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LUIS MARÍA MARTÍNEZ (+)

  ANTOLOGÍA POÉTICA, 2003 - Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ


ANTOLOGÍA POÉTICA, 2003 - Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ

ANTOLOGÍA POÉTICA, 2003

Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ

Editorial SERVILIBRO

Asunción - Paraguay

Noviembre 2003 (173 páginas)

 

Categoría: Poemarios

 

Poesía testimonial que habla de las cosas elementales y de las trascendentales. Poemas que invocan la fuerza del pueblo e instigan a luchar.

 

 

 A MANERA DE PROLOGO

Ese país de los años cincuenta nunca se imaginó que iría a ser un espacio donde la muerte iba a rondar al son de estallido de pólvora y gestos de adioses. Sus calles sin fu­turo, la humedad, el sello del odio; el tiempo paralizado en su entorno azul y rojo; su voz maltratada que en el yer­mo fue antes lugar de peregrinación del viento indomesti­cable y fértil; sus hijos de pronto enceguecidos por una brisa anónima color carbón; sus eneros y diciembres con un agui­jón tenso en la profundidad de la piel; país, al fin, con sus aguaceros en forma de batalla y de herida interior, con­fiando únicamente en el azar para emerger a la superficie del planeta con sus labios gruesos de hombre de pasión, con su sudor de marinero dispuesto a exorcizar el estigma de presidiario del horizonte en el campo.

Ese mismo año cincuenta vería sin embargo crecer, en medio de cabezas ensangrentadas, la imaginación de un poeta que desde los caminos de barros y los surcos del río Paraguay estaba dispuesto a tejer el sueño del país escon­dido entre vencidos y muertos.

En aquel entonces escribir poesía significaba ir "por las calles de Concepción corriendo, o preso por un enorme miedo, con una mano en sangre totalmente". No existían bordes de horizontes donde la mañana no advirtiera la presencia de una declaración de guerra a quienes utiliza­ban la pluma en un ritual de audacia y clandestinidad, para exhibir ese país en un pequeño esquife en medio de un tormentoso mar.

Este poeta puso a un lado el silencio y el miedo para entrar a saco por la puerta infernal de la rutina intimidatoria. Se volvió un centinela de los pulmones del río Paraguay, de las cordilleras de su geografía de señales de humo, de la ciudad "de más puertas cerradas que abier­tas", de los hombres a quienes "le ponían cada vez más cadenas, cada vez le cargaban de penas". Pero su poesía no fue solamente una marea de metáforas para descubrir la historia de los nuncas y jamases, fue también una re­flexión sobre la cara del dolor de sus compatriotas, "ese país perseguido y ese pueblo detenido", y al mismo tiempo una visión de conjunto de los símbolos de la nacio­nalidad:

"¡Qué hermosas cataratas

reposan en mi tierra

con su fuerza agresiva!"

 

"La patria es un pájaro fervoroso y rosado,

un pájaro prisionero que busca salir del pozo"

 

"¡Qué limpie el machete la casa

y ponga una luz de verdad

en esta triste casa oscura

donde pasan las horas como

ríos podridos y muertos!"

 

"Causa el arado un suceso amoroso

cuando el labriego lo inserta en el prado

tal como un rayo temible y lluvioso".

 

Luis María Martínez siguió escribiendo calladamente durante los años en que el país veía eternizar una censura política sin ningún atisbo de vislumbrar su fin. Escribir im­plicaba restituir al lenguaje esa dimensión onírica y real, limitar el verbo a una perennidad fortuita abriendo y re­ abriendo significados en cada referencia a los elementos de la tierra, del aire y del agua. De alguna manera escribir desde la clandestinidad libre significaba someter la pala­bra al crisol de lo sobreentendido y evidente si necesariamente caer en situaciones reiterativas ni de antemano anti­ciparse a la intuición del lector. El riesgo estaba en ence­rrar a la poesía, ajena al contexto y sin posibilidad de vol­ver pública, la voz del poeta.

Haber invadido terrenos prohibidos, logrado obstruir, desmitificar, sobreponer una crónica personal sobre el re­lato fragmentario de la crónica oficial, constituye en la poe­sía de Luis María Martínez uno de los fundamentos estéti­cos más interesante de los últimos tiempos en la poesía paraguaya. Podríamos decir que el registro temático tiene por intención el de reconstruir ámbitos particulares durante una época en donde el poeta trataba de romper la discor­dancia entre la realidad pensada y la realidad material. Y desde un principio se observa un procedimiento lingüísti­co con el fin de proyectar el matriz particular de la escena cotidiana de una sociedad cercada por la violencia, el mie­do, el ostracismo y los giros imprevisibles de la censura. el poeta llega a obtener un ritmo para exteriorizar con una intensidad gráfica ese combate entre la palabra y las vi­vencias, entre el sueño y la realidad. Pareciera que cada texto fuera un apareamiento de juego de palabras y de ar­tificios elegantes. Pero no hay tal. Aquí la poesía se presen­ta como un cuerpo homogéneo tanto en la estructura lin­güística como temática. No existen ideas dispares. Más bien conviene hacer énfasis en un continuo enfrentamiento en­tre un elemento real (la celda, la tortura, el silencio, la san­gre) y otro imaginario (el sueño, la historia, la tentación, el deseo).

La poesía de Luis María Martínez es un buen ejemplo de un texto escrito en múltiples sugerencias, recurriendo a veces a una economía expresiva y a una progresiva reten­ción de elementos que definen la limitación cultural de un medio determinado. De todos modos vendría a ser algo así como la poesía de la indignación y al mismo tiempo del optimismo, o también, una poesía de tensión, de expecta­tiva y de indudable proyección hacia un presente todavía sometido a una presión intelectual y política.

En un momento, como el actual, los textos de Luis María Martínez requieren de un análisis renovado y serio. Recorrer algunos de los contenidos de sus obras permitiría al lector descubrir una faceta desconocida del lenguaje poético en la tradición literaria del país. Al mismo tiempo se lograría percibir el país no convencional escondido en­tre el mito, la conciencia popular y la protesta permanente. Creemos que es necesario correr el telón sobre esta historia del silencio de la cultura paraguaya.

 

HUGO LOPEZ MARTINEZ

 

("Luis María Martínez, poeta de

la resistencia". Revista de

Cultura ESTUDIOS, Año III,

N° 18, enero de 1990,

Asunción, Paraguay)

 

1. Día primero

2. Armadura fluvial

3. Ráfagas de la tierra

4. Días de vida

5. Arder, es la palabra

 

"poeta: no vivas la lejanía sin fin que no se siente...

