ESCENAS de JAYNE HASTA EL ASCO.
AUDIOVISUAL (Con Ricardo Migliorisi)
( Reproducción de la obra en blanco y negro ) * Año 1968
Colección CAV/ Museo del Barro
Comentario sobre la obra y el autor en el CAPÍTULO IV: La apertura, página 449 del libro
UNA INTERPRETACIÓN DE LAS ARTES VISUALES EN EL PARAGUAY
Autor: TICIO ESCOBAR. Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2007
EXPERIMENTOS E INFLUENCIAS
Las búsquedas y experiencias del momento también ayudaron a definir el papel de la técnica en la imagen de R.M. El último lustro de la década de los años 60 se caracteriza por la exploración de nuevas técnicas y materiales que debían acompañar y reforzar las innovaciones que la época constantemente exigía. Cierta intención de jugar con los materiales, cierta necesidad de investigar las posibilidades expresivas de nuevas média, abriendo nuevos terrenos, llevaba a una curiosidad por las cualidades físicas de la sustancia pictórica (textura, espesor, densidad, etc.) y a una revalorización del modo mismo de aplicarla. Se estudian nuevos soportes (maderas, cueros, metales) y, sobre todo, se utilizan técnicas mixtas y se introducen materiales nuevos: collages, arpilleras, elementos orgánicos, papier maché, yeso, arena, cera, etc. Ese espíritu de alquimia, que lleva a sorpresas y a soluciones imprevistas, impregnó el trabajo de Migliorisi: la técnica mixta se vuelve desde entonces un medio expresivo fundamental que, a través de la combinación de materiales heterogéneos y de medios distintos, acompaña ese sentido general de mezcla y miscelánea y posibilita la creación de climas imposibles, de atmósferas amenazantes, espacios atiborrados y caóticos.
La voraz imagen que estudiamos se nutrió también del experimentalismo vanguardismo que, intenso y breve, ganaba terreno a fines de década y del que él mismo fue uno de sus mejores representantes. Los HAPPENINGS, BODY ART, ambientaciones, espectáculos y objetos, experimentos con fotografías, slides, cine y música (en una mezcla de snobismo, locura y juego que hoy parece casi inocente y que entonces se presentaba como agresiva y contestataria) sirvieron sobre todo como ejercicio de formas entumecidas, como sacudón para la imaginación dormida y como impulso para otras experiencias; su valor debe ser buscado siempre más allá de sí mismo. El audiovisual JAYNE HASTA EL ASCO presentado en 1968 por Ricardo Migliorisi y Bernardo Krasniansky desarrollaba durante hora y media un discurso que integraba imágenes, texto, música y sonidos y reunía emperadores romanos con trapecistas y saltimbanquis, santas y guerrilleros en un mundo descabellado de objetos mecánicos y ambientes alucinantes. Otras experiencias de Migliorisi demuestran el carácter escandaloso y desenfadado del momento que se encuentra siempre en el fondo de sus imágenes; una ambientación montada en esa misma época se basaba en la presentación de ambientes sórdidos de recuerdos prostibularios: un turbio fárrago de camas revueltas, metros y metros de papel higiénico, ropa interior, palanganas, desodorantes, inodoros y muñecas.
Cierto aire HIPPIE que entonces flotaba en el ambiente también se filtró en la imagen de Migliorisi empujando elementos nuevos que sirvieron para enriquecer sus climas con toques de exotismo y para improvisar otros personajes. Su exposición realizada con Bernardo Krasniansky en la Misión Cultural Brasileña (1968), influenciada fuertemente por la imagen sicodélica y los temas orientales, usaba colores chillones y fosforescentes que recalcaban las sensaciones ópticas y se adscribía sin rodeos a ese gusto por lo hindú, tan característico del pensamiento visual hippie. Las formas rechonchas y expresivas del arte budista, la minuciosa sensualidad de las figuras humanas y vegetales (con planos fondos azules y naranjas que recuerdan las miniaturas de Mewar), la representación de dorados brocatos y turbantes, la presencia de tigres de Bengala y plumas de pavo real exagerados todos hasta la caricatura, adulterados y transgredidos en sus sentidos primeros y arbitrariamente conectados con la decadente iconografía de Hollywood de los años 40 y las entonces frescas imágenes del pop art, servían de alimentos para una imaginación omnívora que se nutre de todo lo que encuentra a su paso.
Pero también son aportes que se van incorporando a su obra; aquellos temas, figuras y colores, depurados y escogidos, madurados, pasan a formar parte de la imagen y se van sedimentando en un proceso lento que ajusta símbolos y consolida formas por debajo del maremagnum de esa marcha carnavalesca y ruidosa que va reclutando personajes y bestias sin muchos miramientos.
Fuente: RICARDO MIGLIORISI LOS RETRATOS DEL SUEÑO
Por TICIO ESCOBAR
R.P. Ediciones, Asunción-Paraguay 1986 – 94 páginas
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