ESPAÑOLES ILUSTRES EN EL PARAGUAY
PEDRO GAMARRA DOLDÁN
© Pedro Gamarra Doldán, 2011
© De esta edición:
Santillana S.A., 2011
Avenida Venezuela 276
www.prisaediciones.com.py
Diseño de cubierta: Mariana Barreto Curtina
Maquetación: José María Ferreira
Coordinación editorial: María José Peralta
Edición: Montserrat Álvarez
ISBN: 978 99967 642 1 9
Impreso en Paraguay.
Printed in Paraguay
Primera edición: noviembre de 2011
(189 páginas)
La Embajada de España en Paraguay decidió planear su contribución a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de la República del Paraguay, meses antes de la culminación de 2010. La idea era presentar una diversidad de actividades conmemorativas que permitiesen recordar los históricos momentos de 1811 y, sobre todo, subrayar los lazos de todo tipo existentes entre nuestros dos países. Además, nuestro objetivo adicional ha sido el de dejar, a través de esa agenda de iniciativas, un legado perdurable en este país.
En esa línea se inscribe precisamente esta obra, Españoles ilustres en el Paraguay. Con la inestimable ayuda del profesor Pedro Gamarra Doldán, paraguayo de nacimiento, español de espíritu, les proponemos un recorrido por la vida y logros de alrededor de un centenar de personajes que, procediendo de tierras españolas, hicieron a lo largo de los siglos XIX y XX singulares aportaciones a la conformación del Paraguay moderno. En este apasionante viaje, tendrán ustedes la oportunidad de repasar la existencia de personalidades conocidas y reconocidas pero también de sujetos de perfil menos elevado que, sin embargo, dejaron una huella indeleble en este país. Por otro lado, debe reconocerse que la actividad y el influjo de estos españoles han abarcado las más diversas disciplinas, de la escritura a la pintura, pasando por el mundo jurídico, el desempeño del comercio, la academia o el periodismo.
Para conseguir el éxito de un emprendimiento de esta naturaleza, la Embajada de España entendió que era necesaria la búsqueda de un socio que garantizase rigor y calidad; de ahí la alianza con la editorial Santillana y su sello Aguilar.
Este libro, finalmente, pretende ser un manual útil para todos los alumnos paraguayos que tengan interés en la historia de su país y en su realidad actual, consecuencia de múltiples influencias, incluida la española. De ahí que nos pareciese especialmente oportuno donar este texto a las principales bibliotecas de la nación a través del Ministerio de Educación y Cultura. Aprovecho, pues, la oportunidad para agradecer al ministro Víctor Ríos por haber aceptado la propuesta de la Embajada y por permitir, en última instancia, la difusión de esta obra.
Espero, pues, que disfruten y que esta obra pueda colmar sus expectativas.
¡Felicidades por el Bicentenario!
Juan Fernández Trigo
Embajador de España
A Pedro José Segundo, donde estuviere.
Deseo agradecer el apoyo recibido de diversas personas en la difícil tarea de reunir datos en un país que tiene una tradición más oral que escrita, así como el entusiasmo de la representación ibérica, en las personas del embajador don Miguel Ángel Cortizo Nieto y de don Francisco Javier Conde de Martínez de Irujo, quienes me incitaron a superar todas las dificultades.
Debo agradecer también a doña María Corugedo Rosetti sus oportunos consejos y su ayuda voluntaria, al señor Hugo Derlis Palacios su colaboración y, finalmente, a mi querida esposa, la licenciada María Teresa Pozzoli Keppler, que me acompaña desde hace más de tres décadas en el oficio de hacer patria y de mirar el mundo a través de la cultura.
INTRODUCCIÓN
Cuando en la embajada de España me propusieron dar una charla y luego reunir en un libro el contenido de la misma sobre los españoles ilustres en la historia paraguaya reciente, pensé que se trataría de una exposición corta y sin mayores dificultades. La suma de lo realizado por los peninsulares ibéricos, más aún si solo era lo reciente, parecía un tema de acceso fácil y brevedad manifiesta.