... La vida de tu pueblo es el hecho

que espera de tu genio un poema de libertad inmenso..."

Leopoldo Céspedes (1912-43)


 

MADRE

 

Ven, madre, a tocar esta frente

de tropicales flores,

duro terrón fundido en verticales

aromas de jazmines,

madera de los bosques temblorosos.

 

Toca esta mano,

recinto de cortezas prolongadas,

quebracho de los días,

número mil de sangre que se inflama.

Esta mano de siempre

poderosa de piedras y claveles,

en donde duermen altos

tus sueños y los míos.

 

¡Madre! ¿no sientes el calor de estos alientos,

que son como pequeñas geografías de fuego?

 

- Te quemarían sus desnudas arenas,

sus hojas de verano,

sus papeles de lámparas y héroes.

 

Madre, no puedo dormir en esta noche,

¡no puedo!

cuando veo esos rostros

que los martirios queman.

 

La voz me sale roja

como de sangre hirviendo

y estoy como bandera que no duerme...


NARANJERO

Para Eva

 

De junio el frío.

Su barca enel dormido Varadero

repleta de naranjas como soles,

con un florido olor y dominante.

 

Es de noche.

Un farol con los párpados de llama,

de aceite o querosén le da la lumbre,

para alumbrar su barca naranjera.

 

Medio dormido él con sólo un ojo,

su compañera en tanto acuna al hijo

con un lento "arrorró" de su memoria

y pensando tal vez que este pequeño

será un gran naranjero-marinero.

 

Quizás mañana o dentro de unos días

será su cargamento de naranjas

números de billetes en sus manos,

un reducido fajo en su horizonte.

 

Después de nuevo a remontar su río

y a remontar la vida con penurias

en su "kocué" y su siesta de naranjas.

 

Y la nostalgia irá tras de su río,

tras de su barca y sus pequeños soles,

cuando oficio temporal el ser:

¡un limpio naranjero-marinero!


MENSAJES DE LA TIERRA

"...si escucháis en su caja, oiréis una tormenta

muy profunda y lejana, que en ella se endemonia..."

Guillermo Molinas Rolón

 

1

Si tus hombres dijeran de improviso

interrumpiendo sus labores:

"-No a esta sombra,

a esta muerte imprecisa;

que las semillas nazcan cuando salga

la más rabiosa luz de la alegría!"­

Yo creo que hasta el viento reiría

como briosa ráfaga del tiempo.

 

2

- Por qué no dejas, sembrador, un golpe

de tu azada estelar entre mis versos?

- ¿Por qué me dejas ir como el lucero

con una luz tan fría, indiferente?

- Endurece mi canto hasta que sea

tierra dura y altiva...

 

3

- El grano crece hasta llegar al viento –

- El viento crece hasta tocar la tierra - -

- La tierra crece hasta expresar su canto –

...Yel sembrador recoge grano y viento.

 

4

Cuando me diga el ¡no! el tiempo y todo

me acostaré en su fértil almohada

para sentir su amor inmensurable.

...Y sobreviviré a los rayos de la tierra.

 

6

Va el sembrador...

y en cada flanco esplenden los sudores.

A un amistoso golpe de su mano

la semilla esencial cita a sus miembros.

Después, es el saludo

de una roja península de granos

lo que le mueve a sonreír de gozo.

 

12

Viendo a la tierra ser como es la tierra

nace enel hombre ansias de paloma,

crece en el campesino su persona.

... Que el mar, que la ciudad, que la montaña...

¡no!, la tierra.

 

Siempre es la tierra la que tiene en cárcel

a los hombres-banderas de esta tierra,

a los hombres que son ¡ay! por momentos

maúseres congelados en sus trinos,

porque un reloj de muerte ordena y manda

que hagan una vida pálidamente triste.

 

Son estos campesinos como hierbas nervudas,

que viven aureolados de frescuras raidas,

que son como las ruedas de sus carros chirriantes,

que son como aletazos caídos y crujientes.

¡Que son como la tierra!

Porque al sentir cualquier soplo de viento

se le mueven las raíces más hondas y escondidas,

igual que si buscaran su identidad perdida...

 


SI HE DE MORIRME

Si he de morirme un día, imperceptiblemente,

entonces, tierra,

acógeme en tu seno desmedido,

para de nuevo ser un doblegado grano,

la doncellez de un trigo perdurable.

 

A ti me siento unido más que a nadie

por tu constante plenitud de flores,

por los potentes brazos

de tus hombres,

tan sencillos y graves como el plomo,

tan silenciosos como un día aciago.

 

A ti te puedo confesar mis cantos,

los que nacen ingenuos o agitados

por las órbitas rojas de la llama,

que son obligaciones y llamadas

para que todos puedan conocerse

y recobren su luz abrillantada,

la que no muere nunca entre las ruinas

de duras sangres y batallas.

 

Yo perfecciono el canto de mi lengua

para cantarte, oh tierra,

pecho predominante de los granos,

inapreciable y varonil arcilla,

y dejarte un sonido acrecentado

por desplomados fuegos de entereza.


CAPITULO V

ARDER ES LA PALABRA (1959-1961)

EL PARAGUAY, MI PADRE

 

El Paraguay, mi padre,

padre de tantas selvas, de tanta arena roja,

guerrero padre mío,

me transfiere su arena.

 

Muda en mi sus soldados,

su viento flagelante,

su mauser sobrehumano.

 

Y más:

transfiéreme su tosca

naturaleza y venas.

(Fornida geografía de arroyos y de entrañas).

 

Y el Paraguay, mi padre,

fecundísimo padre de estas tierras,

pide que yo me exprese

con su voz de gigante...

(Difícil es.

Lo deseo.)


 

PUEBLOS

 

I

Le dieron los famélicos aullidos de la muerte,

alertas formidables de ya fornidos dientes

de maúser que no sabe sus verdaderos frentes.

 

Mostrándole una hoguera terrible en su elemento,

y más: tirándole a su cara de cetrina evidencia,

hombres que se andan siempre con toda su insolencia.

 

Le enseñaron los muertos, los muros que se apenan

de ver tantas cadenas, tanto, tanto sosiego

caídos como avanzan sobre algún buen labriego.

 

Le torcieron su rumbo, su enérgica palanca

hacia un helado prado que ve lo insoportable.

(-Si un pueblo se hace piedra se vuelve irrefrenable-)

 

II

Todo con él se puede, con él se puede todo:
vaciarle un metrallazo, golpearle con un sable,
hasta que su presencia se mueva en su gran modo.

