Portal Guaraní - ALFONSINA STORNI: LA POETA QUE SOÑABA CON EL ABRIGO DEL MAR - Por MARYCRUZ NAJLE

El 25 de octubre de 1938, luego de una vida llena de dramas y conflictos con una sociedad dura con las mujeres escritoras y más aún, con las madres solteras como ella, la figura frágil de Alfonsina Storni, se hundía en el mar gris de Mar del Plata, cerrando así el capítulo de su vida y abriendo las puertas al mito que persiste en su obra y en el imaginario popular.

"Las mujeres no escriben. Y cuando escriben, se suicidan". Ese es el título de una interesante nota sobre las mujeres y el boom de la literatura Latinoamericano, firmada por Juan Carlos Pérez Salazar, para la BBC Mundo, durante el gran festival de Querétaro.

El autor, comparte la anécdota o recuerdo de la reconocida escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, que relató textualmente: "Había una biblioteca que para mi era fundamental, la de un tío mío -comunista, soltero, intelectual-. Tendría unos mil libros que fui leyendo en los ratos que él no estaba, porque los tenía en su cuarto (...).

Un día me dijo, muy severo: 'Imagino que todavía no has leído todos los libros que tengo, pero sí te habrás dado cuenta de cuántos libros de mujeres hay'". "Y le dije: sólo tres. Hay uno de Alfonsina Storni, uno de Safo y uno de Virginia Wolf. Y me respondió: 'Mmmm. ¿Y te leíste las solapas para ver cómo murieron?'. Le dije: las tres se suicidaron. Y me contestó: 'Bueno, aprendé: las mujeres no escriben. Y cuando escriben, se suicidan".

La historia viene a cuento, al nombrar a una de ellas: Alfonsina Storni, que además de suicidarse un 25 de octubre de 1938 en Mar del Plata, Argentina, generando toda una estela de misterio y admiración, desde su nacimiento, en Capriasca, Suiza el 29 de de mayo de 1892, también había atravesado todo un camino de obstáculos y de dificultades para lograr ser reconocida como una poetisa y escritora destacada en la corriente del Modernismo y del Posmodernismo

Alfonsina Storni, la poeta es uno de los íconos de la literatura posmodernista y tiene un lugar ganado a fuerza de su propia vida trágica y su muerte en las aguas del mar que tanto amaba , en la memoria popular, además de entre los escritores y lectores de poesía y referentes intelectuales.

Según sus biógrafos y basados en los relatos de sus contemporáneos, tuvo una infancia muy difícil, en la que no faltaron las carencias económicas y la inestabilidad propia que genera en una familia sometida a los avatares de los tiempos de más duras crisis. Frágil desde su primera infancia, padeció de enfermedades más que nada, asociadas a ésas dificultades, aunque su mente se mostraba dispuesta a la lectura y sobre todo, a la visión dramática de la realidad, a través de las primeras letras derramadas en poemas .

Mujer y escritora – dos "males" imperdonables para unos tiempos en los que las mujeres serias debían dedicarse a formar un hogar y a la docencia en el caso de que tuvieran inquietudes intelectuales o afición por las letras. Justamente a ella, de extracción humilde y obligada a desempeñar todo tipo de tareas domésticas y muchas veces de servidumbre para ayudar a la familia, se le "ocurre" romper esos moldes estrechos y dedicarse a las letras.

Y, lejos de que sean las letras y su vocación de poeta , tan sólo un hobby a cultivar "entre costuras" o como distracción , a ella, la pequeña y frágil Alfonsina, se le "ocurrió" dedicarse con alma y vida a las letras y sobre todo, buscar y tener su propia voz. Una voz que no temió al desnudo de sus sentimientos ni pensamientos más profundos en una época en la que se ocultaban todas ésas cosas bajo capas y más capas de prejuicios .

Ella se dedicó a encontrar las palabras con las que edificó su propio castillo sin puentes ni guardias que la protejan contra los vientos de los usos y costumbres del tiempo en el que le tocó batallar, como autora de poesía que , lejos de hablar de pájaros y flores solamente, trataba de reivindicar al género femenino y hablaba del amor con descarnado realismo, alejándose de los pétalos de rosas que se marchitaban con el tiempo.

