ITINERARIO POÉTICO
ESCRITORAS PARAGUAYAS ASOCIADAS
Editado por el auspicio del FONDEC
QR Producciones Gráficas
Asunción – Paraguay
Octubre 2001 (188 páginas)
INTRODUCCIÓN
Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.), con el patrocinio del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Cultura (FONDEC), presenta el poemario “Itinerario Poético”.
Y así asume, por derecho propio, un espacio en la literatura poética femenina paraguaya con prodigalidad, creatividad, talento y un hálito fresco en el ámbito cultural contemporáneo.
Este poemario potenciará y enriquecerá las bibliotecas de las universidades privadas y públicas, colegios, centros culturales de la capital e interior del país.
Su difusión y distribución serán gratuitas.
En nombre de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.), agradecemos en la persona del representante del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Cultura (FONDEC), el preciado apoyo que posibilitó una vez más acrecentar la bibliografía poética de nuestra patria paraguaya.
Margarita Prieto Yegros - Margot Ayala de Michelagnoli
Vicepresidenta de E.P.A. - Presidenta de E.P.A.
APRECIACIÓN SOBRE LA OBRA
por Esther González Palacios
En este tiempo de arquetipos, pragmatismo y desencuentro existencial trasciende señera la pluma fecunda de la mujer en el panorama literario del Paraguay, con la veta estética metatextual a veces, o proyectada en el enlace ideológico y social.
La oposición semántica, la forma abierta o la estructura cerrada, la “poesía pura”, el verso libre o la medida, la sugerencia o la transparencia, el enlace de lo concreto con la abstracción, la asociación libre, la tendencia impresionista configuran la trama del discurso poético de las mujeres de la poesía actual en el Paraguay.
En E.P.A., las que se estremecen y lo dicen, las que son libres y se nos entregan, unidas en un solo latido, nos proyectan a ese mundo especial, extraño, el del encuentro increíble con la belleza.
DELFINA ACOSTA:
Nos ingresa a la dimensión del poema incesante y universal.
Presencia estelar de magnitud de excelencia en el cielo poético, ofrece sus impecables endecasílabos al Pablo de las minerías, de las causas populares, de la emoción y la certeza. Lo enmarca en corona de laureles.
Digno homenaje a Neruda el de Delfina, con estatura de cumbre en su verso medido, perfecto y a la vez desbordado, en la sorpresa de almas que se reconocen, que se comunican y acceden a la unidad y a la posibilidad de la trascendencia.
MONTSERRAT ÁLVAREZ:
El monólogo lírico para su tía Ida se transforma en un diálogo con el contexto de su inspiración. El poema, con su estilo de insistente reiteración, se articula en un logrado equilibrio entre la intención poética y el significante, en un polo de inexorable temporalidad, conformado por la marca del recuerdo portador de los signos irrecuperables y los atisbos de la brevedad de la vida.
Su formación, su raíz intelectual de reconocido valor en la comunicación y en la cultura, se decanta en la riqueza expresiva, en la pureza de elementos retóricos que podemos encontrar en su “Mandamientos”, que trasunta una cosmovisión singular. Su ritmo, dependiente de las consignas ubicadas en anáforas, confiere aceleración implacable a la poderosa estructura.
MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON:
De prolífica y larga trayectoria literaria, distinguida con el título de “Socia Honoraria” por Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.).
Su verbo universal y profundo se revela como el tiempo que pasa y deja en el transcurrir el goce supremo del espíritu.
Su temática es amplia y múltiple, la magia emerge en sus poemas dedicados a la niñez con la limpidez de un arroyo cristalino.
MARÍA LUISA AYALA DE ANGULO:
En estrofas donde la rima nunca se impone sino que surge espontánea, manifiesta su preocupación social en “Promesas que lleva el viento” y conmueve con la animización de “El ocaso del ombú”.
Su expresionismo en “Lapacho rosa” transforma la quietud del árbol nuestro en movimiento, en explosión de “nubes rosas”, en asombro cuando “abres los ojos y encuentras todo el país florecido”. La metáfora que sorprende también alcanza su trascendencia en la esplendente “Aldebarán”.
Entrega un poema en armonioso y emocionado romance al Padre Alonso de las Heras, el maestro. No podía estar ausente quien estuvo tan presente en la historia cultural de nuestro tiempo: el brillante intelectual, el sensible creador, el sacerdote-poeta que nos eligió como patria.
El metro del romance, el octosílabo de la canción, el del aliento espontáneo, le surge en el verso generoso a la autora de “Retazos del alma”, que nos muestra, con una esperanza que estremece, la posibilidad de convertir la azarosa travesía en un caleidoscopio de vida y de amor sereno y permanente.
MARGOT AYALA DE MICHELAGNOLI:
En flujo y reflujo de cadencia la poesía le brota sin dobleces: en el metalenguaje del poema ofrecido al guaraní, con imágenes acústicas armoniza su canción y en los de un amor ausente y permanente nos presenta la gradación de su espacio interior.
La superposición del aspecto referencial y el poético, en versos ubicados en disposición gráfica, configura una poesía espacial que sugiere interminables lecturas
Arte plástica, música y sensibilidad en la composición de armonía y confesión, de una entrega de lo más secreto en la evidencia y de la revelación de los silencios.
Poesía de Margot, aliento entrecortado de la emoción detenida, en sus versos cortos, en su latido.
Ir guardando flores queridas, ir cerrando imperceptiblemente las heridas, proyectar la entrega generosa al arte... y poder soñar todavía.
ROSSANA BERINO:
Poesía social la suya, pero la sincera. Esa que nace de la certeza, de la indignación y de la compasión.
Su preocupación humanista se inclina decisiva hacia el enjuiciamiento de las determinaciones culturales vigentes, con ese aliento de inconformidad, definitivo e irremediable.
Se manifiesta además la expresión directa de los estados síquicos del hombre de su patria doliente, así como los entrañables de la propia alma, en su ámbito poético, que no promete sino irrumpe, con indudable categoría artística a la realidad de su vida, de su tiempo.
GLADYS CARMAGNOLA:
Resalta su ostensible rechazo a todo artificio conceptual o estilístico en la auténtica expresión de su noción estética impregnada de realidad y sentimiento.
Su poema configura la estructura en figuras de repetición, en construcciones simétricas para la apoyatura rítmica.
Más que enunciaciones directas insinúa en un lenguaje de sugerencias un subjetivismo que se expande en imágenes impresionistas y temática existencial. En su poesía los materiales de la composición y los resortes emotivos se combinan en la consustanciación de la realidad y el estro emocionado de este indiscutible valor de nuestro parnaso.
RAQUEL CHAVES:
La intuición, el sólido cimiento intelectual de quien ha encontrado sus espacios y sus tiempos, el talento y su Ángel aparecen en esta voz pura.
Su poesía está habitada por una soledad aparente, en una grieta de la causalidad racional por la que se va filtrando el resplandor hasta la revelación increíble de la suprarrealidad.
Los actos, las presencias, surgen en la visión de las auras y en la serenidad crepuscular, cuando entre brumas aladas la Luz le muestra sus misterios.
El verso refinado expone un crisol espiritual que nos invade con un no sé qué de luminosa belleza cuando Raquel, iluminada y bella, nos acompaña generosa, inefable, al ámbito sublime de su travesía.
SUSY DELGADO:
Su nombre es una brillante referencia de la poesía paraguaya bilingüe contemporánea.
Ofrece aquí poemas con su estilo íntegro en el que cada uno es una íntima entrega de mano maestra.
“Si yo pudiera...” es el verso que introduce y es el núcleo de la divergencia de elementos en una enumeración caótica, unidades con marca de metáfora pura, las cuales unifican una estructura circular, finalmente, cuando la función metalingüística refiere las metáforas sucesivas al “gran poema”.
“Quién sabe...”, por medio del aumento y disminución de la medida, consigue una agradable cadencia que armoniza con un tono de aceptación y de esperanza.
Las dos composiciones bilingües, en su texto original guaraní, ofrecen una gama de posibilidades fónicas, acentuación rítmica en “Opi” de percusión y en “Ajahe'óta pende apytépe”, una atractiva cadencia que remite a la canción popular.
La tradicional controversia entre el valor semántico y estilístico del original y el de la traducción tiene, en esta hábil y sensible creadora, resolución de belleza.
LOURDES ESPÍNOLA:
La estirpe del arte de Elsa Wiezell, un hito que marcó la diferencia y el talento desde los albores de nuestra vanguardia, late en las raíces de Lourdes, quien brilla con luces propias en el ritmo sincopado de su poesía, que se inicia con un suspiro aleve para retemblar después en un estallido pasional.
La musicalidad de su obra tiene distintos cauces, como las anáforas y las construcciones simétricas, unas veces, varios modificadores para un mismo núcleo semántico, otras veces, y siempre personificaciones y metáforas entretejidas en urdimbre sorprendente, ya que es realmente un fenómeno estético lograr la comunicación desnuda en un código de tropos.
Verso intimista e implacable, sin concesiones ni disimulos, aliento acelerado y detenido, y la sensibilidad abierta de esta creadora singular.
RENÉE FERRER:
De joven ya se dio a conocer inmensa. Ha alcanzado su proyección en un proceso incesante de comunicación intimista y a la vez colectiva.
Un humanismo idealista signa su actitud arquetípica en un caleidoscopio irresistible que nos envuelve y compromete.
Verso que estalla en pasionales destellos, fragua de emoción y talento, alienta un profundo conocimiento de las posibilidades de la composición y en armónica exposición de virtudes estilísticas, grita o ahoga el grito.
Simbolismo, romanticismo, expresionismo, en crisol de trascendencia. Rayo y vendaval que suaviza con música secreta en su espacio tan propio, en que el tiempo se detiene en el instante repetido, cuando Renée, con su poema, cuando ella con su lira en centellas y susurros se declara, nos arrastra hasta la orilla misma del asombro... cuando su poema tiembla, imperceptible, se nos mete en el alma y se queda en nosotros para siempre.
NORA FRIEDMANN:
Asume el signo de sus días, el mando de su viaje interior en el torbellino de la reminiscencia y la certeza.
En carne viva, en obsesión de transparencia, delinea en su estrofa de vaivén los envolventes giros de un amor, aquel que la vistió de nostalgia persistente y la volvió canción.
Ella entendió que nos pasamos la vida diciendo adiós. Para asumirlo hay que tener coraje y para convivir con un recuerdo sin que se diluya en penumbras azules, hay que embarcarse como ella en la aventura de la belleza.
MARÍA EUGENIA GARAY:
La savia de una estirpe de humanistas y patriotas relumbra inmarcesible en la fuerza creadora y en el verso entretejido con un maduro conocimiento de sus posibilidades.
Su poesía es ensueño de un espíritu sensible, pero a la vez sincera consustanciación con lo espontáneo y verdadero de la realidad.
La justeza, sobriedad y moderación del estilo imponen a su poesía un sello de distinción.
En armonioso equilibrio y conmovedora ternura imprime su caricia al espacio mítico de la infancia en un regreso emocionado.
En sus poemas se reflejan la inquietud social, cronista de su tiempo y de sus circunstancias y también el amor,. el más hermoso amor, el hacedor de la poesía.
MYRIAM GIANNI SILVERO:
Pensarla es imaginar la música. Y es sentirla con su música, mirar, oír, decir sus versos.
Nos entrega sonetos elaborados con medida y con belleza, habilidad y encanto en endecasílabos perfectos con rima infalible y acentos puntuales.
Las pausas se conforman en grupos fónicos que alternan el verso dividido y el entero. Y en esa estructura clásica, impecable, la metáfora de pronto, insistente y persistente. El remolino a pesar del equilibrio... como ella.
Profesional, capaz y responsable, entre expedientes y legajos y leyes. Pero mujer de piel adentro y verdadera, entre sueños y canto y poesía.
EMI KASAMATSU:
Su nombre también se asocia a la expresión plástica de la naturaleza en el arte oriental y a la misteriosa sencillez que la define.
Esta vez nos ofrece el mágico aliento de un código de sugerencias.
Los delicados tercetos componen un abanico de belleza: poemas breves, tan breves, casi un silencio, casi un suspiro, una mirada... haiku...
MAYBELL LEBRON
La estrecha relación entre los aspectos vivenciales de la autora y la temática presentan un soberbio equilibrio entre la intención estética y el código.
Su diálogo es con su arquetipo y con su realidad; suena-como un susurro de marea.
Hay un nexo permanente entre su voz y los espacios discursivos del espacio estético.
El lenguaje ofrece un nivel polisémico en todo su esplendor.
El verso libre y la ausencia de rima, la agramaticalidad semántica y el manejo hábil del ritmo crean un cosmos provocado desde su intimidad hasta llegar al hechizo de la palabra, que se eslabona en asociaciones insólitas.
NILA LÓPEZ:
Es fundamental el auténtico realismo trascendente en un juego de impresionismo en su lirismo original. El impacto que causa es envolvente y en gran manera se fundamenta en la imagen onírica, en su tiempo laberinto que rastrea un centro y lo encuentra en la abstracción de lo concreto, en la metonimia persistente, entre los que la autora entreteje su hechizo. La serena y fecunda conjunción de distintos delineamientos culturales y filosóficos campea en su constitución artística, en la sólida estructura de su verso, en el vocablo justo y bello que no tendrá que cuestionar su perdurabilidad pues pertenece al canto interminable del universo.
Vitalidad torrencial, espontaneidad para enfrentar el destino humano, proclamar los derechos de la verdad, avanzar con arrogancia y belleza y trascender la pesadilla y la agonía. Honda. Transparente. Sinceridad suprema. Seguridad de quien abraza su bandera ante el horizonte de la vida y la flamea, rotunda y verdadera, en plenitud de mujer y de canto.
LUISA MORENO SARTORIO:
Ha alcanzado la plenitud estética que le confiere un posicionamiento de un merecido y distinguido nivel en el ámbito de la actual poesía paraguaya.
Muestra su poesía, esa que siempre tuvo presencia y persistencia en sus relatos y que impregnan su obra de belleza y de magia.
En estas entregas la autora se presenta asumiendo el mando del ejercicio de la libertad elemental. Lo hace con voz profunda, hecha de los materiales de su inspiración, desde la entraña, desde los paisajes misteriosos, evadida en un murmullo con atisbos de ternura incomprendida, a veces; siempre decisiva, indomeñada y encontrada finalmente en su propia y verdadera esencia.
MARÍA DEL CARMEN PAIVA:
Entrama su poema con una clásica actitud mimética.
Utiliza el nivel lingüístico coloquial con predominio de la descripción impresionista con la cual poetiza elementos cotidianos, vitales, elementales.
El verso es libre con estratégico encabalgamiento que culmina en la transgresión de la medida; y así va pautando su ritmo.
Internaliza su actitud de reflexión y así va elaborando su metáfora según el grado de abstracción o el tipo de realidad presentada.
JOSEFINA PLÁ:
Su nombre es ya para la literatura universal uno de los más brillantes referentes de la obra literaria paraguaya. En cada una de sus producciones la admiración se detiene para reconocer su merecido espacio de honor.
En “Oficio de mujer”, la construcción nominal predominante se muestra como título con sugerencia de un rol asumido con orgullo. La misma se repite en anáforas que se amplían en una cadencia de versos estructurados en flujo y reflujo, mediante el quiebre de la métrica que así consigue un metro singular.
Se limita el uso de verbos y los que presenta son de carácter estático, mientras el tiempo verbal es de un presente constante. Estos aspectos, así como la utilización del gerundio, implican también la repetida circunstancia de la mujer, firme en su posicionamiento de entrega permanente que culmina en una breve y patética estrofa con la espera y la soledad.
“Sólo por mí”, “Cómo he de ser” y “Tú mandas” conforman el latido intimista que navega sobre paralelismos, adjetivaciones múltiples, entrecruzamientos de la abstracción y lo tangible, en la corriente interminable de un lirismo que, finalmente, como en “Esta es la poesía”, se inscribe en la estética universal.
En esta antología, es la inclusión de esta autora un homenaje y a la vez un privilegio, con el justificado orgullo de haber tenido E.P.A. como impulsora y fundadora a Doña Josefina.
