TEKOHA (EL LUGAR DEL SER), 2011 - Video de ÁNGEL YEGROS
TEKOHA (EL LUGAR DEL SER)", 2011.
Video, 4.15 min.
En exposición en el Centro Cultural Recoleta, hasta el 12 de junio.
Video de YouTube en canal externo al Portalguarani.com
Video Realizado para la exposición "Paraguay Rape", de 4 artistas paraguayos: Matilde Marín, Luna Paiva, Joaquin Sanchez y Angel Yegros, realizada en mayo del 2011 en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires.
Idea Original: Angel Yegros
Realización: Arapy Yegros
Video de YouTube en canal externo al Portalguarani.com
Tekoha, video sobre la obra de Ángel Yegros, realizado para la exposición
"TEKOHA [time is out], inaugurada el 25 de octubre de 2010
en la Sala Goya del Centro Cultural de España Juan de Salazar.
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Documento Fuente:
ARAGUAY RAPÉ/ CAMINO PARAGUAYO
Edición de cátalogo: ADRIANA ALMADA
MATILDE MARÍN
LUNA PAIVA
JOAQUÍN SÁNCHEZ
ÁNGEL YEGROS
CURADURÍA | TEXTOS
VICTORIA VERLICHAK
17 mayo - 12 Junio 2011
Centro Cultural Recoleta | Sala 6
Junín 1930 | Buenos Aires
PARAGUAY RAPÉ | CAMINO PARAGUAYO
Los tiempos verbales (del inglés) pasado continuo y presente continuo son los que mejor describen los cruces de estados de ánimo, realidad y ficción que convergen en Paraguay rapé(Camino paraguayo). Los trabajos de dos argentinas con ascendencia paraguaya, Matilde Marín y Luna Paiva, y dos paraguayos, Joaquín Sánchez y Ángel Yegros, detallan acciones que estaban siendo realizadas en un momento del pasado, al que se hace referencia, y que luego continuaron; anotan acciones que se están desarrollando en acto. Aquí los períodos, los tiempos, se fusionan y confluyen incesantemente, como el curso del río Paraguay -unos de los más importantes de la Cuenca del Plataque desagua en el Paraná.
En medio de los bicentenarios de la Argentina (2010) y Paraguay (2011), los videos, fotografías e instalaciones de esta exhibición bucean y moldean la historia del Paraguay y la historia personal de los artistas. PARAGUAY RAPÉjuega con la idea de pasaje, de remontar, de “ir” hacia el origen de los cuatro artistas, y de “venir” a Buenos Aires, como vinieron los conquistadores río abajo, desde Asunción, para fundar la ciudad porteña y buscar la salida al Atlántico (Juan de Garay, que encabezó la segunda fundación de Buenos Aires, partió de Asunción el 9 de marzo de 1580).
En ese ir y venir, río abajo y río arriba, acontecieron históricamente los intercambios políticos, económicos y culturales entre los dos países. En ese fluir, en el de la sangre, transcurren las historias personales de estos artistas de diferentes generaciones y diásporas (Yegros es el único que vive en Paraguay) que, en sus conmovedoras y penetrantes obras, reactivan imágenes del pasado y las rearticulan en el presente.
En sus miradas hacia el Paraguay, Marín parte del recuerdo de sus tatarabuelos para deshilvanar con maestría historias de novela. Paiva alude al desarraigo suyo y de su padre; cita y celebra su obra, creando bellísimos paisajes infinitos. Sánchez acude al silencio para transmitir lo inenarrable, utilizando diestramente el lenguaje cinematográfico. Yegros se sirve de un tono íntimo para explorar con sensibilidad el espacio, personal y comunitario, real y mítico del país.
Amor y pasión en estas obras de alto valor estético que entretejen historias familiares y sociales, que nombran –sin nombrar- a la madre y buscan al padre, que subrayan los estrechos lazos afectivos, incluso filosóficos y lingüísticos, entre muchos paraguayos y argentinos.