Alfonsina , la niña que había nacido en Suiza y se trasladó con su familia a la Argentina desde muy pequeñita, se acostumbró a la pobreza y a lavar platos desde los 4 años en la provincia de San Juan, para ayudar a su familia sumida en la pobreza. También fue camarera y costurera y trabajó como obrera en una fábrica , una fábrica de ésos tiempos, donde no existían leyes que protejan ni horarios adecuados a las condiciones de las trabajadoras. Sin embargo, en medio de ésas estrecheces, estudió y se recibió de maestra Rural en Coronda, provincia de Santa Fé, ejerciendo la tarea en la escuela Normal. Fue profesora de Arte Dramático y colaboró con grupos de teatro juveniles. ´

En 1911 se muda a Buenos Aires, envuelta en una ola de misterio. Al año siguiente, en 1912, tiene un hijo al que llama Alejandro. Un hijo que es conocido en la sociedad argentina de entonces como "de padre desconocido". Enfrentar esa situación, la de ser madre soltera y no decir ni una palabra sobre la paternidad de su hijo, agrega más historias y dramas a su vida ya difícil. Sin embargo, con el abrigo de sus palabras, protege a su hijo a quien ella misma dice le ha contado quien es su padre, nombre que tanto ella como él, se llevan cada uno a su turno, hasta la tumba.

Conjeturas sobre el supuesto padre? Sobraron : desde el poeta Lugones (también suicida) y otros protagonistas del mundo literario de entonces, hasta un aristócrata de la provincia de Santa Fe, casado y hombre de familia y otros señores. Ninguno de ellos le puso el apellido al niño Alejandro que creció y se convirtió en un hombre respetado, llevando orgulloso el apellido de su madre: Storni.

En 1916 comenzó su carrera literaria con la publicación de su obra: "La inquietud del rosal". En 1918, sale a la luz "El dulce daño" y un año más tarde, en 1919 "Irremediablemente". En 1920 se publica "Languidez", que recibió el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura.

"Ocre", llega en 1925. Y con éste, se marca definitivamente el alejamiento del Modernismo y asume un contenido más realista y directo.

"Poemas de amor", de 1926 marca y reafirma su nueva mirada y sus obras de teatro "El amor del mundo" (1927) y "Dos farsas pirotécnicas" (1932) son recibidas con buena crítica. Más tarde, se publican "Mundo e siete pozos", en 1934 ; en 1938, se publica su "Antología Poética" y en 1968, "Poesías completas".

Toda su obra , como decíamos recién, refleja el dramatismo, la problemática amorosa y la desigualdad de condiciones en las que vivieron las mujeres en ese tiempo. Su voz profunda, feminista, audaz y llena de amor por sus congéneres y por su hijo y los desposeídos del mundo, fue comprendida sólo por algunos en ésos tiempos, pero respetada por su calidad y capacidad.

Sufrimientos, alegrías, depresión, fragilidad, dolores callados y hasta enfermedades físicas y neurosis, la ponen en constante lucha por sobrevivir en un mundo en el que era difícil ser mujer y ser aceptada y mucho menos, siendo una madre soltera, cuya situación era considerada en la rígida sociedad argentina de entonces, como verdaderamente trágica y un "pecado capital" que las mujeres de buena familia jamás cometían. Ella, enfrentó sola todo ese pesado estigma y se impuso por encima de las dificultades.

Su muerte, aquel 25 de octubre de 1938, cuando se interna en las frías y oscuras aguas que bañan la playa La Perla, de Mar del Plata, Argentina, marca una huella dramática que queda impresa en la memoria de todos, intelectuales, críticos y el pueblo, que la adopta desde entonces como uno de sus iconos que persisten.

En el homenaje hecho zamba que le dedicara Félix Luna y musicalizara el maestro Ariel Ramírez en la obra "Mujeres Argentinas", se describe el hecho como "en la blanda arena que lame el mar, su pequeña huella no vuelve más...."

Y así, envuelta en el misterio sobre la causa de esa decisión de terminar con su vida, que muchos dijeron que era la soledad y la tristeza combinada con la noticia de que padecía un cáncer de mamas, A"Alfonsina" dejó de ser aquella mujer que escribía poesía contra la corriente, para convertirse en el mito al que todos recuerdan como la mujer que amaba tanto el mar, que se fue a vivir en él para siempre.

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