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VICTOR ENRIQUÉZ

  ¡DÉJAME VIVIR MI VIDA!, 2012 - Novela de VICTOR ENRIQUÉZ


¡DÉJAME VIVIR MI VIDA!, 2012 - Novela de VICTOR ENRIQUÉZ

¡DÉJAME VIVIR MI VIDA!

Novela de VICTOR ENRIQUÉZ

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PALIBRIO

1663 Liberty Drive, Suite 200

Contacto: ventas@palibrio.com

Printed in the USA

2012 (201 páginas)

 

 

PROLOGO

¡DÉJAME VIVIR MI VIDA! es un excelente relato donde la evidencia señala el infortunio padecido por una joven campesina que vivió su mocedad, dulcemente protegida por su idolatrada madre. A la vez se descubren las vivencias de la joven en su pubertad y en sus tribulaciones, además en sus primeros pasos en el círculo real de mujer de libre albedrío.

De más está contar que el mundo que le toca vivir a todos está plagado de sinsabores y en constantes desafío para desentrañar. Con estas exposiciones queda claro a los progenitores la importancia de una educación integral, para los hijos desde la temprana edad. La enseñanza, como sobrevivir a la cruda realidad de la jornada, y en su oportuno tiempo asirse de lo aprendido en su infancia en el hogar.

Es una aventura verídica, que se desnuda a la advertencia práctica para cualquier progenitor, que les puede suceder en el futuro a sus hijos, si no poseen una solida auto estima y coraje ante las constantes adversidades del trajín diario. Ademas cuando llega el momento sublime de abandonar la morada de crianza, y desplegarse las alas y volar hacia un nuevo amanecer. De esa manera llega el instante soñado por los hijos y odiado por los padres. Que es inevitable la circunstancia como la propia muerte.

El Autor


CAPÍTULO 1

Ana Belén fue una joven que vivió bajo el amparo de sus padres hasta sus veintidós abriles. Era la niña mimada del hogar, y que fue la razón de su felicidad. Ademas fueron criadas en una humilde familia campesina, y así la muchacha recibió amor y cariño constante.

Su vida transcurría en una espantosa rutina, pero Ana Belén confesaba en su interior que ansiaba descubrir el mundo más allá de las fronteras de su humilde pueblo.

Hasta que un día quedó gratamente sorprendida por una carta de su amiga desde Nueva York, y movida por la curiosidad leyó con gran agitación. Porque anhelaba saber cosas diferentes de las que ella estaba acostumbrada a tener desde su temprana edad. Pues deseaba enterarse sobre todo de algo nuevo, diferente, lo exquisitamente extraño a su mundo ya conocido.

Por eso en aquel momento se pasó leyendo la excitante carta de invitación, después de memorizarla de principio a fin, se imaginó en su mente muchas cosas bellas.

Aquélla carta había cambiado por siempre la mente joven y mal criada de Ana Belén, ya no sería la misma en el futuro, sus sueños se despertaron para una nueva vida y de una mente creadora, y que jamás abandonarla.

Más tarde la joven llamó a sus padres para enseñarles el mensaje de su amiga Laura Isabel, una muchacha conocida por ellos y vecina muy cercano de la localidad donde ambas nacieron:

-¿Hija mía, porque tanta alegría? Y tu rostro está iluminado de felicitad. -Pregunta su progenitor recién llegado del campo tras una dura jornada laboral.

Pero la mirada de fiera de su progenitora a su hombre, le incriminaba su falta de apoyo en un momento aflictivo y de difícil de soportar. Después de que fue leída la carta en presencia de todos vino la lluvia de consejos familiares.

Uno de los hermanos de Ana Belén decidió dar a conocer su opinión al respecto y dijo:

-Madre, ¡Qué bueno sería esto! Primero que vaya Ana Belén y después quizá todos las sigamos, porque la vida en el campo cada día se pone más dura. -Ademas el joven sentía verdadera angustia y cansancio por la vida de campo y el trabajo duro de cada día en las granjas.

Aunque nadie de los presentes contestó al lamento del joven en ese momento. Después como no había nada más que tratar, cada uno se fue a sus respectivos obligaciones.

Pero Ana Belén quedó impactada por una fuerza mayor que su propia voluntad y su imaginación desbordaban exaltaciones. Por eso no podía escuchar a nadie más desde aquél momento. Estaba hastiada de todo, le molestaban hasta los pobres animales domésticos que la rodeaban.

Por esa causa más tarde quejándose dijo a su madre y hermanos presentes de haber pasado sus veintidós años de edad en una total miseria y soledad.

Sentía haber vivido a lo largo de esos años en una oscura prisión religiosa. Así mismo les pidió que la dejaran tener sus propias experiencias y que no le dilataran más sus deseos de valerse por sí misma.

Estaba harta de sentirse necesitada de un protector para poder sobrevivir en cualquier circunstancia.

En ese momento con euforia les dijo:

-¡Déjenme Vivir mi Vida! Por favor les pido que me dejen vivir. -Nadie dijo nada en esos momentos.

Silencio en absoluto, porque nadie le pudo contestar nada por esa imploración que brotó desde lo más profundo de su alma. Aunque la tenaz resistencia de parte de su madre continuaba y eso molestaba mucho a Ana Belén.

Y ella le reprendió en su egolatría, diciendole:

-¿Qué guardas en tu corazón madre? Para que no quieras que yo me vaya con mi amiga. -Y siguió diciendo:

-¿Acaso te contaron algo malo de ella o viste alguna indecencia en la vida de la pobre Laura Isabel? Ademas les estoy notificando también, aunque sea muy desafortunada la noticia para todos, ya tengo en mi mente una imagen de lo que quiero ser, donde fuera que me vaya. -Dijo así la joven, mostrando por primera vez ser dueña de un carácter fuerte con sus propias decisiones.

Muy sorprendida queda su madre Ana María por la respuesta y el cambio anímico de su hija.

Pero la madre no podría soportar ver perderse por la vida a su única hija, y deambulando tan cruelmente después que ella con tanto trabajo y cariño la educó en su infancia.

Dolorida le respondió con compasión:

-¡Hija mía! ¿Cómo respondes así a tu madre? Sabiendo muy bien que eres mi única hija adorada. También sabes que sufro del corazón para qué me conteste de esa manera tan cruel. -Acto seguido, la madre apretó su cabeza con sus manos y siguió quejándose ante ella. Porque quería ademas mostrar toda su angustia y su sufrido rostro de madre impotente.

Y siguió diciendo:

-¡También no quiero ni pensar hija mía! Ver cumplirse tus deseos de remontar el vuelo para donde sea. Y no me digas nada más, porque me enfermaré por el resto de mi vida por el

desprecio de una hija. -Después se cubrió el rostro con el manto rojo que traía y lloro con amargura.

Cuando terminó de quejarse uno de sus hijos que también estaba ahí presente trató de apaciguar el tenso momento. Su nombre era Ignacio pero más bien se le conocía como Pícaro y dijo:

-¡Madre! ¿Qué tienes? Por qué no quieres dejar a mi hermana Ana Belén probar su suerte con algún trabajo oh un hombre rico. Y más luego te podría dar un nieto rubio de ojos

azules y cambiar así el color del campo por algo mil veces mejor. -Al parecer el comentario de Pícaro le pareció un chiste de mal gusto a la madre.

Aunque las consideraciones del joven aún no habían terminado y continuo diciendo:

-¡Madre! No estás viendo que nosotros, los hijos varones sólo te podemos dar nietos morenos y pobres como las ratas de campo. -El muchacho no soportó la risa por su comentario y

luego viendo que poco podía hacer para revertir la situación se retiró de ahí.

Entonces don Alejandro que estaba escuchando todo, bajo la mirada de vergüenza que tenían, pregunta a la muy sufrida madre:

-Ana María ¿Acaso no me tienes a mí? Y a los demás hijos menores. -Pero ella ya tenía con las palabras de Ignacio el primer motivopara envolverse en ira. Y ahora con la pregunta de su muy querido marido no pudo contener su rabia y dijo gritando.

-¡Cállense manga de inútiles! Porque no saben lo que ella significa para mí. También a callarse todos por favor, antes que me muera aquí por culpa de ustedes. -Y para demostrar su gran angustia, la madre se puso a sollozar amargamente ante ellos y diciendo.

-¡Dios mío! Ni me quiero imaginar también verle a mi única hija tomar un avión y volar como un pájaro para la gran ciudad de Nueva York. ¡Dios mío, que locura! -Y siguió llorando a voces. Entonces les respondió uno de su hijo mayor de nombre Saul y les dijo:

-¿Qué tiene de malo madre? Si ella ya tiene su mayoría de edad y necesita hacer su propia vida como cualquier otra mujer adulta. -Pero las lágrimas y las miradas angustiadas de todos, enturbiaban aún más el ambiente.

