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MANUEL DOMÍNGUEZ (+)

  PARAGUAY – BOLIVIA. CUESTIÓN DE LÍMITES, 1918 (Conferencia de MANUEL DOMÍNGUEZ)


PARAGUAY – BOLIVIA. CUESTIÓN DE LÍMITES, 1918 (Conferencia de MANUEL DOMÍNGUEZ)

PARAGUAY – BOLIVIA

CUESTIÓN DE LÍMITES

EL DERECHO DE DESCUBRIR Y

CONQUISTAR EL PARAGUAY O RIO DE LA PLATA

RUINA DE LA 2º TESIS BOLIVIANA

(2a Conferencia del DR. MANUEL DOMINGUEZ)

ASUNCIÓN

Talleres Gráficos del Estado

1918


 
 

Don Pedro de Mendoza, para impedir las usurpaciones lusitanas, vino a conquistar las cuencas de los ríos Paraná-guazú, Paraná y Paraguay y todas las comarcas no peruanas situadas al Oeste de la línea del tratado de Tordesillas, que eran de su jurisdicción y no de Almagro.

Y ¿en virtud de qué derecho caminaba la conquista del Rio de la Plata al Norte hasta los Jarayes y al N. O. hasta el Guapay? ¿Es verdad, como quiere el Alegato boliviano, que la zona comprendida entre los ríos Pilcomayo y Paraguay (o sea el Chaco Boreal y bastante más) venía a encuadrarse dentro de la Gobernación de Almagro... donde (en parte) se extendió después la República de Bolivia? (Doctor Ricardo Mujia: Bolivia-Paraguay, tomo 1º, págs. 34 y 35.). Ayolas, Irala, Chaves, avanzando al Norte y después al Oeste ¿usurpaban la jurisdicción de Almagro, saliendo de la asignada a don Pedro de Mendoza, primer Adelantado del Rio de la. Plata ?.

Se pretende que la Gobernación de Mendoza era, al Sud de la de Almagro, una faja de 200 leguas de ancho sobre el Océano Pacifico y otras tantas sobre la costa del Brasil, tal como la delinea este calco de un mapa de Lafone Quevedo, (Tipos de Alfarería en la región Calchaquí, pág. 398.) donde vemos al Sud de la Gobernación de Francisco Pizarro o Nueva Castilla -zona azul- la de Diego de Almagro o Nueva Toledo -zona roja- y abajo de esta la de don Pedro de Mendoza, pintada de verde:
 
 
 
 
.

Y se dice en concreto: la Gobernación de Almagro, la faja A B C D, se prolongaba al Este hasta dar con la línea del Tratado de Tordesillas, según B D. El límite inferior, C D, coincidía con el paralelo 25º 31' 26" (casi la altura de la Asunción), y la otra faja del Sud, C D E F, la Gobernación de Mendoza, no podía subir al Norte de ese paralelo sin entrar en la jurisdicción de Almagro, y así Ayolas, Irala, Chaves, Alvar Núñez, con hacerlo, la usurparon. Desde la Asunción arriba, -la zona roja- casi todo el Paraguay Oriental y todo el Chaco Boreal, era de Almagro o de Bolivia, su heredera, en derecho estricto, original...


¿Fundamento de esa afirmación que trae la jurisdicción de Almagro -y la de Pizarro también- hasta la raya de Tordesillas? El Alegato boliviano no le da.


Pero apremiado su ilustre autor a explicarse sobre el punto, contestaría, creo, lo siguiente:


“Cuando La Gasca, con motivo del viaje de Irala al Perú, estaba por crear un gobierno del Paraguay para Centeno, deliberó sobre asuntos del Rio de la Plata, leyó documentos, consultó a personas entendidas y concluyó que la jurisdicción de Almagro se extendía de mar a mar y así se lo comunicó-al Consejo de Indias. (Carlos Morla Vicuña: Estudio Histórico, Apéndice, págs. 28 y siguientes.) Se fundaba en una Provisión Real dirigida al Obispo de Tierra Firme, Fr. Tomás de Berlanga.”


“Y después, ilustres bolivianos, el doctor Bautista Saavedra y Cesar Valdez; publicistas chilenos como Amunátegui; peruanos como el doctor Víctor Maúrtua; argentinos de brillante fama como los doctores Estanislao S. Zeballos, (Alegato de la República Argentina en la cuestión Misiones con el Brasil.) Luis L. Domínguez y Samuel Lafone Quevedo, han dicho igual. Hasta la Sociedad The Hackluyt de Londres, célebre instituto histórico de Inglaterra!”


“Y parodiando al defensor de los supuestos derechos del Paraguay, digo que la cuestión no es conmigo. Es con la autoridad formidable de La Gasca, con la Provisión Real en que se fundó, y con todos los diplomáticos, historiadores y literatos citados que les sirven de cortejo y comentario. ¡De potencia a potencia con ellos! Repito que la cuestión no es conmigo. Nunca se ha negado esa jurisdicción de Almagro”

¡Nunca! -es cierto- -respondo- pero ahora la niego yo con franca intrepidez y juro que nadie volverá a afirmarla en adelante. Quedare aquí muerto o victorioso...


