EL TRINO SOTERRADO. PARAGUAY
APROXIMACÓN AL ITINERARIO DE SU POESÍA SOCIAL.
TOMO II
Autor: LUIS MARÍA MARTÍNEZ
Edición digital:
Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la de Asunción (Paraguay),
Ediciones Intento, [1986].
PROEMIO
Una literatura asediada por múltiples dificultades es la nuestra. A las de fuera se unen las de dentro, por lo que nunca estará de más decir que nuestra literatura es hija sobresaliente del esfuerzo y del sacrificio de quienes la elaboran, con la constancia que exige una labor sisífica multiplicada por cifras abultadas.
Las producciones dispersas y escondidas en publicaciones de ligero tránsito por el cielo cultural de nuestra patria, nos dan la sensación de haberse estado sembrando no en la tierra que acrecienta y perenniza los brotos y semillas entregádales, sino en el puro viento inconsistente y sutil que todo lo dispersa y lo acaba. La no consolidación en libros de dichas producciones, cuya realización se halla condicionada preferentemente por factores de orden económico, hace que la visión panorámica de nuestro quehacer literario se presente desvaída o poco clara, como si el movimiento recomenzara una y mil veces, para ¡oh, terrible destino! Estuviésemos retornando una y otra vez a la estación de partida. El mecanismo de su conocimiento, se torna, claro está, complicado y asaz tortuoso, en razón de que no se la puede seguir por caminos accesibles y sencillos sin caer repentinamente en abismos que la silencian o en sinuosidades que la pierden.
Quien acomete dicha tarea no puede sino armarse de una paciencia inalterable y de un acerado afán de conocimiento, pagando el alto precio que siempre requiere la trascendente faena. La mies así recogida no puede ser demasiado buena, porque es el resultado de un campo mal abonado y peor sembrado, con el precario utillaje del que vive de prestado porque no ha pensando en abandonar su cíngara circunstancia. Y el desorden y la inconstancia han sido nuestras características principales; mejor dicho, los peores males que se han adueñado de nuestra incipiente literatura para minar aún más todo esbozo de consistencia física, que es ya como el sacrificio de toda su futura descendencia.
Desorden que es la prolongación de lo que se vive y se acrecienta en otros órdenes del país, como expresión de que no somos amigos de adquirir acciones para el futuro, sino para lo inmediato presente, con lo que se proclama una absoluta falta de fe en la trascendencia de lo que se madura y se hace. E inconstancia que deviene de ausencia de estímulos, de la debilidad de nuestros estamentos de cultura, como así mismo de la subversión existente en el aquilatamiento de nuestros valores.
Y bien dejemos que hable nuestra poesía, también herida y asediada por el ardoroso silencio, que mucho significa, porque el silencio siéndolo tan sólo, es elocuente y poderoso. Por ello nuestra poesía tiene una tonalidad y características muy especiales, que la torna un tanto diferente de las demás. La tierra y las motivaciones derivadas de la misma, la libertad y su exasperado clamor, son de especial cariño para nuestros poetas como no lo son para poetas de otros países...
APUNTES SOBRE POESÍA PARAGUAYA
La misma literatura paraguaya es una literatura joven. En discontinuos raudos, desde poco antes de 1940, ha venido buscando la expresión intergiversable de su pueblo y de sus hombres, los que en forcejeos dramáticos pretendieron casi siempre prender la lámpara votiva de sus simples o perínclitos alumbramientos de vida. Pueblo signado por crueles angustias, por cruces y maderos donde planearon la muerte con fructífero empeño, con un ayer y un hoy de oscuro monasterio, maniatado y cautivo, donde la noche puso su más vivo paréntesis, su luto y su resuello, su aquelarre de bárbaros que le rasgan la vida. Así su historia, así sus hombres, que se sienten dramáticamente estériles y agotados por el aire penitencial y obnubilante que les rodean. Con Hérib Campos Cervera (1908-1953) la poesía paraguaya entra cual flamear de banderas o angustias reprimida en los ámbitos peculiares, bifrontes y metafóricos, de la poesía actual, con su raigal y telúrico embeleso, es decir, con su
«puñado de tierra
para arrimar a su encendido número
todo el frío que viene del tiempo de morir». (H. C. C.)
Desde entonces la poesía paraguaya ha proseguido su sinuoso camino, en el afán de expresar el ser y el no ser de sus hombres, vaciándolos en los moldes emotivos y sugerentes del lenguaje poético. Mas, de los que quiero referirme ahora es de la joven poesía paraguaya, y en ese sentido, la de sus representantes que cuentan a la fecha con menos de treinta años, para no desbordar el perímetro de la presente nota con posible pérdida de enfoque.
Adelantado por su edad es, sin lugar a dudas, Roque Vallejos (1943), quien ya diera a conocer en 1961 su pequeño poemario Pulso de sombra, y posteriormente, otra colección de mayor volumen: Los arcángeles ebrios (1963). Poeta de delicado acento, que canta a la soledad y a la muerte, a los laberintos de la nada y de las sombras, es Vallejos, expresión de esa juventud que se siente aprisionada e inhibida por las diversas interdicciones que reinan en el ambiente, sin que vea la posibilidad de una salida o de su inmediata liberación para un destino mejor. Así afirma: «Y sólo tengo como mío, el fondo del propio abismo que nos crece adentro».
J. A. Rauskin (1941), con dos obras éditas Oda (1964) y Linceo (1965), es poeta surrealista, de inclinas latino-helénicas, de lenguaje oscuro y difícil, de una insatisfacción que lo lleva hasta las fronteras de la angustia y la nada.
Juan Andrés Cardozo (1942) ha dado a conocer en 1960 De pie frente al dolor, donde su clamor y su angustia se vierten hacia rutas de solidaridad no bien establecidas por falta de claridad conceptual, para dirigir, sus empeñosos mensajes a los hombres de su tierra con todas sus implicancias.
René Dávalos (1945-1968), era quizás una de las más firmes promesas entre los jóvenes poetas del Paraguay, desaparecido prematuramente a raíz de un desgraciado accidente automovilístico, su llorado sepelio sirvió para demostrar cuánta ansiedad de cambios en los destinos nacionales y en la libertad, reina entre la joven intelectualidad del país. Su obra Buscar la realidad (1966), nos ofrece el grito aprisionado de un poeta que inquiere justamente por realidades más límpidas y humanas. Tal lo que se desprende de algunos de sus escritos, como del poema Joven poeta:
«Era hermoso pensar en tu dulce madurez de hombre hecha verdad en tu infinito silencio, pensar en tu radiante juventud que asida a sus destellos, subiera por sus ramas desbordando las flores hasta que fuere imposible seguir imaginando sus destinos».