Sin embargo el padre no quiso desanimar a la joven y emprendió un contraataque diciendo:

-¡Deja Ana María! Nuestra hija, porque ella necesita vivir su vida, practicar sus propias experiencias como mujer adulta que ya es. -Pero los nervios traicionan a la desconsolada madre, y no podía capitular ante la hija, por eso le contesta duramente ante el asombro de todos.

Diciendole:

-¿Hablas, así inútil? Porque nunca la tuviste en el vientre como yo. Cállate antes de que me enferme y muera de un infarto cardiaco. Y recién ahí creerán lo que estoy diciendo ahora. -Todos ellos quedaron asombrados ante la respuesta amenazadora de la madre.

También Ana María nunca fue compatible con los pensamientos de nadie, y mucho menos cuando se trataba de un cambio de conducta o elección, y ni se hable de su hija Ana

Belén que la tenía dopada por el miedo y las viejas tradiciones del apego religioso.

Por eso le solía decir su propia hermana mayor:

-¡Ana María! No protejas demasiado a tu hija, porque le estás haciendo daño con la devoción enfermiza que les practicas. -Pero Ana María seguía chantajeando y desconsolada trata de revivir los recuerdos en la mente de su hija antes de que la joven tome una decisión irremediable para todos y les dice:

-¡Hija mía, escúchame por unos minutos! ¿Acaso no te acuerdas todo lo que te brindé y lo que te dediqué a lo largo de mi vida? Al principio era sólo un pedazo de carne en mi vientre y después fuiste creciendo a lo largo de nueve meses. -Aunque fue una pregunta increíble para todos quizá por eso nadie contestó a la dolorida y sufrida madre.

Pero al minuto después el hermano menor adelantándose a todos salió en defensa de la joven y dijo:

-¡Ma! Deja tranquila a Ana Belén para que se vaya con su amiga y ella después nos ayudará a todos a viajar a aquél paraíso terrenal. -Dijo en forma serena el joven, como respuesta conciliadora.

Pero de pronto una indiferente Ana Belén se manifiesta abiertamente y airada sacude su cabellera imponiéndose entre ellos.

Y considera a su padre como receptor de sus reclamos y les dice:

-Padre ¿Recuerdas cuando eras joven y te sentías libre, sin ningún compromiso, en casa de los abuelos? -La pregunta deja en el limbo a don Alejandro. Porque cayó como una explosión al oído, ademas no sabia con que palabra les podía responder ni con ligereza ni con indiferencia y por eso calla en ese momento.

Elpadre carecía de experiencia para enfrentar esos cambios y ciclos en la conducta de su hija. Se limitó simplemente a testarle:

-¡Sí hija mía! Nadie te puede servir de maestro en lo que estas sintiendo en tu corazón. Solamente te deseo que tomes el timón como corresponde para no resbalarte por los caminos de la vida.

Luego poco a poco se retiraron, porque al parecer ya nadie quería estar ahí, por eso cada uno se fue retirando lentamente a sus actividades cotidianas, dejando a solas a la madre y la hija.


CAPÍTULO 2

Pero desde aquel momento Ana Belén se mantuvo preparándose para su partida a la ciudad de sus sueños. Pese a la gran oposición y persistentes quejas de su madre.

Como no había otra alternativa para conseguir dinero para el viaje, ella se vio obligada a aguardar la estación veraniega para que sus padres pudieran vender los productos del campo y algunos de los animales domésticos.

Siguiendo con los preparativos para el viaje, don Alejandro viajó con la hija para la capital, a documentarse y comprar el pasaje -ida y vuelta- para la gran Manzana.

Ana Belén tuvo su primera oportunidad para hacer el viaje corto a la capital. Todo esto sucedía mientras su madre estaba de viaje para asistir al novenario de un difunto amigo.

Y la ausencia de Ana María se extendió por varios días, ya que el destino era una lejana localidad. También ella fue acompañada por los integrantes de la iglesia local, por la Cofradía de las Hijas de María.

Además la joven no quería que nadie de su barrio se enterara de sus planes de viajar al extranjero, por eso bajo absoluto hermetismo se desarrollaron los preparativos del viaje a la capital que estuvo acompañada por su padre y su hermano menor, inventando una excusa de último momento.

Las vecinas chismosas del barrio, de igual modo ya estaban sospechando que algo grande se estaba tejiendo en casa de la joven Ana Belén.

Después de un largo tiempo al fin consiguió el ansiado pasaporte con el visado consular y el pasaje de segunda clase para el avión.

El plan había resultado maravillosamente, porque hasta las paredes de la casa seguían guardando el gran secreto, sin que nadie del barrio se enterara de nada todavía.

También cuando tuvo en sus manos el pasaporte con el visado consular Americano. A partir de ahí comenzó la cuenta regresiva para Ana Belén. La aventurera se pasó los días siguientes contemplando la luna y las estrellas, transportándose a un sueño prodigioso, donde ella se veía rodeada de miles resplandecientes estrellas fugaces.

Y gradualmente se iba alejando del dominio de su madre y sus hermanos. Pues en su mente sólo había espacio para planear el éxito de su viaje.

Pero un turista europeo que casualmente andaba por el pueblo de la joven, le enseñó una terapia mental para olvidar a sus seres queridos. Y para no inmiscuir a nadie más en su vida privada.

También el forastero repetía una frase peculiar al oído de ella, diciendole:

-¡Un destape democrático y cristalino y que viva el país donde uno vive!. -Ana Belén quedó encantada con la nueva perspectiva gravada en su mente.

Después de unos días y cuando terminó el novenario, su madre y la cofradía venían desfilando por la ladera de los montes. Desde allí gritaba Ana María su alegría, porque la Santa Creencias escuchó sus plegarias y evitaría la partida de su amada hija Ana Belén.

La madre aún anidaba la esperanza de que su hija muy pronto cambiaría de postura, aprendería a apreciar más a su progenitora y no viajaría para ningún lugar.

Pero la incógnita era que nadie conocía que el viaje de Ana Belén ya estaba todo planeado y listo, a excepción de su padre y hermanos.

Por esa razón ellos le rogaron para que se quedara hasta el día de su cumpleaños, y que festejaran con todo ellos ese día tan especial y al mismo tiempo que fuese su despedida con música y danza pueblerino.

Porque de otra manera sus parientes no podrían darle el Adiós. Así lo hizo Ana Belén, aunque fuera de su voluntad se quedó por más tiempos con ellos.

Pero cuando llegó el día y la hora del festejo concurrieron los parientes y amigos del vecindario, pero Ana Belén no quería estar por mucho tiempo más en la fiesta, por el temor de que su madre descubriera el motivo principal del agasajo.

Por dicho motivo, la joven estaba alejada de todos, muy pensativa y las pocas veces que hablaba era para decir incoherencias. De esa manera pasó su último día con su familiares y seres queridos y vecinos.

El día menos pensado, de repente Ana Belén con la complicidad de su padre y sus hermanos se despidió de su madre con un beso y un fuerte abrazo, también le dijo adiós al resto de su familia y a su pueblo.

Ana Belén se marchó con su progenitor y su hermano menor, para la terminal de ómnibus para dirigirse hacia la capital de su país y luego hacia su gran ilusión.

Su madre no quería creer el espectáculo que se estaba manifestando a su alrededor. Atónita se atormentaba a gritos y atolondrada se revolcaba por el piso lamentándose desconsolada, a la vista de todo el mundo.

Luego después por un capricho del destino se le vio partir a Ana Belén muy decidida con su frente bien en alto. Ese día se metió en un destartalado ómnibus, entre la polvareda de la ruta y la resolana del sol del mediodía.

En pleno viaje Ana Belén y sus acompañantes se pasaron trajinando por los caminos accidentados, pero al fin llegaron a la capital del país. Luego quedaron dormidos en la terminal de ómnibus y desde ahí mas tarde se trasladaron en un taxi al aeropuerto Internacional.

La viajera estaba intrigada por todo, manifestaba curiosidad y asombro por lugares que jamás había visto y se preguntaba cómo sería de grande su asombro cuando llegara a su destino final.

Todo el tiempo Ana Belén se quedó casi muda, solamente se limitó a mirar algunas veces hacia su hermano menor y al parecer también de tanto en tanto brillaban los ojos por las lágrimas ocultas que contenían sus mejillas.

Su padre sufría en presencia de ella. Nunca le dirigió la palabra, solamente alguna que otra mueca de indiferencia. En otro momento don Alejandro le contestaba con una sonrisa de compasión paternal.

