RENÉE FERRER

RENÉE FERRER - POESÍAS 1968 - 1980

situación
RENÉE FERRER - POESÍAS 1968 - 1980

RENÉE FERRER - POESÍAS 1965 - 1980


HAY SURCOS QUE NO SE LLENAN (1965)

a ti...

que sabes tanto de mí.


DIVAGANDO

Qué simple es todo, qué simple,

recuerdo tus ojos bajos,

recuerdo tus fuertes manos.


Qué simple es todo, recuerdo,

convincentes tus palabras.


Recuerdo que me decías ...,

cuántas cosas que recuerdo me decías.


Recuerdo simple la tarde,

aquella tarde tan clara que te fuiste.


Qué simple parece ahora tu recuerdo

y qué simples tus palabras.


Aquella tarde recuerdo, estaba sola,

recuerdo tibia una lágrima,


y tu mirada recuerdo, lejana,

simple recuerdo..., recuerdo.


LA ESPERA

Te aguardo siempre, ¿me oyes?


Mientras tú vienes, te aguardo,

y también cuando no vienes

tú sabes que yo te aguardo.

Te aguardo siempre, tú sabes,

aun cuando tú no esperas

que te aguarde.


Te aguardo siempre, ¿me oyes?


Aun cuando la tristeza enmudece mis palabras,

tú sabes que te aguardo silenciosa.

Cuando hay lágrimas en mis ojos

yo te aguardo, pensativa, tú lo sabes.

Te aguardo triste unas veces,

callada te espero otras,

y me siento soñadora

cuando salen las estrellas

a caminar por la noche.


Te aguardo siempre, tú sabes ...


En las alegres mañanas

de verano, te aguardo sonriente

y en las tardes, tardecitas,

tú sabes que yo te aguardo;

con los ojos soñadores,

o la frente pensativa,

o las manos cariñosas,

pero te aguardo siempre, tú sabes.


YA SÉ

Ya sé que no estás,

que aquella tarde fue la última,

aquella tarde de sol que no pensaba

llorar y no lloré.

Ya sé que no estás,

que aquella noche interminable, terminó,

que aquellos besos tuyos fueron ..., fueron.

Ya sé que estoy sola,

sola, sola ...

Ya sé todo eso...,

¿por qué me lo repiten las estrellas

mirándome fijas?

Si ya sé,

¿por qué me lo dicen los árboles

sobriamente quietos?

Ya lo sé,

¿por qué me miran todos

para decirme, decirme que se fue,

y me hablan todas juntas las cosas

que sus manos tocaron una vez?

¿Por qué me preguntan en su ausencia,

por qué ...?

Estoy sola, muy sola,

no me lo digan,

ya sé.


TRISTE

Triste ... cuando miro tu rostro

en la lejanía azul del firmamento;

triste ...

cuando te veo inalcanzable

en la línea sin fin del infinito.

Triste ... cuando miro mis manos,

sin tus manos,

cuando beso tus labios,

sin tus labios.

Triste ... cuando escucho

húmeda mi voz,

aquella voz soñadora

que me llamaba.

Triste ...

con la profundidad de los que piensan

y con la simplicidad de los que aman.

Triste ... cuando en los días

que son noches siento,

y en las noches

que son días velo.

Desde aquel día

sin risa que te fuiste,

desde aquel momento,

aquel, recuerdas ...

interminablemente triste.


LA BÚSQUEDA

Si vuelves ahora, no me encontrarás,

si ahora te vuelves en el camino

para buscarme ... se perderá tu mirada

en la larga distancia de lo inconmensurable.

Si ahora quieres encontrarme,

me buscarás ... y no estaré.

Tenderás tus manos y en la noche,

tus ansias te dejarán exhausto,

y tu voz me llamará como antes,

con esa dulzura sólo tuya...

y no estaré ...


Pero si me encuentras,

si buscando me encuentras, no seré yo,

no seré la misma tuya.

De antes no hallarás nada,

nada que te recuerde a mí,

nada de lo que esperas,

nada de lo que sueñas,

nada...

porque ahora soy un simple

hacedor de estrellas.


VOCES SIN REPLICA (1967)

al hombre y a la mujer

a quienes todo les debo


Por la desenmarañada quietud

límpida y hermosa de sentirse nueva,

corre hacia una ladera misteriosa

una gota de rocío.

Pasar por sobre la espina la mano tibia,

quedarse entonces sintiéndose de carne,

y uno retorna a ser en la tarde.

Después, ansiedad dormida,

ecos en el recuerdo que no nos llaman;

dios, flor, aurora y se empieza.