Olvidé, sin embargo, que Paraguay, país carente de bases de datos culturales de información fidedigna y castigado por guerras internacionales e internas que han destruido siempre documentos y bibliotecas, vive en gran parte de la memoria colectiva y de la tradición oral. En Paraguay siempre «se dice», «se cuenta», se «recuerda que». El paraguayo no es hombre de poner por escrito lo que sabe o conoce, y eso se transmite en forma rápida a los inmigrantes. Por creer que todos nos conocemos, no hacemos por informarnos mucho más que escuchar, tal vez, conferencias que nunca, o raras veces, se publican, o anotar los teléfonos de ciertas personas que podrían llenar los vacíos de nuestra información.
De modo que, cuando inicié el trabajo, me llamó la atención la escasez de datos, biográficos o bibliográficos, que teníamos sobre el tema y lo poco que se sabía sobre estos personajes recientes y, para más, ya fallecidos.
Impartida la conferencia en octubre de 2010, en el Centro Cultural de España «Juan de Salazar», me sorprendió recibir llamadas de terceros que generosamente se ofrecían a ampliar las fuentes documentarias o me brindaban sugerencias sobre el tema.
Extrañamente, verifiqué que, tras 200 años de caminar separados, el paraguayo considera lo español como un elemento propio de su identidad, y siento íntimamente que los españoles que residieron o residen en nuestro país también sintieron o sienten lo mismo. Desde el punto de vida sociológico y cultural, es algo emocionante y sorprendente.
Me cabe decir que tal vez, fuera de algunos escritos del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, nunca hubo en el Paraguay una expresión política o cultural en contra de España. Tal vez algún pensador paraguayo, como el doctor Cecilio Báez, dio en parte crédito a la «leyenda negra» sobre los españoles, y tal vez el cambiante período de transiciones entre la monarquía, la república, la dictadura y, otra vez, la monarquía, nos hizo creer que había dos Españas. Pero esas mismas conmociones internas de España fueron la causa de la llegada a nuestro país de no muchos, pero sí interesantes viajeros desde España, en un momento en el que además visitaron Paraguay escritores y pensadores peninsulares de la talla de Blasco Ibáñez en 1909, Valle-Inclán en 1910 o Díaz Plaja en 1961, por citar algunos.
En general, todos pasaban por Buenos Aires y México, verdaderos centros cosmopolitas y manos generosas y abiertas para el hombre de valía en tan duro trance. No es menos cierto que, en el período de la gran inmigración, preferentemente europea, a nuestro país, entre 1852 y 1930, no fueron más de 50.000 los extranjeros que llegaron
a nuestras playas, donde, propiamente, nunca hubo una política eficiente destinada a atraer inmigrantes.
Desde los años ochenta del siglo pasado, la presencia de inmigrantes ocasionales por períodos breves se ha vuelto una constante entre nosotros. Como un efecto de la mundialización, se viene para hacer una «corta América», o se viaja constantemente por ese afán contemporáneo de sentir como patria al mundo. No con aquel sentido de búsqueda de raigambre que se tenía antes.
Por su parte, los paraguayos que van al extranjero siempre tienen las maletas hechas para volver a esta sociedad nuestra, cautiva y cautivante. Posiblemente nuestra mediterraneidad, desde el siglo XVII, nos ha convencido de que somos un mundo aparte.
Desde 1811, en general, el Paraguay, independizándose en lo político, no buscó nunca romper los lazos culturales con España. La guerra de 1898 se sintió, según la crónica de los diarios, como una causa propia; y nunca se habló de que lo que se buscaba «realmente» era la independencia de Cuba, Puerto Rico, Filipinas. José Enrique Rodó, el gran uruguayo, y el «arielismo» tuvieron mucho que ver en ello.
