EL GRUPO DE LOS LIBERALES DE "EL NACIONAL"
Por CARLOS R. CENTURIÓN
Durante el período presidencial de Manuel Franco, apareció en la Asunción un periódico de combate: El Nacional. Antiguos "cívicos" y "jaristas" y otros liberales que permanecieron neutrales en los conflictos internos, habíanse nucleado en un mismo sector, al que denominaron "Partido Liberal del Llano". Lo presidía Eusebio A. Taboada. Vocero de ese sector era El Nacional. Su dirección la ejercieron sucesivamente el citado Taboada y Mario Usher, y colaboraban en sus páginas Manuel Domínguez, Alejandro Audibert, Daniel Codas, Juan B. Centurión, Marcial Sosa Escalada, Ramón García, Carlos Freitag, Tomás Airaldi, Luis Felipe Domínguez, Virgilio Barrios, Benjamín Velilla, Cipriano Ibáñez, Angel I. González, Alonso Ibarra, F. Arturo Bordón, José D. Miranda, Jorge Báez, J. Rodolfo Bordón y otros.
El Nacional vivió hasta el año 1922. Al estallar una revolución campal, el 27 de mayo de aquel año, su director y algunos redactores fueron a los campamentos y quedó clausurada la hoja.
¿Quién era MARIO USHER? Político y periodista, nacido en la Asunción, en 1884, educóse en el Colegio Nacional. Desde su juventud se dedicó a las actividades nombradas más arriba. Su ponderación y su talento le abrieron paso. De la delegación civil de Misiones, el presidente Gondra lo trasladó a la jefatura de policía de la capital, en 1910. Los sucesos del 17 de enero de 1911, le obligaron a presentar renuncia al cargo. Acompañó, así, al presidente de la República, al ser éste derrocado por el jefe de las fuerzas militares, coronel Carlos Goiburú. En los sangrientos sucesos posteriores a la renuncia del presidente Gondra, Mario Usher tomó parte activa. Integró el Triunvirato de 1912, juntamente con Alfredo Aponte y Marcos Caballero Codas. Desde 1917 apareció como uno de los principales dirigentes del Partido Liberal del Llano. Fue uno de los fundadores y director casi permanente de El Nacional.
Durante esta época, Mario Usher escribió, diariamente, el editorial del periódico. Fue entonces cuando se reveló como un periodista de pluma acerada y juicios certeros, valiente en el ataque y hábil en la defensa. Poseía una prosa correcta, grávida de conceptos.
Al estallar la revolución de 1922 integró el grupo de los directores políticos del movimiento. Fracasado éste, se trasladó a Buenos Aires. Regresó del destierro en 1925, para hacerse cargo de la dirección de La Tribuna, vocero de la fracción del Partido Liberal cuya jefatura ejercía el ex presidente Schaerer.
Hallándose al frente de este diario, le sorprendió la muerte, en el año 1931.
LUIS FELIPE DOMÍNGUEZ era hijo de Manuel Domínguez. Nació en la Asunción en el año 1899. Educóse en el Colegio Nacional. Joven aún, dedicóse al periodismo. Poseía una prosa clara y alada. Amigo de bohemias, era un espíritu sentimental, un alma grande y lírica que no pudo resistir a las inclemencias de la vida. Murió al iniciar la ascensión. Su nombre familiar en los círculos amistosos e intelectuales era Tuncanto. Uno de sus mejores artículos, aparecido en El Nacional, diario donde también escribía su ilustre progenitor, se intitulaba El ideal liberal. Falleció en 1929, en la capital paraguaya.
BENJAMÍN VELILLA dedicóse al periodismo desde su juventud. Más tarde realizó trabajos de especialización en materia histórica y alternó las actividades políticas con el ejercicio de la cátedra. Nacido en Humaitá, en 1888, educóse en el Colegio de Segunda Enseñanza de Pilar. Obtuvo diploma de bachiller en el Colegio Nacional de la Asunción. En 1907 ingresó en el "Curso Militar", donde ganó su despacho de oficial. Los sucesos políticos del 21 de setiembre del año siguiente le llevaron al destierro.