 

Poderoso en su arranque, subitáneo en su encono,

nadie podría entonces arrojarle a la sombra,

si hasta su voz se muda de camisa y de tono.

 

Ay, ya entonces de aquellos que hiciéronle rasguños,

porque el pueblo en gigante, en gran río que avanza

les dá la catástrofe que se aduerme en sus puños...


CAPITULO VI

EL JAZMIN AZORADO (1962-66)

 

YO

Yo todo tierra,

yo todo viento,

hombre vestido por la lluvia:

- es caluroso el aguacero con su mano mojada

y su aliento de tierra con palomas

y su armadura de una arcilla leve-

 

­Yo todo el sentimiento de una tierra;

el corazón atado a lo profundo

donde las duras y pertinaces sombras

de más de una raíz, muchas raíces,

alzan como en silencio sus paisajes.

 

Yo, la pasión firmísima de un viento

que arrastra ciegamente las arenas

de un millón de personas levantadas

que ven pasar su aurora derribada

sobre un horario de ceniza y sombras.

 

Yo, un hombre solamente

que lleva sobre el pecho

un puñado oloroso de semillas

una muy firme llamarada humana:

se llama libertad, o se llamaba...


YO NO SOPORTO FORMACIONES CIEGAS

 

Ya de soldado me ordenaron matar mis hermosuras:

"Ud. se pone firme, más firme que una roca";

"Ud. mire hacia el frente" (pero en mi frente habían

muchas incomprensibles cosas buenas);

y otras veces me araban como sigue:

"cumpla Ud. lo que ordenan los sargentos"

(y en mi interior, qué saben, no sabían

estaba un general que se movía,

y un capitán que alzaba su alarido,

casi un fiero arsenal que se animaba).

 

Nada sabían ellos, desde luego.

Por entonces ya me habían crecido sobre el pecho

más de un millón de espléndidas palomas

y más de un mar poblado de personas...

 

Y ellos tratando de quitarme lumbres

y yo empezando en mi pasión de hombre...

Perdonadme, señores, me he movido...

¡Yo no soporto formaciones ciegas!


HA MUCHO YA QUE LIBERTAD TE BUSCO

 

Ha mucho ya que libertad te busco.

Ha mucho ya que escondo mi latido.

Ha mucho ya que entierro mi garganta.

Ha mucho ya que te persigo.

 

Yo que no sé el color de tu bandera,

yo que no sé el calor de tu latido,

yo que no sé el valor de tu garganta,

me empeño duramente en perseguirte,

oh, amada libertad, pasión del hombre.

 

Muros y muros cierran mi garganta,

muros y muros tapan mi latido.

 

(Yo no soporto no volar, ahora,

yo que nací para vivir volando,

y tras vivir, morir como las aves...)

 

Ha mucho ya que libertad te busco.

Ha mucho ya que escondo mi latido.

Ha mucho ya que entierro mi garganta.

Ha mucho ya que te persigo.

 

Hazme volar si puedes como un ave.

Ya no soporto nada.


 

¿Y ENTONCES, PATRIA?

 

¿Y entonces, patria,

cómo...?

Así por siempre entonces tu destino:

pozo de llanto donde gime el hombre

con su verbo podrido de silencios,

gusano, paria,

¿escoria por si acaso,

por si acaso, basura?

 

¿Y entonces, patria,

cómo tu destino?

 

¿Será posible acaso

que para ti no haya una salida,

que no cumplas jamás esa condena

que se prolonga ya en un infinito

de dolor insufrible,

de un qué se yo de pena irredimible,

de un no se cuándo

en todo diferente...?

 

¿Y entonces, patria,

cómo,

dónde,

cuándo...?

 

Ay, déjenme que llore

(no pretendan coartarme)

que llore,

que llore,

que llore,

hasta que no pueda más

y me muera...


MEJOR HABLAR BIEN CLARO

 

Pedazo de prisión el prisionero,

sujeto del azote el azotado,

y prisionero, atado y traicionado,

tirado como perro al basurero,

perseguido a balazos como un siervo,

ser que no es, ¡y es lástima!

a quien le quieren inocular un río de abyección,

siervo, soldado, desnudado, ciego,

obrero, buey, casi secuaz y mudo,

pueblo en fin que no sabe

si está muriendo en verdad o en cuotas

o a quien ya le inscribieron

entre los muertos casi inolvidables...

 

De este pueblo agraviado,

encollarado, roto,

de una boca partida a culatazos,

de espalda ensangrentada enel flagelo,

de este pueblo, os repito,

algunos escritores (gemebundos cantores)

dicen ser amigos,

y hablan con nebulosas, retaceos,

vacilaciones vagas, ambigüedades, fugas,

(innovadores de la forma, se dicen)

como si avergonzados se sintiesen

de demostrar su amor por ese preso

de la desgracia, el cepo, el que sé yo,

quién sabe, ¡el miserable!

 

El miserable es, aquel,

no obstante su miseria,

su astrosidad,

su lastimosa posición,

su feapobreza, no obstante su miseria,

aspira a conocer, a ver del todo,

a beber la verdad, a conocerse,

a saber, a sentir

su posición de antiguo miserable,

de encadenado, roto, de qué sé yo,

¿quién sabe, acaso no se sabe?,

de redimible y viejo miserable.

 

Mejor hablar bien claro,

decirle la verdad,

abrirle el ojo,

manifestarle todo: dónde se encuentra

cómo, por qué razón, qué causa,

cómo dejar de ser lo que es ahora,

hacia dónde marchar

y cómo y para cuándo,

decirle cuánto es: preso, siervo;

decirle la verdad, hablarle claro:

basura, miserable,

miserable, basura, siervo, preso,

pero posible pájaro en el cielo.

 


UN PUEBLO APRISIONADO

 

Un pueblo aprisionado

que amaneció tocando el muro,

que atardeció sentado en la celda,

que anocheció rumiando su pena

de sentirse en el cautiverio.

 

¡Qué paisaje de sombras proyectando pistolas,

cadenas que reintegran lo más feudal: cadenas,

mazmorras que se afanan en conferir la muerte,

y luego más cadenas, guardianes y presidios!

¡Qué paisaje, y mis ojos, el que impera en la patria,

donde ese pueblo siente cómo es la muerte, cómo,

y ve como es extraño el tiempo y sus colores!

 

¡Qué duro es sentirse pueblo

todo sucio y encadenado,

todo triste en su vuelo impuro,

cual un pájaro perseguido!