MATILDE MARÍN | SUITE VILLARRICA
La cuidada arquitectura compositiva de la instalación de Matilde Marín -con un sinnúmero de fotos diferenciadas por los tonos de los marcos que forman distintos núcleos y mapasdesovilla con perspicacia un pasado que comienza con una matrona terrateniente de Yaguarón (Paraguay), en cuya magnífica iglesia barroca descansan sus restos. Se trata de un contrapunto de imágenes -fotografías analógicas impresas a la manera de hojas de libros y postales antiguas sobre papel de alto gramaje- que reivindican una historia de amor y decisión, descubren a un precursor de las artes visuales en Paraguay, muestran un periódico de trinchera y papel moneda antiguo, revelan a la Virgen de Caacupé y resumen las memorias de la artista que, de pequeña, visitaba a parientes en la ciudad de la madonna protectora. Establecidos en Villarrica -pequeño pueblo que al finalizar la Guerra Grande, en 1870, se constituyó en la segunda ciudad de importancia del país-, Lorenzana Marín y el artista Saturio Cándido Ríos tuvieron innumerables hijos, entre ellos Alejandro Marín, director del Banco Mercantil y abuelo de la artista. Luego su tío, Alejandro Marín Iglesias, catedrático, abogado, fue ministro del Interior del gobierno de José Félix
Estigarribia (héroe máximo de la Guerra del Chaco) y tuvo que exiliarse en Buenos Aires cuando éste sufrió un atentado. Con él comenzó la diáspora de los Marín, y también la de Oscar, el padre de Matilde, que hubo de expatriarse casi al final de su carrera de medicina. En la figura de Saturio Ríos -que estableció el primer telégrafo en el país y fue oficial (capturado por Brasil) del ejército durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), y que ilustró muchas ediciones del notable periódico de guerra CABICHUÍ, realizado enteramente en xilografía- la artista, también grabadora, encuentra otro punto de contacto; mira hacia atrás y repasa sus orígenes tierna e inteligentemente.
LUNA PAIVA | PAIVA PARANÁ PAIVA
El desarraigo es un elemento significativo en la existencia de Luna Paiva, argentina que nació en Francia, al igual que su padre paraguayo Rolando Paiva, sobrino nieto del presidente del Paraguay, Félix Paiva. Expatriados, los abuelos paternos de Luna lucharon en las BRIGADAS INTERNACIONALEScontra Franco y en la Resistencia en la Francia ocupada por los nazis durante la segunda guerra mundial (1939-1945). Militante comunista, el paraguayo Emiliano Paiva fue ejecutado cuando Rolando era un niñito, y su compañera Ángela Schwartzman, polaca, sobrevivió y vino con el hijo a la Argentina.
También arqueóloga, la artista comienza su obra a partir de las inolvidables imágenes del Paraná tomadas por Rolando, alrededor del año 2000, cuando éste remontó el río –gesto repetido de los que vuelven y por donde llegaron los suyos al Paraguay- decenas de veces y retrató sus pobladores y paisajes.
Blanco y negro para estas canónicas imágenes, que expuso en Asunción en 2001 por primera y única vez, y que Luna reunió en un emotivo compilado, interviniéndolas con sorprendentes atmósferas, movimiento y sonido, en formato video.
Los dioramas lumínicos que Luna Paiva compone admirablemente son el resultado de una doble ficción. Son paisajes tridimensionales paradisíacos que remiten a cierta imaginería del Paraguay, a las orillas del Paraná; imágenes con fondos pintados en acrílico, fotografías y piezas de papel, cartón, plástico, madera, en los que estalla el color y reina la naturaleza. Más reales que la vida, pero a la vez oníricos y atemporales, los dioramas habitados por una vegetación exuberante y tonos alucinados barren con cualquier forma de nostalgia y multiplican los incontables modos de mirar.
