GUSTAVO LATERZA RIVAROLA

Foto de GUSTAVO LATERZA RIVAROLA
Nacimiento:
Asunción, Paraguay
20 de Septiembre de 1945

FELICIDAD AL 87% - Por GUSTAVO LATERZA RIVAROLA - Domingo, 18 de Enero de 2015

FELICIDAD AL 87% - Por GUSTAVO LATERZA RIVAROLA - Domingo, 18 de Enero de 2015

FELICIDAD AL 87%


  Por GUSTAVO LATERZA RIVAROLA

En esto del jolgorio permanente parece que los paraguayos fuimos adquiriendo experiencia y buen nombre, prueba irrefutable de lo cual es que hayamos triunfado en una competencia internacional conducida por la prestigiosa encuestadora Gallup, en la que, entre 136 países, resultamos ser el más feliz del mundo…, ¡por tercer año consecutivo! La pesquisa se basó en la pregunta “¿Tuvo emociones positivas en las últimas 24 horas?” El 87 por ciento de la paraguayidad interpelada respondió afirmativamente. Supongo que el 13 por ciento restante habrá contestado algo así como: “No te quiero mentir, hoy no me divertí todavía”.  

Es fama que este pueblo hispano-guaraní es indoblegable ante el infortunio o la tristeza, tanto como moderado pero persistente en el júbilo. Los cronistas coloniales se asombraban de ver a los indígenas del Paraguay padecer en silencio dolores terribles y permanecer impasibles ante la muerte de sus seres queridos. No reían ni lloraban, aun en épocas aciagas de guerras, pestes y otros infortunios.

A esto, algunos filósofos clásicos llamaron templanza y la sentaron como Virtud en la cima ética. Las filosofías orientales están plenas de esta forma de concebir la existencia, igual que el Cristianismo primitivo y el Islamismo. Pero hubo también quienes creían que la virtud más excelsa era el placer, los epicureístas; y, además, los escépticos, situados en equidistancia de los anteriores.

Los paraguayos, según dicen los que nos estudiaron bien, somos en realidad una perfecta combinación de estoicismo, epicureísmo y escepticismo. O sea, javy’a, jasufrí, ha mba’e piko chéve, al mismo tiempo. El caso, por ejemplo, de aquel a quien la tormenta destechó su casa, el granizo mató sus gallinas, la capuera se le anegó, su mujer huyó con el tropero y la soga de su hamaca se soltó, y, requerido así: “¿Qué tal. Mba’e teko piko?”, respondió: “Y bien nomás. Iporã. Jaha hese”.

Hay que suponer que en circunstancias parecidas, posiblemente Zenón, Epicteto y Marco Aurelio habrían respondido más o menos lo mismo, aunque en griego o latín. Sabido esto, no sorprenderá mucho que el 87% de la perrada se declare feliz. ¿Cuál es el problema?

Es menester dejar constancia de que los encuestadores de Gallup no indagaron en los presidios, lugares que en todas partes suelen ser sombríos y sufrientes pero que aquí son alegres y divertidos. Se cuenta que, recientemente, en las fiestas de la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este los festejos podrían llegar a superar en regocijo a los carnavales de Villarrica y Encarnación.

Las fotos que los mismos presos se sacaron con sus smarts dan cuenta precisa del aserto: algazara total, picada surtida, buen escocés, marihuana “Pedro-Juan Premium” y generosa cocaína con certificación ISO 22.000; más música apropiada y ambientación al tono. ¡Ah! La farra tuvo por sede el Pabellón Cristiano de la penitenciaría. Según se asegura, en cada brindis se escuchaba el sursum corda. “¡Levantemos los corazones!”, exclamaban unos. “¡Los tenemos levantados!”, gritaban otros. Que no se diga, pues, que la espiritualidad estuvo ausente.

La felicidad popular puede extenderse todavía más de lo que está, porque si bien siempre hay inconvenientes tales como inundaciones, fracasos agrícolas, paros laborales, vedas pesqueras, informconf y otros muchos males, se compensan con los muchos resarcimientos estatales, blanqueos y amnistías, condonaciones, subsidios, indemnizaciones, feriados, triples aguinaldos. Baste citar, como ejemplo de generosidad pública, que después de ochenta años de acabada la Guerra del Chaco subsisten centenares de excombatientes retirando mensualidades. Se rumorea que hasta la viuda del soldado desconocido andaba percibiendo pensiones. ¿Cómo no ser feliz con tanta magnificencia?

Holgazanear y ser llamado trabajador, malgastar y ganar fama de austero, tener muchas leyes y no cumplir ninguna, reír cuando se debería llorar, vivir siempre de fiesta, he aquí, poco más o menos, en qué consiste ser un pueblo feliz. Que lo anote Gallup.


Fuente: ABC Color (Online)

www.abc.com.py

Sección: OPINIÓN

Domingo, 18 de Enero de 2015

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

 

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

Portal Guarani © 2025
Todos los derechos reservados
Desde el Paraguay para el Mundo!
Acerca de PortalGuarani.com | Centro de Contacto
Facebook - PortalGuaraniInstagram - PortalGuaraniTiktok - PortalGuarani