Y empiezo por debilitar un poco la fuerza aparente de esa fingida replica: el dictamen de La Gasca es discutible. La Provisión Real en que se fundó y que todos pueden leer en la Exposición peruana, no habla del linde oriental de las Gobernaciones de Almagro y de Pizarro. Ni palabra sobre el Atlántico o la línea de Tordesillas. La Gasca, además, estaba en Lima, no pudo hablar con Carlos V, ignoraba los documentos diplomáticos custodiados en la Cancillería de su soberano, ni leyó el titulo y la capitulación de Mendoza que son decisivos en sentido opuesto al dictamen cuestionado, ni los de Sanabria, que también ilustran sobre el punto; no sabía, en puridad, lo que ahora nosotros sabemos. Se informó de oídas, es decir, mal. Las demás autoridades citadas son respetables en el dominio de sus respectivas especialidades, pero no lo son en orden a lo que se discute: no razonan por cuenta propia, repiten lo que oyeron, son cortejo y comentario de un error que circula y se repite y repercute, por rutina, -ecos, simples ecos, de la publicidad contemporánea. Ninguna de ellas hizo análisis, examen crítico, estudio monográfico.


Dice un historiador que la causa de los acontecimientos ha de buscarse, a veces, hasta en el tocador de una coqueta. Yo empiezo por inquirirla en algo más serio, en los documentos diplomáticos donde vamos a leer el pensamiento de Carlos V. Entra en mi propósito el ir formando rápidos, breves incidentes, imbricando con algún esmero los elementos de juicio. Para destruir la falsa noción que corre en libros y folletos, voy a pedir a la historia todos sus datos, al método todas sus ordenaciones, a la dialéctica todos sus recursos, a mi mente todas sus claridades. Empiezo de lejos, por exigirlo el asunto, pero iré más que a prisa, a todo escape, para no fatigar al auditorio.


Portugal pretendía haber sido el descubridor del Rio de la Plata. Las pruebas sobran. Pretendía que uno de sus capitanes, Nuño Manuel, había explorado el Paraná-guazú antes que Solís.


En el mapa de Maiollo, de 1527, la bandera de Portugal, desde la costa atlántica, se inclina, significativa y protectora, sobre el Rio Jordán (Rio de la Plata), cubriendo los orígenes del Rio San Cristóbal (Rio Paraguay). La leyenda estampada al lado de la bandera, dice: Tierra de Santa Cruz de Brasil, DE PORTUGAL, (1) con olvido de España y de la gloria de Solís. Tomo de la Historia Documental y Crítica de C. L. Fregeiro un diseño de dicho mapa de 1527, con las líneas y leyendas pertinentes al tema, dejando en blanco lo demás.

 
(1). La cuenca del Paraná-guazú se llamó de Solís en el mapa de Diego Ribero. En el de Weimar, en el de Turín de 1523, en el citado de Maiollo o Maggiolo, de 1527, y en el de Shoner de 1523, se nomina Jordán a dicho río. El primero en que suena el nombre de Rio de la Plata es en el veneciano de Aguese de 1536 (Toribio Medina-Juan Díaz de Solís, VIII). Sin embargo, desde 1526 los portugueses ya apellidaban Rio de la Plata al Paraná-guazú (Harrisse).

 
 
 
Y la cuestión que suscitaban el mapa de Maiollo, y otros del mismo origen lusitano, estaba planteada en el terreno diplomático y de los hechos.

Herrera, ocupándose de las gestiones internacionales subsiguientes al regreso de Gaboto a España, en 1530, dice lo siguiente: El licenciado Villalobos, fiscal del Supremo Consejo de las Indias, porque los portugueses no hiciesen algún acto posesorio que perjudicase al derecho de la Corona de Castilla y de León, pidió que se recibiese información... de la posesión que los reyes de Castilla tenían de aquellas provincias. (1)

En 1531 la Reina de España sabe que el Rey de Portugal ha enviado o quiere enviar una armada al Rio de Solís y en el acto encarga a su Embajador Lope Hurtado le hableís de mi parte y le pidáis que no envíe armada ni gente allí ni a otra parte alguna..., pues es notario que la dicha tierra entra y cae dentro de los limites de nuestra demarcación...» (2), al Oeste de la línea convenida en el tratado de Tordesillas.

Y cuando se preparaba en Portugal la expedición de Alfonso de Sousa, en todo el reino resonaba esta voz alarmante: Va a partir para el Rio de la Plata (Varnhagen). El Consejo de Indias había querido trabarla con otra del Comendador Miguel de Herrera (Madero), idea que falló.

Y entretanto el Embajador de Portugal, Mendes de Vasconcellos, insistía ante la Corte de España en que debía de decidirse, de una vez, quien había descubierto el Rio de la Plata -si Nuño Manuel o Solís. (3)

Supo Carlos V que una de las naves de Alfonso de Sousa se había metido en el Rio de la Plata e inmediatamente ordena a su Embajador que por medio de notario requiera al Serenísimo Rey de Portugal para que ninguna de sus armadas o Capitanes entre en los ríos de Solís o la Plata, Paraná ni Paraguay, ni por tierra adentro. (4)

Conclusión por el momento: Era grande el deseo de Portugal de quedarse con las vastas regiones del Rio de la Plata, Paraná y Paraguay, y, en proporción, grande también el celo español por defenderlas, pero todavía ese deseo y este celo crecieron de punto, con lo siguiente:
 
 
CAUSA QUE AUMENTÓ EL DESEO DE PORTUGAL Y EL CELO ESPAÑOL.
 