Ni siquiera corrientes como el aprismo en Perú o el moralismo en México buscaron romper con la generación española de 1898 ni con la de 1927. Por el contrario, nos van a unir o reunir con España. Nunca rompimos con la España de Cervantes. Sí hubo una época, sobre todo entre 1939 y 1975, en la que los latinoamericanos veíamos más a la España que había salido obligatoriamente de sus fronteras, que a la que había quedado yerta, «yerma» o amordazada dentro de ellas, a lo Margarita Pineda. Así, no cabe ignorar el impacto que en nuestro país, como cultura, significó la presencia de Valle Inclán (1910), o la de la magnífica actriz y recitadora que fue Margarita Xirgú, quien nos visitó en 1946 para representar, cuándo no, tres obras de García Lorca.
Debo, por razones de delimitación temática, soslayar aquí a los españoles que nos enseñaron a leer y escribir en su lengua, y que van a ser apóstoles de la redención expresiva de un Paraguay bilingüístico, biétnico y bicultural.
Esas personas, algunas desconocidas, otras poco conocidas, otras algo más, van a transmitirnos el valor de la Europa (o de la España) cristiana, humanista, renacentista, enciclopédica. Solo por citar a algunos, pienso en un Juan de Salazar, en un Domingo Martínez de Irala, en un Fray Luis de Bolaños, quien fijara, a través de su Catecismo, las bases del guaraní como lengua escrita, y en la penetración, a través del idioma originario, de la gran cultura peninsular a través de la obra misionera y cultural de los padres franciscanos, de los padres jesuitas y de otras órdenes religiosas.
Todo estaba preparado hacia 1780, a través de la obra de Francisco de Aguirre, de Julio Ramón de César y, sobre todo, de Félix de Azara, para iniciar la recepción de la filosofía o el enciclopedismo. Esa obra cultural se trunca con la larga dictadura que, desde 1814 hasta 1840, nos excluyó del pensamiento mundial, ayudando, sí, por otra parte, a crear una sensación nacional.
Pero cuando, en 1811, resolvimos volvernos independientes de España, y cuando, en 1813, concretamos más radicalmente este propósito, en realidad más bien nos volvimos contra el proceloso puerto de Buenos Aires, que tanto nos ha servido y que, a la vez, tanto nos ha perjudicado en este ya largo transitar en el tiempo.
Veremos en este ensayo la presencia de españoles ilustres en ese devenir, por lo que hemos optado, como plan metodológico, por hablar solo de españoles fallecidos, porque los numerosos españoles que aún viven en nuestro país tienen una obra valiosa por delante que no se puede documentar ahora. También, por razones de espacio e información, se ha sintetizado la obra de los mencionados aquí.
Destaco que he dado un enfoque personal a este trabajo por el trato directo con varios de ellos, por la visión de las personas aquí mencionadas o por las referencias que he tenido de fuentes familiares o de los familiares directos de los mismos, con lo que varias de las personas tratadas tienen humanidad.
Toda edición ulterior de esta obra cumplirá la función de corregir los datos o las citas que fuera necesario o de ampliar la información sobre estos españoles que, si antes de 1811 hubieran sido nuestros padres, desde ese momento fueron nuestros hermanos por compartir tanta historia juntos.
Una parte substantiva de lo aquí mencionado proviene de mi biblioteca; otra gran parte, de entrevistas hechas a los descendientes.
El 14 de mayo de 1811 sorprendió al país con no más de 180.000 habitantes, diez mil de los cuales estaban en Asunción. De ese total solo había 400 españoles en todo el territorio, de los que 200 se hallaban en la capital.
Con justicia, como primer español ilustre en ese nuevo escribir político del país, se podría incluir a don Bernardo de Velazco y Huidobro, último gobernador del Paraguay (1806-1811), que, ocurrido el cambio, permaneció, con su esposa, tranquilamente en el país, debiendo dar los aportes económicos que se exigían repetidas veces a los «godos». No se sabe gran cosa sobre la fecha de su óbito, que habrá sido entre 1820 y 1822. Tampoco se conoce dónde se halla enterrado.