Durante ese tiempo inicióse en el periodismo como cronista teatral de El Diario de Buenos Aires, dirigido por Manuel Láinez. Eran sus compañeros los paraguayos Eloy y Dionisio Fariña Núñez. En el diarismo paraguayo comenzó sus labores en El Nacional, vocero que combatía al presidente Albino Jara. Este diario fue fundado por un grupo de intelectuales. Lo dirigía Arsenio López Decoud y lo redactaban Manuel Pérez, Gomes Freire Esteves y Benjamín Velilla. El Nacional fue clausurado en 1911, siendo deportados sus redactores. Tres años después, ya en El Nacional de la segunda época, dirigido entonces por Carlos L. Isasi, Benjamín Velilla combatió, en carácter de secretario de redacción, al gobierno del presidente Eduardo Schaerer. Ese año fue nuevamente clausurado dicho periódico. Desde 1917 hasta 1919, fue jefe de redacción de El Nacional, en su tercera época, dirigido por Eusebio A. Taboada. Con motivo de la revolución de 1922-1923, Velilla se trasladó a Concepción, en cuya ciudad dirigió La Prensa. Posteriormente fue director de La Defensa y de El Diario de la Asunción. También colaboró en El Liberal, de Corrientes, y en El Chaco, de Resistencia, publicando en ellos artículos referentes a la enseñanza de la historia y a tópicos del comercio paraguayo-argentino, a través del Paraná.
Entre los ensayos de carácter histórico escritos por Benjamín Velilla podemos citar los siguientes: Ambiente social de la Colonia; Costumbres, tipos y ceremonias oficiales y religiosas en el Paraguay Colonial, nueve artículos aparecidos en El Nacional, en 1913; Esbozo de la táctica de guerra de Solano López en las principales batallas del 65 al 70, artículos y conferencias publicados en El Nacional y El Diario; La estrategia defensiva de López frente a la Triple Alianza, conferencia leída en el Círculo Italiano, el l de marzo de 1919, comentada después por Justo Pastor Benítez, en El Diario; La organización militar del Paraguay y la del Brasil y Argentina antes de la guerra del 65, trabajo dado al público en seis números de El Diario, en 1927, con el seudónimo de ORIÓN; La organización del Ejército Nacional hecha por el presidente Carlos Antonio López para la ocupación de Corrientes en 1845, aparecido en El Diario, en 1935; El general Bernardino Caballero en el combate de Ytororó, en El País, el 6 de diciembre de 1928.
Entre los discursos pronunciados por Velilla en la Cámara de Diputados debe citarse el del 28 de febrero de 1939, en el que se esboza la tradición democrática del pueblo paraguayo.
ALONSO IBARRA nació en la Asunción, en 1889. Obtuvo el grado de bachiller en el Colegio Nacional de dicha capital, en 1910, y el título de doctor en la Facultad de Derecho, en 1919. Su tesis versó sobre Constitucionalidad de la Liga de las Naciones, institución internacional entonces de reciente creación. Ejerció el periodismo como una vocación hereditaria de su extinto padre, Ignacio Ibarra. Colaboró asiduamente en diversos diarios y revistas.
Escribió también numerosas monografías. Cítanse entre éstas Asunción, amparo y reparo de la Conquista; Fundación de Santa Cruz de la Sierra; La Declaración Continental del 3 de agosto de 1932; la Guerra de Agresión y la Auto-defensa de los Estados; La última resistencia de Cerro Corá; La victoria de Tucuarí y La leyenda de Pancha Garmendia, esta última seleccionada por un juri literario del Grupo Norteamericano de la Asunción. Tiene, además, inéditas, una Breve historia del Paraguay, Lecturas nacionales y Reseña política del Paraguay contemporáneo, destinada a servir de texto para la enseñanza secundaria.