En Enero de 1534 llega a Sevilla Hernando Pizarro, procedente del Perú, con el rescate de Atahualpa, inmenso cargamento de oro y plata, botín de guerra inaudito en los anales de la conquista, (5) que causó asombro en-toda España y asombro y envidia en toda Europa. El delirio del oro entonces se apoderó de todos: un reino fascinante de limites inciertos, Cresos indígenas nadando en ríos de oro, todo esto simbolizaba el Perú y avivaba la codicia universal, pero sobre todo allí cerca estaba Portugal, rival de Castilla en ambición y en héroes de mar, sustentando pretensos derechos sobre el Rio de la Plata que parecía conducir por el Oriente, a ese Perú tan codiciado, e informado por su diplomacia fina y vigilante, de los aprestos de la expedición de Mendoza, preparaba en secreto otra que resolviera en el terreno de los hechos, con rápidos actos de jurisdicción, lo que estaba planteado en el diplomático. Su propósito era adelantarse a conquistar el Rio de la Plata que al Este lindaba, en gran parte, con el Brasil y al Oeste con los confines ignorados de lo que se llamaba Perú, nombre vago de El Dorado, escondido en el interior. Adelantarse a España era el programa. Tiempo para los enredos diplomáticos sobraría después. Lo urgente era volar al Rio de la Plata.

 
(1) C. L. Fregeiro: Historia Documental y Crítica. En Herrera, (Dec. 4°, lib. 3, cap. 11), están los detalles.

(2) R. C. a Lope Hurtado; Anales de la Biblioteca (de Buenos Aires, tomo 5°, pág. 10). La Reina insiste cuatro veces en lo de la demarcación.

(3) Madero, Historia del Puerto de Buenos Aires, tomo I y único, pág., 93.
(4) Id. id, pág. 89

(5) En Herrera está la lista (Dec. 5º, lib. 6°, cap. II).
 

 
 
EL DATO ES CIERTO COMO VA A VERSE A CONTINUACIÓN.

Portugal preparaba una armada con elementos a propósito para llegar por el Oriente a las codiciadas minas del Alto Perú, antes que Mendoza. Carlos V supo, en efecto, de buena tinta, que Portugal preparaba una armada al mando de un Acuña con elementos de movilidad para que los expedicionarios pudieran ir hasta las codiciadas minas del Alto Perú. Don Luis Sarmiento (Embajador de España en Portugal) informaba de todo esto a Carlos V... y le incitaba para que hiciese salir lo más presto que se pudiese la armada que al mando de don Pedro se alistaba en Sevilla, pues le decían que la de Acuña podría partir dentro de dos meses. (1) Enrique Montes, naufrago del tiempo de Solís, antiguo compañero de Alejo García, y vuelto a Portugal, se había reembarcado, poco antes, con Alfonso de Sousa, y enterado como estaba de la ruta que conducía al Perú cruzando el Paraguay, prometía guiarle a las Sierras Argentinas. (2) Tan cierto era el propósito de los portugueses, de llegar a las minas de mágica fama, que trataron de realizarlo después, entrando en la Provincia de Guaira donde fracasaron al pasar el Rio Yguazu. (3)

Con los nuevos preparativos de Portugal, la alarma cundió en la Corte Española, y entonces-

Se apresuró la partida de Mendoza. La carta (del Embajador español, Sarmiento) fue remitida por correo expreso y la Casa de Contratación de Sevilla recibió orden de hacer partir a Mendoza sin demora. (4)

Y Mendoza, aunque doliente, empujado por la orden imperial, partió con dirección al Rio de la Plata, grande como su ambición e ignorando su mísero destino. Esta a la vista el-

Objeto apremiante, urgentísimo, de la expedición de Mendoza. De los documentos diplomáticos sustanciados sale que su objeto actual, apremiante, urgentísimo, era evitar que los portugueses con los elementos de movilidad que traería Acuña, se adueñasen de los ríos de Solís, Paraná y PARAGUAY e impedir así que Portugal, desde el Brasil, se apoderase de las codiciadas minas del Alto Perú. La Corte estaba ya informada de que los portugueses podían, desde San Vicente, llegar por tierra al PARAGUAY (5) de donde se creía fácil el asalto al Perú. Mendoza, para impedir el avance portugués, debía de hacerse dueño del Paraguay, del Norte, de la zona que el Alegato boliviano quiere asignar a Almagro. Véase ello, grosso modo, en este diseño donde solo buscamos una impresión de conjunto.
 
(1) Madero, id., pág. 94.

(2) Varnhagen: Historia General del Brasil. La Reina de España supo que Enrique Montes se había embarcado en la armada de Alfonso de Sousa (R. C. a Don Lope Hurtado, 17 de Febrero de 1531. Anales citados de la Biblioteca de Buenos Aires, tomo 5, pág. 9).

(3) Eco de esto son los Comentarios de Alvar Núñez (Capítulo 11), Varnhagen, Mi Sierra de la Plata, etc.

(4) Madero, id.

(5) R. C. a don Lope Hurtado, 17 de Febrero de 1531. (Anales de la Biblioteca de Buenos Aires, tomo 5°, pág. 9).

