FONACIDE: SUEÑO Y DESENGAÑO

Por ILDE SILVERO

ilde@abc.com.py

De tanto en tanto, nos vemos obligados a reiterar que nuestro país es fecundo en la gestación de buenas ideas e imaginativo y rápido en la destrucción de nobles metas. La aplicación del Fonacide es un lamentable ejemplo.

El Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) fue creado por ley en el 2012 con la finalidad de blindar un importante fondo para mejorar la infraestructura de la educación paraguaya. Cada año, el ente recibe unos 360 millones de dólares provenientes del pago royalties y la cesión de energía a Brasil por la represa Itaipú. En total, hasta ahora se habrían recibido unos 3.000 millones de dólares por dichos rubros.

La ley establece que el 25% de los recursos del Fonacide debe ser destinado a los gobiernos municipales y departamentales. Esto significa que en los últimos siete años las 255 municipalidades y 17 gobernaciones recibieron unos 750 millones de dólares.

El problema radica en que la mayoría de las autoridades departamentales y comunales no rinde cuentas de los fondos recibidos.

En consecuencia, hay decenas de denuncias y procesos judiciales contra intendentes y gobernadores que, literalmente, hicieron desaparecer tan gran cantidad del dinero extra del Fonacide.

La impunidad de los ladrones de fondos destinados a la educación cuenta con la protección de autoridades del Poder Ejecutivo, del Legislativo, de la Corte Suprema, del Consejo de la Magistratura y del Ministerio Público. Las denuncias se extravían, se cajonean o, con chicanas jurídicas, duran años en los tribunales, excepto en muy pocos casos.

La historia se repite a lo largo y a lo ancho de la Nación.

Organizaciones ciudadanas y concejales municipales denuncian el mal uso de los fondos del Fonacide por parte de intendentes y gobernadores, pero como estos tienen “padrinos” importantes en la política, sus actos fraudulentos quedan sin castigo.

En este reducido espacio sería imposible enumerar todos los casos de presuntos robos de dinero del Fonacide, pero corresponde señalar que los autores pertenecen a distintos partidos y existen denuncias en todos los departamentos.

El objetivo central de la creación del Fonacide no se cumple, pues los importantes fondos no se destinan a mejorar la infraestructura edicilia ni los equipamientos pedagógicos de las escuelas públicas sino que, en su mayoría, desaparece en los bolsillos o en otras prioridades de los señores intendentes y gobernadores.

Con esta reciente oleada de protestas ciudadanas en las calles, que consiguió algunas sanciones a diputados, senadores e intendentes, crece la esperanza de que tanto la Fiscalía General del Estado como el Congreso y los jueces pertinentes otorguen mayor atención y celeridad a las numerosas denuncias por la malversación de los fondos del Fonacide por parte de intendentes y gobernadores.

El objetivo central de la ley sigue siendo importante y necesario; miles de niños y adolescentes se verían beneficiados con el respaldo financiero a sus centros educativos. Lo que no podemos permitir es que algunos políticos corruptos destrocen tan noble meta.

Fuente: ABC Color

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Sección OPINIÓN

Sábado, 01 de Junio de 2019

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