La escena era increíble, porque estando los tres en plena reunión de despedida en el aeropuerto, aun así nadie se atrevió a decir una palabra y permanecieron mudos todo el tiempo de espera.

Cuando llegó la hora de partir, anunciaron el nombre de Ana Belén por los altos parlantes. Ella reconoció muy bien las indicaciones y muy animada se marchó con pasos firmes y decididos.

Pero de repente volteó para despedirse de su padre y hermano con un simple ademán de mano, y con alguna mueca nerviosa en el rostro que se le notaban.

Para don Alejandro fue suficiente esto y aguantado en el hombro de su hijo vio partir a su amada hija. Casi murmurando desde lejos, le dice:

-¡Adiós Ana Belén! Mi hija amada. Cuídate mucho por el camino. -Aunque ella nunca escuchó a su padre, porque jamas volteó la mirada.

Una vez que ella entra en el avión le asignaron su asiento correspondiente, después se sentó sin pensar en nada ni nadie, pero con el corazón afligido sufría.

Luego de un buen rato empezó él carreteo de la aeronave y se elevó por los aires rumbo a su destino. En ese momento la joven trató de despedirse desde los mas profundo de su corazón,

de sus seres queridos y amigos que estaba dejando atrás en su patria querida.

Instantes después por última vez miró por la ventanilla del avión, las casas y las vecindades de su país. Quedando su padre y hermano llorando en el pasillo del aeropuerto sin consuelo alguno y si quizás lo volverán a ver.

Al volver de la capital, don Alejandro y su hijo encontraron al pueblo cantando a los son de la música campesina en la Plaza. La despedida de Ana Belén continuaba sin parar, mientras que el sufrimiento alocado de su madre Ana María era lamentable. Entonces el pueblo cantaba sin cesar este estribillo:

 

¡Ana María se fue! Por

La plaza llorando...

¡Mas la pobre Ana Belén!

Para otros lares volando...

 

De esa manera tan peculiar repetían docenas de veces y una vez que se cansaron de cantar se fueron para sus respectivos hogares. Y por mucho tiempo el pueblo quedó sorprendido por la gran decisión de Ana Belén, mientras que su madre jamás fue la misma, tras la partida de su adorada hija.


CAPÍTULO 3

Toda la noche la joven voló rumbo al sueño de mucho, y sin pensar en su destino de que pasara después. Ademas fue una gran experiencia para Ana Belén. Pero al fin el avión llegó

al aeropuerto John E Kennedy en Nueva York. Enseguida ella fue encaminada a la oficina de inmigración.

Al ingresar en la fila de espera, la muchacha tuvo la sensación de intranquilidad. Aunque tenía gran temor de ser rechazada y devuelta a casa, pero por un milagro de la vida al fin suspiró de

alivio cuando le informaron que obtuvo un permiso por treinta días para permanecer legal dentro del país.

Con la alegría y el temor mezclados a la misma vez, la joven buscó la salida a la calle sintiendo sus pies resbalarse de la emoción.

Por suerte una vez que estuvo en el pasillo de salida encontró a su amiga Laura Isabel que le estaba esperando. Las dos se veían totalmente cambiadas, habían pasado muchos años antes de que ambas amigas se encontraran de nuevo.

El saludo inicial fue emocionante y tan emotivo que se confundieron en un entrañable abrazo. Mas luego se pusieron a charlar y llorar de alegría al mismo tiempo.

Pero instantes después, no quisieron hacer muy llamativa la bienvenida, porque estaban todavía con la sensación de que alguien las estaba vigilando, así que decidieron disimular un poco su regocijo y salir rápidamente de aquel bendito aeropuerto.

Una vez fuera de la Terminal Aérea, las amigas dieron riendas sueltas a su gozo. No podían creer que después de tantos años otra vez estaban juntas, aunque esta vez muy lejos de donde ellas jugaban con las muñecas y a las escondidas, cuando apenas eran unas niñas. Recordaron aquel galpón grande donde se guardaban el algodón y demás cosechas del campo, que era el lugar preferido de las dos amigas para pasar su tiempo de infancia.

Cuando llegaron al apartamento en Brooklyn, las amigas pasaron adentro y se miraron con dulzura y no paraban de reír con gozo. Después de probar algunos alimentos Ana Belén se

sintió muy cansada y se dispuso a descansar en un sofá, mientras que Laura Isabel se iría a la lavandería del sótano. Con los preparativos de la llegada de la amiga ella había postergado esa tarea para mas tarde.

Al cabo de dos horas Laura Isabel regresa y encuentra a su amiga arreglándose y maquillándose con los cosméticos de su propiedad. No ocultó su agrado al ver a la amiga muy bonita y arreglada. Lista para iniciar su nueva vida y revitalizada tras el largo viaje.

Laura Isabel no dudó en ofrecerle toda clase de productos de belleza y tintes de cabello. Ana Belén jamás había visto tales cosas y en contados minutos se despertó su interés por modernizarse y multiplicar su belleza. Todo lo que venía soñando se estaba materializando poco a poco.

Al rato después Laura Isabel prepara algo de comer en la cocina, mientras tanto Ana Belén se pasaba mirando por la ventana, viendo caer los copo de nieve sobre los tejados.

Todo era nuevo para ella, una gran experiencia que jamás se imaginó ver tal fenómeno de la naturaleza, porque en su país sólo había visto en una vieja televisión en blanco y negro, cuando acompañaba a su padre al pueblo para vender sus productos del campo.

Luego después de saborear la comida, las amigas se pusieron a charlar por un buen rato y más tarde se dispusieron a descansar. Una continuaba exhausta por el cansancio del viaje y la otra por los quehaceres de la casa.

La magia del sueño sometió a ambas hasta el amanecer del día siguiente. Lo primero que hizo Ana Belén al despertarse fue ir a la ventana para mirar los techos y azoteas de los vecindarios, emblanquecidas por la acumulación de la nieve que cayó en la noche.

Una mañana blanca se levantaba ante sus ojos y dijo:

-¿Cómo sucedió esto Laura Isabel? Porque ayer cuando veníamos del aeropuerto no se veía nada por el camino. -Pregunta Ana Belén muy entusiasmada. La joven se sentía renovada, como renacer a un nuevo mundo, totalmente distinto al que hasta entonces había pertenecido sus acciones y costumbres.

Laura Isabel no contestó nada y permaneció callada. Aunque más tarde le aclaró las constantes nevadas que achacaba a la ciudad durante aquella época del año.

Luego le conto algo del fenómeno anual y les dijo:

-¡Y seguirás viendo eso Ana Belén! Porque aquí es así en el invierno, también hay otras muchas cosas que verás y te sorprenderás mucho. -Pero al parecer en la mente de Ana Belén estaba proliferando otro fenómeno sobrenatural, porque de pronto se afloran en su mente una nueva inquietud y dice:

-¡Entonces sería hermoso vivir en la Gran Manzana! ¿Verdad que sí mi amiga?. -Desde la otra habitación Laura Isabel escucha y disimula, porque no entiende muy bien las intenciones de ella.

Pero Laura Isabel se empezó a incomodar por las constantes preguntas. Al mismo tiempo notó el cambio repentino de la joven por el uso excesivo de los cosméticos y perfumes de su propiedad.

Incluso llegó a pensar que su amiga se había olvidado que la ayuda tenía que ser recíproca, ademas que se debía conseguir un trabajo para aportar los gastos, y le contesta:

-¡Claro que sí! Estoy de acuerdo contigo que es una bendición tener la residencia en el país. Pero además de esto hay muchas cosas que se pueden hacer sin tener los papeles en regla todavía. -Le contestó Laura Isabel.

De nuevo Ana Belén estaba sumergida en su imaginación y alejada de la realidad en su mente. No sabía lo que estaba buscando y mirando a su alrededor y se friega fuertemente las manos, dando seña de estar sufriendo una fuerte depresión, ademas de querer abarcar todos a los momentos. Luego suspira y suspira susurrando para ella misma y dice:

-¿Recuerdas Laura Isabel? Los tiempos pasados allá en el campo. No te vienen a la memoria esos días de la infancia, cuando nos prestábamos las ropas para la festividad en la escuela y la Iglesia. -Luego suspira profundo y golpea lentamente sus manos.

Pues continuo diciendo:

-¡Además de la impertinencia de los padres! Y la dureza de la chacra que nos fatigaba el cuerpo. -Con estas observaciones acabó de hablar.

Pero Laura Isabel permanecía callada ante las quejas de su amiga, porque al parecer tampoco quería recordar aquellos viejos tiempos de sufrimiento en el campo.