De igual forma, el obispo Pedro García y Panés (1809-1838), a quien también le tocó vivir el tránsito social, lo atravesó con toda tranquilidad y, aunque era severamente controlado por el dictador Francia y fue declarado demente durante un tiempo, reasumió su cargo, muriendo en goce del título de obispo del Paraguay.
Como una anécdota familiar, mi antepasado el comandante Juan Manuel Gamarra y Mendoza, vencedor, con Cabañas (su cuñado), en Paraguarí (1811) de las tropas del porteño Manuel Belgrano, ocurrido el movimiento del 14 de mayo de 1811, por querer mediar con el cuartel sublevado, fue remitido a las tierras de su propiedad, en Concepción, donde permaneció hasta su muerte, al igual que sus descendientes.
El primer Doldán llegado al país fue un marino español de origen irlandés que traficaba entre Buenos Aires y Asunción. Ocurrido el movimiento independentista, debió permanecer hasta morir en el Paraguay. El doctor Francia lo juzgaba severamente y lo obligaba a tributar con frecuencia. Una rama familiar debió modificar el apellido a Roldán para evitar problemas, como es el caso del aviador Silvio Pettirossi Pereira Roldán.
Creo que en pocos países la revolución política del siglo XIX fue tan radical como la del Paraguay (1811-1870), pero creo que en ningún otro les habrá sido tan fácil radicarse a los peninsulares como en el Paraguay, donde España está inscrita en tantos de nuestros valores y, también, de nuestros defectos.
Doctor Pedro Gamarra Doldán
Asunción, Loma Tarumá, julio de 2011
Toda obra es perfectible. Si el presente trabajo puede merecer corrección en algún dato, esto puede salvarse en otras ediciones. Lo importante es señalar que, en el período que va de 1811 a 1930, no fueron más de 50.000 inmigrantes los que llegaron a las tierras paraguayas, y que de esa cifra bien podrían ser españoles unos 10.000, es decir que tal vez esta haya sido la principal migración, seguida de la italiana.
De ellos, ¿cuántos habrán pasado desapercibidos? De cualquier forma, los españoles participaron con brío en el renacer de la patria. Dan testimonio de ello el Teatro Nacional (hoy Municipal), el Centro Español, que, en la calle Palma, entre 1900 y 1930, cobijó a la intelectualidad, el Centre Catalá, que reunió a un grupo muy selecto de íberos, el Cementerio Español, hacia 1910; el Sanatorio Español (1930), en el que tuvo relevante participación el argentino paraguayo-español don Ricardo de Lafuente Machaín, un verdadero y culto mecenas, el Frontón Nacional, que, en la avenida Amambay, hoy avenida Ygatimí, reunía, entre 1900 y 1930, a los simpatizantes del juego de la pelota vasca. En fin, citar en dónde no estuvieron España y sus hijos, las ideas del romanticismo español, del noventayochismo, de la intelectualidad de 1927, sería una tarea casi imposible.
FUENTES CONSULTADAS
• La visita de Ramón del Valle Inclán a Asunción (compilación). Asunción, 1910.
• Amaral, Raúl, Historia de la Universidad Nacional de Asunción. 1990.
• Benítez, Luis G., Breve historia de grandes hombres. Asunción, 1986.
• Brugada, Ricardo, Paraguay y Brasil. Asunción, 1918.
• Bueno, Francisco Javier, Colección de documentos relativos a la expulsión de los jesuitas. Madrid, 1872.
• Buzó Gómez, Sinforiano, índice de la poesía paraguaya. Asunción, 1953.
• Calzada Macho, Isidro, Bahía de los Carios. Asunción, 1979.
• Centurión, Carlos R., Historia de la Cultura Paraguaya. Asunción, 1961.
• Corral, Francisco, Rafael Barrett. Obras completas. Asunción, 1984.
• Costa Martí, José, Casos y cosas del tenis paraguayo. Edición del autor, Asunción, 1982.
