyo del citado ministro y las fuerzas de ocupaci贸n del Brasil.

Gill inicia un gobierno de represi贸n con su famoso batall贸n Guarar谩, cometiendo abusos y atropellos a espectables compatriotas.

Gill lleg贸 a la primera magistratura al conseguir el apoyo del pre颅sidente Jovellanos, de triste memoria por los empr茅stitos fraudulentos de Londres, formalizados el 9 de febrero de 1871 por un mill贸n de libras esterlinas. El 8 de marzo de 1872 se obtuvo el segundo pr茅stamo por dos millones de libras esterlinas.

De los tres millones de libras esterlinas obtenidos en calidad de empr茅stito, solo llegaron a las arcas fiscales la suma de cuatrocientos tres mil libras esterlinas.

Bernardino Caballero, con la simpat铆a de los brasile帽os, inicia la revoluci贸n del 22 de marzo de 1873 en Paraguar铆. Fue derrotado por el mayor Benigno Ferreira, ministro del Interior de Jovellanos.

La proclama de Bernardino Caballero fue la siguiente:

"Sesenta a帽os de encierro, de oscuridad y tiran铆a deben ser m谩s que suficientes para que las tristes lecciones de esos tiempos no vuelvan jam谩s a repetirse en los hoy despoblados bosques de nuestra querida patria.

"Acabamos de purgar en una guerra tremenda contra un poder colosal, las culpas que pesaban sobre nosotros y sobre nuestros padres. Nuestro aislamiento, nuestro encierro, la falta de esp铆ritu p煤blico entre nosotros, entregaron los destinos del pa铆s a tres tiranos de los cuales dos no tienen parang贸n en la historia de los siglos.

"Aprovechamos la sangrienta lecci贸n que ellos nos legaron, para evitar nuevos desastres en el porvenir.

"La hecatombe del pueblo paraguayo llevado al sacrificio por la f茅rrea voluntad de un mand贸n que 茅l mismo se dio y consinti贸, es una ense帽anza harto cruel para que el pueblo olvide que es preferible levantarse y luchar para asegurar la libertad, que doblegarse cobardemente a la voluntad de los tiranos. Vencidos por la Alianza en la lucha leal a la que fuimos conducidos por las ambiciones de un hombre, que lanz贸 al fuego nuestro hermoso pabell贸n, hab铆a llegado para nuestro pueblo el momento para recoger el fruto de tanta sangre. En el postrer combate se hab铆a roto el 煤ltimo eslab贸n de la cadena que lo oprim铆a y era el instante que deb铆a erguirse libre, purificado por la sangre y el fuego".

Nuestro amigo,

Bernardino Caballero

Paraguar铆, 22 de marzo de 1872

El manifiesto que acabamos de reproducir culpa inclusive al pue颅blo paraguayo de los abusos del Mariscal. Era evidente que Caballero, amigo de los brasile帽os, no debi贸 contradecir a sus protectores si preten颅d铆a una carrera pol铆tica exitosa.

Ante el fracaso de sus dos sucesivos revueltas, pese al apoyo de los cariocas, Caballero en la tercera acometida y triunfante la revoluci贸n, tuvo que aceptar la propuesta de los aliados de mantener en la presiden颅cia a Jovellanos, el defraudador de los empr茅stitos de Londres, previa reorganizaci贸n del gobierno.

Presidente de la Rep煤blica: Salvador Jovellanos; ministros: Ha颅cienda, Juan Bautista Gill; Interior, general Bernardino Caballero; Relaciones Exteriores, C谩ndido Bareiro; Guerra, coronel Germ谩n Se颅rrano; Justicia, Francisco Sotera

El pacto impuesto por los aliados provoc贸 la disidencia en el gabi颅nete. Unos simpatizaban con el imperio, los otros con la Argentina. Caballero, Gill, Bareiro, Escobar, Serrano, m谩s pr贸ximos al Bra颅sil.

La corriente opuesta comandaba el general Benigno Ferreira, quien pese a ser legionario defendi贸 con patriotismo nuestro territorio del Chaco, evitando su apropiaci贸n por parte de la Argentina.

El mayor Molas al frente de la revoluci贸n contra Jovellanos y Gill, y pr贸ximo al triunfo, fue interceptado por las poderosas fuerzas brasile颅帽as, quedando as铆 frustrada su honesta rebeli贸n.

La influencia de las fuerzas de ocupaci贸n fue evidente. Los gene颅rales Gelly y Obes, argentino, hijo del Dr. Andr茅s Gelly, paraguayo, y el comandante brasile帽o Guimaraes imponen las decisiones de sus minis颅tros plenipotenciarios Godin y el general Gelly.

El Tratado de Paz con la Argentina y Brasil fue impuesto al Para颅guay. Los intereses del Brasil en el R铆o de la Plata ayudaron al Paraguay a preservar el territorio del Chaco.

El 22 de junio de 1876 las fuerzas del Brasil desocuparon nuestro pa铆s. El presidente Gill fue asesinado en 1877, el 12 de abril, le sucede el vicepresidente Higinio Uriarte.

El 29 de octubre de 1877 fueron muertos en la c谩rcel p煤blica el ex presidente Facundo Macha铆n, el Dr. Francisco Galeano, Jos茅 Dolores Franco y el comandante Jos茅 Dolores Molas, h茅roe de la guerra del 70.

Los sucesivos gobiernos de Bareiro, Caballero, Escobar, Gonz谩lez, Egusquiza, Emilio Aceval y Escurra mantuvieron a la corriente tradicio颅nal en el gobierno. El ala de la legi贸n de los 23 legionarios que se hab铆an incorporado al Partido Colorado, manten铆a firmes sus convicciones con颅tra la dictadura de Francia y los L贸pez.

La relevante actuaci贸n del general Juan Bautista Egusquiza le concedi贸 protagonismo despu茅s de haber sofocado la revoluci贸n liberal del 18 de octubre de 1881.

El Partido Colorado comenzaba a dividirse en Caballeristas y Egusquicistas.

La designaci贸n de Emilio Aceval, pr贸spero empresario sin activi颅dad partidaria, molest贸 al sector de los caballeristas.

Los adictos al general Egusquiza ya llevaban siete a帽os en el go颅bierno y los caballeristas no se resignaban, segu铆an en la llanura. Una conspiraci贸n exitosa ces贸 al Presidente Aceval, asumiendo el Vicepresi颅dente don H茅ctor Carballo el 9 de enero del a帽o 1902.

El oficialismo perdi贸 la posesi贸n del gobierno despu茅s de siete a帽os. Los caballeristas vuelven a adue帽arse del gobierno y de la conduc颅ci贸n del Partido Colorado.

La oposici贸n fue creciendo, no s贸lo los liberales pregonaban la re颅voluci贸n sino tambi茅n los egusquicistas disidentes. Fue as铆 que en octubre de 1903 se re煤nen en el domicilio de Guillermo de los R铆os, acauda颅lado hacendado y el general Benigno Ferreira para iniciar la revoluci贸n de 1904. Los conjurados estaban apoyados por la Marina argentina.


TREGUA

La divisi贸n de c铆vicos y radicales tuvo una tregua para unidos derrocar al Partido Colorado de los caballeristas.

El acuerdo pol铆tico de republicanos y liberales fue ef铆mero y co颅menz贸 con el Presidente general Juan Bautista Egusquiza. Al cesar el se帽or Emilio Aceval del grupo egusquicista por el acuerdo pol铆tico de cooperaci贸n entre oficialistas y liberales.

La revoluci贸n estaba en marcha. La alianza de c铆vicos, radicales y egusquicistas disidentes del Partido Colorado fortaleci贸 la movilizaci贸n y los recursos financieros.

Aparece el Dr. Facundo Insfr谩n, sobrino del general Caballero, m茅dico culto, con ideas renovadoras, que simpatizaba con el socialismo doctrinal de Blas Garay y Fulgencio R. Moreno. Su fallecimiento en la balacera del Congreso priv贸 a la Rep煤blica de un ilustrado y honesto ciudadano.

La revoluci贸n se formaliz贸 con el acuerdo suscrito por los c铆vicos: el Dr. Benigno Ferreira, por los radicales; Emiliano Gonz谩lez Navero, Emilio Aceval, por los egusquicistas, y Francisco Campos, por el comer颅cio.

A continuaci贸n transcribimos el citado acuerdo:

"Reunidos los subscriptos con el prop贸sito de uniformar ideas acer颅ca de la situaci贸n pol铆tica, por la cual atraviesa el pa铆s, y atentos a que 茅sta no puede ser m谩s desolada, en presencia del orden institucional completamente subvertido con procedimientos de gobierno tendientes a buscar el logro de los prop贸sitos personales del c铆rculo imperante, que anulan el voto del ciudadano y buscan debilitar la fuerza de la opini贸n con la concesi贸n pasiva de los favores oficiales a trueque de complicidad en la obra so帽ada de la usurpaci贸n permanente, desatendiendo por com颅pleto los problemas vitales del gobierno, a煤n aquellos que se rozan con

las rebeliones internacionales del pa铆s; con una administraci贸n desorde颅nada que favorece el peculado y desbarata la fortuna p煤blica, que pasa a improvisar la riqueza privada de los gobernantes y de sus allegados, con planes financieros francamente hostiles a las fuerzas conservadores del pa铆s, y con leyes de impuestos que ahogan la actividad comercial e industrial; la campa帽a abandonada al arbitrio de autoridades ignoran颅tes ha asistido al 茅xodo de su poblaci贸n civil, no quedando sino un resto m谩s paciente en su mayor铆a sin hogar, al que la administraci贸n, a pesar de cobrar impuestos exorbitantes no le da siquiera buenas v铆as de comu颅nicaci贸n para el f谩cil transporte de los productos agr铆colas, contando apenas con escuelas desmanteladas, donde vegeta en el m谩s lamentable abandono una poblaci贸n escolar que, bien educada, pudiera constituir ma帽ana la fuerza de expansi贸n m谩s pudorosa de la nacionalidad, y des颅cansando todo este conjunto de anormalidades institucionales y de ne颅gaci贸n del gobierno civilizador sobre el m谩s peligroso protagonismo, que hace 谩rbitro de los destinos de un pueblo democr谩tico a cualquier oscuro soldadote que tiene la fortuna de conciliarse la buena voluntad del ej茅r颅cito, cuyos nobles fines se ven as铆 prostituidos, los subscriptos han cre铆do de su deber aunar sus esfuerzos y voluntades y buscar la cooperaci贸n del mayor n煤mero para el fin patri贸tico de hallar remedio a estos grandes males que conducen a la nacionalidad del desquicio moral y material m谩s completo.

En tal sentido y esperando representar a todos los n煤cleos de opi颅ni贸n independiente que ans铆an la regeneraci贸n de la patria por procedi颅mientos ajustados a la Constituci贸n y las leyes, y por la consagraci贸n m谩s plena a los vitales intereses de la nacionalidad.

Resuelve:

Constituirse desde esta fecha en Comit茅 Pol铆tico Nacional que delibere y resuelva sobre la mejor manera de llegar al fin propuesto, comisionando desde ya, a los ciudadanos Emilio Aceval y Don Francisco Campos para que arbitren los recursos necesarios a tal efecto.

Tan pronto como se tengan reunidos los recursos, o se sepa su monto 铆ntegro, este Comit茅 resolver谩 los medios conducentes para al颅canzar los pr谩cticos fines que se persiguen.

Asunci贸n, marzo 16 de 1904.

Firmado: Emilio Gonz谩lez Navero, Benigno Ferreira, Emilio Aceval, Francisco Campos".


CONSTANTE INTROMISI脫N

La intromisi贸n del Brasil y la Argentina fue constante en el Para颅guay.

La mediaci贸n de la Legaci贸n del Brasil hizo posible el siguiente acuerdo entre los revolucionarios comandados por el general Caballero y el Presidente Salvador Jovellanos.

1) Acatamiento de los altos poderes constituidos.

2) Olvido absoluto del pasado por ambas partes.

3) Organizaci贸n de un Ministerio de Conciliaci贸n.

4) Desarme general de todas las fuerzas como acto primero e inme颅diato del nuevo ministerio, debiendo el armamento ser depositado en la capital a la orden del gobierno.

5) Reconocimiento de los gastos de guerra de la revoluci贸n. Indem颅nizaci贸n de los perjuicios causados a consecuencia de la misma. Legaci贸n del Brasil en Asunci贸n, febrero 16 de 1874. Bernardino Caballero, Germ谩n Serrano, Cirilo Antonio Rivarola, C谩ndido Bareiro, Patricio Escobar, Ignacio J. Genes, Juan B. Egusquiza. El mediador.

Antonio J. D. de Araujo Gondin Conforme: Salvador Jovellanos

El 12 de febrero de 1874 se reorganiz贸 el gabinete conforme al acuerdo suscrito.

Presidente, Salvador Jovellanos; Hacienda, Juan Bautista Gill; Interior, general Bernardino Caballero; Relaciones Exteriores, C谩ndido Bareiro; Guerra y Marina, general Germ谩n Serrano; Justicia, Francisco Sotera

La influencia del Brasil a trav茅s de su ministro plenipotenciario Antonio J. D. Araujo Gondin fue real. La retirada del ej茅rcito brasile帽o del Paraguay el 22 de junio de 1876 atemper贸 tal influencia en los gobier颅nos nacionales.

La ocupaci贸n de Villa Hayes por las tropas argentinas constitu铆a otra presi贸n sobre el gobierno paraguayo.

El laudo Hayes, que concedi贸 los derechos territoriales sobre el Chaco, desde el Pilcomayo hasta m谩s all谩 de Bah铆a Negra sobre el R铆o Paraguay, oblig贸 a dicha fuerza a desocupar Villa Occidental entonces, y liberarse de esa fastidiosa presi贸n.

La ca铆da del emperador Pedro II y la proclamaci贸n de la revoluci贸n en el Brasil, fueron atemperando la influencia lusitana en el Paraguay. Esta coyuntura pol铆tica benefici贸 los planes de la Rep煤blica de 1904. La ayuda rioplatense, a trav茅s de su marina, impuls贸 el movi颅miento revolucionario del 4 de agosto de 1904.

El buque "Sajonia", que hab铆a sido adquirido para la Flota Mer颅cante del Estado, se convirti贸 en el buque insignia de la rebeli贸n, con la jefatura del capit谩n de nav铆o Manuel J. Duarte.

La jefatura militar del movimiento estuvo a cargo del entonces ca颅pit谩n Dr. Benigno Ferreira, hombre culto que, a pesar de haber revistado entre los legionarios, fue un defensor inclaudicable de nuestros derechos sobre el territorio del Chaco.

La operaci贸n naval correspondi贸 a un destacado ex alumno de la Escuela Naval Argentina.

Por sus m茅ritos ascendi贸 muy joven a teniente de fragata en los arsenales de Buenos Aires. Conoc铆a el arte de navegar y estaba formado en la mejor escuela naval del R铆o de la Plata.

Curs贸 tambi茅n sus estudios en la antes nombrada Escuela Naval Argentina, donde sobresaliera por su inteligencia y dedicaci贸n.

La expedici贸n armada part铆a en las 煤ltimas horas del citado d铆a 4 de agosto de 1904 bajo el mando del teniente de fragata Manuel J. Duarte y con la presencia de Pastor Caba帽as Saguier, Rodolfo Ayala, Juan Fran颅cisco Recalde (h), Manuel Caballero, Luis Valdez. En el puerto de Bue颅nos Aires, en la "D谩rsena Sur" se incorporaban a la expedici贸n el capit谩n Ildefonso Benegas y don Manuel Gondra, virtual jefe civil de la revolu颅ci贸n.

La sigilosa expedici贸n fue descubierta por el c贸nsul en Buenos Aires y transmitida al gobierno argentino para impedir el avance de los sediciosos. Sin embargo, el "Sajonia" elude la intercepci贸n y se interna en territorio paraguayo. Se traba un feroz y encarnizado combate naval frente a la ciudad de Pilar. El "Sajonia" con 70 revolucionarios y el 鈥淰illarrica", leal al gobierno con la jefatura del mayor Eugenio Alejandrino Garay.

El buque gubernista se rinde y caen prisioneros sus ocupantes. El mayor Garay qued贸 con varias heridas. El ministro Fleitas tambi茅n fue tomado prisionero.

La batalla victoriosa de Pilar anim贸 a los revolucionarios. El ej茅r颅cito de infanter铆a a cargo de Benigno Ferreira establece su campamento en la localidad de Villeta.

El movimiento estaba afianzado; los voluntarios acud铆an al cam颅pamento para enrolarse a sus cuadros.


HECHOS SORPRESIVOS

Un hecho sorpresivo fue la presencia del Vicepresidente de la Rep煤blica, Dr. Manuel Dom铆nguez, llevando su adhesi贸n con estas pa颅labras: "Donde est谩 la inteligencia est谩 la raz贸n".

El desconcierto comenzaba a cundir en las fuerzas gubernistas. Los hijos del general Patricio Escobar y del coronel Jara, Albino, se ha颅b铆an alistado a las tropas revolucionarias.

La propaganda minaba la moral de los adictos al gobierno.

La divisi贸n partidaria entre caballeristas y egusquicistas dej贸 sus secuelas de odio entre los republicanos.

El acuerdo entre c铆vicos y radicales fortaleci贸 el movimiento ga颅nando espacio en toda la Rep煤blica.

Los directores pol铆ticos consideraron oportuno emitir un manifies颅to informativo program谩tico acerca de los objetivos de la revoluci贸n. A continuaci贸n transcribimos dicho manifiesto.

"Debemos una explicaci贸n al pueblo sobre las causas y los m贸viles de la resistencia armada que ha sido necesario promover en defensa de la libertad e instituciones.

Se trata de hechos conocidos en toda la Rep煤blica y de prop贸sitos arraigados en todos los paraguayos de bien. Basta recordar el profundo malestar que desconcierta a todo el pa铆s, lo desmoraliza y humilla, y arrastra por fin, al pueblo a la reivindicaci贸n violenta de sus derechos. Esta declaraci贸n no hace m谩s que repetir lo que en mil ocasiones diferentes y mil variados tonos lo han dicho ya todos y cada uno de los paraguayos sanos de coraz贸n. El momento hist贸rico es solemne. De un extremo a otro de la Rep煤blica se levanta un谩nime y potente la voz de la condenaci贸n para el gobierno que rige sus destinos.

Pareciera que la fatalidad lo condujera de error en error, de prin颅cipio en principio, hasta el total hundimiento en que hoy se debate, impotente, desprestigiado. Ni cabe una reacci贸n acaso providencial, porque los ciudadanos que lo componen carecen de la preparaci贸n nece颅saria, no tienen ni experiencia en los negocios de Estado, ni buena volun颅tad, ni patriotismo, ni honradez p煤blica ni privada. Divorciados absolu颅tamente del pa铆s, han perdido por completo la confianza p煤blica con diferencia sin cuento, capacidad sin medida que su permanencia al fren颅te del gobierno es todo un peligro, toda una verg眉enza nacional, que debe ser a todo trance extirpada.

El Paraguay ha dejado de tener un gobierno regular desde los aciagos d铆as en que oscuros motines de cuartel hallaron las instituciones fundamentales, poni茅ndolas bajo el taco de una soldade帽a ignorante y desenfrenada. Mas debe decirse que ninguno ha llegado a la degrada颅ci贸n de los actuales gobernantes. Nunca ha habido tanta relajaci贸n en las esferas superiores del gobierno; jam谩s menos respeto a la ley y a la dignidad personal; nunca tanto desprecio al ciudadano honesto o del pensamiento, m谩s tanto predicamento de cortesanos insignificantes; jam谩s mayor influencia de sicarios ensoberbecidos. Es natural y l贸gico, los gobernantes son hombres como los dem谩s y se subordinan a las leyes que rigen las asociaciones humanas. El Presidente de la Rep煤blica tiene que rodearse de ciudadanos afines, que piensan como 茅l, hablan su len颅guaje y tienen las mismas cortas miradas. Literalmente, sin instrucci贸n, sin las nociones m谩s elementales aun para la vida ordinaria, el coronel Juan Antonio Escurra no hace m谩s que degradar la primera magistra颅tura, que ha escalado por sorpresa en medio del asombro general de propios y extra帽os. Fruto de una dictadura militar de cincuenta a帽os,

con otros tantos de estancamiento que conduce indefectiblemente a la revoluci贸n armada.

En el orden pol铆tico, la completa subversi贸n de las instituciones. La Constituci贸n y las leyes esclavizadas al servicio del peculado m谩s vergonzoso, del inter茅s m谩s ego铆sta.

Al final de esta exposici贸n, el Movimiento hace un llamado patri贸颅tico a todos los hombres de buena voluntad, sin exclusi贸n de partidos. Entregamos la causa de la Revoluci贸n en los brazos del pueblo y confiamos, despu茅s de Dios, en nuestros propios esfuerzos para el triun颅fo de la libertad.

Benigno Ferreira, Emiliano Gonz谩lez Navero, Manuel Gondra, Gualberto Card煤s Huerta, F茅lix Paiva, Adolfo Riquelme, Eduardo Schaerer, Liberato Rojas, Pedro P. Caballero, Albino Jara, Hip贸lito N煤帽ez, Antonio Taboada, G贸mez Freyre Esteves, Francisco Capurro, Miguel Ger贸nimo Soler, Manuel Ben铆tez, H茅ctor Salaverri; siguen las firmas. El presente manifiesto fue redactado por el doctor Manuel Ben铆tez, afirmando que la Revoluci贸n era nacional y no partidaria.

Se discuti贸 si deb铆an las fuerzas tomar Asunci贸n o extender la lucha en las principales ciudades. Concepci贸n, al norte, Villarrica y Encarnaci贸n; al sur Pilar y Villeta ya estaban en poder de los revolucio颅narios.

Los hijos de conspicuos jefes del coloradismo como el general Patri颅cio Escobar, se incorporaron a las legiones revolucionarias, as铆 como el temerario capit谩n Albino Jara, hijo del coronel Zacar铆as Jara, coman颅dante de las fuerzas gubernistas del norte.

