EN SILENCIO
En el fondo de mí
ya no hay
palabras.
Sólo un cristal
de otoño
ceniciento
que escucha el golpear
de algunas hojas
y el pasaje fugaz
de gotas finas.
Ya no me queda
al fin
de esta jornada,
sino el mirar
sin ver
de mis pupilas;
ni el crepitar
del llanto
existe ahora;
soy, apenas;
la piedra del camino.
Sostengo
a solas
mi frutal
maduro
por el sol de la angustia
y de la pena.
No sé
de dónde llegan
mis heridas
ni a qué destinos
yo
y ellas vamos.
En el fondo de mí
ya no hay
palabras.
Sólo hay un ser que piensa
y se amalgama
con el silencio y en silencio
estamos.
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BANDERAS
Banderas.
Banderas negras
para el último día
del opresor.
Sangre de ardidas venas.
Rictus exangües.
Luz y espada.
Un retazo mendigo
de estas tierras de duelo
para el último cetro
de la traición.
La plenitud de un surco
arrojará la libertadespiga
para el inmenso día de la paz.
Banderas.
Banderas de cien duelos distintos
sobre los flancos yertos
de su nombre.
Banderas.
Banderas desplegadas.
Emblema.
Justicia.
Libertad.
(1980)
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UNA VEZ
Hoy anduvimos celosamente humanos,
rescatando el idilio de las horas.
Por eso fui buscando un lapso claro
para ofrecerte mi vendimia simple.
Pero tú, generoso hasta el convite del vino
de mi agrazón oscura, hiciste uvas doradas,
y un poco deslumbrado
de pronto, todo lo cambiaste
y se tiñeron tus ojos de dulzura
y nada más que así fue nuestro encuentro.
Había una vez. No.
Erase una vez. No.
Que fueron muy felices. No.
Ya lo sé, amor,
son los tenaces juegos de tu ausencia.
(1984)
(De: El canto a oscuras, 1986)
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Fuente ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA PARAGUAYA,
3ra. Edición. Autora: TERESA MÉNDEZ-FAITH.
Editorial y Librería EL LECTOR, Asunción-Paraguay, 2004