F. ARTURO BORDÓN es periodista y político. En su juventud escribía versos. Nacido en Villarrica, en 1893, cursó estudios primarios en su ciudad natal. En el Colegio Nacional de la Asunción, en 1913, obtuvo diploma de bachiller. Fue alumno de la Facultad de Derecho. Durante largo tiempo dedicóse a la cátedra. Dictó lecciones de anatomía, fisiología, higiene, historia, agricultura y ganadería en la Escuela Normal de Maestros de Villarrica. En el periodismo, redactó El Nacional, y dirigió, años después, La Tribuna. Fue también fundador y director de Guaraní, diario aparecido en la Asunción, y colaboró en La Prensa, de Buenos Aires. En política ha militado siempre, con fervor y abnegación, en el Partido Liberal. Ocupó una banca en la Cámara de Diputados, hasta el 17 de febrero de 1940. Fue, además, fundador de la Dirección General de Turismo y de la Revista de Turismo, y primer director de ambas.
Ha escrito Paraguay. Guía geográfica de turismo, que mereció elogiosos comentarios en el Paraguay y en el extranjero. Su profundo conocimiento del país, que ha recorrido varias veces, le ha estimulado a escribir una Geografía del Paraguay, que aún se halla inédita y que contiene datos referentes a su historia, etnografía, economía, etc. También tiene inédito un Índice Sintético de Leyes y Decretos de la República del Paraguay.
JOSÉ D. MIRANDA cultiva la prosa. Oriundo de Caraguatay, nació en 1896. Se educó en el Colegio de San José y en el Colegio Nacional de la Asunción. Comenzó a escribir para la prensa siendo muy joven. En el año 1918 colaboraba en Los Principios, y redactaba El Nacional, órgano del Partido Liberal del Llano. Más tarde redactó La Prensa, de Concepción. Tomó parte activa en la subversión militar de 1922-1923. A consecuencia de la derrota de sus parciales, vióse obligado a emigrar. En Resistencia, ciudad del Chaco argentino, escribió para algunos órganos de publicidad. Cultivó el cuento basado en asuntos guaraníes. Pero su pluma era más diestra en la lidia periodística. Agradábale la polémica vehemente y airada.
De regreso al Paraguay actuó nuevamente en los escenarios políticos y periodísticos. Después de los sucesos del 17 de febrero de 1936, colaboró con el gobierno del coronel Rafael Franco, integrando el grupo dirigido por Gomes Freire Esteves, juntamente con J. Rodolfo Bordón. Fue la época en que colaboraba en Patria, y dirigía La Hora
Sucesos posteriores mantuviéronle en el silencio impuesto por las circunstancias difíciles que vivía el país. No obstante, dirigió durante algún tiempo la Revista de la Sociedad Rural del Paraguay, desempeñó las funciones de director de La Tribuna y la subsecretaría del Ministerio de Agricultura. Desde 1944 redactó El Paraguayo, vocero de la dictadura del general Higinio Morínigo, y posteriormente, La Razón y El País, y fue miembro de la Cámara de Representantes, en 1948, en representación del Partido Colorado.
JORGE BAEZ cultiva la poesía épica y la oratoria. Nació en la Asunción, en 1897. Cuéntanse, entre sus ascendientes, a intelectuales y artistas de primera fila como Cecilio Báez y Juan A. Samudio. Cursó estudios en el Colegio Nacional de la citada ciudad. Su inclinación al periodismo lo llevó muy pronto a actuar en los diarios de oposición y a intervenir en política, motivos que le privaron de dar término a sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Comenzó a escribir en El Nacional. En el mismo diario publicó sus primeras poesías, en 1918. También colaboraba en aquel tiempo en la Revista del Centro Estudiantil.
