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RODOLFO ELÍAS ACOSTA

  MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 - 1980 - RODOLFO ELÍAS, OSCAR GAONA y VICENTE MORALES


MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 - 1980 - RODOLFO ELÍAS, OSCAR GAONA y VICENTE MORALES

MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 - 1980: RELATOS Y ANÉCDOTAS

© RODOLFO ELIAS ACOSTA

RODOLFO ELÍAS: Coordinador

OSCAR GAONA: Investigador

VICENTE MORALES: Investigador y responsable de registro fotográfico


Andrés Ramírez: Investigador

Cynthia Riveros y Claudia Spinzi: Asistentes de Investigación

Mavith González y Carmen Bareiro: Transcripción de entrevistas

Nelly Briet: Corrección de estilo

Rebeca Elías: Asistente de edición de imágenes

Karina Godoy: Administración del Proyecto

Rubén Capdevila, Guillermo Guillen y Maria José Sotelo: Diseño y Diagramación

ISBN: 978-99953-2-642-5

Hecho el deposito que marca la Ley 1328/98

Reservados todos los derechos

Impreso en Paraguay

Este libro cuenta con el apoyo del Programa Fondos de Cultura para

Proyectos Ciudadanos de la Secretaria Nacional de Cultura.

Asunción - Paraguay 2013 (131 páginas)




MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 -1980:

RELATOS Y ANÉCDOTAS

Nos planteamos iniciar este trabajo de recuperación con aquellos músicos a quienes conocíamos y en el momento en que solicitamos, aceptaron ser entrevistados y que sus historias fueran publicadas. Por tanto, se debe considerar este libro como un primer paso, una exploración que esperamos profundizar. De hecho, hemos entrevistado a más músicos de los incluidos en esta publicación y deseamos seguir haciéndolo para dar lugar a una segunda edición próximamente. También queremos utilizar otros medios (como las redes sociales en internet) para seguir aumentando nuestro acervo de información, registros fotográficos y anecdotarios.

Pero ¿cuál es la importancia de este libro?, ¿cuál es su aporte?, ¿por qué publicarlo? En realidad, y aquí quisiera hablar en primera persona: no tengo una respuesta a estas preguntas sino más bien algunas reflexiones, ideas y, sobre todo algunas sensaciones y emociones que me parecen necesarias compartir con las personas (que se sientan) interesadas en este libro.

Más allá del reconocimiento hecho por músicos y por personas vinculadas al ambiente artístico y cultural, estas figuras como Papi Barreto, Nene Barreto, Lobito Martínez, Palito Miranda y muchos otros van pasando y no somos capaces de recordarlos y valorarlos como nuestros héroes musicales. Los que trabajamos en este libro consideramos que los músicos de orquesta bailable son artistas y que muchos de ellos lograron elevados niveles como intérpretes, instrumentistas, compositores y arregladores y cumplieron, además, una labor en la formación de músicos, y los mismos no son reconocidos en su justa medida por la sociedad y la cultura nacional. Además, las orquestas bailables nos remiten a aspectos de la vida social y cultural de Asunción poco conocidas. Merecen que les hagamos memoria, merecen entrar en la historia.

Rodolfo Elías



DATOS DE LOS AUTORES

RODOLFO ELÍAS ACOSTA

Psicólogo y especialista en educación, estudió en la Universidad Católica de Asunción y en la Universidad de Guelph, Canadá. Trabaja en investigación y evaluación de proyectos y en docencia universitaria. Se inició en el campo de la música en el Conservatorio Municipal de Música de Asunción y en la Banda Pa'i Pérez del Colegio Salesianito, realizó estudios de saxofón y flauta con Virginio Villagra y Ángel Candia y de jazz con Carlos Schvartzman. Ha integrado varios grupos musicales como Síntesis, Los Pussycats, entre otros.


OSCAR GAONA

Psicólogo investigador y docente universitario. Graduado en la Universidad Nacional de Asunción, donde ejerce la docencia. Trabaja además en investigación social y evaluación de proyectos. Músico aficionado, formó parte de varios grupos de rock underground tocando principalmente en centros culturales alternativos como Él (otro) Espacio durante la década del dos mil y más adelante en festivales diversos.


VICENTE MORALES

Músico desde el año 1978. Su actividad musical se concentró principalmente en arreglos y dirección coral, arreglos instrumentales para distintos grupos musicales y cantantes, ejecuta la guitarra y el bajo. Ha realizado trabajo como editor y productor discográfico (1985 - 1995). En el área de la fotografía tiene experiencia y participación en diversos talleres, interesado fundamentalmente al fotoperiodismo, documentalismo y fotoilustración. Es abogado dedicado a la investigación y a la defensa de los Derechos Humanos con especialización en Derecho Penal.



MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 - 1980: RELATOS Y ANECDOTAS

 

“Termina el baile y se olvida al músico” (1)

 

Una de las primeras frases de un entrevistado fue que dejemos constancia que en aquel momento no recordaba los nombres de todos los músicos y que no recordaba su intención dejar de mencionar a alguno. Creo que esta también es nuestra preocupación. ¿Por qué incluimos a un músico y no a otro? Inmediatamente surge la sensación de que estamos cometiendo una injusticia, o al menos, una desprolijidad con estas omisiones. Lastimosamente, esto será cierto pero también es correcto afirmar que las personas incluidas fueron y continúan siendo referentes en el campo de la música, y particularmente de las orquestas bailables asuncenas (2).

Nos planteamos iniciar este trabajo de recuperación con aquellos músicos a quienes conocíamos y en el momento en que solicitamos, aceptaron ser entrevistados y que sus historias fueran publicadas. Por tanto, se debe considerar este libro como un primer paso, una exploración que esperamos profundizar. De hecho, hemos entrevistado a más músicos de los incluidos en esta publicación y deseamos seguir haciéndolo para dar lugar a una segunda edición próximamente. También queremos utilizar otros medios (como las redes sociales en internet) para seguir aumentando nuestro acervo de información, registros fotográficos y anecdotarios.

Pero ¿cuál es la importancia de este libro?, ¿cuál es su aporte?, ¿por qué publicarlo? En realidad, y aquí quisiera hablar en primera persona: no tengo una respuesta a estas preguntas sino más bien algunas reflexiones, ideas y, sobre todo algunas sensaciones y emociones que me parecen necesarias compartir con las personas (que se sientan) interesadas en este libro.

Empiezo por lo último: las emociones. Mi afición por la música me ha llevado a conocer y disfrutar de muchos amigos músicos. Tuve el privilegio de estudiar, de tocar en grupos musicales y de compartir espacios informales con músicos de diferentes corrientes y de distintas generaciones. Desde músicos como Virginio Villagra, en su momento director de Las Estrellas Paraguayas del Jazz, hasta Ángel Candia, saxofonista, flautista, clarinetista, miembro de la orquesta Los Pussycats. Recuerdo principalmente a Papi Barreto, trompetista, y a su hermano Nene Barreto, baterista. Ellos fueron figuras emblemáticas del ambiente musical asunceno desde los años 50 hasta los 90. Con la muerte de Papi, ocurrida en el año 2005, considero que se cierra una etapa de las orquestas bailables, si bien existen músicos que los antecedieron y que siguen con nosotros. Papi y Nene eran reconocidos y respetados por los músicos, ya que dedicaron su vida al estudio de la música y a formar instrumentistas, pero fuera de este ambiente musical son poco conocidos, incluso por los músicos jóvenes.

La casa de Papi era el punto de referencia para muchos músicos. Los sábados de mañana iban cayendo a la ronda de tereré en la vereda de la casa y Papi estaba allí con su guampa Cerro Porteño, siempre dispuesto a compartir información, conocimientos, materiales que traían de Estados Unidos como los últimos discos de los grandes del jazz o el último número de la revista Down Beat y, por supuesto, algunos chistes. Papi también daba opiniones sobre el trabajo de los músicos, muchas veces eran críticas, frontales y sarcásticas, pero siempre con la intención de contribuir a mejorar la calidad del trabajo del músico. Era un defensor de los músicos y si alguien emitía juicios poco respetuosos sobre los mismos, “que no pase por mi vereda”, decía. En esa época tenía la intención de ir registrando todas estas vivencias y experiencias de los músicos, pero el tiempo pasó y sorpresivamente Papi falleció, antes murió Nene. Y ahora, en estos días que estamos terminando este libro, nos dejó Palito Miranda.

Más allá del reconocimiento hecho por músicos y por personas vinculadas al ambiente artístico y cultural, estas figuras como Papi Barreto, Nene Barreto, Lobito Martínez Palito Miranda y muchos otros van pasando y no somos capaces de recordarlos y valorarlos como nuestros héroes musicales. Los que trabajamos en este libro consideramos que los músicos de orquesta bailable son artistas y que muchos de ellos lograron elevados niveles como intérpretes, instrumentistas, compositores y arregladores y cumplieron, además, una labor en la formación de músicos, y los mismos no son reconocidos en su justa medida por la sociedad y la cultura nacional. Además, las orquestas bailables nos remiten a aspectos de la vida social y cultural de Asunción poco conocidas. Merecen que les hagamos memoria, merecen entrar en la historia.

En este libro hemos entrevistado a músicos de orquestas que activaron entre los años 50 y 80 en Asunción (3). Aquí hemos identificado claramente dos etapas: los años 50 y 60, en que aparecieron las orquestas llamadas de “Jazz” a diferencia de las “Típicas” (aunque en ocasiones eran los mismos integrantes de ambas orquestas), que en general estaban conformadas por un número importante de músicos (entre 10,12), con instrumentos de viento (saxos, trompetas, trombones), batería, bajo (acústico), guitarra y piano y uno o más cantantes. Estas orquestas interpretaban músicas de swing, de moda en esa época y repertorio latino (cha cha cha, mambo, etc.). Podemos citar Las Estrellas Paraguayas del Jazz (dirigida primero por Athos Bernal, luego por Papi Barreto y finalmente por Virginio Villagra), Casablanca Jazz (dirigida por Carlos Villagra), Los Caballeros del Ritmo (dirigida por Neneco Norton) y la Orquesta de Alberto Evans.

Paulatinamente, en los años 60 y 70, el swing va dando paso al rock como música popular. Empiezan surgir grupos en todo el mundo liderados por los Beatles, aparecen los instrumentos electrónicos. El pesado y generalmente desafinado piano vertical es reemplazado por teclados eléctricos y sintetizadores. En Paraguay emergen grupos como Los Big Boys Serenaders, La Swing Copacabana, Los Jokers. Más tarde otros grupos que tienen la composición de las orquestas de rock y pop, con toda la tecnología existente, sorprendiendo a músicos extranjeros que vienen al Paraguay. Aparecen en los años 70 orquestas como Los Hobbies y Los Aftermad's y otras agrupaciones logrando un gran éxito. Los clubes sociales del país disputan por tener estas orquestas en sus fiestas. Las orquestas interpretan los temas de moda en inglés y en español y algunas, de a poco, lanzan sus propios temas y empiezan a grabar discos que se difunden en las radios.

Luego, por diversos motivos, a finales de los años ochenta las orquestas van perdiendo espacios en las fiestas, lugares en que muchos empiezan a preferir los Disc Jockeys. Esta declinación no es sólo un fenómeno nacional pero en Paraguay tuvo sus particularidades: por una parte, los músicos no lograron organizarse para defender colectivamente sus espacios laborales. Por otra, había empeorado la situación económica del país, había pasado el “boom de Itaipú”, se disponía de menos recursos para cubrir los gastos de las orquestas.

Es importante destacar que el periodo estudiado coincide con el régimen dictatorial de Stroessner y el clima de represión política, poder militar y, en general, el temor que vivía una parte importante de la población. El músico de orquesta, aparentemente, no fue afectado de manera directa, aunque hay suficientes relatos en estas historias que recuerdan el poder militar y policial, como cuando se exigía a punta de pistola que la orquesta tocara la polca “Número Uno” o el castigo, incluso la detención, de aquellos que ejecutaban “La Polca 18”. También se refleja en el edicto que obligaba, dentro de una concepción nacionalista, de ejecutar música paraguaya en las fiestas y que para “cumplir” esta disposición tenían que empezar a tocar las orquestas folclóricas antes que se iniciara el horario normal de las fiestas (por ejemplo, a las cinco de la tarde), o bien el control ejercido por ciertos órganos del Estado, como la Secretaría de Información y Edicto Nro. 3 que imponía un horario de finalización de las fiestas.

El ambiente de las orquestas era casi totalmente masculino, sin embargo también surgieron figuras femeninas muy relevantes, tal es el caso de Catalina Pereira “Catunga”, creadora de Las Estrellas Femeninas del Jazz y posteriormente de California Super Star, una orquesta de rock formada enteramente por mujeres que tuvo mucho éxito. También hemos entrevistado a Valencia, cantante, que por su capacidad artística y su presencia escénica puede considerarse como una estrella pop de Paraguay.

Cada historia es única. Sin embargo, cabe resaltar algunas características de estos artistas y su vida en el campo de la música:

La mayoría se inició muy tempranamente, no sólo en el estudio de la música sino en el trabajo como músico, siendo algunos un apoyo económico para su familia desde su adolescencia. Un caso muy interesante es él de La Baby Jazz, cuyos integrantes (entre los que se encontraban Riolo Alvarenga, baterista y Zenón Videaurre, guitarrista) tenían entre siete y doce años. Estos chicos trabajaban en fiestas como las del Club Deportivo Sajonia y en otros lugares, como en cumpleaños infantiles y recibían un pago por dichas actuaciones. De la misma forma, Oscar Faella debutó siendo niño como pianista y cantante en el “Vertúa” y Valencia, aún adolescente integró Shamba Show, orquesta que tuvo mucho éxito y una intensa actividad en fiestas en todo el país.

Las bandas (militares y de la policía) desempeñaron un importante papel en la formación de músicos, en especial de los que ejecutaban instrumentos de viento. La mayoría de estos músicos combinaban su trabajo en las orquestas bailables con la pertenencia a estas agrupaciones militares, sin mayores dificultades. Además, algunos músicos eran integrantes de orquestas clásicas como la Orquesta Sinfónica de Asunción (integrada por Ángel Candía como oboísta y Nene Barreto como percusionista). Otros fueron y continúan siendo figuras centrales del jazz en Paraguay, como Palito Miranda, Riolo Alvarenga, Toti Morel, Ángel Candía, entre otros.

Algunos de nuestros entrevistados tuvieron experiencias como músicos en el extranjero, realizaron giras con sus grupos y otros llevaron adelante parte de su carrera profesional de músicos en países como Brasil, Argentina y Estados Unidos. Palito Miranda fue durante varias décadas un destacado músico en el Brasil y se desempeñó como docente en el prestigioso conservatorio de Tatui (San Pablo), abriendo un espacio en esta institución a estudiantes paraguayos. Virginio Villagra realizó parte de su carrera profesional y su formación musical en Argentina y Brasil. Integrantes de orquestas de los 70 y 80 como Los Hobbies y Los Aftermad 's (Zenón Vidaurre, Toti Morel, Riolo Alvarenga, Víctor Destefano) y otros como solistas (Oscar Faella, Valencia) realizaron numerosas giras y actuaron en Argentina, Brasil, México, Estados Unidos y Europa.