 

Dolor debiera llamársele

al pueblo en sus horrores,

cada día más encadenado,

cada vez más avasallado.

 

Un pueblo aprisionado

que acumula su sangre marchita,

que reposa en su pena callada,

para ser luego sangre encendida

o una extraña tormenta infinita,

que es el pueblo en acción punitiva.

 

Un pueblo aprisionado

que amaneció tocando el muro,

que atardeció sentado en la celda,

que anocheció rumiando su pena

de sentirse en el cautiverio...


 

EL MACHETE

 

I

¡Soltad, machete, pájaros de fuego

para incendiar el aire del atraso,

del triste pozo que empezó en la casa!

 

¡Soltad, machete, manos populares,

ríos de truenos con temblores míos

para que pongan vida de verdad

en esta casa que amansó a la muerte!

 

¡Poned, machete, torres de leyendas

en esta casa que empezó en lo triste

y que aprendió a girar tiznada de cenizas!

 

II

(Canción)

 

¡Qué vuele el machete segando

todo lo triste y sombrío:

el pozo que hay en la patria

y el yugo que está en su puerta,

para amansar vidas rebeldes

y dramáticas alas nuevas!

 

¡Que limpie el machete la casa

y ponga una luz de verdad

en esta triste casa oscura

donde pasan las horas cómo ríos

podridos y muertos!

 

III

Qué bien ruge el machete en los sembrados.

Qué bien anda agotando los maizales.

Qué bien se vive acaso como es él.

Qué gran metal el hierro del machete.

¡...Qué bueno si él empezara

una nueva historia en la patria

y brillara rebelde su hoja!

 


CAPITULO X

CHILE SERA VICTORIA (1973-75) (1)

DESOLACIÓN

 

Habría que cambiarle a Chile el nombre

y llamarle en lenguaje de prisiones,

no ya jazmín o vida o mar copihue,

sino buscarle un nombre triste, triste,

que huela a ataúd o a monasterio,

a crimen, a murciélago o balazo.

 

Habría que inventarle un nombre escueto

que al pronunciarlo un poco digan: ¡Chile!

y se recuerde el caso de su vida.

 

Habría que pensar en los ultrajes

y en un momento caro en alaridos.

Habría que pensar en el instante

previo al fusilamiento del patriota,

en exequias anónimas y feas.

 

Se debe recordar el atropello,

a lo desorbitado y afrentoso,

a la deformación de los chacales.

Se debe de pensar en los gendarmes,

en deleciones, heces y maldades.

 

Se debe darle a un Goya sus pinceles

y que nos pinte un pueblo fusilado.

Habría que cambiarle a Chile el nombre

y no decirle Chile

sino: ¡desolación!

 

(1) Publicado en marzo de 1976 en Buenos Aires

con el seu­dónimo de Carlos Marguero.


GABRIELA TE ADORABA

 

Gabriela te adoraba por tu olor de centeno,

y era madre ufanada de tu primor de mi piedra.

Diciendo "te adoraba" declaro poca cosa,

pues de amor se moria al solo contemplarte,

copihue que en su hora se asía tu venero.

 

Gabriela te adoraba. Se queda encantada

de tanto verte hermoso...

Montañas suyas eran tu mansión primitiva.

Tu pino estaba en todos sus versos diamantinos.

Cegada por sus nieves se acostaba a tu vera.

¡Emperatriz muy pronto en país de volcanes!

 

Gabriela te adoraba como a un único hijo;

se empeñaba en mostrarte lo que tú le pedías:

¡un reino todo lleno de ardores primigenios!

Amando te tenía con su fervor quemante­

(Madre-Gabriela era para el hijo atrapado

por el afán enorme de alzarse a sus montañas)

 

Gabriela te adoraba. Te amaba todo entero.

Te quería pisando las fronteras más bellas.

Y si te viera ahora con tu casa quemada,

con tu rumor caído a fuerzas de balazos,

hijo suyo arrastrado a un mndo de presidios

("hijo mío! hasta dónde esperan conducirte?")

carnadura-Gabriela que ya sabe a gangrena,

que no sabe si cuando mirará a los fusiles,

al filo de una triste sentencia... ¡Miserables!

Gabriela te adoraba.

 

("Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío!

Hijo-Chile caído como un cóndor quemado...")


NATURALEZA, YO

 

Si yo fuera en la nube su forma transitoria,

si yo fuera enel pájaro la cauda de su asombro,

si yo fuera de un árbol su ardiente forcejeo,

sería, yo sería, quizás: ¡naturaleza!

 

Sería yo más vida que vida de una nube,

sería yo más trino que el trinar de algún ave,

tendría yo más ímpetu que el ímpetu de un árbol,

sería, yo sería, quizás naturaleza.

 

Viviría pensando que soy más que esa nube,

viviría soñando que soy más que ese trino

viviría pensando que soy más que ese árbol,

soñaría en la vida en ser: naturaleza.

 

¡Me pondría en la lengua de algún río!

 

Si pudiera ser nube, ser pájaro, ser árbol,

es decir, si pudiera ser como la unidad,

sería, yo sería, quizás: ¡naturaleza!

 


CAPITULO XII

PERTENECE AL AMOR (1980-82)

EL EROS SEMPITERNO

 

Me suenan vagamente galopes de centauros,

silencios y huracanes que agobian quedamente,

misterios de los dioses que cuidan las vestales,

motivos que originan destinos de volcanes.

¡Yo soy como el eterno amante de una diosa!

 

Me invade la porfía de un Eros sempiterno,

la extraña cercanía de un mundo de Vulcano,

que soy la fiesta, el valle, de raros ruiseñores.

 

Destinos de imposibles me anudan sus cadenas,

violines de sigilos que sueltan sus palomas,

que voy sintiendo en torno punzadas de tridentes,

¡amante sempiterno queinterna al Prometeo!

 

¡Llamad a las sirenas que aún quedan todavía!

¡Llamad a las que tienen instancias de amazonas!

¡Decidle que me amarren a todos los delfines!

¡Decidle que me amarren a todos los centauros!

¡Alzad, amigos, todas las copas de la vida!

¡Dejad que vuestras vidas se pueblen de imposibles!

¡Amando es como vuelan las más bellas palomas!

 

Yo soy el muy antiguo amante de imposibles,

¡traed a las Helenas de todos los confines!

y déjenme exhibirles mi corazón de amante:

¡corceles y centauros perennes como dioses!


 

NO MORIRA EL RECUERDO

 

Ha cruzado el desierto de un país sin historias,

ha venido del tiempo, este hombre bien mío,

peregrino del aire, este hombre sombrío,

para dar con tu vida, que es un vino de gloria,

amazona soñada o Diana del sueño,

;el mejor patrimonio, que es asombro signado!