Fue uno de los fundadores del "Centro José Enrique Rodó", juntamente con Ramón P. Muñoz, Alejandrino Meza, José Arturo Alsina y otros. En uno de los primeros cenáculos organizados por la nombrada entidad, Jorge Báez leyó una poesía que agradó a los presentes y causó sorpresa entre los compañeros, porque Báez, hasta entonces, sólo era tenido como aficionado al arte pictórico.
En 1923 fundó el "Ateneo de la Juventud", del cual fue primer presidente. Pertenecían también a esta corporación Antoliano Rodríguez, Benito Irala, Rafael Oddone, Cristóbal Pires, Milner R. Torres, Juan Sorazábal, etc.
Jorge Báez fundó y dirigió varias revistas. Citaremos entre ellas, Mundo Paraguayo, 1928-1929; La Hora, 1933-1934; y La Semana, 1935. Actuó como redactor en El Diario, en 1939, en La Razón, La Unión y en otros periódicos como Progreso Nacional.
Publicó su primer libro de versos, Alba lírica, en 1924; La canción de la epopeya, en 1929, e Iris de gesta, un año después.
A su regreso de la guerra del Chaco, donde actuó como oficial de la reserva, editó La ofrenda de Leuconoe, colección de ensayos, discursos y conferencias; Política paraguaya de la preguerra, libelo, y, últimamente, Arte y artistas paraguayos, biografía y crítica.
En los juegos florales organizados por El Diario, en 1926, en celebración del natalicio del héroe de Cerro Corá, correspondió a su poema La canción de la epopeya el primer premio de poesía. Dicho trabajo fue recitado por su autor, el día de la fiesta, en el Teatro Nacional. La canción de la epopeya valió a Jorge Báez la aparición de su nombre entre los poetas de la nueva generación intelectual paraguaya en la Historia universal de la literatura, publicada por la editorial González Porto, de Buenos Aires. En 1946 fue designado director de la Biblioteca Americana y Museo Godoi.
J. RODOLFO BORDÓN dedicóse al estudio de la sociología paraguaya. Radicado en el extranjero, durante muchos años, enviaba colaboraciones que fueron insertadas en las columnas de El Nacional.
También ha escrito para otros diarios y revistas del Paraguay y, especialmente, para la prensa de Resistencia. J. Rodolfo Bordón es oriundo de Villarrica. Nació en 1890. Ha publicado La penetración imperialista y la cuestión social en el Paraguay y La revolución del 17 de febrero de 1936.
A los ya citados intelectuales, aparecidos en la época evocada, han de agregarse otros surgidos desde la prensa, la tribuna y la cátedra. Sin formar grupos, venían de diversos sectores, siguiendo caminos diferentes, pero todos conducentes hacia el mismo fin: la realización de la grandeza nacional.
Nombraremos entre estos a Víctor Morínigo, Pedro Nicolás Ciancio, Luis A. Argaña, Lidia Kallsen de Torres, Domingo Montanaro, Rodolfo Brugada, Adolfo Ávalos, Aureliano Rolón Medina, Héctor Díaz, César A. Vasconcellos y Raúl del Pozo Cano.
VÍCTOR MORÍNIGO es principalmente ensayista. Prosa sobria y enjundiosa, conceptos claros y medidos, juicios expresados con cierta audacia, pero al filo de la realidad, caracterizan sus méritos de escritor. Nacido en la Asunción, en el año 1899, estudió en el Colegio Nacional de dicha ciudad. Más tarde fue cadete de la Escuela Naval de Montevideo. Luego se radicó en Buenos Aires. Comenzó en esa capital sus actividades periodísticas. Escribió cuentos y ensayos para El Hogar, Mundo Argentino, El Mundo y Caras y Caretas, en los días en que esta revista aparecía en la prensa porteña.