Dávalos, a su vez, dejó a su muerte una apreciable cantidad de limitados estudios críticos sobre obras de escritores extranjeros, y su concepción ideológica al calor de las duras realidades en las que se desenvuelven su pueblo y sus hombres, en los últimos meses de su vida, fue madurando hacia límites más rebeldes y agudos, hasta hacerlo exclamar en una ocasión: «Ha llegado la hora en que aquellos que ya no están a la altura de la historia y de las necesidades del pueblo, se callen en materia cultural», afirmando a seguidas que la labor del intelectual debe ser eminentemente «crítica».
Adolfo Ferreiro (1948) ha publicado únicamente hasta la fecha La huella desde abajo (1965), en el que da expresión a preocupaciones cotidianas y metafísicas y a veces, a las de su entorno social. José Carlos Rodríguez (1948) de lirismo fino y delicado en Poemas de la hermana (1967) anticipan, al parecer, la voz de un buen poeta, en versos ausentes de rebuscamientos formales. Más ambicioso que éste, Guido Rodríguez Alcalá (1946) ha publicado casi consecutivamente tres limitadas colecciones de versos: Apacible fuego (1966), La ciudad sonámbula (1968) y Viento oscuro (1969), que acogen las palabras de un poeta de destacables atributos y de sugerente imaginería. Como en otros, la nota dominante en sus obras es la insatisfacción y sus muchas y no aclaradas interrogantes a la vida:
«¿El alma es rosa eterna?»
¿El alma es rosa?
¿O la rosa es señuelo de la sombra?»
Nelson Roura (1945-1969), muerto inesperadamente a mediados del presente año victima de una enfermedad, logró sin embargo dar un ponderable libro titulado Poemas (1965) dejando al parecer otras varias colecciones inéditas. Roura es poeta de palabras sencillas y humanas, de lenguaje casi cotidiano, pero de indudable fuerza dramática por sus fervorosas y constantes exclamaciones. Se perdió con él, sin lugar a equívocos, a un gran lírico que bien hubiese podido serlo en nuestro desgraciado Parnaso perseguido en los últimos tiempos por las segadoras manos de Atropos...
Renée Ferrer Alfaro (1945) la única voz femenina entre los poetas éditos de la novísima poesía del país, dio al principio con poco éxito el libro Hay surcos que no se llenan (1965) por sus imprecisiones idiomáticas atribuibles a su falta de experiencia, pero que ya auguraban algunos perfiles líricos realmente notables. Felizmente, conformó con posterioridad sus buenas aptitudes con Voces sin réplica (1967), donde se revela su sugerente y delicada vena poética.
Aurelio González Canale, joven autor de Carta a un poeta (1967), con 13 poemas breves, anuncian a un escritor que busca afanosamente su mejor y personal lenguaje. Otros poetas de reciente aparición como Osvaldo González Real (1942), Lincoln Silva (1944), Pedro Gamarra Doldan (1948) y Emilio Pérez Chaves (1950), aún no han ordenado en libros sus producciones, desperdigadas en diarios y revistas de la Capital hasta la fecha. Los dos últimos nombrados, poetas de cautivantes imaginerías surrealistas, de preocupaciones sociales por los problemas de la colectividad, auguran la aparición de dos buenos valores, tras la madurez que necesitan y que solamente otorgan el laboreo y el tránsito del tiempo. Sin embargo, Víctor Jacinto Flecha se ha afanado en darnos a conocer sus Poemas de la cárcel (1967), en los que pese a rastrearse notorias influencias de conocidos poetas, nos dan la visión tremenda, dura e inhumana de los abroquelados en vida tras los muros del presidio.
Es indudable que estos jóvenes poetas de una manera u otra, expresan la soledad y la melancolía, la insatisfacción y el pesimismo originados por el ambiente monacal y recluyente que es el del país, cuya libre vida social se halla en gran medida soterrada y maniatada por interdicciones de todo género. Vida áspera y parcelada por el mutismo y la ceguera, el monólogo y la rutina, por el miedo y el asombro. Quizás como en ninguna otra poesía, como en la del Paraguay, es notoria la involuntaria aleación de las motivaciones estrictamente líricas con las colectivas en las obras de los poetas, en razón de la avasallante influencia del medio ambiente, que penetra hasta en las veredas más íntimas del alma de los gaytrinadores. Lirismo, pues, íntimo colectivo...
En otro sentido, casi todos estos poetas demuestran aún carecer de una visión iluminada y aguda de lo que acontece en el medio, de las causas y soportes materiales de la permanencia del mismo, de la orientación y rumbo de los fenómenos y acontecimientos nacionales. Posición en la que se hallan gran parte de los intelectuales que provienen de estratos no colindantes con el pueblo, a raíz de la permanencia de un estado de cosas negativo, donde el medio marcha a un ritmo descompasado y taquicárdico por imperio de lo existente y cuyo cambio no se vislumbra. En ese sentido, dan ganas de repetir las palabras del poeta ruso Nekrasov cuando hablaba de la existencia de una situación parecida en la época del zarismo: «Un poco más de libertad para respirar y Rusia mostrará que tiene hombre, que tiene porvenir»; o hacer un fervoroso llamado a estos jóvenes intelectuales con las expresiones del personaje de Máximo Gorki del cuento «El lector», para que cambien la orientación de sus escritos: «Cuando hablareis del espíritu rebelde, de la necesidad de un renacimiento del espíritu? ¿Dónde está el llamamiento por la creación de una vida nueva? ¿Dónde están las lecciones de valor? ¿Dónde están las buenas palabras que deberían dar alas al alma?»
Una generación castigada, es sin duda alguna, la de estos jóvenes poetas, donde a la censura exterior suman la autocensura individual, originando un clamor reprimido, un grito atemperado, un relampagueo de señales al que aún le falta maduración y tiempo para llegar a esa mayoría de edad de los mensajes.
DARÍO BENÍTEZ GONZÁLEZ
NO ENTIENDO, MUNDO
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(Fragmento)
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...Los dictadores temen; temen.
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Los sabios se nutren; se nutren.
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Los místicos creen y creen.
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...El mundo tiene hambre tiene hambre.
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El mundo tiene miedo; tiene miedo.
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La gente se defiende se defiende.
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Las cosas son caras, caras.
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Las cosas son muy caras, caras.
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...Y los Hombres amaban; amaban,
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y los hombres escuchaban a los pájaros,
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y los monjes tienen miedo, no, los monjes rezan,
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y los niños son caros, no, las cosas son caras,
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y los padres temen, no, los padres creen, los padres creen
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y los dictadores son hombres; no, los dictadores enseñan,
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y los hombres trabajan, trabajan,
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y los hombres funcionan, funcionan,
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los padres funcionan, funcionan,
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los maestros funcionan, funcionan
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los dictadores funcionan, funcionan,
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las máquinas funcionan, funcionan,
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el mundo no funciona, no funciona,
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los amigos trabajan, trabajan,
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y las luces se apagan, se apagan,
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y los hombres funcionan, funcionan, funcionan.