 
 
 

Y ACORDANDO CON LOS CITADOS DATOS DIPLOMÁTICOS-


La capitulación de Mendoza obligaba a este a defender la raya de Tordesillas que en el Continente, fenecía arriba del paralelo 25. La capitulación de Mendoza decía que este venia a descubrir, conquistar y defender todo lo que fuese dentro de los límites de la demarcación correspondiente a la Corona de Castilla. ¿Cual demarcación? Alude a la raya convenida en Tordesillas, que cortaba la costa del Brasil, por arriba de la Cananea. Toda la zona al Oeste de esa raya era de España, como acaba de verse, y a invigilarla y defenderla vino Mendoza. Allí está la clausula implacable de la capitulación. Y ¿cómo podía defender el Oeste de esa línea, en el Continente, sin subir al Norte, más arriba del paralelo 25° y 31'?


Para desahuciar enteramente, con el auxilio de la retina, la tesis boliviana, tengamos la paciencia de pasear otra vez la vista sobre otro diseño en que solo van a aparecer la raya convenida en Tordesillas y el falso límite de la Gobernación de Mendoza.

 
 
 

La raya roja vertical convenida en Tordesillas muere un tanto arriba del  paralelo 25°, y la azul horizontal, falso límite Norte de la Gobernación de Mendoza, fenece un poco abajo de dicho paralelo. Mendoza, encerrado al Sud de la línea azul  ¿como había de evitar el avance portugués a la izquierda de la raya roja?


De otro modo: siendo cierto con certidumbre absoluta que Mendoza vino obligado a defender contra los portugueses el Oeste de la demarcación fijada en Tordesillas (con texto, de la capitulación y antecedentes diplomáticos indicados), si también fuese cierta la tesis boliviana que hace morir el límite Norte de la Gobernación de Mendoza en la línea azul, resultaría la cosa más singular del mundo ¡y es que Mendoza se obligó a defender lo que caía fuera de su distrito!


En verdad, la supuesta jurisdicción de Almagro hasta la raga roja, está ya muy comprometida. La capitulación de Mendoza la elimina de la zona que este ha de defender. Porque no se conciben dos jurisdicciones sobre un mismo territorio como no se conciben dos posesiones sobre una cosa. La región Oeste de la raya roja era de Mendoza o era de Almagro, pero de ambos a la vez no podía ser. La capitulación predicha nos está diciendo, en romance claro, que era de Mendoza.


Es verdad entonces, sin réplica, que Mendoza ha de invadir legítimamente el Norte, trasponiendo el paralelo 25º,31', 26", abajo y arriba del cual se dilata la región que se confió a su vigilancia.


Y allí está la clave de las primeras expediciones que rompen su marcha desde Buenos Aires y Buena Esperanza y más tarde desde la Asunción. Es el pensamiento diplomático directriz, en ejecución inmediata, aparte de que allá arriba, hacia el Septentrión ignoto está el imán irresistible de la Sierra de la Plata, Potocchi. Ninguno de los Capitanes se dirige al Sud. Todos van al Norte, siempre al Norte, a cortar el paso a los portugueses, a cortarles el trayecto que podían correr con los elementos de movilidad que traería Acuña. ¿Quienes llegarían primero a La Sierra de la Plata, el Vellocino de oro? ¿Argonautas Castellanos o Argonautas Portugueses? Así la cuestión en aquel momento de la historia.

Y con la capitulación de Mendoza concierta su titulo, en sabiéndolo leer.


El titulo de Mendoza daba a este el derecho de descubrir y conquistar el Paraguay. Mendoza debía -se lee en el título- descubrir y conquistar las tierras y provincias y pueblos del Rio de la Plata.


Y estas tierras no eran solo las cuencas del Paraná-guazú. El nombre de Rio de la Plata connotaba o embebía el Rio Paraguay. Este Rio era también Rio de la Plata en la nomenclatura del tiempo, en la toponimia de la época. (1) Luego Mendoza con su derecho a conquistar a las tierras y provincias y pueblos del Rio de la Plata, tenía el de colonizar el Paraguay. Y de acuerdo con ello, Mendoza tenía el pensamiento tan fijo en el Paraguay, que había ofrecido conquistar la tierra donde estuvo Gaboto y se sabe cierto que este navegante exploró nuestro río, y por lo mismo, cuando estaba a punto de reembarcarse para España, recomendó a Ayolas dejase casa en el Paraguay». (Instrucciones a Ayolas, tantas veces publicadas).


Total: Notas de Cancillería dicen que se apresuro la partida de Mendoza para evitar que los portugueses con los elementos que traería Acuña asaltasen el Perú por el lado del Paraguay o Río de la Plata. La capitulación de Mendoza le obligaba a defender la línea de Tordesillas, el Oeste, lo que después se llamo Guairá, Paraguay, Chaco Boreal, Chiquitos, Matto-Grosso. Su título decía que venía a conquistar el Paraguay.

Esencia de todo: plan diplomático de Carlos V, capitulación y título, empujaban urgentemente a Mendoza al Norte, siempre al Norte, arriba del paralelo 25 que en el Continente no alcanzaba la línea de Tordesillas. Para ello, sólo para ello, la Casa de Contratación de Sevilla recibió orden de hacer partir a Mendoza sin demora.


Por lo pronto vemos ya que la interpretación boliviana o de La Gasca, o de, todo el mundo, come se quiera, está en conflicto con los documentos diplomáticos, con la capitulación y con el titulo de Mendoza. Cada una de estas tres inducciones es respetable, y las tres reunidas son respetabilísimas -usando una frase de Fregeiro.