Regresó al Paraguay después de 1925. Desde entonces escribió asiduamente para los diarios y revistas americanos. Ingresó en la Asociación Nacional Republicana, y con J. Natalicio González, de quien es compañero, ocupó la vanguardia intelectual de esa gran entidad cívica.
Los vaivenes de la agitada vida política del Paraguay lleváronle, ora a posiciones directivas, ora a prisiones, confinamientos y destierros.
Y fue en estos trajines donde mostró un fuerte espíritu sectarista, a cuyo servicio puso su acerada pluma. En la prensa opositora, en artículos de sabor cáustico, dio vida a un personaje imaginario: "El pacífico asunceno". Diariamente este idealizado protagonista del tinglado político, desde palcos o plateas, desde el "paraíso" o la penumbra de las bambalinas, observaba y criticaba, en picante comentario, los sucesos cotidianos.
En Guarania, de J. Natalicio González, y otros voceros asuncenos, pueden hallarse los ensayos de Víctor Morínigo, de vigorosa tendencia hacia la sociología americana, donde la visión panorámica de los acontecimientos no se limita solamente a las cosas de la patria. El escritor otea, a la distancia, realidades continentales, las discrimina y exprime sus enseñanzas. En 1947 fue designado ministro del interior, en el gabinete del dictador Higinio Morínigo M.
PEDRO NICOLÁS CIANCIO nació en Caazapá, en 1892. Cursó estudios en el Colegio Nacional de la Asunción y graduóse de médico en la Universidad de Nápoles, con notas sobresalientes.
Ciancio es, por sobre todo, un hombre de pensamiento. De prestancia jesucristiana, de espíritu apostólico, vive en el ensueño de la naturaleza, cultivando el bien, estimulado por el amor al prójimo, fuego sagrado que anima su vivir. Retirado de los centros populosos y agitados, albérgase en su región natal. Desde allí mantiene relaciones culturales con el mundo, y observa la maravillosa armonía del universo en la estrella titilante y lejana; en el agua que emerge, cantarina, de la tierra fecunda; en el oro transparente de la luz del sol; en el ave que vuela, elegante y fugaz; en el viento, raudo, ululante, en corriente infinita bajo la comba azul. Y medita en el Gran Todo y en el hondo misterio de la vida y de la muerte.
Pedro N. Ciancio ha publicado trabajos de carácter científico, histórico y filosófico-sociológico.
Pertenecen al primer grupo: a) La fagocitosis, reproducido en las principales revistas científicas de Europa y en la Revue Internacionale de Sociologie, de París, en 1920, y citado en uno de los mejores tratados de Patología general, de los profesores Lustig y Galeostti; b) La anafilaxis en los lactantes y la imperforación congenital del esófago; c) Neuropatía hereditaria; d) Convulsión en los lactantes de herencia alcohólica. Este grupo de trabajos ha sido presentado en el IV Congreso Panamericano del Niño, de Santiago de Chile, en 1924, actuando su autor como delegado oficial del Paraguay; e) El alcoholismo; f) La tuberculosis infantil; g) Fisiología de la alimentación, curso dictado en la cátedra de la Facultad de Medicina, en el año 1923; h) Los problemas médicos mundiales; i) La soja: su valor nutritivo, su importancia económica, su valor industrial, su importancia comercial; j) La soja y su gran importancia en la nutrición de nuestra raza, su porvenir como nueva fuente de riqueza nacional, conferencia dada en la Universidad Nacional, en marzo de 1942; k) La técnica del cultivo de la soja en el Paraguay en veintitrés años de experiencia.
Estos trabajos fueron reproducidos en muchos periódicos y revistas del país y del extranjero. Al segundo grupo pertenecen: a) En torno a la gran guerra de 1914; b) La guerra del Chaco; c) El pecado mortal de América.