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DARÍO BENÍTEZ GONZÁLEZ.
Miembro del taller de poesía «Manuel Ortiz Guerrero».
Algunos poemas se publican en la obra colectiva Poesía taller (1982).
SILVANA OVIEDO
BURRERITA
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Allá va como siempre,
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como todas las mañanas,
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cabalgando su burrito,
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desde donde pregona a voz en cuello
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cuanto lleva en sus canastos.
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No es el Quijote ni abanderado paladín,
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es ejemplo de una raza de centauro,
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que por noble y por valiente
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¡nunca tendrá fin!
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SILVINA OVIEDO.
Oriunda de Colonia Independencia, radicada desde algunos años en Buenos Aires.
Obra: Alma sublime, 1968.
ANDRÉS R. PEREIRA
MBORIAJHU VIDA
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Mboriajhu gui me oyecái
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pero peicha oyofrecero
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jhaecuera los primeros
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oafrontá ivaiva,
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jhypy jhaimbe jha jhativa,
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¡Ndipori che raaro!
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Mas que amo terejhó
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itriste mboriajhú vida.
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Tuvichaitépa oyuaby
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coaga gua la bodoque 9
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ymá en tiempo de López
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peinte vaecué paraguai.
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Ndipori ndajha moai
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opama exonerado
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yepe nde yibá un lado
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rejhó vará re serví.
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Coaga los carai
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I yapeguypegua tuvichá 10
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poncho guy rupi oipeá
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hasta el último centavo,
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oguajhé jhiá cheve alcabo
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mboriajhupeel fin del mundo
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ojho pavoa lo profundo
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otra causa opagá.
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Ndajhaei varaco yojhá
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coicha memé ña marchavo
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ndadi verá yapytaro
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yaú pojha roysá.
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I ricoba topucá
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ndoguerecoini un daño
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mboriajhuntecada año
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jhatave oye clavá.
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Oimero inambí puaba
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coava jhae jhaguere
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teí mandi jhacu cuere
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entero o disgustava
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aba causa ñandeyara
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opensa ña ne jhundivo
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omboú ñandeve icastigo
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guerra, seca jha opa plaga.
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Ytá Y hoby marzo 1934.
(Ocarara poty-cue mí, Año X, N.º 72)
9- Bodoque: seres, hermanos paraguayos. (N. del E.)
10- Iyapeguypeguá: picardía o pícaro. (N. del E.)
MARIO B. ORTEGA
CANILLITA17
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- I -
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Canillita rerajhava acointe nde sapucaipe,
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remuasai rejhó ybyture diario rera catuí,
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pe nde ahó sorocué mime na iñakyigui rejhejhape
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cuatiá cuera reñuhavo yepémo reñe jhundí.
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Mboriajhugui nande re rai, avavé nde cuahá hyjhára
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«canillita» ne renoiva yro ndeve oye Poirú
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reyá cuevo magma cuera, ndiyavyi catú nde yara
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oñe’ero angha oyajheine, i curí gui pe nde yú.
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- II -
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MboriajImpe romondene «canillita» rojhupivo,
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che ñe’eme co yby ari, cu lucero recoviá,
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sapy’ante oyecuahane, Paraguay yevy ipotyvo
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mavajhina ñande cuera, mboriajhú yeroviajhá.
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- I -
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Bis
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Nde sy-mí guaimí oicovero openane jheí cuevo:
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«che memby-cu osé oiva, mbaejhapa ndo yereí»:
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ndoi cuahai Paraguahy-pyre, diario mi revendé cuevo
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jhepy-cué reroyeregui, jhaimeté ndereyú veí.
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Corazó py’á poraicha, nde yavé iporeihy-va
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tapichá ityrehyva, nde manté remuanguecoi
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«canillita» ndé che hermano! Cheñe’á ipore hyva
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mborayjhugui amuenyjhene, tapiá nde vocoí.
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- II -
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Bis
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Esapucai toí oicuahava, ambué co’a ybypora
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tojhendú ayé ybyture, Paraguay ñemoñaré
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nde casó soro-cué migui, che ñe’e angaipavora
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purajheí nde cuatia-pe, ndeve ojhó ivendé jharé.
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17- Tiene música de Mauricio Cardozo Ocampo. (N. del E.)
MARIO B. ORTEGA. Militar y abogado, de conocida participación en la ascensión del gobierno actual. Exiliado, falleció en Brasil. Poetizó esporádicamente y su estro transitó entre lo protestativo y sentimental. Es autor además de una canción muy renombrada años atrás: «Lustrabota».
FÉLIX BENÍTEZ
CARRETERO MI REMBIASA
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Carretero mi mboriajhú
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cu maltrato rasajhara
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amá gui ogueví jhagua
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ni reí pa ni reí,
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ro’i gui upeicha aveí
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tapé re ojhó guivé.
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Jhimbá buey cuera mimí
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jhendivema osufrí
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tapé pucu cué yavé,
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iponcho colí jhagué re
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avavé nome’e séi
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posada mi ichupé.
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Pero cu reicoteve ro
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jhese cuera mante opene,
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jha’e cuera anichene
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onegá upé servicio;
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camión yepe ostirane,
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yepevemo en perjuicio.
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Urú cuera no penái
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ni ndoicuái sacrificio,
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opagá jhaguá ovaleva.
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«Terejhonte che ra’i
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pijharevé eyú yeví»
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¡Upeva ompopajhá ma
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carrero mí mboriajhú!...
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Emboscada, mayo 1955.
(De «Ocara poty cue-mí», N.º 155, mayo de 1956)
TEÓFILO DOMÍNGUEZ
RUTA Y RUEDA
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Román Martínez
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compró una moto
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de ciento veinticinco.
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Un algarrobo de la Ruta Décima,
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cuando iba picando el velocímetro
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el número ochenta,
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con las guijas redondas
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del camino
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y el momento del vértigo
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con masa y marcha,
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logró el impacto semifúnebre.
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Alterado su ángulo facial,
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pasó por el quirófano.
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Soportó los grilletes
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de un enyesado lento,
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abatido en una queda
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del dominio técnico,
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el neoestoicismo que
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predican las moléculas
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de hierro.
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Román Martínez, fue peón de estancia,
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vendedor callejero,
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churrero18 en la infancia.
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Al zafarse de añagaza,
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borró de su foja
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el sueldo mínimo
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y toda dependencia.
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Román Martínez
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no tuvo adolescencia.
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Su infancia...
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una etapa incierta.
