BLÁS MILOSLAVICH (1890 -1923)
Fue una figura descollante de aquella fecunda e insólita década del año 1890 al 900; tramo de diez años, todo un semillero de versificadores guaireños. Nada menos que catorce, cifra nunca igualada ni superada, antes ni después, ni dentro ni fuera del Guairá.
Ellos eran: BLAS MILOSLAVICH (1890), FEDERICO RIERA (1890), FRANCISCO RUFFINELLI (1891), EDUARDO GALINDO DE ARRASCAETA (1893), EDUARDO ALARCON (1893), ARTURO BORDON (1893), RENEE BALANSA DE CHECA (1893), CAYETANO BUSCIO (1894), LEOPOLDO RAMOS GIMENEZ (1896), J. NATALICIO GONZALEZ (1897), MANUEL ORTIZ GUERRERO (1897), PEDRO ABSALON BOGGINO y PEDRO NOLASCO CAR-DOZO (1899), BERNARDINO GOROSTIAGA y JUAN BOGGINO (1900).
Consideramos que este fenómeno cultural paraguayo, ya nunca más se repetirá, tomando por base, que antes ni después hubo caso igual.
El Prof. Artemio Franco Preda, nos dice en su obra EL GUAIRA Y SU APORTE A LA CULTURA PARAGUAYA, que Blas Miloslavich, publicaba sus versos desde su época de estudiante secundario, en los periódicos de su tiempo.
Nosotros publicamos en este Parnaso, dos breves poemas de Miloslavich. Los demás, suponemos, habrán naufragado después de su sensible desaparición física, acaecida en una de esas tristes rencillas intestinas, que otrora castigaban tanto a la familia paraguaya.
GORGEOS TARDIOS
Cuando me miras,
cuando me hablas,
voraz se inflama
mi ardiente amar
y tus acentos
y tus miradas
mi alma reclama
en su penar.
Las punzantes
y hondas decepciones
que abaten mi alma
en edad temprana;
la segur que troncha
mis ilusiones,
¿no te conmueve,
dueña de mi alma?
Y a mis cadencias,
que tristes brotan
y vagan solas
en la inmensidad,
les dará abrigo,
o dulce puerto
o tu leve pecho
en su orfandad.
EN TU PANTALLA
Cuando tú, inquieta, caprichosa
o en dulce vértigo inefable
a los rayos del sol amables,
quiera la brisa oponer,
y el objeto que mi tinta moja
anhelosa en el aire agitas
y pliegues de hondas venditas
te ciñe mi ángel con placer.
Ruego a Dios con íntimo anhelo,
que el hado en brisas me convierta
para rozar tu rostro, bella,
en el frenesí de mi vaivén
y en esa boca seductora,
y en esa angelical mejilla
imprimir mi cándida, Basilia,
besos suaves de amor también.
Fuente: EL PARMASO GUAIREÑO. Obra de ROMUALDO ALARCÓN MARTÍNEZ. Ediciones INTENTO. Asunción – Paraguay, 1987 (1ª edición – 407 páginas)