OSVALDO SALERNO
LA PILETA
Estructura de madera, plástico, agua,
tejido de algodón blanco bordado.
Aforismo de A. Roa Bastos 1997
Colección Centro de Artes Visuales/ Museo del Barro
EL LECHO DE OFELIA
Esta instalación se desarrolla a partir de un lienzo blanco sumergido en un largo recipiente cargado de agua. La pieza se encuentra bordada con el ya citado aforismo de Roa Bastos: Salí del encierro oliendo a intemperie. Esta frase, según ya fuera expuesto, se encuentra cargada de connotaciones políticas referidas a la dictadura, que el escritor, como tantos artistas paraguayos, sufrió en forma de persecuciones y destierros. Después de la reclusión de la cárcel y el claustro, espera, quizá, la asfixia de otros miedos, así como en el fondo del calabozo, aguardaba desguarnecida, la libertad más radical: la imposible. Repetida compulsivamente, la frase se vincula a la idea represiva de un texto escolar obligado a ser manuscrito mil veces como castigo. O es contradicha por un doble encierro que la acorrala y hunde en el fondo de un estanque sin salidas, como hundían los torturadores de la dictadura a sus víctimas en la pileta del suplicio (Intentaban forzarlos, así, a revelar las palabras escritas en el reverso, guardadas en los pliegues; no siempre lo conseguían).
Bordada una y otra vez, la misma frase deviene, a su pesar, ornamento realzado, banal referencia a la manualidad más inocente. Plegado, dispuesto pulcramente de acuerdo a un espacio rectangular y alargado, el lienzo sugiere ahora un sudario pero también un mantel demasiado blanco de recuerdos zurbaranescos. Pero en el contexto de la poética de Salerno, ya lo sabemos, el pliegue y el doblez, así como la vuelta de la hoja o la tela sobre sí, aluden a la blancura expectante del soporte. Y mentan aquel otro esquema que, trazado en secreto por los pliegues, aguarda una escritura nueva. O espera acoger el recuerdo que reflote desde el fondo de una historia que no puede ser olvidada. Quizá el recuerdo de una escritura usurpada: el artista parte no sólo del discurso de Roa sino de la propia caligrafía del escritor que hace suya; que reescribe con su letra y reitera con obsesión a través del bordado. Que ahoga y silencia las palabras contraescribiéndolas en blanco. Una vez más, el escrito ha sido traicionado, adulterado en su destino de aforismo, convertido en gala del lienzo elemental o atavío del último paño. Una vez más, el texto se vuelve ilegible. Y demanda una reinscripción que trastorne el registro de la escritura y presente a ésta en clave fantasmática. En clave de imagen que regresa borrada, mojada.
TICIO ESCOBAR (fragmento)
OSVALDO SALERNO: Nace en Asunción en 1952. Es arquitecto, grabador, diseòador gráfico y promotor cultural. Ha realizado estudios de formación en Paraguay, España, Argentina y EEUU. Ha participado en numerosas exposiciones individuales fuera y dentro del país. Obtuvo varios premios de diseòo gráfico y pintura. Su obra se encuentra representada en museos y colecciones de España, Irán, Argentina, Perú, Brasil, Colombia y Paraguay. Es Vice-presidente por América Latina del Consejo Mundial de Artesanías (WCC). Se desempeña como Director en el Museo del Barro, del cual es fundador.
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