• Díaz de Espada, Pablo Máximo, La vida. Comedia en dos actos y en verso.
• Díaz Pérez, Rodrigo, Viriato Díaz Pérez, Vida y Obra 1976 a 1979. Palma de Mallorca.
• Durán Estragó, Margarita, "Aportes de los Catalanes al Paraguay", Abc Digital, 21 de noviembre de 2004.
• Durán Estragó, Margarita, Asociación Santa Isabel, cincuenta años en favor de los leprosos: 1943-1993. Asunción, 1993.
• Estragó Bieber, Esteban y Estragó Queiroto, Rossana, Fernando de la Mora. Descubriendo su historia. 2011.
• Gamarra Doldán, Pedro, Los vascos en el Paraguay (monografía). Asunción, 2000.
• Méndez Faith, Teresa, La cultura paraguaya. Asunción.
• Monte Domecq, Ramón, Álbum gráfico del centenario. Buenos Aires, 1911.
• Monte Domecq, Ramón, Álbum gráfico del Paraguay. Asunción, 1953.
• Monte Domecq, Ramón, Álbum gráfico del Paraguay. Asunción, 1961.
• Museo Nacional de Bellas Artes. Instituto Cultural Paraguayo. Asunción, 2003.
• Plá, Josefina y Fernández, Miguel Ángel, Aspectos de la Cultura paraguaya. 1962.
• Plá, Josefina, 33 nombres en las artes plásticas paraguayas. Asunción, 1973.
• Plá, Josefina, Apuntes para una historia de la cultura paraguaya. Asunción, 1967.
• Plá, Josefina, Españoles en la cultura del Paraguay. Asunción, 1983.
• Pusineri Scala, Carlos A., Músicas y Colecciones del Paraguay. Asunción, 1980.
• Rivarola, Juan Bautista, Historia monetaria del Paraguay. Edición del autor, 1982.
• Rodríguez Alcalá, Hugo y Pardo de Carugatti, Dirma, La Cultura paraguaya. Asunción.
• Rodríguez Alcalá, José, Antología de la poesía paraguaya. Asunción, 1910.
• Sosa, Ángel D., El Puerto de Asunción. Edición del autor, 1990.
• Suarez, Victorio, La cultura paraguaya. Asunción.
• Varios autores, Forjadores del Paraguay. Asunción, 2002.
• Verón, Luis, Enciclopedia Biográfica Paraguaya del Bicentenario. Asunción, 2009.
• Vitis, Michael, Parnaso paraguayo. Barcelona, 1923.
ARCHIVOS
• Arquidiócesis de Asunción. Legajo del Padre Lorenzo Pérez Velloso.
• Base de datos de la Fundación Asunción (Gamarra-Pozzoli).
ENTREVISTAS
• Entrevistas y consultas a los descendientes, herederos y amigos de los mencionados.