Aunque la mente de Laura Isabel estaba limpia de cosas negativas, mostrándose abierta a crear un futuro mejor para ambas.

Por eso, sólo trató de contestarle como un consuelo de amiga nada mas y les dice:

-¡Sí! Pero debes de saber Ana Belén que aquí es dura también la vida, y si por algún motivo te reposa, otro te pasará encima sin ser vista ni estimada por nadie. -Cuando Ana Belén escuchó esto quiso asimilarlo.

Aunque se mostró muy sorprendida. Pero luego trató de sobrellevar como una ocurrencia de su amiga y dijo:

-¿Cómo puede ser así? Creo que estas exagerando las circunstancias mi amiga. -Le respondió con prepotencia. Después la comunicación se trastornó entre ellas y se impuso un largo silencio y sin motivo alguno.

Minutos después Laura Isabel muy desganada le responde desde la cocina donde fue a preparar sus alimentos para el día siguiente y le contesta:

-¡Está bien Ana Belén! Continúa pensando de esa forma, aunque no te ilusiones desmesuradamente. Porque debemos de recordar y ayudar a los viejos y los hermanos menores que dejamos por allá. -Y con gran singularidad Ana Belén adopta su propia postura, porque parecía estar viviendo en otras dimensiones. Como si quisiera despojarse del pasado de la vida con sus familiares.

Luego voltea el rostro hacia su amiga y le contesta:

-¡Siento inspirarme y eso me da mucha confianza en mi misma! ¡Me siento ya como una persona realizada en este país tan hermoso! -Pero en el pensamiento de Laura Isabel no había lugar para ocuparse del aspecto personal solamente, sus preocupaciones iban más allá de eso.

Por eso permaneció otra vez más reservada que antes, porque le ofendía la vanidad de su amiga y la manera de estar preguntando tan directamente las cosas. Pero Ana Belén no terminó aun y dijo otro más:

-¡Y si fuera tan difícil este mundo para poder vivir! Entonces no tendría sentido mortificarse tanto. -Pues en esta contestación no deja todavía conocerse en su totalidad la postura para el futuro de Ana Belén.

Eso molestó mucho a Laura Isabel porque muy pronto descubrio en ella un cambio que no pensaba se daría. La reacción de su amiga fue como un llamado de atención para ella, y la dejó pensativa. Esa actitud, fue la primera expresión de la arrogancia desmesurada de Ana Belén.

También la gente del pueblo le había dicho a Ana Belén, que en la Gran Manzana era infinitamente todo fácil, y que las cosas estaban al alcance de uno.

Por eso continuó preguntando:

-Entonces ¿Por qué tomas muy en serio ésta frágil y pobre existencia? Si la vida va pasando, quieras o no quieras y en cualquier momento se puede terminar -Después suspira profundamente.

Y sigue diciendo:

-¡Ademas tu no capta que después que nos entierren dos metros y medio bajo tierra que pasara con uno! -Laura Isabel nunca pensó escuchar de boca de su amiga dichas palabras. Por eso desde ese momento la trata con delicadeza, y se propuso escucharla calladamente, y no contestarle de mala manera para evitar ofenderla.

Pero Ana Belén entra al asecho y dice:

-¡Hola Laura Isabel! No te pongas como las demás mujeres atadas a las viejas tradiciones. Empieza a vivir y no pierdas más tiempo que es oro. -Un aconsejó con prepotencia, mientras Laura Isabel estaba escuchándola atónita y que no podía creer.

Tan sólo se limitó a darle una tenue risa en señal de afecto y luego se fue a su cuarto porque ya era hora de dormir y le dijo ligeramente.

-¡Hasta mañana Ana Belén! Y que descanses bien en tu segunda noche aquí. -Mas luego reina un silencio en el vecindario, aunque en casa de Laura Isabel, Ana Belén se paseaba de un lado para otro dentro de su cuarto, hablando sola, quejándose de lo atrasada que se encontraba su amiga, en cuanto a las diversiones y demás sabores de la vida

Lamentándose y enfadada pasó Ana Belén las semanas entera. Ni siquiera el fastidio de cansancio y del sueño que se le notaban, le molestó a la soñadora campesina.

Se pasó la mayor parte de las horas mirando por la ventana y viendo a las personas pasar por la vereda y luego las criticaba de no verlo a todos ellos, alborozados de felicidad, como pasar la noche divirtiendose en un bailable.

Después llenó su alma de ilusión viendo los autos de policías con sus sirenas y las ambulancias correr velozmente por las calles del barrio. Eso despertó en ella una fantasía que siempre pensó vivirla.

Así paso los días para Ana Belén, bajo intensa nieve y no podía conciliar el sueño todavía. Sus pensamientos la traicionaban, olvidando por completo su responsabilidad de buscarse un trabajo para solventar sus propio gastos.

Pero un día Laura Isabel despertó temprana por la mañana, entra apresuradamente al cuarto de Ana Belén y la encuentra magullando y protestando la imposibilidad de salir por las

calles y visitar Plaza Publica, Entonces solo se limito a decirle que pasara bien el día, porque ella iba al trabajo en el bajo de Manhattan.

Esa tarde cuando volvió de trabajar las ocho horas encuentra a suamiga que la estaba esperando en la puerta principal del edificio. Muy dichosa la recibe con una amplia sonrisa en sus libios, diciendole:

-En cuanto entres te enseñaré lo que tengo preparado para la cena. ¡Porque hoy comeremos como unas verdaderas millonarias! -Cuando escucho la buena nueva Laura Isabel se

sintió muy ilusionada, después de pasar un duro día de labor y de soportar un intenso frío.

Pues su ánimo reanima y se alegra al escuchar a su amiga complaciéndola con una buena cena y les dijo:

-¡Qué bueno, Ana Belén! Me siento feliz contigo y de volver a casa después de un arduo día de trabajo. -Le contestó respirando aire fresco.

Mas luego de una amena charla fueron para dentro, pero antes de llegar a la puerta, Laura Isabel le contó algo que inquieta a la amiga Ana Belén, cuando les dijo:

-¡Sabes que te traigo una buena noticia amiga! -Cuando Ana Belén escuchó de una noticia, le exigió que le cuente rápido porque quería saber si de que se trataba, antes de que perdiera la paciencia y cometa alguna imprudencia en la entrada del edificio.

Porque ella así muestra sus temperamentos y dijo:

-¿Qué nuevas me estás trayendo? Porque yo si que tengo muchas cosas lindas guardadas para disfrutar contigo mi amiga. -Muy agradecida Laura Isabel quiso también armonizar un poco con ella.

Por eso le pidió para que caminaran juntas hasta llegar al apartamento, diciendole:

-¡Oh sí! También yo traigo noticias que te impactaran y te alegrará mucho la vida. -Le contesto Laura Isabel. Pero cuando se trataba de buenas noticias, siempre traicionaba el nervio a Ana Belén.

-¡Laura Isabel! No pares por favor unos instantes mas y cuentame esa buena noticia que traes. -Luego frotandose nerviosamente las manos. Continuo diciendo:

-¿Acaso tienes algún pretendiente americano de ojos azules y de buen parecido por el camino? -Al momento nada le pudo responder Laura Isabel, y por ello sólo se limitó en darle un fuerte abraso para no dar motivo alguno a la gente del edificio que escuchara nada, pero le dijo:

-¡Qué curiosa te veo! Recuerda que lo fácil no siempre sale bien. Por lo tanto ten paciencia señorita porque tienes que saber muchas cosas todavía. -Así le respondió al oído, para que se prestara a ser más prudente antes la gente que entraban por el pasillo del edificio.

La impaciencia de Ana Belén siempre le ocasionó problemas desde su temprana edad. Ella no era de esas personas que saben esperar y luego protesta y quiere saber ya al momento de que se trataba la sorpresa y dijo:

-¡Laura Isabel! No me tortures más por favor. Cuéntame antes de entrar adentro. ¡Por lo menos dame una pista de esa noticia amorosa! -Entonces Laura Isabel apresura el paso y pasa

adelante para no darle más oportunidad en hacer preguntas, porque la cantidad de inquilinos que había en medio de aquel pasillo hizo que Laura Isabel llegara más rápido.

Una vez adentro Laura Isabel se marcha derecho a su recámara para cambiarse de ropa y ponerse cómoda, pero cuando vuelve al comedor junto a Ana Belén la encuentra refunfuñando de la rabia.

Antes de que comience a servir la comida, Ana Belén vuelve a la carga con sus preguntas, queriendo saber algo de la buena nueva que le trajo desde su trabajo.