ELINOR PUSCHKAREVICH:
El símbolo de su poesía alienta la sugestión, el sentido sutil de un esquema de estructura intuitiva y de metáfora que subyuga.
El nivel declaradamente connotativo logra, sin embargo, por su vital sinceridad, el encuentro directo con las motivaciones más íntimas del verbo.
Los elementos de la sintaxis poética, tanto en su linealidad horizontal como en el paradigma vertebrado con criterio estético, entretejidos con luminoso acento, logran el bello poema de esta autora sensible y sincera...
SUSANA RIQUELME DE BISSO:
Simetría en la estructura, insistencia en diversas figuras de repetición, en oposiciones léxico semánticas utiliza la escritora para la exposición de su actitud arquetípica.
Proyecta en distintas motivaciones las excelencias del verso hábilmente trabajado, destacándose el juego fónico cadencioso.
Es persistente una decisiva y clara aceptación del tiempo posible y de la seguridad imposible.
En su “Poesía”, el acto creador se vuelca sobre sí mismo planteando ese privilegio maravilloso del don de los elegidos.
YULA RIQUELME DE MOLINAS:
Los componentes fónicos se combinan con el plano de contenido con habilidad que elabora un producto estético de acentuada impresión acústica y focalización del núcleo.
El ritmo de su poesía se cimienta en distintos recursos: en la eliminación de un valor silábico en sílabas sucesivas en “Vi el ocaso”, en la frecuencia regular de los acentos en “Incertidumbre”, en cadenciosos grupos fónicos y quiebre en el final de estrofa en “Tu vid madura” y en sintaxis de varios predicados con un sujeto común en “La Grieta”; significante manejado con maestría que expresa la belleza con imágenes que atrapan.
SASKIA SAER:
Indudables son los valores estilísticos que pueden ser rastreados en la constitución elaborada por esta creadora de piezas plenas de inagotable belleza.
El notable predominio de la simetría en la sintaxis le da una fisonomía de clara precisión a la estructura.
Su estilo es equilibrado y se muestra despojado de cualquier elemento desviador de su mensaje directo, aunque jamás está ausente el aspecto connotativo. Su discurso siempre prioriza la función estética sobre los demás aspectos.
Contenido intelectual y desborde emocional, serenidad y grito desde su interioridad en el transporte de la magia de la palabra poética.
NIDIA SANABRIA DE ROMERO:
Encontrarla es llegar hasta el borde mismo de la emoción estética y a partir de allí iniciar la aventura que nos interna a su universo de especial encanto.
Desde un principio, se vislumbra el arte indiscutible de esta escritora, con el reconocimiento de una lira pulsada con destreza.
El nivel uniforme de la entonación, el ritmo sostenido y el campo de la sonoridad en la expresión de intenso contenido se enriquecen con la intuición y la habilidad de un lenguaje elaborado con conciencia de creación.
Sus trozos, su musicalidad y su sensibilidad configuran la posibilidad de la condensación de emociones. Es así la entrega de Nidia: el talento y la belleza en auténtica revelación.
LUCÍA SCOSCERÍA DE CAÑELLAS:
En distintas posibilidades demuestra la singular característica de la obra artística: la adecuación de los planos de contenido y de expresión.
“Desilusión” interpone vocablos fuertes, como “reventados”, “mutilados”, “borrachos”, en sus nueve versos de estructura circular, donde los “sueños” -como siempre- se convierten en un “poema”.
La acumulación de imágenes en “Cae el olvido” y “Rutina” consigue la intervención del ámbito externo en el espacio interior; la adjetivación y los verbos polarizan este paisaje impresionista.
“Te busqué” en imágenes sinestésicas compone un mosaico de recursos, de connotaciones. La metáfora se impone en hábiles calificativos y la búsqueda subjetiva tiene su resolución en el amor que se difunde.
Pocas veces se encuentra tan dulcemente referida la muerte como en “Cuando alguien nombre”. Aquí la humana ansiedad de durar tiene como símbolos de trascendencia la poesía, los sueños, una flor, que son, en realidad, latido del poeta.
GLORIA VEAS:
Con un enfoque sinecdóquico, la técnica se inicia en aspectos concretos para después tomar conciencia de realidades más sutiles.
La economía expresiva integra su propuesta a la "poesía pura" con un encadenamiento de asociaciones insólitas.
Deja una resonancia que se difunde, que se multiplica y converge otra vez, inexorable al centro mismo del universo.
DELFINA ACOSTA
Nació en Asunción.
Integrante de la denominada generación del 80, participó del Taller de Poesía “Manuel Ortiz Guerrero”. Es columnista del diario ABC Color. Obtuvo en el 450° aniversario de la Fundación de Asunción el “Mburukuyá de Plata” por su participación en los Juegos Florales con. su libro “Pilares de Asunción”. Su primer libro “Todas las voces, mujer”, presentado con el seudónimo de “Obscuro”, en el concurso de poesía “Amigos del Arte”, ganó el primer premio. Más tarde vino su poemario “La cruz del colibrí” y un libro, “El viaje”, que reúne cuentos que han obtenido premios y menciones en diversos concursos literarios. Su último libro, "Romancero de mi pueblo", ganó el segundo premio en el concurso de poesía “Federico García Lorca”. Actualmente sigue escribiendo poesías y cuentos, muchos de ellos publicados en la revista dominical del diario ABC Color.
Figura en las antologías siguientes: “Poési Paraguayenne Du XX e Siécle”. Edición bilingüe, Rubén Bareiro Saguier y Carlos Villagra Marsal, 1990; “Visita de una sombra y otras sombras” y “Poetas y prosistas paraguayos”, Hugo Rodríguez-Alcalá, 1981, “Poesía paraguaya de ayer y de hoy”, Teresa Méndez Faith, 1989, “Narrativa paraguaya de ayer y de hoy”, Teresa Méndez Faith, 1999. “Poetisas del Paraguay”, Miguel Ángel Fernández y Renée Ferrer de Arréllaga, 1992; “Narrativa paraguaya”, Guido Rodríguez-Alcalá y María Elena Villagra; “Narradoras paraguayas”, José Vicente Peiró y Guido Rodríguez-Alcalá, 1999; “Tiempo de contar”, libro de cuentos, 2000.
VERSOS ESENCIALES
a Pablo Neruda
I
Te pido a ti, perdón, en estos versos,
Neruda, de mil páginas poeta,
pues yo no sé escribir cantando al agua,
a aquel frescor primero de la hierba,
igual que tú, en tu Chile de araucarias.
Yo sólo sé escribir palabras quietas
en este pueblo donde todo muere
volviéndose en las manos rota piedra.
Sucede, sin embargo, algunas veces,
que el corazón procura alguna fiesta,
y salgo a andar, alegre y bien vestida,
por el camino y luego estoy de vuelta.
Me ocurre que me río, que mi risa,
igual al llanto mío desespera.
De mi costado izquierdo sale un verso
apasionado y triste que gotea.
Ah... si entonara como tú, Neruda;
si alzara por los vientos los poemas
mejores de mi vida en dulce nota.
Si el verso hablara a Dios sin una queja.
Sollozo sin su madre, fuego oscuro,
jardín quemado que no dio violeta,
invierno sin cerilla, espectro frío
es todo lo que tengo por cosecha.
II
No vi tu mar, apenas lo entreveo
en la delgada orilla de mi río.
No caminé, igual que tú, Neruda,
por calles rojas en Valparaíso.
Mas si supieras, Pablo, cuántos versos
en que nombraste a Chile yo he leído.
De trecho en trecho recorrí tu pueblo
tocando las veredas de tus libros.
Alegre canto el tuyo porque trae
la lluvia primeriza del estío.
Juntaste con tu voz la voz del hombre
que haciéndose a la mar se ha redimido.
Le diste miel al fruto de la tierra.
Cargaste sobre el hombro los racimos
de las morenas uvas y llevaste
vendimia de dulzura a tu destino.
En tantas ocasiones celebraste
la simple excusa de saberte vivo.
Y por vivir mejor te diste, ufano,
a compartir con todos pan y vino.
De tanta fama tuya, don Neruda,
de tanta majestad de ser sencillo,
me queda un solo canto, un verso solo,
hojeado sin cesar: el hombre mismo.
III
Alguna vez creí hablar contigo,
Neruda, allá en tu tierra; tú decías
que la primera música en Parral
fue el soplo virtuoso de la espiga,
y aquel silbido patriarcal del viento
llevando sobre el lomo su familia
de cartas sin destino, de hojarasca,
de lágrimas y páginas escritas.
Contabas que te hiciste compañero
del Sol que madrugaba con la brisa.
Sobre la miel y el pasto quebradizo
tendiste la frazada de tu vida.
También contabas que al amor cantando
del hielo liberaste a la poesía.
Jamás te perdonaron los poetas
que honraban las estatuas de caliza,
la musa muerta, la ya fría lágrima
que le quitó el pañuelo a la mejilla.
Jamás te perdonaron los poetas.
Tu nombre fue quemado en una pira.
Volviste, tan alegre, de la hoguera.
Naciste, nuevamente, en tu ceniza.
Una pleamar de estrellas en el norte
levanta cada noche tu poesía.
IV
Pero también cantaste a las muchachas
de boca roja como una ciruela;
tus versos las pintaba distraídas,
en el balcón, prendiendo una candela.
De sus mejillas se nutrió la fuente,
la sal y la pleamar de tus poemas.
Sus ojos eran lámparas, contigo,
en noches visitadas por luciérnagas.
Ninguno, como tú, cantó al amor.
Ninguno, como tú, les hizo bellas
a las mujeres de redondos pechos,
de pies pequeños, de rojizas mechas.
Nombraste a todas; quién no tuvo turno
en el elogio de tu voz contenta.
Con dulces uvas de tu Chile amargo
brindaste por la sal de sus caderas.
Usaste, a veces, rosas de sus madres,
geranios de sus hijas y violetas,
con que alfombrando fuiste sus pisadas.
Las últimas, se hicieron las primeras.
Silbaste a la mujer. Silbando sigues
aunque acostado y yerto en larga hierba.
No dormirá tu voz, salada y larga.
Ni habrán de enronquecerse tus poemas.
MONTSERRAT ÁLVAREZ
Nació en Zaragoza (Aragón), España.
Estudió en: Academia Preuniversitaria Trener, Lima, Perú, 1985-1986; Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú, 1986-1987; Filología Inglesa en la Universidad de Zaragoza, España, 1987-1988; Filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú, 1989-1991; Filosofía en la Universidad Católica de Asunción, Paraguay, 1994-1995. Instituto Superior de Estudios Humanísticos y Filosóficos (ISEHF), Asunción, Paraguay. Correctora de gramática y estilo para diversas editoriales y publicaciones. Articulista sobre temas de literatura, filosofía y antropología. Profesora del curso de Historia de la Filosofía, del seminario filosófico sobre La posmodernidad: reflexiones sobre la era del vacío, auspiciado por la ONG Orbis Tertivs.
Profesora particular, para grupos reducidos, de lógica algorítmica y de seminarios de lectura y debate de las obras de Platón, entre otros temas.
Actualmente dirige dos veces por mes el Café Filosófico, actividad organizada por la ONG Orbis Tertivs.
Ha publicado “Zona Dark” (poemas), 1991; “Doce esbozos haitianos y un cuento andino” (cuentos), 1994; “Espero mi turno” (nouvelle), 1996; “El Poema del Vampiro (ensayo filosófico)”, 1999; “Underground” (poemas), 2000.
Obtuvo premios de poesía en los Juegos Florales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1990, y Premio Poeta Joven del Perú, 1990-1995.
TÍA IDA
Ahora que caminas con tu viejo paso de tacones altos
hacia el umbral de tu último misterio,
ahora que por fin desposarás al Señor de los Muertos
¿qué eres al fin de cuentas?
Has sido un canto sin sentido que entonará la nada,
un sueño del absurdo y cósmico silencio.
Tu vida se yergue en mi memoria
como el bostezo de un monstruo repelente.
Tu vida se yergue en mi memoria
como un largo domingo por la tarde
en el que nos tomamos de la mano
para caminar bajo los álamos.
Tu vida fue un tonto y hermoso canto,
un ingenuo, vano canto
al milagro del breve mundo humano.
Un tonto, vano canto.
¿Qué harás ahora, dime,
ahora que no puedes soñar
con tus palacios y tus cisnes?
¿Ahora que no puedes amasar galletitas
y todas esas cosas?
¿Qué harán sin ti los azúcares del mundo?
Tía Ida, a ti te gustaba contemplar las flores,
como a todas las pobres mujeres
que hacen crochet
y no merecen nacer para la muerte.
Como a todas las pobres mujeres,
a ti te gustaba
el canto de las aves que surcan espacios
y hacer confituras que tanto alabé
porque tú las hacías.
Las hacías porque sí, por amor,
como otros dan la vida por su causa.
Porque las hacías por tu tonto amor hacia la vida,
y eran el homenaje,
el humilde homenaje de tu ser hacia sus semejantes.
Y ahora dime,
¿para qué lo hacías? ¿De qué sirvió todo?
Tantas tardes amasando y amasando.
¿Para qué, para qué tía Ida?
En mi memoria me tomas de la mano
cuando yo apenas levanto unas pulgadas del suelo
y me muestras risueñamente el mundo,
ilusa, ilusamente.
Pero yo nunca me engañé, tía Ida.
Todos tus dulces no desterraron la amargura de mi pecho.
Y ahora te pregunto: ¿para qué?
Si somos breves, como breve es el mundo,
y vamos a la deriva, y tu viejo Dios nos ha olvidado
y nos asesinamos los unos a los otros, y golpeamos al mendigo
que mendiga.
¿Para qué, para qué, tía Ida?
¿Para qué todo tu amor y tus bordados?
Y yo pregunto al mundo: ¿para qué?
Y veo la matanza, la miseria y los llantos,
y todo el grotesco sinsentido del Cosmos.
Y os pregunto: ¿para esto vivió mi tía Ida?
Y os pregunto a vosotros: ¿por qué la habéis traicionado?
¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros?
¿Si ella siempre y a todos nos amó?
¿Qué diría ella de nosotros
si pudiera vernos en todo nuestro horror?
¿Si hurgara en los abismos
tenebrosos de las almas?
Ella, que era buena
como ya nadie lo es.
Ellaque amasaba con sus viejas manos
y elaboraba complejos y minuciosos bordados
… Le gustaban las flores y los pájaros.
¿Para esto ha vivido y ha amado?
¿Para que nos matemos y muramos?
¿Para qué nos matemos los unos a los otros?
¿Para qué nos envenenemos con el odio?
¿Para que seamos pasto de gusanos?
¿Para ser ignorados de los astros?
Bien sé que todo esto es muy trillado
y que hago el ridículo con mis discursos
como mi tía hizo el ridículo también toda su vida.
No importa.
Mi tía me tomaba de la mano
y me mostraba el mundo entre sonrisas
ebria de esperanza y maravilla,
porque se engañó y creía
que éramos buenos, como ella.
Y ahora que ha de morir, ¿qué nos quedará sino miseria y vergüenza?
Y yo os pregunto:
¿para esto vivió mi tía Ida,
que ahora está muriendo?
¿Para que no la recordéis ni siquiera un minuto
en medio del fragor de vuestras mezquindades,
en todo su enorme candor de amar, la pobre vieja?
¿Para eso vivió mi tía Ida?
MANDAMIENTOS
Colocad estratégicamente
cibernéticas bombas de tiempo en los árboles genealógicos
y en los edificios de oficinas.
Poned vuestro corazón en las garras del Demonio.
Devorad la carne cruda, ensangrentada, como grandes leones de
sabana.
Lavad, sí, lavad vuestras manos de todas las mentiras de este mundo.
Orad a grandes voces en las plazas.
Pero colocad estratégicamente
vuestros corazones como bombas en las místicas copas de las hayas.
Colocad bombas
en las callejuelas que conducen desde el Útero a la Tumba.
Veneno
en la copa que va desde los labios
de vuestro padre a los de vuestra madre.
No digáis más mentiras.
A vuestros hijos
y a los hijos de sus hijos
dad de beber vuestras amargas lágrimas
por los siglos de los siglos.
MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON
Escritora, docente y poetisa. Nació en Guarambaré.
Dictó clases de Literatura Española en el Colegio Nacional de la Capital, de Lengua Española y de Literatura Americana en el Colegio Nacional de San Lorenzo, de Lenguas en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción y de Comunicación Oral y Escrita en el curso probatorio de ingreso de la Universidad Católica.
En 1951, en el concurso literario auspiciado por Amigos del Arte, uno de sus poemas obtuvo el primer premio y dos años más tarde, en otro evento similar, mereció una medalla de oro.
Trabajó igualmente como asesora del Departamento de Enseñanza Superior y Difusión Cultural del Ministerio de Educación y Culto. Ejerció la presidencia del libro juvenil de la UNESCO y la dirección de la Escuela de Educación Infantil Simón Bolívar. Fue co-directora del Círculo “Asedio de Literatura y Arte”. Igualmente es miembro correspondiente de la Academia Hispano-Americana de Letras y de la Sociedad Bolivariana del Paraguay.
Sus obras son: “Viaje al país de las campanas”; “Canción para dormir una rosa”; “Cartas al señor Sol”; “Villancicos del Paraguay”; “El alfiler enamorado”, “Teatro de hilito”; “Gritos de los Andes”; “Canto dedicado a Simón Bolívar; el canto a oscuras”; “Antología de la literatura infanto juvenil del Paraguay”; “La flor del maíz, calendario escolar paraguayo”.
Tiene además numerosos cuentos y poemas publicados en periódicos, revistas y antologías literarias locales y extranjeras.
ASOMBRO
En un tiempo sin nombre descubrí
entre las manos,
puestas sobre el espejo cotidiano -cristal y celosía
de los años-, esta opulencia de cabellos blancos.
Calladamente, como besos hurtados a un amor
fugaz de adolescencia, se me fueron los años.
¿A dónde fue la rosa nacarada de la dulce inocencia?
La voz que entretejía en el aire el contorno
de las hermosas palabras. Madre. Amor. Cielo.
Lasinmaculadas puertas que se abrían
sobre el jardín de los encantamientos.
Los gritos estridentes de la infancia
y los sollozos por aquellas nadas.
El albo traje de las comuniones con sus estampas
y sus letras de oro.
Los espacios del tiempo repartidos en las jornadas
diáfanas, de unas siempre llamadas vacaciones.
Y los rostros. Los nombres. Las edades
que quedaron por siempre en la retina
con sus gestos de asombro y maravilla.
Todo ocurre de pronto tan de prisa,
que al querer atrapar entre las manos
las sinuosas líneas de un juguete,
las falanges responden torpemente
y vibra en ellas un temblor ligero
que más sabe de pan que de caricias.
Indefectiblemente es el otoño,
donde la brisa corre diferente
y hay recuerdos amargos que hoy se visten
de fiesta.
Este manojo de cabellos blancos
señala un puerto de barcos estrellados
con quietos pescadores a la espera
de la ofrenda del agua en cada hora.
Pero un secreto ensueño envuelve todo,
porque la vida se ha tornado blanca.
Es como regresar a alguna aldea
donde la magia del amor perdura,
y de cada derrota, sin pensarlo,
fabrica un duende de color de nieve
que juega a los castillos en sienes.
Esta opulencia de cabellos blancos
es simplemente asombro.
UNA VEZ
Hoy anduvimos celosamente humanos,
rescatando el idilio de las horas.
Por eso fui buscando un lapso claro
para ofrecerte mi vendimia simple.
Pero tú, generoso hasta el convite del vino
de mi agrazón oscura, hiciste uvas doradas,
y un poco deslumbrado
de pronto, todo lo cambiaste
y se tiñeron tus ojos de dulzura
y nada más que así fue nuestro encuentro.
Había una vez. No.
Érase una vez. No.
Que fueron muy felices. No.
Ya lo sé, amor.
Son los tenaces juegos de tu ausencia.
MARÍA LUISA AYALA DE ANGULO
Nació en Asunción. Profesora de Declamación en el Conservatorio Mestres de la ciudad de Buenos Aires. Pertenece al Movimiento Schoenstatt y a E.P.A.
Recientemente publicó su primer poemario titulado “Retazos de vida”.
EL PADRE ALONSO
(Juan 15,13)
¿Qué es dar la vida por otros?
¿Morir acaso?; No siempre!
¡También es vivir por ellos!
Es entregarse de lleno,
renunciando a los anhelos.
¡Llorar y empaparse entero
con los dolores ajenos!
Es ir sembrando cultura.
Es consolidar principios.
Es dejar la propia patria.
Es absorber por los poros
las costumbres de otro pueblo,
el ritmo de sus guaranias,
el olor a flor de coco!
Eso hizo el Padre Alonso.
Se sumergió en el sentir
de una juventud florida
y dio su vida por ella!
Con su santo ministerio
cumplió una misión sublime:
ganar almas para el cielo.
Con sus sentidos poemas
también le cantó a la patria,
a este Paraguay querido
que es tan suyo como mío!
Mas un día de improviso,
soplaron vientos contrarios
que lo llevaron a España.
Agujas de soledades
perforaron su conciencia
al poner en la balanza
sentimiento y obediencia.
Así fue como de nuevo
nos sirvió de ejemplo vivo,
dándose al caro proyecto
de formar generaciones!
Pero tuvo que volver,
porque aquí le retuvimos
su corazón como rehén!
Aquí estaba su lugar.
Fue aquí donde marcó huellas,
como cabe a un fiel testigo:
enseñándonos a dar
la vida por los amigos!
EL OCASO DEL OMBÚ
(Apocalipsis 21,1)
Al ombú mi caro amigo,
le está llegando su fin!
Cada vez que voy a verlo
lo encuentro más disminuido.
Ya casi no tiene ramas,
su tronco es un agujero
que se deshace en pedazos!
Me corren por las mejillas
las lágrimas del recuerdo.
Nadie diría hoy, al verlo,
que fue vigoroso y fuerte.
Ahora lo llenan colmenas,
como símbolo patente
de que el árbol continúa
y continuará por siempre
derramando su dulzura
por medio de las abejas!
Distingue aún con claridad
a quienes sabe le aman,
porque cuando yo me acerco
con cariño, a saludarlo,
brotan con dolor visible,
fruto de un penoso esfuerzo,
algunas hojitas verdes,
para demostrar así
que continúa luchando!
Me quiere dar mensajes,
que en mi profunda congoja
interpreta el corazón:
“No te pongas triste al verme
tan maltrecho y acabado!
Mi vida fue muy intensa
y voy muriendo feliz
sintiéndome tan amado!”
El Creador ya me tiene
reservado un gran espacio,
y de nuevo allí podré
albergar a muchas aves;
y esas manzanas traviesas
que un día fueron mis frutos
se treparán como antaño
a acomodarse en mis ramas.
No quiero verte llorar!
Tú sabes que soy sensible;
por lo tanto, me hace mal!
Recuerda el Apocalipsis:
“Tendremos alguna vez
cielo nuevo y tierra nueva”,
y en la creación redimida
habrá un sitio para mí.
Este preciso lugar
llamado “Santa Isabel”
también se irá con nosotros
para alegrarnos el alma.
Será parte del paisaje.
Miraremos más estrellas
a que será un cielo nuevo!
Quizá escribas más poemas...
No quiero verte llorar!
Allí juntos, otra vez,
nos sentiremos en casa!
MARGOT AYALA DE MICHELAGNOLI
Fue vicepresidenta de la Sociedad de Escritores del Paraguay,1992, presidenta del grupo “Costurero Luciano Cestac” (apoyo a la formación de electricistas de la zona marginal del barrio Chacarita), presidenta del grupo ADAC (Asociación de Apoyo a la Cultura), vocal de cultura del “Consejo Nacional de Mujeres”, miembro del “PEN CLUB”, secretaria fundadora del Instituto México-Paraguay, miembro de “Gente de Arte”. Actualmente es presidenta de la Fundación Cabildo y de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.) .
Se desempeña en el área de Recursos Humanos en las empresas del Grupo Michelagnoli para extensión cultural y acción social.
Realizó estudios literarios en cursos de poesía, narrativa, análisis de texto y composición con Hugo Rodríguez-Alcalá, Carlos Villagra Marsal, Jacobo Rauskin, Osvaldo González Real y Francisco Pérez-Maricevich.
Asimismo formó parte de talleres y participó en seminarios como: “Pos-modernidad”, con Osvaldo González Real, “Pos-moderno” con Juan Manuel Marcos, “El Barroco”, con Josefina Plá, “Primer Congreso Nacional de Escritores”, “Seminario Nietzsche”, con Osvaldo González Real, “Seminario Liotar”, con Osvaldo González Real, “Seminario Generación '90”, con Francisco Pérez Maricevich, “Instalaciones '99”, con Fátima Martini, “Búsqueda de la identidad latinoamericana en el arte” (2000), con Javier Rodríguez-Alcalá, “El papel del educador, el escritor y el comunicador en la transformación de la sociedad” (Universidad del Norte 2001), con Mempo Giardinelli, Augusto Roa Bastos y Doris Sommer.
Obras publicadas: “Ventana al tiempo”, poemas (1987); “Ramona Quebranto”, novela (1989), escrita en yopará, adaptada para el teatro en 1998; “Murmullo Interior”, poemas (1991); “Entre la guerra, el olvido”, novela (1992); “Cielos Interiores”, poemas (1994); “Más allá del tiempo”, novela (1995); “El velorio”, “La casa de la calle 33”, “El lapacho”, cuentos. En “Tiempo de contar”, cuentos (2000), “Muestra de las poesías de hoy en el Paraguay”, poemas (2001).
QUIETUD
Exorcízame
la soledad
del Universo
Respirar
el aire
cargado de sonidos
Descubrir
las voces
del vacío
Descifrar
los poemas viento
en las quebradas
Sentir
la quietud
en mi torrente
Precipitarme
en los espacios insondables
del alma
MI BÚSQUEDA
Busco al ser
que me puebla.
Busco mi nombre
verdadero.
Busco la certidumbre
que hoy me deshabita.
Busco al ser
que en los latidos
se multiplica
en lo profundo
insondable
de mí misma.
Fatigada de tanto andar
por los atajos de ansias
incumplidas.
Haciendo arder
hogueras a destiempo
en esta urgencia
de inaugurar
otro universo.
Limitado es el tiempo.
En el umbral
aguarda el otoño
a la intemperie.
RÍO QUIETO
La luna se distrajo
en tu mirada
y vi nacer
una sombra diferente.
Leí el olvido
en tus ojos desolados
que apagaban
este amor
vencido.
Sentí tu soledad
abandonada en mi
tristeza.
Y en el refugio
de mis brazos
estabas
ausente.
No sé si hay desamor
cuando te escucho
la sombra de tantas
noches nos aparta.
Espacio tirante
donde a veces
surge el odio.
Este nuestro tedio
espeso
repetido
asedia
herrumbra.
A veces espero
no despertar
a este quieto río
y concluir la historia
de insuperable hastío.
Estamos solos
en esta gastada rutina
en este quieto río.
En medio de la
bruma de los años.
Se va difuminando
en la memoria
aquello que vivimos
entre lágrimas y risas.
Me atormentan
esas voces interiores
llenas de sueños.
Existió o fue quimera
aquel amor
aquel brillo
tan remoto.
Mientras el crepúsculo
va cayendo lentamente.
Como si siempre
fuera primavera
como si fuera
posible borrar
las cicatrices.
ROSANNA BERINO
Nació en Asunción.
Realizó sus estudios en colegios católicos. Su actitud tendiente a las reivindicaciones la inclinó a su formación jurídica y a una actividad profesional orientada hacia la comunidad. Estudió la carrera de Derecho y Notariado. Se graduó como Escribana.
Escribe poesías desde los 16 años de edad. Ha escrito artículos de contenido social y jurídico para la prensa. Páginas escolares de medios de prensa han publicado varias de sus poesías.
Marcada por el talento e inclinación familiar hacia el dibujo y la pintura hizo su presentación plástica en 1997, al mismo tiempo que lanzó su obra poética “La vida es un libro de páginas rosas páginas grises”, imprimiendo también, en posters, varias de sus poesías infantiles.
Susan Smith Nash, en su obra “First Light” An Anthology of Paraguayan Womens Writers, describe su obra como reflejo de la realidad sociopolítica del Paraguay.
El Dr. Martín Almada describió sus poemas, algunos de los cuales sólo pudieron ser registrados después de la caída de la dictadura stronista, como: “poema simple y grave”, “poema alerta”, “su poesía es denuncia y anuncio. Un dardo al corazón y shock eléctrico al pensamiento”. De sus odas, el diplomático Oscar Llanes resaltó: “Hilvana palabras sueltas con maestría artesanal, con magistral dulzura, con extraño encantamiento nos convertimos en su confidente de múltiples sufrimientos, sin embargo al doblar de página, la encontramos en todo su esplendor en el medio de un círculo de esperanzas redobladas”.
En dos oportunidades participó en el concursos literarios del Club Centenario, y en dichas ocasiones obtuvo el Primer Premio en poesía. Es miembro de la Sociedad de Escritores del Paraguay (S.E.P.) y de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.).
Desde 1991 se desempeña en el Ministerio de Relaciones Exteriores; cumplió labores como negociadora técnica de temas específicos en las reuniones del Mercosur y del Alca. En la carrera diplomática y consular se encuentra escalafonada como Consejera y Cónsul General.
ALTA TRAICIÓN
Rostro amado
cuyos principios se apartaron.
Logró el poder,
y esclavo fue de él.
No honró a quien se lo prestó
mas en impurezas su ser vivió,
el Uno, todo se lo dio,
mas con soberbia
del Uno se apartó,
y en los placeres impíos
se sumergió.
¡Oh, cuánto dolor!,
por ti, muerte me acechó,
no lo apartaste tú de mí
lo hizo el Uno, a quien defraudaste
aquel, a quien yo unida, tú admiraste
pero después te burlaste.
¡Oh, cuánta tristeza!,
tú, que fuiste amado,
¿cómo pudiste con tanta gracia jugar?,
escogiste impías amistades,
y en peligrosas aguas navegaste,
no te aparto de ellos,
me aparto yo.
¡Mal timonel has sido!,
el Uno, por eso, casi todo te lo arrebató.
Contabiliza y sopesa lo perdido,
y reconoce a tiempo lo último que te queda.
Si miras con ojos de este mundo,
dirás, tengo mucho todavía,
mas, si tu alma no está del todo ciega,
sabrás que sólo Uno, es lo que resta.
¡Oh, tú que fuiste amado!,
por ti conocí oscuros pozos, y a quienes,
más pudiendo, mal no les hice.
¡Oh, cuánto dolor!,
cual puñal en la espalda, y en el corazón.
¡Oh, Señor!,
dolor, más injusticia,
más acechanzas y persecución,
saturan el alma de desesperación,
aconsejando peligrosamente a la razón.
En tanto dolor y oración,
oyóse una voz:
mujer, en las acechanzas de la muerte,
¿tu amor, te guardó?
No Señor,
él me entregó,
¡oh cuánto dolor!, admitirlo, Señor!
¿Qué es amor?
sino devoción, cuidado y protección
de aquel a quien amas.
Pero no fue aquél,
sino el Uno que todo lo ve,
quien salvó a su fiel.
Conocí tormentos,
muchas pruebas pasé,
mi cimiento de roca
a mi paso se afinaba y ensanchaba,
una y otra vez,
causándome aflicción y luego alivio,
pero después de todo,
era roca.
Buscando justicia,
puertas golpeé,
reconocí a los falsos,
a quienes, mejor les es creer
en el que tiene poder,
pues favores se logran de él.
Conocí de trabas y falsedades,
sentí en momentos desfallecer,
desesperé, renegué,
mas pudiendo devolverlo todo,
por el Uno, opté;
comprendí entonces,
que por misión en este mundo quedé.
Comprobada la injusticia,
convirtióse en mi lanza.
¡Oh Señor, tú mi escudo,
tú, mi roca!,
con aflicción
me dotaste de lanza.
Nunca me abandonaste,
en el dolor me fortaleciste,
en el dolor me forjaste tu fiel mensajera.
