UN A脩O, CUATRO SIGLOS - PARTE 2
BREVE RECORRIDO HIST脫RICO DE LA CIUDAD DE ENCARNACI脫N A 400 A脩OS DE LA FUNDACI脫N
Ensayo de JULIO SOTELO
DE ANTIGUO PUEBLO JESU脥TICO DE ITAP脷A SE ELEVA
A LA CATEGOR脥A DE VILLA ENCARNACI脫N
Para dinamizar el desarrollo y hacer del pueblo una poblaci贸n comercial, los c贸nsules Carlos Antonio L贸pez y Mariano Roque Alonso por medio de un Decreto del 8 de abril de 1843 lo elevaron a la categor铆a de Villa y, por Decreto del 24 de abril del mismo a帽o dispusieron que la poblaci贸n nativa se traslade a 7 leguas m谩s abajo a orilla del Paran谩 y Tacuary, en el paraje llamado Tup盲 Ray lo que hoy es Carmen del Paran谩 y la Villa Encarnaci贸n poblaron con gente tra铆da de la capital.
La nueva poblaci贸n de Villa Encarnaci贸n debi贸 encarar un especial r茅gimen de organizaci贸n. Se distribuyeron tierras urbanas en solares de 50 X 50 varas, entreg谩ndose hasta tres fracciones a 鈥減obladores laboriosos鈥. Los l铆mites del poblado se fijaron entre los de Jes煤s y Carmen del Paran谩.
Un inventario de 1840 lo describe como 鈥渦na acera de casa de 12 lances cubierta de tejas, siendo la mitad de palma en regular estado y contiene 43 cuartos para oficiales鈥. Hab铆a tambi茅n otra acera de casas de 12 lances pajizos y ba帽os comunes.
El pueblo de Encarnaci贸n, en principio, urban铆sti颅camente no era como las ciudades romanas que mostra颅ban damero elemental regido por dos grandes v铆as (Car颅d煤s-Dacumanus).Algunas ciudades medievales (siglos XII 鈥 XV), ofrec铆an una cuadr铆cula fundamental. A nuestra ciudad llega a partir de las leyes de Indias, aproximada颅mente (1850-1853).
Damero esencialmente artificial, responde a una simple valorizaci贸n de la tierra, la divide en lotes iguales. Caracterizado por su simplicidad y facilidad de orientaci贸n. Es mon贸tona y con muchos cruces. Aumenta en 41 % recorridos te贸ricos. El reparto de tierras urbanas en el nuevo poblado de Encarnaci贸n motiv贸 sucesivos trabajos de mensura y en 1849 se solicita a Juan de la Cruz Goibur煤
la raz贸n de los sitios ocupados y vac铆os pertenecientes al Estado, lo que da origen al primer plano del nuevo pueblo.
Nuevos relevamientos efectuados en 1861 sobre manzanas y loteos demuestran la total anarqu铆a en el crecimiento del pueblo y la necesidad de una rectificaci贸n y nuevo amanzanamiento prescindiendo de los recorridos de las antiguas calles del per铆odo pos jesu铆tico. Esto demuestra tambi茅n la superposici贸n del nuevo pueblo con el antiguo casco residual de la misi贸n jesu铆tica y a煤n en 1863 se menciona el 鈥淥ratorio peque帽o contiguo al Cuartel del Colegio鈥.
Por Ley 28 de junio de 1872, los 茅jidos se dividen en lotes con dimensi贸n estipulada. Esta experiencia urbana es sumamente interesante, muestra que pese al ajustado control por parte de las autoridades, la espontaneidad de crecimiento y subdivisi贸n interna del loteo, signan el desarrollo urbano aun avanzando el siglo XIX en una poblaci贸n nuevamente retrasada.
En los primeros a帽os del Siglo XIX, Villa Encarnaci贸n fue un n煤cleo urbano dise帽ado en funci贸n de una misi贸n militar y de poblamiento. Las caracter铆sticas iniciales eran de una urbe cansina y buc贸lica.