Y al tercer grupo: a) Crisis de la civilización actual; b) La religión y el niño; c) La danza moderna; d) La justicia social cristiana; e) El mundo que viene; f) El significado biofilosófico de la guerra; g) Algo sobre la violencia (Refutación a Spengler); h) Conferencia de consolidación de la paz, de Buenos Aires, 1936; e i) La salud espiritual de la raza.
LUIS A. ARGANA se ha dedicado, especialmente, a la docencia universitaria. Desde 1923 dictó cursos de derecho mercantil y finanzas en la Facultad de Derecho y, posteriormente, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Asunción. Ejerció funciones de consejero de ambos institutos, de vice decano interino de la primera institución nombrada y de decano titular en la segunda. Anteriormente dictó lecciones de historia en algunos colegios de segunda enseñanza.
A consecuencia de los acontecimientos políticos del 13 de agosto de 1937 fue llamado para desempeñar el cargo de ministro secretario de estado en la cartera de justicia, culto e instrucción pública.
De esa fecha data su intervención activa en la vida política. Interinó los cargos de ministro de relaciones exteriores, hacienda y defensa nacional. Retirado del gobierno, con motivo de la ascensión del general José Félix Estigarribia a la primera magistratura de la República, integró el grupo opositor, corporativista, con Carlos R. Andrada, Alfonso Dos Santos, Carlos A. Pedretti, Francisco Esculies, Sigfrido Gross Brown, Víctor M. Pérez, Carlos Balmelli, Celso R. Velázquez, Aníbal Delmás y otros.
El órgano oficial de este grupo se llamaba El Tiempo.
Ocurrido el trágico accidente de Aguai-y, el 7 de setiembre de 1940, en el cual perdió la vida el presidente de la República, general Estigarribia, fue ungido – impuesto por la I División de Caballería y por resolución homologante del consejo de ministros –, presidente provisorio, el general de brigada Higinio Morínigo M., ministro de defensa nacional a la sazón.
En el transcurso del mismo año, el nuevo mandatario reorganizó su gabinete. Fue en esta oportunidad cuando Luis A. Argaña retornó al gobierno. Encomendósele la cartera de relaciones exteriores. En tal carácter, acompañó al dictador Morínigo en sus visitas a Río de Janeiro y, después, a Washington y otras capitales americanas.
Entre los trabajos de Luis A. Argaña debe ser citado, en primer término, su Curso de Derecho Mercantil, obra editada en 1940, en tres tomos, la cual sirve de texto en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Luis A. Argaña nació en la Asunción, en el año 1897, y cursó estudios en el Colegio Nacional. Pertenece al grupo de bachilleres de 1913. Obtuvo diploma de doctor en derecho y ciencias sociales en la Universidad Nacional de la capital paraguaya. Tiene, inédito, Curso de Finanzas.
LIDIA KALLSEN DE TORRES cultiva el verso y la prosa. Es autora del Himno del Niño Americano, adoptado, oficialmente, por las autoridades educacionales del Uruguay para ser cantado por los niños de aquel país. También dicho himno ha sido incluido en la lista oficial de cantos escolares por el Consejo Nacional de Educación de Buenos Aires y por el Consejo Nacional de Educación del Paraguay. En nuestro país le ha puesto música la señora Sara Silva de Ashwell.
Lidia Kallsen de Torres ha escrito, asimismo, el Canto a los Héroes de la Independencia, adoptado por las autoridades paraguayas como canción escolar, y dio a la estampa una colección de prosas y versos, bajo el título de Voces del Camino.
Es también fundadora y directora de la "Escuela Taller Rosa Peña", que funciona en la Asunción, institución poseedora de una rica biblioteca bautizada con el nombre de Joaquina Machaín,
DOMINGO MONTANARO debe ser citado entre quienes cultivaron el género oratorio ante el Tribunal de Jurados, en el Parlamento y en las asambleas populares.