JOAQUÍN SÁNCHEZ | JUKYTY [ CAMPOS DE SAL ]
En el Paraguay el Día del Niño se celebra el 16 de agosto, feriado. Mientras los historiadores siguen dilucidando los desequilibrios y cuestiones geopolíticas que causaron la terrible Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) de Argentina, Brasil y
Uruguay contra el Paraguay, en el bello y perturbador video de Joaquín Sánchez, JUKYTY (CAMPOS DE SAL) , Ña Rosa evoca hechos puros y duros.
Ña Rosa se materializa como por arte de magia, enteramente vestida de blanco en medio de un claro en la selva. Lleva sobre su cabeza una canasta con ropa para lavar en el arroyo de Acosta Ñu, en las cercanías de la ciudad de Eusebio Ayala.
Mientras frota prendas blancas con energía y el agua se escurre cantarina, la vieja lavandera recuerda sombría y en silencio que fue allí exactamente donde el 16 de agosto de 1869 fueron masacrados 3.500 niños paraguayos, de entre 8 y 10 años.
Murieron disfrazados de soldados y enfrentando a 20.000 hombres -¿eran hombres?- del ejército “aliado”. Muchos cayeron degollados sobre el cauce del Acosta Ñu. Eran chiquitos y no hubo piedad para con ellos; fue la batalla más cruel de la Guerra Grande, que dejó al Paraguay sin hombres.
Sánchez, que puso su cuerpo en muchas de sus obras, esta vez deja que sea Ña Rosa quien haga memoria. El artista también nació en Eusebio Ayala y este arroyo, que cruza el campo de su familia, fue el lugar de sus juegos infantiles, como los que ensayan unos niños en el video, recordando los gestos marciales de los pequeños mártires. El sonido del agua acalla las palabras: la intensa narración, en guaraní, se apoya en un cinematográfico subtitulado.
ÁNGEL YEGROS | TEKOHA [ EL LUGAR, EL SER ]
Retazos de una vida, fragmentos de una búsqueda, en la obra TEKOHA -video y objetos- de Ángel Yegros, que parte de su propia genealogía y que coincide, en muchos de sus momentos, con la historia del país. Entre ficción y realidad, en estos trazos de tono existencial el artista explora lo histórico, la cultura guaraní, perspectivas de otras creaciones. Descendiente de una de las familias más tradicionales del Paraguay y de Fulgencio Yegros, héroe de la independencia y considerado “Padre de la Patria” (en el sentido del título que el antiguo Senado de Roma confería a sus ciudadanos más veteranos), el artista aborda su trabajo desde la interrogación antes que desde la arrogancia.
Lejos de lo folklórico, Yegros vive inmerso en la cultura guaraní, habla el idioma cotidianamente, indaga en sus formas de espiritualidad esencial, vive en armonía con la naturaleza, hace su tierra, pero también se despega de ella. Con lenguajes artísticos contemporáneos, la obra de Yegros refleja y expresa su manera de estar en el mundo, en contacto con lo natural y con la luz. TEKOHA es el lugar y el medio que, tal como explica elantropólogo Bartomeu Melià, ofrece el contexto que habilita “el modo de ser guaraní”.
Pequeña maqueta de su vida personal, los objetos elaborados por el artista se presentan como preciosos hallazgos arqueológicos de otro mundo: el Paraguay. De igual modo, desde su TEKOHA, las poéticas imágenes y textos del video, narrados por el artista, transmiten ecos de antiguas tradiciones, inauguran leyendas; aparecen como indicios de una cosmovisión personal franqueada con libertad y perfil actual.