CANCIÓN DE VIENTO

Deja en el árbol la rama florida

aunque el viento arrecie su látigo impío;

sobre un nido claro palpita la vida,

estamos tan solos con la mente fría,

estamos desiertos, las manos asidas

esperando atentos el golpe certero

rompernos los ojos de melancolía.


Estamos cercados de rocas,

sin luz ni aire o tierra húmeda

para mitigar la angustia anónima

en nuestra encrucijada.

Sedientos de voluntad o ternura,

manoteando contra el brocal desnudo

de un pozo sin agua.


Deja en el árbol la rama florida

aun cuando el viento se lleve los últimos, pétalos,

conserva en el nido el calor de la vida,

resguarda los brotes pequeños y la risa del niño,

levántate, quiérete, sueña,

aún existes.


AL HOMBRE

En un mundo suspenso en el infinito,

entre tantos que siguen un camino,

prefijado, incógnito y desierto,

hay un hombre;

en un mundo que encarna de todas las memorias

algo de pensamiento;

de todos los sollozos tal vez un solo eco;

de cuantos han sufrido, esfumado recuerdo,

hay un hombre.


En un mundo con viento deshojando en la noche

su murmullo a lo lejos,

y aguas que agitándose quién sabe qué nos dicen

en su pasar incierto,

de árboles que crecen con sus troncos sedientos

mirando las estrellas,

hay un hombre...

Dentro de esas dos manos hundidas en la tierra,

detrás de aquella madre con sus ojos abiertos,

tratando de alcanzar de su vida, un ensueño;

en las ondas sonoras que se llevan la risa

de todos los pequeños,

en todos los que intentan encontrar

algún día, esa verdad auténtica, que existe

y está lejos,

hay un hombre,

un hombre que amo,

que eres tú

y soy yo:

que somos todos los hombres.


LA ESPERANZA

En el derrotero irreversible

donde cálido el sol nos acaricia

la cabeza preñada de ilusiones,

se diluye una alondra en la distancia;

nos quedamos mirándola, ligera y recta

volver al tiempo de su aletear constante.


Han pasado los días,

han desbrozado sendas y talado los árboles

las manos de los hombres;

han quedado sin aire las cañas a lo largo

de una cinta de agua, gritando contra el hambre;

sin canto entre las cuerdas de viento

y de distancia,

el oprimido y solo, el acabado luchador

de pan y subsistencia,

pero tú no te has ido.


Tú, pequeña entre todos, impotente,

con ojos asombrados;

tú, trigo, casuarina, piedad, alondra,

eres el corazón de todos.


DE NADIE

No quiero pensar más en antes;

no deseo tristeza pegada a mis manos,

ni cansancio.

El ancla estática que nos adormecía

dentro de un cristal sin colores,

lentamente con el trabajo de mi empeño

se fue deshaciendo en el tiempo.


De nadie, por fin,

de nadie mis locos anhelos;

de nadie mis pasos emprendidos,

y mi alma sedienta de caricia;

mi frente sola para pensar mundos nuevos,

mis ojos infantiles de entonces.


El tenue movimiento de mis labios

ya ríe como antes

la palabra cándida de una madrugada distinta.


De nadie, amor,

lo que no supe darte;

guardándolo obstinada, a tus delicias nítidas;

en una suprema consagración egoísta

de torres rígidas; implantadas por otros.


De nadie, porque los hombres, demasiado disolutos,

necesitan faenas para consolidar ansias;

porque existen preguntas que nos dejan sin alma,

encerrados en cárceles sin luceros encendidos;

porque estamos hechos así, irremisiblemente,

para no ser de nadie.


CASCARITA DE NUEZ (1978)

a todos los niños del mundo

y a los mios


AL GRILLO VIAJERO

Hay un grillo que ha venido

viajando desde el confín,

donde afina la cigarra

su garganta de aserrín.


Por las rutas arcillosas

ha pasado el andarín

montado sobre una chala

perfumada de maíz.


No ha tomado

la avioneta

que en el aire

hace piruetas,

ni el tren

que carraspeando

tose, acelera

y se queja,


porque en el aire

retumba

un sonido

de latón,

y se llena

la pradera

de un humito

juguetón.


Este grillo siempre canta

en sus viajes de regreso;

sobre las chalas doradas

cabalga diciendo versos.


En los campos que atraviesa

lo detienen por la siesta,

mariposas con sus cántaros

para que tome agua fresca.


