“RETRO XX-XXI", 2008

Obras de OSCAR ORTEGA

SALA GOYA.

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA JUAN DE SALAZAR.

Asunción-Paraguay

La muestra integrará obras desarrolladas a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, que dan testimonios sobre las realidades diversas y simultaneas que se conjugan en este lapso de tiempo desde su mirada, a la naturaleza doliente, los desechos industriales, los vaivenes políticos, los valores, la vida reflejada en “encuentros” de materiales y objetos, descubriendo nuevas expresiones, y desentrañando nuevas realidades. A partir de objetos y materiales reciclados, proponiendo instalaciones con objetos e imágenes, Oscar Ortega recupera elementos de muestras anteriores y la convoca a un encuentro con nuevas creaciones.

Oscar Ortega inicia su carrera artística en el año 1984, y desde sus comienzos ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en diversas galerías de nuestro país.

Desde 1994 reside en Areguá trabajando además como promotor socio cultural principalmente en el área de diseño y desarrollo de productos artesanales.

Sobre el artista escribe la crítica de arte alemana Dorotee Willert: “EL azar es partero, mensajero de lo maravilloso, productor de sorpresas, director de lo incoherente, animador de una ilimitada libertad artística. Los objetos que muestra Oscar Ortega siguen este principio, intentan, mediante la confrontación de las cosas más diversas, arrancar lo banal y cotidiano de la despensa de la materia y producir así nuevas realidades. Fiel a la sentencia de un ancestro del surrealismo, de que el "encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección" produce belleza, Ortega realiza, libre de todo prejuicio, encuentros entre sus piezas halladas, entre objeto y tono, entre obra de arte y espectador, entre pasado y presente: en algunos objetos, el espectador es directamente incorporado en el juego de los significados a través de su acción; la vieja mesa de trabajo, que lleva como grafiti las huellas de trabajos pasados, se convierte en un estereotipo de nuevas láminas gráficas; una escultura colgante, que hace asociar un pájaro, se transforma en algo distinto.

Y: el encuentro de todas esas cosas en el espacio actual de la exposición, a su vez, le hará caer en suerte al objeto individual niveles de significados y modos de percepción nuevos. La rebelión antiestética y el placer heterodoxo de la experimentación, fronterizos entre los géneros, están en el centro del trabajo; su fruto radica en la libertad creadora, en su apertura, que sirve de todos los teclados posibles, que encadena entre sí los más diversos niveles de material, de realidad y significado.”

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