 

Ha venido del bosque con sus pálidos lirios,

ha traído una flecha para darle en tu vida,

ha crecido en la espera, a la vera de un hombre.

¡Es un hombre sombrío!

 

Ha esperado un buen tiempo, ha sembrado una sombra,

este hombre que tiene validez de cenizas,

certidumbre de auroras, paramentos de asombros,

este hombre sombrío.

 

;No morirá el recuerdo

de tu vida, en su vida!

 

Se merece el descanso.


 

CAPITULO XIII

EL MURO (1972-89)

LOS VERDUGOS

 

"Se habrían construido celdas subterráneas sin

comunicación posible con el mundo exterior!

(Semanario "El Radical" del 5-1-1973), Asunción, Paraguay)

 

I

Están defendiendo el presidio

que es defender el atraso.

 

Están castigando a este pueblo

que es castigar a la patria.

 

Tienen como un esputo sus vidas

como si fueran unas bestias.

 

Son como la peste malditos

como el maldecido desprecio.

¡Excrementos de las ergástulas.

 

II

Yo creo definirlos como ratas del diablo,

como asquerosos hijos del albañal, del pozo,

donde abunda el gusano, la fetidez, lo feo.

 

Tienen largos hocicos como perros feroces.

En realidad son perros del peor basurero:

la prisión o el presidio donde sufre el hermano,

el cubículo donde ejercitan las garras

y languidece el viejo y ardiente prisionero.

 

Por las noches se visten como esos sacerdotes

para la hechicería.

De día hacen ruídos de feroces cadalsos.

Le aullan a los presos con voces de cavernas.

 

III

Yo creo que mañana ya no habrán prisioneros.

Presiento que los sótanos serán deshabitados.

Los prisioneros como devueltos a la vida.

Las cárceles vacias, desiertas, sin objetos.

La sonrisa en la patria lo mismo que una puerta,

abierta hacia la vida, y acaso, en primavera

 

Los verdugos como desesperados

Las guerras cercenadas.

El pueblo entrando en todo

Con los pies muy seguros.

¡Y destruidas todas las cavernas del miedo!

 


DOLORES. PENAS. SOLLOZOS.

 

Afluyen los dolores como ríos.

Sofocan sus sonidos los lamentos.

Las ayes tienen torres de sollozos.

Por un atajo extraño se desplazan.

Cavernas son o tumbas que se instalan.

vivir aquí es morir con todo el alma.

El alma es un substrato del silencio.

Pidiendo se avejenta nuestra lengua.

La lengua desespera de ser nada.

La nada está en presencia de ser todo.

¿Seremos para siempre lo que somos?

¿Un ser para el osario o la elegía?

El aire tiene unsesgo de cadenas.

Mil casos de disparos con sus penas.

Columnas de humillados casi ciegos.

País o pueblo en todo incidentado.

Un condenado escapa y nos denuncia:

"Aquí estoy, nos estamos consumiendo".

 

Y afluyen los dolores como ríos...


SENTIMENTAL

 

Me estoy volviendo viejo, sentimental y raro.

 

Es que ya estoy solo en esta casa amena,

que estuvo ayer poblada y fue la amada casa

de mi mujer, mis hijos y hasta de mis amigos,

que venían, reían y hablaban

de cosas de la vida,

de la historia y el verso y de las narraciones,

como valores firmes y eternos de la vida,

y luchaban y luchaban por verlos realizados.

 

Ahora yo recorro la casa despoblada,

y recuerdo y recuerdo las cosas sucedidas,

que aquí estuvimos antes y más allá un amigo

que llegó de muy lejos o de acá de muy cerca,

y entonces pienso y pienso

que la vida es muy bella, muy ardiente y que pasa

con bríos renovados y empuje inagotable.

 


CAPITULO XVI

FERVOR DISPERSO (1954-94)

ANTONIO MACHADO

 

Era Antonio Machado un continente,

es decir, un poeta cabalmente.

 

España le agenció su voz agreste

y el Duero le imprimió su norte y este.

 

Yo sé que el gran Antonio era callado

y que vino se fue con lo gestado.

 

Que ibérico era en él hasta el relente

y suavísimo el gesto de su gente.

 

Y en Colliure al morir dejó este caso:

"Recuperar a España paso a paso".


 

CAPITULO XVII

LA LUCHA ESTA EN EL CENTRO (1954-91)

LA PATRIA VENIDERA

 

(fragmento)

 

I

Voy a decir lo que vendrá mañana.

Voy a decir primero:

un tajo en horizonte,

rubia luz victoriosa vedada de lo negro,

ululantes proclamas de vuelos verticales.

¡Qué ardorosa alegría para todas las frentes!

 

II

No vendrá de repente sino después de mucho

andar por los caminos.

 

Veremos a los obreros levantando talleres,

fábricas que aún no habíamos soñado,

sanatorios y casas de reposo,

escuelas, colegios, modernas facultades.

Cantidad incontable de casas para obreros,

sanas y confortables y de hermosos colores.

Y así también lo tendrán todos los labradores.

 

Por todas partes grúas, potentes camiones,

un vuelo de progreso allá donde lleguemos.

(Tanto por destruir, tanto por construir).

Trabajará la tierra hasta ayer sin trabajo,

nos dará lo que tuvo guardado desde siglos:'

pan antiguo, callado.

Los cuerpos de los campos con miles de tractores

y máquinas agrícolas.

Y en esos campos todos su señor verdadero:

el que ayer, el que siempre, ha vertido sudores.

 

Dueños por fin de las máquinas todos nuestros obreros.

Mejores sus salarios, mejoradas sus vidas.

Ellos a la cabeza del pelotón de choques.

 

(¡Qué hermosa palabra será trabajadores!)

Nada de hacer las tareas solas con estas manos,

para eso tendrán como esclavas: las máquinas.

No dudes, compañero, habrán cantos, canciones

tan altos como el cielo que nos cobija ahora.

Todos a perforar lo negro, lo ensuciado.

 

Estudiaremos...

Tú serás estudiante y en todos los pronombres

podremos conjugarlo.

Eso que no sabemos, para entonces: sabremos.

Y nuestras compañeras, abnegadas y buenas

ocuparán su sitio, del que estaban desterradas.

Preocupadas también de los problemas y de sus solucio­

nes al lado de los hombres impulsarán la historia.

 

Los férreos militares, de botas y estampidos,

no sacarán sus armas, innecesariamente.