Miembro de la Asociación Nacional Republicana, hizo intensa vida pública desde 1920. En la Cámara de Diputados ocupó una banca, en el sector de la minoría, al lado de César A. Vasconcellos, J. Natalicio González, Juan R. Chaves, Tomás Salomoni, Bernardo Ocampos, José Zacarías Arza, Herib Pérez Garay y otros.
Domingo Montanaro nació en la Asunción, en el año 1894. Cursó estudios en el Colegio Nacional y se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de dicha capital. En 1948, fue designado ministro del interior, en el gobierno del presidente provisional Juan Manuel Frutos.
Cultiva la poesía humorística RODOLFO BRUGADA. No publica sus trabajos; los lee, aprovechando algunos festivales que se realizan en el Colegio de San José de la capital paraguaya, en cuyas aulas cursó sus estudios hasta obtener el grado de bachiller en ciencias y letras. Nacido en la Asunción, en 1897, Brugada es notario y escribano público. Publicamos a continuación un fragmento de los pareados leídos por su autor en la fiesta realizada en el Colegio de San José, con motivo del cuadragésimo aniversario de la fundación de este instituto.
ADOLFO AVALOS es educacionista. Oriundo de Carapeguá, nació en 1887. Cursó estudios en la Escuela Normal de la capital paraguaya, hasta obtener diploma de profesor. Realizó estudios de perfeccionamiento en Montevideo. A su regreso, desempeñó la regencia de la Escuela Normal de la Asunción y, después, la dirección de la Escuela Normal de Villarrica, la inspección general de escuelas, la jefatura de la sección educación del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública y la Dirección General de Escuelas. Ejerció numerosas cátedras en el Colegio Nacional de la Asunción, en la Escuela Militar, en la Escuela de Comercio Jorge López Moreira y en la Escuela Normal de la capital y de Villarrica. Fundó y dirigió, en 1934, el "Colegio Benjamín Aceval", de enseñanza secundaria y comercial, el que en sus respectivas secciones, se halla ahora incorporado al Colegio Nacional y a la Escuela Nacional de Comercio.
AURELIANO ROLÓN MEDINA nació en Ybycuí, en 1902. Cursó estudios en su pueblo natal y en la Asunción. Desde muy joven dedicóse a trabajos burocráticos. Hizo carrera en el Departamento de Correos y Telégrafos. En revistas y diarios asuncenos publicáronse, después de 1920, sus primeros versos y trabajos en prosa.
Más tarde los recogió y los editó en folletos. Estampas de mi terruño, se intitula el primero de éstos, editado en la Asunción. Es una colección de prosas y versos. Después dio a publicidad Flores eróticas y Búcaros rotos, colecciones de versos.
HÉCTOR DÍAZ nació en 1888. Cursó estudios hasta el segundo año de enseñanza secundaria. En su juventud tuvo inclinaciones literarias. Ha publicado sus trabajos en diarios y revistas de la época. Posteriormente, dedicóse a funciones burocráticas. Organizó el gabinete de identificación dactiloscópica en la Policía de la Asunción; cursó estudios de especialización en Buenos Aires e introdujo en el Paraguay la cédula de identidad, el pasaporte, credenciales, prontuarios y otras ventajas administrativas. Escribió un libro titulado Política Paraguaya,; pronunció varias conferencias y publicó diversos trabajos de carácter doctrinario. Es autor de un libro titulado Policía Paraguaya (servicio marítimo de costas y ríos) y de un opúsculo intitulado El doctor Jasé Gaspar Rodríguez de Francia, ¿promotor i director de la Revolución de Mayo en el Paraguai? Tiene inédito un volumen, El militar, el cura i el civil; y en preparación, Los Militares de Mayo. Fundó y dirigió un semanario de carácter informativo con el nombre de Guarán, y la primera revista de policía. Ambos se publicaban en Pedro Juan Caballero. Fundó y dirigió también el diario La Reforma, en la Asunción.