Pidiendola con vehemencias dijo:

¡Laura Isabel!! Cuéntame algo por favor. ¡Dame tan sólo una pista antes de que no pueda soportar más! -Pero Laura estaba contemplando la compostura de su amiga y vio en ella suagresividad. Entonces la ignora como castigo y un acto disciplinario a la vez para ella.

Luego se dirige al refrigerador para servirse su acostumbrado vaso de leche fría, pero como no halló le pregunta:

-Ana Belén, ¿no viste el galón de leche? Ayer lo puse en la heladera. -La contestación no se hizo esperar mucho, porque a rajatabla le contestó:

-¡No podrás beber hoy! Porque hice un apetitoso arroz con leche para el postre ¡Mientras platicamos juntas de la noticia que me trajiste! -La obstinación de ella molestó mucho a Laura Isabel y desde entonces sólo la tuvo en consideración por sus problemas.


CAPÍTULO 4

Desde aquel mismo instante en que Ana Belén llega al apartamento, el chiste en su boca fue común y asediaba a Laura Isabel con vulgaridad de palabras excitantes. Como para que

fuera más moderna según decía. También insinuaba para que vivieran como los grandes artistas de cine y televisión.

La muchacha quería que su amiga dejase de ser aquella campesina que algún día vivió rodeada de animales y trabajo sucio del campo, para cambiárla por una mujer más agradable y moderna.

Después Ana Belén sugirió empezar a bailar la música pop. Porque ya se había empezado a pronunciar muy bien las letras de las canciones en ingles.

También agregó a su vocabulario frases para aborrecer a su amiga, molestando con todo a la fatigada compatriota.

Una noche cuando terminaron de cenar, con el silencio total de Laura Isabel y el incansable consejo de Ana Belén, se creó un ambiente desagradable y hostil en la mente de la dueña del apartamento.

Desde ese momento Laura Isabel temió que las cosas no mejorarían entre ambas.

Pero Ana Belén dijo:

-¡Laura Isabel! ¿Para dónde piensas caminar sino terminamos todavía la cena? Ahora falta el postre que hice con tanto esmero para las dos. -Esto dijo cuando la vio alejarse de la mesa con la cabeza agachada.

Aunque no fue el alimento que colmó la mente de Laura Isabel, sino el acento amenazador de Ana Belén. Para no dejarla ofendida se excusó para no continuar con la cena.

Ana Belén no entendía razones. Al parecer sólo ella tenía la verdad de la vida y continuó esa noche acosando a su amiga con palabras impertinentes. Diciendole:

-¡No temas Laura Isabel y sigue disfrutando el alimento! No importa si aumentas unas libras de más en tu cuerpo. ¡Se te veo bien todavía! -Pero el cansancio también jugó una mala pasada a Laura Isabel.

Y le contesta:

-¡Ana Belén! No hables de gordura aquí en Nueva York, porque esa palabra es un pecado que se consigue tan fácilmente. Pero luego viene la agonía para bajar y ese es un gran problema

de la gente. -Pero con la jocosidad acostumbrada de Ana Belén le aclaró que el comentario fue para matizar la conversación. Porque la joven continuaba esperando conocer la famosa noticia que trajo y dijo:

-¡Qué bien sería si tuvieras unas libras de más! A mí me encantaría tener unos kilos de más. -Laura Isabel la estaba escuchando atentamente y observaba cómo su amiga pretendía una pelea al parecer. Tal vez sin pensarlo deliberadamente, pero la paciencia ya se le estaba acabando.

Porque también ya le molestaba que su Ana Belén salga a trotar por las mañanas por la vereda, para quemar esa odiosa grasa acumulada en los muslos. Ademas sus imprudencias como una persona indocumentada.

Y le dijo:

-Cómo veras más adelante, la gente corre en el parque y realiza todo tipo de ejercicios de mantenimiento de peso. ¿Acaso no te sientes bien así como estás ahora? ¡Ojalá fuera como tú!

-Le contestó Laura Isabel y luego le aconsejó que se alejara de esas ideas.

Pero la personalidad espontánea de Ana Belén tiene sus raíces en otro fundamento distinto a la acostumbrada vida anterior. Y sigue al acecho diciendo:

-¡Acaso tú no sabes! Que las gorditas gustan más a los hombres adinerados. -Y tras un breve suspiro profundo continuó diciendo:

Ademas ellos se fijan más en las piernas formadas, las caderas y los hombros modelados. -A los instantes Ana Belén retorciéndose el cuerpo cambió bruscamente y dice:

-¡Recuerda amiga! Que debo arreglar mis papeles lo más pronto posible o de lo contrarios me pueden deportar derechito al nido de la lechuza. -Después Ana Belén amenizó con una risa

burlona. En cuanto terminó de hablar todo lo que tenía en su imaginación Laura Isabel previó una férrea oposición a su amiga excursionista.

Pero como adivinando Ana Belén le sigue asediando con palabras y dijo:

-¡Por favor! Escúcheme, porque quiero ganar lo que nunca pude alcanzar. Deseo tener otro ambiente, porque siento palpitar mi corazón triunfante. -Luego retuerce los dedos para decir con mas fuerza. Lo que sigue:

-¡Y siempre soñé tener una actividad como de películas! Y siento que llegó la hora. Que se cumplirá mi sueño antes de morirme. -Al instante se echó a llorar y las lágrimas corrían por su rostro.

Luego se fue corriendo a su cuarto y allí permaneció encerrada. Laura Isabel sintió lástima, pero no podía hacer nada con su poca práctica sobre el comportamiento humano.

Pero igualmente le llamó la atención y con una palabra de la mas añeja experiencia de su abuelo trató de entender la situación de Ana Belén. Después la llamó para que escuchara algo que ella no conocía todavía en su corta experiencia y les dice:

-¡Escúchame Ana Belén! Lo que te voy a decir. Y préstame mucha atención por favor. -Paró por un momento de hablar, para impresionarla más.

Después continuó diciendole con tonos mas firme:

-Hay muchos obstáculos que vencer mi amiga Ana Belén en esta vida, y sólo podremos sobrevivir con una antigua medicina que nuestros abuelos han hablado desde tiempos inmemoriales. Con los oídos bien puesto Ana Belén estaba escuchando con mucha atención desde la puerta de su cuarto.

Luego salió de allí, fue caminando con pasos disimulados para prestar mayor atención y después de estar espiando por un buen rato y oyendo de repente se turbó su mente.

Con los ojos llenos de lágrimas se veía a una impotente mujer implorando por la milagrosa medicina del abuelo aquel. Luego por favor le suplico:

-¡Dime Laura Isabel! ¿Cómo podré conseguir ese producto bendito del que estás hablando? -Cuando descubrió Laura Isabel las intenciones de ella y el rostro demacrado que ofrecía, se conmovió en su espíritu porque además la creyó.

Entonces pensó cómo llegar a programar en su intención una nueva imaginación rectificadora y luego.

Luego con dulzura le dijo:

-¡Está bien, te diré! Pero quiero que recuerdes primero que hace muchos años que vivo aquí. -Pero Ana Belén también tenía su ocurrencia para este caso, porque ella siempre se imaginaba cómo dar el salto definitivo al lugar donde siempre soñaba.

Por eso le pide la medicina sin ninguna dilación y por todo lo que ya no aguantaba más y dijo:

-¡Dime de una buena vez! Cómo conseguir ese artículo de lujo y cuál es el nombre de la droga bendita que tú dices. -Le rogó con gran ansia de tenerlo y después se sintió sumergida en la profunda expectativa.

Inmediatamente esperó saber el secreto para poder navegar en una nueva creatividad de aventuras, una vida de ricos, con algún hombre ingenuo, y proveedor incansable.

Pero muy pronto adivinó otra vez Laura Isabel la intención de su amiga por la indiferencia con que ella estaba tratando el asunto y les dijo:

-¡Muy bien! Siempre hubo en este mundo remedio para todo. Aunque la correcta fue una en este caso. -Luego Laura Isabel se demora un poco para ver la reacción de ella.

Pero entonces el cambio de voz de Ana Belén le obliga a largar el secreto de su abuelo y dice:

-¡La medicina en cuestión se llama como tú no te imaginas! Y escucha bien mi amiga y entienda de una vez por todas. Porque así se llama la medicina ¡Abstinencia! Y ella se consigue muy fácilmente. -Esto dejo un poco perturbadas la mente de Ana Belén.

Pero después que escuchó el nombre de la medicina Ana Belén toma la toalla con rabieta y se cubre la cabeza con ella y luego se acomoda la cabellera y aparenta sentirse protegida de algún poder que Laura Isabel desconoce.