Pondrán en movimiento su vendaval de plomo

cuando la patria exija.

 

… Los jóvenes que ahora mantienen energías

intactas, sin empleos,

en la patria futura, grandiosa Patria Nueva,

tendrán donde emplearlas.

Ellos que son altivos como mástiles claros

infundirán de savias, de férvidos arrestos .

al singlado navío

 

Pelotones de choques de labriegos y obreros

con bellas herramientas

cantarán a la patria, de esperanza y de sueños,

Por fin, la Patria Nueva

1954


ABUELOS

 

"¡La mujer paraguaya! La mujer paraguaya

no ha escrito libros, pero ha fundado

una nación". Manuel Domínguez, 1902.

 

Desconozco o no sé quienes han sido

mis abuelos, señores de otro siglo,

es decir, del diecinueve.

 

Presumo que habrán sido de estos lares,

o de otro país, vaya a saberse;

si era Alonso o Quintana,

o un Labadié, un galo trotamundos,

o un Martínez, a secas,

o Luis Martínez Marcos, el poeta, de comienzos de siglo

(un seudónimo o acaso una verdad,

en "La verdad", el diario);

un carioca o paulista rezagados

tras la dura hecatombe del 70,

cuando escasos varones eran muchachos

y un augusto deber hacer los hijos.

¿Y de la humilde rama Figueredo? ¿Qué raíz...?

Abuelas, no os recrimino.

¡Habéis cumplido en todo con la vida,

con el imperativo de la patria,

de refundarla dando nuevos hijos,

con la pasión de altivas heroínas...

(De no haber sido así, yo no estaría

escribiendo esta hipótesis genealógica).

¿Abuelos?


PLAZA URUGUAYA

 

"Plaza Uruguaya,

selva aromada..."

(Manuel Ortiz Guerrero)

 

La cosa es muy sencilla en esta plaza;

ni falta hace el reloj ni el compromiso

para ver cómo están o cómo pasan

las gentes por sus cálidos paseos.

 

Aquí está el pequeño lustrabotas

que al lustrar el botín gana el puchero;

la chipa y la chipera que es bonita,

que acuerda su ración para el que pasa.

 

Aquí el jovenzuelo que es soldado

se pone a tiro y junto es fusilado

por un viejo fotógrafo al acecho.

 

Aquí el vendedor de baratijas,

el panchero, el peón o el zapatero

que arregla los zapatos del librero,

ofrecen cuanto tienen cada día.

 

Aquí la que da suerte en loterías

pasa y pasa ofreciendo sus papeles,

en tanto la que fríe la empanada

despliega el grato olor que no es mezquino.

 

Aquí pasa el que vende los diarios,

mientras llama u ofrece sus revistas

el señor que posee una casilla.

 

De pronto es un megáfono que suena,

de un joven que predica en forma seria

de Jesús, de Jehová, de los pastores.

Más allá un señor poco maduro

ofrece al transeúnte algunas cosas

anudándose al cuello una serpiente.

 

Y gente y gente y gente

que pasa, pasa y pasa.

No lejos

las jóvenes o viejas

prostitutas que anhelan pocos pesos

ofrecen sus encantos capitales,

y el principal, el sexo, que es tesoro.

Aquí la plaza amiga y venerada

acoge a muchos hombres de la calle,

que trabajan, que luchan o que pelean

la vida dura, la ilusión del día...


BUENOS AIRES

 

Oh, Buenos Aires, querido,

gárruloy amistoso,

con olor a petróleo, a tiendas y a florestas,

donde  imponen su impronta

lo agitado y despierto,

donde reina la vida de imperiosa manera

y da bandazos como un barco entre rugidos.

 

Te amo, Buenos Aires, igual que algún pariente,

acaso como un hijo,

que pertenece al mismo prodigio de la casa.

Lejanamente escucho tu voz y tu abejeo,

tuscánticos urbanos, marinos y rurales.

 

Y desde aquí presiento tu agitar de banderas

en manos de tu pueblo que avanza prestamente

hacia el pan, la justicia, el valor y la aurora,

con decisión que tiene pasión por la Argentina.


 

Y SOLAMENTE SABE EL CASTELLANO?

 

"¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?"

Rubén Darío (Los cisnes)

 

- Pero, señor, Ud. es muy antiguo;

quiero decir: Ud. es anticuado

si solamente habla el castellano...

 

- El castellano es lengua que no tiene

trascendencia en el seno del comercio.

- Lengua de antaño, lengua de legajos,

de otañez conocida: Doña Otañez...

- Hablada por mezquinos caballeros,

por feos escuderos sin caminos.

Por lazarillos y haraposos tíos,

por astrosos mendigos del pasado.

 

- El inglés es otra cosa:

es lengua del presente y del futuro.

Nabsolutely (absolutamente)

Se impone en el comercio.

Se impone en los caminos que tomemos.

Over and over again (Repetidas veces, una y otra vez)

 

- Compramos con dinero cualquier cosa.

Ponemos a comerciantes en los gobiernos.

Ponemos a generales-dictadores

para tenerlo atado a cada pueblo.

Money begets money (Dinero llama dinero).

 

- Controlamos el negocio de los autos,

de todo lo que sirve en cada casa:

la informática, el trino del cantante,

el negocio del porno y el video.

El cine al por mayor o el enlatado:

la tele que acapara a muchos tontos.

With telling effect (Con eficaz resultado).

 

- Vendemos en cada calle cocaína,

en cada pub, en cada snack barato.

Decimos combatir mientras vendemos.

Total money es money (dinero es dinero).

 

- Distribuimos ríos de folletos.

Hay vademécummes nuestros en todo el orbe.

Hacemos del saber píldora y gota,

y en polvo está la ciencia en los tratados.

Simplificamos lo que es útil-bueno,

y a la imaginación la diseñamos.

Strick to your english (Persevere en el inglés)

 

- Igual que en el saber ponemos pautas

en el vestir, la sed o la comida.

Jeans, coca-cola, hamburguesa.

 

Tenemos en nuestro puño a todo el mundo.

Nuestra moneda es reina en todas partes.

(Vale en los Bancos, vale en la cantna,

y hasta el favor secreto

de la top-model fina o la matrona

está tasado en dólar...)

That's all righ, just stow it.

(Está bien, no se hable más de eso).

 

-Y bien, señor apure el tronco

y torne en buen inglés todas sus cosas.

Nombre Ud. en inglés a la comida,

a la bebida, al business, como al sexo.

Tire ya a la basura esa tontera

del castellano, que no sirve en nada.