La defecci贸n del Vicepresidente Dr. Manuel Dom铆nguez y la del senador Arsenio L贸pez Decoud produjeron desconcierto en las fuerzas gubernistas.

El general Escobar ya no impon铆a ese 铆mpetu ante la rebeli贸n de sus hijos. El coronel Zacar铆as Jara se volv铆a dubitativo ante la rebeli贸n de su hijo Albino, a quien quer铆a y admiraba.

Los desaciertos del gobierno se suced铆an y la oposici贸n crec铆a ante la abierta repulsa del egusquicismo desplazado. La figura militar del coronel Escurra, un hombre leal, pero sin formaci贸n intelectual para el cargo, no fue bien vista ni en el oficialismo, menos en la oposici贸n.

Era un hombre firme, sin maldades, pero carente de formaci贸n para asumir la gran responsabilidad de Primer Magistrado de la naci贸n. La crisis del partido de gobierno fue notoria, con el alejamiento y la oposici贸n de los egusquicistas, el oficialismo perdi贸 hombres de signi颅ficaci贸n y se limit贸 a la colaboraci贸n de leales pero sin la capacidad que exig铆an las funciones.

En el gabinete del coronel Escurra aparec铆an hombres ilustrados y honestos como el Dr. Pedro P. Pe帽a, el soci贸logo y notable escritor Fulgencio R. Moreno y otros ministros con formaci贸n universitaria, salvo la del coronel Antonio C谩ceres.

Toda m谩quina tiene su vida 煤til. El oficialismo llevaba m谩s de treinta a帽os en el gobierno.

La venta de las tierras p煤blicas a empresas extranjeras estimul贸 el latifundio y oprimi贸 a los agricultores, que se convirtieron en aparceros en inmuebles ajenos. Dejaron de ser los poseedores de sus chacras.

El auge del contrabando y el abuso del poder iban minando la estabilidad del gobierno.

Las acusaciones de los revolucionarios encontraban eco en la opi颅ni贸n p煤blica y la lealtad al partido de gobierno ya carec铆a del fervor c铆vico de otros tiempos.

Mientras las fuerzas del gobierno estaban limitadas, las adhesio颅nes a la revoluci贸n aumentaban d铆a a d铆a.

Varias ciudades y pueblos ya hab铆an ca铆do en manos de los rebel颅des. La suerte estaba echada. La superioridad de los revolucionarios se acrecentaba d铆a a d铆a.

Las poderosas fuerzas gubernistas del norte con asiento en Con颅cepci贸n al mando del coronel Zacar铆as Jara, padre del capit谩n Albino Jara, revolucionario, trastornaron la defensa del gobierno del coronel Escurra.

La ca铆da de Concepci贸n por la inacci贸n del coronel Zacar铆as Jara, quien no quer铆a enfrentar a las tropas de su hijo, fue un duro golpe para el gobierno.

La anarqu铆a y el luto que cubr铆an a la Rep煤blica inquietaron al cuerpo diplom谩tico. Fue as铆 que plenipotenciarios de Argentina, Brasil y otros pa铆ses ofrecieron su mediaci贸n para restablecer la paz en el Pa颅raguay.


BASES REVOLUCIONARIAS

En el mes de setiembre, los revolucionarios presentan las bases con las siguientes condiciones:

1) Renuncia del Presidente y Vicepresidente de la Rep煤blica.

2) Constituci贸n de un gobierno provisorio presidido por una perso颅na de reconocida honorabilidad que no pertenezca a ninguno de los par颅tidos militantes.

3) Disoluci贸n de los ej茅rcitos del gobierno y revolucionario, debien颅do tan s贸lo organizarse el cuerpo de la Polic铆a de la Capital, para la garant铆a del orden y la tranquilidad p煤blica, a cargo de un revolucionario.

4) Reconocimiento y pago por el Estado de los gastos hechos como consecuencia de la revoluci贸n.

5) Reconocimiento de los grados militares concedidos por la revo颅luci贸n.

6) Los ministerios de Guerra e Interior del gobierno provisorio ser谩n confiados a ciudadanos pertenecientes a las filas revolucionarias. El de Hacienda ser谩 designado por la C谩mara de Comercio.

7) Elecciones generales libres para la reorganizaci贸n de los pode颅res constitucionales.

8) Amnist铆a para todos los delitos pol铆ticos.

9) Cumplimiento del arreglo, bajo la garant铆a moral de los minis颅tros plenipotenciarios del Brasil, Argentina y Francia.

La propuesta revolucionaria fue rechazada por el gobierno, aseso颅rado por los generales Bernardino Caballero y Patricio Escobar.

Ante la falta de acuerdo de los contendores se reanuda la cruenta lucha en gran parte del territorio.

Ante la necesidad de comprar armas y municiones los revoluciona颅rios obtienen un cr茅dito para tal fin en Buenos Aires y mejoran ostensi颅blemente su capacidad de fuego.

Teodosio Gonz谩lez en su lapidario libro: "Infortunios del Para颅guay", en la p谩gina 159, expresa: "En su nefasta obra de aniquilamiento de la econom铆a en el Paraguay de la post-guerra, legaron al pa铆s la cruz de la pobreza cr贸nica, con una soga m谩s: la responsabilidad del Estado por los perjuicios causados por las revoluciones.

En este desastre fueron principales autores los gobiernos libera颅les.

Cuando el provisionato, se pas贸 al Senado el proyecto de ley, san颅cionado en agosto de 1906 ya era senador y miembro precisamente de la Comisi贸n de Hacienda, que hab铆a de dictaminar sobre el proyecto".

La Revoluci贸n de 1904 con el empuje de su oficialidad joven y la cohesi贸n de los liberales unidos iban ganando posici贸n en toda la Rep煤颅blica.

La ca铆da del coronel Escurra era cuesti贸n de tiempo.

Los revolucionarios toman Encarnaci贸n y Misiones, marcando ma颅yor铆a en la Rep煤blica.

Los 4.000 hombres que a煤n contaba el gobierno estaban inmo颅vilizados ante el dominio del r铆o y de los territorios aleda帽os a la capital. Para evitar m谩s sangre inocente en la desigual lucha, el gobierno representado por el presidente Escurra, el doctor Emilio P茅rez y don Cayetano Carreras y los sediciosos por el Dr. Benigno Ferreira, el co颅mandante Manuel Duarte y el se帽or Adolfo Soler. Los ministros pleni颅potenciarios de Brasil, Brasilio Itibir茅 Da Cunha y Alejandro Guesala por la Argentina, actuaban como mediadores.

El pacto del Pilcomayo puso t茅rmino a esa cruenta guerra civil. Las bases del acuerdo establecieron las siguientes condiciones:

1) Designaci贸n de un Presidente Provisorio de la Rep煤blica por los delegados de la revoluci贸n, recayendo ella en la persona del ciudadano Juan Bautista Gaona.

2) Disoluci贸n del ej茅rcito oficial.

3) Constituci贸n de gabinete con los ministros:

a) del Interior: Emilio P茅rez;

b) de Justicia: Cayetano A. Carreras;

c) Hacienda, un candidato revolucionario;

d) de Guerra, otro candidato revolucionario;

e) de Relaciones Exteriores, designado por los revolucionarios.

4) Nombramiento del Sr. El铆as Garc铆a como jefe de Polic铆a de la Capital.

5) Renovaci贸n de la mitad cesante de las C谩maras por elecciones libres.

6) Pago de los gastos de la revoluci贸n.

El Congreso avala el acuerdo entre oficialistas y revolucionarios. El d铆a 19 de diciembre del a帽o 1904 las C谩maras de Senadores y Diputados reunidas en Congreso formalizan las renuncias del Presiden颅te y Vicepresidente de la Rep煤blica presentadas por el coronel Juan Antonio Escurra y el doctor Manuel Dom铆nguez.

El Congreso unge al ciudadano Juan Bautista Gaona como Presi颅dente Provisional de la Rep煤blica.

El designado a la Primera Magistratura de la naci贸n era respeta颅do por su probidad.

El gabinete fue constituido con los siguientes miembros: Hacienda: Emiliano Gonz谩lez Navero.

Guerra: general Benigno Ferreira. Interior: Dr. Emilio P茅rez (colorado). Justicia: Cayetano Carreras (oficialista). Relaciones Exteriores: Dr. Cecilio B谩ez.

D铆as despu茅s se convoca a elecciones de parlamentarios para cu颅brir las seis vacancias en la C谩mara de Senadores y catorce en la de Diputados.

La divisi贸n entre c铆vicos y radicales segu铆a latente. Al fin de man颅tener la aparente unidad optaron por distribuir los cargos por partes iguales.

La n贸mina de parlamentarios qued贸 integrada como sigue: Senadores: Antonio Taboada, Dr. F茅lix Paiva, Dr. Teodoro Gon颅z谩lez, Emilio Aceval, Francisco Campos, Juan A. Aponte..

Diputados: Dr. Gualberto Card煤s Huerta, Adolfo R q煤elme, Jos茅 A. P茅rez, Ram贸n Jara Castro, Pedro T. Rol贸n, Liberato Rojas, Guillermo Sosa, Jos茅 T. Legal, Juan Molinas, Genaro P茅rez, Higinio Arbo.

En la lista de senadores figuraba el ex presidente de la Rep煤blica Emilio Aceval, de filiaci贸n colorada egusquicista, y el empresario Fran颅cisco Campos.


PRIMERAS MEDIDAS


Una de las primeras medidas del gobierno fue reorganizar el ej茅r颅cito y con tal fin se design贸 al capit谩n de fragata Manuel T. Duarte. Dicho Estado Mayor del Ej茅rcito se organiza: Secretario: Mayor de ingenieros Manlio F. Shenone; jefe de la secci贸n de guerra: teniente coronel Patricio Alejandino Escobar; jefe de la secci贸n personal: mayor Albino Jara; jefe de la secci贸n t茅cnica: mayor Manuel Rojas; jefe de la secci贸n informaciones: capit谩n Justo Escobar.

El pa铆s estuvo expectante para recibir el mensaje del Presidente Provisional de la Rep煤blica Juan Bautista Gaona, dirigida al Congreso en fecha 1 de abril del a帽o 1905.

La administraci贸n de justicia era cuestionada por los adherentes al nuevo gobierno.

Por un acto arbitrario se convoc贸 a varios jueces al local de la Polic铆a, intim谩ndoles el jefe Garc铆a a renunciar.

El estanco del tabaco, que favorec铆a a la firma Ruiz y Jorba, qued贸 rescindido por decreto del nuevo gobierno, sin indemnizaci贸n alguna. La unidad del Partido Liberal entre c铆vicos y radicales era reafir颅mada de palabra, mas en la realidad subsist铆a el encono.

En aras de la unidad del partido se edit贸 un manifiesto del Comit茅 Provisional para ratificar y consolidar el partido unido de c铆vicos y radi颅cales.

El texto del manifiesto reproducimos:

"La comunidad de una tradici贸n gloriosa, sumada a la consecuci贸n de id茅nticos fines, determin贸 a los hombres dirigentes de las dos faccio颅nes del Partido Liberal a unirse con el objeto de llevar a cabo la revolu颅ci贸n que acaba de redimir al pa铆s del sistema de desquicio y corrupci贸n en que se hund铆a.

"Como el lazo de uni贸n, m谩s que el peligro com煤n, han sido los prop贸sitos de restablecer el imperio de nuestras instituciones holladas de regir los destinos de la patria por el sendero de la libertad y el progre颅so, los directores de las antiguas facciones han cre铆do que terminada la contienda civil, deb铆an desaparecer para siempre los rasgos de anterio颅res desavenencias a fin de entrar de lleno con la misma responsabilidad, en la labor de reconstrucci贸n en que todos estamos empleados ahora.

"Para extinguir esas desavenencias, los miembros de las dos comi颅siones directivas de las antiguas facciones del Partido Liberal, hoy uni颅dos, acordaron lo siguiente:

"1) Declarar disueltas las dos comisiones directivas mencionadas, constituyendo un Comit茅 Provisorio que deba regir los destinos del Par颅tido, compuesto de los se帽ores doctores Manuel Ben铆tez, F茅lix Paiva, Jos茅 Tom谩s Legal, Gualberto Card煤s Huerta, Adolfo R. Soler y Adolfo Riquelme, bajo la presidencia del se帽or Antonio Taboada.

"2) Este Comit茅 queda encargado de la direcci贸n del partido y de proponer un proyecto de reforma de los estatutos a la Comisi贸n General que ser谩 oportunamente convocada para nombrar la 煤nica Comisi贸n Directiva Central del Partido Liberal.

"3) En fe de lo cual firman en dos ejemplares de un mismo tenor en la fecha trece de abril de mil novecientos cinco.

Antonio Taboada, Cecilio B谩ez, Emiliano Gonz谩lez Navero, Ma颅nuel Ben铆tez, Ildefonso Benegas, Carlos L. Isasi, Luis A. Riart, Juan Molinas, Genaro P茅rez, Marcelino Rodas, Eduardo Amarilla, Cirilo Mendoza, Pedro T. Rol贸n, Adolfo R. Soler, Amancio Insaurralde, Modes颅to Jakisich, Alejo M. Carrillo, Jos茅 Antonio P茅rez, Pedro Talavera, Pedro P. Caballero, Eduardo Schaerer, Adolfo Riquelme, Liberato M. Rojas.

"El Comit茅 Provisorio ha resuelto en su primera sesi贸n nombrar secretario al se帽or Adolfo Riquelme y tesorero al Dr. F茅lix Paiva, y llevar a nuestro conocimiento la constituci贸n del 煤nico gobierno que regir谩 los destinos del partido hasta que sea convocada la convenci贸n general, a cuyo efecto ser谩n organizadas previamente las comisiones departamen颅tales a fin de que puedan designar a sus respectivos delegados.

"El Partido Liberal que se ha impuesto la misi贸n de educar al pueblo en la escuela de la democracia, aplicando y prestigiando los prin颅cipios de una sana pol铆tica, que imponen la tolerancia de las opiniones como condici贸n del r茅gimen de libertad; el Partido Liberal que ahora se impone la misi贸n del buen gobierno, abre como siempre sus filas a todos los hombres que quieran aportar su concurso para la realizaci贸n de los ideales de orden, moralidad y progreso que informan su programa.

"Terminada la contienda en la que todos los buenos paraguayos han probado su decisi贸n por la causa santa de la regeneraci贸n de la pa颅tria, toca ahora unirnos estrechamente para dar cima a los ideales que alentaron los m谩rtires de nuestra incipiente democracia.

"La suma de esfuerzos y voluntades ha coronado de triunfo a nues颅tra revoluci贸n y el mismo factor coronar谩 de 茅xito a las labores de la reconstrucci贸n nacional.

"Asunci贸n, mayo 29 de 1905.

"Antonio Taboada, presidente; Adolfo Riquelme, secretario". Entre las obras significativas de ese a帽o, se registra la fundaci贸n de la Escuela Militar para la formaci贸n de oficiales en el Ej茅rcito.

Una de las leyes promulgadas fue la indemnizaci贸n de da帽os y perjuicios acaecidos por la revoluci贸n.

Sobre esta pol茅mica ley el Dr. Teodosio Gonz谩lez expuso, en su libro ya citado, todo cuanto sigue:

"El proyecto me pareci贸 completamente inaceptable, bajo el punto de vista de los principios legales admitidos en el mundo civilizado y como precedente funest铆simo.

"Los perjuicios y da帽os que ocasionara las revoluciones de 1904 y 1912 gravaron la deuda de Estado.

"Se vuelve a repetir el hecho negativo de avalar el pago por los da颅帽os emergentes de la revoluci贸n de 1922 y 1923 que dur贸 14 meses desquiciando la econom铆a del pa铆s y enlutando a miles de hogares pa颅raguayos".

Al respecto el Dr. Teodosio Gonz谩lez al referirse a esta il铆cita obli颅gaci贸n contra铆da por el Parlamento enumera el monto de tales da帽os:

1) Perjuicios de la revoluci贸n de 1904 reconocidos y pagados en t铆tulo del 2% amortizaci贸n y 6% de inter茅s: $ c/I: 80.297.080.

2) Perjuicios de la revoluci贸n de 1911 y 1912, oro sellado pesos 394.119 y pesos curso legal 11.296.054.

3) Intereses de consolidados al 6% anual hasta el 31 de diciembre de 1930, $ c/I: 149.534.964.

4) Empr茅stito Banco de la Rep煤blica, 500.000 pesos oro sellado $ c/1: 21.305.000.

5) Empr茅stito Rodr铆guez en capital e intereses hasta la fecha $ c/ I: 92.561.703.

6) Perjuicios de la revoluci贸n de 1922-1923 por parte baja $ c/I: 300.000.000.

Total: $ c/I: 681.698.747.

"Los perjuicios de las revoluciones que los gobernantes del Para颅guay se han servido clavar en la frente a esta patria desdichada, le han insumido alrededor de 680 millones de pesos curso legal o 17 millones de pesos oro".

"Con cuya suma hubi茅ramos podido tener dinero para construir las obras p煤blicas indispensables, cuya falta tanto nos adoloran, empe颅que帽ecen y desacreditan".

Cu谩n diferente fue la actitud del gobierno del Brasil por los recla颅mos del empresario italiano Matarazzo, por los da帽os ocasionados a sus f谩bricas durante tales enfrentamientos.

El Poder Ejecutivo brasile帽o se neg贸 categ贸ricamente al pago por tales da帽os. Que la revoluci贸n es un delito y que hechos il铆citos como tales deben ser sancionados y no indemnizados.

Al t茅rmino de la sangrienta revoluci贸n, el Estado pag贸 los da帽os y perjuicios ocurridos como consecuencia de aquellas confrontaciones ar颅madas.

Al concluir la revoluci贸n de 1904, el pa铆s reanuda sus actividades comerciales e industriales, pues durante la lucha armada, la paraliza颅ci贸n de esas actividades afect贸 a gran parte de las empresas y poblaci贸n. La supuesta unidad partidaria se reflejaba en la actitud de sus dirigen颅tes.

El Presidente Gaona, hombre serio, que pretend铆a formalizar una correcta administraci贸n, de pronto comenz贸 a sentir la presi贸n.

El general Benigno Ferreira segu铆a en el liderazgo del gobierno y no aceptaba de buena gana la independencia del Presidente Gaona, que poco consultaba a los referentes del partido.

La negativa de un cr茅dito recomendado por tales referentes y la reorganizaci贸n del gabinete con la remoci贸n de tres ministros: Dr. Emi颅lio P茅rez, Emiliano Gonz谩lez Navero y Cayetano Carreras enerva a los pol铆ticos liberales y deciden destituir al Presidente Juan Bautista Gaona. La decisi贸n compartida del general Ferreira y el grupo radical tuvo sus efectos en el Congreso.

El Presidente Gaona pretend铆a ordenar la administraci贸n p煤blica y su firmeza de ejercer la funci贸n fue la causa de su destituci贸n. Este hecho de no consolidar el proceso y alzarse contra el principio de autori颅dad constitu铆a un nefasto precedente que a帽os despu茅s conducir铆a a la Rep煤blica a la anarqu铆a e inestabilidad de los gobiernos.


ASUME FERREIRA

La candidatura del radical Dr. Cecilio B谩ez fue aceptada para ocupar provisionalmente la presidencia de la naci贸n. Las pr贸ximas elec颅ciones ungir铆an en el Ejecutivo al jefe de los c铆vicos general Benigno Ferreira.

Las antiguas rencillas internas volv铆an a agitarse.

Una juventud ardorosa que enarbolaba el imperio de la Constitu颅ci贸n pregonaba una foja de j贸venes sin v铆nculo partidario. Esos j贸venes que despu茅s gravitar铆an en el Partido Liberal eran Jos茅 Patricio Guggiari, Modesto Guggiari, Tom谩s Ayala, Ernesto Arias, quienes a trav茅s del diario Al贸n cuestionaban el sectarismo de los colores tradicionales. Un prestigioso militar, el coronel Albino Jara, apoyaba esa ten颅dencia.

El Dr. Cecilio B谩ez culmina su mandato y por elecci贸n del candi颅dato 煤nico el general Benigno Ferreira, asume la Presidencia constitu颅cional de la Rep煤blica el d铆a 25 de noviembre de 1906.

Su gabinete integran hombres tanto del grupo c铆vico como de los radicales.

El ministro de Guerra y Marina, Guillermo De los R铆os, pertenec铆a al sector egusquicista y aliado de la revoluci贸n.

El general Benigno Ferreira era un hombre culto. Hab铆a egresado de la Universidad de Buenos Aires con el t铆tulo de abogado.

Pretend铆a impulsar las reformas propuestas para estimular el pro颅greso del pa铆s en las 谩reas econ贸mica, financiera, pol铆tica y educacional. La indisciplina militar tuvo como su cabecilla al coronel Albino Jara.

Las elecciones incidentadas y violentas en Misiones y Caazap谩 romp铆an la tranquilidad de la Rep煤blica. Los cuarteles comenzaban a inquietarse.

El Presidente Ferreira comenzaba a sentir los efectos negativos del internismo partidario.

Las dos 煤ltimas malas cosechas agr铆colas, las restricciones comer颅ciales y la elevada cotizaci贸n del oro produc铆an desesperanzas y resenti颅mientos contra el gobierno.

El vocero radical estaba representado por el Diario, 贸rgano perio颅d铆stico de trascendencia.

Los conatos de insubordinaci贸n d铆a a d铆a aumentaban El mayor Albino Jara secundado por el teniente coronel Patricio Alejandrino Es颅cobar ten铆an decisiones tomadas.

El radicalismo contaba en el ej茅rcito con la adhesi贸n de oficiales adictos a la causa.

La actuaci贸n del jefe pol铆tico El铆as Garc铆a era cuestionada por el pueblo humilde, al reprimir costumbres populares de a帽os, que identi颅ficaban a la poblaci贸n.

La inquina entre c铆vicos y radicales se enervaba por la confronta颅ci贸n de los ministros de Hacienda, Adolfo R. Soler, y del coronel Manuel Duarte.

El Presidente Ferreira tom贸 partido a favor del ministro de Ha颅cienda. Ante tal actitud, el coronel Duarte se aproxim贸 al caudillo radi颅cal Antonio Taboada y la conspiraci贸n fue madurando.