En estas entrevistas también se puede identificar a personas que han tenido un rol esencial como educadores y formadores de artistas. Tal es el caso de Pepita Peña de Faella, maestra de piano, Nene Barreto, que formó a la mayoría de los bateristas; Carlos Schvartzman, profesor de guitarra, armonía y jazz; Papi Barreto, profesor de trompeta, Virginio Villagra, profesor de instrumento de viento, teoría y armonía; Carlos Villagra, profesor de violín y trompeta, director de la Banda de la Policía y del Conservatorio Municipal de Música. Actualmente muchos de nuestro entrevistados cumplen esta función: Virginio Villagra, Ángel Candía (profesor de saxo, flauta y Clarinete), Zenón Vidaurre (profesor de guitarra), Emi Aiub (profesor de guitarra y creador de la Orquesta Infantil del Conservatorio Nacional), Toti Morel y Riolo Alvarenga (profesores de batería), Catalina Pereira (profesora de guitarra).

El trabajo nos llevó dos años y nos quedan muchas cosas pendientes, pero queremos compartir estos primeros hallazgos y luego seguir con nuevas entrevistas. Hemos entrevistado a aproximadamente 30 músicos y aquí incluimos 16 entrevistas. Tratamos de conservar los relatos lo más “puros” posibles, con la naturalidad y la frescura de las charlas que emanaron de estos encuentros. Hemos disfrutado entrevistar a estos músicos, consideramos que ellos también se complacieron en recordar sus años de juventud y esperamos que las personas que lean también sientan lo mismo. Incluimos fotografías de las orquestas tratando de registrar en la medida de lo posible los nombres de músicos y orquestas mencionados por nuestros entrevistados.

El equipo de investigación tuvo algunos cambios en el transcurso del trabajo, pero todos contribuyeron a concretar este libro. Iniciamos el proyecto con Oscar Gaona y Andrés Ramírez a partir de un concurso lanzado por la Secretaría Nacional de Cultura en el año 2011. Inmediatamente iniciado el trabajo se integró Vicente Morales, quien además de encargarse de las fotografías, participó en las entrevistas. Otras personas que contribuyeron en el trabajo fueron Cynthia Riveros, Claudia Spinzi, Mavyth González, Carmen Bareiro, Karina Godoy, Rebeca Elías y Nelly Briet. Contamos, además, con el apoyo permanente de Rubén Capdevilla, de la Secretaría Nacional de Cultura


Rodolfo Elías




NOTAS

1. Frase de Carlos Villagra durante su entrevista.

2. Existen valiosos trabajos que registran los nombres y biografía de músicos y de orquesta del Paraguay: El Diccionario de la Música Paraguaya de Luis Szaran, que se puede acceder por Internet a través la siguiente dirección: http://www.luisszaran.org/Diccionario.php y el libro Movimiento Rock y Orquestal en el Paraguay de Alcides Alfonso Parodi (2003). Recientemente José Villamayor junto con Ricardo Castellani publicaron un libro sobre los músicos de jazz en Paraguay: Jazz en Paraguay (2012).

3. Cabe señalar que han existido numerosas orquestas en otras ciudades del país, como en Encarnación, Villarrica, Concepción, Pedro Juan Caballero, Caacupé. Algunas de ellas han tenido mucha repercusión en todo el país. Sería, sin dudas, muy importante realizar una investigación particular respecto a estos grupos. Aquí nos centramos en las orquestas asuncenas.



Neneco Norton



UN RECONOCIMIENTO A TRES GRANDES MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES

Neneco Norton, Carlos Villagra y Papi Barreto son tres figuras emblemáticas que han trascendido el desarrollo y la actividad de las orquestas bailables teniendo un papel mayor en diferentes ámbitos de la música como compositores, directores de orquestas y bandas, arregladores e instrumentistas.

 

Neneco Norton y Los Caballeros del Rítmo

 

Durante este trabajo hemos visitado a Carlos Villagra y Neneco Norton y realizado breves conversaciones con estos músicos. También hemos dialogado con Otilia González Acosta (Nena), viuda de Papi Barreto, quien amablemente compartió con nosotros materiales y datos. No quisimos dejar pasar esta oportunidad para mencionar a estos grandes artistas.

Neneco Norton

Nació en Asunción en el año 1923 y se inició musicalmente en Salesianito con el Padre Ernesto Pérez. Su instrumento es la trompeta. Conformó una orquesta muy afamada: Los Caballeros del Ritmo. Entre los integrantes de esta orquesta se encontraban Rudy Heyn, Paco Gómez, Victorio Ortiz, Nelson Mendoza, entre otros. Neneco Norton es uno de los grandes compositores vivientes de la música popular paraguaya.

 

Carlos Villagra en su juventud, trompetista

 

Carlos Villagra

Trompetista, violinista, director de la orquesta Casablanca Jazz. Tiene actualmente 90 años. Su orquesta bailable más importante fue La Casablanca Jazz integrada por diez músicos y considerada una de las mejores orquestas de Asunción en los años 50 y 60. Carlos Villagra también fue violinista de la Orquesta Sinfónica de Asunción, ocupó el cargo de director de la Banda de la Policía y director del Conservatorio Municipal de Música. Fue docente del Conservatorio, reconocido como un maestro exigente y disciplinado. En su periodo como director de la Banda de la Policía, la agrupación alcanzó un nivel musical excelente, al igual que la Jazz Band de la Policía que también dirigía Villagra. Grandes músicos se formaron en esta etapa de la Banda de la Policía como Ángel Candia (saxofonista, clarinetista, flautista y oboísta) y Remigio Pereira (trombonista).

 

 

El afiche que se puede observar a la derecha fue realizado en Buenos Aires para la publicidad de la orquesta. El profesor Villagra mencionó a los integrantes que recordaba en el momento de la entrevista (de izquierda a derecha): Patiño (cantante), José (saxofonista), Ruiz Díaz (contrabajista), Vera Barreto (pianista), Armoa (saxofonista), Díaz (trombonista), Mamerto León (saxofonista) y el mismo Profesor Carlos Villagra : director, trompetista) en la imagen de mayor tamaño. Al terminar de mencionar los nombres, Villagra agregó: “Ninguno ya está más acá, desaparecieron toditos, excepto yo”.


Papi Barreto, trompetista

 

Papi Barreto

Gran trompetista, pertenecía a una familia de músicos. Nació en Asunción en 1933 y falleció en el año 2005. Integró La Habana Jazz y fue director de Las Estrellas Paraguayas del Jazz (luego de Athos Bernal), Papi Barreto y sus Millonarios y Los Pussycats, orquestas que se caracterizaron por la calidad y el cuidado en sus interpretaciones. Papi tuvo una importante pasantía por Buenos Aires en los años cincuenta, periodo en que estudió con José Granata, considerado uno de los mejores trompetistas en Argentina y tocó las orquestas que actuaban en las radios, las confiterías y los Night Clubs de Buenos Aires en la época dorada de esta ciudad. Compartió el escenario con grandes músicos que siempre lo recordaron.

Sus orquestas fueron escuelas de música donde pasaron instrumentistas como Juan Carlos Faccetti (pianista) Oscar Fernández (pianista), Ángel Candía (saxofonista), Gustavo Pérez (saxofonista), Zenón Vidaurre (guitarrista), Roberto Thompson (guitarrista), entre muchos otros. Nene Barreto, su hermano, fue el baterista de sus distintos grupos. Papi fue un gran impulsor del jazz, teniendo una de las mayores colecciones de discos de vinilo de este género (que compartía con los músicos a través de cassettes), métodos de estudio y revistas de música. Como parte de su actividad laboral fue representante de varias marcas de instrumentos musicales, las mejores, como las trompetas “Bach” y los saxofones “Selmer” y ayudó a músicos nacionales a adquirir estos instrumentos.

Papi fue un músico exigente y su orquesta era reconocida y valorada por todos los músicos, aunque en ocasiones ofrecía un repertorio un poco “difícil” para el público en general. También defendió la profesión del músico demandando siempre buenos presupuestos para su orquesta. Como dijo un entrevistado: “con Papi no se tocaba mucho pero se ganaba bien”. En sus últimos años cumplió una importante labor como docente de trompeta en el Conservatorio Nacional de Música.

 

 

Papi Barreto y su última orquesta en los años noventa, que actuaba en el Programa de televisión de Álvaro Ayala. Allí se puede ver a su hermano Nene en la batería.

Papi Barreto y otros músicos crearon en el año 1963 el Jazz Club paraguayo. Allí participaron muchos músicos que integraban orquestas bailables y que eran destacados instrumentistas. Los músicos que figuran en el acta son: Papi Barreto, Rudy Heyn, Tide Smith, Pedro Burián, Euclides Barreto (Nene), Benjamín Benza, Kucky Rey, Edgar Báez, Ernesto Britos Bray, Kike Kronaweter (Kike Krona), Chono Duarte, Williams Miranda (Palito), Victorio Ortiz, Eduardo Speciale, Cuco Núñez, Popo Vera y Hugo Loncharich. En ese momento se contó con el gran apoyo de Don Elías Hernández, director de Centro Cultural Paraguayo Americano (muy recordado por Papi Barreto y otros músicos).


 

 


VIRGINIO VILLAGRA

Saxofonista, clarinetista y pianista. Director de orquestas bailables, compositor y profesor de música

V: Mi padre era requintista y quería que yo también toque la guitarra. Al principio no quería, pero después si me interesé en la música, estando en el Batallón de “Boy Scout” Número 4 con el Padre Laborel, en el predio de la escuela Caritas allá por el año 42.

E: ¿En qué año naciste?

V: Yo nací el 21 de Mayo de 1928 y me anotaron mal, me pusieron 21 de Marzo realmente, muy simpático es. Fui exiliado porque me pidieron afiliación al Partido Colorado, en ese año, en el 47, estaba cumpliendo mi servicio, tenía el grado de sargento viceprimero. Me pedían mi afiliación y les dije: “no tengo” y había sido que no tenía que decir eso, fue una metida de pata. Estuve preso en la policía, pasé al Comando en Jefe, luego fui allá donde ahora es el lugar de ESSAP, recuerdo que con la mano carpimos todo ese lugar. Más tarde nos exiliamos. En el 47 le dije a mi socio para escondernos y había un sargento colorado que fue castigado y también hablamos con él y nos dijo: “¡váyanse!”. Así nos metimos en el bosque, subimos en el tren lechero de las nueve de la mañana en la esquina de la Caballería donde estaba la estación de ferrocarril con el tren que venía de Patiño, vinimos, pero más tarde me tuve que tirar del tren en la esquina del Club libertad porque los Militares se subían a pedir documento.

Vine a escondidas a mi casa, me preparé y fui a la Embajada de Brasil, allí me pedían los documentos y lo único que tenía era una cédula militar firmada por el General Emilio Díaz de Vivar. En la Embajada me dijeron que ese documento no era válido, lo único que servía era un documento de afiliación de algún partido político para tramitar como perseguido político, entonces mi padre me llevó un documento donde constaba que yo era liberal, de ahí después de tres días nos hicieron pasar a la Argentina a través de un convenio con la Embajada de ese país.

Había sido que ya aprendí la música, ahí me di cuenta, a los tres días ya estaba en Formosa, ahí me encontré con un amigo que era mozo del Cuerpo de Cadetes del Colegio Militar, un tal Ramón Osorio. Sorprendido me preguntó qué estaba haciendo ahí, recuerdo que había muchos paraguayos en la calle, yo estaba en una pensión, me dijo: “salí de ahí, vamos, te llevo la valija”. Me llevó a su casa porque él estaba viviendo en Formosa y me presentó a su mamá y ella encantada me recibió, así me quedé a vivir con ellos. Recuerdo que me invitó para irnos a hablar con el director de la banda municipal, fuimos de noche a hablar.

 

 

E: ¿En ese momento ya tocabas un instrumento de viento?

V: Sí tocaba, incluso llegué a ser primer clarinete en la Banda con el señor González que fue mi profesor y ese González fue un solista de la Fragata Sarmiento que es un Barco de Escuela Naval Argentina. Entonces hablamos en Formosa con el maestro Guliane en el centro de ensayo, conversamos, le dije que yo tocaba clarinete pero que no tenía instrumento. Entonces me mandó con el secretario para buscar uno y me dio para tocar, probé y me quedé contratado para trabajar. Ahí me di cuenta que ya aprendí en el Colegio Militar. Para obtener mi documento después me fui a la Sección de Departamento de la Gobernación, en aquel tiempo todavía no era provincia, correspondía a la central, entonces anotamos mi nombre, fecha de nacimiento, edad, nombre de mi padre, me sacaron una foto y me entregaron un papel sellado para mi documento de identidad, pero necesitaba mi partida de nacimiento legalizado por la Embajada de Argentina en Asunción. Mandé una carta y me la enviaron, pero ocurría un hecho simpático, mi fecha de nacimiento no coincidía, yo nací el 21 de mayo y en mi certificado figuraba 21 de marzo, pero ni se pudo corregir, se quedó así.

E: ¿En el Cuerpo Militar usted dice que tocaba zamba, entonces ya había un repertorio folclórico?

V: Se tocaba música folclórica y también música clásica, ahí escuché por primera vez la obra “La Revolución de 1812”.....tocaba de forma magistral la Banda del Colegio Militar con el Capitán Pedro Carpinelli que también fue director de la Banda Militar.

E: ¿El Capitán Carpinelli dónde estudió?

V: Él es italiano, vino formado de allá, fue un excelente trombonista, él es papá de los Carpinelli. Como en el 42 yo me fui por parte del Batallón Scout para aprender a tocar corneta o pífano. En tres meses aprendí a tocar corneta y después practicamos pífano que es un instrumento como la flauta traversa que refuerza a la trompeta en la banda. Al año siguiente, en marzo del 43, me vio Carpinelli y me dijo: “¿te gusta la música? “sí” le dije, me gusta tocar y escuchar”, “bueno entonces dígale a su padre que quiero hablar con él”. Yo estaba por cumplir 15 años, y por eso quería hablar con mi papá. Vine a contarle a mi padre y me dijo él: “hijo ahí ya no es como acá, ahí todo es disciplinado, si vas a respetar eso, te voy a llevar o si no vas a respetar no te voy a llevar”. Mi padre era de esos que le hacía mirar el futuro a una persona, porque yo cuando tenía 12 años ya era zapatero de primera.

E: ¿Su papá mismo fue a llevarle junto a Carpinelli?

V: Él se fue a hablar y le explicó que tenía que firmar un papel donde constaba que yo entraba por dos años en la Formación Musical y otro dos años en el servicio Militar.

E: ¿Qué instrumento practicó primero?

V: Empecé con el clarinete, como ya tenía base, enseguida aprendí y me incorporé a la Banda. Recuerdo que todos me querían. En ese lapso vino un Capitán argentino de nombre Joaquín Vázquez que estaba en el Ejército Paraguayo de “Honoris Causa”, me vio y dijo: “Villagra va ser mi secretario”, entonces me fui a trabajar en su oficina, ahí tenía un piano cerca, y empecé a practicar y a leer libros, atendía las clases de armonía que hacían con los otros profesores. El profesor Darrosa enseñaba Filosofía y Educación Cristiana en aquella época, aparte escribía mucho sobre la importancia del Guaraní. En ése lugar fue donde me formé íntegramente, como me gustaba leer compré en aquella época un libro La Vida es Sueño de Calderón de la Barca, después de venir del Colegio, a la noche, siempre leía.