Luego irónicamente le responde:

-¡Uyyy! ¡Uyyy! Estoy creyendo que te has convertido en algún ministro de Iglesia. Porque la amiga que conocí hace mucho tiempo, nunca hablaría así. -Después se pone de pies

amenazante, frente Laura Isabel para reprocharla su conducto mal guiado por la vida inútil.

Y le dice:

¿Cómo puedes hablar de abstinencia? ¡Cuándo sabes muy bien! Que la vida es corta y debemos de vivir una sola vez en este mundo. Después "Pum" y se acabó. -Laura Isabel no podía creer lo que estaba escuchando, tampoco esperó una respuesta de esa naturaleza.

Y sufrió una gran sorpresa por la reacción de esta manera de Ana Belén, porque ademas ella jamás pensó que seria así su amiga de infancia. Luego tuvo temor de herirla con alguna otra palabra, por eso le contestó después amigablemente, acercándose más le dice:

-¡Ana Belén! No me hables así por favor, si solamente estoy deseando conducirte por la senda correcta, también siempre he sido tú mejor confidente y amiga desde siempre. -También Laura Isabel jamás pensó ofenderla y continuo hablandole con pasividad. Para que pensara en el futuro y su porvenir, ademas para consolarle un poco. Y luego con suavidad le dice:

-¡Además! Sabes de la suerte del libertinaje que cae como un rayo y te parte en dos, quebrantándote por completo la mera existencia. -El consejo de Laura Isabel no causó efecto alguno.

Aunque en Laura Isabel se mantuvo el cariño y afecto hacia su paisana. También se pudo ver desde aquel momento la testarudez de su amiga.

La batalla de la vida es dura y sólo vencen los que persisten, pero Ana Belén siempre echa manos de la dádiva de Dios para conseguir aunque sea para su infortunio.

De pronto se pone de pie frente a ella y aferrada en la debilidad e impotencia de Laura Isabel le contesta como una avezada maestra de la vida.

Y dice:

-¡Muy bien, Laura Isabel! Dame tan sólo un minuto diario de tu tiempo y te mostraré cómo se debe vivir en plenitud, y tener vida en abundancia. -Y le toma del brazo y continua diciendo:

-Porque desde este mismo instante te enseñaré a tener una energía como de la que se ve en las novelas ¡Es decir de película! Como vulgarmente se dice. -Luego saca del bolsillo algunos papeles arrugados para mostrarle.

Y con la mente hostil para corregir le dice:

-¡Porque yo he leído libros y revistas! Y te mostraré cómo se debe mantenerse para triunfar en la vida. -Después de aquel trágico momento si tuviera que atestiguar Laura Isabel en contra de Ana Belén en alguna Corte Criminal seguro que ella no tendría palabra con qué regañarla.

Porque también la quiere como una hermana, pero totalmente transformada en otra persona y le dice:

-¡Dios mío, Ana Belén! Siempre te mantienes rebelde desde aquel día que te vi cumplir los quinces años, y tu cree que con el mal genio vas a conquistar. ¿Acaso te beneficiarás con esa conducta, y qué ganará con esto mi amiga? -Le contestó muy contrariada.

También Laura Isabel nunca encontró palabras adecuadas para responder. Porque nada de lo que decía le gustaba y por eso tan sólo esperó escucharla.

Aunque Ana Belén con su insistencia, muy pronto se hizo oír, cuando le dijo:

-¡Qué terca y aburrida era Laura Isabel! Tú no tienes idea ni imaginación de una linda casa con todos sus sirvientes y un marido enamorado que tenga todo lo bueno y con mucho

dinero. -Después se retorcías de risa de apabullar a su amiga con sus razones.

Y continua diciendola:

¿Acaso no te gustaría tener un cónyuge con billete y abundantes bienes? -Y con una sonrisa burlesca siguió, diciendo:

¡Porque si se trata de un pelón como nosotras dos ni hablar mi amiga de eso! -Laura Isabel permaneció callada ante la mirada fija y penetrante de una salvaje conquistadora. Aunque

después inteligentemente trata otra vez de convencerla y si fuera posible rescatarla del mundo disfrazado donde se encontraba y le dice:

-¡Bien Ana Belén! ¿Y cuál será tu primer plan de cambio para la conquista? Además, me imagino que serán varios los pasos a seguir en tu estrategia. -Quizá nada escuchó Ana Belén

porque en eso instante estaba detenida en su pensamiento por un mundo de fantasía.

De pronto alza su mirada hacia Laura Isabel y con prepotencia y sin reparo alguno se dispone en contestar, creyendo también en su victoria anticipadamente y dice:

-¡Bufa! ¡Al fin creo que estamos por buen camino! Ya mismo te adiestraré para que tengas un futuro inmediato para dejar la miseria en que estas. ¡Porque tengo odio a la pobreza!

-Sin prestar mucha atención Laura Isabel se cuidó de no estar bajo la influencia de aquella alocada idea.

Luego intentó por todos los medios hacer retroceder en el tiempo a su amiga, para que recordara su origen humilde, del cual debería sentirse muy orgullosa y les dijo:

-¡Por favor Ana Belén, no estés hablando así! Porque tenemos un gran número de gente humilde en nuestras familias que se pueden ofender si te escuchan expresarse así de ellos, tan terriblemente. Ana Belén con asombrosa picardía dio vuelta a la situación e intentó cambiar el estado anímico de su amiga.

Pero luego continuó ofreciéndole algo mejor en qué pensar, para su futuro inmediato. Y le dijo:

-¡Bien! Desde hoy en adelante el plan será tratar de hablar Inglés aunque sea mal, y lo más pronto posible, y después ya verás mi amiga, la victoria será nuestra. -Con estas nuevas

ideas Ana Belén logró penetrar en el corazón de su amiga para embaucarla.

Aunque después siguieron conversando sobre muchas cosas más, hasta que Ana Belén sugirió que buscara una escuela nocturna donde pudieran estudiar el idioma como su segunda lengua lo más rápido posible.


CAPÍTULO 5

Tras dos semanas de búsqueda, se dio la oportunidad para las dos en una Escuela Industrial que daban clases nocturnas en un barrio cercano. Sin pérdida de tiempo fueron para inscribirse.

Cuando empezaron las clases, el primer día de la semana fueron muy decididas al salón asignado y empezaron a educarse todos de aquel tiempo.

El milagro fue constante para una y la otra, porque pasaron las primeras semanas de sana instrucciones. Dando importantes avances, incluso ya podían intercambiarse algunas palabras en su segunda lengua.

Además de esto, llegaron a conocer a gente nueva con quien comunicarse. Hicieron amistad con varios de los alumnos, como la joven Carmen, de origen Centro Americano.

Carmen trabajaba en la confitería del bajo de Manhattan, y les comentó a ambas que tenía invitados para el próximo sábado en su casa a varios amigos. Eran trabajadores de la fábrica de ropa.

Escuchando el comentario Ana Belén fue mordida por la curiosidad. Luego le preguntó directamente:

-¿Qué convite darás en tu casa muchacha? Para que estés invitando a los jóvenes para allá. -Le preguntó de improvisto y Carmen no tardó mucho en contar que ella estaría festejando

sus veinte años de edad y por eso estaba invitando a sus mejores amigos.

Entonces salio a relucir las ocurrencias de Ana Belén cuando le dijo:

-¡Ummm! ¿Dime mi querida Carmen, cómo debo de comportarme? ¡Para ser tu invitada de honor! -Le volvió a reclamar desmedidamente. Entonces Carmen le confirmó que también ella sería invitada a la fiesta.

Luego de estar matizando con risas y carcajadas, esa noche quedó toda la clase invitada a la fiesta de cumpleaños.

Desde ese momento Ana Belén quedó en expectativa por el festejo y se preparaba con gran esmero mirándose en el espejo a cada rato.

Pero cuando llega el sábado, las dos mujeres muy temprano se prepararon y antes del mediodía se fueron para las tiendas a hacer sus compras. Cuando volvieron ya trajeron el regalo para el agasajo.

Una vez que estuvieron los presentes listos se dispusieron a descansar hasta llegar la noche. Cuando llegó la hora indicada se marcharon para la fiesta en un Barrio bajo de Brooklyn.

Al llegar a la casa de la homenajeada hablaron de muchas cosas. Al rato llegaron los invitados y amigos. En pleno desarrollo de la fiesta todos los presentes depositaban sus regalos en una mesa especial que fue dispuesta.

Antes que terminara el festejo, Ana Belén recordó a su amiga ocasional que nunca en su vida se divirtió tanto como esa noche. Por dicho motivo la misma Carmen como un presente para ella le presentó a un caballero amigo para que bailaran un Rock and Roll para dar por finalizada la fiesta de aniversario.