Pero a fines del siglo XIX y principio del XX cambi贸 la caracter铆stica aldeana de la Villa porque empiezan a llegar los primeros inmigrantes europeos, y con ellos comerciantes, m茅dicos, agricultores, t茅cnicos, zapateros, panaderos, decoradores, constructores y otros profesionales y artesanos.
Ese gran flujo migratorio trajo consigo un mosaico humano que sum贸 su aporte a la conformaci贸n de una sociedad nueva. Los pobladores adquirieron un refinamiento cultural apreciable. Los encarnacenos pronto adoptaron costumbres distintas
El auge comercial permiti贸 a la gente acumular riqueza que le permiti贸 realizar fastuosas construcciones que le daba un aire europeo. Adem谩s de sus bienes inmobiliarios y enseres dom茅sticos al estilo del viejo mundo.
COMIENZA UN PER脥ODO DE GRAN DESARROLLO DE LA ENTONCES VILLA ENCARNACI脫N
Con la llegada de los inmigrantes del exterior e interior, se constituyen las primeras familias que dar铆an la identidad social y una caracter铆stica edilicia incipiente. La presencia de extranjeros se debi贸 a la gran facilidad de obtener tierras para asentarse y producir cultivando o extrayendo la riqueza forestal.
Al finalizar la guerra contra la Triple Alianza, varios contingentes de colonos de origen europeos se establecieron en el pa铆s. En 1871 fue creada una Oficina de Inmigraci贸n para la atenci贸n de los que llegaban al Paraguay.
Hacia el a帽o 1880, la poblaci贸n rural abandona la agricultura de subsistencia en peque帽as parcelas de tierra que pose铆an para pasar a constituir el creciente contingente de trabajadores temporales en los obrajes yerbateros, madereros y en la ganader铆a extensiva de los grandes latifundistas. Se inicia una fase de producci贸n meramente extractiva basada en la yerba mate, los recursos forestales y la ganader铆a. Comienza la 茅poca de los mens煤s.
Los primeros extranjeros que llegaron y se instalaron a Villa Encarnaci贸n fueron: Domingo Barthe, sus hermanos Juan Bautista y An铆bal que vinieron de la regi贸n vasca francesa. Luego, los Bado, originario de Entre R铆os, Argentina, los Yunis de origen Sirio-Otomano, los Codas, que en principio - alrededor de 1850 - llegaron al pa铆s y se instalaron en la regi贸n del Guair谩, al igual que los Decamilli, pero despu茅s, algunas de estas familias migraron a Encarnaci贸n.
Otras familias que se radicaron en esta ciudad a fines del siglo XIX, Lizzadro, de Uriarte, Cl茅rici, Dioverti, St茅nico, Grenno, Uslenghi, Perret, Vir茅, Pagliera, Perasso, Vega, Brun, Bertoni, Closs, Reverchon y Coppens.(Bar贸n Alfredo 鈥 fue intendente de Encarnaci贸n).Entre los paraguayos que migraron de otros lugares del pa铆s estaban los Romero Pereira, Flecha, Isasi, P茅rez.
A帽os despu茅s, los primeros alemanes que se afincaron en la zona de Hohenau, entre ellos; Reverchon, Enler, Jaeger, Gutman, Closs, Schultz, Stroessner, entre otros, se trasladaron para radicarse en los alrededores del lugar que en la actualidad se conoce como barrio Hospital.