DATOS BIOGRÁFICOS
MATILDE MARÍN. Nació en Buenos Aires, Argentina. Es graduada en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires y en la Escuela de Artes de Zürich, Suiza. Es miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes, Argentina. En 2009 obtuvo el PREMIO ROMERO BREST A LA TRAYECTORIA, otorgado por la Asociación Argentina de Críticos de Arte; el Primer Premio de la Bienal de Puerto Rico y el Primer Premio de la Bienal Internacional de Cuenca, Ecuador. En 2005 obtuvo la Beca de la Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional para realizar su proyecto BRICOLAGE CONTEMPORÁNEO, presentado en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, MALBA. En 1992 obtuvo el PREMIO KONEX DE PLATINO A LAS ARTES VISUALES como uno de los artistas más destacados de la década en su especialidad. Exposiciones recientes: PARADISUS, instalación fotográfica, Galería Patricia Ready, Santiago de Chile, 2010; REALIDAD Y UTOPÍA, Argentina’s Artistic Road to the Present, Akademie der Künste, Berlín, 2010; Sala Proyectos Especiales, Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de San Pablo, Brasil, 2009; DE NATURA (ZONA ALTERADA), exposición antológica, Sala Cronopios, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2008; TOO MUCH FREEDOM,The Hammer Museum, Los Ángeles, USA, 2006. Su libro de artista MITOS DE CREACIÓNfue adquirido por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), Madrid.
LUNA PAIVA . Nació en París, Francia, en 1980. Regresó a la Argentina en 1983. Es licenciada en Historia del Arte y Arqueología, graduada en La Sorbonne, París. Estudió cine en la NYU. Realizó su formación fotográfica con su padre, el fotógrafo Roland Paiva. Publicó dos libros de fotografías: FICCIONES, ediciones Asunto Impreso, VVV Gallery, 2006, y MACHETE: ANUARIO DE ARTE CONTEMPORÁNEO, Machete Editora, 2008. Actualmente trabaja en la edición de los libros VIDA DE DIVAy SMALL SPACES. Su obra fotográfica participó de muestras individuales, colectivas, remates y ferias en Argentina, San Pablo, Madrid, Nueva York, Milán, Londres y París. www.lunapaiva.com
JOAQUÍN SÁNCHEZ. Nació en Barrero Grande, Paraguay, en 1975. Vive y trabaja en La Paz, Bolivia. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela Nacional de Bellas Artes de La Paz. Su obra está muy vinculada al Paraguay -al que evoca siempre desde la memoria- y da cuenta, en muchos casos, de la compleja situación de frontera entre ambos países. La guerra -tanto la del Chaco (Paraguay-Bolivia, 1932-1935) como la de la Triple Alianza (Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay, 1864-1870)- es un tema recurrente en su obra. Trabaja objetos, instalación, videoarte y cine. Su pasión por la imagen en movimiento empezó en la infancia, con el cine ambulante de su abuelo, que ofrecía funciones gratuitas en pleno campo paraguayo. Muestras colectivas recientes: PARAGUAY ESQUIVO, Point Éphemère, París, 2010; MENOS TIEMPO QUE LUGAR. EL ARTE DE LA INDEPENDENCIA, Palais de Glace, Buenos Aires, 2010; I Trienal deChile, Centro Cultural Palacio La Moneda, Santiago de Chile, 2009;Centro Cultural de España, Asunción, 2008; IV Bienal de Valencia,Nau de Sagunto, Valencia, 2007; Bienal del Mercosur, Porto Alegre,2007 y 2003; 51o Bienal de Venecia, 2005. Exposiciones individuales(selección): Museo de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile,2008; Museo de Arte Contemporáneo de San Pablo, 2008; Ex TeresaArte Actual, México DF, 2005; Museo Nacional de Bellas Artes, LaPaz, Bolivia, 2004. Obtuvo el Gran Premio XIV Bienal de SantaCruz de la Sierra, Bolivia, 2010.
ÁNGEL YEGROS . Nació en Asunción, Paraguay, en 1943. Fue uno de los cuatro miembros del grupo LOS NOVÍSIMOS, cuya aparición, en 1964 1964, habría de convulsionar el escenario de la plástica paraguaya.