El Presidente Ferreira estaba en conocimiento del conato subver颅sivo pero su indecisi贸n de desactivarlo le fue fatal.

El mayor Jara se hace cargo de la ejecuci贸n militar del plan.

La decisi贸n temeraria del mayor Jara posibilit贸 la toma de los principales cuarteles de la capital: la Artiller铆a y la Infanter铆a.

La Polic铆a y un importante sector de la Marina, con el ca帽onero "Libertad", respond铆an al gobierno.

La lucha fue encarnizada y el control de las operaciones incierto, aunque en las primeras horas la resistencia de los leales al general Ferreira fue firme, pero horas despu茅s con los nuevos contingentes civi颅les algunos militares que engrosan las filas revolucionarias definen la situaci贸n.

El general Benigno Ferreira, en su puesto de Comandante en Jefe, en el Palacio, es sitiado y obligado a renunciar.

La unidad c铆vico-radical se romp铆a para siempre. El predominio del sector radical dentro del liberalismo fue notorio. A帽os despu茅s la divisi贸n entre radicales de Schaerer (saco mbyky) y de Gondra (saco puc煤) originar铆a la cruenta y m谩s prolongada guerra civil que conoci贸 el Paraguay durante los a帽os 1922 y dos meses de 1923.

El alzamiento militar del 2 de julio del a帽o 1908 rompi贸 la institucionalidad de la Rep煤blica y el protagonismo militar fue ganando espacio en el proceso pol铆tico.

Si ayer fueron protagonistas los generales Caballero, Escobar. Egusquiza y el coronel Escurra, en la era liberal aparecen el coronel Albino Jara, las pretensiones del coronel Chirife, el coronel Rafael Fran颅co y la promoci贸n a la presidencia de la Rep煤blica del entonces general Jos茅 F茅lix Estigarribia.

En honor a la verdad, los liberales tuvieron dos militares en el Poder Ejecutivo.

Los colorados a Caballero, Escobar, Egusquiza, Escurra, Mor铆nigo, Rol贸n, Stroessner y Rodr铆guez.

La incultura c铆vica y la anarqu铆a favorecieron dichas promociones de militares al frente del Poder Ejecutivo.

La sa帽a y el odio volv铆an a reflotar en el 谩mbito pol铆tico. El mani颅fiesto dirigido al pueblo por los revolucionarios triunfantes marcaba otra vez la tendencia del desencuentro entre los paraguayos.


"AL PUEBLO

"Acabamos de derribar, despu茅s de tres d铆as de combate, en que rivalizaron en hero铆smo el ej茅rcito y el pueblo de la capital, el gobierno del general Ferreira. Este gobernante se ha rendido a las fuerzas revo颅lucionarias y el vicepresidente de la Rep煤blica, don Emiliano Gonz谩lez Navero, ha asumido el mando supremo de la naci贸n.

"No queremos ensa帽arnos con los ca铆dos enumerando las malda颅des, perfidias y aberraciones cometidas en menos de dos a帽os por el gobernante a quien derriba ahora el empuje popular, ya que ellos son bien conocidos por todo el pa铆s. Queremos s铆, al declinar la autoridad de que moment谩neamente estuvimos investidos, en manos del se帽or vice颅presidente, dejar constancia del car谩cter pol铆tico del movimiento, dicien颅do de 茅l que ha sido netamente liberal radical. Pedimos y obtuvimos el concurso de hombres de todas las filiaciones, pero el n煤cleo impulsor de la revoluci贸n ha tenido el car谩cter indicado, como asimismo lo tendr谩 la orientaci贸n del nuevo gobierno.

"No tenemos odio para nadie, ni siquiera para aquellos a quienes nos vimos obligados a combatir con las armas. Acallado el rumor de la lucha volvemos a ser hermanos. No habr谩 persecuciones para nadie. Echamos un velo sobre el pasado y pidiendo disculpas al pa铆s por el sacudimiento doloroso, aunque necesario y moment谩neo, que nuestra actitud ha tenido que producir, invitamos a todos nuestros conciudada颅nos a ayudarnos en la obra magna por todos anhelada: la regeneraci贸n de la patria.

Asunci贸n, julio 4 de 1908.

Albino Jara, Patricio Alejandrino Escobar, Am茅rico Ben铆tez, Adol颅fo Riquelme, Manuel Franco, Eusebio Ayala, G. Card煤s Huerta, F茅lix Paiva, Eduardo Schaerer, R. Lara Castro, Manuel Rojas, Carlos Goibur煤, Tom谩s Mendoza, Fidel Ferreira, E. Oliver, alf茅rez Ayala, Jos茅 D. Dosa, Jos茅 M. Valenzuela, Romualdo Ca帽ete, Aureliano G贸mez, Miguel Acosta, Alfredo Medina, Jos茅 C. Garcete, Isaac Duarte, Felipe L. Gonz谩lez, Honorio Alfonso, Alejandro Escobar, Quint铆n Parini; siguen las firmas".

La revoluci贸n triunfante, violando normas legales premi贸 con dos grados a los jefes y oficiales del movimiento, as铆 el mayor Albino Jara fue ascendido a coronel.

La deserci贸n de los tenientes Enrique Taboada y Rodolfo Bord贸n provoc贸 comentarios ante la carta publicada por ellos en el diario "ElNacional". Reproducimos su texto: "En la culta y distinguida Escuela Militar que nos ha formado nos ense帽aron a ser dignos guardianes del honor y de la integridad de la patria y de sus instituciones, y por eso nos negamos a servir, no a la patria, sino a un gobierno surgido de un mot铆n cuartelero que ha pisoteado mil veces las leyes de la naci贸n".

La divisi贸n entre c铆vicos y radicales volv铆a a penetrar en las carpas azules. Estas divisiones trajeron luto, dolor y pobreza.

Al consolidarse en el gobierno el grupo radical con Eduardo Schaerer en la presidencia de la Rep煤blica en el a帽o 1912, el sector c铆vico perdi贸 protagonismo y el radicalismo se hizo cargo de los destinos del Partido Liberal.

La discordia interna divide al radicalismo en schaeristas y gon颅dristas, causa de la cruenta y prolongada guerra civil de los a帽os 1922 y 1923.

La revoluci贸n del 2 de julio de 1908 detuvo en prisi贸n al coronel Manuel Duarte, jefe principal de la revoluci贸n de 1904, que posibilit贸 la ascenci贸n al poder del Partido Liberal.

El coronel Duarte, que guardaba reclusi贸n en el barco "Libertad", se dirigi贸 al presidente de la Rep煤blica don Emiliano Gonz谩lez Navero en los siguientes t茅rminos:

"Bah铆a de Asunci贸n, a bordo del "Libertad", julio 13 de 1908.

"Excmo. se帽or Presidente de la Rep煤blica:

"Hoy hace nueve d铆as que me encuentro a bordo del `Libertad', preso e incomunicado, con un centinela de vista, sin tener conocimiento de lo que se piensa hacer conmigo por el nuevo gobierno que dirige V.E.

"Durante mi prisi贸n en el cuartel del 2掳 Cuerpo de Infanter铆a de l铆nea y en mi domicilio, he tenido conocimiento de la disoluci贸n del Con颅greso y del Poder Judicial y como los 煤ltimos acontecimientos han hecho desaparecer tambi茅n el Tribunal Militar, no tengo o no veo otra autori颅dad en la Rep煤blica a quien dirigirme sino a V.E. con el fin de hacer valer los derechos que me acuerda el art铆culo 9 de la Constituci贸n de la Rep煤颅blica, el cual, a煤n bajo el estado de sitio, me acuerda el derecho de optar por salir del territorio nacional y s贸lo en caso de negarme faculta a V.E. a trasladarme a uno u otro punto del pa铆s.

"Siempre que no exista alg煤n decreto estableciendo la dictadura, y en consecuencia, la desaparici贸n de la Constituci贸n, pido a V.E. quiera permitirme me acoja al mencionado art铆culo nueve que me da el derecho de salir del territorio de la Rep煤blica.

"Saluda a V.E. con su consideraci贸n distinguida. "Firmado: Manuel J. Duarte".

As铆 termin贸 su carrera pol铆tica el prestigioso teniente de fragata egresado con calificaci贸n sobresaliente de la Escuela Naval de Buenos Aires.

No ser铆a la primera vez que ciudadanos plenos por capacidad, honestidad y daci贸n a la causa de la patria sufrieron el agravio de los politiqueros de turno.

El 4 de julio se constituye el Comit茅 Ejecutivo con:

Mayor Albino Jara, Adolfo Riquelme, comandante Patricio Ale颅jandrino Escobar; doctores Manuel Franco, Gualberto Card煤s Huerta, F茅lix Paiva y Eusebio Ayala.

El Comit茅 Ejecutivo resolvi贸:

a) Designar Presidente de la Rep煤blica al vice se帽or Emiliano Gonz谩lez Navero.

b) Ascender dos grados a los militares sublevados.

c) Gratificar con dinero del Estado.

d) Disolver el Parlamento, bajo la inculpaci贸n de haber sido orga颅nizado dictatorialmente por el general Ferreira.

El presidente provisional integra su gabinete con los siguientes ministros:

Interio: Manuel Gondra.

Hacienda: Dr. Gualberto Card煤s Huerta.

Guerra y Marina: coronel Albino Jara.

Justicia e Instrucci贸n P煤blica: Dr. Manuel Franco.

Relaciones Exteriores: Dr. Eusebio Ayala.

El nuevo r茅gimen se declar贸 partidario de seguir con la tradicional denominaci贸n de Partido Liberal y no Partido Radical, puesto que esta designaci贸n traer铆a confusi贸n entre los afiliados. Pero los liberales siem颅pre agregaban si eran radicales Liberal Radical y si eran c铆vicos Liberal C铆vicos o simplemente c铆vicos.

Despu茅s del 4 de julio el pa铆s entr贸 en la vor谩gine de la anarqu铆a. Los cuartelazos y alzamientos frecuentes llevaron a la Rep煤blica a la anarqu铆a y pobreza.

El pa铆s perdi贸 a connotados jefes como el capit谩n de nav铆o El铆as Ayala y al comandante Manuel Duarte, egresados distinguidos de la Escuela Naval de Buenos Aires.

El protagonismo del coronel Albino Jara fue notorio. Su ambici贸n de mando provoc贸 varias crisis. Los ayer amigos Jara y Riquelme se hab铆an distanciado.

Jara socavaba la autoridad del Presidente Gondra, quien resolvi贸 renunciar al Poder Ejecutivo; el coronel Jara se adue帽贸 de la situaci贸n y jura como Presidente Provisional de la Naci贸n.

Su administraci贸n desordenada y arbitraria comienza a inquietar a sus alegados.

La represi贸n violenta contra obreros y estudiantes provoc贸 la in颅dignaci贸n del pueblo.

Sus propios ministros, como el profesor Ib谩帽ez, organizan la con颅jura y el pol茅mico coronel fue al destierro con la rechifla de una multitud agolpada en el puerto de la Asunci贸n.

El alejamiento forzado del coronel Albino Jara no garantizaba horas de paz a la Rep煤blica.

Jara, al desprenderse del radicalismo, pretendi贸 fundar su propio partido, pero no tuvo eco por su mal desempe帽o al frente del Poder Ejecutivo.

En el exilio segu铆a conspirando y pronto volver铆a con el brazo en armas a protagonizar cerca de la ciudad de Paraguar铆 el 煤ltimo combate. Herido de consideraci贸n, fue trasladado al hospital, falleciendo horas despu茅s.

Quedaba el famoso dicho popular "Ara pa t茅ra Jara".

Se produce la desaparici贸n definitiva del aguerrido coronel.

El resentimiento de los colorados estaba justificado plenamente por los maltratos con que eran penados dichos adversarios pol铆ticos. La masacre de Laureles y el confinamiento en el lejano Fort铆n Galp贸n de los republicanos doctores Cayo Romero Pereira y Virgilio Silveira y una v

treintena de opositores colorados desprestigiaron al gobierno de Emiliano Gonz谩lez Navero.

El doctor Rogelio Urizar al comentar tales desatinos en su bien logrado libro "Los dramas de nuestra anarqu铆a", nos recuerda en la p谩gina 269 de su obra citada, cuanto sigue: "Las medidas violentas y las que van acompa帽adas de crueldades no son necesarias ni 煤tiles, en un pa铆s que tiene leyes y normas de contenido 茅tico. La represi贸n nunca ha de dar otro resultado que el de exacerbar los 谩nimos, los enconos y odios. La historia de nuestros des贸rdenes no es el fracaso de las leyes sino de los hombres que deben cumplirlas y hacerlas cumplir. Ofuscados por las pasiones, desorientados por las intrigas, no pueden encontrar el camino que conduce a la serena raz贸n de la justicia.

"驴Podr谩 alguna vez sobreponerse la raz贸n al rencor, para repudiar la venganza y olvidar las injurias y las injusticias en busca de una uni贸n nacional?".

La irracionalidad y la pasi贸n por el poder estimularon actos tr谩gi颅cos e inhumanos.

El 7 de mayo de 1909, los presos pol铆ticos colorados fueron trasla颅dados de Fort铆n Galp贸n a la c谩rcel de Emboscada.

Durante el almuerzo los presos se apoderaron de la c谩rcel y la lucha armada cobr贸 vidas humanas.

Los presos pudieron evadirse y as铆 concluy贸 esta salvaje represi贸n que inaugur贸 por primera vez en Am茅rica un campo de concentraci贸n, treinta a帽os antes que los nazis lo establecieron en Polonia.

El Paraguay no encontraba su rumbo. La pasi贸n y la incivilidad de los dirigentes pol铆ticos eran responsables de los sucesivos carnavales de sangre que atormentaban a la Rep煤blica.


CONSECUENCIAS NEFASTAS

Las consecuencias nefatas de las sucesivas revoluciones de 1908 a 1912 perjudicaron al pa铆s en todos los sentidos.

En lo pol铆tico, la inestabilidad de los gobiernos y la ausencia de programas.

En lo econ贸mico, la disminuci贸n de las actividades agr铆colas y comerciales.

En lo social, la desintegraci贸n de las familias.

En lo cultural, la deserci贸n escolar y la falta de institutos de ense颅帽anza superior.

La emigraci贸n de miles de paraguayos y paraguayas a los pa铆ses lim铆trofes.

La administraci贸n de justicia era arbitraria. La orden de un jefe militar o comisario de pueblo ten铆a m谩s eficacia que la sentencia de un juez.

El Dr. Manuel Viera, al ver trabada su resoluci贸n de H谩beas Cor颅pus, en beneficio de honorables ciudadanos y ante la grave amenaza que recib铆a, opt贸 por asilarse y emigrar a Buenos Aires.

El manifiesto de la revoluci贸n de 1904, proclamando las garant铆as de libertad, de debido proceso y de seguridad a los habitantes de la Rep煤blica fue pronto desmentido por los hechos de anarqu铆a y corrup颅ci贸n.

Juan Bautista Gill, defenestrado ministro de Hacienda por mal颅versaci贸n de fondos, sorprende a los ciudadanos al candidatarse a la Presidencia de la Rep煤blica, con el apoyo del ministro plenipotenciario brasile帽o Araujo Godin.

Fue as铆 que es ungido ala m谩xima jerarqu铆a, pese a sus anteceden颅tes delictivos.

Su famoso batall贸n "Guarar谩" constitu铆a el terror de la poblaci贸n asunce帽a. Sus enemigos, los Godoy, tramaron su asesinato; y fue as铆 que Nicanor Godoy lo ultim贸 a la media ma帽ana del d铆a 12 de abril del a帽o 1887.

El mandatario no gozaba de la simpat铆a del pueblo. Los subidos tributos "estancos" perjudicaban a la producci贸n. El pa铆s d铆a a d铆a perd铆a densidad por causa de la emigraci贸n.

Los comentarios de la 茅poca acusan que la administraci贸n de Juan Bautista Gill era deshonesta, incluyendo la venta del ferrocarril a precio inconveniente, la inseguridad y continuos asesinatos, a m谩s de la mala administraci贸n de la deuda interna y externa.

Pese a estas actitudes negativas de Gill, segu铆a dominando el es颅cenario pol铆tico y sus colaboradores, como Caballero, Bareiro y Escobar, guardaban un prudente silencio sobre sus cuestionadas gestiones p煤bli颅cas.


1904

La designaci贸n de Eduardo Schaerer, hombre sin mayores estu颅dios (6掳 grado de la Escuela Alemana), gravitaba en el sector de los radicales por su capacidad de obrar y su indudable intuici贸n pol铆tica.

Triunfante la revoluci贸n, fue designado director de Aduanas. Fue acusado por los peri贸dicos de la 茅poca de desprolijidad y el auge del contrabando.

La presi贸n fue tal que tuvo que dejar el cargo. Hombre sagaz, sigui贸 en los cuadros del sector radical, gravitando por su tesonera acti颅vidad y relaciones financieras con algunos capitalistas porte帽os.

El cr茅dito obenido del portugu茅s Rodr铆guez lo ubica como uno de los principales de tal acuerdo contractual que facilit贸 el triunfo de la revoluci贸n del 12.

El vac铆o de poder que hab铆a dejado Gondra con su cesant铆a por la presi贸n armada del coronel Albino Jara lo ocup贸, por esa coyuntura pol铆tica, el caazape帽o Eduardo Schaerer Vera, descendiente de suizo alem谩n y de Isabel Vera, una bella criolla del lugar.

Una vez m谩s, no interesaban los antecedentes del candidato, s铆 su condici贸n de exitoso caudillo.

El Paraguay de 1904 y el Paraguay despu茅s de 1904 no hab铆an evolucionado. La anarqu铆a corromp铆a a los directores pol铆ticos m谩s em颅pe帽ados en conseguir y mantener el poder que en ofrecer al pa铆s una administraci贸n honesta y eficiente.

Refiri茅ndose a nuestra realidad Teodosio Gonz谩lez, en su citado libro, p谩gina 481, dice: "La democracia sacrifica constantemente a los mejores, erige un despotismo el n煤mero, es el dominio de la mediocridad, audaz y sin escr煤pulos".

"Es verdad que esta desviaci贸n concluye por engendrar su propio remedio. Los pueblos sufren en carne propia los resultados de tal error y entonces, sobrevienen esas curas heroicas que son los sistemas de coacci贸n y violencia".

"Una organizaci贸n democr谩tica que sea verdaderamente tal, pre颅viene estas funestas corrupciones y corrige la tendencia bastarda, laten颅te en su seno, erigiendo una minor铆a capacitada para dar a la funci贸n del gobierno el necesario contenido espiritual". (Benoit. Enfermedades de la democracia).

Refiri茅ndose al caudillo pol铆tico dice que es hijo leg铆timo de una madre muy vieja, la estupidez humana, y seg煤n un escritor portugu茅s, no obstante el uso intensivo que se hace de ella, parece cada d铆a m谩s inagotable.

La revoluci贸n de 1904 incorpor贸 en sus filas a hombres ilustrados, capaces, pero con debilidad moral de imponer los principios.

Esta realidad a煤n sigue debilitando los cimientos institucionales de la Rep煤blica. La consigna es mantenerse en el poder antes que la administraci贸n de un "buen gobierno".

La incultura que azota hasta hoy al pa铆s con un elevado porcentaje de analfabetos funcionales es la principal causa de nuestro atraso.

A la tarea destinada a formar ciudadanos capaces, mediante la preparaci贸n intelectual, le llamamos "instrucci贸n".

La destinada a la formaci贸n moral, al car谩cter, la denominamos "educaci贸n".

Hasta tanto no superemos estas realidades, el Paraguay no evolu颅cionar谩 hacia el progreso.


LA INTERVENCI脫N ARGENTINA Y BRASILE脩A EN LA RE颅VOLUCI脫N DE 1904

La pugna por mantener la hegemon铆a en el R铆o de la Plata fue constante y sostenida.

Paraguay y Uruguay estaban en la mira de sus poderosos vecinos. La revoluci贸n triunfante de 1904 introdujo la influencia argentina en el Paraguay hasta el a帽o 1955.

Un interesante estudio de Luiz Alberto Maniz Bandeira, en su libro "De la Triple Alianza al Mercosur", p谩ginas 60 al 63, analiza: "A pesar de hacer culto a la memoria del mariscal Francisco Solano L贸pez, al reverenciarlo corno h茅roe de la guerra, m谩rtir de la patria, v铆ctima de la "Triple Alianza", el Partido Colorado se aline贸 con el Brasil y obtuvo su simpat铆a, dado que se presentaba como baluarte de la resistencia a las ambiciones territoriales de la Argentina, cuyo respaldo material (di颅nero, nav铆os y armas) posibilit贸 finalmente la victoria de una revoluci贸n dirigida por el Partido Liberal en 1904".

"El gobierno del entonces presidente Juan Antonio Escurra (1902颅1904) contaba con el apoyo del Brasil, cuya simpat铆a ganara cuando evit贸 el aumento del impuesto sobre el tr谩nsito de la yerba mate y per颅miti贸 la libertad de emigraci贸n de aquellos que quisiesen trabajar en el territorio brasile帽o".

Con 300 revolucionarios se apoderaron del nav铆o mercante "Sajonia", instalando en 茅l una bater铆a de seis ca帽ones Krupp y doscien颅tos fusiles Remington y con dichas armas controlaron el curso del r铆o Paraguay y conquistaron los importantes puertos como los de Pilar y Villeta.

Tal era el desconcierto de las fuerzas gubernistas que su propio vicepresidente, el Dr. Manuel Dom铆nguez, y el senador Arsenio L贸pez Decoud se adhirieron a la revoluci贸n, present谩ndose en Villeta ante la sorpresa general.

Fue evidente que el gobierno argentino apoyaba la sedici贸n pues a pesar de la protesta del gobierno paraguayo permiti贸 que los sediciosos navegaran sin ninguna traba hacia el Paraguay con sus contingentes armados.

Por tal raz贸n, una flotilla brasile帽a se hizo presente en el r铆o Para颅guay para garantizar la libre navegaci贸n del r铆o ep贸nimo.

La intervenci贸n del Brasil se hizo presente en el conflicto.