En la noche, encendió
el faro su luz.
Tomé el timón,
hacia él voy,
dichosa de mí,
puerto seguro me espera
allí, donde la Omega.
PENSAMIENTOS
Corta de raíz
lo que solo trae espinos.
Un ser espiritual
no puede dar su tiempo,
por el que carece de él,
y es reacio a aceptar su carencia.
Que tu cuerpo no pese más que tu espíritu
en la balanza de la vida.
Cultiva tu espíritu,
ejercita tu mente,
domina tu cuerpo,
y no pretendas
que todos te entiendan.
No todos están dotados de las fuerzas necesarias;
Que EL UNO te baste.
GLADYS CARMAGNOLA
Poetisa, ex docente. Escribe desde la adolescencia. Su primer libro data de abril de 1965. Poemarios para niños: “Ojitos negros”, 1965; “Navidad”, 1966, “Piolín” 1979 y 1985, “Lunas de harina” 1999. Para adultos: “Lazo esencial” 1982, “A la intemperie” 1984 y 1998, “Igual que en las capueras” 1989 (Premio de la Asociación de Críticos de Arte de Miami, 1985), “Depositora infiel” 1992 (Premio único de Poesía del Instituto Cultural Paraguayo Alemán 1992), “Un sorbo de agua fresca” 1995 (Mención de Honor del Premio Nacional de Literatura 1995, Premio Municipal de Literatura, compartido y Premio El Lector 1996), “Territorio Esmeralda” 1997 (Premio Pluma de Oro José Luis Appleyard), “Un verdadero hogar” 1998, “Banderas y señales” 1999.
Es autora, además, de varios poemarios conmemorativos, de circulación limitada, aparecidos en 1965, 1981, 1982, 1989. Es autora del Himno del Colegio La Providencia, con música de Luis Szarán, estrenado en el centenario de dicha institución. Por su participación con el poemario inédito “Para reconocernos como hermanos”, ha merecido el Premio “Fiambrera de Plata del Ateneo Casablanca de Cultura Popular”, de Córdoba, España.
Ha recibido premios de “Amigos del Arte”, y otros. Y por su poesía, ha merecido homenajes en el Festival de Ypacaraí, en el Festival del Takuare'e, etc. Figura en algunas antologías nacionales y extranjeras y algunos de sus poemas han sido traducidos a otras lenguas.
COMO UN PADRENUESTRO
Si muero hoy,
conoces el modelo
-color y forma-
de lápida que quiero.
Que silbe, cuando cave la tierra
un eficaz sepulturero
buscando dónde arrinconar
mis huesos.
Que nada importe ya de mí
-camino hacia el reencuentro-.
Pero que alguna vez, alguna tarde
propicia, singular para el recuerdo,
leas una palabra, un poema
que derribe los muros del silencio
y llegue a mí, sencillo, elemental,
como un Padrenuestro.
CÓMPLICE
Guardo en algún rincón aquel aroma
de lluvia sobre el monte;
de musgo pisoteado en el arroyo
en pleno bosque.
¿Era más fresca el agua de los cántaros
o el aire que corría en los corredores
como escapando de la resolana
a protegerse en la mansión de adobe?
Estaba siempre allí la parralera.
Y la belleza parecía entonces
ser exclusividad de las guayabas,
de las sandías, de los caracoles...
Era hermoso saber que las palomas
habían nacido para ser mis cómplices.
Cuando de aquel rincón llega el aroma
de musgo en pleno bosque
cuando el aire me trae súbitamente
el frescor del helecho de los montes,
intacta recupero la certeza
de mi horizonte,
y toda la hermosura
del universo es simplemente cómplice.
VERGÜENZA
¿Qué puedo yo decir que no hayan dicho mis hermanos mayores,
de esta tierra?
¿Que la amo, tal vez, profundamente,
que a veces tengo miedo de quererla
de modo tal, que prefiera el silencio
que ofenderla?
Ya sabes que el amor
toma formas sutiles, tan diversas
que unos gritan y aplauden
mientras otros se esconden de vergüenza.
TE AMO, PALABRA
Te amo, palabra,
te amo
porque eres no sólo hermosa forma
enredada en el croquis de una idea,
sino más
porque eres el medio del que pueden asirse mis fuerzas
para abrazar el súmmum de tu esencia
o rastrear el fondo de una sílaba tuya,
auténtica.
Te amo, palabra,
te amo
porque guardas aquello que amo
y de lo que de a poco voy siguiendo la huella.
Te amo porque nunca
me has levantado diques ni barreras.
Porque comprendes que te necesito
y cumples, generosa, el ritual de la entrega.
Te amo, palabra.
Vives aquí, prendida a mis moléculas,
y te lo digo hoy
-sin importarme que ya tú lo sepas-
para cuando no pueda mencionártelo
con esta voz terrena
porque estaré quizá
confundida en la cal de otros huesos
y abrazada irrenunciablemente a ti
bajo seis letras.
RITUAL
¿Alguien ha dicho acaso que estuviera
prohibido ser feliz?
Perdón; no lo recuerdo
o no comprendí.
Con más de media legua transitada
por los cañaverales del vivir,
ya sé del sitio justo donde crece
la exacta caña dulce para mí.
(Casi seguro es la sencilla clave
de este ritual de ser, estar o parecer feliz,
la melodía de los cañaverales.
La caña dulce siempre estaba allí
verdeando en el lucero, en la laguna
que parecía nunca tener fin...
¿Qué alquimia ha germinado la semilla
en algún metafórico jardín
y ha impedido secarse a la laguna
sólo dentro de mí?)
¿Dónde estás caña dulce que insaciable
pidió esta boca entonces infantil?
Nadie jamás me ha dicho que estuviera
prohibido ser feliz.
Si alguien se atreve que no sea aquí.
RAQUEL CHAVES
Nació en Asunción, Paraguay.
Estudió Filosofía, Inglés, Estética.
Incursionó hace años en el periodismo y la docencia universitaria.
Poeta y ensayista, publicó varios libros de poemas como “Todo en el viento: Siete Viajes” (1984), “Espacio Sagrado” (1988), “Partes del todo” (2000) y varias canciones, en una incesante producción.
La trayectoria de esta artista sensible, intelectual-de reconocida excelencia, se proyecta en una actividad cultural de indudables valores.
LA RAMA EN EL VIENTO
El peregrino adónde va?
Lejos
muy lejos...
El peregrino adónde irá?
Más allá del tiempo...
Estaba ahí
absorto en la llanura
“enfermo de universo”
frente al cerro lejano.
Vengo del Sur
de ese país en grietas...
Vengo con dos milenios
y el polvo de Hiroshima
formando nubes
de horror
en la memoria...
Soy el viajero
El que pregunta
Llego al Yvypyte
sin asirme a nada
en el silencio del tiempo
escuchando
los antiguos Cantos...
Ellos me dicen:
Aquí nacieron
los primeros árboles
las aves y animales
el hombre y la mujer!
Soy el viajero
El que viene de un país en sombras!
Me encuentro en la tierra del origen...
el yvypuru'a del mundo...
Un espacio sagrado que hollar al fin.
AMOR DE RÍO
Ay este amor del día y de la noche
con todo el apogeo y el dominio
que sobre su cuerpo ya ejerzo y siento,
se va, en otro río, el presentido.
CONFESIÓN
A mí me ciñe el regocijo,
el de tu cuerpo con el mío,
en el setiembre que desata
luces de árbol todavía.
ADIÓS
Qué día de junio es hoy
que florece en viento
en este puerto
perdido como el sueño
habido de vanas
esperanzas sobre el amor...?
Quedan breves recuerdos.
Es cierto. Allí está
en la arena borrándose tu adiós.
ÁRBOL DE AGOSTO
a Osvaldo González Real
Floreces este mes porque floreces...
Nadie sabe por qué, por qué este tiempo
vestido ya en tu gloria, te desviste
y viste de hermosura a quien te mira.
Yo te proclamo luz de mi paisaje...
Y en mi callada noche, un alba de oro,
con la oscura presencia de los ángeles.
EL PATIO
Terrible corazón el que me dieron.
Quisiera rescatarlo de esas nubes
y es imposible. Además, el viento
es norte y su loca sed me agobia.
Dejé abiertas puertas y ventanas.
Dejé que con la fronda conversara
y pusiera orden en tantas cosas
que en este patio se acercan a la vida.
El viento, que es el dueño de mis días,
pasa y pasando deja sus esencias.
Deja caer las hojas a la tierra
y es corazón, confuso, las espera.
DE VIAJE
Las alas que en la espalda
llevo
no se ven.
Me sirven a ciertas horas
para el vuelo.
No pesan porque el aire
se colma de palabras
y el rumbo es alto:
allá me esperan.
EN ESE REINO
Este vivir nombrándote
hace saltar las cosas
del reino de la arena
donde me espera insomne
tu piedra, la primera.
SUSY DELGADO
Nació en San Lorenzo, Paraguay.
Obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Comunicación (Periodismo), de la Universidad Nacional de Asunción, en 1970. Realizó un curso de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, entre 1978 y 1979, y en el Instituto Goethe de Berlín, en 1989.
Su primer libro apareció en 1985: “Algún extraviado temblor”, luego publicó los siguientes poemarios: “Tesarái mboyve” (Antes del olvido), edición bilingüe 1987; “El patio de los duendes”, 1991; “Tataypýpe” (Junto al fuego), edición bilingüe 1992; “Sobre el beso del viento”, 1996; “La rebelión del papel”, 1998; “Tataypýpe” (Junto al fuego), tercera edición trilingüe 1998 y “Ayvu membyre” (Hijo de aquel verbo), 1999.
Actualmente es responsable del Área Cultural del diario La Nación. En este medio, creó hace dos años la colección “Grandes Figuras de la Literatura Paraguaya” y el Concurso Literario “Juan Bautista Rivarola Matto”. En Argentina, Brasil, Uruguay, México, Colombia y España, ha presentado ponencias sobre la lengua y la literatura en guaraní.
Ha recibido el Premio Junta Municipal de 1992; fue primera finalista del Premio de Literaturas Indígenas de Casa de las Américas, Cuba, en 1992; Personaje del Año en 1997; Mención Especial del Premio Municipal en 1998.
1)
Si yo pudiera
atrapar esta tarde,
deshilachar la lluvia,
desmadejar el viento,
soltar la cabellera del silencio,
desabrochar la espera.
Si yo pudiera
saltar sobre relojes,
volar sobre las calles,
transgredir el hastío,
violar lo establecido,
arañar el revés del horizonte,
instaurar el latido.
Si yo pudiera
calentar esta silla,
respirar hondo,
sudar la gota gorda,
aclararme del todo,
escribir el poema.
2)
Quién sabe,
amigo mío,
tal vez un día
cuando acabemos
esta carrera tonta y terca,
esta carrera ineludible,
nos sentaremos
en la playa del mundo
a respirar
y a matarnos de risa
de ver que todo empieza
allí de nuevo,
de ver que otros mundos
insospechados, inasibles,
se levantan y cruzan
la inmensidad del cielo
cansinos e indolentes,
matándose de risa de nosotros...
3)
Son tantas ya las lluvias,
los cansancios que no hemos compartido...
En una tarde como ésta,
aquél que hoy
es tan sólo un recuerdo brumoso,
se hubiera acomodado frente a la ventana,
hubiera encendido un cigarro
despaciosamente,
y hubiera entornado los ojos
para hacer de una charla
el encuentro y la revelación
de los signos secretos.
Y aquel otro
que pasa vida
con ojos entornados,
hubiera puesto en esta mesa la mirada
como quien deja una palabra tibia,
hubiera acogido
mi nostalgia
de cigarros y charlas y nostalgias,
con un gesto pequeño, clarísimo
de estar aquí
y de empezar a estar,
irreemplazable, para siempre.
4)
Opi.
Ama rykuere
omboverapa kóga rogueita,
otytýi tytýi,
ovy' a.
Kuarahy oitypei
poti asy
ára hovy,
omyasai ka'arupýre
py'a guapy.
Escampa.
El agua de lluvia
ha lustrado toditas las hojas
que tiemblan suavemente,
de alegría.
El sol está barriendo
y haciendo brillar
el cielo azul,
esparciendo en la tarde
sosiego al alma.
5)
Ajahe'óta pende apytépe*
ku purahéicha,
sapy' ami.
Narotivéigui che py'apýva,
che mbyja kuéra nahosavéiva,
ipirupa, ikusuguepa,
akói chembo piro'ýva,
che Paraguay,
ne jahmin poty
Voy a llorar en medio de ustedes
como aquel canto,
sólo un ratito.
No me avergüenza ya este pensar
por mis estrellas que han enfermado,
que se han secado y descascarado,
aquellas que me aliviaban,
mi Paraguay
tu jazmín en flor.
LOURDES ESPÍNOLA
Nació en Asunción, Paraguay. Obtuvo en la Universidad Nacional de Asunción el Doctorado en Odontología (1978); en la B.A. North Texas State University la Licenciatura en Letras (1980); en M.S.H.P. South West Texas State University, master en Administración Sanitaria (1982). Publica su primer poemario en 1973. Tiene editados ocho libros, dos de los cuales han sido traducidos, al inglés Ser mujer y otras desventuras, y al francés Tinta de mujer. Otros son Visión del Arcángel en once puertas, Monocorde amarillo, Almenas del silencio, Tímpano y silencio, Partidas y regresos y La estrategia del caracol.
Ha obtenido numerosos galardones, entre ellos el Primer Premio Literario de la Sociedad Nacional Sigma Delta Pi, de EE.UU. (1977); el Primer Premio Literario Internacional Santiago Villas, de la Sociedad de Lenguas Extranjeras, de EE.UU. y el Primer Premio de Poesía Internacional La Porte des Poétes, de Francia (1999).
Es miembro de varias entidades culturales y Socia Fundadora de E.P.A.
DELMIRA
Contradicción o ser mujer
es todo uno,
arder
fingir pudor
callar, cantar
adorar el propio cuerpo
engalanarlo con trajes
potes, perfumes, y artificios
todo envuelto en la pretendida modestia.
Y estar
con la medida exacta,
la mirada virginal
de ojos sonrientes
pero anhelando
la larga caricia
que desate los corceles
del deseo expertamente reprimido.
VAMOS A CONSIDERAR TODAS
LAS COSAS
Vamos a considerar todas las cosas:
tu mirada empapada de otras noches,
tus manos de semilla
a punto de plantarse en mi costado,
y sobre todo tu fuego, que crea tanto
y temo me destruya;
y también
la puntual muerte del amor,
como me hablaste.
Pero mejor, no consideremos nada
y
extiende
el ramillete de nervios de mi tacto,
sólo para que Dios
no me encuentre dormida
HAY MÁSCARAS Y ESPEJOS
Hay máscaras y espejos,
máscaras para el amante de paso
que deseamos no se quede,
máscaras seductoras, virginales;
máscaras que dan poder
y nos defienden.
Pero están los espejos
que devuelven al otro en el salto,
espejos para el amor esperanzado
y para ocultar la muerte.
Espejos-máscaras tratan de detener
la imagen de tu lengua,
dejándome en carne viva,
purificada en sales.
SOY MUJER, DESOBEDEZCO
Y serán de nuevo las palabras
de los sopranos de Babel.
Cuerdas vocales trenzadas:
los dialectos de África,
los murmullos de India,
los gemidos esquimales,
los sollozantes cantos de las Cholas.
Las oraciones de las musulmanas
y las alto de Milan...
callando todas las notas.
Acordes emergiendo
la raza inmensa que amamanta
la simiente del sol,
desde la espera.
COMO LA DANZA DEL DELFÍN
EN EL OCÉANO
Si pudiera presentarme
desnuda ante ti.
Si tuviera el valor,
o tal vez la chance...
Para que vieras que no hay nada que temer,
o que todo es de temer.
Cada hueco de mi cuerpo es seguro,
y va a estar,
intocado y fiel como la naturaleza más salvaje.
(O como el océano que amas).
Pero eres tan poderoso...
a veces me das miedo.
Y me visto con disfraces dispares,
para ocultarme
o parecer temible.
Y entre los dos –extrañamente-
termina el absurdo territorio del poder.