Apellidos de familias tradicionales que constitu铆an la comunidad de Villa Encarnaci贸n a fines del siglo XIX; Mallorqu铆n, Barboza, Irraz谩bal, Alonso, Rojas, Macha铆n, Marinoni, Castoarience, Lagrav茅, Gonz谩lez Almada, Porto, Oro, Arias, Ayala, Bernab茅, Mu帽oz, Ojeda, C茅spedes, Gam贸n, Rivarola, Quintana, Godoy, Rizo, Galeano, Zabala, Maidana, Sol铆s, Fern谩ndez, Olivera, Garc铆a, Chaparro, Valdez, Kernotch, Fikmaurice, Zaldivar, Campos, Paredes, Br铆tez, Ortellado, Ferrer, Muniagurria, Kh枚eler, Baumister, Valle, Guimaraes, Chistr铆n, Bencivenga, Cabral, Mayol, Rodr铆guez, entre otros. El n煤cleo de estas familias por ascendencias europeas y parientes asuncenos se autocalificaban 鈥渟electas鈥.
EN LOS PRIMEROS A脩OS DEL SIGLO XX, ENCARNACI脫N ADQUIERE CATEGOR脥A DE CIUDAD
Fue declarada ciudad el 25 de agosto de 1906, mediante una Ley de la Naci贸n con el nombre de 鈥淟ey sobre divisi贸n territorial de la Rep煤blica鈥, promulgada por el Dr.Cecilio B谩ez, presidente de la Rep煤blica.
A fines del siglo XIX y principio del XX cambi贸 la caracter铆stica aldeana de la Villa por influencia de los primeros inmigrantes europeos, y con ellos comerciantes, m茅dicos, agricultores, t茅cnicos, zapateros, panaderos, decoradores, constructores y otros profesionales y artesanos.
Ese gran flujo migratorio trajo consigo un mosaico humano que sum贸 su aporte a la conformaci贸n de una sociedad nueva.El auge comercial hizo que varios pobladores acumularan riqueza de manera acelerada que permiti贸 realizar construcciones de estilo europeo.
Adem谩s de sus bienes inmobiliarios y enseres dom茅sticos al estilo del viejo mundo, los pobladores adquirieron un refinamiento cultural apreciable que pronto impact贸 en la costumbre general.
Las construcciones que empezaban a engalanar la ciudad se realizaron con aporte art铆stico de los maestros constructores provenientes de Italia, Francia y Espa帽a. Los edificios ten铆an gruesas paredes y adornadas, dieron a la Villa un aire de ciudad, sin afectar el car谩cter coloquial que caracteriz贸 siempre a Encarnaci贸n.
La ciudad comenz贸 a tener una caracter铆stica europeizante con las casas de fachadas cargadas de arte. La elegancia y el buen gusto en el vestir era uno de los fuertes de hombres y mujeres. Normal era ver a las damas de las familias acaudalas sentarse en sus balcones con sus abanicos en manos.
Las clases m谩s adineradas sucumbieron ante la fiebre de demostrar su condici贸n econ贸mica, de salir de ese com煤n denominador determinado por la arquitectura, reemplazando a las primitivas construcciones de aleros o corredores y aparecen algunos balcones, lunetas capiteles, guirnaldas y balaustres. Se da mayor importancia a las fachadas que mostraban cada vez m谩s creaciones art铆sticas. Se introdujeron elementos, con fines decorativos, como el m谩rmol y el hierro forjado.
Las primeras construcciones de las casas de techo de dos aguas de la primera mitad del Siglo XIX iban desapareciendo paulatinamente para dar paso a una
incipiente personalidad edilicia. La prosperidad hizo que Villa Encarnaci贸n comenzara a tener un ambiente de casa grande. El comienzo del siglo XX transform贸 su perfil urban铆stico. De aldea se convirti贸 en una de las ciudades m谩s importantes. En todo el pa铆s se hablaba del 茅xito econ贸mico alcanzado que configur贸 su perfil de ciudad.
Fue declarada como CIUDAD propiamente por una ley de la Naci贸n con el nombre de Ley sobre divisi贸n territorial de la Rep煤blica, sancionada el 23 de agosto de 1906, siendo Jos茅 Segundo Decoud, presidente de la C谩mara de Senadores; Gregorio M.Morales, secretario. Por la C谩mara de Diputados firmaron esta ley, Pedro Miranda, siendo el secretario Federico Chirife. Dos d铆as despu茅s, el 25 de agosto, el Dr. Cecilio B谩ez, presidente de la Rep煤blica, promulga dicha ley refrendada por los Ministros Adolfo R. Soler y Manuel Ben铆tez.