El ministro de Relaciones Exteriores Bar贸n de R铆o Branco dio ins颅trucci贸n al jefe de la Legaci贸n de Washington Alfredo de Moraes G贸mez Ferreira para recomendar al gobierno de Theodore Roosevelt el env铆o de uno o m谩s nav铆os al Paraguay a fin de apoyar al gobierno legalmente constituido y evitar as铆 los abusos de los revolucionarios.

La propuesta brasile帽a no fue acogida por Roosevelt y los invaso颅res se hicieron due帽os del r铆o Paraguay, v铆a fluvial principal de la Rep煤颅blica.

Fue evidente la simpat铆a del gobierno americano hacia la Argen颅tina, por ser 茅sta adherente a la doctrina Monroe en Am茅rica del Sur. El plenipotenciario Da Cunha intervino para un acuerdo concilia颅torio, siempre respetando la Presidencia del coronel Escurra.

Los revolucionarios, conscientes de su poder铆o y pr贸ximos al triun颅fo, no aceptaron tal propuesta, fracasando as铆 la intervenci贸n del minis颅tro brasile帽o.

La firma del Pacto de Pilcomayo ces贸 al coronel Escurra en la Presidencia e inaugur贸 el gobierno liberal a mediados de diciembre de 1904 con el se帽or Juan Bautista Gaona.

La ayuda del gobierno argentino a los sediciosos paraguayos fue determinante. El Brasil con la ca铆da del Partido Colorado perdi贸 un aliado en el R铆o de la Plata.

El historiador americano Harrys Gayford Warren observ贸 que Brasil no pudo sostener al gobierno de Escurra, mientras la Argentina apoyaba a la revoluci贸n y triunfante la diplomacia paraguaya cambi贸 de 贸rbita.

"La victoria por las armas del Partido Liberal ajust贸, en la reali颅dad, el gobierno del Paraguay al poder econ贸mico y la nueva correlaci贸n de fuerzas en la Cuenca del Plata.

El capital brit谩nico dominaba el comercio y la industria en el R铆o de la Plata. El Paraguay pronto alcanz贸 tal influencia. Las poderosas empresas tanineras en el Chaco consolidaron la econom铆a anglo-argen颅tina en el Paraguay.

Puerto Casado, Puerto Sastre, Pinasco, fueron sus visibles y pode颅rosos exponentes".

El prestigioso historiador paraguayo Ricardo Caballero Aquino opina que con el triunfo de los liberales, el predominio de la influencia argentina en el Paraguay fue su consecuencia visible y notoria.

El Brasil perd铆a su protagonismo en la tierra de los hispano颅guaran铆es.

El advenimiento del Partido Liberal en el gobierno, lejos de impo颅ner orden y seguridad, arrastr贸 a帽os de anarqu铆a con sangrientas revo颅luciones.

El primer Presidente de la Rep煤blica por el Partido Liberal apenas dur贸 un a帽o. Los conflictos internos y las rencillas caudillescas cesaron al presidente Juan Bautista Gaona, quien pretendi贸 ordenar las finan颅zas y promover la econom铆a.

La disputa entre Brasil y la Argentina en el concierto geopol铆tico fue evidente.

Paraguay y Uruguay estaban en la 贸rbita de tal influencia. Argentina y Brasil se disputaban la hegemon铆a sobre aquellas rep煤blicas.

Los dos tradicionales partidos en el Paraguay: liberales y colora颅dos, tomaron partido a favor de Argentina los liberales y por el Brasil los colorados.

Durante la Guerra del Chaco, 15 de junio de 1932 al 14 de junio de 1935, fue real el apoyo del gobierno argentino que presid铆a el general Justo y cuyos parientes afines, los Casado, eran propietarios de la em颅presa taninera m谩s importante del Paraguay.

Gaspar Rodr铆guez de Francia, Carlos Antonio L贸pez, Francisco Solano L贸pez y el coronel Rafael Franco marcaron una pol铆tica de auto颅nom铆a alejada de toda influencia extranjera.

Al concluir la Guerra del 70, la presi贸n triunfante de argentinos y brasile帽os influy贸 en los gobiernos nacionales.

Los liberales, en buenas relaciones con los argentinos. Los colorados con la simpat铆a de los cariocas.

La geopol铆tica fue determinante en nuestra historia.

El error del mariscal fue no aprovechar la rivalidad existente en颅tre argentinos y brasile帽os y conden贸 a nuestro pa铆s al exterminio del 70% de su poblaci贸n y la p茅rdida de valiosos territorios.

La l贸gica nos indicaba que la Triple Alianza debieron constituir Argentina, Paraguay y Uruguay contra el Brasil y no contra el Para颅guay.

Los antecedentes de nuestra ascendencia hispana y el peligro que constitu铆a el imperio justificaban la uni贸n de nuestros pueblos.

La deserci贸n de Mitre 'y la del general Urquiza desestabilizaron el equilibrio en el R铆o de la Plata, con una v铆ctima hollada en la tragedia.


LA PENETRACI脫N DE BOLIVIA EN EL CHACO DESPU脡S DE 1904

Tras la p茅rdida de sus puertos mar铆timos a ra铆z de la guerra contra Chile, los sucesivos gobiernos bolivianos, y, especialmente, el de Salamanca, propon铆an como soluci贸n la conquista del Chaco paraguayo y los puertos fluviales de Fuerte Olimpo y Bah铆a Negra sobre el r铆o Paraguay.

Las continuas revoluciones y la desocupaci贸n del territorio boreal facilitaron la penetraci贸n del ej茅rcito boliviano en nuestro territorio al sur del Parapit铆.

Desde el a帽o 1906 comenzaron las fundaciones de los fortines a cargo de tropas bolivianas.

Las rencillas caseras y la guerra del 1922 estimularon a los del Altiplano a penetrar en el Chaco, sin ning煤n obst谩culo.

La muerte del teniente Rojas Silva en el Fort铆n Sorpresa llam贸 a la realidad al gobierno.

El presidente Eligio Ayala conoc铆a la real situaci贸n del ej茅rcito paraguayo, desgastado y sin suficiente armamento para enfrentar a Bolivia.

Trabaj贸 muy bien en el campo internacional y, con el apoyo del gobierno chileno del general Ib谩帽ez del Campo y su canciller R铆os Ga颅llardo, fren贸 el 铆mpetu guerrero de Salamanca.

La retoma del Fort铆n Vanguardia por el teniente primero Antonio Ortigoza, por orden de su comandante, el coronel Rafael Franco, anun颅ciaba la guerra que se inici贸 el 15 de junio del a帽o 1932.

La tregua de cuatro a帽os ayud贸 al Paraguay a armarse y contar con dos ca帽oneras fabricadas en Italia para movilizar nuestras tropas y mantener el dominio sobre el r铆o Paraguay.

La ayuda que nos prestara el gobierno argentino del general Justo fue oportuna.

La influencia de la compa帽铆a petrolera norteamericana "Standard Oil" produjo la reacci贸n del senador yanqui Huey Long. Acusaba al go颅bierno boliviano y a la empresa por extender sus dominios, m谩s all谩 del Parapit铆, y asegurar la explotaci贸n del hidrocarburo en esos territorios lindantes con el departamento de Santa Cruz de la Sierra.

Una estrategia constitu铆a el derrocamiento del general Benigno Ferreira, intransigente defensor de nuestras posesiones sobre el r铆o Parapit铆.

Un pacto de recuperar el gobierno entre el general Bernardino Caballero y el defenestrado ex presidente general Benigno Ferreira en el a帽o 1909 constituy贸 el cuadro dirigente de la revoluci贸n.

Jefes, generales Bernardino Caballero y Benigno Ferreira. Coro颅neles: El铆as Ayala, Juan Antonio Escurra. El comit茅 civil integraban: doctores Manuel Ben铆tez, Eduardo Fleitas, Adolfo Soler, Antonio Sosa y los dirigentes pol铆ticos Antonio Taboada, Carlos L. Isasi, Jos茅 Gill y otros adherentes.

El acuerdo c铆vico-colorado no tuvo ejecuci贸n por falta de apoyo financiero y el ala radical del liberalismo se iba afianzando pese a las pretensiones del coronel Albino Jara.

Todos estos procesos an谩rquicos favorec铆an a Bolivia.

El Dr. Ricardo Franco Lanceta, en un valioso estudio acerca de las constituciones del Altiplano, nos informa: "Las constituciones bolivia颅nas no han incluido al Chaco como territorio de la naci贸n".

"Rechazadas las pretensiones de la diplomacia de La Paz de ser parte en los tratados de l铆mites firmados por el Paraguay con el imperio del Brasil en 1872 y con la Argentina en 1876 y conocido el fallo Hayes, que adjudicaba en leg铆tima propiedad al Paraguay, la Villa Occidental del Chaco desde el Pilcomayo hasta el R铆o Verde, aparece en el a帽o 1879 en Asunci贸n el ministro plenipotenciario Dr. Antonio Quijarro, quien inicia negociaciones con nuestra Canciller铆a, durante el gobierno de C谩ndido Bareiro, para llegar a un acuerdo amigable sobre el territorio del Chaco y en consecuencia, se suscribe el primer tratado de l铆mite con fecha 5 de octubre de 1879, conocido como Tratado Decoud-Quijarro, que en su art铆culo 1掳) establec铆a, como 煤nico fundamento, la siguiente expresi贸n literaria: "Las rep煤blicas del Paraguay y Bolivia han convenido amigablemente, sin discutir t铆tulos ni antecedentes, en fijar sus l铆mites divisorios". Y en el art铆culo 2掳) se fijaba una divisoria recta que partiendo de Orbigni en el Pilcomayo, terminaba en el r铆o Paraguay, en el 22掳 de latitud, un poco arriba del R铆o Verde".

"Felizmente este absurdo jur铆dico, hist贸rico y geogr谩fico, fue re颅chazado por el Congreso del Paraguay, pero de inmediato aceptado por Bolivia, como un gran triunfo diplom谩tico.

"El error fue firmar por el canciller Jos茅 Segundo Decoud ese igno颅minioso tratado que da origen a tantos otros que pretend铆an mutilar arbitrariamente nuestros derechos sobre el Chaco hasta m谩s arriba del r铆o Parapit铆. En todo caso, lo que debi贸 hacerse es proponer que arriba del Parapit铆, el l铆mite territorial sea fijado por un arbitraje de derecho, no de equidad".

La gesti贸n del Dr. 脕ntol铆n Irala, canciller de la Rep煤blica, merece un reconocimiento por defender nuestros genuinos derechos sobre el territorio boreal.

La resalba de Antol铆n Irala dirigido al canciller del Brasil Jos茅 Mar铆a Da Silva Paranhos el 29 de abril de 1904 alegaba: "Que el tratado de Petr贸polis y su exposici贸n de Motivos, conten铆an disposiciones que agraviaban la soberan铆a del Paraguay, al reconocer que la frontera entre Brasil y Bolivia comienza al norte de Bah铆a Negra, sin que Brasil pudie颅ra ostentar t铆tulo alguno sobre ese territorio y mucho menos Bolivia. Nadie puede establecer l铆mites sobre territorios inciertos y mucho me颅nos cuando el principal afectado, el Paraguay, era gratuitamente desco颅nocido en sus derechos". Sigue alegando el canciller Irala: "En la conven颅ci贸n firmada entre Brasil y Paraguay en el mes de febrero de 1858 entre el presidente Carlos Antonio L贸pez y Paranhos, reconoci贸 el Brasil nues颅tros l铆mites en el sector de Bah铆a Negra. Violando aquel tratado el Bra颅sil, por el de Petr贸polis, desconoc铆a nuestros derechos sobre Bah铆a Negra para compensar a Bolivia por la anexi贸n del Acre boliviano a favor del Brasil".

Al referirse a estos tratados que perjudicaron nuestra integraci贸n territorial, el Dr. Ricardo Franco Lanceta nos recuerda que Juan Stefanich, canciller del gabinete del coronel Franco sigui贸 los patri贸ticos alegatos de su cu帽ado, el ex canciller Antol铆n Irala, que sosten铆a los leg铆timos derechos del Paraguay hasta el Parapit铆 y que la zona de litigio que deb铆a ir a arbitraje era m谩s all谩 del Parapit铆.

Ante tal desidia en la defensa de nuestra heredad y quiz谩 falta de energ铆a de nuestros representantes se acept贸 como l铆mite definitivo con Bolivia debajo del Parapit铆 con 49 mil kil贸metros de territorio perdido.

La indefensi贸n del sector boreal de nuestra frontera fue consuma颅da por la penetraci贸n del ej茅rcito boliviano en nuestro territorio fundan颅do fortines y avanzando hacia el centro y el Pilcomayo.

Al ocuparse de esta lamentable omisi贸n de nuestros gobiernos a partir de 1906, el Dr. Teodosio Gonz谩lez acusa: "Bien sabido es que la invasi贸n boliviana, de transposici贸n de la l铆nea Soler-Pinilla, si bien comenz贸 en 1906 y se hizo en forma p煤blica y descarada en 1908, sigui贸 la penetraci贸n hasta el centro del Chaco. El fort铆n Pitiantuta y Boquer贸n exigi贸 al gobierno paraguayo detener la invasi贸n de los bolivianos y recuperar nuestro territorio hasta el r铆o Parapit铆".

El Dr. Audibert, canciller de la Rep煤blica, no admit铆a discusi贸n ni arbitraje y sosten铆a nuestros derechos sobre el Chaco y principalmente sobre el puerto de Bah铆a Negra.

La retoma de Fort铆n Galp贸n en el mes de diciembre de 1928 sor颅prend铆a al pa铆s sin preparaci贸n suficiente para enfrentar la guerra con Bolivia.

La oportuna intervenci贸n del gobierno chileno evit贸 lo peor para nuestro pa铆s, que a煤n no estaba preparado para tal confrontaci贸n arma颅da.

Al referirse a la movilizaci贸n del a帽o 1928, los peri贸dicos informa颅ban que los movilizados no ten铆an qu茅 comer, ni siquiera un pir铆 para acostarse. Por tal situaci贸n, los reservistas saquearon el mercado de la ciudad de Concepci贸n.

Teodosio Gonz谩lez acusa con sobrada raz贸n al ej茅rcito de promotor de los principales esc谩ndalos pol铆ticos del Paraguay.


1894, 1902, 1908, 1909, 1915 y 1922


La guerra civil m谩s cruenta fue la de 1922, con el ej茅rcito dividido en leales al gobierno y revolucionarios al mando del coronel Adolfo Chirife. Dos caudillos lideraban esas fuerzas, Manuel Gondra por el ofi颅cialismo y Eduardo Schaerer, mentor intelectual de la rebeli贸n.

El diario "La Naci贸n", al referirse al pueblo paraguayo, expres贸: "El pueblo es el mismo de los esfuerzos heroicos y de los sacrificios insu颅perables. Pero el mal est谩 arriba, en los gobernantes incapaces, indolentes, imprevisores que, sin tino, a cada momento comprometen los intereses supremos de la naci贸n".

La rivalidad de Schaerer con Gondra databa de muchos a帽os atr谩s, cuando el se帽or Gondra cuestion贸 la gesti贸n administrativa del director de Aduanas.

El Dr. Eusebio Ayala, del sector radical, colaborador inmediato del presidente Gondra, al referirse acerca de la personalidad del caudillo Eduardo Schaerer emiti贸 el siguiente juicio: "He sido amigo del se帽or Schaerer, aprecio mucho algunas de sus cualidades. El se帽or Schaerer ha sido v铆ctima sobre todo de su ignorancia, 驴por qu茅 no decir la verdad? La ignorancia de los gobernantes es un peligro grande para la Rep煤blica. El se帽or Schaerer hab铆a tenido buenas intenciones, pero no ha tenido clarividencia. No tiene el sentido de la psicolog铆a, ni el de la historia, estos dos grandes maestros de la pol铆tica".

"El se帽or Schaerer crey贸 que se puede hacer gobierno con solo el apoyo de la polic铆a y del ej茅rcito, respondiendo oficial por oficial, comisa颅rio por comisario, a los caudillos directores; pero 茅stas no son las seguri颅dades que debe tener un gobierno, hay una fuerza imponderable que es la cuna base segura del gobierno, y es la opini贸n; pero la opini贸n es algo an贸nimo, algo vago, algo incierto; para sentirla es necesario precisamen颅te tener sentido que faltaba al se帽or Schaerer, el sentido psicol贸gico, el sentido de la intuici贸n. La voz de la opini贸n no se oye, se siente que est谩 con uno y el que no es capaz de sentirla no la sabe apreciar, y de ah铆 vienen los graves errores pol铆ticos que han costado muchas l谩grimas, mucha sangre y mucho dinero al pa铆s".

Las duras cr铆ticas de un prohombre del radicalismo liberal, el Dr. Eusebio Ayala, descalificaron a Eduardo Schaerer como pol铆tico, limi颅tando a considerarlo un caudillo exitoso.

El protagonismo de Schaerer en la pol铆tica paraguaya fue perma颅nente hasta 1940, a帽o en que el Partido Liberal ces贸 en el gobierno de la Rep煤blica.

En el a帽o 1904 integr贸 el cuadro dirigencial de la revoluci贸n por el sector radical.

En el a帽o 1912 asume la presidencia constitucional de la naci贸n, cumpliendo su per铆odo.

En el a帽o 1922 asume el liderazgo pol铆tico de la revoluci贸n, sin 茅xito.

En mil 1937, el 13 de agosto, dirige la conjura contra el coronel Franco y restituye el poder al Partido Liberal con la presidencia del Dr. F茅lix Paiva.

Nadie podr谩 discutir a Eduardo Schaerer su participaci贸n activa en la pol铆tica. Fue un caudillo intuitivo y aglutin贸 a un sector del radica颅lismo con el nombre de Saco Mbyky, expresi贸n que identificaba a los revolucionarios al mando de Schaerer y el coronel Chirife, en el a帽o 1922. Su influencia sobre ciertos jefes militares, como el coronel Ram贸n L. Paredes, posibilit贸 la retoma del poder para el Partido Liberal el 13 de agosto del a帽o 1937.

La discordia y el antagonismo desataron la inestabilidad pol铆tica y social en el Paraguay.

El general Manlio Schenoni inform贸 a sus allegados el entredicho entre el presidente Jos茅 Patricio Guggiari y el ex presidente y entonces ministro de Hacienda Dr. Eligio Ayala. Aprovechando la ausencia mo颅ment谩nea del Dr. Eligio Ayala y del coronel Manlio Schenoni comenza颅ron las maniobras de desplazamiento mutuo de los contendores. Schenoni pretendi贸 institucionalizar las Fuerzas Armadas, dando de baja a los oficiales de reservas afiliados a partidos pol铆ticos. Esta actitud del jefe militar molest贸 al presidente Jos茅 P. Guggiari y el Dr. Eligio Ayala aprovech贸 aquel entredicho para proponer al coronel Schenoni, entonces ministro de Guerra, la destituci贸n del presidente de la Rep煤blica, Dr. Guggiari.

El coronel Schenoni se neg贸 a tal propuesta al contestarle al Dr. Eligio Ayala que 茅l no ser谩 un caudillo militar fabricante de presidentes. El Dr. Ayala le contest贸: "Entonces Ud. nunca ha de llegar a ser presi颅dente de la Rep煤blica porque el partido lo odia a Ud.".

La indisciplina en el Ej茅rcito, la falta de institucionalidad en las Fuerzas Armadas de la Naci贸n y la incultura c铆vica de los pol铆ticos cau颅saron enormes perjuicios a la naci贸n.

La herencia que nos dejara la revoluci贸n de 1904, en nada mejor贸 la suerte de la Rep煤blica. Consecuencia de ese desajuste fueron la anar颅qu铆a, el auge de los delitos, el caudillo imperando sobre la ley y las jorna颅das de sangre que enlutaron a la patria.

Quiz谩 las excepciones se hayan dado con los gobiernos de Manuel Franco y Eligio Ayala, que atemperaron los abusos y reorganizaron las instituciones administrativas.

La emigraci贸n de miles de paraguayos provoc贸 la deserci贸n de laboriosos campesinos, quienes ganaron las fronteras de Argentina y Brasil en busca de paz y bienestar.

En la historia de los partidos pol铆ticos, el Liberal y la Asociaci贸n Nacional Republicana (Partido Colorado), dos hechos puntuales fueron determinantes en la vida nacional.

La rivalidad surgida entre el general Bernardino Caballero y el general Juan Bautista Egusquiza destabiliz贸 al gobierno de los colora颅dos y el sector egusquicista se pleg贸 a las fuerzas revolucionarias, prefe颅rentemente con el apoyo financiero de los acaudalados empresarios Emilio Aceval y Guillermo de los R铆os.

Los liberales pronto entraron en discordias y aparecen dos secto颅res bien calificados: los c铆vicos, con la jefatura del general Benigno Ferreira, y los radicales con el liderazgo del intelectual Cecilio B谩ez.

Estas facciones vuelven a renovarse y es as铆 que los colorados, en 1924 se escinden en eleccionistas y abstencionistas. El Dr. Juan Manuel Frutos dirig铆a a los eleccionistas, llamados infiltristas, y los absten颅cionistas que no aprobaban competir en las elecciones, por fraudulentas. Dirig铆a a los abstencionistas el Dr. Juan Le贸n Mallorqu铆n.

En 1946, al concluir la revoluci贸n, aparecen los Guiones Rojos de Juan Natalicio Gonz谩lez y por el sector democr谩tico Federico Chaves.

Los liberales en C铆vicos y Radicales. Los radicales se dividen en Gondristas y Schaeristas. En 1939 en tradicionalistas y cuarentistas. En el a帽o 1963 se produce una nueva divisi贸n entre los radicales, liderados por el Dr. Gustavo Gonz谩lez, y los liberales con la jefatura del Dr. Ernesto Gavil谩n y el Dr. Carlos Levi Ruffinelli.

La crisis e inestabilidad de los partidos influyeron en los destinos de la Rep煤blica.

La anarqu铆a su inmediata consecuencia, la econom铆a sin desarro颅llo, la industria sin despegue, la ganader铆a con alg煤n avance y la agricul颅tura en minifundio y falta de productividad provocaron la pobreza cr铆ti颅ca en la mayor铆a de los hogares campesinos.

