Si te quiero desde cerca más te quiero desde lejos
Es por eso que te ofrezco mi pueblito esta canción
Ruego aceptes como ofrenda de un hijo que te adora
Que te sueña y te añora con frenética pasión.
….. De rodillas hoy te rindo mi sincero homenaje
….. Entre notas y cordajes te entrego mi canción
….. Y con esto te deseo que Dios siempre te ilumine
….. Y en tu playa te despliegue su eterna bendición.
Como soy un florideño misionero enamorado
al nombrar Villa Florida te pronuncio con honor.
Es por eso que en el alma llevo el nombre de mi pueblo
y hasta el fin de mi andanza nombraré con mi canción.
El cazador está expuesto a los vaivenes del azar. A veces, rastrea una huella que intuye lo va a llevar a la codiciada presa. Y, de pronto -en un recodo, en una oscura sombra-, se apaga. Entonces, o desiste o busca de nuevo, con obsesión, una pisada para recomenzar el mismo itinerario incierto.
En ocasiones, sin embargo, de la manera más inesperada, el crujido de unas ramas, el olor que trae el viento o un cuerpo fugaz que cruza veloz delante de él le da la certeza de que el rastro seguido lo va a conducir a lo que busca. De ahí en más solo será cuestión de destreza, tino y puntería.
Lo mismo ocurre con quien camina detrás de la historia de una canción. Una pista, de repente, se desdibuja y se apaga. Sin embargo, en un momento dado, en el instante más insospechado, irrumpe en escena otro dato que permite llegar, finalmente, a destino.
Esto es lo que sucedió con CANCIÓN A VILLA FLORIDA. "Una vez, un embarcadizo se cruzó con HILARIÓN CORREA en el río Paraguay, acercó su chata y le entregó la letra al músico", fue la primera pista que este recopilador y narrador tuvo de un hombre que lo detuvo en la calle, le habló apresurado y se perdió entre la gente en una calurosa siesta asunceña. Por lo sorpresivo, ni siquiera hubo tiempo para preguntarle su nombre, solicitarle un teléfono, acaso una dirección para conversar con él. Fue una aparición fantasmal.
Lo que vino después fue averiguar quién era FRUCTUOSO o FORTUOSO -las carátulas de los discos dan estas dos identidades- AGUIAR. De que fue florideño parecía no haber dudas porque uno de sus versos dice: soy un florideño misionero enamorado.
Los que actuaron con HILARIÓN CORREA -nacido en Concepción el 21 de octubre de 1921 y fallecido en Asunción el 26 de enero de 1982 (1) no ubicaban por ningún lado a Aguiar. PAPI MEZA, LUIS GALLARDO, LORENZO LEGUIZAMÓN y REINALDO SANABRIA -que formaron parte alguna vez del conjunto de Hilarión-, no lo habían conocido. El intendente de VILLA FLORIDA -FÉLIX LORENZO IRÚN- prometió averiguar acerca del poeta, pero las llamadas nunca recogieron ninguna información valedera de su parte.
Sin éxito, la búsqueda quedó en un cuarto intermedio sin muchas esperanzas. Una sorpresiva luz, sin embargo, emergió en el horizonte. En un email el profesor EDUARDO RAMÍREZ, de Limpio, contó a este autor que está escribiendo un libro sobre Villa Florida, su valle. "¿Y no le conocés a Fortuoso o Fructuoso Aguiar?" fue la pregunta que se le devolvió como respuesta. "Su hermano es PABLO AGUIAR, tiene 85 años y vive en el barrio Herrera", respondió el enviado del cielo adjuntando un número de teléfono.
"Chamígo, Ud. me mira y le está mirando a mi hermano Fructuoso Aguiar, el mayor de todos. Yo nací en 1920. Soy el menor. Entonces calcúlele que él nació en 1915 porque fuimos cinco hermanos. Él murió en Asunción en 1974 si mal no recuerdo. Nacimos en Villa Florida en el pueblo mismo, a la entrada del departamento de Misiones. Siendo niños y adolescentes vinimos todos a Asunción", relata el moreno, espigado, calvo y animoso don Pablo. Sus palabras eran la confirmación de que este cazador de historias de canciones populares había dado en el blanco. Un guiño fortuito de la vida había permitido que el rastreo de Fructuoso dejara de ser infructuoso.
"Yo fui foguista en la Compañía Americana de Luz y Tracción, CALT, que tenía una usina en el barrio Sajonia. Como pasaleñas trabajaba en la década del 40' el que después sería el músico y compositor Hilarión Correa. Upérõ arriero reieteva'ekue, ñandeichagua (entonces era un hombre común y corriente, como nosotros)", narra.
"Mi hermano Fructuoso era hangadero y poeta. Escribía seguramente mientras andaba encima del agua. Traía por el río Paraguay miles de karanda'y en hangadas (Balsas hechas de karanda´y y (palma) sobre tambores que les permitían flotar) desde Bahía Negra, Puerto Caballo y otros atracaderos lejanos del Alto Paraguay, para la firma De la Sobera Hermanos", continúa relatando Pablo Aguiar.
"Como mi hermano bajaba en la hangada e Hilarión subía con su lancha, alguna vez algún lado se habrán conocido. Lo cierto es que Fructuoso,-al que yo y otros amigos le llamábamos Fortú porque era más fácil-, alrededor de 1960, le entregó la letra de Canción a Villa Florida a Hilarión, quien le puso la música", termina de contar Pablo Aguiar.
JUAN CARLOS MARTÍNEZ locutor y profundo conocedor de músicos y músicas de nuestro país, es alguien que compartió con Hilarión Correa, en Coronel Oviedo, sus últimos años trabajando en Radio Caaguazú del que el compositor era dueño. Gracias a la colaboración del investigador de la música paraguaya Carlos Galli fue posible recabar su autorizado testimonio.
"Una vez, viajando a Misiones, al llegar a Villa Florida, Hilarión me pidió que nos quedáramos. Japytamína ápe, chéngo ndaikuaái ko lugar. Lo mitã ome'éva'êkue chéve petei letra ha che amomúsica (Quedémonos un rato aquí, yo no conozco este lugar. Alguien me dio una letra y yo le puse la música)", recuerda Juan Carlos.
"Otra vez estábamos en el Hotel Martínez, en Buenos Aires. Era ya en la década de 1970. Le invitaron a Hilarión para que fuéramos junto al maestro Herminio Giménez. Éste le pidió que tocara Canción a Villa Florida y el gran músico no pudo contener sus lágrimas", rememora también el hombre de radio que vive en Coronel Oviedo.
Se cuenta también que el Maestro José Asunción Flores, en la capital argentina, iba a las presentaciones del conjunto de Hilarión Correa y que éste, una vez le preguntó cuál era el motivo de su habitual presencia. "Ajúnte ko ahendumívo pe Canción a Villa Florida (Sólo vine a escuchar Canción a Villa Florida)", cuentan que respondió el creador de la Guarania.
CANCIÓN A VILLA FLORIDA
Si te quiero desde cerca, más te quiero desde lejos
es por eso que te ofrezco mi pueblito esta canción
ruego aceptes como ofrenda de un hijo que te adora
que te sueña y te añora con frenética pasión.
De rodillas hoy te brindo mi sincero homenaje
entre notas y cordajes te entrego mi canción
y con esto te deseo que Dios siempre te ilumine
y en tus playas se despliegue su eterna bendición.
Como soy un florideño misionero enamorado
al nombrar Villa Florida lo pronuncio con honor
es por eso que en el alma llevo el nombre de mi pueblo
y hasta el fin de mis andanzas nombraré en mi canción.