Pero sigamos. ¿Que decían los títulos de Pizarro y de Almagro?  ¿Les ponían también en el caso de defender la raya de Tordesillas; LA DEMARCACION CORRESPONDIENTE A LA CORONA DE CASTILLA?


De ningún modo.

Los títulos de Pizarro y, de Almagro no contienen ninguna alusión a la raya de Tordesillas ni al Atlántico. No se dice en ellos que estuviesen obligados a defender los limites de nuestra demarcación de Castilla ni hay en ellas la más remota alusión al Mar del Norte o Atlántico, cosas que no se concibe se olvidaran, de haberse pensado en ellas. ¿Quien olvidaría limite tan característico, por único, como aquella línea matemática, o tan genuinamente arcifinio come el inmenso Atlántico?
Hay otra consideración.


Almagro y Pizarro solo eran conquistadores del Perú incaico. Basta leer sus capitulaciones para convencerse de ello. Juan López de Velazco y Prescott ubican sus Gobernaciones dentro del Perú de los Incas. Y ¿qué extensión tenía este reino de Paititi?
 
(1)       Para no andar con vueltas, ahí están el primer Obispo del Paraguay diciendo que lo era de la Asunción del Rio de la Plata y el Papa Paulo III erigiendo e instituyendo una iglesia catedral (en la Asunción), que se ha de llamar del Rio de la Plata. (Alegato boliviano-Bolivia-Paraguay, tomo 4°, Anexos, págs. 597 y 603).


En el mapa de 1655, (Colec. Maúrtua, N. 2) todavía se escribía: R. Paraguay o de, Plata, nombre que se aplicaba también al Pilcomayo, Alegato boliviano, tomo 1°, Anexos, págs. 150 y 168. Si de cosa tan elemental se hiciera incidente, la réplica sería formidable.


 
 
EXTENSIÓN DEL PERÚ DE LOS INCAS.
Era una serpiente. Su longitud era de 700 leguas (1) y su ancho, apenas, de 120 a 150. (2) La parte más ancha apenas se aproximaba a la Cordillera Chiriguaná y cabalmente la tradición decía que un descendiente del Inca, el Capitán Gancane, poco antes de la conquista española, llego hasta Grigotá y Saipurú, lugares de los contrafuertes andinos. (3) El Perú de los Incas no paso estos contrafuertes. No entro en el Chaco ni en Chiquitos.


Y los títulos, de Pizarro y de Almagro no decían palabra del linde oriental porque se ignoraba cuál era. Este límite seria lo que resultase con el tiempo y la conquista, dentro de la Provincia del Perú incaico, y es la, verdad que ninguno de los dos caudillos ni quienes heredaron su jurisdicción trasmontaron la Cordillera para invadir el Chaco. Almagro y Pizarro eran conquistadores del Perú incaico, no eran conquistadores de círculos geográficos, cosa que hubiera sido necesaria para que pudieran llegar al Atlántico.


Y ya tenemos que la tesis boliviana suponiendo que tenga el honor de ser tesis esta en conflicto


Con los documentos diplomáticos antes citados ;

2. Con la capitulación de Mendoza.;

3. Con el título del mismo;


4. Con la letra, de las capitulaciones y títulos de Pizarro y de Almagro.


 
Y también esta en donoso conflicto con un documento quizás más importante -el siguiente.

Conflicto con el sentido común. Téngase en cuenta que los títulos de Almagro y de Mendoza son de la misma fecha -21 de Mayo de 1534- recuérdese que el primero se obligo a conquistar inmediatamente la costa Sud del Pacifico y supóngase que la tesis que venimos arruinando sea cierta - reducción al absurdo.


Entonces resultaría que el 21 de Mayo se obliga Almagro a ir al Sud, a conquistar Chile -como en efecto fue- el mismo día se obliga a defender el Oeste de la raya de Tordesillas. A Almagro le era urgente caminar hacia el Estrecho y a Carlos V urgentísimo defender el Paraguay y ¿cómo conciliar estas dos urgencias? Almagro era muy héroe, pero no era ubicuo. Imposibilidad cronológica y geográfica!


Pero fuese Almagro a Chile o no fuese, la cosa resulta enteramente igual.  ¿Cómo desde el otro lado de los Andes, desde mil leguas de distancia, invigilaria la raya de Tordesillas? Ni con telescopio. Imposibilidad geográfica siempre!


Sin contar con que el titulo de Mendoza canta que estaba obligado a defender la raya de Tordesillas y con que el de Almagro guarda significativo silencio sobre el punto. Incompatibilidad legal!


 
(1) Prescott, Conquista del Perú, libro 1°, Cap. 1°. El autor habla de 37 grados, equivalentes casi a 700 leguas de a 17 y 1/2, al grado.


(2) Idem, Garcilaso de la Vega, Sarmiento, López de Velazco.


(3) Alegato boliviano, Anexos, tomo 1°, Relación del Padre Felipe de Alcaya, págs. 144 y siguientes.

 


 
¡Dentro de la hipótesis de ser cierta la tesis boliviana, Carlos V encargaría de la defensa de la raya a Almagro que no podía defenderla, porque estaba a mil leguas, y no confiaría esa defensa a Mendoza que estaba o iba a estar a dos pasos de la raya! Seguramente para que Mendoza estuviese con los brazos cruzados ante las usurpaciones lusitanas, por orden expresa a la Casa de Contratación de Sevilla; se precipitó su partida sin demora!