Hoy, con la agricultura mecanizada y grandes extensiones, como el cultivo de la soja y trigo, ha generado recursos a sus productores.

El precio de los productos primarios empieza a mejorar. La condi颅ci贸n econ贸mica y social de los agricultores puede aliviar su estado de pobreza, con la mejora de los precios.


EL MILITARISMO

En nuestra agitada actividad c铆vica, el protagonismo de los milita颅res fue real y en nuestro caso, decisivo.

Fulgencio Yegros, el brigadier, forz贸 nuestra independencia, el capit谩n Pedro Juan Caballero, ejecutor directo de la toma del cuartel y de la proclamaci贸n de nuestra autonom铆a.

La influencia militar sufre un comp谩s de espera con la dictadura del Dr. Jos茅 Rodr铆guez de Francia.

Despu茅s de un per铆odo breve de inestabilidad, aparece el coman颅dante Mariano Roque Alonso como c贸nsul con Carlos Antonio L贸pez. El gobierno de don Carlos desde 1844 a 1862 impone la autoridad civil as铆 como lo hiciera el f茅rreo Francia.

Acaba al fallecer don Carlos Antonio L贸pez el d铆a 10 de setiembre de 1862:

Por ley de organizaci贸n administrativa dictada por el Congreso, los militares no podr铆an acceder al poder administrador.

Los militares estaban proscriptos a ser candidatos para ejercer las funciones al frente del Poder Ejecutivo.

El gobierno militar reaparece con el entonces general Francisco Solano L贸pez, quien asume la presidencia al producirse la muerte de su padre, don Carlos.

Refiri茅ndose a ese acontecimiento, Blas Garay dice: "Desde 1862 hasta 1870 gobern贸 el pa铆s o parte de 茅l, durante la guerra, ese general que no debi贸 su grado sino a su padre el poder supremo".

En la familia L贸pez-Carrillo exist铆a una divisi贸n. Las hermanas Rafaela e Inocencia simpatizaban con su hermano Benigno. Su madre sent铆a afecto por este hijo. Don Carlos conced铆a al primog茅nito los privi颅legios del mando y lo designaba general de sus ej茅rcitos cuando apenas hab铆a cumplido 18 a帽os de edad.

Su hermano Venancio, con el grado de coronel y subordinado a Francisco Solano L贸pez, manten铆a una actitud prudente.

Benigno L贸pez, hermano de Francisco Solano, exhib铆a como m茅ri颅to sus tres a帽os de r铆gida disciplina en la Escuela Naval de R铆o de Janeiro. Era militar de carrera y no general digitado por su padre sin estudio de estrategia para el oficio.

Los contempor谩neos del mariscal le reconoc铆an cualidad de man颅do, voz y elocuencia de orador. No se dejaba influenciar; dicen que el general Jos茅 Eduvigis D铆az Vera ten铆a cierta aproximaci贸n al jefe dentro del respeto y la jerarqu铆a que siempre exigi贸 a sus subordinados el joven general.

La soberbia y la falta de estudios superiores para dirigir una com颅plicada guerra le signaron la tragedia.

Sus 18 meses en Europa, mimado por la fortuna y sin reveses en la vida, le otorgaron mucho optimismo. No supo administrar las realida颅des que lo rodeaban. Olvid贸 las sabias palabras del rey Salom贸n cuando recomendaba a sus subordinados: "Es preferible gobernar con algunos sensatos que solo".

Francisco Solano L贸pez se consider贸 omnipotente, Presidente de la Rep煤blica, comandante en jefe de sus ej茅rcitos y sus decisiones perso颅nales carec铆an de an谩lisis por parte de un "Estado Mayor".

Iniciar la guerra estando desarmado el pa铆s, constituy贸 un may煤s颅culo error, como tambi茅n el pretender dominar el r铆o y otros accesos flu颅viales con canoas frente a veinte acorazados importados de Europa. La fusiler铆a de la alianza era moderna y no a chispa, como ocurr铆a con nuestros soldados. Pretender abordar los acorazados desprovistos de escalerillas nos condenaban al fracaso.

La invasi贸n a Uruguayana, ciudad del Estado de R铆o Grande do Sul, sin apoyo log铆stico ni informaci贸n oportuna, fue causa de la rendi颅ci贸n de los 12 mil hombres, sin disparar un solo tiro.

La pasi贸n por una causa antiimperialista y su muerte heroica atemperan sus errores diplom谩ticos y estrat茅gicos.

Al concluir la Guerra de la Triple Alianza emerg铆a la figura del apuesto y blondo general Bernardino Caballero. Un a帽o en el Brasil le ense帽贸 muchas cosas. La masoner铆a lo incorpor贸 en su seno y esa orga颅nizaci贸n internacional lo potenci贸 como dirigente pol铆tico.

La diplomacia brasile帽a simpatizaba con el rubio Centauro de Ybycu铆. Al iniciarse la Guerra Grande cumpl铆a 25 a帽os de edad. Su cualidad de temerario jinete le abri贸 paso en el ej茅rcito. Sus sucesivos ascensos por m茅rito de guerra le concedieron la jerarqu铆a de General de Divisi贸n.

La revoluci贸n triunfante del a帽o 1874 lo incorpora en el gabinete de Jovellanos. Ocup贸 las carteras del Interior, Guerra y Marina, Justicia e Instrucci贸n P煤blica.

En 1880, ante la muerte del presidente C谩ndido Bareiro, obligan a renunciar al vicepresidente Adolfo Saguier por un golpe de cuartel y es designado Presidente Provisional de la Rep煤blica el general de divisi贸n Bernardino Caballero.

La intromisi贸n militar impuso su candidato, sin respetar la norma constitucional.

El general Caballero tuvo una activa participaci贸n en la pol铆tica. Desde el a帽o 1871 hasta su muerte, ocurrida el 26 de febrero de 1912, gravit贸 con sus atributos de caudillo en el gobierno y como opositor en la llanura.

En el balance de su actuaci贸n existen un haber y debe.

En el haber, pudo sostener una etapa de estabilidad, impuls贸 la educaci贸n.

Fue el fundador de la Asociaci贸n Nacional Republicana el 11 de setiembre del a帽o 1887.

La inspiraci贸n liberal de Jos茅 Segundo Decoud no fue bien recibida por los fundadores. El pasado hist贸rico, si bien condenaban por t谩ctica para evitar enfrentamientos con los diplom谩ticos brasile帽os, la llama nacionalista permanec铆a en Caballero, Escobar, Maciel y otros adhe颅rentes, no as铆 entre los legionarios incorporados al partido.

Tuvo dificultades por falta de recursos financieros que le obligaron a enajenar el patrimonio inmobiliario de la Rep煤blica.

En el debe, se le acusa de haber dilapidado las tierras fiscales por la venta indiscriminada de gran parte del territorio. Tambi茅n le cuestio颅naron el precio por tales ventas.

Los comicios fueron controvertidos por sus opositores. Los caudi颅llos oficialistas ten铆an el apoyo de las fuerzas policiales.

Los sucesos violentos en dichos actos electorales provocaron la reacci贸n de los liberales.

El general Bernardino Caballero, soldado de la patria en 1864 y General de Divisi贸n por m茅ritos de guerra en 1869, ha entrado en los registros de la historia como un exponente militar y pol铆tico, con sus aciertos y sombras.

En la posguerra de 1870 inicia el gobierno de militares. Su capa颅cidad de mando, su prudencia, ubicaci贸n ante la realidad y su estampa de hombre entero, infund铆an admiraci贸n y respeto entre sus subordina颅dos.

Sin ser hombre de letras, tuvo la cualidad de ubicarse en el contor颅no intelectual de sus colaboradores.


GENERAL PATRICIO ESCOBAR

Hombre de presencia. Elegante, observador, prudente y de pron颅tas decisiones. Figura entre los jefes m谩s valientes de la Guerra Grande. Colaborador inmediato del mariscal Francisco Solano L贸pez. Tuvo a su cargo las operaciones m谩s arriesgadas, el trayecto de Humait谩 a

San Fernando. La proeza de cruzar los pantanos del Ypecu谩 aun mal herido, caus贸 admiraci贸n en el ej茅rcito.

En Cerro Cor谩 cay贸 prisionero y la diosa fortuna evit贸 su muerte. Al concluir la guerra ostentaba el grado de coronel. Durante el gobierno de Jovellanos fue promovido a General de Brigada y posteriormente a General de Divisi贸n.

Colabor贸 con el gobierno del general Caballero. Al concluir su pe颅r铆odo presidencial el caudillo de Ybycu铆, fue un谩nime la promoci贸n a tal dignidad de la Rep煤blica al general de divisi贸n Patricio Escobar, el se颅gundo en la jerarqu铆a militar y pol铆tica del pa铆s en ese momento.

Caballero impuls贸 su candidatura a la Presidencia de la Rep煤blica con el apoyo un谩nime del oficialismo.

El 25 de noviembre del a帽o 1886 asume la jefatura del Estado. Su vicepresidente don Jos茅 del Rosario Miranda. Constituy贸 su gabinete con los siguientes ministros:

Interior, coronel Juan A. Meza; Guerra, coronel Pedro Duarte; Hacienda, Agust铆n Ca帽ete; Relaciones Exteriores, Dr. Benjam铆nAceval; Justicia: Manuel Andr茅s Maciel.

Las elecciones en Villarrica, Villeta y Pilar fueron violentas. El gobierno dispers贸 a los electores de la oposici贸n con armas de fuego. Por tal suceso quedaron heridas varias personas y algunos fallecidos.

El enfrentamiento entre oficialistas y opositores dio nacimiento a los partidos nacionales: el Liberal y la Asociaci贸n Nacional Republicana (Partido Colorado).

Los antecedentes del Partido Liberal surge a trav茅s de una re颅uni贸n el d铆a 2 de julio de 1887, en el domicilio de don Bernardino Avalos, calle Asunci贸n N掳 1 de la capital.

Esa reuni贸n tuvo por objeto de fundar un "Centro Pol铆tico". Los presentes optaron por el nombre de "Centro Democr谩tico", con los prop贸颅sitos y fines que se establecer谩n en el acta definitiva de su constituci贸n y para que conste firmaron la presente acta:

Cirilo Solalinde, Antonio Taboada, Ildefonso Benegas, Juan A. Aponte, Rafael A. Garc铆a, Jos茅 M. Fretes, Emilio R. Soler, Florentino Quintana, M. Mora, Vicente Esp铆nola, A. Echanigue, Juan Cirilo Mendoza, Felipe Torrents, Lino Vergara, A. Fern谩ndez, Luis Camino,

Avelino Garcete, M. Urdapilleta, Jos茅 Z. Caminos, Guillermo Gonz谩lez, Genaro P茅rez, Pedro F. Caballero, F. Milleres, Sinforiano Cano, J. Mart铆nez, R. Duamilli, Pastor Idoyaga, Jos茅 M. Ortellado, Juan B. D谩颅valos, Favio Queirolo, Francisco Fern谩ndez, M. Para-duda, Jos茅 de la Cruz Ayala, Constantino Arr煤a, Jos茅 A. Alfaro.

La fundaci贸n real del Partido Liberal ocurri贸 el d铆a 10 de julio del a帽o 1887.

El acta que transcribimos a continuaci贸n prueba su fundaci贸n en ese acto y fecha:

"En la ciudad de Asunci贸n, a los 10 d铆as del mes de julio de 1887, por cuanto el pueblo paraguayo en su constituci贸n pol铆tica ha acordado a los ciudadanos, entre otros derechos como el de libertad de la prensa y la palabra el de la reuni贸n, y declarado asimismo inviable la ley electo颅ral, a fin de que estos medios que se consideran los m谩s eficaces puedan establecerse para los actos de gobierno, no solamente una barrera a sus avances posibles, sino tambi茅n un medio de ilustrar a los mismos en el examen y resoluci贸n de las cuestiones de su competencia que afecten los intereses de la comunidad, e intervenir espont谩nea y libremente en la formaci贸n de los poderes del Estado que deban encargarse de los desti颅nos de la Rep煤blica.

"Y, teniendo presente la necesidad sentida de un tiempo a esta parte de una agrupaci贸n pol铆tica, nos los abajo firmantes nos hemos reunido espont谩neamente y constituidos por resoluci贸n un谩nime, una sociedad pol铆tica que denominamos "Centro Democr谩tico", para hacer uso de los derechos que nos acuerda la Constituci贸n Nacional y las leyes de la Rep煤blica, en la forma en que se determinar谩 en los estatutos respectivos.

Cirilo Solalinde, Ildefonso Benegas, Jos茅 Ayala, F. Soteras, O. Rivarola, Pedro Alarc贸n, Florencio Quintana, Juan Filisbert, G. Domeque, F. Ram铆rez, L. Ibarra Legal, Manuel Paradeda, Evaristo Torres, Pedro V. Gill, O. Rosendo Fern谩ndez, Eduardo D. Doria, Emilio Caba帽as, Jos茅 Franco, Cornelio Escobar, Mariano Riquelme, Sime贸n Irigoitia, Pedro F. L贸pez, Victoriano Palacios, Guillermo Gonz谩lez, M. Fleitas, Mar铆a Carrillo, Jos茅 M. Collar y siguen las firmas.

El 24 de julio de 1887 la 煤ltima convenci贸n aprob贸 la declaraci贸n de principios y los estatutos.

Las primeras autoridades del Partido Liberal la constituyeron: Presidente, Antonio Taboada; Vicepresidente, Pedro V. Gill; Se颅cretario; Jos茅 de la Cruz Ayala; Pro-secretario, Fabio Queirolo; Tesore颅ra, Bernardo D谩valos.

Vocales: Cirilo Solalinde, Mateo Collar, Ildefonso Benegas, Cecilio B谩ez, Jos茅 Z. Caminos, Juan A. Aponte, V铆ctor M. Soler, Francisco Soteras, Antonio Zayas, Avelino Garcete, Felipe Torrens, Jos茅 J. Goibur煤, Igna颅cio Ibarra.

El primer 贸rgano del Partido Liberal apareci贸 en los primeros d铆as de setiembre del a帽o 1887.

Los hombres de gobierno comprendieron que la oposici贸n se hab铆a fortalecido con la fundaci贸n del partido opositor.

El presidente Escobar y el general Bernardino Caballero decidie颅ron darle la estructura parecida a los simpatizantes del gobierno y tra铆a como antecedente el movimiento bareirista.


FUNDACI脫N DE LA ASOCIACI脫N NACIONAL REPUBLICA颅NA


La fundaci贸n se formaliz贸 el 25 de agosto del a帽o 1887 con el acta fundacional.

El 11 de setiembre en una convenci贸n fueron aprobados sus esta颅tutos.

A continuaci贸n transcribimos el acta fundacional de la Asociaci贸n Nacional Republicana (Partido Colorado).

"En la ciudad de Asunci贸n, a los 25 d铆as del mes de agosto de 1887, reunidos los ciudadanos que suscriben y a la invitaci贸n del general Bernardino Caballero y proposici贸n del se帽or Jos茅 Segundo Decoud, resolvieron constituirse en agrupaci贸n pol铆tica con el laudable objeto de ocuparse preferentemente de todas las cuestiones de inter茅s p煤blico para la prosperidad, engrandecimiento y felicidad de la patria, as铆 como de propender al afianzamiento de las libertades p煤blicas consagradas por la Carta Fundamental de la Rep煤blica y con el fin de dar una forma conveniente este pensamiento se procedi贸 a nombrar una comisi贸n pro颅visoria encargada de redactar el programa y estatuto de la Asociaci贸n. A moci贸n del se帽or J. C. Vera fueron electos por aclamaci贸n para compo颅ner dicha comisi贸n los se帽ores: Bernardino Caballero, H. Uriarte, Jos茅 G. Granados, Santiago Cardozo, Juan Gualberto Gonz谩lez, Jos茅 Segun颅do Decoud, Angel Ben铆tez, Juan Cris贸stomo Centuri贸n, Remigio Maz贸, Esteban Rojas, Miguel Alfaro, Guillermo de los R铆os, H. Carvallo, Z. Sa颅maniego, Jaime Pe帽a.

En la lista de fundadores del Partido Colorado figuran 23 legiona颅rios. Dos fueron presidentes de la Rep煤blica: Juan Gualberto Gonz谩lez y el general Juan Bautista Egusquiza.

El gobierno de Escobar tuvo sus saldos positivos. Impuls贸 el desa颅rrollo cultural. Durante su mandato se cre贸 la Universidad Nacional con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

La econom铆a, con alg煤n repunte. Pero fue cuestionado por su sec颅tarismo. Durante las elecciones de junio de 1887, la intervenci贸n del ej茅rcito y la polic铆a para alistar en las mesas de votaci贸n, produjo com颅bates callejeros con los alzados opositores, con el saldo tr谩gico de muer颅tos y heridos.

El gobierno del general Patricio Escobar se caracteriz贸 por su in颅transigencia con la oposici贸n, el desequilibrio financiero priv贸 de capa颅cidad de pago al pa铆s, siguiendo las pautas de Caballero formaliz贸 la venta de una extensa zona de tierras y montes p煤blicos y el r茅gimen de inconversi贸n cre贸 dificultades a la actividad comercial e industrial. La inauguraci贸n de la Universidad Nacional de Asunci贸n, el 24 de setiembre de 1889, honra a su gesti贸n.


GOBIERNO DEL GENERAL JUAN BAUTISTA EGUSQUIZA


Exiliado con su familia por oposici贸n al gobierno de los L贸pez, curs贸 sus estudios secundarios en Concepci贸n del Uruguay, en la Rep煤颅blica Argentina.

Se incorpor贸 a la legi贸n de paraguayos que combat铆an contra L贸pez. Al concluir la Guerra Grande se incorpora en las actividades c铆vi颅cas e ingresa en el ej茅rcito. Se destac贸 por su cualidad de organizador, equilibrio emocional y valor.

Su prestigio aument贸 ostensiblemente despu茅s de los sucesos del. 18 de octubre de 1891. El golpe cuartelero de los liberales para derrocar al presidente Gualberto Gonz谩lez fue repelido gracias al coraje y deci颅si贸n del general Juan Bautista Egusquiza. Su cr茅dito pol铆tico hab铆a aumentado. Surg铆a una nueva figura en el oficialismo de Caballero y Escobar para romper la oligarqu铆a castrense formada por dos prestigio颅sos y respetados h茅roes de la Guerra del 70: los generales Caballero y Escobar.

En el a帽o 1893 se agudizaba la crisis entre los sectores Caballeristas y Egusquicistas.

Consagrados intelectuales como el Dr. Manuel Dom铆nguez y el historiador Fulgencio Ricardo Moreno, con notas period铆sticas en el dia颅rio "El Progreso", prestigiaban la candidatura del general Egusquiza.

El general Caballero a煤n manten铆a gran parte del control partida颅rio. Sin embargo, la popularidad de Egusquiza despu茅s de las sangrien颅tas jornadas del 18 de octubre, aumentaba su prestigio.

Al final el general Caballero potenci贸 la candidatura de su sobrino Dr. Facundo Macha铆n en la vicepresidencia, llegando a un acuerdo con el general Egusquiza.

El 25 de noviembre del a帽o 1894 jura como Primer Magistrado de la Naci贸n el general de apellido Vizca铆no.

Trato el acercamiento con los opositores como su primer acto de gobierno. Inici贸 una pol铆tica de cooperaci贸n nacional. Se preocup贸 de la formaci贸n profesional de los oficiales paraguayos, bec谩ndolos a la pres颅tigiosa academia militar de Santiago de Chile. Albino Jara, Eugenio Alejandrino Garay, Rojas y otros fueron beneficiados con dichas becas.

La administraci贸n de justicia mejor贸. La educaci贸n mereci贸 su preferente atenci贸n.

Termin贸 su per铆odo constitucional dentro de un orden que preten颅d铆a respetar el principio de legalidad.


CORONEL JUAN ANTONIO ESCURRA

Se form贸 en el ej茅rcito. Sus estudios elementales no le acreditaban para llegar a la m谩s jer谩rquica funci贸n del Estado.

Su lealtad a los jefes tradicionales Caballero y Escobar lo promovi贸 a los ascensos hasta llegar al grado de coronel.

De no haber muerto en la balacera que ocurriera en el Senado el Dr. Facundo Macha铆n, prestigioso m茅dico, con atributos de pol铆tico, el coronel Escurra no hubiese sido candidato a la Presidencia.

Con el desplazamiento del presidente Emilio Aceval, recupera el gobierno el sector caballerista y pasan a la oposici贸n los egusquicistas, quienes aportan sus recursos financieros para la revoluci贸n de 1904.

La lucha interna se agudiz贸 y fue as铆 que el coronel Escurra, por indicaci贸n de los generales Caballero y Escobar, impone al presidente Aceval la reorganizaci贸n de su gabinete. Aceval no reaccion贸 y con el apresamiento de sus capitanes leales N煤帽ez y Almeida, fue destituido de la presidencia, recuperando el gobierno el sector caballerista.

En honor a la verdad, el coronel Escurra se caracterizaba por su lealtad.

El oficialismo con varios a帽os en el poder y la corrupci贸n imperante desprestigiaban a Escurra, quien no era deshonesto, pero no imperaba en el sector caballerista.

La revoluci贸n de 1904 puso fin el 19 de diciembre de ese a帽o al mandato de los republicanos.

Despu茅s de 4 meses y d铆as de encarnizada lucha, triunf贸 la revo颅luci贸n c铆vica radical de los liberales.

El cambio del r茅gimen no mejor贸 la angustiada situaci贸n del pa铆s. Los frecuentes alzamientos y cambios de gobierno trajeron la anarqu铆a, la pobreza cr铆tica y la emigraci贸n de miles de compatriotas.

El gobierno del Dr. Manuel Franco pretendi贸 imponer orden, cons颅tituyendo la excepci贸n en ese tr谩gico lapso de nuestra historia.