INDICE DE ENTRADAS
Abente y Lago, Don Victorino Juan Ramón
Achón Sorolla, Don Manuel
Aiguadé Soler, Don Samuel
Alegre Antolín, Don Juan
Alió, Don Baudilio
Alonso, Don Guillermo
Alonso Criado, Doctor Matías
Alonso de las Heras, Padre César
Alsina Canals, Don José
Alsina Canals, Don José Arturo
Altimira Roca, Don José
Álvarez Sáenz, Don Félix
Angulo y Vélez Frías, Don Nicolás
Aparici Sánchez, Don Emili
Arqueta Bilbao, Padre José
Barrett y Álvarez de Toledo, Rafael Angel Jorge Julián (Rafael Barrett)
Bartrina y Coll, Don Jaime
Bermejo, Don Ildefonso Antonio
Bigordá Malet, Don Ángel
Bonvehí Feijoo, Don Ramón
Bravo, Don Francisco Javier
Brugada y Puig, Doctor Ricardo
Cabanellas de Torres, Doctor Guillermo
Calvo Burró, Don Sebastián
Calzada Macho, Don Isidoro
Campos y Sánchez, Doctor Cristóbal
Carrasco Reus, Don Estanislao
Casado del Alisal, Don Carlos
Casaús, Don Juan Plácido
Clari, Don Enrique
Comellas Durán, Don Ricardo
Cosp Carominas, Don José
Costa, Padre Ignacio
Costa Martí, Don José
De la Vega Elorza, Padre Juan Antonio
De Maeztu, Don Pablo
De Nestosa y Garibay, Capitán José María
De Olascoaga y Bulfy, Doctor Ramón
De Urdapilleta y Gutiérrez, Don Pascual
De Zubizarreta y Zulueta, Doctor Ramón Fermín
Díaz de Espada, Don Pablo Máximo
Díaz-Pérez, Don Viriato
Durán Roca, Don Mario
Elorduy, Don Miguel Antonio
Escudero Pérez, Don Genaro
Esculiés Graell, Don José
Estragó Trías, Don Esteban José Joaquín
Ferrer, Don Isidro
Fontclara Cervera, Don Federico
García Acebo, Don Amador Manuel
García Rubio, Doctor Flaviano
Giménez Caballero, Don Ernesto
Giralt Barceló, Don Miguel
González Paradela, Don Antonio Juan
Grau Trull, Don Joaquín
Guasch, Padre Antonio
Jiménez Martín, Don Domingo
Jorba, Don Pedro
Lirio, Coronel Dionisio
Lobo, Don Remigio
Marcos Blázquez, Ingeniero José
Marés Inglés, Don Pedro
Marsal, Don José
Marsal, Don Serafín
Mateo Piguataro, Doctor Tomás
Mayor, Don Isidro
Miquel Moray, Don Jaime
Miró Sánchez, Don José Leonardo
Munárriz, Padre José Miguel
Oca del Valle, Ingeniero Fernando
Ochoa Leoz, Fray Félix
Ordiñana, Don Federico
Pallarés Brull, Don José
Patrón Botija, Don Juan
Plá Guerra Galvani, Doña María Josefina (Josefina Plá)
Planás, Don Antonio
Puigbonet, Don Santiago
Rigual Albert, Padre Miguel
Rius, Don Juan
Rodríguez Elías, Don Avelino
Ruax Cosp, Don Juan
Sapena Pastor, Don Francisco
Sayé, Don Pedro
Seall Mora, Don José
Segalés Feijoo, Don Jaime
Serra, Don José Juan Ramón
Solé Casas, Don Ramón
Subirach Gericó, Don Jaime
Tarrés González, Don José
Torcida García, Don Gerardo
Torné Gavaldá, Don Francisco
Vallory y Corquiela, Doctor Juan
Vallverdú, Doña Dolores
Vallverdú Florit, Don Juan
Viladesau, Don Manuel
Yubero Sánchez, Don Eduardo..
INDICE GENERAL
Prólogo
Introducción
A - Don Victorino Juan Ramón Abente y Lago
B - Don Rafael Ángel Jorge Julián Barrett y Alvarez de Toledo (Rafael Barrett)
C - Doctor Guillermo Cabanellas de Torres
D - Padre Juan Antonio de la Vega Elorza, S. J
E - Don Miguel Antonio Elorduy
F - Don Isidro Ferrer
G - Don Amador Manuel García Acebo
J - Don Domingo Jiménez Martín
L - Coronel Dionisio Lirio
M - Ingeniero José Marcos Blázquez
O - Ingeniero Fernando Oca del Valle
P - Don José Pallarés Brull
R - Padre Miguel Rigual Albert
S - Don Francisco Sapena Pastor
T - Don José Tarrés González
V - Doctor Juan Vallory y Corquiela
Y - Don Eduardo Yubero Sánchez
Álbum de fotografías
Fuentes consultadas
Índice de entradas
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM
(Hacer click sobre la imagen)
ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA
(Hacer click sobre la imagen)