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Su vida.
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un circuito lento
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y peregrino.
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Ahora
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su destino está sellado.
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El peroné quebrado.
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Triturada la rótula
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prehistórica.
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Respira por el fuelle
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de un esófago torcido.
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Un bastón de carandá
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pulido,
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sustituye para
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la pineal de su cerebro
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los efluvios de optimismo
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que quiso liberar
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sobre las ruedas neumáticas
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de una moto
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de ciento veinticinco.
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Román Martínez
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no venderá su moto:
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hay pagarés con garfios policiales.
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Su bastón de carandá pulido
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es un báculo.
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Remitirá a los «hippies»
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cuando muera.
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3-X-1969.
18- [«Churero» en el original. (N. del E.)]
TEÓFILO DOMÍNGUEZ (1915). Poeta y prosista, cuyas obras se hallan dispersas en periódicos y revistas. Autodidacto, es según Emilio Armele «una de las mejores inteligencias de Concepción».
ÓSCAR ESCULIES
EL CANILLITA
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Clava en la poca luz de la mañana
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el estilete de su pregón agudo,
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despierta a su mensaje el barrio mudo
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y la ciudad revienta en la palabra
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que despeña sus gritos en el alba...
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Sube y corre por la cresta de la aurora
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el bullicio de las voces familiares
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en apretada procesión de titulares,
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y se expanden los sucesos por la boca
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del torrente infantil que se desborda.
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Canta en las notas claras de su canto
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el raudal febril de la noticia
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en la angustiosa voz de la primicia,
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en tanto el corazón es un extraño
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atropellar de miseria y de quebranto.
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Tú eres el hombre, pequeño canillita,
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que puso Dios en el alba como un trino.
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¡Tú eres más hombre en la fe de tu destino
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porque llevas a cuestas por la vida
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el hambre, el dolor y las fatigas!
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1967
ÓSCAR ESCULIES (1913). Autor de Rumor de agua, con prólogo de Juana de Ibarbourou en 1936.
NAYID ARMELE
¡ALZA TU BANDERA!
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Patria, tú que en América
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fuiste cuna, blasón y yunque
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de un pueblo de valientes,
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que amamantaste tempranera
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un grito de rebelión,
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de independencia o muerte
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y que al verbo inflamado
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de Antequera diste el ímpetu
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bravío de tu raza indómita,
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no dejes que el tirano
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se harte en sangre generosa
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de tantos mártires
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y doblegue tu heroica resistencia.
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¡Levántate, oh patria!
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con la fuerza ancestral de tu pasado
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y alza tu bandera altiva
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al grito de «libres en la vida o la muerte».
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GUARANIA
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En la guarania danza embrujada
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mezcla de hispano-indo, oración
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que en cada nota lleva engarzada
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las emociones del corazón.
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Fue de Guerrero la profecía,
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de Asunción Flores, inspiración,
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guarania triste con melodías
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llenas de indiana suplicación.
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Fuente perenne de la armonía
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que brota suave de Ybaroty...
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y va poblando de sinfonías
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la agreste selva del guaraní.
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Con sus cadencias muy emotivas
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otra ninguna tan noble hay
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y es mariposa nunca cautiva
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en esta tierra del Paraguay.
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NAYID ARMELE (1921). Ha colaborado en Correo del norte y en la revista Crónica de Clorinda (R. A.)
AMADOR GARCÍA ACEVO
CANTO A LA TIERRA PARAGUAYA
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¡Yo sé de tu tristeza
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oh tierra paraguaya!
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Te sientes virgen fértil
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en permanente celo,
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reclamando a tu lecho
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a tus hombres viriles
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para engendrar los frutos.
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(A tus hombres viriles,
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que ansiosa los contemplas
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perderse entre esperanzas).
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¡Yo sé de tu tristeza
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oh tierra paraguaya!
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Eres mujer, y añoras
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las caricias del hombre,
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(los besos de los curcos
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que estremezcan tu carne,
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y el grano de semillas
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que germine en tu vientre).
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No tienes quién te mime,
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te proteja y te quiera.
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¡Y eres hembra arrogante,
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admirada y soñada
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por hombres de otras tierras!
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Por eso yo desgarro
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mi voz, en este canto,
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cual grito de tu selva.
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Por eso yo les digo:
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que nunca serán grandes,
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hasta que unidos todos
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busquen en tu regazo
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recolección de siembras.
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¡Y bendigo la hora
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de futura alborada...!
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En que manos callosas
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de tus hombres viriles,
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con arados y bueyes
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fecunden tus entrañas.
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¡Y bendigo la hora
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en que al sentirte madre...!
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Amamanten tus pechos
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las espigas doradas.
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POEMA DÉCIMO
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¿Dónde se esconde el viento
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que ha de formar la ola,
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que ahogue con sus algas
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las fauces dictadoras?
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¿Dónde están las campanas,
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fundidas en cañones,
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para voltear sus bronces
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con cantos libertarios?
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¿Dónde estamos nosotros?
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¿Qué papel desempeña
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nuestra existencia absurda?
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Si formamos la tierra
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de eternos proletarios,
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no es posible que el fruto
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madure en nuestros campos.
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Elevemos la frente
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sudorosa de espigas,
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y crispemos las manos
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cansadas de promesas.
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Arranquemos mordazas
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que aprisionan los labios,
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pastosos de blasfemias,
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de palabras no dichas.
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Rompamos los dogales
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que oprimen las gargantas,
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reventando sus venas
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con gritos de ¡justicia!
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No importa que nos cosan
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con balas, nuestras bocas,
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nuestras bocas hambrientas
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de panes prometidos.
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Ni importa que la tierra
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nos pudra entre sus senos,
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si el trigo que ha de darles
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tendrá sabor a sangre.
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Gritemos el cansancio
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que encorva nuestros hombros.
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Tiremos en el fango.
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nuestro estúpido miedo.
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Y elevemos el cáliz
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de esperanzas futuras.
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Consagrando en el ara
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del altar, nuestro ejemplo.
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¡AY!
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Hay rostros esculpidos para que nunca rían
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y manos que se han hecho para que nunca se abran.
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Y manos que son puños y que sólo se extienden
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para mojar sus yemas, tentáculos de pulpo,
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en las húmedas sienes del hermano explotado.
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Y hay rostros esculpidos con surcos insondables
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por arados de oro y anillos de brillantes.
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Y cuerpos que son lomo de carga, de por vida.
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Y pechos fatigados, oscuros por el asma
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jadeante de mendrugos y de huesos de carne.
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Y hay también otros pechos que brillan relucientes
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de condecoraciones,
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cual fugaces estrellas en un cielo de estiércol.