Despues de haber terminado de bailar el moderno baile se dio por concluido el banquete en honor de la Centro Americana. Cada invitado se marchó a sus respectivos destinos en sus automóviles.

Pero quedó el joven bailarín que al instante se dio a conocer a Laura Isabel y Ana Belén como Carlos. También Él les comentó que trabajaba como encargado de la fábrica de ropa fina.

Cuando escuchó Laura Isabel el nombre de la factoría, le conto que ella también estaba trabajando allá pero en el sótano como costurera. Inmediatamente después Carlos le cuenta que el es el encargado del segundo piso.

Luego se puso muy interesado por la suerte de las dos, pidiéndole que le permitiera llevarlas en su auto a su casa. Ellas con gusto aceptaron, y muy ilusionadas subieron al automóvil de lujo y ultimo modelo.

Al llegar al apartamento, le invitaron a beber un café negro para animarlo del cansancio de la madrugada. Además les enseñaron algunas fotos de familias y entres palabras y

cambio de ideas Carlos dio un paso de mal gusto para Laura Isabel.

Porque le vio manosear la nalga de su amiga y esto fue calamitoso para ella, aunque a los ojos de Ana Belén nada oscuro le pareció por cuanto ella toma como propio de una juventud

superada al improperio. Además halló muy guapo al arrogante capataz de la industria de la costura y aguja.

Las horas fueron avanzando y casi amanecía cuando todavía Carlos estaba apabullándolas con su elocuencia y elogios. Después demostró el mismo Carlos un ademan de mala gana

que ya se quería macharse y luego intentó despedirse de las dos, aunque no fue.

Pero al rato después se marcho, y Laura Isabel presiente algo en su corazón en ese amanecer, antes de irse a su caminata dominguera. Tampoco pudo beber su acostumbrado café con

leche porque sintió en su alma un moderado delirio en aquel hombre y virtual amigo de ellas.

Por culpa de eso empezó a especular en su corazón porque también vio a su amiga Ana Belén muy embriagada con el bonachón. Se preocupó mucho, por eso y por los imprudentes

gestos juveniles que su amiga manifestaba con el caballero recién conocido.

Laura Isabel se pasó el día pensativo y cansada por no haber dormido la noche entera. Se fue a caminar por el Parque Central para despejarse un poco, pero cuando volvió no podía cumplir a capacidad con sus deseos y obligaciones para el día lunes.

Se encontraba exhausta por la falta de sueño, y abrumada por el temor de encontrarse con el atrevido Carlos en horas de trabajo.

Pero una vez que volvió a casa después de su hora de caminata pasó para dentro y encontró a Ana Belén en riguroso tratamiento de belleza con sus productos, aunque nada de esto le interesó todavía.

Además notó que ella estaba cantando muy alegremente como esperando alguna visita muy importante. Antes que se origine un malentendido Ana Belén se adelanta para contarle a la

preocupada dueña de casa sobre el motivo de su embellecimiento y de su notable alegría y dice:

-¡Cómo veras Laura Isabel! Hablando y relacionando es como se resuelven las cosas. -Le dijo sorpresivamente a la ya desconfiada amiga.

Y para no ofenderla, contesta con cierto recelo guardándose sus criticas constructivas y dijo:

¡Así parece Ana Belén! Pero déjeme decirte algo de ese hombre que conociste en el cumpleaños de Carmen anoche. Me parece un poco precipitado con esos besos y cariñitos de

manos que se dieron. -Ana Belén al instante dio una media vuelta brusca sobre sus pies.

Luego le mira fijamente y secándose la frente con una toalla le contesta sin reparo alguno:

-¡Qué ofensiva era! Cómo estás hablando así, como si yo fuera hecha de un pedazo de metal, que además, me gastaría con el uso como un trapo viejo. -Después escupió al piso y golpeó fuertemente la mesa con sus puños.

Luego siguió diciéndole:

-¡Tú crees que él joven no se fijaría en mi atractiva figura! También cómo si fuera que las manos y los labios son hechos de piedra para que diga así. -Luego siguió diciendo y cada vez con mas claridad. Quedando Laura Isabel muda y sorda antes ella:

-¡No mi amiga! ¡Esto que vez es de carne y hueso! Y tengo que emplearlos antes que envejezca y no lo tenga que lamentar después. -Luego le toma del brazo para hacerla una pregunta capciosa y les dijo:

-¿Y dime tú? Cómo dirás no al amor que te está invitando a gozar con las cosas celestiales. -Quedó asombrada Laura Isabel al escucharla hablar así.

Aún después Ana Belén siguió mofándose de su conducta en la presencia de su amiga diciendo con más picardía que antes sus alocadas razones para vivir.

Y dijo:

-¡Ufa! ¡Por favor Laura Isabel! No seas también pesada conmigo. No quieras imponerme una carga que no puedas llevar tú. -Después levantan los brazos y dice:

Además, ¿Quién puede decirle no a un guapo encargado de fábrica? -Es increíble pensó Laura Isabel.

Aunque después se sentó junto a ella para implorarle y advertirle sobre el peligro de la promiscuidad en la vida loca de la gente. Y le dice:

-¡Ana Belén! El tiempo me dará la razón y ojalá que no sea tan tarde. Por lo menos ten cuidado con las enfermedades que abundan entre la gente promiscua. -Pues siguieron matizandole con mas advertencias y continuo:

-Además la enfermedad venérea no respeta a nadie en particular, sólo necesita un momento de placer, y por un simple gusto y un pequeño error ya es suficiente para contraerlas. -El consejo de Laura Isabel indigna mucho a Ana Belén, porque le pareció un abuso de parte de su amiga protectora. Por eso le contesta rápidamente, criticándola por inmiscuirse en su vida privada sin derecho alguno y le dice:

-¡No te dije antes que estás disfrazada de una Santita barata! ¡Qué bueno es ver de una vez por todas, a la real Laura Isabel! La que se duerme con los años. -Confundida y sin palabras permaneció Laura Isabel, por la dureza de la respuesta que le dio su amiga.

Se puso a pensar aunque después siguió tratando una vez más de apaciguar el corazón obstinado de su amiga. Llega a suplicarle por el bien de ambas, antes de que suceda algo peor y le dice:

-¡Por favor! Tomes con calmas mi exhortación. Solamente estoy tratando de ayudarte en algo útil. -A los momentos se vio a una desfigurada Ana Belén que se levantó y se mantuvo firme

enfrente a ella y casi gritando le contesta grotescamente para que entienda de una vez:

-¡Ya sal de mi camino Satanás! O no respondo de mi. No estés torturándome con tu consejo estúpido, porque ya me tienes harta con eso. -Al segundo después se fue lloriqueando

y recogiendo su cabellera con los tubos y ruleros que tenía en las manos.

Inmediatamente se pasaba el peine sin cuidado alguno con ademanes salvajes y desconectada de la realidad. Por eso Laura Isabel le toma del brazo para que no se dañara su hermosa cabellera, hablándole amigablemente al oído, para que recapacitara:

-¡Por favor Ana Belén! No ves que sólo estoy deseando ser unadulce "hada madrina' para ti. -La propuesta colmó la copa del mal genio de la alocada amiga.

Ya se le veía que su paciencia se había acabado. No pudo soportar más ninguna observación de parte de su antipática compatriota. La miró como un domador de fieras, intimidándole, como tratando de hipnotizarla.

Quería imponerle una firme y determinada regla a seguir, para poder mantener la relación. Pues no deseaba más ser blanco permanente del oficio misionario.

Pone los puntos sobre la hiel, diciéndole a viva voz: -¡Laura Isabel! Nunca pensé que estuviéramos peleando por esta cosa tan absurda de la vida. -Emplea con sutileza su manipulación, para seguir diciendo:

-¡Pues quiero que sepas que ya no puedo soportar mas vivir contigo! Porque acostumbras ocupar tu tiempo en cosas inútiles, que no van a cambiar nada. Y estás creyendo que puedes influir en mi, con tus ideas locas. -Después Laura Isabel reconoció la terquedad de su amiga y la trató con entereza para servirla desde ese momento.

Como una sabia y prudente hermana, luego pasó al baño a rezar por ella. Porque pensó: "Con mis oraciones le estaré protegiendo de algo malo antes que sea demasiado tarde para las dos".


CAPÍTULO 6

De repente en pleno silencio de la tarde en la vereda de enfrente se escucha gritar a Carlos llamando a voces a Ana Belén. Cada vez se hacia más insoportable su clamor.