CORONEL ALBINO JARA

Hijo del veterano de la Guerra del 70, coronel Zacar铆as Jara. Apuesto var贸n. Sorprend铆an su agilidad y atributos atl茅ticos. Naci贸 en la ciudad de Luque el 28 de febrero de 1877, de madre soltera. Sus contempor谩颅neos lo definen como un hombre de hermosa figura, de m煤sculos vigoro颅sos y de atrevida mirada.

El joven Albino Jara accede al grado de sargento de caballer铆a. Becado a la Escuela Militar de Santiago de Chile, sobresale por su pres颅tancia, atributos f铆sicos y capacidad de mando. Jinete temerario, es des颅tinado al Regimiento de Artiller铆a con asiento en Tacna. Por sus m茅ritos es designado Ayudante del Regimiento.

Regresa al pa铆s con la aureola de un oficial de excelente curr铆cu颅lum. Pronto se incorpora en el quehacer pol铆tico de la patria y se alinea en el radicalismo liberal. Su padre pertenec铆a al Partido Colorado. Su participaci贸n fue fundamental en la revoluci贸n de 1904. Convenci贸 a su padre para declararse neutral y con esa actividad debilit贸 la resistencia del gobierno e hizo posible la victoria de la revoluci贸n.

En un momento aglutin贸 a varios intelectuales, Fulgencio R. Mo颅reno, O'Leary, B谩ez, Audibert y otros.

El gobierno de Jara fue de una administraci贸n deshonesta. Despil颅farr贸 los recursos financieros del Estado.

Abus贸 de su poder y con el r茅gimen de Juan Bautista Gill pasaron a la historia como los mandatarios m谩s represivos y crueles de la 茅poca. Por tantos abusos fue derrocado por sus ministros. Dur贸 en el gobierno un a帽o. Fue destituido el 15 de julio de 1911.

La muerte de Adolfo Riquelme, fusilado en las cercan铆as de Villa del Rosario, y las brutales represiones a obreros y estudiantes, a m谩s de las malversaciones del caudal p煤blico, desprestigiaron al aguerrido Al颅bino Jara.

Cesa en el gobierno por un alzamiento militar incruento. En el extranjero reagrupa su gente, y vuelve a su oficio de revolucionario im颅penitente. Entre Acahay y Paraguar铆 es gravemente herido y al d铆a siguiente fallece.

Sus ex camaradas de la Escuela Militar de Chile, comandantes Schenoni y Rojas, presenciaron su agon铆a.

Una vida agitada, tumultuosa, arbitraria, pasaba a la historia.


CORONEL RAFAEL FRANCO

Prestigioso jefe militar. Surg铆a en el escenario pol铆tico por su opo颅sici贸n al r茅gimen oficialista y su adhesi贸n al nacionalismo de Francia y los L贸pez. Sus padres: Federico Franco y Marcelina Ojeda.

El movimiento del 17 de febrero del a帽o 1936 termin贸 con el go颅bierno conservador del Dr. Eusebio Ayala para proponer reformas sus颅tanciales en beneficio de los sectores afectados en su mayor铆a por la pobreza.

Triunfante la revoluci贸n regresa el coronel Franco del exilio y asu颅me la Presidencia de la Rep煤blica, como consecuencia de la decisi贸n de los revolucionarios que resolv铆an cesar en sus funciones al presidente Eusebio Ayala, y todo el personal de su administraci贸n en los tres pode颅res del Estado.

Dec铆a el manifiesto: "隆Paraguayos!

"Vuestros soldados en armas juramos cumplir con nuestra misi贸n: la naci贸n ser谩 restituida a nivel de su historia en el R铆o de la Plata, al libre dominio de su suelo y a la grandeza de su porvenir".

Asunci贸n, 17 de febrero de 1936. Teniente coronel don Federico W. Smith. Teniente coronel don Camilo Recalde.

Capit谩n aviador Francisco Montanaro, mayor Isa铆as B谩ez Allen颅de, mayor Jos茅 C. Britos, mayor Juan Martincich, mayor Leandro Gonz谩lez, mayor Francisco Andino, capit谩n de fragata Manuel T. Aponte, capit谩n de corbeta Dr. N茅stor Mart铆nez Fretes, capit谩n Dr. Federico Varela, siguen las firmas.

El Prof. Dr. Juan G. Granada, en su consagrado libro "Reflexiones pol铆ticas", p谩gina 116, emite la siguiente oraci贸n f煤nebre: "Franco ha llenado toda una 茅poca de la historia nacional con acontecimientos por 茅l protagonizados y enriquecido el acervo militar con brillantes actuacio颅nes de las que todos nos sentimos muy orgullosos herederos. Favor del destino y la gloria, acometi贸 empresas reservadas para los grandes hom颅bres, con sencilla y humilde decisi贸n, ciudadano sin la presuntuosidad

de los consentidos, ni la modestia aparente de quienes buscan medrar para alcanzar inmerecidos honores. En su alma no se anid贸 jam谩s la malquerencia o el rencor porque la ten铆a rebosante de generosas dispo颅siciones".

El gobierno del coronel Rafael Franco con el Decreto-Ley 1060 del a帽o 1936 fue el que m谩s reformas sociales introdujo en el Paraguay. Propuso la reivindicaci贸n del campesino y mejor atenci贸n a los obreros.

El Decreto N掳 152 del 10 de marzo de 1936, por inspiraci贸n de sus ministros G贸mez Freire Estevez y Caballero, desacredit贸 a su gobierno progresista.


HONESTO CIUDADANO: GENERAL JOS脡 F脡LIX ESTIGA颅RRIBIA


El presidente provisorio de la Rep煤blica, Dr. F茅lix Paiva, entrega la banda tricolor al general Jos茅 F茅lix Estigarribia, ungido en la primera magistratura de la naci贸n como candidato 煤nico y sin oposici贸n de otros partidos a dicha jerarqu铆a.

Su gabinete constituye con afiliados al Partido Liberal, asociaci贸n pol铆tica que prohij贸 su candidatura, y algunos militares.

Ministro del Interior: general Eduardo Torreani Viera.

Relaciones Exteriores: Dr. Justo P. Prieto.

Gobierno y Trabajo: Dr. Alejandro Mar铆n Iglesias.

Justicia: Prof. Dr. Salvador Villagra Maffiodo.

Hacienda: Justo Pastor Ben铆tez.

Salud P煤blica: Dr. Alejandro D谩valos.

Guerra y Marina: general Higinio Mor铆nigo.

La presencia del conductor victorioso del Chaco en el escenario pol铆tico produjo serias disenciones en el Partido Liberal.

Los tradicionalistas que condicionaban tal candidatura represen颅taban al partido con sus tradiciones. Integraban este sector: Ger贸nimo Zubizarreta, Manuel Burgos, Eladio Vel谩zquez, Belisario Rivarola, Eduardo Schaerer, Enrique Bordenave, Vicente Rivarola, Jos茅 P. Guggiari, Juan Francisco Recalde, Narciso M茅ndez Ben铆tez, Juan B. Benza, Carlos L. Isasi, Patricio A. Escobar, Modesto Guggiari.

No figura en la lista el ex presidente Eusebio Ayala, ya distanciado de las actividades de su partido.

Los genuinos y experimentados dirigentes emiten el siguiente ma颅nifiesto: "Que el civilismo no consiste en vestir traje de paisano, sino un r茅gimen de libertad. De no ser as铆, el actual gobierno ser铆a indiscutible颅mente civil. Sin embargo, es un sistema militar en sus formas. Por eso nuestro partido es civilista y no militar. Porque preconiza el sistema de la libertad y de la discusi贸n. Quiere un gobierno y no un mando. No porque fuera enemigo del ej茅rcito o tenga aversi贸n al uniforme. Para nosotros el civilismo del partido que profesamos fervorosamente, no es una cuesti贸n de trajes, es una cuesti贸n realmente de principios o de sistemas. No es una divisa o un trapo; es una posici贸on espiritual".

Era evidente que el partido no se resignaba a ser un convidado de piedra del futuro presidente.

El otro sector liberal reun铆a a los intelectuales j贸venes con el liderazgo del consagrado escritor y cuestionado pol铆tico Justo Pastor Ben铆tez. Una pl茅yade de j贸venes brillantes acompa帽aban al general Estigarribia, como los doctores Salvador Villagra Maffiodo, Alejandro Mar铆n Iglesias, Antonio Ramos, Pablo Max Insfr谩n y otros j贸venes.

El 15 de agosto de 1939 asume la jefatura del Poder Ejecutivo Jos茅 F茅lix Estigarribia.

Pretende imponer orden y realizar obras p煤blicas necesarias para el pa铆s.

La construcci贸n del camino asfaltado lleg贸 hasta Barrero Grande, hoy Eusebio Ayala. La construcci贸n de escuelas y hospitales. Apresuran el estudio de una nueva Constituci贸n, designando a los doctores Cecilio B谩ez y Emilio Saguier Aceval, pero se adelantan los doctores Justo Pastor Ben铆tez y Pablo Max Insfr谩n presentando un pro颅yecto que es estudiado en consejo de ministros.

La Constituci贸n fue aprobado por un comicio plebiscitario. La nueva Ley Fundamental de la Rep煤blica conced铆a amplias atribuciones al jefe del Poder Ejecutivo. Ten铆a facultades para disolver las c谩maras del Congreso. El control sobre el Poder Judicial insinu贸 los brotes de una dictadura.

El 18 de febrero de 1940, en una vergonzosa sesi贸n, ambas c谩ma颅ras se autodisolvieron. La Ley de Prensa fue otro golpe a la democracia. El general Estigarribia priorizaba el orden y las obras p煤blicas. El 7 de setiembre de 1940 en un accidente a茅reo concluy贸 su prota颅gonismo pol铆tico. Un ciudadano honesto a carta cabal. Muri贸 en la sana pobreza.


GUERRA CIVIL ENTRE LIBERALES,

27 DE MARZO DE 1922 AL 10 DE JULIO DE 1923


Por el Prof Dr. Ricardo Franco Lanceta


La larga anarqu铆a que se agita en Paraguay, ya a partir de la constituci贸n del Triunvirato del a帽o 1869 y que se intensifica a partir de la insurrecci贸n armada de Villeta en 1904, m谩s all谩 de las confrontacio颅nes de caudillos y politiqueros, tiene su origen cierto en la p茅rdida de soberan铆a para gobernar y realizar el libre juego de ideas e intereses, en el marco de la nueva Constituci贸n impuesta al pa铆s el 25 de noviembre de 1870. Ser铆a ingenuo admitir que la anarqu铆a tiene por causa las con颅frontaciones y ambiciones de caudillos, tal se pretende en tantos textos escritos, que eluden analizar las reales causas de nuestra anarqu铆a.

Los movimientos de opini贸n y los partidos pol铆ticos luego, todos coinciden en los principios del liberalismo. No hay confrontaciones de ideas y el poder era una simple prolongaci贸n, en el plano pol铆tico interno, del juego de intereses del entonces Imperio del Brasil y la oligarqu铆a porte帽a. Aqu铆 est谩 la causa de la divisi贸n interna. No eran causas genui颅nas del pa铆s, sino era el juego de poderes de hegemon铆a sobre el destino de un pa铆s desorientado y desorganizado.

Bajo la legalidad formal de la Constituci贸n de 1870, se fundan y act煤an en la vida p煤blica los partidos pol铆ticos de igual filiaci贸n ideol贸颅gica, pero que van a representar en la vida nacional posiciones antag贸颅nicas en funci贸n de sus v铆nculos y obligaciones externas, de intereses

brasileristas o argentinistas, en especial, en la etapa crucial de definirse los l铆mites externos del Paraguay con ambos pa铆ses, por aplicaci贸n de lo establecido en el Tratado de la Triple Alianza, formalizado material颅mente el 18 de junio de 1864 en la localidad de Puntas del Rosario (Uru颅guay) por el plenipotenciario del Imperio del Brasil Saravia, el ministro de Relaciones Exteriores de Mitre, Rufino Elizalde, el representante del Uruguay, Andr茅s Lamas, y el ministro de Inglaterra en Buenos Aires, Mr. Thornton (Acta Secreta. Archivo personal del Dr. Luis Alberto de Herrera). L茅ase bien, 18 de junio de 1864 y no el 1 de mayo de 1865 como se consign贸 formalmente despu茅s para justificarlo injustificable: la guerra contra la soberan铆a del Estado paraguayo y su laborioso pueblo. (Ver el libro del diplom谩tico brasilero de aquella 茅poca, "La guerra del Para颅guay", de Joaqu铆n Nabuco, p谩ginas 34 al 49, Garnier Hermanos, Libre颅ros Editores, Par铆s, 1892). Por algo, este tratado fue declarado por sus firmantes, igual que el anterior, "Secreto". Todo el crimen contra el Pa颅raguay queda documentado en tan aberrante tratado.

La pol铆tica liberal en Asunci贸n, a partir del 1 de enero de 1869, fecha de la ocupaci贸n por la Triple Alianza, no fue otra cosa que la pro颅longaci贸n en la vida p煤blica del pa铆s, de los intereses de cada beligerante lim铆trofe.

A la desgracia depredadora de la guerra, la desgracia de tener que soportar una pol铆tica que no era nacional, sino de imposiciones del Tra颅tado. Grande debi贸 ser el esfuerzo de aquel conglomerado de paraguayos que se reun铆an en Asunci贸n para ser protagonistas de un drama. Hubo muchas conciencias que trataron de sobrevivir esta vor谩gine de indigni颅dades y optaron por actuar, aun sometidos al poder del Tratado, para hacer menos penosa la situaci贸n.


JUSTIFICACIONES DEL EXORDIO

No podr谩 comprenderse la crisis de nuestra anarqu铆a si no parti颅mos de su causa germinal. La pol铆tica que se inicia con la ocupaci贸n de Asunci贸n opera totalmente descolgada del principio de legalidad de nuestra soberan铆a arrasada. La carta constitucional que se impone al

pa铆s carece de legitimidad, pues es obra de fuerzas de ocupaci贸n y no de la voluntad nacional, libremente expresada. No importa su texto, abun颅dante en las mismas libertades que se nos negaban, excepto la de enfren颅tarnos como paraguayos.

No hubo poder constituyente leg铆timo y nace as铆 una ficci贸n de legalidad, dentro de la cual comienza a desarrollarse la actividad pol铆ti颅ca, hasta la constituci贸n o fundaci贸n de los partidos tradicionales, el 2 de julio de 1887 se funda el "Centro Democr谩tico" o "Partido Liberal", y el 11 de setiembre del mismo a帽o el Partido Colorado. El primero de ten颅dencia porte帽ista y el segundo m谩s cercano al Imperio del Brasil. Ante estas expresiones institucionales se hab铆an manifestado como Logias primero, a帽o 1869, y como Clubes, Del Pueblo y Uni贸n.

Y en cada una de estas expresiones se perciben a su vez tendencias hacia un naciente nacionalismo, pero tambi茅n hacia una obsecuente pol铆tica de servir a los "vencedores" de la guerra. En estas contradiccio颅nes, por lo dem谩s muy explicables, se va acu帽ando un clima de confron颅taciones, violencias y la formaci贸n de caudillos, que confunden servir a la patria con servirse de la misma.


SE CONSOLIDA LA P脡RDIDA DE SOBERAN脥A

Un hecho lamentable para la vida nacional se da con la ley que autoriza la venta de los yerbales y tierras p煤blicas, fuentes de nuestras rentas durante tantas d茅cadas anteriores. Esa ley es sancionada y pro颅mulgada el 9 de junio de 1884 y da nacimiento a la feudalizaci贸n de las tierras p煤blicas, nuestro principal capital y fundamento material de la soberan铆a. Nacen los grandes latifundios extranjeros, se pierden los yerbales, nuestros tradicionales bosques y nuestra independencia.

El error, tal vez inducido por las fuerzas de ocupaci贸n, fue no con颅servar esa gran riqueza para impulsar la recuperaci贸n econ贸mica del pa铆s. As铆, la liberal铆sima Constituci贸n de 1870 da principio de legalidad al gran latifundio y el endeudamiento mental y material del pa铆s. Curio颅so: el liberalismo de la Constituci贸n del 70, que en Europa liquida el feudalismo, en Paraguay lo impone, como un factor determinante de la pol铆tica, que de esta manera queda amarrada a intereses y no a los ideales de la Rep煤blica y del bien com煤n.

Se perdieron, vendidas a precios irrisorios, 12.500 leguas cuadra颅das en el Chaco y 6.000 leguas cuadradas en la Regi贸n Oriental, en especial la riqueza del tanino, valiosos bosques y los yerbales naturales. Hubo tard铆amente una reacci贸n contra esta ley, y qued贸 derogada el 25 de junio de 1904, durante el 煤ltimo gobierno colorado de aquella 茅poca, bajo la presidencia del coronel Juan A. Escurra.


LEVANTAMIENTO EN VILLETA, A脩O 1904 (LA ERA DEL PAR颅TIDO LIBERAL)

Curiosamente, el gobierno colorado del coronel Escurra fue un gobierno progresista y de convivencia con la oposici贸n, siguiendo la tra颅dici贸n iniciada por el presidente general Egusquiza. El Dr. Cecilio B谩ez, abanderado de la juventud liberal, fue designado Ministro Plenipoten颅ciario ante los Estados Unidos y M茅xico. Adem谩s, acusaba una oportuna neutralidad del viejo juego de presiones externas. Los viejos caudillos republicanos, generales Bernardino Caballero y Patricio Escobar, ya declinaban en su poder de decisi贸n. Su ciclo se hab铆a cumplido en tiem颅pos dif铆ciles para el pa铆s y todo hac铆a presumir una nueva era de convi颅vencia pac铆fica estaba en gestaci贸n, con el protagonismo de nuevos valo颅res representativos en ambos partidos. Pero fue solo una ilusi贸n y nace un nuevo protagonismo dependiente del poder extranjero (ingl茅s-argen颅tino) adue帽ado del domino feudal de la tierra y la explotaci贸n de su riqueza. No impera la Constituci贸n Nacional sino los reales factores econ贸micos de poder, los grandes latifundios con administraciones pro颅pias. Un poder ilegal con m谩s poder que los gobiernos. La anarqu铆a se desborda y substituye el normal funcionamiento de las instituciones; y toda la pol铆tica se agita en funci贸n de poderes f谩cticos y de ambiciones personales.

A fines del siglo XIX declina la influencia brasilera y se consolida la influencia argentina. El inter茅s nacional queda atr谩s y de vuelta la crisis de gobernalidad. La libertad individual una ficci贸n y las garant铆as constitucionales sin ninguna vigencia. Todo estaba preparado para una nueva era de anarqu铆a y de imposiciones externas.


INFLUENCIA ARGENTINA EN LA SUBLEVACI脫N DE 1904


Curiosamente, durante los dos 煤ltimos gobiernos colorados de Emilio Aceval y Juan A. Escurra (a帽os 1898 al 1904) nace la generaci贸n conocida como "novecentista", con figuras intelectuales de primer nivel en ambos partidos. Citamos sus principales l铆deres: Cecilio B谩ez, Benig颅no Ferreiro, Manuel Gondra, Manuel Dom铆nguez, Fulgencio R. Moreno, Blas Garay, Antol铆n Irala, en el plano intelectual, y pol铆ticos de oficio, como Adolfo Riquelme, Eduardo Schaerer, Ricardo Brugada, Marcos Quaranta. Entran tambi茅n en escena y tendr谩n significativo protagonismo en la vida del pa铆s militares como Manlio Schenoni Lugo, Adolfo Chirife, Albino Jara. Y una nueva generaci贸n de pol铆ticos, como Gomes Freire Steves, Eulogio Estigarribia, Le贸n Mallorqu铆n y muchos otros, quienes con honradez defendieron una vida institucional como garant铆a de vigencia de la Constituci贸n.

Pero de nuevo el juego de intereses subalternos, internos y exter颅nos, impidi贸 la reorganizaci贸n nacional. Dos contradicciones iniciales despu茅s de la revoluci贸n" de 1904: la primera, en pleno proceso la insu颅rrecci贸n armada en todo el pa铆s, la expedici贸n despachada desde Villeta para parlamentar la paz con las fuerzas del ej茅rcito gubernista radica颅das en los cuarteles de Concepci贸n y parte desplazada a Bah铆a Negra, frontera en riesgo de ocupaci贸n por tropas bolivianas y representadas por los coroneles Antonio C谩ceres (Ministro de Guerra del gobierno del coronel Escurra) y Zacar铆as Jara, jefe de plaza en el sector con asiento en Bah铆a Negra (padre del entonces capit谩n Albino Jara, integrante de los insurrectos de Villeta y liberal radical).

Estos jefes son formalmente invitados por el comando general del campamento de Villeta, en realidad no era una invitaci贸n sino una inti颅maci贸n, en nota firmada por el coronel Benigno Ferreira y como secreta颅rio por Manuel Gondra, a una reuni贸n de conciliaci贸n para evitar derra颅mamiento de sangre. La reuni贸n se realiza en la localidad de "Zanja Le贸n" (Dpto. de Concepci贸n), el d铆a 28 de agosto de 1904 y concluye la firma de un PACTO honorable, sin vencedores ni vencidos, volviendo las fuerzas a cargo del coronel Zacar铆as Jara a ocupar sus respectivas juris颅dicciones. Se avala la firma del pacto, por el sector gubernista, por los capitanes Patricio Alejandrino Escobar y Manlio Schenoni Lugo. Fir颅man el pacto, por el comando de Villeta, el teniente de fragata El铆as Ayala, el capit谩n Albino Jara y el Dr. Gualberto Card煤s Huerta.