Una vez vino un oficial de guardia haciendo la recorrida y me dijo: “¿qué estás haciendo?”, le dije: “estoy leyendo La vida es sueño”, me dijo: “que sea última vez que se le encuentre leyendo esta cosa, esto no está permitido leer acá”, pero yo hacía lo siguiente, en aquella época salía La Tribuna que traía unos hermosos artículos, después de venir del colegio sacaba los diarios a leer todos los artículos habido y por haber, así me fui enterando de muchas cosas de la Guerra del 70 escrito por un inglés que se publicó en el diario, así digamos me formé, luego me fui a la Argentina.

E: ¿En Formosa seguiste con el clarinete?

V: En la Argentina ya me fui como clarinetista y empecé a trabajar el 6 de julio en la Banda Municipal de la gobernación de Formosa y en diciembre por ahí me llego una carta de un ex compañero de la Banda Militar, que también había sido exiliado a Corrientes porque era Liberal, un concepcionero y se fue allá a integrar la Banda Sinfónica. Entonces se enteró que yo estaba por Formosa y me mandó una carta porque necesitaban un tercer clarinete para la Banda Sinfónica. Ya era 190 pesos el sueldo de la Banda Sinfónica y en Formosa ganaba solo 90 pesos, había mucha diferencia, entonces le dije a la señora donde vivía “me voy a ir a Corrientes”. Lo simpático era que un Gallego, que era el director decía: “oye tu Giménez, te encargas del clarinete y él se encarga de estudiar”, después fui a tomar el examen y como me faltaba mejorar el director decía: “Giménez te encargas del clarinete y el sigue estudiando. Si no pasas el examen no hay sueldo”. Después me fui a estudiar con todo, volví a tomar el examen y ya mejoré, entonces ahí me quedé a integrar la Banda.

Más tarde me pasó a su grupo principal, pasé a segundo clarinete hasta que después un integrante del primer clarinete, un santafesino tenía una enfermedad y me puso detrás de él y así fui ascendiendo, hasta un día que un señor dijo que yo era muy estudioso, y me recomendó, “hay una Banda de Sinfónica que se abre en la Provincia de Jujuy para que usted se pueda ir y allá el sueldo es 250 pesos”. Entramos en tratativas y a los seis meses ya estaba allá, me encontré con un gran profesor de clarinete, un español, nos hicimos amigos y comencé a estudiar con él, pero siempre yo me preguntaba: “qué raro que es este señor”, él nunca me decía que estaba bien, solamente: “pase a la siguiente hoja”, estudiaba unos libros complicadísimos. Eso fue por llegar al año 49, yo estaba por cumplir 21 años, a la vuelta de vacaciones fuimos a ensayar en su casa y me dijo: “tengo algo para vos” abrí su escritorio, me dio una carta y encontré ahí que a él le ofrecieron como tercer requinto en el Cuerpo de Bomberos en la Provincia de la Plata con un sueldo de 450 pesos, prácticamente el doble de lo que yo ganaba ahí, y me dijo: “si se va a ir, inmediatamente llamo por teléfono y llevas una carta de recomendación”.

Por supuesto, preparé mi renuncia y me fui a Buenos Aires porque ahí tenía un primo que estudiaba mecánica dental, el Doctor Remigio Alvarenga que vivía sobre las calles Perú y Azara, entonces le llamó por teléfono para avisarle que me iba, con un tren que llegaba a las 9 de la noche a Buenos Aires. Entonces se fue a esperarme en la estación, eso fue en el año 1949, la época de oro de Buenos Aires.

Mi primo me acompañó a la Provincia, yo allá ganaba bien pero no tiraba así nomás la plata por el hecho de ganar bien.

E: ¿Vos eras soltero todavía en esa época?

V: Soltero todavía; nos fuimos, al llegar al lugar donde me dieron la dirección, al hablar con el maestro este, tocamos el timbre y salió, le entregamos la carta, leyó todo y me dijo: “mañana a las seis sale el tren de Constitución y te espero ahí”, para las seis menos cuarto ya estaba en el lugar con la boleta en mano para viajar, y vine llegando todo uniformado y me dijo: “usted no es paraguayo” “¿por qué?” le dije, “al paraguayo se le dice seis y media y llega a las siete y media” me respondió.

Fui a entregar mi documento y ahí se dio cuenta que no era argentino, me dijo: “joven usted es paraguayo, pensé que era correntino, me tiene que traer un papel donde conste su nacionalización y le va a correr su sueldo”. Al principio me iba a nacionalizar porque tenía todos los documentos para hacer, después le dije a mi primo lo que estaba pasando, me dijo: “primero vamos a ir a hablar con ”Nenito” a ver que dice”, yo no sabía quién era “Nenito”, me dijo: “ ese es el famoso Doctor José P. Guggiari, ex presidente de la República, él está como miembro de la Cámara Baja de Perón”, el tipo era Abogado de la Cámara de Perón, le llamó por teléfono mi primo y nos fuimos a hablar con él. Ahí le conocí al Doctor que era una personalidad, tenía una ilustración, que americanista era, eso fue en el año 49 y ya me vaticinó lo que iba a ocurrir en la Argentina.

Después de dos años de ese exilio volví. Tampoco llegué a nacionalizarme y por eso no ingresé a la Banda Sinfónica de La Plata. Cuando estaba por venir de allá fuimos a cenar con mi primo en la Plaza 11, nos encontramos con Victorino Villalba hermano de Hincho Villalba que fue jugador del Club Cerro Porteño. Como me conocía, se acercó a hablar, me preguntó para dónde me iba, le conté que estaba regresando al Paraguay porque tenía problemas para trabajar por no nacionalizarme. Ahí me dijo que tenían una zapatería sobre la Calle Constitución 4001 cerca del Club San Lorenzo, me invitó para irme a trabajar a cambio de pagarme 10 pesos por día libre, yo me sentía muy contento con eso y me quedé para comprarme un instrumento por la plata que ganaba ahí.

E: ¿Cuándo volviste a Paraguay retornaste a alguna Banda o entraste más en las orquestas?

V: Cuando vine de Argentina, a Alberto Evans que tema una orquesta de Jazz creada con la banda de policía, le contaron que había un saxofonista, entonces me llamó y me fui al ensayo.

E: ¿Cómo se llamaba la orquesta?

V: Se llamaba La Orquesta de Alberto Evans, como yo no tenía instrumento, le dijo a Lara Bareiro un saxofonista: “dale un poco tu saxo para ver como toca”, empecé a practicar y como le gustó, llegamos a un acuerdo para quedarme.

E: ¿Usted ya tocaba saxo?

V: Yo siempre fui clarinetista, pero como querían que toque saxo, empecé a ejecutar y no tuve problemas porque tienen una técnica similar.

E: ¿Cómo estaba compuesta una orquesta de Jazz en esa época?

V: Había dos trompetas, un trombón a cilindro, cuatro saxo (dos tenores y dos alto), un piano grande, batería y contrabajo era la orquesta, entonces me quedé a integrar el grupo. Más tarde me conseguí un saxo que pertenecía a la Banda de Concepción, de los revolucionarios, era un saxo alto de origen italiano que hasta tiraron al agua, recuperaron y vinieron a ofrecerme. Lo mandamos a Argentina para arreglar el instrumento porque estaba todo descompuesto, más tarde ya compré para mi clarinete.

Recuerdo en una oportunidad estábamos actuando en el Club Centenario con la Orquesta Evans que era exclusivo del club, también estaba Cesar Medina con su Orquesta Típica, con Kurt Levinson su pianista, Aniceto Vera Ibarrola violinista. Terminó la actuación y vino Kurt Levinson y le dijo a Alberto: “¿de dónde sacaste al seminarista ese?” Yo estaba con un traje negro y desde aquella vez en el grupo me dicen “Pa 'í Viki”.

E: ¿Los arreglos orquestales eran traídos del exterior?

V: Los arreglos eran todo traídos, mayoritariamente Americanos y de Brasil también que mandaban muy buenos arreglos.

E: ¿Se compraba de algún lugar o hacían traer?

V: Generalmente se compraba, “Villadesau” vendía la partitura, también en el Centro de Cultura de la Embajada de Brasil te inscribía para el pedido de los arreglos que traían para tocar la Zamba, Marcha, Docardo y todo esos estilos de la música brasilera.

E: ¿Quiénes integraban la Orquesta de Jazz de Evans?

V: En aquella época integraban Alberto Evans como director y trompetista, Lara Bareiro saxo alto, yo estaba como segundo alto, en el saxo tenor no me acuerdo quien estaba y un Miguel Ángel también que era saxofonista, tocaba saxo tenor, después le hice tocar saxo barítono, muy buen chico era.

E: ¿Kurt Levinson era el pianista de la Banda?

V: No, él era profesor de la Banda de Policía, era pianista de la Típica. Cesar Medina hablaba siete idiomas, también fue profesor de música del Colegio Alemán.

E: ¿En la Orquesta de Evans qué repertorio hacían?

V: Repertorio de Jazz, bolero, cha cha cha, tango europeo, vals clásico; el Jazz que hacíamos nosotros es él de las Jazz Band.

E: ¿A qué llaman Tango Europeo?

V: El Tango Europeo a diferencia de lo conocido son los acentos rítmicos, no tenía un fraseo libre, ese es el Tango Europeo, hoy en día también el Tango ya es de teatro muy sofisticado, está a la altura de cualquier otro ritmo, hasta las variaciones creo que hacen con el pie los bailarines hoy en día, ha cambiado mucho.

E: ¿Después de Evans formaste ya la Estrella Paraguaya de Jazz?

V: Después de salir de Evans integré con la orquesta de Athos Bernal, otro músico importante, estuvo mucho tiempo en Brasil. Estudió allá, tiene un doctorado en música, fue pianista y trompetista, pero hace rato que falleció, justamente la trompeta fue su primer instrumento, en este libro está su biografía, realmente fue un chico muy interesante.

Nosotros vimos ya que los instrumentos de viento se iban en decadencia, entró con todo la guitarra y la gente quería escuchar fuerte pero con un mal sonido, él siempre venía con su cuñada porque su hermano era baterista de la orquesta, después un día le dije: “porque no tratas con Ramos Giménez, porque el Maestro Carlos Bareiro está de vuelta y ya terminó su beca, está en vacancia”, entonces fue a hablar con Ramos Giménez y consiguió la beca. Entonces dejó la orquesta y se quedó Papi Barreto en su reemplazo.

 

Virginio Villagra en el órgano con el maestro Luis Cañete en el bandoneón

 

E: ¿En qué año fue eso?

V: Eso habrá sido en el año 55, Papi Barreto se fue en el 59 a Buenos Aires y desde aquella vez se quedó la orquesta conmigo. Primero fue La orquesta de Athos, luego vino Papi y después me quedé encargado y, a partir de ahí, Las Estrellas Paraguayas de Jazz”.

Con Athos somos contemporáneos, nos recibimos juntos cuando el Doctor Hugo Peña era Ministro de Educación y Athos consiguió la beca y se fue a estudiar al Brasil a finales del 57. Al año siguiente un 5 de febrero empezaban las clases y acá estaba empezando la fiesta de Carnaval y tuvo que dejar de lado la orquesta para ir.

E: ¿En qué lugares actuaban con las orquestas?

V: Yo toqué dos años de programa en horario central de 11:30 a 12:00 hs en Radio Paraguay los días domingos.

Una de las emisoras más caracterizadas era la Radio Paraguay, la empresa que respaldaba era la primera línea uruguaya de navegación aérea PLUNA, gracias a eso por lo menos teníamos vestimentas adecuadas.

E: ¿Se hacía con público en el auditorio?

V: Sí, había gente en el lugar, todo era en vivo.

E: ¿Era una tradición las audiciones en las radios?

V: Sí, era algo que estaba de moda también en Buenos Aires, acá con Radio Guaraní tuve un contrato donde tocábamos de 12:00 a 13:00 antes de irme a Radio Paraguay. En Radio Guaraní yo usaba una “boquilla de cristal” para clarinete y cuando terminamos de tocar ahí adentro salimos afuera con un calor terrible y con el cambio de aire se rompió, se partió en dos partes, lo sentí mucho pero ya no había caso y nunca más me hice de “boquilla de cristal” porque es muy fácil de romperse. Con la orquesta Estrellas paraguayas del Jazz continué hasta el año 64.

E: ¿A parte de las radios, tocaban en fiestas?

V: Tocábamos en fiestas y de ahí salían los contratos. Por ejemplo, un año antes ya tenía el contrato, de repente tocábamos en Tte. Cabello de Carapeguá, la fiesta del 10 de febrero de Quiindy, después Villa Florida, luego San Juan a 1 de enero, San Ignacio cada 31 de julio, las fiestas cada 24 de septiembre en Caraguatay sin falta nos íbamos, y acá casi todos los clubes sociales por ejemplo el Club Sirio, Club de la Sociedad Española en Trinidad.

E: ¿Todos los músicos se dedicaban profesionalmente?

V: Todos los que estábamos adentro éramos profesionales. La Asociación de Músicos del Paraguay exigió a todos los nuevos socios, mirando que había muchas orquestas, que él que iba a ser músico profesional tenía que pasar por un breve examen por la Asociación de músicos del Paraguay como condición, leer, interpretar la música.

E: ¿Qué otra orquesta había al estilo de tu orquesta?

V: Los Dados Blancos era otro grupo, no recuerdo quien dirigía en los primeros tiempos, más tarde pase a dirigir esa orquesta, como trombonista estaba Papi Cabañas que fue uno de los primeros que tocaba trombón a vara. Tenía un hermano médico saxofonista Benjamín Cabañas que era un personaje, hay muchas anécdotas de él. Una vez dejó la Banda Pa 'í Pérez para ir a la Banda Militar, era su época de estudiante, tocaba muy bien y tuvo que ser dejado de lado por el director por ser muy “boletero”. Oscar Torales, ya fallecido, gran pianista, mucho tiempo fue mi compañero en el ejército. Con Benjamín Cabañas tocaban piano en el “Zan Su Zip” ahí en frente de La Encarnación, un lugar alto donde había un Restaurant lindo, donde la gente iba a cenar, ahí tocaban piano Oscar con Benjamín toda la noche y luego pasaban al colegio. Les cuento una anécdota de Benjamín: en Tte. Fariña y México había un Bar en la esquina misma, a él le gustaba tomar, se fue con su saxo, estaban unos tipos por ahí, le dijeron: “toca pues tu charata”, se subió en la moto con su socio corriendo y con su saxo tocando, un personaje total el amigo.