En los 80 comenzó a investigar el uso de material reciclado, especialmente metal. Ha desarrollando una estética vinculada a la transmutación de la materia, con una filosofía que conecta antiguas sabidurías guaraníes y orientales y prefigura imágenes casi de ciencia ficción. Exposiciones (selección): TEKOHA, Centro Cultural de España, Asunción, 2010 (individual); PARAGUAY ESQUIVO, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2007; RÉQUIEM,Centro Cultural de la Ciudad, Asunción, 2006 (individual); INFRAMUNDO, Museo de la Cultura Maya, Chetumal, México, 2005 (individual); EL OMBLIGO DEL MUNDO, Centro Cultural de la Embajada de México, Asunción, 2005 (individual); ESCULTURA CONTEMPORÁNEA,Palacio Benigno López, Cancillería Nacional, Asunción, 2004; LOS NOVÍSIMOS 1964-2004, Centro Cultural de la Ciudad, Asunción, 2004; II ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCULTURA,Quintana Roo, México, 2003; SITZEN IST ZEN, Kunstkanzlei, Viena, 2003; AREGUA BIENNIAL,Canning House, Londres, 1987; Unión Panamericana de Washington, USA, 1965; II BIENAL INTERAMERICANA DE CÓRDOBA,Argentina, 1964. Realizó obra pública en Chetumal (Quintana Roo, México), Rasines (Cantabria, España), y Placita Ayolas (Asunción, Paraguay).
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PARAGUAY RAPÉ/ Camino paraguayo
ADRIANA ALMADA*
(Texto publicado en Correo Semanal de Última Hora, 28/05/11)
Interesada desde hace tiempo en la compleja relación entre paraguayos y argentinos -impregnada por rémoras de la guerra del 70, tensiones de frontera y conflictos en torno a los inmigrantes ilegales-, la curadora Victoria Verlichak reunió en una muestra, bajo el título PARAGUAY RAPE (CAMINO PARAGUAYO), a las argentinas de ascendencia paraguaya Matilde Marín y Luna Paiva, y a los paraguayos Joaquín Sánchezy Ángel Yegros. La exposición fue inaugurada el 17 de mayo en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, en el marco de los festejos del Bicentenario, y permanecerá abierta hasta el 12 de junio.
Si bien las obras aluden a situaciones o personajes reales, se trata de construcciones personales al margen de la historia oficial. Ellas exponen cicatrices profundas, evocan zonas de silencio, páramos interiores, ficciones enriquecidas por el tiempo. La exposición, breve e intensa, articula con precisión y elegancia cuatro propuestas que acercan al público argentino una visión del Paraguay a contrapelo del difundido estereotipo con que se identifica a los paraguayos en el país vecino.
SUITE VILLARRICA. Matilde Marín, sobrina de Alejandro Marín Iglesias –quien fuera ministro del presidente José Félix Estigarribia-, remonta su origen paraguayo a la vieja casona de sus abuelos, en Villarrica. A través de testimonios familiares empañados de dolor y nostalgia conoció los mitos del país, el esplendor de la naturaleza, la guerra del Chaco y las turbulencias políticas que llevaron a su padre al exilio, como a tantos otros paraguayos que se afincaron en Buenos Aires. Creció, así, con la sensación de un mundo perdido cuyas notas aflorarían, de tanto en tanto, en su obra. En la mitología del propio origen se destaca el personaje de Saturio Ríos, uno de los jóvenes becarios enviados por Carlos Antonio López a Europa, que trascendería por su talento artístico y su participación como uno de los grabadores del Cabichuí. En la instalación de Marín, quien cultivó el grabado con maestría, la identidad personal se configura a partir de imágenes superpuestas, fragmentos encontrados, señales que se desprenden de un relato mayor al que tienden a volver. En una austera vitrina escalonada, fotos de época reposan junto a recortes de periódico, impresiones y postales, en una cartografía que evidencia la naturaleza diferente del recuerdo, su materia disímil, su orden errático.
