"Fragmento"
Mural de OFELIA FISMAN
"Fragmento"
La tenue luz del sol se filtra por el tragaluz de El Domo iluminando está obra sobre una pared negra. “Fragmento”, suspendida entre el misterio y la revelación. Tres piezas de cerámica esmaltada flotan con solemnidad, como si hubieran sido extraídas de las capas profundas de la memoria humana. La textura rugosa y los colores iridiscentes —ocres, verdes musgo, azules nacarados— hablaban de un cuerpo que alguna vez fue completo, ahora dividido pero aún palpitante.
La figura no representa sólo un torso femenino, una cintura y unas piernas. Es el eco de muchas historias. Cada grieta en la cerámica parece una cicatriz, una marca de lo vivido. No es una escultura rota por accidente; es una declaración. El cuerpo fragmentado se vuelve símbolo de lo que somos: trozos de experiencia, de identidad, de dolor y placer, unidos apenas por la ilusión de continuidad. Inspirada en los antiguos cuerpos de terracota hallados en excavaciones olvidadas, en los vestigios de mujeres que alguna vez caminaron con firmeza en un mundo que prefería recordarlas en partes: madre, amante, musa, objeto. Decidí reunir esos fragmentos, no para recomponerlos, sino para honrarlos en su ruptura. Aquí el pecho no es sólo un símbolo de feminidad, sino también de resistencia; la pelvis no es solo biología, sino poder creador; las piernas no están completas, pero sostienen una historia.
Recuerdo a una niña que visito la exposición se detuvo largo tiempo frente a la obra. No entendía del todo lo que veía, pero algo en ella la conmovió. “¿Está rota?”, preguntó. Su madre, sin encontrar palabras, sólo le dijo: “No está rota. Está contada así”.
“Fragmento” no busca consolar ni embellecer. Es una ofrenda a la verdad del cuerpo y su tránsito por el mundo. Una verdad que a veces se muestra entera solo cuando se permite estar rota.
Fuente: La Artista
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)