Otra orquesta típica que había era Los Hermanos Vásquez que vinieron de Buenos Aires, Carlos Villagra tenía también su grupo Casablanca Jazz, de ahí fue que me cambiaron mi nombre. Una vez vinieron a buscar a las Estrellas Paraguayas del Jazz, se equivocaron y le mandaron junto a Carlos Villagra. Después se produjo una discusión de quien era el “verdadero Villagra”, nos encontramos con los contratantes y salió Nene Barreto, me dijo: “te vamos a llamar Eduardo Villa así no termina la villa”, y por mucho tiempo usé ese nombre, hasta ahora muchos me conocen como Eduardo.

E: ;En qué año fue eso?

V Eso fue allá por los 64, 65, 66 porque yo en el 57 regresé de San Pablo, estuve en Brasil en ese año. Soy músico profesional en el Estado de San Pablo, quería llevar a mi familia pero mi señora no quiso ir.

E: ¿Usted toca piano también?

V: Yo aprendí a tocar el piano después de venir acá, recuerdo que el maestro Cañete me había dicho para linear porque la armonía ya requería de eso, entonces empecé a estudiar piano pero en forma individual nomás y la guitarra también aprendí a tocar así, a través de métodos y libros que yo tenía.



ORQUESTA SWING COPACABANA

Con la presencia de varios integrantes de la Orquesta Swing Copacabana:

Enrique Lando, Jean Lando, Edgar (Chongo) Báez Recalde y Gerardo Torcida.

 

E- ¿Cuándo se inicia el grupo?

SC: Por el año 1953 regresaron nuestros vecinos, los Báez, que habían vivido como seis años en Cuba (era la época de Batista). El padre, don Amadeo, hijo de Cecilio Báez, era diplomático. Todos ellos eran músicos natos y tocaban muy bien la guitarra. Él del medio, Edgard (Chongo de sobrenombre) había estudiado acordeón a piano con el famoso Miliqui, del trío Gabi, Fofó y Miliqui, y también estudió guitarra.

Por las tardes se reunían con otro primo (Carlos Báez Rehnfeld  alias Baby) y hacían música. El mayor Aníbal, se había casado con una cubana que tocaba las maracas y cantaba; Chongo tocaba su acordeón blando nacarado de 120 bajos, sonaba una maravilla y el menor, Palón, nos acompañaba con el ritmo. Ese verano, Gerardo Torcida y Jean fueron a pasar el carnaval a Río de Janeiro invitados por la familia del agregado militar brasilero en Asunción de apellido Lobo y cuando volvieron trajeron discos de música que era muy pegadiza y alegre.

Nos esperamos a reunir en casa alrededor del piano y tocábamos lo que dos o tres conocían, también escuchábamos discos con música de moda y tratábamos de sacar las melodías y los ritmos, algunos éramos mejores en las melodías, otros interpretaban mejor los ritmos. Poco a poco nos salían cosas audibles pero sólo contábamos con tres guitarras, un acordeón, un piano y dos maracas, no se podía lograr mucho con tan pocos instrumentos. Alguien consiguió una batería prestada y otro un contrabajo, después una guitarra eléctrica que estaban de moda, y la mayor adquisición fue la incorporación de Delfor Boggino, hijo del Dr. Juan Boggino, decano de la Facultad de Medicina y reconocido investigador (ex Presidente del Rotary Club) que enterado de nuestro incipiente grupo musical nos presentó a su hijo, de nuestra edad, un muchacho simpático y juguetón como nosotros, nos cayó bien a todos. Había sufrido un accidente cuando era un niño, se había caído de un tren en movimiento y las ruedas del vagón le cortaron tres dedos de la mano derecha, quedando solo el pulgar y el índice, razón por la cual podía tocar la trompeta a pistones con la mano izquierda.

 

 

E: ¿Habían estudiado música?

SC: Todos tocaban de oído menos yo, que sólo tocaba leyendo la música, eso era una dificultad para mí pues me costaba seguirlos pero lo mismo intentábamos tocar algo. Lo convencimos a Chongo que tocaba mejor la guitarra que el acordeón y así me apropié del instrumento con teclado transportable y las cosas mejoraron bastante. Un personaje especial nos vino a ayudar en las orquestaciones y los ritmos, era un músico nato que tocaba cualquier cosa en cualquier instrumento, me refiero a Tide Smith, que intentó entrar en alguna universidad y después de probar en tres o cuatro se dedicó a lo que la naturaleza mejor lo dotó, la música, y allí demostró ser un fenómeno. Durante 50 años estuvo tocando su música en todos los ambientes nacionales: clubes, cumpleaños, carnaval, embajadas, etc., con orquestas, con cuartetos, tríos y hasta solo, con su teclado haciendo maravillas y deleitando a varias generaciones de parejas, (cuántos romances se formaron al influjo de sus melodías o sus serenatas). Fue todo un referente de nuestra época y él nos trasmitió su musicalidad que nosotros tratamos de asimilar.

E: ¿Cómo se dieron las primeras actuaciones?

SC: Una amiga que nos escuchó tocar en casa, nos invitó a su cumpleaños, pero con los instrumentos, y allí nos fuimos. Aunque era un conjunto incompleto, sonaba muy animado y la gente se divirtió mucho, y nos invitaron a otro cumple, y así en pocas semanas estábamos poniéndonos de moda. Se nos unieron otros jóvenes con sus instrumentos, nuestro grupo estuvo integrado de la siguiente forma: Delfor Boggino con su trompeta, Chongo Báez guitarra eléctrica, Gerardo Torcida batería (prestada hasta que su papá le compró una), Jean el contrabajo (que compartía con Inchausti) y al principio el acordeón, Baby Báez el piano o la guitarra, Aníbal Báez las maracas, la pandereta o la guitarra, (su esposa la cubana, al principio tocaba las maracas y cantaba), después reemplazados por Brusqueti que cantaba y tocaba las maracas y yo que empecé tocando el piano pero terminé tocando el acordeón.

 

 

E: ¿En qué lugares actuaban?

SC: En la calle Palma estaba la confitería Vertúa, con su famoso Salón Blanco, que tenía un piano de cuarta cola de color blanco; al medio día y de tardecita actuaban diferentes conjuntos, siendo Tide él que más estaba, y cuando aparecíamos nos invitaba a acompañarlo, y cuando teníamos ganas lo hacíamos. Una vez que estábamos tocando con Tide, se nos acercó Rudy Heyn que tenía un conjunto profesional y nos reclamó que le estábamos sacando trabajo porque tocábamos gratis, haciéndole una competencia desleal y no dijo: “déjense de joder pendejos, a ustedes los llaman porque tocan gratis, empiecen a cobrar o no toquen más”. Ante tan gentil invitación empezamos a cobrar ¡y nos siguieron llamando!

Un día vino Tide y nos propuso firmar un contrato por tres meses con la Confitería Waldorf, que estaba en el mismo edificio del cine Victoria, en la esquina de Chile y Oliva, para tocar alternadamente con su trío, unos días él y otros nosotros, aunque nos parecía algo demasiado serio nos animó y nos prometió que nos ayudaría y que sería la manera de darnos a conocer y de ganar experiencia. No lo pensamos dos veces y aceptamos. Nos propusimos aumentar el repertorio y a ensayar más seriamente, era bastante difícil encontrar partituras para que yo aprendiera las músicas de moda pero recurriendo a las embajadas y a Tide, las conseguimos. Teníamos que elegir un nombre para nuestra orquesta y luego de barajar diferentes nombres como: “Sal y Pimienta” u “Orquesta Juvenil” optamos por el famosísimo nombre de “Swing Copacabana”.

El día de nuestro debut nos fuimos temprano a la confitería, nos ubicamos en el balcón de la orquesta, tenía un piano vertical que ocupaba medio espacio y apenas entrábamos, puse las partituras en un atril y tocamos los compases de nuestra característica que era “Stormy Weather”. El anuncio de que actuaría una orquesta juvenil contribuyó a que las mesas estuvieran todas ocupadas, y todas las miradas se centraron en los apuestos jóvenes vestidos con sus mejores trajes, que iban a ofrecer lo más nuevo del repertorio musical de la época y en ese preciso momento: ¡oh sorpresa! se apagan las luces de la sala quedando sólo los veladores de las mesas para crear un ambiente más romántico pero nuestro balcón quedó a oscuras y yo no veía ni las páginas de mis partituras, menos aún las notitas que se diluyeron en la penumbra junto con mis pretensiones de lucirme con las melodías que trataba de adivinar y que el bueno de Baby desde el piano me soplaba: la... fa... mi bemol... re... si bemol...etc. ¡Qué calor pasé! Por supuesto que desde ese momento aprendí a tocar de oído, como los demás.

Tocamos todo el verano en clubes como el Centenario, el Club Libertad, Sajonia, casas de familia, en cumpleaños de quince, serenatas, en las embajadas (de EEUU, del Brasil) y ganamos mucha experiencia (y plata también, en cada fin de semana cobrábamos cada uno más que un salario mínimo). Sabíamos las músicas de moda, las marchiñas brasileras para carnaval, música mexicana, las últimas melodías de Broadway, los boleros y hasta algunas polcas y guaranias.

E: ¿Recuerdan algunas anécdotas?

SC: Tenemos cualquier cantidad de anécdotas del tiempo de la orquesta que podría llenar un capítulo entero, pero contaremos algunas. Una vez, estábamos tocando en un colegio y se acerca un hombre bastante ebrio, y nos pide que toquemos “tu, sólo tú” que se había estrenado ese año y nosotros no la tocábamos todavía. Se lo explicamos pero el hombre insistía, y dijo que no nos iba a dejar salir del escenario si no tocábamos lo que él pedía. Ante nuestra negativa se puso muy nervioso y sacando un revólver de gran tamaño (a mí me pareció como un cañón) nos amenazó. Ante tal “argumento” Baby dijo que sí, que lo tocaríamos, pero él estaba sólo en el piano y nosotros todos resguardados detrás del piano tarareando y tanteando. Sacó la melodía y poco a poco fuimos saliendo del escondite y empezamos a tocar nosotros también, ¡esa fue la música que aprendimos más rápidamente!

También era costumbre después de las fiestas salir de serenata, y se cobraba muy bien (a los amigos con descuento). Una vez, llevando serenata a una supuesta novia de Brusqueti, (él no sabía muy bien dónde quedaba la casa) nos guió por unos callejones, calles de tierra y por fin llegamos, dijo: “ésta debe ser”. Estaba todo a oscuras por supuesto, empezamos a tocar y él a cantar, una, dos, tres canciones, por fin se enciende una luz en la planta alta y apareció la silueta en la ventana de un gigante que con un vozarrón nada amistoso y con un acento alemán preguntó: “¿Quién le tgae segenata a mi esposa, hein !!??”.Evidentemente esa no era la casa.

E: ¿Hasta cuándo continuaron con la orquesta?

SC: Nuestro grupo estuvo en actividad entre los años 1953 y 1956. En esa época se había formado con estudiantes de medicina la Orquesta Universitaria. Recuerdo algunos de los integrantes: el Dr. Cabrera, Jaime Bestard, Washington Torreani, y otros, en ocasiones actuaba también Tide Smith. Algunos integrantes de nuestro grupo formaron los Big Boys, también los Tommys y luego Los Jokers.



BENJAMIN BENZA

 

Director del Grupo Big Boys Serenaders, pianista y baterista

 

B: Mí instrumento principal era el piano, que aprendí a tocar a los once años, pero después fui aprendiendo a tocar armónica, contrabajo, batería con la orquesta Boys y la Jazz Universitaria. Entonces no tenía inconvenientes para tocar. Cuando me necesitaban yo les peguntaba: “¿qué hay que tocar?”, porque tenía que llevar los instrumentos, y me preparaba para no tener algún tipo de problemas en las actuaciones.

E: ¿En qué año fue eso?

B: Eso fue alrededor de los años 52 al 55. Para llevar el piano era toda una novela, venían en camiones grandes con varias personas y tratábamos de alzar con ciertas dificultades pero lo hacíamos con ganas. Al llegar al lugar de actuación se afinaba el instrumento porque te podía ocurrir cualquier cosa. Yo, por ejemplo, aprendí a tocar en todos los tonos, cuando por ejemplo el acordeón tocaba en do, yo lo hacía sostenido. Terminaba la fiesta y lo traíamos de vuelta. Orrego era uno de los que alquilaba porque tenía como tres pianos. Luego llegó el piano eléctrico y con eso se solucionó el problema.

E: ¿En qué año empezaron los pianos eléctricos?

B: El primer piano eléctrico que se patentó es el piano “Wurlitzer”, fue el primero que llegó al Paraguay, exactamente en el año 1958. En esa época estudiando en la Escuela Técnica Vocacional y que un compañero, Yegros, basquetbolista de la época, me dijo que había un piano eléctrico en el depósito. Yo no creía que en ese tiempo existiera el piano eléctrico. Entramos a revisar y había cuatro, dos de ellos para la Escuela Normal Rural de San Lorenzo y dos para la Escuela Vocacional que era de los norteamericanos, fue en el 58.

B: Todo los pianos Wurlitzer eran comprados por el gobierno norteamericano y repartido a los Centros Vocacionales. En la Escuela Vocacional estaba como director un chicano y me fui a hablar con él con intenciones de comprar un piano pero no había caso. Pero este señor se trajo uno para su hija y quería vender. Nos fuimos con Tide Smith, el director de la orquesta y Milciades Cabrera, un médico que tocaba el clarinete con nosotros. Ellos se quedaron sorprendidos con el instrumento, pregunté cuánto salía... en guaraníes costaba cuarenta y dos mil, para la época era una fortuna. Juntamos la plata y compramos el piano que se usó por primera vez en una orquesta de baile en Asunción. Después de dos años recién apareció el siguiente, más tarde empezaron a traer los otros grupos un instrumento similar. Fue el Wurlitzer el primer piano eléctrico del mundo, después viene el órgano “Philicorda”, luego apareció una marca italiana “Farfisa”, luego “Yamaha”, “Roland”.

E: ¿Cuál fue la primera orquesta que tocaste?

B: Primero estaba con Los Rejuntados o sea nos juntábamos para tocar, hasta que entré en una orquesta más formal que estaba integrada por estudiantes de los Colegios Internacional y Goethe. El baterista, bajista y guitarrista éramos del Goethe, el acordeonista del Inter, la primera orquesta se denominaba Swing Caribe en el 53, posteriormente pasamos a la Jazz Universitaria Casino para diferenciar. Tuvimos que poner ese nombre, porque la Jazz Universitaria ya estaba en receso. Luego fueron terminando las fiestas, parrilladas... porque en el 56 vino la guardia urbana nocturna.

Recuerdo que en la Facultad de Medicina había una Asamblea y fuimos rodeados por la marina, por la Policía y los empleados de Ande y Corposana disfrazados con pañuelos entrando con gas lacrimógeno a perseguir, eso pasó dentro de la Facultad misma. Tuve que ir a esconderme a la maternidad arriba, pero lo mismo me sacaron, nos fuimos todos presos, eso marcó el fin de las orquestas.