CÉSAR A. VASCONCELLOS, periodista y orador, nació en Paraguarí, en 1899, Educóse en el Colegio Nacional y en la Facultad de Derecho de la Asunción, donde obtuvo diploma de abogado, en 1942. En su juventud escribió, en verso y prosa, en la Revista del Centro Estudiantil. Su seudónimo era V. López. Era miembro del Partido Nacional Republicano.
Redactó Heraldo y Patria, y revelóse tribuno brioso en las asambleas partidarias.
En 1926 ocupó una banca en la Cámara de Diputados. Desempeñó, además, la representación del Paraguay en la Conferencia de Conciliación de Washington, en 1931; fue delegado, juntamente con Juan José Soler, para firmar un pacta de no agresión con Bolivia, antes de la guerra del Chaco, y asesor jurídico de la Cancillería Nacional. En 1947 desempeñó la jefatura de Policía de la Capital, la Secretaría de la Presidencia de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1948 presidió, como canciller, la delegación paraguaya ante la Novena Conferencia Panamericana reunida en Bogotá.
Entre sus trabajos, cítanse La diplomacia brasilera en la cuestión del Chaco, Los límites del Paraguay, publicados en 1931, y Soluciones Económicas reclamadas por nuestra posición geográfica, editada en 1940, en la Asunción. Falleció en esta capital, en 1949.
RAUL DEL POZO CANO nació y se educó en Chile. Pero de madre paraguaya, es paraguayo, de acuerdo con disposiciones de la Constitución Nacional.
Llegado a la Asunción en 1920, dedicóse al periodismo. Redactó varios diarios y revistas.
Más tarde ingresó, como funcionario, en una de las secciones del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ocupóse afanosamente en cuestiones históricas y limítrofes. El conflicto del Chaco le dio oportunidad para estudiar asuntos atinentes a esa ardua cuestión. Fruto de estos trabajos son sus folletos La Audiencia de Charcas, Asunción, 1926; El Chaco paraguayo y el Vaticano, Asunción, 1927; Nuevos documentos que prueban la jurisdicción del Paraguay en el Chaco, Asunción, 1927; Continuidad del esfuerzo del Paraguay en el Chaco, Asunción, 1934; La fundación de Santa Cruz de La Sierra, Asunción, 1935, La Real Cédula de 1743 a la luz de la geografía de la época, Asunción, 1935.
Deben ser también citados, en el estudio del período que nos ocupa, entre otros, VÍCTOR AVILA, periodista, fundador, propietario y director de Industria, órgano oficioso del comercio y la industria del Paraguay. Era oriundo de la Asunción, ciudad en la que falleció, en 1937; RAFAEL LUIS AVILA, periodista en su mocedad y después catedrático, hermano del anterior y también asunceno; CELESTINO NOGUERA, cultor de las letras en su juventud, fallecido en 1948; EMILIO GARCÍA, catedrático y político, oriundo de Barrero Grande – hoy Eusebio Ayala – y educado en la Asunción. Ocupó una banca en la Cámara de Diputados y ha publicado un libro con el título de Lecciones de Economía Política, materia de su especialidad. Falleció en la Asunción, en 1943; GENARO LAFRANCONI, quien escribía en versos; JOSÉ DAHLQUIST, nacido en Pilar, en 1894, quien se dedicó al periodismo; FERMÍN CEDRÉS, periodista español; JOSELINO RIQUELME, quien escribía versos; GASPAR N. CABRERA y EMILIANO GÓMEZ RÍOS, profesores normales de larga actuación en el magisterio. El último de los nombrados escribió una Historia de América y una Geografía General, que sirven de textos en colegios secundarios. Citaremos también a REMIGIO PEREIRA FRANCO, oriundo de Luque, nacido en 1888, quien escribía en verso; DANIEL CABALLERO, nacido en 1899, en Carapeguá, periodista de combate; y RICARDO OCHOA, de San Lorenzo del Campo Grande, quien cultivaba la prosa y la oratoria.