Siguiendo una vieja tradici贸n impuesta desde el 1 de enero de 1869 por los ej茅rcitos de ocupaci贸n de Asunci贸n, dan su conformidad a este pacto y lo garantizan los c贸nsules del Brasil, Argentina y Uruguay y otros de pa铆ses amigos. Siempre la sombra de la injerencia aliada. Y la segunda, el conocido Pacto de Pilcomayo, tratado y firmado a bordo del buque de guerra argentino "El Plata", en virtud del cual, con fecha 12 de diciembre de 1904, los bandos beligerantes se ponen de acuerdo en con颅cluir las hostilidades y constituir un gobierno de conciliaci贸n nacional con la participaci贸n de tres ministros colorados: Dr. Emilio P茅rez, Cayetano Carreras y el mismo coronel Escurra, en las carteras de Gue颅rra y Marina, Hacienda y Relaciones Exteriores, en el orden del 煤ltimo al primero. Como Presidente Provisorio se design贸 a Juan B. Gaona. Para suscribir este pacto, asistieron, por los insurrectos: el ya general Benigno Ferreira, Adolfo R. Soler y el comandante Manuel J. Duarte. Por el gobierno: el presidente coronel Juan A. Escurra, Dr. Emilio P茅rez y Cayetano Carreras. Y como garantes, los ministros plenipotenciarios de la Argentina, Dr. Alejandro Guesalaga y del Brasil, Ytibir茅 Da Cunha.

El 19 de diciembre de 1904 comienza la "era del Partido Liberal" y asume la presidencia provisoria Juan G. Gaona, quien dura un a帽o en sus funciones. El 9 de diciembre de 1905 es destituido Gaona y asume provisoriamente tambi茅n la presidencia el Dr. Cecilio B谩ez hasta el 25 de noviembre de 1906, fecha que asume la presidencia constitucional el general Benigno Ferreira y dura hasta el 4 de julio de 1908 y no como correspond铆a hasta 1910. De golpe de Estado en golpe de Estado. Au颅mentan la inestabilidad y la anarqu铆a. Los colorados son excluidos del gobierno y el sectarismo y los intereses creados desplazan la pol铆tica de pacificaci贸n nacional.

Una pregunta: 驴Qu茅 hicieron los representantes de Argentina y Brasil, que garantizaron tanto el pacto de "Zanja Le贸n" como el "Pacto del Pilcomayo"?: cumplieron su misi贸n, dejar que el pa铆s se siga destru颅yendo en la anarqu铆a, lo que facilitaba la aplicaci贸n de las consecuencias del "Tratado", y lo m谩s agraviante para la soberan铆a, de l铆mites que fueron sus consecuencias, con Brasil el 9 de enero de 1872 y con Argen颅tina el 3 de febrero de 1876, estando aun la soberan铆a nacional prisione颅ra de las fuerzas de ocupaci贸n, que se retiran el 22 de junio de 1876, lo que acredita la nulidad absoluta de dichos convenios de l铆mites impues颅tos, nulidad que estudio en mi trabajo "Tesis sobre Nulidad Absoluta de los Tratados de L铆mites con Brasil y Argentina", en prensa.

En esta relaci贸n lo que queda claro es la larga anarqu铆a nacional, inclusive la actual que se viene expresando en el plano pol铆tico con mo颅tivo de las hidroel茅ctricas de Itaip煤 y Yacyret谩, que se origina en la aplicaci贸n del "Tratado" hasta nuestros d铆as vigente, pues desconoce颅mos que haya existido un acuerdo de los pa铆ses de la Triple Alianza que declarase disuelto y sin valor dicho tratado.


EL LAUDO DEL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

Sometido al arbitraje del presidente Dr. Rutherford B. Hayes, el territorio de la Segunda Secci贸n del Chaco, incluyendo la "Villa Occiden颅tal" (Villa Hayes actual), quien con fecha 12 de noviembre de 1878 fall贸 que, conforme a los mejores t铆tulos, corresponde al Paraguay todo el territorio sometido a su arbitraje. Fue lamentable que nuestra diploma颅cia no hubiese sometido, ya que los t铆tulos hist贸ricos son los mismos, toda la extensi贸n del Chaco hasta sus l铆mites arriba del Parapit铆, para delimitarlos hasta Santa Cruz de la Sierra y San Jos茅 de Chiquitos. Nos hubiera evitado la cruenta Guerra del Chaco.

Lo significativo de este laudo a favor del Paraguay, que solo se pudo someter a arbitraje algo que nunca fue de la Argentina por presi贸n de la Guerra de la Triple Alianza, es que esa posici贸n del laudo Hayes da origen a una corriente pol铆tica que se orienta a llevar los problemas del Paraguay con sus vecinos vencedores, a un pa铆s m谩s lejano, entonces

totalmente apartado, si no enfrentado, con el imperio ingl茅s, tan vincu颅lado a la guerra de 1864/1870. Fue el Dr. Cecilio B谩ez quien da inicio a esta pol铆tica, seguramente en la convicci贸n que desde un pa铆s neutral en aquella funesta guerra se podr铆a negociar un apoyo moral y su influencia material para el desenvolvimiento del Paraguay. En esta misma l铆nea actuaron otros prohombres del Partido Liberal, cuya culminaci贸n se da en el Dr. Eusebio Ayala. A esta corriente de pensamiento se denomin贸 Partido Liberal Radical, en oposici贸n al Partido Liberal C铆vico, de tradi颅ci贸n mitrista.

Sin embargo, esta orientaci贸n no pudo imponerse y de nuevo se tuvo el juego de los vencedores, los que tuvieron la titularidad de nues颅tras crisis internas y su manifestaci贸n en la larga anarqu铆a. Los factores de poder externo siempre dividen, los internos, cuando hay patriotismo, unen y permiten forjar una naci贸n.


INTERMEDIO TR脕GICO: JARA CONTRA GONDRA. 驴HAY EX颅PLICACI脫N?

Este es un cap铆tulo que nuestros historiadores lo registran en la generalidad de una inestabilidad fundada, 煤nicamente, en "ambiciones personales". Gondra y Jara, al igual que Riquelme, Eduardo Schaerer, Guggiari, Eusebio Ayala, entre otros de protagonismo en su partido, pertenecieron a la corriente radical, m谩s vinculada al Brasil que a la Argentina, en oposici贸n a los c铆vicos.

Podemos explicar que Albino Jara, radical al igual que Manuel Gondra, iniciara y realizara el golpe de Estado que lo destituye de la presidencia.

驴Puede explicarse un acto de tanta trascendencia por simples ene颅mistades circunstanciales? Pareciera muy ingenuo registrar como cau颅sa el episodio de un enojo, en especial entre dos personalidades de inte颅lecto cultivado, cada uno en su esfera. No es ignorante para ning煤n estudioso la estrecha relaci贸n de Gondra con la pol铆tica de Estados Uni颅dos y su labor que cumpli贸 en dicho pa铆s como Ministro Plenipotenciario y su conocida "Doctrina Gondra", expuesta en la Reuni贸n Panamericana realizada en la ciudad de Santiago, Rca. de Chile, que fue del benepl谩cito y elogio de la Casa Blanca. Nos estamos acercando al fog贸n, de donde salt贸 la chispa, que s铆 puede hist贸ricamente justificar el golpe de Albino Jara. Y la informaci贸n que incorporamos a este estudio objetivo de los hechos es que Manuel Gondra, posiblemente con el asentimiento de los doctores B谩ez y Eusebio Ayala, comenzaba a negociar un contrato con la empresa petrolera "Standard Oil Co. de Nueva Jersey" para que la mis颅ma realice en territorio del Chaco paraguayo prospecci贸n, perforaci贸n y comercializaci贸n de hidrocarburos. No olvidar que la defensa del Chaco hasta Bah铆a Negra fue una obra realizada por el coronel Zacar铆as Jara, padre de Albino Jara. Se planteaba un problema de soberan铆a, al que Jara era muy sensible, pues era lopizta y nacionalista, frente al drama de nuestra reciente historia y nuestros problemas de l铆mites. La eviden颅cia, fuente secundaria de razonamiento cient铆fico para elaborar una conclusi贸n v谩lida, est谩 del lado de Albino Jara. Sabemos, ya por docu颅mentaci贸n hist贸rica, que por el a帽o 1918 dicha empresa petrolera envi贸, como exploradores, tres ge贸logos al Chaco paraguayo, que trabajaban directamente con el Consulado de Estados Unidos en Asunci贸n, entre quienes, el 煤ltimo recientemente fallecido, se encuentra Jeorge Lohman, quien forma una familia paraguaya. Fue ge贸logo de la Standar Oil y gran estanciero. Una de sus hijas vive en el Chaco.

Esta es una relaci贸n l贸gica de aquel penoso hecho, que culmina con la muerte del coronel Albino Jara en Paraguar铆, hecho conocido de todos los estudiosos. Lo que estaba in茅dito es lo que queda relatado y da fun颅damento al golpe de Estado consumado la noche del d铆a 16 de enero de 1911. Gondra remite su renuncia al Congreso y se designa por amplia mayor铆a como Presidente al coronel Albino Jara, con el decidido apoyo de Cecilio B谩ez y Manuel Dom铆nguez. Lo que resulta ingenuo, siguiendo las cr贸nicas de ese acontecimiento, es que el levantamiento de Jara obe颅dece al hecho que Gondra designar铆a a Jara en una misi贸n diplom谩tica en Europa, con el rango de Ministro Plenipotenciario. Hab铆a cuestiones m谩s fundamentales, como la ya se帽alada y la excesiva inclinaci贸n del Presidente a la pol铆tica argentina de "sobreprotecci贸n" al Paraguay, no compartida por Jara y sus principales asesores del momento, B谩ez y

Dom铆nguez, profundos conocedores de los factores de poder interno (oli颅garqu铆a) y externos (de protecci贸n a latifundios feudales de origen in颅gl茅s-argentino).


LEYENDA, MITO Y REALIDAD DE ALBINO JARA

Hasta hoy, la literatura pol铆tico-hist贸rica sobre Albino Jara lo define como un personaje poco menos de opereta con 茅nfasis en las mujeres y ambiciones de mando. No demostr贸 esa personalidad durante el le颅vantamiento militar-c铆vico de 1904; de igual manera cuando el Coman颅do Militar de Villeta violenta, el mismo d铆a de su firma, el Pacto de "Zanja Le贸n", del que 茅l participa o el mismo Pacto del Pilcomayo, que pone t茅rmino a la subversi贸n de 1904, Albino Jara adopta una posici贸n prudente y vigilante.

Curiosamente, como si fuera un factor de nuestros d铆as, apoya la conciliaci贸n nacional pero rechaza la impunidad por delitos cometidos contra el inter茅s general y se vuelve intransigente contra los responsa颅bles. Es un conspirador nato, como conspiradores fueron todos los pol铆颅ticos y militares de su tiempo. La inestabilidad hac铆a imposibles las soluciones institucionales y los males se resolv铆an con golpes de Estado o asonadas conspiraticias. Eduardo Schaerer recibe su apoyo en sus luchas internas dentro del radicalismo liberal.

Hay un hecho ins贸lito para la 茅poca, cuando habiendo sido despla颅zado del Ej茅rcito durante el gobierno de Benigno Ferreira, se organiza en la Recoleta un gran acto de homenaje al general D铆az, nuestro h茅roe de Curupayty. La finalidad pol铆tica era desplazar de la memoria del pueblo al m谩rtir abnegado de Cerro Cor谩, el mariscal L贸pez. Llegan desde el exterior lim铆trofe escuadrones de cadetes para rendir el gran homenaje al general D铆az. Y en tal sentido se dieron todos los homenajes y discursos, m谩s de apoyo al mitrismo que al general D铆az, y desde luego, con un manto programado de olvido al gran h茅roe de la Resistencia y su final her贸ico en Cerro Cor谩.

Albino Jara, aunque perseguido, estaba presente en el acto y, en el momento m谩s oportuno, saliendo del anonimato, expres贸 en guaran铆 las siguientes palabras: `Vyro rei la pey茅va: Viva el mariscal L贸pez". Y el acto, ante tan imprevista intromisi贸n, pr谩cticamente entr贸 en desbande y qued贸 concluido. De igual manera recrudeci贸 la persecuci贸n contra Jara. La historia debe estudiar con mayor detenci贸n y sin subjetivismos arbitrarios la figura de este hombre, que pas贸 vertiginosamente por la historia nacional. Difamado por enemigos pol铆ticos, debe ser rele铆do con seriedad y responsabilidad, consultando fuentes m谩s genuinas de su vida y participaci贸n en la pol铆tica del pa铆s, en tiempos de una dram谩tica anarqu铆a, donde muchos responsables pretendieron salvarse con acusa颅ciones a quien, ya muerto y sin auxilios m茅dicos en Paraguar铆 el d铆a 12 de mayo de 1912, no pod铆a defenderse.

En su corto gobierno, 17 de enero de 1911 al 5 de julio de 1911, lo acompa帽a un gabinete de prestigiosas personalidades, entre otras, el Dr. Cecilio B谩ez, el Dr. Manuel Dom铆nguez y el coronel Carlos Goibur煤. De nuevo un gabinete para la reconciliaci贸n en la honestidad. Jara, el hombre de Estado, tiene algunas singularidades poco o nada difundidas: siendo cadete y antes de su viaje de especializaci贸n a Chile, estudia Derecho y aprueba hasta el cuarto a帽o. Hijo de un h茅roe de la Guerra del 70, el coronel Zacar铆as Jara, sigue la carrera militar por vocaci贸n y an颅tecedentes familiares. Se cultiva en la lectura. Se desempe帽a como bi颅bliotecario de la Universidad hasta 1903. Sus mejores amigos fueron altos exponentes de la intelectualidad, como Manuel Gondra, Adolfo Riquelme y el Dr. Carlos Garc铆a, cuya muerte en un duelo con el Dr. Gomes Freire Steves, al que asisti贸, le dej贸 una fuerte impresi贸n y acu帽贸 en sus convicciones un profundo desprecio por la violencia pol铆tica.

No fue ni "谩ngel" ni "d茅spota", ni "p煤a tarar谩", como lo calificaron sus detractores. Fue simplemente un hombre con conciencia de patria, en un medio anarquizado por toda forma de sectarismos y apoyos exter颅nos. Milit贸 en el radicalismo del Partido Liberal, como una forma de apartarse de presiones de la "Triple Alianza". Su temprana muerte, con heridas que pudieron curarse, fue la muerte de un h茅roe, sin quejas por sus dolores y en presencia de sus enemigos pol铆ticos de ese momento. Realmente, hay que investigar y hacer la biograf铆a objetiva de Albino Jara. Rescataremos para la historia la figura de un patriota.

Nota: fija como fecha del centenario de la emancipaci贸n no el 14 de mayo, sino el 12 de octubre de 1913, en homenaje al Congreso del 30/Set. al 12/0c. de 1813.


LA GUERRA CIVIL

La presidencia de Eduardo Schaerer, igual que la de Manuel Franco, ambas constitucionales, fueron de paz interna. Con Schaerer algunos conatos y conspiraciones. Con Manuel Franco, una administraci贸n ho颅nesta y progresista, hac铆a presumir una normal evoluci贸n hacia la paz interior y el progreso nacional. Su muerte al tercer a帽o de mandato lleva a su vicepresidente, Dr. Jos茅 P. Montero, a la primera magistratura y completa el mandato constitucional siguiendo la misma pol铆tica de su antecesor.

El Partido Liberal acusa mucha inestabilidad y confrontaciones desde el a帽o 1904, que comienza su era pol铆tica. Existen tres problemas de Estado no resueltos: a) la influencia argentino-brasile帽o, consecuen颅cia de la Triple Alianza; b) la anarqu铆a interna, pese a los derechos y garant铆as que se consagran en la Constituci贸n de 1870, no se logra afir颅mar la vida de la sociedad en la seguridad jur铆dica y en el ejercicio de las libertades p煤blicas. El problema de la concentraci贸n de la riqueza en los grandes latifundios y feudos organizados con autoridades propias, no se plantea como problema nacional. La explotaci贸n del trabajo y de los trabajadores en los yerbales, los bosques y la explotaci贸n de rollos de madera para su exportaci贸n, y en los centros tanineros del Chaco, no eran problemas de gobierno, pero eran un real factor de poder en el gobierno, con dos consecuencias igualmente graves: p茅rdida de la sobe颅ran铆a en pol铆ticas de Estado y de gobierno; y marginaci贸n del pueblo en sus derechos fundamentales a la vida y la dignidad humana. Se crec铆a en pocas riquezas para una oligarqu铆a interna, y al mismo tiempo se exten颅d铆an la desesperanza y la pobreza en toda la poblaci贸n. Solo un sector de la sociedad, muy minoritario, gener贸 un sector privilegiado de ostenta颅ci贸n y "clase social alta". Se discriminaba y marginaba a los sectores populares de la Rep煤blica. Esta situaci贸n de injusticia hace surgir el pensamiento social de protesta y el fortalecimiento de las organizacio颅nes sociales, al igual que los intelectuales sociales. La crisis aumenta y la anarqu铆a se recrudece; y c) la democracia no funciona, pol铆ticamente est谩 administrada por una oligarqu铆a que mira y lleva su riqueza hacia afuera y act煤a para adentro con desprecio del pueblo.

El partido de gobierno tiene las siguientes divisiones: l) Radicales; 2) C铆vicos, ambos ya con manifiesta influencia externa, que a su vez genera dos divisiones m谩s: radicales argentinistas o brasileristas; y c铆vi颅cos argentinistas o brasileristas. Y, desde m谩s lejos, una paulatina pol铆颅tica de penetraci贸n de los Estados Unidos, en especial en el 谩rea energ茅颅tica de los hidrocarburos. Se hac铆a dif铆cil gobernar ante tantas confron颅taciones.


SITUACI脫N DEL PARTIDO LIBERAL ANTES DE LA GUERRA CIVIL


El sector c铆vico del Partido Liberal se pliega al gondrismo (Radi颅cal); y los "jaristas" que sobreviven en la pol铆tica a la muerte de su l铆der Albino Jara, (Radicales), se pliegan al schaerismo (radical tambi茅n). Un jefe de gran honestidad y prestigio, el coronel Adolfo Chirife, respalda las pretensiones de Eduardo Schaerer.

El 29 de octubre de 1921, bajo la jefatura militar de Chirife, se produce, dirigida por Eduardo Schaerer, la sublevaci贸n del batall贸n de la guardiac谩rcel, dependiente del Ministerio del Interior del gabinete de Manuel Gondra, quien tiene el respaldo militar del coronel Manlio Schenoni Lugo, tambi茅n prestigioso y honesto militar. Puede afirmarse que los jefes militares tuvieron una conducta m谩s leal hacia la patria que los sectores pol铆ticos, por lo menos en la etapa que estamos analizando. La rebeli贸n tiene por origen la exigencia schearista al presidente Gondra, de apartar del Ministerio del Interior al Dr. Jos茅 P. Guggiari. La res颅puesta de Gondra es elevar su renuncia ante el Congreso y 茅ste designa como presidente provisional al Dr. Eusebio Ayala, quien asume la Pre颅sidencia el 7 de noviembre de 1921.

Para superar la crisis de los presidentes provisorios, el Congreso, con mayor铆a schearista y colorada, dicta en el mes de mayo de 1922 una ley llamando a elecciones para un nuevo mandato constitucional, ley que es vetada por el presidente Eusebio Ayala. Esto origina el levantamiento armado, bajo el mando de los coroneles Adolfo Chirife y Pedro Mendoza. Tiene as铆 inicio la Guerra Civil de liberales contra liberales. Quienes se levantan en armas se denominan constitucionalistas y quienes se de颅fienden, gubernistas, bajo la jefatura del coronel Manlio Schenoni.

En duras batallas, se ensangrienta todo el territorio nacional, la guerra dura m谩s de un a帽o, desde el 27 de marzo de 1922 hasta el 10 de julio de 1923, despu茅s de un fallido ataque contra Asunci贸n de las tropas sublevadas al mando ya del coronel Mendoza, pues el coronel Chirife hab铆a muerto en Itaquyry, como consecuencia de una grave enfermedad contra铆da en las fatigas de los combates. Pero, solo concurre la Guerra Civil mas ninguno de los graves problemas de la naci贸n se resuelve.



PRESIDENCIA DEL DR. ELIGIO AYALA (1924-1928)


Este es el per铆odo de mayor estabilidad de la era liberal. Una con颅sagrada formaci贸n intelectual, en muchas disciplinas, especializadas durante su larga y sacrificada etapa de estudios en Europa, a su propio costo, a帽os 1911 a 1919, le permiten mirar los problemas institucionales de la Rep煤blica con vocaci贸n y capacidad de estadista. Tiene ya una buena experiencia al manejar el Ministerio de Hacienda en gobiernos anteriores, entre 1919 y 1924. En general, no son objetables sus actos de gobierno. Verdadero carcelero de las finanzas p煤blicas, tuvo esa obse颅si贸n, pero descuid贸 el campo del crecimiento econ贸mico y desarrollo so颅cial del pa铆s. Fue celoso en recaudar y gastar. No invirti贸 en obras de infraestructura social, que eran muy necesarias por nuestro atraso en pol铆ticas de progreso. Le falt贸 el componente social. En todo lo dem谩s fue impecable.

Fue austero aunque tuvo equivocaciones en el tratamiento de la famosa deuda por los empr茅stitos de Londres de los a帽os 1871 y 1872, dos negociados contra la pobreza de un pa铆s destruido en una guerra de exterminio. Pudiendo comprar los t铆tulos de esa deuda por el 17% de su valor en la Bolsa de Londres, prefiri贸 normalizar su amortizaci贸n por el valor total de la deuda, en un irracional arranque de dignificar el pres颅tigio del pa铆s ante los acreedores externos. 驴Culpas o errores de buena fe? Cualquiera sea la raz贸n, este arreglo signific贸 un gran perjuicio para el Tesoro Nacional y se termin贸 pagando el total de una deuda usuraria, que m谩s que un pr茅stamo signific贸 un negociado de los gobiernos t铆teres de los a帽os 1871 y 1872.

De cualquier manera, es de justicia reconocer que durante su go颅bierno se vivieron tiempos de paz y se puso t茅rmino a una larga anarqu铆a de enfrentamientos, sublevaciones de guarniciones, golpes de Estado, violencias pol铆ticas y guerras civiles, a partir de 1904. La era del Partido Liberal no dio respuestas de institucionalidad al funcionamiento de la democracia, tan invocada en v铆speras y durante la guerra del genocidio nacional del 70, y tan olvidada cuando se fue gobierno, con las excepcio颅nes honrosas de la presidencia de Manuel Franco y Eligio Ayala. No hacemos alusi贸n a la presidencia del Dr. Eusebio Ayala, porque est谩 comprendida en el proceso de la Guerra del Chaco, tema de otro cap铆tulo de esta relaci贸n hist贸rica de 茅pocas, hombres, acontecimientos, causas y efectos de los mismos.