En el año 57 dejaron de perseguir y recomenzamos. En ese momento integré la verdadera Jazz Universitaria con Delfo Boggino en la trompeta, Edgardo Cuevas en acordeón, yo comencé a tocar piano y batería, luego se incorporó Farola en la batería, realmente ejecutaba todo, más tarde se disolvió esa orquesta. En ese tiempo estuve a punto de ir Becado a Estados Unidos para terminar mis estudios: la carrera “refrigeración”, de allá tenía que volver como instructor y fue en ese ínterin, estando en la Escuela Vocacional que llegamos a tocar juntos La Big Boys y La Jazz Universitaria. Después, en los primeros días del año 58, cuando yo estaba por viajar, recibo la visita de Tide Smith y Cabrera, vinieron a darme la propuesta de integrarme con ellos como baterista, porque estaban por despedirle al baterista del grupo por no adecuarse a los que ellos querían como grupo. Me tocó elegir o quedarme a ganar plata con ellos o irme a los Estados Unidos a especializarme... finalmente me quedé con ellos como baterista, en ese momento, de los Big Boys Serenaders.

Más tarde hubo problemas en el grupo, el director Tide Smith, formó otro grupo, nos avisó que se iba a retirar. Como Tide salió, necesitábamos un pianista y lo buscamos durante todo un mes, hasta hablamos con Faella pero él solo tocaba como solista. Finalmente me designaron a mí como pianista a pesar de no estar de acuerdo al principio, pero nos faltaba un baterista, buscamos a Nene Barreto y no pudimos porque tenía un acuerdo con Rudy Heyn y nos fuimos al correo a hablar con Kike Krona que estaba sirviendo como soldado. Recuerdo que le hicimos la propuesta y tuvimos que esperar un día porque no se decidía a entrar con nosotros, el grupo que recaudaba más plata en ese entonces. Finalmente entró Kike como baterista, yo pasé como pianista, arreglador y director, ahí logramos ganar más fama, de  hecho ya actuábamos en el Club Centenario y en los casamientos más chuchis.

Así empezamos a entrar en el Sajonia. En ese entonces estaba La Casa Blanca Jazz de Carlos Villagra y Los Dados Blancos con quien tocábamos. Los directivos del Sajonia nos preguntaban qué orquesta queríamos que toque con nosotros, sin dudar elegí a Los Jokers que en ese momento estaban empezando.

 

 

E: ¿En qué año fue eso?

B: Fue en el año 1960 que entraron a actuar Los Jokers con nosotros. Ahí también empezó la Baby Jazz de Rudy Heyn, los hijos chiquititos Rudy y Miki, y Herkin Daniel empezó a cantar. Conocimos a otro montón de gente, porque el Sajonia cada semana traía un número incluso del exterior: a Oscar Alemán, Luis Aguilé, Roberto Carlos, que no podía subir al escenario por su problema de piernas, Billy Cafaro y montones de artistas importantes de la época, nosotros hicimos amistad con ellos.

E: ¿Cómo estaban conformados, qué instrumentos tenían Los Big Boys Serenaders?

B: Básicamente eran seis instrumentos, guitarra, acordeón, piano, bajo, batería y clarinete, saxo nunca tuvimos, un vocalista y luego se sumó uno más.

E: ¿Qué repertorios hacían?

B: Tocábamos de todo, Jazz, Cumbia, Polca, Cha Cha Cha. Siempre intentábamos ser originales, desde el 1er momento, después cuando terminó ese grupo la cuestión era quien copiaba mejor los discos, quién tenía los instrumentos electrónicos más potentes y nada más. La competencia no consistía en la originalidad, gustos musicales, no importaba cómo tocar.

E: ¿En qué sentido eran originales... los arreglos tuyos eran igual que la grabación?

B: No, de ninguna manera, incluso música que nadie se animaba a arreglar, yo arreglaba... “Banco de Colegio” por ejemplo, que vino a cantar Eduardo Speciale, y le hice un arreglo muy original, no había de dónde copiar y muchos boleros que eran absolutamente originales.

E: ¿Ustedes no tenían temas propios como grupo?

B: Como grupo no, pero tocábamos algunos que hacía Antonio Medina. Realmente poco de los autores locales, porque había pocos compositores.

La orquesta fue desarrollándose hasta el año 63 al año siguiente muchos empezaban a recibirse, entonces yo decidí disolver la orquesta en el año 67, porque estaba a mi nombre.

Tuvimos que enfrentar situaciones difíciles, recuerdo en una oportunidad llevamos una serenata encabezada por Kike Krona, a una chica cuya hermana estaba casada con un militar, nos fuimos, tocamos hasta la segunda música, sale el tipo nos echa del lugar... Un teniente coronel, hubo una “soqueada” uno contra seis.... luego se sube a llamar a la policía y ahí vimos una camioneta roja a unas cuadras, tuvimos que subir apuradamente a la camioneta y nos fuimos del lugar. Pero al día siguiente igual nos buscaron, se fueron a la casa de Baby Báez Rehnfeldt, el bajista, Nery Bedoya, Verón de Astrada que también estaba en la serenata, por supuesto Kike, el “Romeo” de la historia. De mí se olvidaron o no me encontraron, creo.

Justo dos días después se hacía la fiesta de carnaval en el “Círculo Militar” y el presidente era Mario López Escobar. Tuve que ir a hablar con él, le dije que no iba a encontrar otro grupo para su fiesta porque estaban todos ocupados, entonces no había otra opción de sacarlo a los que estaban presos en “Investigaciones” de la Policía, y al mediodía como no salía nadie tuve que insistir de nuevo. Finalmente tuvieron que salir cada dos horas uno a uno, el último que salió fue Kike porque estaba sindicado como el encargado de la serenata. Recuerdo que a las ocho y media de la noche llamé a la casa de Kike pero todavía no venía y era ya el momento de empezar la fiesta, el contrato nuestro iba desde las diez de la noche. Faltando quince minutos para empezar la fiesta, llegó Kike.

Luego empezó la segunda etapa de la orquesta, pero yo empezaba con el estudio, me había ido al Brasil para traer la máquina de grabar discos, hice más de dieciocho mil discos en diez años. Aquella orquesta terminó porque ya no tenía voluntad para tocar, y en público mucho menos.

Estaba muy metido con mi estudio de grabación que era algo incomparable, grabando un disco se gana: a cuatro veces más que en una actuación de los sábados, no podía sobrevivir sólo con las actuaciones, entonces tuve que priorizar el estudio de grabación. A duras penas tocábamos algo de La Tijuana Brass, y temas que estaban de moda con La Big Boy 66. Más tarde me dediqué a grabar “jingles” en ese rubro se ganaba más plata, una vez fuimos a verle a Woody Hermán en el Hotel Guaraní con Carlos Schvatzman que actuaba de traductor, el pianista del grupo reconocido del Jazz, nos contaba que hacía música para televisión y jingles porque se ganaba buena plata. Fue en el 65 que empecé a montar el estudio, pero grabé en el 63 el primer concierto del Jazz Club Paraguayo.

E: ¿Esas grabaciones que pasaban por radio?

B: Exactamente, en ese concierto estaban Papi Barreto, Rudy Heyn, Palito Miranda, Kike y otros, un montón de gente que estaba en la época, principalmente del Jazz. Hace poco creo que pasaron por radio Ñanduti en un programa de Jazz con Kike Fernández.

E: ¿No tocas más piano?

B: Desde que dejé aquella orquesta en el año 67, último contrato, fue en el Club Olimpia de Itá, lastimosamente no había muchas personas en ese lugar, prácticamente dejamos de cobrar porque no había gente, ahí terminó todo. Yo no toco más el piano ni ningún otro instrumento.

E: ¿Muchas veces dejaron de cobrar?

B: Aunque ustedes no lo crean, la fiesta que tocamos en el Palacio, cobrábamos hasta dos años después, pagando la mitad como “coima” a alguien del Ministerio de Hacienda. Bueno, pasaba así porque si no pagábamos eso, nadie cobraba, era la fiesta de gala del año 58, el primer recutu del que sabemos, donde todavía yo tocaba la batería.

E: ¿Usted tiene todavía aquella batería?

B: No, aquella batería se destrozó, le había dado a Ángel Fanego, luego la volvió a vender a Farola, la marca de la batería era “Premier” la que usaban Los Beatles, una de las mejores marcas del mundo de marca inglesa. Es un instrumento al que uno tiene cariño, se disfruta más tocando la batería porque constantemente uno se mueve, no así uno que toca la guitarra o el piano que debe buscar otras maneras de llamar la atención.

E: ¿A parte de los Clubes, en qué otros lugares tocaban?

B: Llegamos a tocar en varios lugares, realmente cuesta contar todo, recuerdo en una oportunidad tuvimos que rechazar un contrato, fue detrás del mercado, era un lugar incómodo lleno de casillas, el piso estaba en malas condiciones, me fui para firmar el contrato con un señor en el lugar y tuve que poner muchas excusas, porque los instrumentos eran caros y realmente iba a costar acceder al lugar y tuvimos que suspender. Pero aclaro que era por imposibilidad física del lugar nada más.

 

 

E: ¿Fuera de Asunción también actuaban?

B: Sí en muchos lugares. Íbamos a las Fiestas Patronales, donde nos encontrábamos con otros artistas La Gran Típica Orrego, Los Hermanos Vásquez y muchas orquestas típicas de la época, podemos contar anécdotas de nuestras experiencias. En una oportunidad fuimos a Caapucú, después de tocar en la fiesta, alrededor de las cuatro de la mañana en el Hotel, escuchamos un ruido infernal afuera y salimos a entramos con los músicos locales que nos traían serenata. En otra oportunidad creo que fue en San Juan Misiones, en el lugar donde actuábamos sucedió una pelea grande entre cuatro a cinco personas, uno de ellos era el cura del pueblo. Terminó la fiesta, fuimos al Hotel y nuevamente escuchamos un ruido de la “Banda” salimos a observar, de vuelta estaba el cura borracho llevando serenata a alguien, ya era muy tarde como a las cuatro de la mañana, dije: “¿cómo este cura va a realizar la misa?” y hasta tuve que ir a mirar más por curiosidad para ver cómo se comportaba en la procesión, bueno tuvo que ser atajado por cuatro personas porque el cura casi ya no caminaba. En otra oportunidad, en Luque, tuvimos que pasar de noche el arroyo Yukyry a carreta con todos los instrumentos, piano, contrabajo, acordeón, etc. Hay otras insólitas cuando dejé plantado al Club Centenario porque respondieron tarde para firmar el contrato, del otro lado teníamos la oferta del “Deportivo Sajonia” para actuar por toda la temporada como en ochos bailes, finalmente firmamos contrato con el “Deportivo Sajonia” porque del Centenario no nos respondía. Esas anécdotas son realmente inolvidables; así empezamos la temporada exitosa en el “Deportivo”, después vinieron grupos como Los Jokers, Los Blue Caps, Los Hobbies, nosotros tocábamos con Casa Blanca Jazz.

E: ¿Los Blue Caps estaban antes que Los Hobbies?

B: Sí, mucho antes, aunque Los Hobbies empezaron antes pero con otro nombre dirigido por Von Ranke, un alemán que ejecutaba la trompeta. Más tarde esa orquesta fue transformándose en Los Hobbies y se quedó como director Werner Foster. Compraron instrumentos electrónicos lo más potente que había, ya en esa época importaba más mostrar instrumentos que otras cosas.

E: ¿El repertorio ya cambió en esa época?

B: Claro lo que estaba de moda se copiaba hasta el ruido de púa, excepto algunas canciones cantadas por Niño Pereira que tenían arreglos propios en el año 67 con los Hermanos Ibáñez Rojas y Farola como baterista del grupo. Aparecía Oscar Cabrera como pianista del grupo.

E: ¿Estamos hablando de los “Hobbies”?

B: No, de Los Sheiks. No recuerdo exactamente a los integrantes de los “Hobbies”, estaba más desconectado de los grupos, se caracterizaban de cambiar mucho de integrantes, además apenas tenían dos o tres canciones con arreglos originales, el resto era copiado del disco exactamente igual, el repertorio era impuesto por las radios, pero nuestro grupo nunca aceptaba cosas impuestas, excepto una cierta parte que entraba seguro, por ejemplo en la Cumbia no se podía excluir “La pollera colorada”, pero muchos de los títulos eran desconocidos, “El hormigueo” se llamaba uno.

E: ¿La música paraguaya también arreglaba?

B: Sí también, un trompetista de la época, Moltalto, recuerdo que admiraba el arreglo que hacíamos, las primeras polcas si eran más improvisadas, la primera selección grabamos para el sello “Marpar” de Marcelino Paredes.

E: ¿Cuántos discos grabaron?

B: Grabamos en dos Long plays. Cocktail Musical Guaraní, en el primer volumen la selección de polcas, en el segundo volumen hicimos Nde Rendape Aju, y en el Sello Guarania, un disco compacto con “Banco de colegio”, “Canción de una pena” y dos selecciones de polca.

 

 

 

PALITO MIRANDA

 

Saxofonista, compositor, arreglado, director de orquesta

 

E: Palito, ¿usted es de Carapeguá?

P: Yo soy de Carapeguá, soy descendiente de músicos, desde mi abuelo que fue clarinetista, peleó en la Guerra Grande, fue ayudante del General Bernardino Caballero y le vio morir a Mariscal López, la música lo llevamos en la genética.

E: ¿Su abuelo era paraguayo?

P: Mi abuelo era paraguayo, descendiente de español-frances, mi padre también salió músico, tocaba guitarra, un poco de violín, bandoneón y era fabricante de instrumento, fue el primer fabricante de bandoneón de este país, eso está registrado en el Ministerio de Industria y Comercio.

E: ¿Él vivía siempre en Carapeguá?

P: Siempre vivía en Carapeguá, donde teníamos una pequeña orquesta, era típica y jazz, se tocaba de todo.

E: ¿Usted tocaba en la orquesta de su padre?

P: Si, desde los cinco años, comencé haciendo barullo con tenedores, batería, me subía encima de la silla para tocar contrabajo, después cuando tenía trece años se formó la Banda de Carapeguá.

E: ¿Era una Banda Militar?

P: No, era una Banda Municipal, dirigida por el Maestro Bernardo Maquela, entonces vinieron los instrumentos musicales de la Embajada de Alemania, así se formó la primera Banda del interior del país con sonido a Banda completa que tenía la instrumentación completa.

E: ¿En ese momento empezaste con el saxo?

P: Ahí empecé con el saxo, eso fue en el año 1953, tenía trece años en aquel momento.

E: ¿Ya empezaste con el saxo alto ahí?

P: Ahí empecé con el alto, siempre estaba con el alto, pero yo estaba en la escuela, tenía apenas dos pantalones, no tenía zapato, no sabía lo que era un zapato ni una media, me iba descalzo a la Escuela. Ya tocaba caja en la Escuela para los desfiles, como siempre inventor de las cosas, era la única caja de la batería que hizo mi padre, llevaba la caja para hacer la “marcha” en la escuela República de Nicaragua para el desfile, y ahí se formó una polémica sobre la caja porque otra escuela también quería hacer lo mismo con la caja; me quedé tres años en la Banda hasta el año 1956, en el 57 los primeros días vine para Asunción de lo contrario me quedaba allá y no iba a pasar nada.