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Y cabezas erguidas, sostenidas inmóviles
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por el cemento armado de sus cuellos de cerdo;
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y cabezas caídas, que no miran al cielo
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por el peso sangrante del sudor de su frente.
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Y hay pasos de los otros,
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los que atropellan todo,
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sin sentir en sus plantas...,
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la palidez de un niño,
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los pechos, ya sin leche,
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de una madre extenuada;
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la boca desdentada de un padre,
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ya reseca, sin el pan de mañana.
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Y oídos, que no escuchan los grillos y cadenas
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de tantas injusticias.
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Oídos taponados por la cera del oído,
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sin que ningún perdón estremezca sus tímpanos.
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Y hay en fin un ¡AY! grande, como toda la tierra,
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de dolor y de llanto.
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Un ¡AY! que por los siglos
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llenará el universo y llegando hasta el cielo,
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rebote,
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y compasivo, vuelva,
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y destruya todo.
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AMADOR GARCÍA ACEVO (1922). Poeta de sensibilidad austera y fraterna, ha publicado dos colecciones de sus versos bajo los títulos de Olas sin playa y Preludios poéticos en 1980.
JOSÉ LEOPOLDO DECAMILLI
PARAGUAY
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Acariciando las curvas de tus bahías,
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hinchando el blanco velamen
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con la respiración exótica
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del vello oscuro de tus costas,
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de tu alma de tierra y linfa poderosas,
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redimiote Castilla generosa
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del olvido y perennizó tu nombre indio,
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y con él, tu esencia,
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en el curso humano del tiempo.
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Surgiste grande, Paraguay,
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de las sombras de las selvas,
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a la historia universal.
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Fuiste cabeza de gobierno
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de fronteras tan anchas
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que tenerlas no parecía;
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tu cepa indomable,
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tu casta libérrima,
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lo testimonian los gritos de rebeldía
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de los comuneros titanes,
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tu amor de madre lo probaste
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al dar forma a la noble Buenos Aires
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tu voluntad de pueblo,
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con fisonomía propia y libre,
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lo subrayaste con la gesta
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grandiosa del setenta...
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La gran guerra fue grande
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aunque crucificó nuestro destino histórico
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y robó la sonrisa de cien generaciones;
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fue grande aunque su sombra
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es como un colosal espectro
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que ordena, con su dedo informe,
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loor eterno a las vidas que cayeron,
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loor eterno a los héroes,
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loor eterno al fragor épico
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en el que se selló, en fuego,
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nuestro dolor de pueblo sin futuro.
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El viento desde entonces,
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se llevó las hojas de muchos días...
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Castilla, después de mirar, cara a cara,
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al sol, araña hoy las piedras desperdigadas
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en sus planicies secas,
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buscando un grano de trigo,
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los pueblos hermanos de América,
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distienden sus ansias
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en gestos terribles y sudorosos;
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tú Paraguay, rosa negra y triste,
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reclinada en el lamento de tus guaranias,
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jirón de luz y polvo de estrellas trituradas,
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tú vives tus años iguales,
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aplastado por el sol ardiente,
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a la tierra sedienta,
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con los ojos nublados por el muro
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del silencio,
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amontonando los escombros del pasado,
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intentando dar vida a lo muerto.
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¡Así desaparecieron todos los imperios,
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hurgando entre las sombras,
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para encontrar el harapo
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que mejor cubriese su desnudez!
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Paraguay ¡despierta!
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América se levanta,
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penosamente, pero se alza.
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Olvida, Guarán, tus dolores,
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echa abajo las lianas del recuerdo,
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quema los cardos que te martirizan,
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da tierra y pan a los pobres,
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junta tus arrugas en una pujanza
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de liberación.
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América te espera,
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|
¡América te llama a la gran tarea,
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de hacer de veintiún bajíos
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un nuevo solar vivo
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|
de gloriosas empresas humanas!
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JOSÉ LEOPOLDO DECAMILLI. Editó en Madrid (España) un grueso volumen de sus obras poéticas de dispares temas con el título de Reflejos de sombras en 1964.
ILUMINADO QUINTANA
CONTRIBUCIÓN PARA UN CANTO UNIVERSAL DE LA PAZ
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(Fragmento)
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Cantemos a la paz, todos los hombres
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con metálico son de muestras voces
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en el inmenso diapasón terrestre.
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Cantemos a la paz, nunca a la guerra.
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|
No al tableteo infernal de las metrallas
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ni al vómito feroz de los cañones.
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No al funesto silbido de las balas
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ni a la explosión horrororísima del átomo
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|
sembrando la muerte por doquier.
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|
Cantemos a la paz, sencillamente
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en todos los lenguajes y dialectos,
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en todos los sonidos y los signos.
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Resuene en los ignotos archipiélagos
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y en los recodos de todos los caminos.
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Resuene en los jardines florecidos
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y en la rosa de los vientos.
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Resuene en los desiertos del Sahara
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y en las nevadas latitudes árticas.
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Resuene en el polo y el ecuador
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en los bosques y en las estepas.
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Resuene en los almendros floridos,
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|
y en la infinita gama musical.
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|
Resuene emocional, humano y puro
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|
mi canto de paz universal para los hombres.
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|
Cantemos a la paz todos los hombres
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|
|
sin distinción de razas ni de credos.
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|
Negros, blancos y amarillos.
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|
Ateos, cristianos y mahometanos.
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|
Unidos todos por el ritual de la paz
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|
que es amor, que es de esperanza,
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|
que es de vida, que es de suprema felicidad.
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|
Que de paz sean las rojas alboradas,
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|
que de paz sean los crepúsculos azules,
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|
que de paz canten las olas danzarinas
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|
en las marinas aguas musicales.
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|
¡Paz! como rezan los milenarios ríos
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|
el Ganges, el Volga, y el Missisipi.
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|
¡Paz! como cantan las montañas grandiosas
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|
el Himalaya y los Pirineos,
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|
el Caúcaso y los Andes del Sud.
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|
|
Y sin medir fronteras regionales
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|
por idénticos cielo constelado
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|
blanca paloma de alas siderales
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|
símbolo sea de paz universal.
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|
POEMA
|
(A Mariano Roque Alonso,
en el aniversario de su asesinato)
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|
A ti clavel de mediodías,
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|
limpio sitial de reciedumbre
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|
por donde brilla la esclarecida luz
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|
|
de tu martirizada adolescencia.
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|
|
En ti lo agónico no cuenta
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|
|
sino la plenitud radiante de la vida,
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|
|
la exaltada magnitud de tus ansias,
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|
tu sangre de pueblo y de patria combatiente,
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|
|
|
tu monolítica estructura revolucionaria.
