La ausencia le partía el alma. Su novia, un buen día, sin que él se enterara, se fue a Buenos Aires. Él era pobre y sin futuro --conscripto, para mayor desgracia-por lo que era despreciado por los padres de la que había correspondido a su amor.
ELIGIO MUJICA FLORENTÍN nacido e114 de enero de 1944 en Chachindy, del distrito de San José de los Arroyos-, músico, poeta y compositor, creía que el mundo, sin la presencia de su amada, carecía de sentido.
De niño se había enamorado de la guitarra y a los 14 años ya cantaba en las serenatas que derrotaban el rocío y las distancias. Antes de narrar la historia de la canción que le brotó de la nostalgia, repasó su vida de artista.
"Estando en la comisaría de San José en el servicio militar obligatorio, tuve un encuentro que marcó buena parte de lo que soy. Allí conocí a un músico como yo, JUAN PABLO OJEDA. Con él conformamos el dúo MUJICA-OJEDA. A nosotros se nos sumó el arpista FLORENCIO VALDEZ en el conjunto que llamamos 'BRISA DEL PARAGUAY' inicialmente. Actuábamos en radio Guaraní, de ESTEBAN CÁCERES ALETADA", recuerda Eligio Mujica en los estudios del sello discográfico Cerro Corá donde cumple el papel de Director Artístico.
Luego, ya con la incorporación de CÉSAR VILLALBA (arpa), ELVIO GARCETE (acordeón) y GUILLERMO RODRÍGUEZ (contrabajo) pasaron a denominarse, en 1964, "LOS RUTILANTES GUARANÍES". Cuando su director, JUAN PABLO OJEDA, en 1970, tomó otro rumbo, Eligio inició un nuevo itinerario en su carrera con "LOS GALANES DEL FOLKLORE". Para entonces, el dúo era MUJICA-CAÑETE (Musio era el nombre de éste).
"Nos acompañaban CÉSAR VILLALBA ---que ya había sido mi compañero en 'LOS GALANES'- en el arpa, CARLOS OCAMPOS en el acordeón y Porfirio Garcete en el contrabajo. Tenemos alrededor de 140 canciones grabadas. Siempre el éxito nos acompañó tanto dentro como fuera del país. A Buenos Aires viajábamos con frecuencia para compartir con los paraguayos que habían ido a trabajar", cuenta Mujica.
Pero volvamos a 1965 cuando el cantor era conscripto y ANTONINA BENÍTEZ -la dueña de su corazón-, se había marchado a la Argentina. "Omokañy chehegui la igentekuéra porque ndacherayhúi. Chéngo músico ha para colmo tahachi (Sus padres la hicieron desaparecer del lugar porque no me querían. Yo era músico y, para colmo, soldado de la policía)", rememora.
"Ella fue la musa inspiradora de una polka que titulé GUYRAMI ÑE'ẼASY. Estaba yo en el barrio Virgen del Carmen, de San José, y una siesta apareció un pitogüe. Su canto me pareció muy triste. Me dio la impresión de que a él le pasaba lo mismo que a mí. Fue por eso que comparé su situación con la mía. Escribí primero la letra y luego le puse la melodía. Grabamos con 'LOS RUTILANTES GUARANÍES' y fue mi primer éxito", relata el que también es autor de KOROCHIRE TYRE'Ỹ
Transcurrió el tiempo. La joven volvió a su casa. "Ou jeýngo añete, pero tárdema. Che Ja’aĩma otro tapépe (Retornó, pero ya era tarde. Yo transitaba ya otro camino)", concluye.