Te acercas:
agua-desierto-miel,
y me extiendo
miel-desierto-agua.
Y no sé dónde empiezas,
dónde empiezo...
como la danza del delfín en el océano.
VAMOS A TRATAR
Vamos a tratar
de engañarle a la vida;
tal vez ni se dé cuenta,
porque es de noche y hace frío
y la muerte también está ocupada en otra parte.
Tal vez logremos, escondiéndonos,
la luna tiene nubes y silencios la cubren...
fingiremos que realmente no importa;
que estemos por primera vez a solas,
con el cuerpo extendido
en este perfecto enjambre,
como una sola trampa
que espera desde siglos.
RENÉE FERRER
Nació en Asunción, Paraguay.
Es poeta, narradora y doctora en Historia por la Universidad Nacional de Asunción, cuenta con una abundante producción tanto poética como narrativa, además de trabajos de investigación histórica, como su tesis Un siglo de expansión colonizadora, y varias adaptaciones teatrales.
Es socia fundadora de la Sociedad de Escritores del Paraguay, de la Asociación de Literatura Infanto-Juvenil del Paraguay, de Escritoras Paraguayas Asociadas; miembro del PEN Club del Paraguay y del Instituto de Investigaciones Históricas, miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española.
Ejerció el cargo de presidenta de la Sociedad de Escritores del Paraguay durante el período 1998-1999, bajo cuya gestión se fundó el Fondo Editorial de la S.E.P.
Actualmente dirige un taller de composición en el Centro Cultural Juan de Salazar.
Su obra poética consta de diez y seis títulos, reunidos en el volumen POESIA COMPLETA HASTA EL AÑO 2000, además de la antología “La voz que me fue dada” (Poesía 1965-1995). Como narradora tiene publicadas las novelas “Los nudos del silencio” y “Vagos sin tierra”, y varias colecciones de cuentos tales como “La Seca y otros cuentos”, “Por el ojo de la cerradura”, “La mariposa azul y otros cuentos para niños” y “Desde el encendido corazón del monte”, de temática ecológica, premiado por la UNESCO en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en 1995.
Ha recibido numerosas distinciones nacionales e internacionales; entre las que se destacan, además de la ya mencionada, el Premio “Pola de Lena”, España, 1985; fue finalista en el concurso “Ana María Matuta”, 1989, en Madrid, en el concurso de cuentos de la revista “Punto de Encuentro”, Montevideo, Uruguay y en el concurso de poesía “La Porte de Poétes”, 1998, París, Francia.
Está incluida en numerosas antologías y ha sido traducida al guaraní, inglés, francés, portugués, alemán, sueco, italiano. Representó al Paraguay en numerosos congresos, ha sido invitada a leer su obra y a dar conferencias en diversas universidades y centros culturales de Europa, Estados Unidos de América, América Latina, Israel y Paraguay.
SABOR
Sobre la lengua
la memoria salada de tus ojos
y los zumos del beso.
Sobre los pliegues de la lengua
el desolado gusto de la ausencia,
la candente sazón de nuestro aliento.
Sobre la penumbra de la lengua
no tanto la dulzura entrelazada
sino el ácido febril del mordisqueo.
Sobre mi lengua alfarera
la posta de tus ojos insomnes,
el largo itinerario de tu cuerpo.
Sobre la lengua
el metálico sabor de tu deseo.
LAS CAJAS
Bajo la lámpara
tengo
un rebaño de cajas,
pequeños cubos,
cierre
y bisagras;
pastorean la luz
sobre el vidrio
y yo,
sin saber qué hacer,
lustro sus tapas.
La mudéjar
la compré
en una subasta;
era en parís
y llovía;
Vallejo se aproximó
y por poco lo seguí,
encandilada,
del brazo;
me retuvo aquella caja
que hubiera querido darte
para esconder algo,
no sé,
algún deseo
en su diminuto espacio;
en el pastillero esmaltado
acomodé tu sonrisa,
la misma
que aquella tarde
se resbaló
de tus labios;
en la de Limoges,
los reproches,
en la de cristal,
mis ansias,
en la de nácar
-cuidado-
que la atoré de palabras,
las que callé en la vigilia,
las que entresueños
me hablabas;
las que no eran para mí,
en el monedero de plata,
-aguijones de tu voz-,
ésas
no quiero escucharlas;
qué raudales de silencio
retuvieron
esas cajas.
Ahora,
ya están vacías;
que no se le ocurra
a nadie
abrirlas:
no tienen nada.
INSOMNIO
Del vasto territorio del insomnio,
de su ilímite páramo de sombra,
traigo hilachas de ausencia entre los labios,
una huella que me hurta y que te nombra.
¿Qué distancias de fiebre y desvarío
por las estribaciones de la autora
recorro suplicante, pierdo, ansío
destejiendo la trama de las horas?
Cuando estoy por tocarte es ya un vacío
la llama de tu voz. Como las hojas
de un vendaval atónito y tardío
tu fantasma mi sueño desaloja.
Me sorprende el lucero soberano
creando tu caricia con mis manos.
REQUISITOS
Morder
la seda rosa de tu piel
hasta el carozo del deseo
y quedarme con el zumo
entre los labios.
En las llamaradas del leño
seguir
la biografía de un poema
la trémula complicidad
de los acordes.
Y oír
en la posada del encuentro
las exigencias del alma
como un sol descorazado
y compañero.
CAMINATA
Qué soledad tan muelle
esta de caminar sobre la arena.
Ataviada de heridas va mi sombra.
Los lejanos veleros se reparten
las migajas de una imagen quebrada.
Qué llena de murmullos la cabeza,
y diálogos sin voz,
y soliloquios.
Mientras tanto el sol
pone en los ojos
redondos arco iris
que dudando resbalan.
NORA FRIEDMANN
Nació en Villarrica, Paraguay.
Desde muy temprano escribió poesías. En 1991 publicó “La vida, el amor y mis recuerdos”, en el mismo año “Pude haber sido”, en 1995 “Sueños” y en 1998 “Buscando el camino”.
Estudió Psicología, Declamación en el Ateneo Paraguayo y Teatro en el Real Conservatorio de Madrid. Fue diplomática en México, Italia y España.
RECUERDOS
Recuerdo aquella mañana,
cuando las palabras nos faltaban;
nos miramos sin hablarnos,
entonces descubriste
que también tenías el don
de escribir tus sentimientos.
“Imagina ladrillos como versos,
un conjunto de rimas como techo
y al pasar los umbrales de esa puerta
hallarás, como el sol, sólo un poema:
Si desnuda de males tu alma entra
lograremos, al fin, la obra completa”
Levemente me pasaste
ese trozo de papel,
tu mirada clavada en la mía,
las palabras sobraban, las horas seguían,
continuábamos juntos,
sólo faltaban los demás días,
sólo faltaba toda la vida.
SURCOS
Si volviese atrás,
recorrería mi propio camino,
abriría cien surcos diferentes
y me quedaría absorta y confundida.
¿Fue mi propio andar
que el destino torciera el camino?
O aquella piedra
que enfurecida taponaba
los espacios que yo seguía.
PENUMBRAS
Esta soy yo;
una mujer que vibra;
torbellino, fuego y sueños,
que sigue buscando el camino.
Lejos veo aparecer un nuevo sendero
sin apresurarme a correr
por ver lo que hay escondido.
La vida me irá mostrando,
sus penumbras y alegrías
y yo en medio de todo,
así podré aprender
a no apresurarme a querer,
a otro como aquel,
que hoy, ya es historia.
SUEÑOS
Sueño con tu alma pura,
y tus besos infinitos.
Sueño con tu amor presente
en cada espacio de mi pequeño mundo.
Sueño con tus caricias
perdidas en medio de mi cintura.
Sueño con tu corazón latiendo
junto al mío,
perdiendo su paso y su ritmo
al hacerse melodía.
Sueño con la vida distinta,
que un día me ofreciste
sin pedir nada mío
FELICIDAD
Volver a sonreír,
es volver a cantar.
Canta el jilguero
en mi ventana.
Entra la luz, la esperanza.
El día se asoma lentamente.
¡Pase usted, Felicidad,
esperando estaba que acudiera!
MARIA EUGENIA GARAY
Nació en Asunción, Paraguay.
Realizó estudios de Psicología y Pedagogía.
Licenciada en Ciencias de Comunicación Social, en la Universidad Católica, de formación humanística y amplia cultura general, ha realizado estudios referentes a otras civilizaciones. La historia comparativa de las religiones, la mitología, la observación y análisis de las diferentes costumbres y mitos regionales, ocupan parte de sus intereses, así como la Lógica y Filosofía. La lectura de los grandes poetas y escritores de habla inglesa influyó en su producción.
Su profunda preocupación social, y el interés por su patria y por su pueblo se reflejan en su poesía, de hondo contenido humano, desde donde levanta claramente su voz, en nombre de los que no son escuchados. Poesía comprometida que propone un mundo mejor y más justo.
Poeta narradora y periodista, colabora con diversos medios de prensa; ha publicado “Poesía” (1983), “Recobrario” (1984), “Baile de disfraces” (1987), “Elección personal” (1987), “Los indóciles sueños” (1999), “Bosque de luciérnagas” (2000) y “Verano en Isla Esmeralda” (2000). Es mencionada en Literatura del Paraguay, Viriato Díaz Pérez, Palma de Mallorca (1980), Voces Femeninas en la Poesía Paraguaya - Josefina Plá (1982), Poetisas del Paraguay (Voces de hoy) Miguel Ángel Fernández y Renée Ferrer de Arréllaga (1992), “First Light-An Anthology of Paraguayan Women Writers”. Susan Smith Nash. Norman, Oklahoma (1999), Los poetas paraguayos y sus obras. Margarita Kallsen (1996), Breve Diccionario de la Literatura Paraguaya. Teresa Méndez Faith (1997), Antología de la Literatura Paraguaya “El trino soterrado” de Luis María Martínez (1988) e Historia de la Literatura Paraguaya -Actualizada al año 2000, Hugo RodríguezAlcalá y Dirma Pardo Carugati.
Obtuvo el Segundo Premio en el Premio Municipal de Literatura, edición 2000, por “Los indóciles sueños” y Mención de Honor en el Premio Literario Roque Gaona, edición 2000 por “Bosque de luciérnagas”.
HUÉRFANOS DE LA LUNA
No quiero
que mis hijos
crezcan
huérfanos de la luna.
Que tengan que atisbar
por entre los recodos
del cielo
que nos quedan,
para verla surgir
casi como un milagro,
tapiada por los altos rascacielos.
No quiero
que sus ojos
ignoren
el antiguo misterio
que guardan las estrellas,
el fulgor infinito
de las constelaciones,
que el viejo fuego tutelar
que enciende la Cruz del Sur,
allá en el firmamento:
les resulte del todo
indiferente.
No quiero
que sus pies
desconozcan
el roce de la arena.
El terso terciopelo del musgo
entre la piedra,
el verdor de los pastos,
la humedad de la tierra.
No quiero que su piel
se vaya marchitando
sedienta de agua clara
anémica de sol,
de mar,
del sonido del viento
que habita entre el follaje,
y anida en los maizales
sus canciones de fiesta.
Para ellos yo quiero:
el frescor de los bosques,
la inmensidad del cielo,
el susurro del agua,
el viento de la noche
cuando nace la luna,
y mis manos comienzan
a pulsar la guitarra.
Yo quiero
que los niños
hereden una tierra,
adonde el sol madure
el dulzor de los frutos
en la espesura intacta,
adonde las mañanas
se abracen a los cerros,
y la voz de la lluvia
traiga un eco lejano
sembrado de esperanzas.
INICIACIÓN
Estamos al comienzo del verano.
Las luces de las luciérnagas
se encienden y se apagan en el patio.
El cansancio sube las escaleras conmigo,
después de un largo día de trabajo.
Los ruidos de los autos
comienzan a acallarse.
El inmenso jardín sólo es silencio,
y el bosque una oscura muralla
donde duermen los pájaros
su letargo hasta el alba.
Así, cuando todo está quieto,
yo busco algún papel
y en él escribo
toda esta resonancia
que me crece
entre el pecho, las manos,
la mirada.
Estallan mis adentros,
me desbordan,
el loco torbellino del pulso
se encabrita,
mi nombre es un abismo
donde brota la luna,
y mis ojos son lagos de luz,
de estrellas altas.
FLUYENDO
Inauguro este sol
que tejido de sombras
llega al suelo del bosque,
al borde de las hojas
a las piedras que cantan.
La vida va fluyendo
como fluye el arroyo,
poblado de veranos
encendido de peces
bajo el rumor del agua.
El ayer: ya no cuenta,
el arroyo es el mismo
mas el agua que corre
jamás será la misma.
Hay resplandores ciertos
que forman claridades
sobre el agua que pasa.
Pero también hay sombras
proyectándose unísonas
al sol de la mañana.
Se desliza el arroyo
por los cauces del alma.
Fluye como la vida,
mientras los días pasan,
y yo disfruto a pleno
de este sol,
de estos árboles
de encendidos veranos
repletos de cigarras.
MYRIAM GIANNI SILVERO
Nació en Asunción. Es escribana y notaria pública y ejerce su profesión. Muy joven empezó a escribir poesía, mostrando predilección por las formas clásicas del verso. Sus primeros poemas fueron incluidos en antologías y más tarde publicó sus obras en opúsculos y plaquetas. Cada tanto aparecen poemas suyos en revistas literarias del país y del exterior. Es socia fundadora de E.P.A.
DOS SONETOS
I
Cae la tarde que creí temprana
sobre esta juventud que fue la vida,
se deshace en silencio, contenida
como el óxido verde en la campana
Ya se queda sin luz cada mañana,
la calle del amor, descolorida
y todo es un volver, una partida
una pobre oración de mala gana
Cae de a poco para que yo sienta
todo el gris que me vuelca aunque la mienta
con la estrecha verdad de mi cordura
Cae por fin, amor que no escarmienta
para que entienda cómo fue la lenta,
la simple soledad que ahora perdura
II
Como un largo silencio, penetrado
por todo lo que sueño y nunca pasa,
he vuelto caminando hasta la casa
donde habita en silencio mi pasado.
He vuelto sin pensar, como arrastrada
por todo lo que fuimos sin saberlo
porque nunca fui sola, y al no serlo
subsisto solamente en lo que he dado.
Retazos de un ayer que en el relente
de una tarde sin fe, van lentamente
recorriendo la historia de mi suerte.
El muro que se fue, la paz ardiente
de un verano remoto. Y en la mente
mi obstinada añoranza de tenerte...
TRES POEMAS
I
Esta ausencia que fluye lentamente
como el cálido curso de un recuerdo
y esta larga fatiga de estar cuerda
con la sombra total sobre la frente.
Es la vida que fue; como un poniente
de lóbregos presagios donde muerdo
la rabia de morir a paso lerdo
sin saber más de ti. Sólo un doliente
silencio me acompaña hacia la nada
porque no hay más razón, ni está el amado
para darle al final la triste rosa.
Queda un tenue resol de la alborada,
mi antiguo divagar, la estrofa odiada
que se abraza a tu ausencia en cada cosa.
II
Y fue por esa calle en pleno enero
que la noche dormía de caliente,
se caía el vapor sobre la poniente
con un dejo irreal de sol postrero.
Bajando la barranca, aquel sendero
grisado de humedad, blanco de estrellas,
dejó una llave para abrir sus huellas
y fue a perderse en el dolor primero.
Y sé que esa es la calle, estoy segura,
allá estaba la casa, blanco el muro,
y un árbol tan común que hoy sigue fuerte.
Tal vez se encuentre en él, sobre su leño
mi lágrima perdida, el primer sueño,
aquel con el que ayer negué la muerte.
III
Pasa la noche así por la ventana
con un poco de cielo, algunas hojas
caídas sobre el pasto, y tejas rojas
que confío evocar cada mañana.
Se va perdiendo en humo, más lejana,
la propia noche aquella -¿no te enojas?-
cuando buscas la imagen, cuando mojas
un trozo de papel casi sin ganas.
Los versos son -qué importa- mi sentido
un hábito de ser; mezcla de olvido
que entibia la memoria como un leño.