YUKYTY (CAMPOS DE SAL). “Sus propias madres les pintaron los bigotes con carbón. Les hicieron barbas con crines de caballo…”, es la primera frase del vídeo de Joaquín Sánchez, cuyo título ofrece ya una clave y traduce, de manera extraordinaria, el trabajo de memoria y el anhelo de superar los traumas del pasado. “La sal cura y la salmuera conserva”, reflexiona el artista. Las imágenes, de exquisita y trágica belleza, concitan la inmediata atención de quienes ingresan a la sala. Una vieja lavandera rememora, al son del agua que corre, la masacre de Acosta Ñu. La pieza ha sido rodada en el sitio mismo del horror, casi como un gesto de conjuro. Nada es casual: éste ha sido el lugar de los juegos infantiles del propio artista (el campo familiar), el lugar de la amenaza, el paraje maldito donde el sol revela los fantasmas: “La guerra grande comenzó un día caluroso como hoy” son las palabras que cierran el relato, abriéndolo de nuevo al recuerdo. Más allá del episodio –que marca prácticamente el final de la guerra de la Triple Alianza-, la refinada visualidad de esta obra se desliza por sobre las referencias históricas y cada elemento adquiere la fuerza y la intensidad del símbolo. Con delicadeza deja al descubierto la condición humana en su total crudeza, cuestionando los fundamentos del tan mentado "amor a la patria".
PAIVA PARANÁ PAIVA. A Luna Paiva -hija del célebre fotógrafo Roland Paiva y sobrina bisnieta del ex presidente Félix Paiva- esta muestra la llevó a revisitar el mundo de su padre. A partir de las imágenes que éste captó durante un largo periplo río arriba, por el Paraná -y que fueran reunidas en un libro memorable publicado en los años 90- genera un video de atmósfera ficcional que dialoga con paradisíacos paisajes tridimensionales de un diorama lumínico “en los que estalla el color y reina la naturaleza: más reales que la vida, pero a la vez oníricos y atemporales… habitados por una vegetación exuberante y tonos alucinados [que] barren con cualquier forma de nostalgia”, según Verlichak. La curadora relata que “expatriados, los abuelos paternos de Luna lucharon en las Brigadas Internacionales contra Francisco Franco y en la Resistencia en la Francia ocupada por los nazis durante la segunda guerra mundial. Su abuelo, Emiliano Paiva, militante comunista, fue ejecutado cuando Rolando era todavía un niñito”. Hasta hoy, para Luna Paiva el Paraguay permanece como un mundo mítico a explorar, al que tiende sus lazos afectivos, más allá del desarraigo. El mismo título instala el nexo entre las dos generaciones, unidas por el fluir del río.
TEKOHA [EL LUGAR DEL SER]. Retomando el nombre de una reciente exposición individual, Ángel Yegros aborda la historia del Paraguay a partir de su propia genealogía, al tiempo que remite, en metáfora visual, al sustrato guaraní. El vídeo se inicia con un gesto de borradura del universo original, para pasar a un momento introspectivo que expone la profunda decepción de Fulgencio Yegros, el prócer de la Independencia. Lejos de la evocación ingenua, la obra instala un clima de honda reflexión. Sobre una superficie polvorienta que refleja el rostro del artista, emerge el personaje histórico, traído al presente por la sangre y la memoria. Frente a este espejo improvisado que se superpone a otro espejo, “real”, en un juego de infinitas ilusiones, Ángel Yegros lee el poema que su tatarabuelo Fulgencio escribiera en la cárcel, poco antes de ser ejecutado y decapitado por orden del dictador Francia. En simultáneo, discurren los mapas familiares, guías precisas para establecer la filiación y la fidelidad a un relato escamoteado por versiones sucesivas de la historia. Finalmente, la reiteración obsesiva de un poema anónimo en guaraní, recogido por Oscar Ferreiro hace varias décadas, actúa como letanía reparadora que reequilibra el mundo. Al conocido texto de Yegros “en plantar una esperanza me pasé todos los años y floreció un imposible con frutos del desengaño…”, hace contrapunto un canto a la creación, a la belleza, a la tierra y sus frutos: “Che ruvusu, che ruvusu, yvy o mbojegua ara ka’e, itymbyra ra poky, rory rory...”