KU KLUX KLAN ESTUDIANTIL - Por ILDE SILVERO - Domingo, 29 de Octubre de 2017

KU KLUX KLAN ESTUDIANTIL

Por ILDE SILVERO

ilde@abc.com.py

Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica, dijo alguna vez el asesinado expresidente chileno Salvador Allende. A su vez, el Gral. J. Domingo Perón, exiliado en España, decía que “si yo fuera joven, estaría en la Argentina tirando bombas como los pibes”. Recientemente, el papa Francisco instó a los jóvenes a “salir a las calles a hacer líos, pero bien organizados”.

Entonces, no es casualidad que en nuestro país en los últimos años hayamos presenciado una serie de movilizaciones estudiantiles en demanda de mejoras en el sistema educativo y protestas contra la corrupción en el manejo de los fondos públicos.

Tampoco es una novedad que, a veces, los jóvenes se equivocan en las modalidades específicas de demostrar su desacuerdo con el sistema social establecido. Todos metimos la pata alguna vez. Como diría Jesús: “Aquel que esté libre de culpas, que tire la primera piedra”.

En este contexto de jóvenes que se manifiestan de diversas maneras en demanda de alguna necesidad o en protesta contra algún abuso de poder, resultó bastante extraña una marcha por las calles céntricas capitalinas de una decena de jóvenes vestidos y encapuchados de blanco, imitando a los fanáticos del Ku Klux Klan (KKK), que justificaron su accionar como una medida de protesta contra el ministro de Educación, Enrique Riera, por no haber aceptado incluir la enseñanza de la ideología de género en las escuelas.

Aparece como una idea descabellada asociar la horrible memoria del KKK con un debate académico sobre cómo educar lo mejor posible a nuestros niños. Simplemente, no hay manera de vincular ni remotamente ambas realidades de contextos y contenidos tan diferentes.

Recordemos brevemente que el KKK fue una organización racista, fascista y violenta que, durante más de cien años, sembró el terror por la supuesta supremacía blanca sobre cualquier otra raza; persiguió, torturó y asesinó a miles de afroamericanos por su origen esclavo en los Estados Unidos.

Todo en la vida tiene un límite o, al menos, debería tenerlo. Los estudiantes vestidos y encapuchados de blanco, simulando ser los linchadores de negros del siglo XXI, posiblemente no sabían lo que estaban haciendo, lo que nos remite de nuevo a Jesús crucificado, quien dijo: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen”.

Los mayores, sobre todo los docentes y las autoridades nacionales, deben tener la suficiente experiencia y capacidad profesional para comprender que, a veces, las manifestaciones estudiantiles cruzan la raya de la cordura o se equivocan bastante, como esta insólita apelación al recuerdo del KKK. Sin embargo, hay que aprender a separar la cizaña del trigo, pues detrás del descontento juvenil es posible que existan reivindicaciones justas y necesarias para ir modelando un mejor sistema de educación en nuestro país.

Concluyendo, vaya un tirón de orejas a los imitadores de los asesinos racistas y un toque de alerta a los educadores para averiguar qué hay detrás de esta trasnochada murga.

Fuente: ABC Color

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Sección OPINIÓN

Domingo, 29 de Octubre de 2017

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