Pero siempre está aquí lo que ya ha sido,
la noche en que yo estaba y que se ha ido
sin dejar nada más. Entonces sueño.
EMI KASAMATSU
Nacida en La Colmena, de padres japoneses.
Es cuentista, ensayista, investigadora y poeta.
Licenciada en Letras y catedrática en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.
Algunas de sus obras están traducidas al inglés y al japonés.
HAIKU: Encuentro de las almas en la naturaleza que va desdoblando...
LA MADUREZ
El aire estival,
cálido invade las tardes.
El aroma de otoño se percibe.
(2001)
EL ATARDECER DE AGOSTO
Cuando miro el cielo que se tiñe.
Contemplo y reflexiono,
la grandeza de la creación.
(1997)
ENCUENTRO
Jazmines, verjas. ¿Qué más?
Doy vuelta y miro,
El encuentro de dos almas.
(2001)
BROTES A DESTIEMPO
Algo se trastocó.
La primavera brota en mi jardín,
antes del tiempo.
(2001)
ACHÉ
Murmullo de voces
¿O cántico celestial?
Aché, ora pro nobis.
(2001)
COMUNIÓN EN EL ALBA
Miro extasiada,
en el amanecer que clarea,
lirio salpicado por el rocío.
(2001)
UN HOMBRE LLAMADO BORGES
Quién eres:
Carne nacida entre dos sueños.
Ilusión ensombrecida.
(1994)
TANKA
EL MAR DEL SETO
El muelle se desdibuja,
con el cielo de la tarde envuelta en brumas.
Aguas profundas del Seto.
Ya no están los palanquines.
Oh, tú también te has ido.
(1994)
OLVIDO
Calles de oscuros senderos,
un eucalipto enhiesto ora y mira silencioso. .
Guarda historias que nadie recuerda.
Sólo el ruego ausente
llena el recinto sagrado.
(2000)
SUEÑO DE NIKOCHAN
De repente dices algo.
Y yo te acaricio: Te quiero mucho.
Tu rostro dormido sonríe.
¡Felicísimo!
Rayito de sol que inunda mi alma.
(2001)
MAYBELL LEBRON
Activa promotora de eventos culturales, fue secretaria de la Sociedad de Escritores del Paraguay (S.E.P.), fundadora y miembro de la terna directiva de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.)
Actualmente es miembro de la S.E.P., de E.P.A. y coordinadora de la entidad de Amigos de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, del Club del Libro N° 1, del “Taller Cuento Breve” del Prof. Dr. Hugo Rodríguez-Alcalá, del Taller “Prosa y Poesía” del Prof. Dr. Carlos Villagra Marsal.
Tiene publicados: “Memoria sin tiempo” (29 cuentos) en 1992, “Puente a la luz” (72 poemas) en 1994 y “Pancha” (novela) en 2000.
Además de varios cuentos premiados, sus cuentos y poemas figuran en publicaciones culturales de nuestro país y del extranjero.
Sus obras se incluyen en la bibliografía de estudios secundarios y universitarios, y además ha sido seleccionada para diversas antologías publicadas en el Paraguay y el exterior, en castellano e inglés, así como en ensayos de España, Estados Unidos e Italia.
ESPEJISMO
Ella mira
el sauce repetido en el agua:
cardumen en tierra prisionero.
El río
repica en los guijarros
aferrado a sus pies secos.
Lame sus resecas manos
con caricia húmeda
de ansioso enamorado.
La arrastran remolinos impacientes
que hacen boyar sus senos
y enlazan los muslos polvorientos
en inquietante abrazo.
Ella ve
en la tierra sembrada de soles
una explosión de capullos
como miríadas
de mariposas blancas.
Cantando
enreda en sus cabellos empapados
flores de camalote.
Y ríe en medio del río
ríe bajo el agua terca
con la boca abierta
y los ojos cansados.
AUSENCIA
Soledad irredenta
voy contigo.
En la noche desgarrada de recuerdos
o entre voces y gente
miro, húmeda,
la corteza azulada de infinito
y escudriño
entre sus dedos trémulos
acaso
algún vestigio.
Soledad.
Hoy eres compañía
me acercas
a quienes han partido.
POETA
Aislada en un bloque de cemento
la voz baja de tono
rebota en las paredes muertas
bajo la luz fingida
teñida de vergüenza.
Afuera
despiertan las estrellas
en triunfal interludio.
En la terraza cálida
alguien
mira el cielo.
EL REVÉS DEL ESPEJO
Mi aliento avasalla tu rostro.
Asustados se humedecen tus ojos
aureolados de luces repetidas
en repetido gesto.
Se me acaban las uñas. Los dedos sin pellejo
dejan rastros de sangre sobre el tenaz remedo.
Frías gotas de luz empapan mis cabellos.
Busco el espacio esquivo, vulnerable al asedio
y el cristal me enceguece con mi propio reflejo.
Yo lo sé.
Hay un algo insondable que aguarda en el reverso:
losa oscura sin huecos tupida de secretos.
Ansiosa busco
un desgarro en su costra
para verme por dentro.
ÉXTASIS
Mira
estamos vivos.
Siento la savia oscura galopar en mis cauces.
La luz borra quimeras
-huéspedes de párpado ceñido
y dibuja sin prisa tu contorno olvidado.
El nácar de la arena tramonta el aire y se deshace.
En la playa las huellas son testigo.
Mi aliento y tu cuerpo palpitante repican.
Ya ves
estamos vivos.
A VECES QUIERO
A veces quiero
desde un ágil peñón
bajo el hollín del firmamento
perforado de luces
hundir el dedo
en el hueco de una estrella.
A veces quiero
sola en medio del rumor del tiempo
como una perla
entablar un diálogo conmigo misma
o rezar
una oración cualquiera.
IN MEMORIAM
A los caídos de marzo
La plaza.
Está rota la plaza
la plaza está vacía
esta noche.
Un murmullo se escurre
entre las plantas mustias.
Tejiéndose de brumas
levántanse entre cruces
las gloriosas figuras.
Con lágrimas y furia
en el silencio grito:
¡Aleluya!
NILA LÓPEZ
Nació en Concepción, Paraguay.
Como maestra fundó una escuela con cien alumnos a los diecisiete años, en su ciudad natal, y ejerció la docencia en numerosas instituciones rurales y de la capital, además de ser alfabetizadora de adultos en institutos penales.
También obtuvo el título de profesora superior de Declamación. Egresó de la Universidad Católica de Asunción como licenciada en Psicopedagogía. Se dedicó a la producción cultural en numerosas instituciones, fue encargada de asuntos culturales de la Embajada de Israel y directora de Cultura del Centro Cultural Paraguayo-Americano.
Como periodista se ha destacado por su habilidad interrogadora y sus opiniones críticas.
Fue directora de suplementos culturales y revistas dominicales de los periódicos más importantes del país, además de trabajar en variadas radioemisoras. También es directora, guionista y presentadora de televisión, medio para el que ha realizado originales programas en América, Asia, Europa y África. Actualmente se halla al frente de la Dirección de Fomento del Libro y la Lectura, en el Ministerio de Educación y Cultura. Como escritora ha cultivado géneros como la poesía “El brocal amarillo”, “Artificios naturales”, “Ciudadalma”, el teatro “¿Quién dejó pasar el tren?”, Primer premio Radio Cáritas y el ensayo “Señales-una intrahistoria”.
Su obra “Madre, hija y espíritu santo”, ha merecido el Premio Municipal de Literatura, 1998. En setiembre del año 2000 ha publicado su novela “Tántalo en el Trópico”.
TODOS LOS CIELOS
Apenas es la víspera de la melancolía.
De un ruido de espuma. De un neblinoso tedio.
Apenas me acostumbro a estar contigo.
Con esa astronomía delirante. Con tu historia.
Apenas ha empezado una jornada más.
Con zapateros. Con borrachos insomnes.
Apenas se describen las cosas circundantes.
La cabeza de tu alma descabeza a la mía.
Me exilias de mi sangre. Será por unas horas.
O unos días, o un mes, quizás la vida entera.
Te dejaré ocuparme sin aviso.
Podrás entrar hasta los fondos grises. Solo.
Podrás llorar sobre mi falda tibia. Silencioso.
Permitiré que goces de mi aliento. Con tu aliento.
Seré como otras veces sólo un cuerpo prestado.
Una fiebre atmosférica. Una ardiente nostalgia.
Podrás jugar conmigo en las ruinas del templo.
Ojos como cuchillos nos mirarán pasar.
Pero estaremos juntos empujando los cielos hacia arriba.
GÉNESIS
Si esa fugaz luciérnaga deslumbra
al transeúnte tal vez desatinado
es porque viene de una tribu ignota,
es porque duda de que alguna vez
un principio del mundo, suavemente,
sin horas, sin errores y sin cálculos
vio crecer una hierba en la alborada.
ÚLTIMO SILENCIO
Mordaz, queme o conserve mi palabra
el plan de cada tiempo en su premura,
y si fuera la muerte mi discípula
guarde en azul posteridad la huella
de lo que nunca quise que supieras.
LAMENTO
Soy hombre, soy mujer, tú me acomodas.
Conozco cada calle, cada esquina,
sé de cuatro balcones derruidos:
el resplandor del alba que nos duele.
Así entiendo por qué sin su razón
tu corazón elige, como el mío.
CÓMO
Cómo no protestar si te han mentido.
Cómo no fornicar con las abejas.
Cómo dejar de aullar esta mañana.
Cómo templar la cuerda de la vida.
Cómo hacer que amanezca claramente.
Cómo. Dime tan sólo cómo,
y dejaré de leer en los destinos.
SOY
Nada hay que se repita
sobre la agreste dimensión del día.
Soy todas las ciudades y reinos que soñé.
Soy algo tan azul que desperdicio
el verde y amarillo de la siesta.
Soy el maíz de otra galaxia.
Soy hembra.
Soy la Ley que va y viene.
A veces
simplemente soy,
y canto
a esos estados en los que el alma absorbe
en su fluyente diapasón,
la luz.
CÍRCULO
Destino circular el que nos llama.
Y en la expansión de luces y de sombras,
sensorial y perenne, el movimiento.
Es gracias a esos raptos
que yo sostengo ahora
el impulso de ida y de venida,
que pregunto y me asombro y desasombro,
que toco tu envoltura
y me reclavo pedazo por pedazo
en tu costado.
TROMPOS SIN CUERDA
Aire robado. La gota de rocío se ha mojado.
Apunto. Apunto mientras pasan agoreros
y el traficante duerme su hastío milenario.
Es sólo un charco de miserias. ¿Son visiones?
En mi ciudad hay sangre derramada
y algún antiguo gesto aristocrático.
Aquí estamos danzando
como trompos sin cuerda. Mezclados.
Como una enredadera.
¡Y no somos iguales!
Y jamás lo seremos.
LUISA MORENO SARTORIO
Paraguaya, chaqueña. Doctora en Ciencias Veterinarias, año 1976.
Socia fundadora de PRONATURA. Socia del Club de Historia N° 1. Socia del Club del Libro N° 1. Integrante de varios talleres literarios. Tiene cuentos publicados en los libros del Taller Cuento Breve, en el diario Hoy y en la antología “Ecos de Monte y Arena”.
En el año 1988 obtiene el segundo premio con su cuento “Capibará” presentado en el concurso literario de cuentos breves “Veuve Clicquot Ponsardin”.
En 1990 obtiene un Diploma con Mención de Honor, con su cuento “Réquiem para el Dorado”, en el concurso organizado por la revista “Punto de Encuentro”, de Montevideo, Uruguay.
En 1993, gana el segundo premio otorgado por la misma publicación uruguaya con el cuento “El hombre de los catalejos”. El 2 de octubre de 1993, fue galardonada con el segundo premio de Círculo Español de Puebla, en México, por el poema “Panthera Onca”.
EL PUÑAL
Recia silla del chaqueño:
tibio guayabo tus brazos,
de enjuto y duro regazo,
te pareces a tu dueño.
Sigue aturdiendo tu sueño
aquel secreto furtivo
que el extraño fugitivo
puso al oído del viejo,
al hundirle en el pellejo
el puñal definitivo.
PÉNDULO
Cuando el ansia desnuda de la noche
me estremece en sutiles melodías
y flamean al viento los harapos
azufrados del ángel de la muerte,
mi sangre se rebela como un rayo,
libero mis cabellos encendidos,
mi piel, mis brazos arden como antorchas
y monto mi alazán en pleno vuelo.
Quiero beber el zumo de las horas,
quiero el oro fugaz de un tigre en celo,
quiero la miel, la rosa, la guitarra,
quiero a mi lado cien caballos blancos,
entréguenme la cruz y un manto azul,
un halcón a mi diestra y cierto nombre.
La Heroica y el perdón que me precedan.
LA ÚLTIMA GARZA
¡Cómo olvidar la tarde que moría
en el silencio triste del estero,
la flor del camalote estremecida
en el esquivo roce de la brisa!
¡Cómo olvidarte! Tú estabas allí
ensimismada en íntimos enigmas,
quieta en el agua turbia del pantano,
criatura inmaculada del espacio.
La vi desde el refugio de las malvas,
no quise que mi aliento la turbara.
Por un instante, el tiempo se detuvo,
cautivo en la pureza de su imagen.
De súbito las aves se espantaron,
huyendo de los tiros asesinos...
vi en su pecho la sangre temblorosa:
vi sus alas hundidas en el lodo.
¡Cómo olvidar la tarde que moría
en el silencio triste del estero!
SERENATA
Como un puñal clavado en la negrura,
zaino y jinete muerden la llanura.
Cascos, metal, fragancias de eucalipto
hieren de azul profundo el infinito.
En la mejilla un tajo victorioso
en la guitarra el duelo misterioso.
Altas polainas, amplia capa oscura
En la mirada el odio y la locura.
NOCHES DEL NORTE
Oscura fragancia de monte,
noche salada, noche llanera:
muselina tu piel en mis heridas,
anís caliente, tu voz, en mis nostalgias,
silencio de rocío en mi vena abierta,
uvas para la sed que me atormenta.
MARÍA DEL CARMEN PAIVA
Nació en Asunción.
Participó activamente en varios talleres y cursos de poesía. Forma parte de varias antologías. Tiene editados los siguientes libros: “El ángel escarlata y otros poemas”, “Detenimientos” y “Comparecencias”.
Sus poemas fueron traducidos al inglés y al portugués, además fueron publicados en revistas y periódicos.
HABITANTES
Tantas cosas
se desvanecieron con el tiempo,
como por ejemplo la ondulada cabellera
de mi hermana, la muerta,
su imaginada sonrisa inoportuna
persiguiéndome en las rajaduras del mediodía;
los sustos nocturnos
que me hacían doblar el cuerpo
en una quietud desmedida,
hasta que llegaba el canto del gallo.
El desconcierto de mi soledad
y aquella tradición de lloros
bajo la almohada,
cubriendo la vergüenza del miedo
y del desconsuelo.
Pasaron los días:
ya no están, es cierto
pero residen en mis ojos,
les pertenecen a mis actos.
SUJETA
Persisten esos hábitos
rozándome,
acostumbrados a enlazarme
como a una columna triste.
Nostalgia callada
que quiere abandonar, y no puede,
la sentencia que humedeció su historia,
y la palabra procesada
para cincelar la partida.
Convivimos.
DESVELO
Y me acostumbré
a permanecer como un ancla
en las horas inmóviles.
Candelas de la vigilia
entre el vértigo y el temblor
de los párpados.
Fue sólo un insomnio,
pero estuve
en la eternidad
enhebrando imágenes.
TRAZOS CALLADOS
Qué, las palabras,
que acicalan las promesas
urdidas allá dentro
en un instante;
sinceras, desde luego,
pero probablemente efímeras.
Mejor es pensar,
y que los signos
permanezcan en el mareo del viento,
o que la lengua los hile
simplificando las intenciones.
EN LA SECA DE AGOSTO
No es que no lo quiera.
No me atrevo a lastimar el sentimiento.
Sin embargo
los besos no duelen;
eso sí, ya no serían los de antes.
Los tuyos, tampoco.
Pasó mucho el tiempo
que no fue nuestro.