Esalengua anacrónica, arrugada,

de caballeros de una vida casta,

de escuderos de unmagin de tonto,

de Estebanillos y de caraduras.

 

- Del inglés sacará alto provecho.

Until doomsday (Para siempre).

¡Cabrón: déje ya de embromar!

 


CAPITULO XXII

LAS COSAS DESIGUALES (1995-96)

ESTE PAIS PEQUEÑO

 

Con opresiones serias en su vida.

Con muros y murallas en su esfera.

Con ciudades anónimas y ajadas.

Con campos en penumbras medievales.

Este país pequeño casi es nada.

 

Sin voz ni peso y ecos nacionales,

en este continente ni en el mundo,

este país es yerto y postergado.

 

Con libros que no cruzan las fronteras,

con su literatura silenciada:

 

Lo conocen afuera por su fútbol,

por la música agreste de su tierra,

por la imagen exótica que tiene.

 

Y luego por los casos difundidos

de corrupción, de escándalos y robos,

por el archivo del terror que existe.

 

Merece este país mejor destino,

progresos y progresos que lo eleven,

tener voz en el mundo.


 

CAPITULO XIV

ESPERAR LA TORMENTA (2003-?)

RUEGO Y MAS RUEGO

 

De nuevo ruego y más ruego

que el verbo aceche a mi vida,

que el rumor, que la Poesía,

tenga un rumbo de tormenta,

que traiga o tire la lluvia,

el trueno, el rayo, el sonido...

 

El trueno ardiente, el gemido

de este pueblo castigado.

 

El rayo no enmudecido

de este pueblo dolorido.

 

El gran ardiente sonido

de este pueblo malherido.

 

Que venga la Poesía y venga

con su espada rumorosa,

con el rumor de la gente,

y el furor de la tormenta.

 

con el fervor de la historia,

y la cólera insistente

de un pueblo, en vilo, esplendente.

 

De nada vale gritarle

a la nube que haga lluvia,

que tenga el caballo urgente

de alguna clase de viento,

si el pueblo mismo, el gigante

no saca al sol su armadura

y su espada refulgente.

 

De nuevo vengo a pedirte,

oh, intransigente Poesía,

el verbo azul de tu viento.

 

Para que este pueblo en cadenas

se mude el mismo en tormenta

y sorprenda a todo el mundo

con el rumor de su gente.

 

Que sea el mismo tormenta,

tormenta de rebeldía,

que es tormenta inusitada.

 

Que sea el pueblo el buen rayo

para derribar castillos

de los viejos privilegios.

La fuerza de la tormenta,

el trueno que anuncia el caso

de la lluvia ya esperada.

 

Lluvia del pueblo: ¡tormenta!,

relámpago inesperado

y aguacero de la gente.

 

Y es preciso prepararse:

¡que está la tormenta enfrente!


ACA NO PASA NADA

 

Para quienes editen o bien piensen

y acaso bien escriban:

¡acá no pasa nada!

 

Este país oscuro y desdichado

padece del silencio y de la sarna.

El pensador que gesta

el aire radical del pensamiento,

que airea las verdades,

que pinta ciertamente

el aire consumido de la siesta,

que ve el atardecer como un asilo,

y el cielo de la noche cual musgo clandestino,

no tiene, no, no tiene,

donde verter su caro pensamiento.

 

Los diarios despliegan apenas unas lumbres,

pocos carbones, pocos,

de unos cuantos amigos.

Es que ellos manejan

la puerta del espacio y la clausura,

y dicen en los hechos estas cosas:

"-a ti te doy la vida y te publico,­

"-a ti te doy la muerte y te margino-"

 

2

Acá el ciego

padece la orfandad de la ceguera.

Acá el mudo

padece la mudez como una piedra;

y el escritor acá es ciego ymudo.

 

La patria es un hospicio lamentable,

en donde la cultura es cosa vana,

y el árbol de sus letras no verdea.

 

3

Se vive en el engaño,

se bebe el agua oscura de la vida.

Es yerto el fundamento de la historia.

La gran literatura está excluida

del aire de la patria, con sus letras:

¡la que sostiene la radical postura de la vida

y eleva la verdad cual una antorcha.

 

Se lee cada día cosas mustias,

enormes vaguedades, voces muertas.

Se da un mediocre aliento de la vida,

escasas perspectivas de la historia.

Se come el pan de antiguos humillados,

se siente la salmuera en cada cosa.

 

4

Se muere el escritor en esta patria

de mudo, de desgano y de silencio.

Se nota su tragedia bien antigua,

su nutrida odisea sin sus letras.

 

¿Podrá alguna vez arar la aurora,

y aclarando el espacio de la patria,

poner sus letras donde mira el pueblo?


I N D I C E

A manera de prólogo

1. DIA PRIMERO

Soy

Madre..

Aspiración

A Hérib Campos Cervera

España vive

2. ARMADURA FLUVIAL

Río

El ogro viene a robar

Recuerdos de mi rio

Naranjales

3. RAFAGAS DE LA TIERRA

Confesión a la tierra

La abeja

Mensajes de la tierra

Si he de morirme

4. DIAS DE VIDA

1958

12/13 de abril 8 y 10 de mayo

14/27 de mayo

29 de mayo/ 21 de junio

23 de junio/ 2-6 de julio

27 de julio/ 6 de agosto/ 2 de octubre

21 de octubre/ 2/20/23/28 de noviembre

2 de diciembre

5. ARDER ES LA PALABRA

El Paraguay, mi padre

Cantos cañones

Las botas son silenciosos

Pueblo

El muro ciudadano

6. EL JAZMIN AZORADO

Yo

Ya tanto

Lo sabéis

Yo no soporto formaciones ciegas

A don Miguel de Unamuno

El pájaro de la tormenta

7. DESDE ABAJO ES EL VIENTO

Loor a este pueblo

Ha mucho ya que libertad te busco

El viento encadenado

8. YA NO DEMORA EL FUEGO

El primer prisionero

¿Y entonces, patria?

Y por qué..

Mejor hablar bien claro

9. CLAREA EL FIRMAMENTO

La puerta

En sonido

Un pueblo aprisionado

El arado

El machete

10. CHILE SERA VICTORIA

Desolación

Gabriela te adoraba

Chile-cuartel

Chile en el tormento: ¡Saksenhausen!

11. PERPETUAMENTE ALONDRA

Perpetuamente alondra

El desconocido

Naturaleza, yo

¡Toda mi sangre joven te pertenece vida!