UN CIERRE NECESARIO A ESTE CAP脥TULO DE LA GUERRA CIVIL

Nos referimos a la posici贸n de Manuel Gondra y el golpe de Estado de Albino Jara y tambi茅n del mismo Dr. Eusebio Ayala, con relaci贸n a los intereses de la Standard Oil Co. de Nueva Jersey. Necesario es hacer el siguiente relato hist贸rico, hasta hoy in茅dito. En el a帽o 1924 llega al Paraguay, como c贸nsul general de los Estados Unidos, sin inmunidad diplom谩tica, el se帽or Willian Wilkinsong, quien, a m谩s de sus funciones espec铆ficas, era un agente encubierto de la Standard Oil Co. de Nueva Jersey. Se instala en una vivienda en la calle hoy Mariscal Estigarribia entre Estados Unidos y Tacuary, donde adem谩s instala una estaci贸n de radiocomunicaci贸n ya con antena parab贸lica, que le permit铆a comuni颅carse con el exterior sin ning煤n control por parte del Estado paraguayo.

Toma contacto con los personeros de la Standard Oil radicados en el Chaco paraguayo, que ten铆an funciones e instrucciones de hacer un relevamiento, en un terreno, sobre vestigios de hidrocarburos, ya halla颅dos en Bolivia (Tarifa) y concesionados a favor de dicha empresa. Ade颅m谩s, toma vinculaci贸n por radio con operadores en Bolivia. Y el hecho grave: durante toda la Guerra del Chaco, transmit铆a informaci贸n confi颅dencial sobre movimientos de tropas paraguayas con destino a los fren颅tes de combate. Todas las tardes transmit铆a en c贸digo sus informaciones, que llegaban al Estado Mayor del Ej茅rcito boliviano.

Estos graves hechos, en el a帽o 1939, fueron informados por el entonces capit谩n Galeano que trabajaba en Informaciones del Estado Mayor paraguayo, al Presidente de la Rep煤blica, Dr. F茅lix Paiva, para que adopte las medidas que la dignidad nacional exig铆an. Y aqu铆 lo m谩s lamentable: el Presidente Paiva llama a su despacho al c贸nsul Wilking颅song y le comunica que lleg贸 a su conocimiento las actividades de espio颅naje que realizaba durante la guerra y que, en consecuencia, para evitar la adopci贸n de medidas m谩s graves, como su expulsi贸n del pa铆s, le suge颅r铆a volver a su pa铆s lo antes posible.

As铆, un hecho de alta traici贸n a la patria, punible con prisi贸n ya que no hab铆a ninguna inmunidad que protegiera a este c贸nsul, tuvo una soluci贸n amigable y diplom谩tica. Resulta evidente y esto qued贸 demos颅trado con la firma del tratado de la Paz del Chaco el 9 de julio de 1938, bajo su presidencia, su vinculaci贸n y la de Eusebio Ayala a esta empresa petrolera, cuyo principal representante dirigi贸 las negociaciones en Buenos Aires para la paz del Chaco y el tratado de l铆mites, que toma la precauci贸n de dejar en el dominio de Bolivia nuestros territorios petro颅l铆feros, en especial en el sector Charagua, sobre los que Paraguay pose铆a t铆tulos hist贸ricos y adem谩s se comprend铆a en los sectores ocupados por las tropas paraguayas en la Guerra del Chaco. Nos referimos a Spruim Braden, delegado de Estados Unidos y de la Standard Oil Co.

Concluimos este cap铆tulo con la reiteraci贸n de la observaci贸n ini颅cial: las causas de la anarqu铆a interna y de nuestras peri贸dicas crisis pol铆ticas se relaciona con la p茅rdida de soberan铆a y la actuaci贸n de inte颅reses externos como factores de poder interno.



A MODO DE COLOF脫N DEL CAP脥TULO


La cuesti贸n de l铆mites con el Brasil,


el Acta de Foz do Igua莽煤 y el Tratado y sus Anexos.

An谩lisis y soluci贸n


El tratado de l铆mites con el Brasil, firmado en R铆o de Janeiro el 9 de enero de 1872, tuvo en representaci贸n del gobierno del Paraguay a un inexperto en geograf铆a de l铆mites, Carlos Loizaga, en substituci贸n de nuestro mejor t茅cnico en esta materia, el Dr. Jos茅 Falc贸n, quien fuera nominado para este cometido y cambiado por "sugerencia" del jefe de ocupaci贸n brasilera en Asunci贸n. Sin embargo, y esto tiene fundamental importancia para nuestro an谩lisis, Brasil no cuestion贸 ning煤n derecho sobre los Saltos del Guair谩 o de "Setes Quedas", pudiendo haberlo hecho de considerar que ten铆a derechos hist贸ricos sobre los mismos, as铆 como se consider贸 con derechos de expropiaci贸n sobre nuestro territorio arriba del r铆o Apa, careciendo de t铆tulos leg铆timos sobre los mismos.

Nos impuso lo pactado en el Tratado de la Triple Alianza, pero en dicho tratado de l铆mites no se adjudica la propiedad de los saltos, y al no hacerlo, reconoci贸 la propiedad del Paraguay sobre los mismos. Por di颅cho tratado, se establec铆a que los l铆mites de nuestra frontera Este, de norte a sur con el Brasil, deb铆an seguir una l铆nea de hitos que pasara por las cumbres m谩s altas de las cordilleras del Amambay y el Mbaracay煤. En consecuencia, siguiendo ese trazado convenido en el ya referido tra颅tado de l铆mites de 1872, la l铆nea de la cumbre m谩s alta del Mbaracay煤, al proyectarse sobre el fen贸meno de los saltos en el r铆o Paran谩, se proyec颅ta en territorio brasile帽o a la altura de la ciudad Gua铆ra (del Brasil), dejando los siete saltos en territorio paraguayo. Y aqu铆 comienza otra historia, que resulta oportuno relacionar.


COMISI脫N NACIONAL DEMARCADORA DE L脥MITES

P谩ra hacer el trazado final y colocaci贸n de hitos de nuestra fronte颅ra Este con el Brasil, ambos pa铆ses crean una Comisi贸n Mixta de L铆mi颅tes, que en sucesivas conferencias y trabajo de sus t茅cnicos van colocando los hitos en ambas cordilleras, hasta llegarse al impasse de la ocupa颅ci贸n militar por el Brasil de la parte que deb铆an demarcarse los l铆mites, por la Comisi贸n Mixta Demarcadora de L铆mites, m谩s precisamente en el lugar denominado "Puerto Coronel Renato", donde a煤n la frontera deb铆a ser caracterizada y definida.

Faltaba definir la ubicaci贸n de hitos en 70 kil贸metros de la fronte颅ra. Se hab铆an colocado y oficializados 846 hitos, de los cuales 341 perte颅nec铆an a las cumbres del Mbaracay煤. La parte que correspond铆a delimi颅tar no avanza y se producen intercambios de notas y aclaraciones de ambas canciller铆as. En la 煤ltima proyecci贸n en la cartograf铆a final que颅daba claramente determinada la propiedad del Paraguay de los Saltos, tal surge de un minucioso relatorio del demarcador paraguayo coronel Emilio Meza Guerrero. El delegado del Brasil se niega a firmar esa conclusi贸n y sugiere dejar para la reuni贸n de la 27' Reuni贸n de la Comi颅si贸n Mixta Demarcatoria este trazado de l铆mites sobre los accidentes geogr谩ficos de los Saltos, reuni贸n que nunca se realiz贸.


SIGNIFICADO DEL "ACTA DE FOZ DO YGUAZ脷鈥

Los cancilleres Ra煤l Sapena Pastor del Paraguay y Juracy Magalhanes de Brasil, sorpresivamente con fecha 22 de junio de 1966, suscriben este acta que pone fin a la demarcaci贸n de nuestros l铆mites Este con el Brasil en el tramo de los Saltos y, por contrapartida, se establece en su texto "la disposici贸n de sus respectivos gobiernos de proceder, de mutuo acuerdo, al estudio y evaluaci贸n de las posibi颅lidades econ贸micas, en particular de los recursos hidroel茅ctri颅cos, pertenecientes en condominio a los dos pa铆ses, del Salto del Guair谩 y acordaron en establecer desde ya, que la energ铆a el茅ctrica eventual颅mente producida por los desniveles del r铆o Paran谩, desde e inclusive el Salto del Guair谩 hasta la boca del r铆o Yguaz煤, ser谩 dividida en partes iguales entre los dos pa铆ses".

Aqu铆 comienza la entrega de nuestra soberan铆a sobre los Saltos, ya que una cosa es producir hidroelectricidad desde los Saltos del dominio del Paraguay y otra muy distinta sin definir previamente a qu茅 pa铆s pertenec铆a de hecho y de derecho el usufructo de los Saltos. El problema de fondo, nuestro l铆mite con Brasil, qued贸 diluido en los t茅rminos de este Acta. Grave error del gobierno de entonces. Hoy nuestras fronteras es颅t谩n diluidas en una entidad binacional llamada ITAIP脷. Aqu铆 concluye la aplicaci贸n del Tratado de L铆mites de la Triple Alianza, conforme a los instrumentos firmados en 1872 y los que quedaron documentados en los trabajos realizados por la Comisi贸n Mixta Demarcadora de L铆mites hasta el a帽o 1874. Y nos queda la gran interrogante: 驴tenemos soberan铆a terri颅torial sobre el complejo hidroel茅ctrico de la Itaip煤 Binacional, siendo que nuestros l铆mites en ese sector geogr谩fico quedaron sin delimitarse ni caracterizarse? 驴O se ha institucionalizado un FIDEICOMISO TERRI颅TORIAL, aparentemente administrado en condominio pero material颅mente es un fideicomiso exclusivo de la administraci贸n brasilera? Aqu铆 surgen la gran incertidumbre y un grave problema a resolver en t茅rmi颅nos conciliatorios para darnos seguridad jur铆dica.


EL TRATADO DE ITAIP脷 Y ANEXOS

El 26 de abril del a帽o 1973, entre los ministros plenipotenciarios del Paraguay, Ra煤l Sapena Pastor, y del Brasil, Mario Gibson Barboza, en presencia de los se帽ores presidentes de ambos pa铆ses, se suscribe el Tratado para el aprovechamiento hidroel茅ctrico de los recursos hidr谩u颅licos del r铆o Paran谩, pertenecientes en dondominio a los dos pa铆ses par颅tes, desde e inclusive el Salto del Guair谩 o Salto Grande de Sete Quedas hasta la boca del r铆o Yguaz煤. Este tratado tiene 25 art铆culos y los si颅guientes Anexos: 1) Anexo A - Estatuto de la Itaip煤; 2) Anexo B - Descrip颅ci贸n General de las Instalaciones; 3) Anexo C - Bases Financieras y Prestaci贸n de los servicios de electricidad de la Itaip煤, y sus Notas Reversales.

Este tratado fue duramente criticado por la Argentina y por secto颅res calificados de la opini贸n p煤blica paraguaya, sin bander铆as pol铆ticas. Tiene aspectos NO CLAROS, que dieron origen a una larga lucha para la revisi贸n del Tratado y sus Anexos, por entenderse que afecta la sobe颅ran铆a nacional, por lo menos en cuanto a la forma de su administraci贸n, con lesi贸n grave al inter茅s econ贸mico y el desarrollo social del Paraguay.

El tratado est谩 politizado y agitado en campa帽as electorales. Ju颅r铆dicamente el problema es delicado y merece una consideraci贸n objeti颅va, en el marco de las soberan铆as internas y del propio desarrollo econ贸颅mico del Paraguay. Igual tratamiento sigue el otro tratado hidroel茅ctri颅co de Yacyret谩, firmado con la Argentina. En ambos hay unilateralidad y perjuicio para el Paraguay. Pareciera que estos tratados se enmarcan a煤n en la din谩mica del famoso Tratado Secreto de la Triple Alianza, hasta hoy no declarado oficialmente disuelto. Hay que considerar una soluci贸n institucional, en el marco jur铆dico de los mismos tratados o en la competencia jurisdiccional del Derecho Internacional P煤blico y su 贸rgano con facultades competentes, la Corte de La Haya. Sin embargo, lo prudente y aconsejable es buscar soluciones conforme a negociaciones entre los Estados Partes.


UNA PROPUESTA VIABLE

Por la v铆a de la confrontaci贸n, la soluci贸n se politiza y se aleja del marco institucional. En Paraguay hay conciencia del da帽o de los trata颅dos hidroel茅ctricos, pues la falta de equidad monopoliza m谩s beneficios para Brasil y Argentina. Tiene m谩s difusi贸n la protesta en relaci贸n al Tratado de Itaip煤, considerando que son muy notorias las desigualdades injustas en la aplicaci贸n de este tratado.

El Instituto de Estudios Tesis Nacional remiti贸 al Congreso Nacio颅nal un Anteproyecto de Ley que dispone la soberan铆a energ茅tica del 50% de la potencia instalada y energ铆a producida por las hidro颅el茅ctricas de Itaip煤 y Yacyret谩 para el Estado paraguayo. El anteproyecto fue presentado a la C谩mara de Senadores con fecha 15 de mayo del a帽o 2006. Consta de tres art铆culos de alto valor estrat茅gico cada uno de ellos y termina autorizando al Poder Ejecutivo a negociar la revisi贸n de los tratados. Su texto es el siguiente:

Art. 1潞- (TITULARIDAD). La soberan铆a nacional sobre los Trata颅dos Binacionales de las represesas hidroel茅ctricas de Itaip煤 y Yacyret谩 se ejerce sobre la propiedad del 50% de la potencia y energ铆a producidas por ambas hidroel茅ctricas como principio de legalidad e independiente颅mente de las compensaciones previstas en ambos tratados.

Art. 2掳.- (MARCO JUR脥DICO INTERNACIONAL). El condomi颅nio de soberan铆as en ambos tratados da derecho al Estado paraguayo a disponer la libre comercializaci贸n de sus cuotas partes por el precio de mercado y en reciprocidad con los otros dos Estados contratantes, en el marco del Derecho Internacional P煤blico.

Art. 3掳.- (REVISI脫N DE LOS TRATADOS). Se autoriza al Poder Ejecutivo, con acuerdo del Congreso Nacional, la revisi贸n de los tratados que puedan en sus textos afectar el principio de legalidad aqu铆 estable颅cido con car谩cter plural. Asimismo, de no haber acuerdo entre las partes, llevar cualquier divergencia fundada en derecho y en la soberan铆a de los Estados, ante el Tribunal Internacional de La Haya para lograr que los Tratados reconozcan los derechos del Estado paraguayo.

Art. 4掳.- (De Forma)...

Asunci贸n, 15 de mayo de 2006

Ricardo Franco Lanceta

Presidente del Instituto de Estudios TESIS NACIONAL

Lamentablemente, este anteproyecto, como tantos otros presenta颅dos por TESIS NACIONAL al servicio del inter茅s general, es demorado en su tratamiento y de esta manera el Poder Ejecutivo carece de un mandato con fuerza de ley para negociar soluciones posibles. Finalmente, un estudio objetivo de la situaci贸n de las hidroel茅ctri颅cas en funci贸n del desarrollo nacional hace aconsejable una pol铆tica de Estado para recuperar equidad y soberan铆a perdidas, a cuyo efecto ser铆a necesario orientar esta gesti贸n planteando a los condominios binacionales la inclusi贸n, como parte de los Tratados, de un ANEXO ACLARATO颅RIO, que consigne los siguientes puntos:

1) Los Estados Partes, por el presente Anexo, denominado "Anexo D", dejan expresamente establecido, y a t铆tulo aclaratorio del Tratado y sus Anexos aprobados, lo que se indica a continuaci贸n.

2) El complejo hidroel茅ctrico denominado ITAIP脷 (o YACYRET脕) es un condominio propietario del 50% para cada Estado Parte de la potencia instalada y de la energ铆a producida.

3) Se reconoce a las Partes el derecho de comercializar la parte no utilizada el 50% de su energ铆a al condominio o terceros, a precio de mercado.

4) El costo de la obra y la deuda de cada Parte por capital e intere颅ses, ser谩 sometido a una Auditor铆a Internacional, para establecer su legitimidad y aplicando una tasa de inter茅s en ning煤n caso mayor el promedio ponderado de la tasa Libor de los 煤ltimos diez a帽os, excluyen颅do todo agregado que no sean los intereses puros.

5) El Estado paraguayo, a trav茅s de su Canciller铆a, invitar谩 a sus socios en las hidroel茅ctricas a negociar el presente Anexo, integrando su contenido como parte en los Contratos y Anexos originales, haciendo expresi贸n de iniciar negociaciones dentro de los seis meses de recepcionada la correspondiente nota oficial; con indicaci贸n que, para el supuesto de no obtener resoluci贸n favorable, el Estado paraguayo plantear谩 a la competencia y jurisdicci贸n del Tribunal Internacional de La Haya, la revisi贸n de los tratados en dos puntos fundamentales: la afectaci贸n de la soberan铆a nacional y el da帽o econ贸mico y social irreparable al desarrollo del pa铆s.

Entendemos que todo tratado que por omisi贸n o expresi贸n lesione y cause da帽o enorme a uno de los firmantes, debe ser reparado, en el caso de an谩lisis por la v铆a de un Anexo Aclaratorio entre las partes o por Sentencia fundada del tribunal competente.

Paraguay integra junto con los pa铆ses hermanos de Brasil y Argen颅tina el Tratado Regional del Mercosur. En consecuencia, se hace aconse颅jable una soluci贸n de equidad, negociada directamente entre los Estados Partes, para afirmar una convivencia arm贸nica y acercar a sus pueblos en los intereses leg铆timos de sus naciones. Negociar es el camino y los fundamentos jur铆dicos, econ贸micos, sociales y ecol贸gicos que se expon颅gan y otorguen m茅ritos leg铆timos, dar谩n la soluci贸n que se persigue, sin confrontaciones est茅riles ni factores de poder dominantes. Salir de una crisis, mucho m谩s seria de lo que se plantea, y acercarnos con paz en las soluciones posibles y necesarias. En consecuencia, es urgente una pol铆tica energ茅tica del Estado, con poder social y capacidad negociadora de gobierno. La soluci贸n es factible y hay que conciliarla dando equidad de trato y beneficio, en igualdad de condiciones a los Estados cond贸mines de esta extraordinaria riqueza y potencia hidroel茅ctrica, que debe ser la fuerza liberadora de todos los estados de necesidad de nuestros pueblos.


脥NDICE

DEDICATORIA

INTRODUCCI脫N

LA REVOLUCI脫N COMUNERA

- La divisi贸n

- Consolidaci贸n

- Valent铆a f铆sica, cobard铆a moral

- Filiaci贸n hispana

- El juicio al Dr. Jos茅 de Antequera y Castro

LA GUERRA CIVIL DE 1904

- Tregua

- Constante e intromisi贸n

- Hechos sorpresivos

- Bases revolucionarias

- Primeras medidas

- Asume Ferreira

- Consecuencias nefastas

- 1904

- La intervenci贸n argentina y brasile帽a en la revoluci贸n de 1904

- La penetraci贸n de Bolivia en el Chaco despu茅s de 1904

- 1894, 1902, 1908, 1909, 1915 y 1922

- El militarismo

- General Patricio Escobar

- Fundaci贸n de la Asociaci贸n Nacional Republicana

- Gobierno del Gral. Juan Bautista Egusquiza

- Coronel Juan Antonio Escurra

- Coronel Albino Jara

- Coronel Rafael Franco

- Honesto ciudadano: general Jos茅 F茅lix Estigarribia

GUERRA CIVIL ENTRE LIBERALES, 27 DE MARZO DE 1922 AL 10 DE JULIO DE 1923

(COLABORACI脫N DEL PROF DR. RICARDO FRANCO LANCETA)

- Justificaciones del exordio

- Se consolidda la p茅rdida de soberan铆a

- Levantamiento en Villeta, a帽o 1904 (la era del Partido Liberal)

- Influencia argentina en la sublevaci贸n de 1904

- El laudo del Presidente de los Estados Unidos

- Intermedio tr谩gico: Jara contra Gondra.

驴Hay explicaci贸n?

- Leyenda, mito y realidad de Albino Jara

- La guerra civil

- Situaci贸n del Partido Liberal antes de la guerra civil

- Presidencia del Dr. Eligio Ayala (1924-1928)

- Un cierre necesario a este cap铆tulo de la guerra civil

- A modo de colof贸n del cap铆tulo

- Comisi贸n Nacional Demarcadora de L铆mites

- Significado del "Acta de Foz de Iguaz煤"

- El Tratado de Itaip煤 y Anexos

- Una propuesta viable

LA REVOLUCI脫N DE 1947

- Anarqu铆a y demagogia

- Apoyo de los partidos

- Sin cohesi贸n

- Odio a los liberales

- Evidencia

- Antecedentes

- Comunicado policial

- Cruza de guerreros

- Las consecuencias nefastas de la guerra civil de 1947

- Consecuencias econ贸micas

- Consecuencias sociales

- Consecuencias en lo cultural

- Los partidos pol铆ticos durante la guerra civil de 1947

- Luto y empobrecimiento

- Asociaci贸n Nacional Republicana (Partido Colorado)

GOBIERNOS DE MILITARES

- General de Divisi贸n Higinio Mor铆nigo

- General Raimundo Rol贸n

- General Alfredo Stroessner

- General de Ej茅rcito Andr茅s Rodr铆guez

- Gobiernos militares

- Guerras civiles, revoluciones y golpes de Estado

- Revoluciones

- Asonadas

- Disturbios en la Plaza del Congreso

- La conspiraci贸n del 18 de mayo del a帽o 2000

ANEXO DOCUMENTAL

- Disoluci贸n de las primeras c谩maras legislativas

- Convocatoria a un nuevo Gobierno

- Manifiesto al pueblo

- Protesta del Gobierno paraguayo

- Fallo del presidente Hayes

- Toma de posesi贸n de la Villa Occidental

- Acta de las Comisiones

- Al pueblo




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