Me parece extraño
amarte en la soltura de la noche,
solos,
sin historias,
en este lapso largo y vacío.
Aun amándote, no sabría cómo amarte.
Parece que estoy bella
bajo la luna fervorosa
junto a las flores de caña
mientras me pides un beso.
Tómame
hombre de mi último apresto
así como siempre quise ser
y soy ahora.
No digas palabras.
Tu corazón late en mi pecho.
Antes de que amanezca,
cuando todavía
las estrellas no evocan,
hagámoslo.
O dejemos que no suceda,
porque quizá sea mejor
haber querido.
LA VIDA
Antes
de esta urdimbre
resbaladiza, invisible,
ya te amaba;
de continuo,
en este extraño edén
donde te acaricio,
cómplice de tus cristales,
de tus lirios
y tus consecuencias.
Gratificada,
me envuelvo
con el lazo mojado y transparente
de la poesía.
Tus lágrimas
no me entristecen
cuando lloras por mí
(es mi homenaje).
Después de todo
lo que me has hecho sufrir,
a pesar de tu honor,
no queda otra decisión
que ser feliz.
Tú eres así.
Qué tanto afán.
JOSEFINA PLA
Impulsora de E.P.A., nació en España en 1903 y falleció en Asunción del Paraguay, su tierra adoptiva, en 1999.
Pocos meses antes de su muerte E.P.A. solicitó al Congreso Nacional la ciudadanía honoraria para Doña Josefina Plá, gestión que culminó exitosamente con la concesión de la nacionalidad paraguaya honoraria.
Toda la obra de esta brillante intelectual fue producida en nuestro país y abarca poesía, narrativa; ensayo histórico y literario, crítica, dramaturgia, periodismo radial y escrito.
Fue además catedrática y artista plástica.
Su poesía está editada en los siguientes libros: El precio de los sueños (1934); La raíz y la aurora (1960); Rostros en el agua (1963); Invención de la muerte (1965); Satélites oscuros (1966); El polvo enamorado (1968); Desnudo día (1968); Luz negra (1975); Follaje del tiempo (1981); Tiempo y tiniebla (1982); Cambiar sueños por sombras (1984); Los treinta mil ausentes (1985); La nave del olvido (1985) y La llama y la arena (1987).
El conjunto de su obra es, sin duda, uno de los más importantes del Paraguay y uno de los más destacados de América.
OFICIO DE MUJER
Oficio de mujer.
Juego a escondite:
en donde estoy nunca vio nadie nada.
Oficio de mujer.
Espigadora
de campos bajo un sol que pronto acaba.
Custodia de los cántaros.
Avivo los rescoldos en la dura mañana,
aliso los pañales como pétalos
y reenciendo las lámparas.
Oficio de mujer.
Puente entre muertes.
Rosal despetalado con cada alba.
…………………………………………………………
Oficio de mujer.
Manos moviéndose
sin pausa
como hojas
que se retratan arañando el cielo
para caer al suelo y ser pisadas.
Manos sin pausa y sin descanso
sellando itinerarios, tibios mapas.
En el vientre un camino.
En la mirada
tremolando al viento el cartel roto
de huérfana posada.
SÓLO POR MÍ
Que tu pasión sea cierta o te engañes, ¿qué importa?
Que me traiga placeres o dolor, ¿qué más da?
A esta inmensa esperanza que a mi alma tiene absorta,
la verdad ni el engaño defraudarla podrá.
Porque el beso que sueño no es tuyo sino mío:
la anhelada palabra, sólo yo la diré.
Amesme o no me ames, yo en plenitud confío,
que el amor que deseo sólo por mí tendré.
Fatal como semilla crecerá a su destino.
Y será, ni una hora antes, ni una después,
nada podrá mermarme ni una gota del vino
ni menguar un instante de la fijada sed.
Amesme o no me ames, yo en plenitud confío,
¡y el amor que deseo sólo por mí tendré!
COMO HE DE SER
Para mirarte, cual la luna;
suave, estática, secreta.
Al abrazarte, como el agua:
envolvente, múltiple, quieta.
Para besarte, como el pétalo:
suave, aromada, silenciosa.
En el entronque, viva liana,
en el descanso, rama umbrosa.
¡Con un pedazo del misterio
guardado siempre en la mirada
y en la sonrisa siempre un poco
de la tristeza deseada!
TÚ MANDAS
Tú mandas en la sed y en el insomnio,
y tienes ley de hierro entre mi carne.
¡De ello dan mis orejas testimonio!
Tú ordenas en mis largas caravanas
de ensueños por los yermos de la vida.
La mañana y la tarde son hermanas,
que traen tus mensajes de ternura
Como mi labio en tus rezadas ansias
¡no hay panal que destile su dulzura!
El racimo que soles del estío
con los jugos más lentos maduraron;
el agua de los hondos manantíos
filtradas por arenas de diamante,
no podrán ser más tuyos que mi boca
¡en la hora del voto culminante!
Y ESTA ES LA POESÍA
...Y esta es la poesía. La lágrima vertida
por uno mismo porque
no ha sabido llorarse por ninguno.
Lo que pensamos ser, y si llegamos, olvidado quedó
por el camino.
La inocencia que nunca hicimos nuestra sino
para violarla.
La ternura que nunca tuvo hora, ni hombre,
ni siquiera
fue membrete en un sobre.
El brote que murió sin alcanzar ser hoja,
y lamer el rocío.
...Poesía
El fuego que no fue nos deja esta ceniza.
ELINOR PUSCHKAREVICH
Nació en Asunción.
Poeta. Miembro de la Sociedad de Escritores del Paraguay (S.E.P.) y de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.)
Participa en los talleres de poesía y prosa del Prof. Carlos Villagra Marsal, también asiste a un cursillo sobre literatura española con María Elena Villagra Marsal. Tiene poesías publicadas en los distintos diarios del país. Su poesía ha sido escogida en la antología publicada “First Light-An Anthology of Paraguayan Women Writers”, poemas traducidos al inglés, de Susan Smith Nash, de la Universidad de Oklahoma, EE.UU., en 1997 y “Reflexiones en torno a la Nueva Poesía Femenina del Paraguay”, de Lourdes Espínola, Toulouse, 1999.
Publicó su poemario “Indagaciones”, en 1996.
MIS MUERTOS
Andábamos por un hondo, florecido espacio
rodeado de cruces y de nombres;
me cubrieron con un manto ambarino
recordando las frases guardadas
en aquel lienzo azul
que desdoblamos.
Llenamos los pozos silenciados,
el vacío de las horas cuajadas de niebla.
Ellos, mis muertos deslizaban temblores
de pájaros transparentes
y un perfume añoso en mis manos.
Así seguimos hasta el balbuceo del alba
cuando en una liviana mudez se ausentaron.
LA NIÑA
Desde tu celeste transparencia
intentas atrapar un vuelo;
me miras ávida, indagadora;
esquivas al duende robador
o al ángel ritual de tus sueños.
Dibujas un globo colorido
para tejer una tímida historia
de dulces y de alguna humedad salada.
Entonces te cubro con una plegaria
parecida a un árbol.
EL VENTANAL
Siempre hay una ventana,
una lámpara, un espejo
donde se agota la vida.
A medida que oscurece
amarillea la espera
y un rápido reflejo
va plateando tu historia.
A veces por la rendija
se levanta un olor a moho
o el de alguna flor que arrugamos
en aquel encuentro truncado.
Mientras, entre las sombras
un silencioso murmullo
va removiendo el recuerdo.
Insistencia
Porfiada,
avanza inagotable
como pantera al acecho.
Su mirada se tiñe de esperas
en un territorio de presagios,
sólo descansa
cuando la luna cubre su dormidero,
y una bandada de precoces pájaros
le acunan hasta el primer bostezo del alba.
URGENCIA
Espero desvestir tu enlutada figura,
el desgano que a veces te inquieta.
Espero tu ternura: esencial y ancha,
el dardo de tu voz,
el acoso de tu piel
cuando en la noche
se desvela el deseo.
Los dos,
urgentes,
retrasando el tiempo,
entre el apremio de la sangre
y la madrugada que se entristece
SUSANA RIQUELME DE BISSO
Nació en Asunción.
forma parte de la Sociedad de Escritores del Paraguay (S.E.P.) y pertenece a Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.)
En 1995 publica el libro de cuentos “Entre la cumbre y el abismo”, y en 1996 la selección de poesía “Las voces que me habitan”.
Obtuvo premios y menciones en los siguientes concursos literarios: Veuve Clicquot Ponsardin 1987, Veuve Clicquot Ponsardin 1988, Club Centenario 1988, Expo Familia 1993, Néstor Romero Valdovinos 1994, Premio Binacional Argentino-Paraguayo 1995, Club Centenario 1996, Concurso de “En Alianza y Ultima Hora 1998”, Primer premio de “Voces Nuevas 1995” (poesía), Primer premio “Pablo Neruda 1999” (poesía), Primer premio de poesía, concurso “Asociación de Empresarios del Microcentro”, Primera Mención de Honor del “Concurso de cuentos del Club Centenario 2000”, Mención de Honor en el primer concurso de cuentos “San José. El Comercio” 2000.
IMPOTENCIA
Solía dejar pasar la tarde
soñolienta y aturdida de recuerdos
sin hacer nada.
Sin decir nada.
Sin pensar casi
que esta tarde que pasa mansamente
camina sin que podamos evitar
al lugar donde se mueren las palabras.
Y la dejo pasar,
ni siquiera intento detenerla.
La dejo pasar sobre mi piel,
sobre mi alma,
sobre mi vida.
Porque sé
que hay cosas que no ocurren,
y otras que ocurren,
inevitablemente.
UN PRINCIPIO
Apaga el sol de tu mirada,
la hoguera ya es ceniza.
La voz se quiebra en las esquinas
y la penumbra crece y se devora
tu sombra anochecida.
No mires el reloj,
las horas son todas iguales,
y escapan enlazadas
hacia el túnel del olvido.
Lo sé, no es fácil aceptar
que llegó el tiempo de partir.
Que la vida anochece
mientras huyen los pájaros,
y las palabras se ahogan
en un manantial de vidrio
que brota en la garganta.
Y ya no hay nada que decir,
ni que hacer, ni que esperar.
Sólo asumir el final con la esperanza,
de que el final sea apenas
un principio...
POESÍA
Cuando deje de moverme
entre las cosas triviales,
tal vez se me pose en las manos
la poesía.
En realidad no sé
cómo he de recibirla:
con gritos de alegría,
o con un silencio claro y elocuente.
Sé que no basta con querer.
No sé quién lo decide,
cómo y cuándo.
Yo por las dudas vivo atenta.
¡No sea que pase a mi lado
sin quedarse!
NADA
Y volver a ser.
Despojada de tu amor
y de tu olvido,
nada quiero de ti,
ni siquiera un recuerdo.
Llévate todo, todo.
Déjame vacía de tu esencia.
Quiero volver a ser.
Porque la vida late en mis venas.
Porque siento en mi pecho
la bravura de unas olas
que se estrellan.
Y cabalgan en mi sangre
jinetes desbocados y febriles.
Llévate todo, no me dejes nada.
He borrado tu estigma
de mi alma.
YULA RIQUELME DE MOLINAS
Nace en Asunción, Paraguay.
Es miembro fundador de la Sociedad de Escritores del Paraguay (S.E.P.), socia fundadora de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.), integrante de la Sociedad de Amigos de la Academia Paraguaya de la Lengua Española. Forma parte del Taller Cuento Breve.
Narradora y poetisa, publica “Los moradores del vórtice”, poemas, 1976; “Puerta”, novela, 1994; “Bazar de cuentos”, cuentos, 1995; “Los gorriones de la siesta”, novela, 1996; “De barro somos”, cuentos, 1998; “Palabras en juego”, cuentos, 2000. Publica en varias colecciones compartidas con otros autores. Aparece en antologías nacionales y extranjeras, deautores como Teresa Méndez Faith, Guido Rodríguez-Alcalá, el español José Vicente Peiró Barco y la norteamericana Susan Smith Nash.
Algunos premios nacionales: 1er. Premio “Club Centenario”, cuento, 1991; 1er. Premio “Quinto Centenario”, concedido por la “Feria Internacional del Libro”, cuento, 1991; 1er. Premio “Poemas del Océano”, Radio Chaco Boreal, poesía, 1994; 2do. Premio Nacional de Literatura, 1996, “Premio En Alianza”, cuento, 1998.
Algunos premios extranjeros: Premio “Borges 1990”, Fundación Givré, cuento, 1990, Buenos Aires, Argentina. Premio “Alfonsina Storni 1990”, Centro Cultural San Martín, poesía 1990, Buenos Aires, Argentina. Premio “Punto de Encuentro”, poesía, 1991, Montevideo, Uruguay. Premio “Augusto Roa Bastos” (medalla de plata), otorgado por la Secretaría de Cultura de Vicente López, cuento, 1995, Buenos Aires, Argentina. Premio “F.E.M.N.Y.P”, cuento, 1997, Santiago de Chile.
VI EL OCASO
Llegué hasta el borde
Toqué los flancos
de la sorpresa
y muda
tragando asombro
desde el linde quise
cerrar los ojos
pero vi el ocaso
Estabas tú
del otro lado
y sola
desde tu ausencia
regresé al principio
Volví hasta el sol
Toqué el pasado
Armé la historia
boca arriba
y luego
sobre el recuerdo
me acosté
despacio.
INCERTIDUMBRE
No puedo despertar
Estoy perdida
en el gris laberinto
de mi sueño
No sé encontrar
la puerta de emergencia
Quedé atrapada
al margen de la luz
El hueco redentor
está escondido
detrás de los espejos
y la vida
La cera de mis plumas
se derrite
a solas enfrentada
con mi cuerpo
No hay nada más
que fiebre incontrolable
sobre la incertidumbre
de mi tiempo
En esta pesadilla
todo inflama
diluyendo los flancos
del delirio
Las garras que no tengo
me hacen falta
para grabar señales
de existencia
El cerco de fantasmas
me acorrala
mientras mi vaga identidad
¡escapa!
TU VID MADURA
En tu falda con florones
y flecos en la cintura
recoges las uvas
de tu vid madura
Muy quieta en el paisaje
del árbol quieto
-de frutos golosos
saturada-
la viña morada
se asolea
al sol de la siesta
soleada
Zumbonas las abejas
aletean en rondas
redondas y melosas
arriba de la parra
amodorrada
Tus trenzas de morena
se destrenzan
al viento juguetón
del campo abierto
En tu boca de grana
se desgranan
del racimo de los granos
de dulzura
Brincando
con saltitos
saltarines
tus piernas al desnudo
bronceadas
retornan a la casa
risa al sol.
LA GRIETA
Los pájaros del recuerdo
tienen alas macilentas
ojos de alondra emboscada
gracejo de dama antigua
Se mueven entre las sombras
de toda vieja memoria
Dan picotazos certeros
Invaden los pensamientos
Y abren puertas clausuradas
por la distancia y el polvo
Los pájaros del recuerdo
se abrevan en los despojos
Escarban donde el silencio
tendió su manto de exilio
Y hacen su nido en la grieta
más vulnerable del alma.
SASKIA SAER
Nació en Asunción, Paraguay.
Esta joven poeta paraguaya estudió declamación, poesía, danza y arte escénico.
Produjo un poemario titulado “Búsqueda”. La mayor parte de su producción poética está inédita.
SOMOS DOS
Hoy soy yo
Mañana seré yo,
Un camaleón que busca su color.
Tal me miras hoy
Te estarás mintiendo mañana.
Mañana seré ella,
Hoy soy yo
Te las presento;
Yo soy
La frágil niña que apenas levanta vuelo,
No la toques que se quiebra,
Se parece a un florero de cristal
Con sales amargas
Que impiden que la flor crezca.
Conspiran contra ella las manadas imaginarias;
Que maltratan su cuerpo, espíritu y alma.
Su vida no está llena de pasión,
Ni mucho menos de diversión,
Carece de luz propia.
Toma una estrella y la suelta
Y lucha contra ella.
Ella;
Oh espíritu prepotente,
Que acorrala.
Anda por los mares de pie,
Y vuela como un halcón
Buscando su presa.