El sereno de la noche

le gusta sentir al viento,

mientras cuenta las estrellas

que en el cielo van saliendo.


Gira que te gira

baila que se va,

sobre chalas rubias

hasta la ciudad.


Regala su canto

tostado de sol

sentado a la sombra

de un naranjo en flor.


CACERÍA

Sale moviendo la cola,

el gato de su rincón;

somnoliento despereza

su espalda de dormilón;

cuando en la clara mañana

dorada de tanto sol,

escucha en los corredores

las patitas de un ratón.


Las orejas se le paran,

curva su lomo marrón,

las pezuñas afiladas

ensayan un manotón.


Muy despacio y sigiloso

-mira que duerme el patrón-

se desliza contoneando

su elegancia de salón.


De repente se detiene,

corta la respiración.

-En el silencio se escuchan

corridas de refilón-

y aparece ante sus ojos,

encendidos cual tizón,

indefensa y sorprendida

la carita del ratón.


Comienza la cacería.

el pequeño es muy veloz,

pero el gato sus pezuñas,

ya le ha puesto alrededor.


Se le escapa entre las patas.

Corre, vuela, salta atrás,

buscando desesperado

un hoyito donde entrar.


Los bigotes expectantes

tras su mirada sagaz;

el gato paciente deja

que se canse su rival;

y cuando ya sin aliento

suspira sin ilusión,

el glotón se desayuna

con colita de ratón.


TORTAS DE BARRO

Tortas,

pequeñas,

redondas,

tortas de tierra

cocidas al sol.


Calientes chorrean

barro de verano,

sobre piedra losa

y mantel de flor.


Caritas atentas

mirando la fila,

de tortas marrones

de oscuro sabor.


Si con tu inocencia

de tibia paloma

pudieras su masa

al viento hornear;

y llevar su aroma

de alma triguera

cual quimera alada

hasta algún lugar.


Qué lindo sería

mirar en tus ojos

lucecitas blancas

al verlas volar,

poniendo en las manos

de niños lejanos

pedazos de barro

con sabor a pan


DESFILE

Bomborobón,

Borobón,

Bom, bóm.


Es el tambor

que con su son

marca los pasos

del escuadrón.

Un pato gordo

por comilón

casi ha perdido

su posición.


Tururu ruruuu

trompeta y bambú,

se escuchan muy lejos

toros que hacen muuu.


Tatachín, tatachín,

Tatachín, tachín, tachín.


Los platillos esparciendo

delicioso retintín,

suenan chin, suenan chan,

y redoblan su tachín.


En la fila de los pollos

se ha escuchado un pío pi;

la gallina que dirige

grita con voz de clarín:


Tatachín, tatachín

de la fila han de salir

los que hablan mientras marchan

olvidando el tatachín.


Firulí rulí

liru liru lí.


Se quiebra en el aire

el son del flautín

y me hace cosquillas

bajo la nariz.


Tatachín,

Borobóm.

Firulí,

el desfile ha terminado,

ahora comienza el festín.


PLAYA

Castillos de arena

con torres redondas,

construyen los niños

con mezcla de sal.

¡Qué lindas ventanas

de cantos rodados,

balcones de escamas

y estrellas de mar!


De las caracolas

que silban al viento,

murmullo marino,

quejido fluvial,

se escapa una estela

de su chimenea,

formando cigüeñas

de grácil volar.


Con nácar sacado

de conchas tostadas,

y polvo de roca,

con espuma y sal,

le ponen alfombras

a los escalones,

que alcanzan el cielo

en línea espiral.


Castillos que guardan

en sus minaretes,

recuerdos de niños

tendidos al sol;

tendrán a la tarde

que volverse arena,

cuando estén cansados

de su torreón.


 

Fuente:

RENÉE FERRER - POESÍA COMPLETA HASTA EL AÑO 2000

Con Estudio Crítico de THOMAS R. FRANZ

Colección Letras paraguayas

Arandurã Editorial, Asunción – Paraguay

2000 (576 páginas)



GALERÍA DE MITOS Y LEYENDAS DEL PARAGUAY

(Hacer click sobre la imagen)

 



 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)



Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
Leyenda
situación 1
Solo en exposición en museos y galerías
situación 2
Solo en exposición en la web
situación 3
Colección privada o del Artista
situación 4
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
situación 5
Venta directa
situación 6
Obra Robada
Portal Guarani © 2025
Todos los derechos reservados
Desde el Paraguay para el Mundo!
Acerca de PortalGuarani.com | Centro de Contacto
Facebook - PortalGuarani Instagram - PortalGuarani