Por las voces se empezaron a inquietar los inquilinos, pero el engreído hombre llamaba con más insistencia, y cada vez aumentaba de tono y le dijo:

-¡Ana Belén, mi amor!, Ábreme la puerta porque me estoy muriendo de amor, y tengo unas ganas locas de verte. Hasta siento frío por eso. -Clamaba con gran insistencia, perdiendo su compostura.

Luego siguió sin reparo con su gesto grotesco llamando a la joven. Como nadie le contestó se fue para la esquina donde se perdió entre la gente, silbando.

Sin pérdida de tiempo, los vecinos se reunieron para poner su queja en contra de ellas. Pidieron a los dueños el desalojo de las jóvenes rápidamente. Porque nunca nadie llegó a perturbar de esa manera a ningún vecino, ni mucho menos quebrantar la tranquilidad del vecindario, de esa manera tan grotesca. Como medicina a su mala conducta Ana Belén y su amiga Laura Isabel pasaron horas enteras escuchando sermones, uno tras otro de los residentes. Por eso desde ese instante, las dos tuvieron que medir hasta el ruido de sus pasos porque comprendieron la seriedad del caso. Evitaron por todos los medios volver a molestar alos ofendidos vecinos.

Por la amenaza recibida Laura Isabel quedó muy molesta por el ocurrido y dijo:

-Creo que llegó el momento Ana Belén de buscarnos un nuevo apartamento. Porque asi amiga no podremos vivir por mucho tiempo más. Además, con tu conducta no ayudas mucho a la situación. -Al parecer para Ana Belén las palabras de su amiga y de los aburridos vecinos le tiene sin cuidado porque le contesto jocosamente y para incomodarle de la misma manera que antes y dijo:

-No creo que fue para tanto. ¡Y déjame decirte una cosa para tu tranquilidad! -Parandose enfrente de ella le hablo con gran impulso bestial y dice:

-¡Desde este mismo instante me veré con Carlos en la esquina!. De esa manera evitaremos los roces con la gentuza de este edificio. ¡Y asunto solucionado! Luego viene la alegría

mi amiga por gozar. -No podía creer Laura Isabel lo que estaba escuchando y miraba asombrada porque no pudo entender, cómo con tanta ligereza su loca amiga maquinaba las soluciones.

Y Laura Isabel harta de todo, entonces les dice:

-Ana Belén ¿Estás creyendo que de esa manera no tendremos más bulla en el futuro? -Dijo asi, luego se sienta en el sofá, para continuar diciendole, porque del contrario tendrían cada vez mas problema con ella y le dijo:

Además, cómo no te viene a la mente tu estado migratorio. Te pueden apresar por prostitución. Luego te deportarán y no podrás entrar nunca más al pais. -Le afirmó de esta manera cruel a la inconsciente Ana Belén.

Con todo tipo de argumentos, Laura Isabel trató de persuadir a su amiga para que reflexionara un poco y cambiase de mentalidad para algo mejor y productivo.

Por sobre todas las cosas Ana Belén tiene un sentido común y sabe organizarse, rápidamente ante cualquier eventualidad. Pero lo que no sabe es tolerar a los que se le cruzan en su camino para amedrentarla o tratar de corregirla en algo.

Por eso dijo:

-¡Lo difícil es más sabroso! El mismo Carlos dice que lo fácil no puede durar mucho tiempo. -Después hace la pregunta a su amiga.

Y le dice:

-¿Acaso no son más dulces los bocados robados? ¿También cómo te olvidas que Carlos es un ciudadano de este bendito país? Con él puedo arreglar muchas cosas. -Y victoriosa se proclama y dice:

-¡Y lo de prostituta te regalo!. También después arreglaremos de eso. -Y de pronto se echó a reír a carcajadas porque no podía soportar la rabia, a causa de la palabrita de ramera o prostituta, y que le pueden deportar por eso.

Pero Laura Isabel también ya no podía creer lo que estaba escuchando y aún peor viendo sus gestos morbosos.

Pero igualmente por lástima trató de nuevo informarle sobre algo y le dice:

-¡Tú si que eres un libro abierto Ana Belen! Hablas y expones idea tras idea como si estuvieras comiendo un pedazo de pan. Pero dime ahora ¿Cuál de todas tus ideas será lo correcto? -Después de este incidente, Laura Isabel no pudo hacer nada con el capricho de su amiga. Tampoco intentó imponerle un castigo ejemplar.

De pronto, Ana Belén toma la delantera con suma frialdad felina y le responde:

-¡Laura Isabel! No lo tomes así. Mira tan sólo a tu alrededor y toma el mejor camino para ti. Si total el tiempo de tu vida también está corriendo con las cosas que estamos viviendo y todo es a la carrera. Además, no pasará más de ahí "Santita". Enseguida fue acercándose a Laura Isabel.

Pero Laura Isabel se sintió afligida por lo que estaba escuchandoy no sabía cómo contestar por temor a perder su amistad y luego verlo metida en las drogas y la prostitución, y siente un ardientes dolor en su corazón, pero aún le dice:

-Ana Belén, acaso no puedes mantener los pies en casa, aunque sea por esta noche? También piensa en el problema que puedeser mayor después. -Le pidió suplicando y luego se miraron como reprochándose de algo.

Pero en ese momento la amistad de infancia influyó en Ana Belén para que olvidaran por unos minutos del agravio. Aunque la naturaleza de ella no se podía olvidar de su deseo y enseguida empezó con su pregunta.

Y le dijo:

-¿Laura Isabel cómo tú crees, que yo debo de tener una mente infantil como tú, viviendo aquí en Nueva York? ¡Mírame a los ojos! Porque tengo que comunicarte algo importante, como verás no tengo una pizca de retraso mental y como tú.

Aunque me imagino que estás convencida de que es cierto lo que te digo. -De repente cambió de semblante y luego empezó a golpear con los puños la pared para seguir diciéndole, pero casi gritando:

-¡Eres una imbécil amiga! Y eso que yo pensaba otra cosa de ti. -Ya no podía resistir Laura Isabel el agravio, pero ante las insistencias de su amiga, ella se rindió y cansada de las discusiones se doblegó para escucharla.

Y le dice:

-¡Está bien Ana Belén, perdóname! Pero dije lo que dije por el bien de ambas, nada más. -Cuando termina de excusarse Laura Isabel, también Ana Belén se conmovió en su espíritu por las duras palabras que le dijo, por eso le abraza fuertemente tratando de apaciguarla. Y le dijo:

-¡Laura Isabel! No pienses que yo estaré viviendo contigo por mucho tiempo más. -De pronto suspira ruidosamente a la espalda de ella, pero de una intensa rabia que ya no podía soportar, Después hablo con un tono extraño. Como tratandose de liberarse de algo. Luego bruscamente se libro de sus brazos para decir:

-Sabe Dios si un día de estos Carlos me pide casarse conmigo. Entonces estará liberada mi alma de tus torturas diarias. -Con esas palabras Ana Belén le reprocha a su amiga por sus observaciones constantes.

Desconcertada quedó la pobre de Laura Isabel y sin saber a que atenerse.

Luego les dijo:

-¿Cómo puedes hablar así Ana Belén? Tú muy bien sabes que te quiero como a una hermana y también estoy dispuesta a ser cualquier cosa por tu bien. -Después se calló y esperó escuchar alguna expresión de los labios de Ana Belén. Además sintió pánico al verla totalmente perturbada a lo que siempre acostumbraba ver.

Luego por prudencia también trató de recomendarle algo para que puedan seguir juntas, aunque sea por un poco de tiempo y si quizás también pueda ganarla otra vez y dice:

-¡Está bien Ana Belén! Vamos a tratar de solucionar esto, pero solamente quiero que sepas que ambas debemos poner de nuestra parte. -Después le mira a los ojos y le dice:

-Tampoco te olvides que estamos en Nueva York y no me hagas sufrir más con tus locuras. Así mismo recuerda a nuestros viejos que dejamos en nuestro país. -Y para no dejar duda alguna, Laura Isabel demuestra estar muy contenta con ella todavía.

Pero Ana Belén continúa herida por las palabras ofensivas. También no se le puede convencer a ella de nada, pues no estaba deseando escuchar nada que esté en contra de su ambición.

Por eso arremete con maldad contra la compatriota desprevenida, y le dice:

-¡Estoy hasta la coronilla con los viejos y los hermanos menores! Entiendeme y déjame sola por favor, antes de que explote de melancolía y no me pueda contener las lágrimas de

incertidumbre que me sale a borbotones. -Al instante se fue y se encerró en su cuarto sin decir nada. Ni tampoco se dejo ver todas esa noche.

 






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