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|
|
Ante tus despojos de pétalo marchito,
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|
|
ante los jirones sangrientos de tu carne arrasada,
|
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|
|
cómo temblada la canalla fascista,
|
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|
|
cómo quemaban las manos homicidas
|
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|
|
tu pura estrella de tu frente pura,
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|
el luminoso polen de tu corazón intacto, camarada.
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|
|
13-X-1954.
ILUMINADO QUINTANA. (1926?-1984). Sus pocos versos conocidos se destacan por la riqueza de su contenido. Vivió en el exilio desde hace varias décadas. Sus herederos editaron en 1985 y en Buenos Aires su libro Astral cabalgata con el seudónimo de Luis Derval.
PEDRO ABELARDO GÓMEZ CENTURIÓN
MBA ’EIKO PEE PEYÉ
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|
Mba’eiko pee peyé
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ko tiempo ko’aga guápe:
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ko’eguive kundahápe
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yaiko yakaru jhagua.
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Jha i completove jhagua
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ko ára jhaku oguajhévo
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-upe octubre oikévo-
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|
hora yepe oyupipa.
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Mba’eiko pee peye
|
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|
ko ñane tiempo pyajhúpe:
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|
Cero’i cero guasúpe
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|
jho’upa ipyraite.
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|
Represión de modaite,
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|
jha osegui la contrabando,
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|
yepe ku de contramano
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|
oguajhe tuicha kuete.
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Jhe’ijhaicha Martin Fierro:
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|
«La ley es como el cuchillo».
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|
Jhesa’iro ndebolsillo
|
|
|
|
ne kyti vai paite.
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|
Jhe’i avei jha’e:
|
|
|
|
«La ley es como la lluvia».
|
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|
Nderejhe oky guasúro,
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|
pe anrove ndokyiete.
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|
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|
|
Ñandeyára jhe i vaekue:
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|
esta frase tan vigente
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«Con el sudor de su frente
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|
el hombre oviví vaera».
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Nde opa ne resasemba
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|
reikosecomo la gente
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jha upéi ku michieténte
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|
«miro» itenondepa.
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Nape ñandúipa pee
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|
chokokue temityjhara,
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|
pe kóga ñamopu’ava
|
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|
|
otroitépe guarajha.
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|
Jhoky, ipoti, jhi’a:
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|
Ku rasaite yavy’áva.
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Jha umi ipira jhetáva
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|
reinungánte oipota.
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Kokuejhe ajhendu oiko
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«blanqueo de capitales»:
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con cierre jha sin ojales
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kaso kuera oye’usa.
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Doble filope guara
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péva oguerekoimportancia:
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|
toguereko yepeestancia,
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kuñakuera oiko reípa.
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Che upévare ako kuejhe
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apensa ayedivorsiávo,
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soltero yey apytávo
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che piro’ymi jhagua.
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|
Tres semanas upe vaera
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añemoi en remojo,
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yajhechapaun poco flojo
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nda che agarrai los kuña.
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PEDRO ABELARDO GÓMEZ CENTURIÓN. Nació 1º de agosto de 1927, en Villeta. Agricultor.
AUGUSTO CÉSAR RECALDE BLANCO
UN MUNDO MEJOR
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Tal vez algún día sepamos
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algo de un mundo mejor.
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Sin guerras, odios ni diferencias.
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Donde alguien sea todo y
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todos seamos uno,
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confundido en una risa,
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un abrazo y una mirada
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en común a la vida por venir.
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Cantaremos al unísono el
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sagrado himno de una hermandad
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nueva y universal.
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Que no se base en tristes recuerdos
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y no se deforme por lo anticipado.
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Que sea el alegre cántico de la
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prosperidad y ventura presente.
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Gritaremos nuestras loas al Sol.
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Y bajo la luna asomada en el
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inmenso balcón azul de la noche
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oraremos todos juntos y de todo
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corazón pediremos que lo nuestro
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sea cierto, perdure y se difunda
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por la ancha tierra para bien
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nuestro y agrado para él que nos
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creó de la nada llamándonos:
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Hombres.
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Y al cual nosotros llamamos
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el autor de la naturaleza:
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Dios.
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AUGUSTO CÉSAR RECALDE BLANCO. Publicó en 1972 Canto de Esperanza en Asunción. Desde ese año nada se sabe de él.
RODOLFO DAMI (H)
LUCIÉRNAGAS EN TUS MANOS
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(Fragmentos)
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- 7 -
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A veces la angustia
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tiene reminiscencias
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de una canción
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que no aprendimos,
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y el andar deja
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tesoros en la huella:
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la cicatriz de algunas voces
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vuelven a abrirse
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para llamarnos;
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y sentimos que los cerros
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tienen hambre de praderas
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y el corazón de los árboles
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con desmayos en las sombras...
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- 8 -
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...Nosotros que fuimos
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los hijos del silencio
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los náufragos del alma
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la luz de un instante:
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aprender los sueños
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fue la única lección
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que aprendimos,
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y la misericordia se amansó
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como fiera muerta en la batalla...
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- 9 -
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...sólo temen
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los avaros, los aferrados
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a la tierra, ese montón
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de podredumbre que arranca
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lágrimas a los pobres
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RODOLFO DAMI (h). En 1972 editó una colección de poemas: Luciérnagas en tus manos. Desde entonces nada ha dado a conocer.
JULIO CÉSAR BARRETO
AQUELLOS EMIGRANTES
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Se marcharon los hombres
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por la rendida grieta de la tarde
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llevando entre sus manos
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leyenda
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y melodías.
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Eran como una húmeda síntesis
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de historia
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de biografía siempre repetida
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de sonrisa olvidada.
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Arrastrándose por la tristeza de la tarde
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marchaban
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sin marchar.
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(Eso que ves ahí
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es el antiguo rancho
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que construyó el abuelo, el mismo abuelo
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que conquistó la tierra y descubrió
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las leyes de la siembra).
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No volverán ya más
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a agachar su silencio sobre los sembradíos
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a cantar las canciones de esperanza por el alba.
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Se marcharon los hombres sin adiós ni tambores...
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DIVAGAR ENTRE LA SOMBRA
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Lo conocí en la exánime siesta de mi tierra
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bajo la piel llevaba el trágico secreto de su tiempo
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y un dolor amarillo le cegaba la cara
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de él
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no recuerdo muchas cosas
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apenas si podría rememorar sus pasos
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tras la siembra azorada de los surcos inciertos
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no recuerdo
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si se llamaba juan
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si se llamaba pedro
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pero arrastraba la antiquísima costumbre
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de empuñar con la misma precisión
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el arado
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el cuchillo
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y la guitarra con sus manos de edad imprecisable
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abría las picadas que conducían
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a los yerbales tristes
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a los montes donde sangran nostálgicos palmitos
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a las lejanas cascadas en cuya orilla acampan
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los misteriosos comandantes guerrilleros
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o acaso
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con esas mismas manos
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construía la fosa donde guardar su muerte
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nunca supe su edad
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nunca su historia
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aunque en sus brazos rudos de labrador o herrero
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latía incuestionable el estigma de pueblo
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de anónimo soldado
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de jinete sin nombre
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de sombra marginada
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o la vaga esperanza de libertad y pan
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y eso también recuerdo:
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el rústico instrumental de labranza y de guerra
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que de callosa plataforma de sus hombros
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|
disipara a destiempo los encantos del mundo
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|
además
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esa herencia taciturna retratada en los hijos
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|
el ambiguo silencio que le gime en el pecho
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y que un día
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emergerá furioso por la sublime causa
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|
¡entonces sí vendrá la lucha!