Vine para Asunción y supe en aquella época que el primer saxo alto de Athos Bernal era Yoyito González que era el mejor saxofonista de la época, era un lector nato y tocaba en la Sinfónica también. Yo tenía el deseo de venir a suplantar a Yoyito que era el número uno. Yo que venía del interior, no tenía ni zapato y mi saxo era medio extraviado que apenas sonaba que mi padre me había comprado, pero por lo menos tenía ese instrumento.

Me fui a lo de Athos Bernal, el día que me fui para ver sí había posibilidades de entrar en alguna orquesta, un día antes le había salido la beca para ir a estudiar Doctorado en Música en Rio de Janeiro y dejó en 1957 La Estrella Paraguaya del Jazz.

Pasó a existir La Habana Jazz que era de Chono Duarte, La Habana Jazz en ese entonces la fundaron Papi, Chono Duarte y antes de eso Yoyito también era el “primer alto” y decía que de cualquier manera tenía que sustituirle a Yoyito González, al menos esa era mi perspectiva. De allí me quedé en Asunción en la casa de Antonio, el baterista de La Habana Jazz. La Habana Jazz tuvo un suceso y se fue a tocar en Buenos Aires porque lo máximo siempre era ir a tocar en Buenos Aires. Entonces se fueron, el saxofonista era Víctor Ortiz, Osmar Suarez era el trompetista, Osmar Suarez fue él que fundó el grupo Osmar Suarez y el Sombrero Verde de la Pachanga. Eso fue en el año 1958, la época de la “pachanga”.

E: ¿Entonces estuviste tocando con La Habana Jazz?

P: La Habana Jazz fue la primera orquesta que yo toqué, en aquella época esa orquesta fue dirigida por Chono Duarte.

E: ¿Vos estuviste con La Habana Jazz?

P: Estuve con La Habana Jazz, toqué también con Papi Barreto y sus Millonarios, eso fue en el año 1957 hasta el 64, eso son los pasajes de Papi que tiene como registro, pero en el 62 yo salí y formamos con Tide Smith y sus cinco, la orquesta, en ese momento cuando Tide Smith había salido de Los Big Boys. Los Big Boys en el 61 fue la orquesta de los chuchis, estaban d Doctor Cabrera, los hijos de los Báez Allende, Nery Bedoya, casi todos eran del Colegio Internacional, tenían suceso. Realmente eran buenos músicos, sonaba bien, Steve tocaba acordeón allí y había la onda de Art Van Damme, un acordeonista conceptuado como el mejor del Jazz y el estilo de George Shearing, el pianista que tocaba en naipe en block con el clarinete y sonaba muy lindo eso. La otra orquesta tenía trompeta, entonces la sociedad ya despreciaba el sonido de trompeta porque el sonido del piano con clarinete sonaba lindo. Después de Los Big Boys, nos encontramos con Telmo Aquino, yo estaba mirando una vidriera y ahí viene Telmo a hablar conmigo. Allí surgió la posibilidad de armar un grupo con sus amigos, estaba Papo Vera también, entonces ahí se formó Los Jokers, eso fue a finales del año 61.

E: ¿Entonces estuviste en el inicio mismo de Los Jokers?

P: Yo soy fundador del grupo, eso está registrado, yo quiero rescatar ese nombre sencillamente me voy a APA y digo quiero de vuelta ese nombre. Tanta gente sobrevivió con Los Jokers y marcó época, tal es así que Los Jokers se quedó y Los Big Boys se terminó, Tide Smith se acabó y Los Jokers seguían, ahí vino Los Aftermads, Tommys, etc. En esa época se formó Papi y los Pussycats, pero en ese interin, desde el 57 para acá, hubo la formación de la Big Bang por ejemplo, la primera fue con Athos, comenzó y después prosiguió con La Casa Blanca Jazz con Carlos Villagra ahí aprovechando los músicos que tenía en la Banda de Policía. Aparte de eso existía una orquesta trompetista que se llamaba Alberto Evans, en esa época se tocaba bastante porque era la época de los bailes.

 

Palito Miranda, Ronnie Knoller en piano y el trompetista Daniel Lencina

 

E: ¿En esa época tu actividad profesional eran las orquestas bailables?

P: Eran las orquestas bailables, para comenzar yo no cabía en una orquesta sinfónica, porque la sinfónica no tiene saxo, aparte de eso existía la orquesta por ejemplo Típica y Jazz con los hermanos Vásquez, también la orquesta que se llamaba Alex School con Alejandro Cubilla.

Luego se formaron otras orquestas como Los Hobbies, Aftermad’s, Tommys, Equipo 87, Caribe Tres y como la Baby Jazz con Riolo Alvarenga, los hijos de Rudy Heyn. También en esa época se formó un grupo que se llamaba Harmony Club, que llegó a irse a Buenos Aires, de Harmony Club nació un grupo que se llamaba Los Tres Sudamericanos.

E: ¿Quién dirigía a Harmony Club?

P: Era dirigido por Casto Darío Martínez, y él fue prácticamente el fundador de Los Tres Sudamericanos. Antes de eso estaban los Artistas que estaban en el exterior como los Indios, Paraná, también estaba otro arpista que vivía en Brasil, en esa época se estaba formando el Trío Cristal que fue para Brasil, estaba los Demole que cantaban bien, esos eran las orquestas que hacían sucesos.

E: ¿La orquesta Los Jokers en qué año se formó?

P: Los Jokers se formó en el año 62. Los fundadores fueron Telmo Aquino, Popo Vera y yo, después entraron Papi Gómez baterista, Jane Lando contrabajista, Hugo Nacimiento en la guitarra, el cantante del grupo era un muchacho que no recuerdo su nombre.

E: ¿Qué tipo de música hacían con Los Jokers?

P: Hacíamos de todo como temas de “Nigth and Day”, todo esos estándares de Jazz, tocábamos bossa nova. Justamente cuando Los Jokers se formó, Popo estudiaba en Rio de Janeiro y trajo los primeros discos de bossa nova que tenía. Dos nombres, el guitarrista Menestal y Boppoli, en aquella época eran universitarios, en el 62 por ahí, y la “bolsa” ya estaba en movimiento, ya había Strangett y Truck Ville, y yo siempre escuchaba radio. Así empecé a sacar varios temas como “Claro de Luna” que cantaba Celi Campelho, eran los hit de aquella época, y los hit de la música argentina que era Los Cinco latinos con Estela Rabal fue alrededor de 1959, tuve la oportunidad de tocar con Los Cinco latinos, que vino ya en la época de las Radio de ZP 10 Radio Paraguay.

E: ¿En qué año saliste de Paraguay?

P: Salí el 31 de marzo de 1964.

E: ¿Cómo fue esa decisión?

P: Vino aquí un grupo brasilero para tocar en los carnavales que es de Yacaré'i y realmente era un conjunto con mucho show que le encantaba a la gente, tocaba toda la Banda y se subían encima del contrabajo, hacían chistes; como yo tenía Los Jokers en aquella época, vieron el ensayo y quedaron encantados. El dueño del grupo brasilero, un baterista llamado Nelson Marretti me dijo para que me vaya a Brasil, eso no sé si fue una bendición. Me dijo que si viajaba al Brasil me iba a contratar. Como mi hija estaba muy enferma, me dijeron que allá iba a haber más recursos.

Entonces decidí irme para ir a trabajar en el conjunto por un año, ahí ganaba 280 cruceiros que era mucha plata, con eso podía alquilar una casa en San Pablo, nos fuimos con mi hija allá, conseguimos los tratamientos en una Institución que se llama APAE (Asociación de Padres de Alumnos Excepcionales). Otro de los motivos de mi viaje a Brasil fue que no veía el futuro aquí, así como no lo veía en Carapeguá, también quería salir de acá (Asunción). Con la ayuda de Dios que me direccionó mucho.

E: ¿Usted ya era considerado baritonista?

P: Yo era considerado saxofonista, acababa de conseguir un “modelo 19” y estaba legalmente en el país.

E: ¿Ese era el permiso para trabajar como músico?

P: No, el permiso es la radicación definitiva, yo por ejemplo soy vitalicio como músico en Brasil, tengo 40 años de músico, con eso soy vitalicio. Entonces recuerdo que aquella noche estaba esperando un empleo, como a las dos de la mañana llegó un trombonista y Caset me dijo que se retiraba porque tenía un compromiso de trabajo al día siguiente; el trombonista que venía se llamaba Bindo y tocaba en el baile, entonces le dijo que había un baritonista que si ellos necesitaban para hablar con Peter. Entonces hasta nos fuimos a dormir en su casa que quedaba a media cuadra de la casa de Peter, sólo que me dijo que Peter se levantaba alrededor del mediodía, era argentino, un virtuoso como baritonista que tocaba mejor que todos.

E: ¿Hay grabaciones de eso?

P: Si, yo tengo las grabaciones. Entonces me fui a la de Peter como a la una de la tarde, llevé mi barítono y hablamos ahí, me miró así y preguntaba que tal era el caño y comencé a tocar. También en eso llegó la madre que era dueña del mayor circo de Sudamérica que se llamaba “Águilas Humanas”, un enorme circo, la parte de música la dirigía Peter y tenía 17 música con una Big Band para tocar la música en vivo ahí, una gran orquesta, la señora me miraba en ese momento, me preguntaba si era saxofonista y si yo tocaba, le dije que sí y que tocaba en una orquesta, me preguntó si no quería tocar en la orquesta.

E: ¿Cómo fue tu estudio con el saxo, fuiste autodidacta o tuviste algún maestro?

P: No, fui totalmente autodidacta, no tengo por qué ocultar eso.

E: ¿En la lectura también fuiste autodidacta?

P: Estudié Teoría y Solfeo con doña Pepita de Faella. Fue muy bueno eso porque esa señora era impresionante, ella es la madre de Oscar Faella.

E: ¿ En tus inicios en Asunción, tiene a algún saxofonista como referente, Yoyito podría ser?

P: No, Yoyito empezó a enfermarse, dejaba de tocar en baile, estaba Palón que tocaba clarinete, tocaba tenor, después vino Carlos Alvarenga.

E: ¿Hubieron muchos saxofonistas?

P: Si, Nenito Vásquez, Arsenio Gómez Achón que también tenía una pequeña orquesta de típica y jazz, fue saxofonista alto, su nieto creo que es músico también. Eso creo que fue lo que vino hasta 1964

Lo que ocurrió después creo que es más fácil para identificar, porque vinieron Los Hobbies, Aftermads, Tommys, Jokers, Big Boys, ninguno de ellos tienen nombre nacionales, los únicos que tenían un nombre más nacional fueron Las Estrellas Paraguayas del Jazz, hasta Papi también tenía sus Pussycats o sea no escapamos de la idea de imitar, inclusive yo en ese momento. Hoy en día sí estoy en contra de eso, tal es así que una que tengo bien en claro es que si tiene un trabajo, usa tu nombre, lo que yo recomiendo a todos los músicos.

E: ¿Papi no grabó nada?

P: No, a pesar de que en algunos festivales de jazz se hizo algo pero nunca se editó, eso grabó Benjamín Benza, hay que tratar de editar el material para que quede algo de recuerdo.

E: ¿Ahí estaba Nene también?

P: Sí, Nene fue un músico superior, fue un gran baterista, varias veces le quisieron contratar para ir a la Argentina y nunca se fue.

E: ¿En todas esas orquestas que participaste, se tocaba también música paraguaya?

P: Sí tocábamos, con Los Jokers, incluso antes Los Big Boys lo hacían, tengo algunas grabaciones, la orquesta de Rudy Heyn que tenía su orquesta de selección de música paraguaya, tenía mucho suceso, vendieron muchos discos.

E: ¿La música paraguaya estaba arreglada cuidadosamente?

P: Era bien cuidada, se tocaba muy bien de lo que se podía hacer en la época, tengo las grabaciones de Los Big Boys, que fue editado por el disco Guarania, entonces hay referencia de que tocábamos y sonaba mejor que los demás, no es el concepto ni nada, por la juventud, por el estilo de tocar el instrumento, siempre terminábamos los bailes con una selección de polcas y una selección de carnaval.

E: ¿Cuándo empezaste a interesarte en el Jazz, ya escuchaba en Carapeguá?

P: Siempre escuchaba en Radio el Mundo en 1953, inclusive tuve el privilegio de escuchar cuando vino Gillespy a la Radio el Mundo, se le fue su trompetista y estuvo tocando con un trompetista argentino, tuve la oportunidad de escuchar por radio eso.

E: ¿Era un quinteto lo de Gillespy?

P: Era la banda completa. La tendencia es natural, para que las cosas caminen tiene que ser una evolución natural conforme al talento que uno pretende.

E: ¿Ese tiempo que estuviste en Paraguay, cómo viste el clima político con Stroessner a nivel social, los músicos trabajaban con libertad o sentían algunas presiones?

P: El músico siempre tenía un cierto privilegio dentro de la política pero con ciertos límites, porque éramos considerados tan pobres, ese es el concepto que la gente tenía de nosotros.



KIKE KRONA

Cantante y baterista


E: Previamente Kike quisiera que me cuentes, ¿cómo te iniciaste en la música?

K: Yo prácticamente debuté en el Teatro Municipal, por eso festejé ahora (en el 2011) mis setenta años de vida biológica en el Teatro Municipal. Siempre en la escuela, era el número puesto, para recitar o cantar algo, ya sea en el día de la madre, o el día del maestro. Entonces, ahí los días domingos de mañana había un concurso para niños que subíamos a cantar, y yo ahí debuté con la canción “Mi oración azul”, un tema que gustaba a mi mamá, después mamá quería que yo siga formándome en la música, de chico me llevaba a estudiar con Doña Pepita Faella, la madre de Oscar Faella, que fue la formadora de muchos músicos.

E: ¿Qué enseñaba Doña Pepita?

K: Ella era pianista y profesora de música, hasta armonía enseñaba, muchas cosas sabía, su especialidad era la docencia a niños, muchos niños tenía, entre ellos yo, muy chico.

E: ¿Eso en qué año fue?

K: Eso habrá sido en el año 50, yo ya había estudiado, en ese entonces comenzaba a estudiar piano, pero después dejé porque me era difícil, había que tener un piano en la casa. Ese era el problema, pero igual estudiaba, con ella hice todo el primer año. Ella tenía un método para niños, por ejemplo te mostraba una cebolla, te decía: “¿Esto cuánto tiempo vale?”. Por ejemplo cuatro tiempos, una redonda. “Uno, dos, tres, cuatro y estos dos negritos con dos patitas son unas corcheas, uno, dos, tres, cuatro”... y así aprendí a leer música.

Después se dio la situación en el barrio justamente con Dani Nasta, solíamos recordar como yo me crie en el centro, era el único que no tenía bicicleta, el día que mi viejo me iba a regalar una en el 50, mi mamá enviudó. Mi viejo había viajado a Vallemí y vino con una enfermedad muy rara, que era paludismo nomás, pero en esa época era muy difícil curar. Recuerdo que en el mes de noviembre vino de Vallemí para hacerse un control, y le acompañaba caminando hasta Independencia Nacional y Luis A. de Herrera, hacia el Ministerio de Salud.