Su ambición podría,
Salvar al mundo en rebelión.
Por la noche;
Huyen las estrellas por su esplendor.
Y sólo la luna,
Lúgubre y pura
Se atreve a desafiarla.
Pero a quién engañan,
Ella soy yo
Y yo soy ella;
Escudo protector que oculta el sentimiento.
Dos personalidades que se alimentan de sí mismas.
Siamesas en el corazón
Son unas ellas y son ellas todas
Hoy soy yo
Mañana ella
Pero sé que somos dos;
y que tal vez estemos locas.
LAS ESQUINAS DEL CENTRO
Mis ojos sintieron el alivio
Al poder descansar su piel.
Me senté en ese banco verde;
Con todos los árboles
Y pedestales que hubieran querido habitar,
Mientras mi ilusión observaba
Los senderos de piedra
Y cómo se aglomeraban las hojas
Al pasar;
En una las raíces se revelaban
Desprevenidas,
Solas en la tierra húmeda...
El centro gris de la ciudad,
Para mí siempre emana
La música que me hace recordar
Que anduve caminando, buscando.
En el viento frío que rodeaba mi rostro,
Dejando entre las caricias el día gris,
el cuerpo solo iba,
Sin pensar que la espera de las esquinas
Sola existía,
Las hojas amarillas,
Crujían con el viento,
Se trasladaban jugando
De raíz en raíz.
El centro gris de la ciudad,
Para mí; siempre emana
La música que música que me hace recordar
Que anduve caminando, buscando.
Me sentí gris;
En la esquina del
“Café de la espera”,
de un hombre, de un hombre.
Que de las esquinas disfruta,
Y no aguarda a los dobles rostros,
Porque persigue el recuerdo
Que anduve buscando perdida;
La música le hace recordar
Que anduve caminando, buscando,
A quien sabía del otro lado
De esa plaza,
Y no aguardaba pensando
Que anduve buscando,
Entre esquinas de árboles,
Entre el viento y las hojas...
NIDIA SANABRIA DE ROMERO
Nació en Carapeguá, Paraguay.
Poeta, cuentista y dramaturga. Educadora de larga trayectoria docente, fundadora y directora del Colegio y del Instituto de Formación Docente “Iberoamericano” y del “Taller Artístico Literario” de Asunción. Se destaca en el campo de la literatura infantojuvenil. Miembro de la Organización Paraguaya de Teatro Infantil y miembro fundador de la Asociación de Literatura Infanto-Juvenil del Paraguay (ALIJPAR), en 1989 fue seleccionada por la Municipalidad de la Capital y la Asociación de Músicos del Paraguay entre las “15 Mujeres Sobresalientes del Año”. Su producción literaria incluye varias colecciones de cuentos infantiles, entre ellas: “Tardecita con alas” (1979), “Tierra en la piel” (1984), seleccionada para la colección latinoamericana de la editorial “Plus Ultra” (Buenos Aires, Argentina), “La gran velada” (1985) y “Cascada de sueños” (1986), una antología de seis obras teatrales para niños, y dos poemarios: “Balada de canto y musgo” (1989) y “En la habitación de los temblores: poemas para fechas, días y momentos” (1990). Fue seleccionada y traducida al inglés para varias antologías en Canadá, “Celebrations” y en Nueva York.
SOLEDAD
Hermano,
Búscame zapatos nuevos.
La tierra se ha tragado
las suelas de mis sandalias.
Hermano,
alcánzame esa estrella
porque mis sueños se durmieron
antes que el sol se esconda.
Préstame tu voz.
El viento se llevó
a mi golondrina risueña.
Dame una espalda nueva
porque la piel se me hizo hierro
y la cruz se me resbala.
Dame tus manos
porque mis ojos de cristal frío
se forraron.
Dame la primavera
de tus labios
para seguir andando
los días que me esperan.
TE AGUARDO
Ahora que el alma se deshoja
y la manta no espanta al frío.
Ahora que la cintura está gastada
y el sol ya no alumbra
mis senos escondidos.
Ven, acércate
quiero recostar en el pasado
este anhelo atormentado.
Tal vez no es tarde
Tal vez sea la hora
Tal vez una secreta melodía
aguarda tu llegada
y florecerán de nuevo
caricias ya dormidas.
No,...no es tarde, no temas
mis muslos tiemblan aún
al sentir tu nombre.
Nada está olvidado
sólo que el tiempo
nos hizo mezquinos
olvidando que no llegó a cenizas
el fuego que ardía entonces.
Ven...
y deja que mis manos se deslicen
sin temor al pudor
y la nostalgia
que vendrán después.
Ven... Ven.
YO PUEDO
El invierno aún no llega
a esta mi morada
de primaveras ocultas.
Ni el viento golpea
los ventanales abiertos
ni el granizo teclea
las tejas mohosas.
El cansancio no cabe
en mi piel endurecida
Y el olvido no cuenta
historias vacías.
Mi jazminero florece
con lealtad incansable,
disfrazando tristezas
y alfombrando miserias.
Mis pasos pueden acortar distancias,
sin la penumbra del que se le acaba
el tiempo.
Puedo aún sembrar estrellas
en una parcela de cielo,
y tocar con mis manos
un pedazo de luna.
Puedo galopar en nubes desorientadas
y acercarme al infinito.
¡Claro! Que puedo
Puedo recoger aún las migajas de pan
que rechazan los ricos.
Y acabar con el hambre de los que mueren
con miedo.
Puedo ... yo puedo.
¡Claro! Que yo puedo.
REGRESO
Yo tomé la iniciativa
rompí el silencio
y serenamente me acomodé
en el regazo abandonado
Su tibieza me devolvía
la caricia negada.
Sentí temblar la carne
con grito vital
y los surcos perpetrados
en mi rostro
con cruel presencia
de vejez inoportuna
desaparecían por encanto
devolviéndome el color
de niña adolescente.
Yo me acurrucaba
cada vez más
en el hoyo.
Hundí allí mi savia de mujer
para que germinara
lo que estaba olvidado.
Me entregué toda entera
sin altivez tú prepotencia.
Mi tronco casi leña
brotó de nuevo.
La cintura contorneaba danzas sensuales
que daban al momento
la intimidad apropiada
para que todo fuera como ayer,
como antes.
Un amarse sin tiempo
sin temores
donde cada minuto
vale una vida.
¡Qué tibieza, qué dulzura me esperaba
en ese regazo abandonado!
LUCÍA SCOSCERÍA DE CAÑELLAS
Nació en Savone, Italia, pero desde pequeña vivió en Encarnación, Paraguay. En este país realizó sus estudios primarios, secundarios y universitarios. Ha obtenido los títulos de Profesora de Educación Primaria, Licenciada en Pedagogía y Filosofía. Abogada, por la Universidad Católica de Encarnación. Desde el año 1992, ya retirada de la docencia que ejerció por largo tiempo, se dedica a las Artes Plásticas y a la Literatura. En este terreno ha incursionado en todos los géneros; es autora de tres novelas, siete libros de cuentos y cuatro poemarios. En la ciudad donde reside desarrolla una intensa labor de difusión intelectual y artística a través de programas de radio y televisión.
DESILUSIÓN
Sueños reventados
por crudas realidades
ilusiones mutiladas
con hambre, con miserias
sacúdese la sangre
borracha de pena
y los ojos se deshacen
como escritos
en un poema
RUTINA
Ese amor loco
Que tenía escondido
En un rincón roto
De amapolas y olvidos.
Estalló una tarde
De crujientes hojas,
Haciéndose carne
Y mariposas.
Murió una noche
Silenciosa y fría
Haciéndose rutina
Y melancolía.
CAE EL OLVIDO
Susurra la lluvia de plata
Mientras la tarde muere.
Nace la nostalgia mansa
Y la añoranza impele.
Estrellas de zafiros ríen
Y golpean los cristales
Absurda melodía
De las gotas musicales.
La neblina abraza las sombras
Como a sueños perdidos. .
Se desnuda tu recuerdo.
Cae el olvido.
TE BUSQUE
Te busqué en el vuelo de un sueño imposible
y en el dolor azul de una mirada muerta
Te busqué en las notas de una melodía invisible
Y en la caricia tibia de una ternura yerta
Te busqué en el fuego dormido de un amor sin tiempo
Y en la tristeza rota por un beso violeta
Te busqué en la tarde encendida y moribunda
Preñada de estrellas y luces perfectas.
Te busqué en los pétalos de una rosa herida
En los suspiros vírgenes de la novia ida
En la nívea inocencia de la mirada de un niño
Donde la pureza y la paz anidan.
Y en la sima azabache que a mis ojos ciega
¿Dónde estás? Pregunté con voz mustia y lastimera
El viento respondió en fúnebres susurros
El amor no existe. Es un mito. Una quimera.
Y te busqué de nuevo.
En un sueño. En un beso.
En una mañana de sol.
En una noche de luna.
¡Y te hallé!
En una mano extendida.
En el pecho de una madre. En una calleja dormida.
En el ara de mis sueños, donde duerme mi lira!
CUANDO ALGUIEN NOMBRE
Cuando sea leve y etérea
y emprenda el largo viaje
¿Llevaré entre mis sueños de poeta
un poema y una flor como equipaje?
Cuando llegue a los inefables valles
de praderas donde reine la alegría
¿Naufragarán mis deseos absurdos
en el mar de mi melancolía?
Cuando gane la certeza a mis dudas
y el dolor se desprenda de su esencia
¿Se enfriarán las cenizas infinitas
que precedieron toda mi existencia?
Y cuando alguien nombre entre las sombras
una poesía, una novela, una canción
¿Sentirán en el fondo de sus almas
que en ellas les dejé ... el corazón?
RESUMEN
Besos que nacen
se gastan, se mueren.
Abrazos ansiados,
temidos, ausentes.
Momentos suspensos ...
de bien o de mal.
Se cruzan, coexisten,
se mutan.
Y en una madeja de vida
Se van ...
GLORIA VEAS
Egresa de la Universidad de Chile en 1972. En enero de 1976 se radica en Asunción. Por razones de perfeccionamiento profesional viaja a los Estados Unidos de América (1978), y usufructuando de una beca a Gran Bretaña (1981/82). Ejerce como docente en instituciones de enseñanza de inglés en Asunción. Desde 1987 participa en talleres literarios. Es socia fundadora de Escritoras Paraguayas Asociadas (E.P.A.) y actual integrante de la Comisión Directiva. En marzo de 1999 publica su primer libro de poemas: “Desde el Sur”, el que es presentado en Chillán (Chile), su ciudad natal, ese mismo año.
REENCUENTRO
En tus ojos vi mar y lejanía,
verde fondo de aguas turbulentas.
Cielo azul, espacio interminable,
y en ellos sumergí mi amor de libertades.
No me pediste nada, nada mío,
que no fuera tuyo desde antes.
No tomé de tu persona nada ajeno
que no fuera mío desde el inicio.
En tu cuerpo vi el mío reflejado,
y en mis labios tu sabor hallaste.
No hubo principio o fin en nuestra unión,
ya éramos uno desde siempre.
NO PUDO SER
Los reflejos de luces en el agua
simulaban pañuelos de adioses ondulantes.
Y la brisa traía un extraño susurro,
ignorado hasta entonces.
Nosotros de la mano,
oteando el infinito,
en un silencio largo preguntábamos...
La brisa y los reflejos
de luces en el agua,
... no puede ser, decían, inexorablemente.
Ondulaban adioses los pañuelos de luces,
simulando grotescos reflejos en el agua.
Y, de pronto, una ráfaga despeinó
mis cabellos, desligó nuestras manos.
ADIÓS
Amarte era vivir
tus sueños, no los míos.
Era escuchar tu voz,
y silenciar la mía.
Amarte era girar
mi mundo en torno tuyo.
Era quedarme bajo
tu sombra permanente.
Amarte fue olvidar
quién era yo y mis cosas.
Fue postergar mi vida
a favor de la tuya.
Amarte, dije un día,
es caro y peligroso.
Es pagar demasiado,
arriesgándome toda.
YA NO FUIMOS LOS MISMOS
Quise ser toda tuya, y perderme en tu abrazo
Navegar en el fondo de tus ojos marinos
Respirar en tu aliento libertades lejanas
Quise yo muchas cosas que tú no comprendías
Y aunque jamás lo dije, fuiste viento indomable
Que hinchó mis amplias velas hacia otras latitudes
Quise volver a ti, cuando cansada estuve
Y mis ojos se hartaron de aquellos otros mundos
Pero tú no eras tú, ni yo la que fui un día
AWARENESS
Me haré cargo de mí pues soy
la única, que sabe lo que busca
y necesita.
Me haré cargo de mí pues yo
persigo, ser la única que mande
en mi persona.
Me haré cargo de mí pues si
no lo hago, tarde o temprano pagaré
las consecuencias.
Me haré cargo de llevar mi
propia carga, para llevar tan sólo
mi medida.
EL ENCUENTRO
Caminan las siluetas en la lluvia:
oscuras, inclinadas, presurosas.
Pinceladas de negrura a contraluz:
anónimas, inquietas, imprecisas.
Todas buscan lo mismo sin saberlo:
una puerta, una luz, un beso.
Sólo aquel transeúnte solitario
-que pausado sus pasos va midiendo-
sabe bien que, no importa dónde vaya,
para él no habrá puerta, luz ni beso.
Esa figura nítida y completa, nos revela:
el encuentro, ya se ha dado.
ÍNDICE
Delfina Acosta
Versos esenciales
Montserrat Álvarez
Tía Ida
Mandamientos
María Luisa Artecona de Thompson
Asombro
Una vez
María Luisa Ayala de Ángulo
El Padre Alonso
El ocaso del ombú
Margot Ayala de Michelagnoli
Quietud
Mi Búsqueda
Río Quieto
Rosanna Berino
Alta traición
Pensamientos
Gladys Carmagnola
Como un Padrenuestro
Cómplice
Vergüenza
Te amo, palabra
Ritual
Raquel Chaves
La rama en el viento
Amor de río
Confesión
Adiós
Árbol de agosto
El patio
De viaje
En ese reino
Susy Delgado
1)
2)
3)
4)
5)
Lourdes Espínola
Delmira
Vamos a considerar todas las cosas
Hay máscaras y espejos
Soy mujer, desobedezco
Como la danza del delfin en el océano
Vamos a tratar
Renée Ferrer
Sabor
Las cajas
Insomnio
Requisitos
Caminata
Nora Friedmann
Recuerdos
Surcos
Penumbras
Sueños
Felicidad
María Eugenia Garay
Huérfanos de la luna
Iniciación
Fluyendo
Myriam Gianni Silvero
Dos sonetos
Tres poemas
Emi Kasamatsu
La madurez
El atardecer de agosto
Encuentro
Brotes a destiempo
Aché
Comunión en el alba
Un hombre llamado Borges
El mar del seto
Olvido
Sueño de Nikochan
Maybell Lebron
Espejismo
Ausencia
Poeta
El revés del espejo
Éxtasis
A veces quiero
In memoriam
Nila López
Todos los cielos
Génesis
Último silencio
Lamento
Cómo
Soy
Círculo
Trompos sin cuerda
Luisa Moreno Sartorio
El puñal
Péndulo
La última garza
Serenata
Noches del norte
María del Carmen Paiva
Habitantes
Sujeta
Desvelo
Trazos callados
En la seca de agosto
La vida
Josefina Plá
Oficio de mujer
Sólo por mí
Como he de ser
Tú mandas
Y esta es la poesía
Elinor Puschkarevich
Mis muertos
La niña
El ventanal
Urgencia
Susana Riquelme de Bisso
Impotencia
Un principio
Poesía
Nada
Yula Riquelme de Molinas
Vi el ocaso
Incertidumbre
Tu vid madura
La grieta
Saskia Saer
Somos dos
Las esquinas del centro
Nidia Sanabria de Romero
Soledad
Te aguardo
Yo puedo
Regreso
Lucía Scoscería de Cañellas
Desilusión
Rutina
Cae el olvido
Te busqué
Cuando alguien nombre
Resumen
Gloria Veas
Reencuentro
No pudo ser
Adiós
Ya no fuimos los mismos
Awareness
El encuentro

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