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con esas mismas manos para la misma tierra
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bajo la misma siesta para los mismos hijos.
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|
JULIO CÉSAR BARRETO (1952?). Publicó sus versos en diarios y en la revista Criterio.
ANTONIO DOMINGO MARTÍNEZ
LUSTRABOTA DE ASUNCIÓN
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Canto al noble y guapo obrero
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que da brillo con esmero
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a mi gastado zapatón.
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|
Lustre patrón... lustre patrón
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es el pregón tempranero,
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de ese humilde y guapo obrero,
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de las plazas de Asunción.
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|
Lustre patrón... lustre patrón
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|
va ofreciendo sus servicios,
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|
tempranero sacrificio
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el precoz trabajador.
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|
Lustre patrón... lustre patrón
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|
con su cofre de esperanza,
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|
ese rústico... «cajón»
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el duro pan alcanza
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empapado de sudor.
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Apurajhéi pe mita-í catupyrype
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sapatú omboveráva
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mbuyapé repiramí.
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(De Ocara Poty-cuemi)
CAYO ROBERTO CÁCERES
A MI REPÚBLICA
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|
¡Oh! mi república. Exclamarte
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a ti es exclamar a todos los
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que en ti habitan.
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|
Lastimera suena mi voz
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cuando siente el vacío.
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De muchas almas.
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Lástima los buenos hijos,
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lástima el jazminero,
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lástima los corazones que
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sufren,
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corregid a los hijos
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que en ti odio
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|
propaga.
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Bendecid los hijos que
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mueren por el sendero
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buscando tu dicha.
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|
¡Salud!
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Tricolor de mi patria
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amada.
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República o Muerte,
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retumba en mi mente.
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|
¡Oh! Patria querida,
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|
mi verso por ti.
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|
CAYO ROBERTO CÁCERES (1958). Obra: Tiempo de Poesías en 1982, donde al decir de Emilio Pérez Chaves expresa sus «sentimientos líricos profundos».
HUGO LUIS GIMÉNEZ
LA MUJER DEL CENSO
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|
Pálida, delgada y triste
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dándole el flácido y gastado pecho,
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|
viejo manantial de ternura y canto
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|
¡que aún mana leche
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para su noveno hijo!
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La mujer del censo
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|
contesta a mis preguntas;
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¡y aún puedo ver
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|
un brillo de amor y esperanza
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en sus hundidos ojos!
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|
La mujer del censo,
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|
con su marido ausente -por el trabajo-
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|
¡y sus dos únicos cuartos
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|
para sus nueve hijos!
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|
HUGO LUIS GIMÉNEZ. Oriundo de Pedro Juan Caballero. Integra su poesía el volumen titulado «Voces del Amambay», año 1983, de Edit. Norte.
RAFAEL ROMERO
AMAMBAY
|
(Fragmento)
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|
...Mientras todo eso, la contrapartida,
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de un pueblo que lucha,
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|
se ve en los barbechos el hombre paciente
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sobre las manceras de su santo arado,
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|
regando las mieses a través del surco
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|
con lágrimas propias
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|
y camino al rancho azada al hombro,
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|
en busca de alivio su amor jadeante, la amada mujer.
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|
En contrapartida sigue desfilando
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|
cual reto a los malos,
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|
el obrero humilde de nuestros talleres
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|
que sobre su yunque martilla y amasa
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|
la riqueza y el sueño de un mundo mejor.
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|
No olvidéis amigos, no olvidéis hermanos
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que hay gentes descalzas, enfermas de anemia,
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niños con vientres crecidos de anquilostomiasis,
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|
pobres mercaderes que ofrecen productos
|
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|
de sudor y llanto por un «patacón».
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|
Oh... noble Amambay, generosa tierra donde
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la esperanza se cifra en tu pueblo;
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nunca tú permitas que la flor gloriosa
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|
de tus libertades se marchite impune;
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|
|
recordad que lleva el nombre de un prócer
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que un día en la celda con sangre escribiera,
|
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|
ser libre en la vida, ser libre en la muerte,
|
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|
la herencia más digna más bellas y bendita
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de nuestra heredad.
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|
BARBACUÁ
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(Fragmento)
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... Quisiera que tú hables Barbacuá
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para contarme todos los pesares y torturas
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del hermano que en busca del centavo,
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llegó frente a la boca de tu horno
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y de allí hacia el silencio
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|
lo condujo el capataz.
|
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¡BARBACUÁ...!
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|
Infierno terrenal...
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|
en soledad y crimen,
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tremendo fastidio del hermano donde arde
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|
la vida indigente del mensú de mi Nación;
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no a mucha distancia de tu hoguera
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se erigen las tácitas cruces del arriero,
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que al perseguir soñada independencia
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fue frustrada su esperanza.
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|
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¡BARBACUÁ...!
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No en balde Barret había cantado
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con tonante vibración de su hidalguía,
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las penas del mensú sacrificado
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la vida, las cadenas,
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las cruces solitarias del desierto.
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|
|
RAFAEL ROMERO. Contador Público. Sus versos integran el volumen titulado Voces del Amambay, donde dan a conocer sus poemas poetas jóvenes radicados en la ciudad de Pedro Juan Caballero.