LA ZONA DEL PUERTO ERA EL PRINCIPAL CENTRO 聽DE LA ACTIVIDAD DE LA POBLACI脫N
El nuevo siglo encontr贸 a la ciudad
en una etapa que pretend铆a ser constructiva en todos los 贸rdenes.
Encarnaci贸n se mostraba floreciente.
Desde el muelle part铆an o llegaban grandes barcos de cargas y pasajeros, as铆 tambi茅n vaporcitos y las lanchi颅tas a nafta que se trasladaban a Posadas con paseras que llevaban producto para comercializar y a la vuelta tra铆an provistas. El puerto era un mercado abierto donde se ofer颅taban desde alimentos, tabaco en hoja con la que se ma颅nufacturaba cigarro poguaz煤 y cigarro po铆 y cualquier otro producto cuyo precio estaba sujeto a regateo. El tr谩fico era fluido todos los d铆as sin interrupciones por medio de las numerosas embarcaciones que cruzaban el r铆o Paran谩 en pocos minutos. La facilidad en las comunicaciones con颅tribuy贸 a ese entusiasmo de relaciones entre los vecinos.
Es dif铆cil de precisar la cantidad de habitantes que pudo haber tenido a principio del siglo, pero por referencia y estimativamente hab铆a 10.000 habitantes. La poblaci贸n del pa铆s alcanzaba los 635.571 habitantes, o sea que en los 煤ltimos treinta a帽os posteriores a la Guerra contra la Triple Alianza se hab铆a quintuplicado.
Los d铆as finales del a帽o 1.899 hace suponer que el verano caliente impon铆a el traje blanco en los hombres y en las mujeres la blusa de typoi a medio seno y pollera acampanada y larga de percales y rasos importados, comprados a vendedores ambulantes, los famosos 鈥渢urcos鈥 que con su valija de emigrante cargada de mercader铆a barata, ofreciendo a su venta en la cercan铆a del puerto, en camino hac铆a el Alto Paran谩 para cumplir con sus tareas de macateros.
Siendo un pueblo de frontera con una poblaci贸n heterog茅nea y activo comercio, Encarnaci贸n no se caracteriz贸 por demasiada violencia. La poblaci贸n dividida propiamente en dos: la comercial, ubicada en la secci贸n del puerto mismo, y la otra, situada sobre las faldas de una espl茅ndida colina, distante del puerto unos dos kil贸metros.
Aparte de intendente y concejales hab铆a dos o tres jueces, un mayor que comandaba el destacamento militar, la polic铆a y algunos empleados de Hacienda y el Registro Civil. Mayor influencia pose铆an los terratenientes y grandes estancieros que compraban los servicios de autoridades administrativas y judiciales. Funcionaban en la ciudad el Colegio Nacional hasta el tercer curso y una de primaria. De la escuela primaria era director Cantalicio Gonz谩lez Almada.
En las grandes fiestas patrias, nacionales o argentinas, que se celebraban en una u otra ciudad, la concurrencia no se limitaba ya a las principales familias sino que en masa el pueblo tomaba parte con verdadera fraternidad en las diversiones sociales, 铆ntimas o populares.
La Aduana, despu茅s de la Capital, era la que m谩s produc铆a con sus recaudaciones al Tesoro Nacional, la exportaci贸n de todos los productos de los obrajes del Alto Paran谩 deb铆a ser controlada por esta Aduana, que percib铆a los derechos respectivos.
del libro 22 de Septiembre FBC, un siglo en la historia
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SEP DIGITAL - N脷MERO 7 - A脩O 2 - MARZO 2015
SOCIEDAD DE ESCRITORES DEL PARAGUAY/ PORTALGUARANI.COM
Asunci贸n - Paraguay
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