Se ve que la tesis boliviana o de La Gasca está en pugna muy grave con el documento humano que se llama sentido común.


Carlos V no estaba loco. No era hombre de atar con el paralelo 25 las manos a Mendoza, al único defensor posible, en aquel momento, de sus dominios en el Paraguay, lo cual hubiera valido tanto como entregar a Portugal el camino del Perú, imperio de donde hacía poco le llevó Hernando Pizarro aquel rescate de Atahualpa, el inmenso cargamento de oro y plata, el botín de guerra inaudito en los anales de la conquista que causó asombro en toda España y asombro y envidia en toda Europa. Pero supongamos que todo el raciocinio precedente fuese especioso, falso. Aún así la tesis boliviana y de todo el mundo se derrumba y con estrepito. Brindo al auditorio un documento invalorable que va a desterrar para siempre jamás del Paraguay la fantaseada jurisdicción de Almagro.


Según el testimonio invalorable de Carlos V, la zona del Pacifico estaba en el Perú, al Sud de la Gobernación de Almagro y la Rioplatense al Sud de la Guayana. El 26 de Octubre de 1536 -en los momentos en que Ayolas remontaba el Paraná; camino del Paraguay, rumbo de La Sierra de la Plata, y don Pedro de Mendoza bajaba de Buena Esperanza a Buenos Aires, Carlos V, el propio monarca que creó el Adelantazgo del Rio de la Plata, da la Escribanía General de las Indias a su ex-Ministro Juan Samano      y con este motivo enumera ordenadamente las gobernaciones que integraban la América Española.
Comienza por la costa Occidental, de Norte a Sud, va bajando, llega a Nicaragua y en seguida nombra las Provincias del Perú en que incluye:


1. la Gobernación de Pizarro;


2. la de Almagro; e inmediatamente después


3. la que tenemos dada de 200 leguas a don Pedro de Mendoza en la dicha costa del Sur.


Después cita la de Camargo que se extendía mar a mar hasta el Estrecho de Magallanes, y dando terminado el recuento por el lado del Pacifico, comienza otra vez por el Norte, en este orden: 


Provincia de Santa Marta y Cabo Román;


Venezuela;


Paria ; (1 )


Nueva Andalucía, nombre de la Gobernación de la Guayana, o Cubagua que después se apellido también Provincia de Serpa, a la izquierda del Rio de las Amazonas; (2)


e así mismo el Rio de Solís llamado de la Plata cuya conquista y Gobernación al presente está encomendada al dicho don Pedro de Mendoza, (3) con lo cual finaliza el catalogo geográfico sud-americano.


 
Ubiquemos en el papel las cuatro primeras entidades geográficas que menciona Carlos V en su 2º lista, poniendo a contribución datos de un mapa de 1598 (Colecc. Maúrtua, N. I) y del tan conocido de De L'Isle (id. .N. 3) en que figura la Nueva Andalucía o Guayana al Este del Nuevo Reino de Granada:


 
 
(1) La Punta de Paria se llamaba también Boca de los  Dragos. Fr. Antonio Caulin, Historia Corográfica; Natural y Evangélica delas Nueva Andalucía..


(2) Coletti, Dicc. Hist. Geogrdf., art. Andalucía Nueva.


La Provincia de Venezuela, por la parte del poniente  pone términos con la Gobernación que antiguamente fue de Cubagua, y agora se nombra de Serpa o la Nueva Andalucía, por el Meridiano 65 grados de longitud de Toledo, en la punta o parte que llaman Maracapanos... (visible en el mapa de 1598 con el nombre de Markapana, entreCumaná y Caracas). Con Diego de Ordaz, descubridor de la Guayana, entró Serpa que dio desta provincia grandes nuevas de su riqueza…


Año de 1569 partió de España el Capitán Serpa      con cuatro naves y en ellas más de setecientos hombres, desembarcó en Cumaná con doscientos ochenta hombres, y queriendo entrar la vía de Guayana, mataron los indios Maracapana aél y a muchos de los suyos, que todos se perdieron y desbarataron. (Juan López de Velazco.—Geografía y Descripción Universal de las Indias).
Por cédula de quince de mayo (de 1568) dio S.M. título y poderes de gobernador y conquistador de las provincias de la Nueva Andalucía y Guayana a don Diego Fernández de Serpa, sujeto de mucho caudal en la ciudad de Cartagena de Levante, dándole el titulo de Adelantado si daba cumplimiento a sus promesas...» Fr. Antonio Caulin, id. lib. 2°, cap. 9, pág. 159. Reproducción en Trelles.


(3). Morla Vicuña: Estudio Histórico, págs. 124 y 125.


MAPA 5

 


 

Vemos que Carlos V en su 2º lista sigue el orden de situación geográfica: 1° Sta. Marta; 2° Venezuela; 3° Paria; 4° la Nueva Andalucía. Y si después menciona el Rio de la Plata es porque este territorio, en su imaginación, en los mapas de la Corte, en el Registro de sus dominios americanos, figuraba al Sud de dicha Nueva Andalucía.


