FORMACIÓN MÉDICA EN CAÍDA LIBRE

Por ILDE SILVERO

ilde@abc.com.py

Varios hechos de la realidad cotidiana nos señalan con claridad que la formación universitaria de los profesionales de la salud ha ido cayendo en cuanto a calidad académica, exigencias curriculares y prácticas. Hablamos de médicos, enfermeros y varios especialistas paramédicos, cuyo ejercicio profesional deja mucho que desear.

La situación es tan preocupante que la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior está analizando muy seriamente la necesidad de clausurar algunas universidades que otorgan títulos habilitantes en ramas de la salud y que no han manifestado ningún interés en acreditar la calidad de la formación que ofrecen.

Un indicador evidente de la deficiente formación académica de los médicos en algunas universidades privadas es el aplazo de centenares de galenos de origen brasileño, recién recibidos aquí, cuando se presentan en las pruebas de validación de títulos para ejercer en su país natal. Reprueban tres de cada cuatro profesionales de la salud con el flamante título en manos.

Debido a la situación señalada, decenas de tales médicos reprobados en Brasil vuelven a nuestro país y se insertan, fundamentalmente, en los centros públicos de salud, en el área metropolitana y en el interior. Si en su país de origen no les aceptan, ¿por qué nosotros somos tan generosos con estos jóvenes extranjeros?

Por otra parte, en estos días se viralizó en las redes sociales el caso de una supuesta “técnica en enfermería” que, trabajando como niñera en una casa particular, en vez de cuidar al bebé, le daba unos pinchazos para que se calle cuando estaba inquieto, según se vio en una grabación de cámaras de seguridad.

También está fresca en el recuerdo popular la lamentable actuación de los médicos de guardia del sanatorio Migone en el caso de falta del auxilio debido al niño Renato, quien falleció debido a la desidia y ausencia de atención en tiempo y forma.

Estas son solo algunas muestras que constituyen evidencias de la deficiente formación de los profesionales de la salud en varias universidades locales. La situación es preocupante porque los egresados de estas carreras incursionan luego en la atención de la vida de las personas y, ya sea por falta de conocimientos o por carencia de principios éticos, muchos pacientes corren peligro de empeoramiento de su cuadro sanitario e, incluso, la posibilidad de pérdida de sus vidas.

Está bien que las autoridades de nuestra educación superior se preocupan del tema, pero también es necesario que el propio Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social sea mucho más exigente a la hora de conceder las habilitaciones para el ejercicio de las profesiones vinculadas a la salud de la población.

Debería evitarse que cualquier estudiante mediocre o egresado akâ ne tenga en sus manos la atención de la salud de nuestra gente.

Fuente: ABC Color

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Sección OPINIÓN

Miércoles, 20 de Noviembre de 2019

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