Me dijo: “a la vuelta, te regalo la bicicleta”, alemán - austriaco era, me pidió que vaya a casa, me prometió que a la vuelta me llevaría la bicicleta por haber pasado de grado, eso fue en el 50. Luego yo le estaba esperando alrededor de las diez de la mañana, mi padre no estaba volviendo y vi movimientos raros en la casa, ahí se acercaron mis hermanos mayores... “queremos contarte algo” me dijeron, les dije: “¿qué es lo que pasa? yo le estoy esperando a papá que venga para ir a traer la bicicleta de Villa Longa”, costaba 800 guaraníes. Finalmente alrededor de las once de la mañana me dijeron: “¡papá ya no va a volver más!”... yo reaccioné y dije: “¿Cómo no va volver más?, ¿y mi bicicleta?” Tenía 8 años no entendía nada, “papá se fue al cielo ya no va volver más, le dieron un remedio equivocado ahí en el Ministerio de Salud y se murió”.

Tres años después escuché que se iba a realizar un certamen de concurso de los Barrios, siempre andaba cantando y decidí participar, esto fue en el 53 y en una de las noches de mi participación estaba como público Luis A del Paraná y yo de pantalones cortos. La dirección de la radio era Independencia Nacional y Primera Proyectada estaba llena de gente, me anoté para participar, me fui escondido de mi madre. Como no volvía más, ella estaba muy preocupada, en eso le contó una vecina: “Kike está cantando en la radio”, y prendió la radio y me escuchó cantando, pero se enojó tanto conmigo que a la vuelta me dio un cintarazo, por irme sin su permiso.

Paraná también estaba escuchando y me citó al Hotel Colonial para enseñarme a cantar. Al día siguiente me fui junto a él y no me atendió, como insistí mucho le dije a mi prima para acompañarme, llegamos a las diez de la mañana por ahí y me escondí detrás de un pilar. Y ahí baja Paraná y salgo detrás del pilar y me encuentra Paraná y me dice: “que haces acá”, le digo: vine con mi prima, vine ayer y no me dieron pelota”, “no, discúlpame no me avisaron” respondió. Le presenté a mi prima y dijo: “pero qué linda”. Bueno, esa es el anécdota con Paraná, entonces pasamos a practicar con su guitarra tipo flamenca y me enseñó el tema “Guadalupe”, y con ese tema gané el certamen de los Barrios.

Era muy pegado a mi madre, siempre vivía con ella, me llevaba a practicar con Sofía Mendoza recomendado por mi primo Jonhy Torales con quien también hacía vocalización en su casa y ahí él me enseñaba, me dijo: “vas a cantar este tema que es una guarania, saca algo para copiar” y era el tema “Recuerdo de Ypacarai”. Fui el primero en cantar acá y esa misma noche gané el Certamen de los Barrios. Después mi mamá me llevó junto a Sofía Mendoza, pero ella tenía otra escuela, me dijo: “él no tiene que cantar con esa voz, no tiene que cantar cuando está cambiando la voz, que cambie la voz y después viene a practicar, a los 17 años que venga”. Ella se equivocó, esa técnica hoy está desechada, pero ella vino de Italia y fue la formadora de muchos: Oscar Barreto Aguayo, Alberto Gines, Isaac Ortiz, Ana María Casamayouret, Clotilde Balmelli, de mucha gente.

Ahí agarré la batería, porque no quería quedarme sin hacer música, entonces a Jonhy le acompañaba, como era mi primo y siempre le acompañaba con la orquesta de Alfredo Riquelme cuando venía acá, de Buenos Aires, me llevaba para tocar el bongó. Y después un día me senté en la batería y dije que podía hacer esto, que algo quería tocar, y entré en contacto con Nene Barreto, él era el único, porque era el hermano de Athos Bernal, el primero que estudió batería con técnica en la Argentina, Viri Bernal se llamaba.

E: ¿Viri Bernal?

K: Es Viri su hermano, tenía técnica porque muchos no sabían cómo agarrar el palillo y hasta que le vio a Nene. Después se fue a vivir a Posadas y Nene quedó acá como el master en este tema. Quedaba horas y horas a practicar, sangraba a veces mi mano, estudié mucho con él, tal es así que los memoriosos recuerdan que yo tenía una buena técnica para la época.

E: A mí, él que me dijo eso fue Carlos Shvartzman. Dijo que era muy buen baterista.

K: Sí, estudié mucho con Nene, y un día le dije que ya quería tocar en una buena orquesta, y me dijo: “sabes que el Maestro Riquelme está queriendo un baterista, vos ya estás para tocar”. Escuchábamos a Lalo Schifrin y al “Gato” Barbieri por radio, realmente ahí aprendí a amar la música, recuerdo que movíamos la antena de la radio para poder escuchar, escuchar a aquellos era lo máximo.

E: ¿Qué radio agarraba?

K.: Radio Mundo.

E: ¿De Buenos Aires?

K: Sí, de Buenos Aires, la señal era “onda corta” realmente costaba escuchar. Fue una linda experiencia. De ahí tuve la oportunidad de tocar con el Maestro Alfredo Riquelme, bajo la recomendación de Nene. Inclusive ese año tuve que dejar hasta el colegio para tocar con ellos, me pasaba el día practicando y escuchando Jazz. Perdí un año entero así, mi madre no sabía lo que andaba haciendo. Hice hasta el tercero el colegio Goethe, hace poco estuve desfilando con ellos.

E: Alfredo Riquelme, ¿quién era?

K: El tocaba trompeta y violín en la época, curiosamente La Orquesta de Jazz de Riquelme, se convertía después en La Típica Servín, yo con la típica no todos, sólo tocaba la batería con la orquesta de Jazz; posteriormente pasé a La Orquesta de Alberto Evans también de la época, un trompetista reconocido, contemporáneo de Neneco Norton, el pequeño grande del Jazz, con quien también llegue a tocar. Son de los grandes que quedan todavía.

Paralelamente en La Orquesta de Alberto Evans, le conocí a Oscar Barreto Aguayo, con quien tuve una amistad muy linda, como yo quería siempre volver al canto, continué estudiando canto, tocaba batería y también cantaba, ambas cosas me gustaban. Oscar Barreto cantaba con Alberto Evans y luego yo me incorpore a La Habana Jazz. Realmente yo iba de menos y a más de a más, mejorando, además era baile los sábados con La Orquesta de Riquelme, tocábamos en lugares como el “Club Náutico San Bernardino”, era lo máximo para la época actuar por ahí. Alberto Evans era Orquesta del Club Centenario, de ahí vienen los contratos y otras cosas, luego con La Habana Jazz.

E: ¿En La Habana Jazz, quienes estaban?

K: Estaba como director Chono Duarte, Victorio Ortiz con el saxo y canto, Arturo Pereira en la trompeta. Arturo Pereira el papá de Remigio, era trompetista y violinista, también como integrante estaba Yoyo González saxo alto, y saxo tenor Victorio Ortiz, yo entré a remplazarle a un tal Fernández y Cuevas en el bajo.

E: Kike. ¿Qué tipo de repertorios hacían con La Habana Jazz?

K: Hacíamos “Patrulla Americana”, “Collar de Perlas”, no descartábamos casi nada. Chono hacía su propio arreglo con los estilos más lentos, además Cha Cha Cha. Rudy Heyn ya estaba en cartelera con su orquesta, aparecía con todo, tenía dos “negros” que llamaban mucho la atención, decía Rudy Heyn y los hermanos Cuba, uno tocaba bongó y el otro medio espigado tocaba maraca.

E: ¿Pero eran brasileños, cubanos?

K: Eran cubanos que se quedaron a vivir acá, integraban el grupo de Rudy Heyn, pero luego se separaron, llegaron a casarse inclusive por acá, uno de ellos murió muy mal en el Hospital de Clínicas, Rudy le ayudó mucho en ese momento, fue alrededor del año 55, 56 por ahí, cuando en ese tiempo integré El Harmony Club y fuimos a actuar a Buenos Aires, tuvimos un contrato muy lindo, fuimos a actuar nada menos que en el “Richmond”.

E: ¿En qué año fue eso?

K: Eso fue en el año 1959, recuerdo muy bien.

E: Vos, ¿hasta cuándo estuviste?

K: Yo estuve un año, ese viaje a Buenos Aires fue fatal, ahí se desintegra el grupo, no sé por qué ocurrió, parece que nos separamos por la salida de Kiko Arce, la primera voz del grupo, como quería casarse, fue el primero en separarse, y como no había otro igual a él, porque realmente estaba en un nivel muy superior, cantaba el tema “Only You” de Los Plateros, los temas de moda de allá, todo eso lo hacíamos con él, pero curiosamente a Kiko lo quisieron dejar en Buenos Aires. Hicimos una prueba, pero quería venir demasiado, conste que en ese tiempo su novia estaba estudiando allá en la Argentina. Los fines de semana tocábamos en Corrientes y Esmeralda un lugar “tanguero” teníamos actividades intensas, nos cruzábamos con Los Bachilleres de Oscar Cardozo Ocampos, siempre nos quedábamos a cenar con ellos después de las actuaciones.

E: ¿Se ganaba buena plata?

K: Vivíamos bien, se ganaba buena plata, pero nuestro representante, que siempre andaba con nosotros, un día nos abandonó, nos dejó sin plata, nos complicó todo para pagar el Hotel porque el representante se fue con nuestro contrato. Teníamos que actuar en la ópera, me acuerdo que la película era de los actores Richard Barton y Elizabeth Taylor, pero el representante era tan mentiroso, colocaba afiches en el obelisco con nuestras fotografías, nos hacía pasar por norteamericanos. El tipo nos presentaba como norteamericano: The Jazz Armony. Le reclamábamos por qué hacía eso, nos respondía que era para ganar más así teníamos más marketing nos decía, y el único que hablaba inglés era Teddy Medina, como actuábamos en el “Richmond” vinieron unos tipos a hablarnos en inglés, lo único que quería hacer en ese momento era salir a correr al vestuario. Al volver de esa gira se desintegró el grupo, te estoy resumiendo como sucedieron las cosas. Y ahí mira como sucedieron las cosas. Me vieron para entrar en La Big Boys Serenade y entré como baterista otra vez.

K: Me acuerdo Castro Darío Martínez me decía: “felizmente vos estás adentro... yo no sé qué hacer, a qué me voy a dedicar, no sé hacer otra cosa”. Luego una semana después llama a casa por teléfono y me dijo: “¿no querés escuchar un ensayo?, estamos formando un trío, ándate sobre la calle 22 de septiembre cerca de la Iglesia San Miguel, está tu primo Johnny Torales” Me voy, escucho y ahí nacen el Trío Los Sudamericanos.

Finalmente estuve cinco años con el grupo Big Boys Serenaders, pero me pasó un fenómeno curioso, estando con un grupo exitoso, decidí retirarme del grupo, bueno como joven quería divertirme. Increíble lo que hice.

E: ¿Era muy intenso el trabajo?

K: Sí

E: ¡Qué buenos músicos tenían!

K: Realmente en el Armony Club teníamos muy buenos músicos, en saxo le queríamos llevar a Palito Miranda, pero ya estaba viajando a Brasil, se encontraba con Pepe Silva un español que ejecutaba muy bien el saxo alto. Con nosotros estaba Rubén Ortiz en el piano y en el bajo Burian que se quedó en España, se fue con los Tríos Sudamericanos.

E: ¿Quién es Burian?

K: El sobrino de Chiquito Burian, el famoso Pitogué Burián.

E: ¿Pero en esa época eras muy joven verdad?

K: Sí, todos éramos muy jóvenes, estábamos por los 20 años. Yo era el menor de todos y estaba en el cuartel. Antes de irme a Buenos Aires tenía la cabeza muy pelada, llamaba la atención, bueno esto pasó en el año 65, yo me retiré, me hicieron la despedida en el “Jardín de la Cerveza” el grupo Big Boys. Me preguntaban el por qué dejar la música, pero yo quería salir a disfrutar de la fiesta, hacer vida normal de un joven de mi edad. También en ese momento salió de  nuestro grupo Báez Allende el guitarrista, entró a trabajar en el Poder Judicial. Luego ingresó Carlos Báez Renhsfelt que tocaba bajo además tocaba muy bien piano, él fue a Alemania a estudiar dos años derecho penal y guitarra, volvió siendo gran concertista, realmente tocaba muy bien.

Copiábamos exactamente igual a la grabación los temas, no así Los Big Boys que tenía muy buenos arreglos, se encargaba Benza, como “Flamengo”, “El hormiguero”, “Indeciso”, arreglos muy buenos, acordeón unísono con guitarra, Benza hasta ahora tiene todas las grabaciones.

E: ¿Vos no cantabas en esa época?

K: En ese momento quería volver a cantar, estaba estudiando con Sofía Mendoza, pero el grupo era conformado por muy buenos músicos. Kiko Arce con Hugo hacían muy buenas voces, Gladys Cañete también integraba, era un grupo al cual siempre me iba a escuchar en el “Belvedere”.

E: ¿Gladys estuvo desde un comienzo con ellos?

K: No, primero estuvo Rubén Belmon, hoy ya fallecido. Luego entro Kiko Arce con Gladys y me incorporo también como baterista en el año 1965. Ese año, en julio, fuimos a actuar en Pedro Juan Caballero, teníamos actuaciones acá en Asunción, el grupo era muy o igual que Los Big Boys. Como Gladys la vocalista decidió dejar el grupo en ese momento porque iba a casarse, Hugo me designó como vocalista, recuerdo estaba muy contento porque siempre quise volver a cantar, bueno entonces así retomé el canto.

E: ¿Quien entró como baterista?

K: Entro Ángel Fanego, todo eso ocurrió en el 65, en el mismo año que entré como baterista, pasé a cantar.

E: ¿Ya tenías algún repertorio?

K: Tenia algunos boleros, desde ese año fuimos contratados para actuar en ciudades como Encarnación, San Juan, pasamos a Posadas, a la “Casa Paraguaya”, de paso me iba a recorrer las disquerías, y escuché un tema que me llamaba la atención, entonces averigüe, era un disco que llegó recién de Buenos Aires de Charles Aznavour “Venecia sin ti”, desde ese año empecé a cantar y hasta ahora forma parte de mi repertorio.

E: La otra orquesta que integraste fue Los Jokers ¿De dónde sacaron el nombre?

K: La verdad que los fundadores fueron Telmo Aquino en la guitarra, Palito Miranda y Popo Vera, en la Plaza Uruguaya estaban hablando para formar la orquesta y ahí nació el nombre.

E: ¿Palón Báez también estaba integrando?

K: El todavía no estaba, después llegó a integrar Los Jokers ejecutando saxo tenor, él nunca estudió saxo porque era clarinetista, pero se formó así nomás y era muy bueno. Hay un hecho, en Los Big Boys, subió un poco el estatus de músico, porque el concepto sobre el músico era sinónimo de vago, haragán, mujeriego, de todo.

E: ¿Eran universitarios porque eran médicos?