Es evidente, en fin, que Carlos V hace en el mapa dos viajes. En el 1° encuentra dentro de las Provincias del Perú, al Sud de la Gobernación de Almagro, las 200 leguas de Mendoza. Luego en concepto del viajero imperial esta zona lindaba al Norte con la Provincia de Almagro y era peruana, cosa cierta pues hemos visto que el Imperio incaico tenía alrededor de 700 leguas de la costa del Pacifico, dos tercios de las cuales (470 lgs.) se repartieron a Almagro y Pizarro, dándose el otro tercio, o poco menos, a Mendoza.


En su 2° viaje, Carlos V después de encontrarse con la Nueva Andalucía, paralelamente al Amazonas, pasa al otro lado, a la derecha de este rio y da con el Rio de la Plata, Gobernación encomendada a don Pedro de Mendoza. Luego, en su concepto, esta zona Rioplatense es muy distinta de la peruana que cito en su 1er. viaje, y su límite Norte también, en consecuencia, el cual, ha de buscarse hacia el Amazonas, al Sud de la Guayana o Nueva Andalucía.


La zona peruana y la Rioplatense de Mendoza son así dos entidades geográficas diferentes, con limites propios, aunque sin solución de continuidad hacia el Sudoeste, como hacia el Sud y están sujetas a una sola jurisdicción como se ve en este croquis donde las tres Gobernaciones, la de Pizarro, la de Almagro y la de Mendoza, se ven pintadas con distintos colores:


 
MAPA 6

 


 
Si la mente del monarca hubiera sido que el Rio de la Plata y las 200 leguas del Pacifico eran todo uno y con un solo límite Norte - el paralelo 25° 31' 26" - le hubiera bastado mencionar una vez la Gobernación de Mendoza, en el primer viaje, al símil de lo que hizo con la de Camargo. No se concibe que en un catalogo geográfico de sus dominios que ha de hacerse con precisión y tino; el Emperador contara dos veces una misma Gobernación, con nombres y ubicaciones diferentes, poniéndola primero en el Perú y después fuera de él, abajo de la Nueva Andalucía, sobre el Amazonas, al Este de la Provincia de Pizarro, a 500 leguas más arriba del linde meridional de la Gobernación de Almagro. Y el documento invocado es concluyente:


1. Por la circunstancia particularísima en que estaba el imperial firmante, con relación a Mendoza;


2. Por su data;


3. Por la especial condición del documento; considerado en sí mismo.      


 
Lo 1°. Carlos V fue quien firmo el mismo día los títulos de Mendoza y de Almagro y sabría lo que les dio en gobernación.  


Lo 2°. El documento lleva la fecha de 26 de Octubre de 1536. Hacía apenas 14 meses que Mendoza había salido de Sevilla, hacia 8 que había fundado Buenos Aires. Estaba fresca la tinta con que se escribió la orden que precipito su partida ni se había borrado la impresión que produjo su expedición, “digna de Cesar” (Oviedo), la más numerosa y la más poderosa en elementos militares que salió de España para América. Quiero decir que Carlos V con llevar el Rio de la Plata al Sud de la Guayana, no podía caer en una de esas fugas de la memoria en que a veces caen los Jefes de Estado -y cualquiera- cuando pasan muchos años entre un hecho y su recuerdo posterior.


Lo 3°. Se trata de un catalogo, un inventario completo de los dominios americanos en que es fuerza eliminar la hipótesis de un error de tanto bulto como seria el ubicar una región al Sud de la Guayana en vez de situarla al Sud del paralelo 25 o sea al Sud de la supuesta Gobernación de Almagro. Suponiendo que Carlos V no supiese la geografía de sus dominios, la sabrían sus Ministros y el Consejo de Indias y el Cosmógrafo, asesor necesario en estas cosas. La hipótesis de tamaño error es imposible por su misma magnitud. Carlos V en su segundo viaje habría saltado sobre las dos fajas, azul y blanca, en el sentido de la flecha:


 
MAPA 7

 


 
El salto habría sido de más de 500 leguas de 20 al grado.


No  Carlos V en su segundo viaje no menciona la Gobernación de Pizarro al Sud de la Nueva Andalucía o Guayana, porque no la encuentra. Y no la encuentra porque no existía allí. Estaba en otra parte, al Oeste de los Andes, en el Perú incaico.


Tampoco encuentra la de Almagro por la misma razón.

Si dichas Gobernaciones de Pizarro y de Almagro no interceptaban el paso de Carlos V hacia el Rio de la Plata, en su segundo viaje de Norte a Sud, era porque ambas Gobernaciones no ceñían a la América Meridional como dos grandes cinturones, no se extendían de mar a mar, o hasta la raya de Tordesillas, como creyó La Gasca.


Conste, en fin, que según todo esto, el propio soberano que rubricó el mismo día los títulos de Mendoza y de Almagro, destierra en Octubre de 1536, la jurisdicción del segundo de la región Norte del Paraguay con llevar la zona Rioplatense al Sud de la Guayana, la destierra para siempre jamás... El propio Carlos V destroza, la tesis estrafalaria, y ridícula que se ha estado repitiendo por rutina. El testimonio es sin replica posible, golpe terrible, mortal -un mazazo aplastador.