La lluvia

12. PERTENECE AL AMOR

El Eros sempiterno

Excelsas

Comenzaba el poeta

Cargas

No morirá el recuerdo

13. EL MURO

Los verdugos

Los prisioneros

Muros

Faltan

14. EL LIBRO DE LAS LETANIAS

El yermo. El ghetto. El yuyo

Dolores. Penas. Sollozos

El pueblo es inmortal

Cuantos cautivos, cántaros de penas

Pienso en los míos

15. HOJA Y HOJA

Lo de esta tierra

Conversemos, recordemos

Sentimental

16. FERVOR DISPERSO

Antonio Machado

Carlos Miguel Giménez

Con Félix Fernández

Con Reinaldo Martínez

Con José Antonio Vázquez

17. LA LUCHA ESTA EN EL CENTRO

La patria venidera

Penuria y pueblo

Luchar

El pueblo

18. PERSONA Y TIEMPO

Yo

Abuelos

Julian

Viejo

Cuesta Vivir

19. POETA URBANO

Escalinata Antequera. Parque Carlos

Antonio López

Plaza Uruguaya

Buenos Aires

Moscú

20. PAIS DIFICIL

Pais mediterráneo

Pais en joda es éste

La corrupción

Será el futuro

21. RECORRO MI PAIS

Ríos

Ciudades

22. LAS COSAS DESIGUALES

Este país pequeño

Yo digo que la vida

Si no hubieran batallas

Mucha España

Periodista

23. MERECE EL CABALLO VERDE

Lectura de Mariana Pineda en

Casa de Dalí (1925)

Generación del 27

Federico y Juana de lbarborou (1934)

Se está dando la orden de su muerte

Hablan de su tragedia los poetas

24. ESPERAR LA TORMENTA

Ruego y más ruego

Acá no pasa nada

La tempestad. 

 

 

 

 

 

 

ANTOLOGÍA POÉTICA

Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ

Texto de AUGUSTO CASOLA

 

            Esta Antología contiene, con excepción de "Recorro mi país", una selección de la obra poética de Luis María Martínez, a la que nos venimos refiriendo. Por ello, no profundizaré en la misma. Además, una Antología muestra la predilección de quien la construye, en este caso el propio autor. La selección es por lo tanto, el reflejo que tiene quien la elabora. Algunos de los poemas que aparecen en ella también lo hacen aquí y otros, no, porque, vuelvo a repetir, la antología es algo eminentemente subjetivo.

            Por ser de interés, transcribo parte del Prólogo que precede a la Antología y se debe a Hugo López Martínez:

 

            La poesía de Luis María Martínez es un buen ejemplo de un texto escrito en múltiples sugerencias, recurriendo a veces a una economía expresiva y a una progresiva retención de elementos que definen la limitación cultural de un medio determinado. De todos modos vendría a ser algo así como la poesía de la indignación y al mismo tiempo del optimismo, o también, una poesía de tensión, de expectativa y de indudable proyección hacia un presente todavía sometido a una presión intelectual y política.

            En un momento, como el actual, los textos de Luis María Martínez requieren de un análisis renovado y serio. Recorrer algunos de los contenidos de sus obras permitiría al lector descubrir una faceta desconocida del lenguaje poético en la tradición literaria del país.

            Al mismo tiempo se lograría percibir el país no convencional escondido entre el mito, la conciencia popular y la protesta permanente. Creemos que es necesario correr el telón sobre esta historia del silencio de la cultura paraguaya.

           

            La poesía, por lo general, tiene dos temas reiterativos y que de una u otra forma se refieren al amor y a la muerte. La vida, en cambio, nos hace partícipes y testigos de lo circundante. A veces ni lo percibimos a conciencia, no es un tema tan frecuente y es en ella, en ese componente amorfo de seres anónimos, con sus dolores, sus miserias y sus sueños, el centro de la atención de la poesía social en general y la de Luis María Martínez en particular.

            Pero la realidad posee innumerables facetas e interpretaciones y se modifica según la visión de quien la describe. Caemos así en la circunstancialidad de la palabra circunstancia a la que recurrí en más de una oportunidad, porque es única para describir, con claridad meridiana, lo que quiero decir con referencia al autor estudiado y no veo otra manera sino apoyarme en esta suerte de metonimia para dejar clara la idea que se busca impartir, disfrutar o diseñar.

            Deben haber otras consideraciones relacionadas a la poesía social, algunas hasta despectivas, provenientes de personas insertas en una purísima irrealidad que considera a la poesía lírica como la poesía por excelencia.

            Luis María Martínez ha demostrado, tanto en las compilaciones realizadas en los dos tomos de El Trino Soterrado y el voluminoso libro Antología social del Paraguay y, con mayor destaque en su propia obra, que la inquietud soterrada de un pueblo, burlado una y otra vez en sus anhelos por los inescrupulosos de turno, tiene una mínima posibilidad de desahogo en esa su exposición enmarcada entre la esperanza de lo que nunca llega y la inocencia que nunca pierden quienes no tienen otra posibilidad de descargar sus engaños y desengaños a través de la palabra poética, vaya ella revestida de la instrumentación sabia del maestro o los harapos que apenas alcanzan a cubrir, no tanto sus vergüenzas como la desvergüenza de aquellos que son culpables de su desnudez.

            Es por lo expuesto que me produce cierta desazón recurrir a la lírica para manifestar los dolores que me arrojaron más de una vez a compartir con el barquero Caronte esas aguas turbias y neblinosas que recorre sin descanso, yendo de una a otra orilla, para dejar a un lado su carga y volver a retirar otra, siempre acompañado de la monocorde escala armónica que recurre al diapasón enraizado en el amor y la muerte.

            Pero en la poesía de Luis María Martínez se expone la sangre que bulle torrentosa, como cañón de un río indomeñable, como su fuerza que socava y arrastra consigo cuanto puede oponerse en su cauce. La poesía de Luis María Martínez es un grito de vida, un llamado a la lucha, una intransigente voluntad por arrasar con cuanto se opone y se opuso siempre a la quimérica felicidad del pueblo.

            Y como él mismo lo expresa al inicio de la Antología:

 

¿Cuál es su oficio?

Mi oficio: ¡arador!,

Pero arador de nubes de tormentas,

De un cielo peligroso

Con rayos de revolución y de hadas.

Fuente: LUIS MARÍA MARTÍNEZ - OBRERO DE LA PALABRA. Por AUGUSTO CASOLA. Editorial ARANDURÃ, Asunción – Paraguay. Agosto del 2012 (244 páginas).

 

 

 

 

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