K: Eran la mayoría estudiantes de medicina, casi todo eran aficionado conservaban sus estudios con la música, en la batería estaba un tal Villasboa que después se quedó en Los Big Boys, Rudy Heyn también ya estaba ejecutando muy bien. Con todos estos grupos terminan las grandes bandas como La Jazz Casa Blanca, Las Estrellas Paraguayas del Jazz, La Jazz ideal de los Hermanos Acosta, eran las bandas tradicionales con trompeta, saxo, Neneco Norton actuaba siempre en el Mbiguá, también Rudy con la guitarra y como vocalista Gregorio Marini.

 

 

E: ¿Con Los Jokers termina las grandes bandas?

K: Terminan pero empiezan las bandas del Club Alemán como Los Hobbies, que siempre actuaban en ese local, también aparecieron Los Aftermad’s, Los Tommys.

Estuve diez años como presidente de sindicatos de músicos, me tocó la parte más difícil. En ese momento nos separamos del grupo de la Asociación de músicos, tenían miedo de que se convirtiera en un monopolio de dos o tres grupos nomás. Teníamos asambleas que duraban horas para poder entendernos y no hubo solución, entonces decidimos fundar otro gremio fuera de la Asociación de músicos. Los músicos tradicionalistas pensaban que íbamos a acaparar todo, pero le explicábamos que iba a haber trabajo para todos, porque tenía que haber los grupos de soporte. En el Sindicato se quedaban los músicos de Baile y en la Asociación los otros como Papi y Nene con quien llevaba muy buena amistad.

E: ¿Qué hacía la gente de la Asociación en ese momento?

K: Nada prácticamente, nosotros contratamos como abogado a “Mochito”, Juan Manuel Morales. Realmente nos hacían la guerra para poder dejarnos sin trabajo, pero había muchos bailes. Por ejemplo un sábado con Los Jokers, teníamos cinco actuaciones en fiestas de clubes, no había otra cosa, las discotecas no existían, entonces se peleaban por tenernos a nosotros que éramos las orquestas que llenábamos los bailes.

E: ¿En esa época no existía restricción de horarios?

K: Sí había. Las restricciones horarias nos creaba problemas, porque teníamos que empezar a las 8 de la noche para terminar a las 2 de la madrugada, también apareció el famoso Decreto 81/27 que regía la obligatoriedad de la música paraguaya, entonces metíamos a las orquestas típicas a las 7 de la noche al escenario, generalmente tocaban un tiempo de una hora y luego entrábamos nosotros. Siempre aparecían algunas personas de la Secretaria de Informaciones a grabar las fiestas. Recuerdo que Aníbal Fernández, Secretario del Presidente de la República, siempre nos citaban a los directores de Orquesta al Palacio después de las fiestas por incumplir el horario que tenía que ser siempre del 50% de música paraguaya en la actuación. Todo eso ocurrió en los años 70 para arriba.

E: ¿Después empezaron a entrar los Disc-Jokey?

K: Sí empezaron también en Brasil, pero acá los locutores se volvían más famosos como disc-jockey. Al entrar a los 80 empezamos a perder éxito, llegamos a tener 16 orquestas de baile en el Sindicato de Músicos.

E: Hablando de eso, ¿la Policía grababa las actuaciones para comprobar que no se cumplía con el 50% de música paraguaya, como estaba en la Ley?

K: Sí se grababa. A lo mejor en el “Archivo del Terror” están esos documentos, también habían “informantes” que denunciaban del incumplimiento del 50%. APA nunca estuvo en contra nuestra porque a ellos les convenía, se quedaban con el 10% de las ganancias.

E: Sobre todo de esa primera época, que te tocó estar en orquestas de Jazz, ¿Qué anécdotas o personajes recordaste? Por ejemplo Villagra y Papi también nos recordaba a este Cabañas....

K: Benjamín Cabañas es uno fuera de serie, un médico que tocaba saxo, realmente tiene una rica historia, un tipo de buen humor. Yo tocaba batería, tipo 5 a 8 de la noche, de repente él llegaba con su saxo y tocaba cualquier cosa, por ejemplo “Té para dos”, “Tenías que ser tu”, “Pequeña flor”, “Pobre mariposa” esos eran sus repertorios, saxo alto con vibrato, un sonido medio raro, con él se mejoró mucho el estatus de músico. Conste que a mí me rechazaron en varias casas por ser músico, tal es así que al Club Centenario le agarré un capricho porque debía ser Vitalicio ya, no quise ser socio de ese Club, era una rebeldía de la edad.

Hay una anécdota con Los Hobbies, en la década del 70, en el Porvenir Guaireño, la quinceañera quería bailar con Jorge Strubin, el bajista del grupo, sale a bailar con ella y sale el encargado a decirle que no podía por ser músico, entonces el alemán apagó el equipo. Se negaron a tocar y se armó un gran problema.

E: Según tu opinión ¿eso cambió un poco ahora?

K: Cambió mucho hoy en día, porque hay muchos jóvenes estudiando en el Conservatorio, en la universidad, en el proyecto Sonidos de la Tierra, entonces están más preparados, mejoró mucho el nivel como músico. Vale este ejemplo, cuando vinieron Los Tres Sudamericanos, la última vez, me voy a buscar al Hotel a mi primo y lo llevo al ensayo y me dice Alma María cuando entra y ve una mezcla de gente joven con gente mayores: ; “¿pero tocan estos?”, le dije: “te vas a llevar una sorpresa”. Empezaron a tocar y ella se quedó asombrada, no pudo creer, justamente esa es la diferencia.

E: Esas grabaciones de las fiestas que hacían en la época de Stroessner, ¿eran policías del Ministerio del Interior?

K: Difícil de saber porque siempre había informantes en cualquier parte. Una anécdota de Cabañas, estábamos en el Panuncio, esto mismo él hizo en el "Rubio”, queríamos sentarnos y estaba lleno, a eso de las tres de la mañana, para variar tenía un vaso de whisky, y me dice: “¿Querés sentarte? Espera te vas a sentar” Y de repente se levanta a gritar: “Queridos camaradas, el comunismo tiene que llegar para sacarle a este déspota de Stroessner”, la gente salía todo corriendo, nos quedamos solos.

E: Están más fotos acá.

K: Este es El Jazz Club Paraguayo, junto a Nene, Palito, tocaba Palón. Los Blue Notes era un grupo que Papi ya traía a través de Don Elías Hernández que era director de cultural, los arreglos se traía de Estado Unidos.

E: ¿Dónde funcionaba El Jazz Club Paraguayo?

K: En el Centro Cultural Paraguayo Americano, eran prácticamente los dueños, Elías Hernández estuvo dos años. Luego le renovaron el contrato. Además estaba Kuki Rei, que vino al Paraguay allá por los 60, Palito también estaba.

 

 

 

ANEXOS


ORQUESTAS MENCIONADAS EN LAS ENTREVISTAS

Baby Jazz

Big Boys Serenaders

Blue Caps

California Super Star

Casablanca Jazz

Cuarteto Santa Cecilia

Equipo 87

Estrella Paraguaya del Jazz

Estrellas femeninas del Jazz

Gipsys

Habana Jazz

Harmony Club

Jazz de Riquelme

Jazz Universitaria

La Habana Jazz

La Joven Guardia

La Melody

La Orquesta de Alberto Evans

La Retroband

La Típica Servín

Los Aftermad’s

Los Bárbaros

Los Bigers

Los Búfalos

Los Caballeros del Ritmo

Los Dados Blancos

Los Friends

Los hermanos Vásquez

Los Hobbies

Los Jokers

Los Orregos

Los Pachangueros

Los Rebeldes

Los Sheiks

Los Tigres

Los Tommys

Los Topos

Matices

Melody

Neneco Norton y sus Caballeros del Ritmo

Orquesta femenina de Jazz

Orquesta Swing Copacabana

Orquestas Bailables

Osmar Suarez y el sombrero verde de la pachanga

Papi Barreto y sus Millonarios

Pussycats

Swing Copacabana

Teenagers Paraguayos


MUSICOS MENCIONADOS EN LAS ENTREVISTAS

Músico-Instrumento

Alberto Evans-Trompeta

Alcides Alfonso Parodi-Guitarra

Alejandro Cubilla-Saxofón

Alfredo Riquelme-Trompeta y violín

Alma María-Cantante

Álvaro Ayala-Cantante

Andrés Alsina-Batería

Andrés Mickey Vallejos-Trompeta

Ángel Candía-Saxo, flauta, clarinete, oboe

Aníbal Báez-Maracas, Cantante, pandereta, guitarra

Aníbal Riveros-Guitarra, cantante

Aniceto Vera Ibarrola-Violín

Antonio Medina Bocelli-Flauta

Arnaldo André   

Arsenio Gómez Achón-Saxofón

Arturo Pereira-Trompeta, violín

Athos Bernal-Piano y trompeta

Bartolomé Pereira-Bajo

Benjamín Benza-Piano y Batería

Benjamín Cabañas-Saxofón

Bernardo Martínez-Batería

Bicho Aquino-Cantante

Bruno Masi-Piano

Brusqueti-Cantante, maracas

Cachito Verdecchia-Guitarra

Carlitos Gómez Solalinde "Charly"-Bajo

Carlos Alvarenga-Saxofón, batería

Carlos Báez-Cantante

Carlos Báez Rehnfeldt-Contrabajo

Carlos Candía-Guitarra

Carlos Centurión-Piano

Carlos Shvartzman-Guitarra

Carlos Talavera-Teclado

Carlos Villagra-Trompeta

Casto Darío Martínez-Cantante, guitarra, dirección

Catalina Pereira "Catunga"-Guitarra

Cesar Andrés-Cantante

César Cipolla-Batería

Cesar Medina-Bandoneón

Charlie Talavera-Piano

Chiquito Leguizamón   

Chocho Alvarenga-piano, dirección orquestal

Chono Duarte     

Claudio Fernández-Teclado

Clotilde Balmelli 

Dante Ortiz-Trompeta

Dany Durand-Cantante

Delfo Boggino-Trompeta

Delfor Boggino-trompeta

Derlis Gonzales-Guitarra

Edgar Báez Recalde “Chongo”-Guitarra Eléctrica, acordeón a piano

Edgar Graw-Violín

Edgardo Cuevas-Acordeón

Emi Aiub-Guitarra

Enrique Raúl Lando-Acordeón, piano

Ernesto Soler-Batería

Farola-Batería

Fatecha-Saxofón

Félix Mendieta-guitarrista

Gerardo Torcida-Batería

Gerquin Daniel-Cantante

Giorgio González-Saxofón alto

Granada-Teclado

Gregorio Marini-Cantante

Harry Dávalos-Trompetista

Hermanos Basaldua     

Hermanos Belmont      

Hermanos Ibañez (Raúl y Johny)    

Hilda María        

Hugo Lonchiarich-Teclado

Hugo Nacimiento-Guitarra

Ignacio Vizcarra 

Isaac Ortiz 

Jean Lando-Batería o instrumento de percusión

Johnny Ibáñez     -Bajo, guitarra

Jorge "Lobito" Martínez-Piano

Jorge Cáceres-Bajo

Jorge Jara  

Jorge Larán-Bajo

Jorge Strubin-Bajo

José Carlos Mendoza-Piano

José Marín-Guitarra

Juan Ángel Figueredo

Juan Carlos Faccetti-piano

Juan Manuel Marcos

Juan Villa Cabañas-Piano

Kike Krona-Cantante

Kikina Zarsa-Cantante

Kiko Arce-Cantante

Kuki Caggia-Batería

Kuky Rey-Guitarra

Kurt Levinson-Piano

Lara Bareiro-Saxo alto

Leonardo Alarcón

Lobo Martínez-Piano

Lucho Brozar

Luís Alvarez-Teclado, violín

Luís Ferreira-Percusión, Cantante

Mabel Ortiz-Teclado

Maneco Galeano-Composición, guitarra, Cantante

Marcelo Peña-Batería

Marco Andrés-Cantante

Mario Casartelli-Cantante

Marisol-Cantante

Martin González-Teclado

Miguel Ángel Bernárdez-Guitarra

Miguel Kunert-Guitarra

Miky Heyn-Guitarra hawaiana

Milciades Cabrera-Clarinete

Mitha Graciela-Cantante

Nene Barreto-Batería

Nene Basaldua

Nené Orrego-Bandeón

Nene Salerno-Bajo

Neneco Norton-Trompeta

Nenito Vásquez-Saxofón

Nery Vázquez-Cantante

Ñato Lezcano      

Ornar Suarez-Trompeta

Oscar Barreto Aguayo-Cantante

Oscar Cabrera-Piano

Oscar Fernández-Teclado

Oscar Martínez Pérez-Batería

Oscar Riveros     

Oscar Torales-Piano

Ovidio de Ferrari (chileno)-Piano

Pacho Brussqueti-Cantante

Palito Miranda-Saxofón

Palón Báez-Saxofón Tenor

Panchi López Moreira-Bajo

Papi Barreto-Trompeta

Papi Cabañas-Trombón

Papi Gómez-Batería

Papi Torres         

Papucho Inchausti-Contrabajo y maraca

Pastor Centurión-Teclado

Pedro Burián-Piano

Pepe Basaldua    

Pepita de Faella-Piano

Popo Vera 

Raúl Fusilo-Guitarra

Raúl Ibáñez-Guitarra

Remigio Pereira-Trombón

Ricardo Candía-Guitarra

Riolo Alvarenga-Batería, percusión,

Roberto Benítez-Bajo

Roberto Thompson-Guitara

Rocío Cristal-Cantante

Rodolfo Kramer-Cantante

Rolando Perci      Cantante

Ronnie Knoller-Piano

Rubén Antonio Gómez Achón        

Rubén Ortiz-Piano

Rudy Heyn-Guitarra

Rudy Heyn hijo-Órgano

Santiago Benítez-Bajo

Sebastián Sucillo

Steve Smith-Piano

Steve Smith-Acordeón

Susi Viré   

Tato Zilly-Bajo

Telmo Aquino     -Guitarra

Tide Smith-Piano

Toki Resquín      

Toni Alves-Cantante

Tony Villa-Guitarra, bajo

Toti Morel-Batería

Toti Resquín-Cantante

Valencia-Cantante

Vicente López-Vega     

Víctor Destéfano-Batería

Víctor Ortiz-Saxofón Tenor, Cantante

Villasboa-Batería

Virginio Villagra-Saxofón, clarinete y piano

Viri Bernal

Yoyito González-Saxofón

Yusty Velázquez-Bajo

Zenón Vidaurre-Guitarra

Zurdo Amarilla-Bajo



INDICE

MÚSICOS DE ORQUESTAS BAILABLES ASUNCENAS 1950 -1980: RELATOS Y ANÉCDOTAS

UN RECONOCIMIENTOS A TRES GRANDES MÚSICOS DE ORQUESTA BAILABLES

VIRGINIO VILLAGRA        

ORQUESTA SWING COPACABANA

BENJAMÍN BENZA

PALITO MIRANDA

KIKE KRONA

ALVARO AYALA

CATALINA PEREIRA “CATUNGA”

RIOLO ALVARENGA

ANGEL CANDÍA        

VÍCTOR DESTÉFANO        

VALENCIA

EMIAIUB 

OSCAR FAELLA        

CARLOS BÁEZ 

TOTI MOREL

ZENÓN VIDAURRE   

ANEXOS

 

 

 

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LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA PA
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MÚSICA
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