Resumen del momento: hasta ahora el aserto que trae la jurisdicción, de Almagro a la raya de Tordesillas mutilando inicuamente al Paraguay, desde la Asunción arriba, y que corría con dogmatismo talmúdico, hasta en alegatos internacionales, está en conflicto :    


1. Con los antecedentes diplomáticos donde está patente, perentorio, el propósito urgentísimo de Carlos V de acudir a la defensa del Perú por el Oriente, por el lado del Paraguay;    

   
2. Con el tenor inapelable de la capitulación;


3. Con la letra inflexible del título;


4. Con la ausencia de toda alusión a la demarcación de Castilla en los títulos de Almagro y de Pizarro, que no eran conquistadores de círculos geográficos y si del Reino incaico;


5. Con el documento humano que se llama sentido común reducción al absurdo o prueba por pasiva después de las otras por activa;


6. Con el catalogo de Carlos V, donde la Gobernación del Rio de la Plata sube hasta el Amazonas o el Sud de las Guayanas. Este documento descarga el golpe de gracia.


Pero el siguiente dialogo resume mejor el punto. Diplomáticos y literatos bolivianos, argentinos, chilenos, peruanos, dicen: La jurisdicción de Almagro corría desde el Pacifico a la raya de Tordesillas y la de Mendoza empezaba al Sud del paralelo 25° 31' 26", sin lindar con dicha raya.


Carlos V: No, sabios... Yo puse mi firma imperial el mismo día, 21 de Mayo, en los títulos de Mendoza y de Almagro y es de suponerse que sabría lo que di en gobernación a cada uno. Si yo no lo supiese ¿quién lo sabría? No es Maúrtua, no es la Sociedad Hackluyt; quienes refrendaron esos títulos. Fui yo; el dueño -Rey y Emperador- el Soberano. La Gasca no pudo hablar conmigo, no sabía los secretos de mi Cancillería, estaba en Lima, ignoraba los títulos fehacientes de Mendoza.


Lo que ocupaba mi mente era el Rio de la Plata. Quise cruzar la expedición del portugués Acuña quien con sus elementos de movilidad podía facilitar a los lusitanos, desde San Vicente, por tierra, el asalto al Perú por el lado del Paraguay. Acababan de traerme el rescate de Atahualpa, tesoro inmenso que aumento la envidia de Portugal y, en la misma proporción, mi celo por defender las minas de donde vino aquel inaudito cargamento de oro y plata, y entonces precipite la partida de Don Pedro.


Y estaba convenido en la capitulación que Mendoza defendería la demarcación de Castilla, la raya de Tordesillas, estrechando a los portugueses dentro de su línea, y así le di el derecho de descubrir y conquistar las cuencas del Rio Paraguay-Rio de la Plata, en la nomenclatura geográfica de mi tiempo donde quería levantar el contramuro que escudase al Perú, El Dorado prodigioso, el imán irresistible.


Y la zona que daba a Mendoza no podía dar a Almagro el mismo día 21 de Mayo: hubiera sido un contrasentido extravagante. De aquí mi silencio sobre la línea de Tordesillas en los títulos de Almagro y de Pizarro.


Yo no estaba loco para encomendar la defensa de la demarcación al Mariscal que iba hacia el Estrecho de Magallanes porque nadie, ni los mariscales, pueden estar en Chile y en el Paraguay a la vez. No estaba loco para atar con el paralelo 25 las manos a Mendoza, el único defensor posible de la raya, situada arriba de dicho paralelo, porque era el único que iba a estar a dos pasos de ella, el único también por su poder, pues su expedición era la más grande número y en elementos militares que salió de España para América. Me era urgentísimo poner vallas al inminente avance portugués como lo comprueban el correo expreso de mi Embajador Sarmiento y la orden que empujó la expedición a las olas del Océano. El único que podía hacer frente a esta urgencia era Don Pedro de Mendoza. La capitulación y el titulo donde puse mi firma imperial;  lo vocean.


Y en el catálogo de mis dominios, hecho en Octubre de 1536, cuando estaba por empezar la conquista del Rio de la Plata, cuando estaba fresca la tinta con que se precipitó la partida de Mendoza, lleve el Norte de su Gobernación al Sud de la Nueva Andalucía, al Sud de la Guayana, a la línea del Rio Amazonas, porque, en mi pensamiento, en el cálculo sabio de mi Corte, debía dejar abierto a Mendoza el Septentrión desconocido para que se derramase en ese viento libremente el torrente de la conquista del Paraguay y detuviese así el torrente de la conquista lusitana que quería precipitarse hacia el Perú, por el Oriente, atropellando la raya de Tordesillas.


Mutilar la Gobernación del Rio de la Plata con el paralelo 25, es mutilar el pensamiento cardinal mío que presidió a la expedición de Mendoza. Suponer que pude confiar la defensa de la raya de Tordesillas a Almagro y no a Mendoza es, además, calumniar la inteligencia que rigió los destinos del mundo. Tenéis que aceptar, sabios, mi dictamen soberano a riesgo de estar incursos en el delito de sedición retrospectiva. Fuisteis, en vuestros antepasados, súbditos de mi glorioso reinado. Soy irrecusable.


Carlos V cierra el debate castigando un delito antes impunido. Otro escándalo acaso peor que el de la falsa ubicación de Santo Domingo! En punto a critica, vive América en el limbo. Parece que voy quedando victorioso...
Pero los límites del Paraguay estuvieron a punto de variarse en 1547 con la creación de una gobernación especial para Juan de Sanabria, que se construyo en gran parte con lo que fue jurisdicción de Almagro, borrada del mapa político en 1542 (Juan López de Velasco). La cuestión en adelante será con quien heredó esa jurisdicción, de Almagro.

 

 

 

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