PARAGUAY COMO FURGÓN DE COLA
Por ILDE SILVERO
ilde@abc.com.py
En épocas de la dictadura stronista, todos sabíamos que Paraguay era uno de los países económicamente más atrasados del continente. Con la libertad conquistada en 1989, pensamos que nos iría mejor, pero un nuevo estudio de Naciones Unidas ratifica que seguimos como furgón de cola, en la pobreza de siempre.
El Índice de Desarrollo Humano 2019 (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sitúa a Paraguay en la posición 98 de 189 naciones analizadas, por debajo del promedio de Latinoamérica y el Caribe y a niveles similares a Guyana y Bolivia.
El documento del PNUD, dado a conocer el lunes pasado, evalúa las condiciones de desarrollo en base a los años de esperanza de vida del país, los años de escolaridad de la población adulta y el ingreso per cápita de la población. Acorde a estos indicadores, nuestra nación tiene una expectativa de vida de 74 años de sus habitantes, la población adulta, en promedio, solo asistió 8,5 años a un centro educativo, sin terminar la educación escolar básica, y el ingreso per cápita es de aproximadamente 6.000 dólares por año.
Otro dato importante del reporte del IDH es que, si se desglosan los componentes que integran el número final de la evaluación, puede verse que Paraguay es el país con mayor desigualdad social por los extremos entre quienes concentran la riqueza y los que sobreviven en la pobreza y la indigencia.
Ya han transcurrido 30 años desde la caída de la dictadura, hemos experimentado la alternancia de presidentes y de partidos en el gobierno, gozamos de una amplia libertad cívica, pero en el campo económico prácticamente no hubo cambios sustanciales. Se ha reducido un poco la franja de pobreza y surgieron escasos bloques de empresas de altos ingresos y así seguimos.
No es necesario ser un experto en economía y finanzas para llegar a la conclusión de que algo grave y estructural afecta muy negativamente a nuestra realidad socioeconómica. Éramos y seguimos siendo los más pobres de Sudamérica, junto a nuestros vecinos bolivianos.
Es cierto que no tenemos petróleo, yacimientos de minería ni costas sobre el mar, pero nuestra tierra es muy fértil para cultivos, nuestros campos adecuados para la ganadería y varios ríos y arroyos nos proveen abundante agua. Con estos elementos y mucha gente trabajadora, deberíamos disfrutar de mayor bienestar y prosperidad.
La respuesta fácil es culpar de todo a los políticos, a los sinvergüenzas corruptos que administran nuestra nación, pero quizás eso constituya solo una parte, aunque importante, de nuestro fracaso. Debe haber algo más en nuestra propia identidad cultural y en nuestras pautas esenciales de conducta para que nos resignemos tan pasivamente a ver cómo los demás progresan y nosotros solo nos plagueamos, tomando tereré o con la latita de birra en la mano. Alguna vez deberíamos sacudirnos y romper las cadenas mentales que nos limitan, ¿verdad?
Fuente: ABC Color
www.abc.com.py
Sección OPINIÓN
Miércoles, 11 de Diciembre de 2019
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)