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TERCER PERIODO
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ESTEBAN CABAÑAS: POEMA / UNO / CINCO / FINAL / XIII (FRAGMENTO DE «PIEDRAS»)
MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ: HOMO FORTIS / ESTUDIANTES / EL FUEGO ALGUNA VEZ
RAQUEL CHAVES: TUNELDESTINO / LA CANCIÓN DE LA TIERRA
GLADYS CARMAGNOLA: SÍ. «HAY UN SITIO» / REENCUENTRO
MAURICIO SCHVARTZMAN: HAN ENCERRADO A UN HOMBRE HACE TANTOS AÑOS / POEMA / POEMA
J. A. RAUSKIN: AREGUÁ / SEÑORA, NO TENGO GANAS
JUAN ANDRÉS CARDOZO: EL SILENCIO / LIBERTAD / DE PIE FRENTE AL DOLOR
OSVALDO GONZÁLEZ REAL: JUGLAR DE AUSENCIAS / HIMNO A LA NADA
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MIGUEL ÁNGEL CABALLERO FIGUN: ABRID LAS SEPULTURAS / LAS SOMBRAS / ME DUELE MI PAÍS / VIENTO DE LA PATRIA
RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA: EX COMBATIENTE
AURELIO GONZÁLEZ CANALE: PACIENCIA EN LA LLAGA / BALADA PARA EL POETA TRISTE (FRAGMENTO)
RENÉ DÁVALOS: HISTORIA DEL HOMBRE (FRAGMENTOS) / PALABRA HUMANA (FRAGMENTOS)
NELSON ROURA: POEMA / LEYENDA
EGIDIO BERNARDIER: VENGO DE LA CALLE
GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ: ARTE POÉTICA / DESCRIPCIÓN / CONTRAPUNTO / SALVADOR ALLENDE / POR SUS MUERTOS TODOS (CHILE) / LOS VERDUGOS / A PABLO NERUDA
JORGE CANESE: PATRIA EN SANGRE / REVOLUCIONES A PUNTO DE ESTALLAR / EN ESTAS TIERRAS / AQUÍ LOS MUERTOS / LO QUE NOS QUEDA / CAMBIOS, TRANSFORMACIONES, ACOMODOS / ¡A CALLAR! / EPÍLOGO
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ROBERTO CAÑETE: CIUDAD (FRAGMENTOS)
VÍCTOR JACINTO FLECHA: - A - / LEJOS, CERCA SIEMPRE
CARLOS MARTÍNEZ GAMBA: PLATA YVYGUY / PYCHAICHI
FELICIANO ACOSTA: NE’E RYRYI / PYKASU / KO’EJU / AYVU
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MARCOS GONZÁLEZ: EL PAN (FRAGMENTO)
LISANDRO CARDOZO: LIBERTAD
MIGUEL ÁNGEL MEZA: MITA (FRAGMENTO) / KOKUERERO PURAHEI
AMANDA PEDROZO: POEMA (FRAGMENTO) / AHORA HERMANO
DARÍO BENÍTEZ GONZÁLEZ: NO ENTIENDO, MUNDO (FRAGMENTO)
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RICARDO DE LA VEGA: UN DELATOR PIENSA
MARIO CASARTELLI: VIA APPIA (71 A. C.) / EURILOCO EN TRINACRIA
GLADYS CASACCIA: NO ERES MADRE TIERRA
GILBERTO RAMÍREZ SANTACRUZ: POEMA 2 / POEMA 73 (IDENTIDAD) / POEMA 74
EDGAR GALEANO DOMÍNGUEZ: AHORA CANTA EL GUYRÁ CAMPANA (FRAGMENTOS)
SILVANA OVIEDO : BURRERITA
MARÍA EUGENIA GARAY: SURCOS
GLORIA DEL PARAGUAY: TIERRA Y TIERRA... / EN TODAS PARTES
OTROS POETAS
FERMÍN DOMÍNGUEZ : PLAN MODERNISTA / LÓGICA FINANCIERA
MANUEL RIQUELME: CANCIÓN DEL PROSCRIPTO
JOSÉ LEANDRO MELGAREJO : A LAS REVENDEDORAS DEL «STADIUM»
CÉSAR C. SAMANIEGO : ¡JHA, PARAGUAY, KUIMBAE RETA! (FRAGMENTOS)
ANDRÉS R. PEREIRA : MBORIAJHU VIDA
LORENZO MEDINA: APÓSTROFE / ALMA DE GUARANIA
HERIB CUENCA RIVERO : LIBERTAD SALVAJE... / FILOSOFÍA ABAÑE’E
RIGOBERTO FONTAO MEZA: CA’ATY
JUAN MARÍA CASSANELLO : EL HACHERO / CANILLITA
LUIS RAFAEL CALCENA : EL HACHERO
BENIGNO VILLA: RELATO DE NORTEÑA TIERRA (FRAGMENTOS)
ALCIRA VEIA DE GARCÍA KINEN : BOLÍVAR / EL OBRERO
DEIDAMIO GONZÁLEZ: POKYR 4 / KUÑA MBORIAHUMI
MATÍAS NÚÑEZ GONZÁLEZ : ÑORAIRO CATUPYRY / CARBONERO PURAJHEI
MAURICIO CARDOZO OCAMPOS: CHO COCUE PURAJHEI / RECITADO / CHOCOCUE KERA YVOTY / MENSU RESAY
EMILIO BOBADILLA CÁCERES: YA YE’OIKE TENONDÉ
ALCIBIADES CARTES : MITÁ SA Y-YÚ
AMARANTO VILLALBA : CARRETERO NORTE / MINERO KAATY
VÍCTOR MONTORFANO: TETAGUÁ SAPUCAI / EPITAFIO PARA FLORES
JOSÉ ASUNCIÓN ACUÑA : CHE PLATA AYANTE / CACUAÁ AMANDAJHAGUI
CARLOS FEDERICO ABENTE : A JOSÉ ASUNCIÓN FLORES / ÑEMITY
ISIDORO ECHEVERRÍA : MBA’APOJHARAPE GUARA
MARIO B. ORTEGA : CANILLITA
FÉLIX BENÍTEZ : CARRETERO MI REMBIASA
JUAN SILVANO DÍAZ PÉREZ : CANTO DE PROSCRIPCIÓN / ENVÍO
JULIÁN PAREDES : OMBA’APOVA PURAJHEI
EMETERIO CANTERO VIERA : SAPUCAI PIAJHU
TEÓFILO DOMÍNGUEZ : RUTA Y RUEDA
NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS : TARDES ASUNCENAS / MÁS ALLÁ DEL RÍO
ERNESTO BÁEZ : AQUÍ QUEDA SU VOZ
JUAN MAIDANA : MITÁ RERAHAHA (FRAGMENTOS) / MBORIAHU PETEICHAPA
CARLOS CABALLERO FERREIRA : DIANA VERSÁTIL / TIRANÍA / SANGRE
TASIO WALDINO BERNAL MARTÍNEZ : CARBONERO PURAJHEI / MBORIAJHU MI RECOVÉ
RAÚL AMARAL : LOS MÁRTIRES / ALTA BANDERA, ARTIGAS
RODOLFO DUARTE TROCHE : SÍMBOLOS POSTERGADOS / RAÍCES CONJUGADAS
SILVIO LATERZA : CARNE DE CAÑÓN
ÓSCAR ESCULIES : EL CANILLITA
ROLANDO GOIBURU : JOSÉ / CORREA
NAYID ARMELE : ¡ALZA TU BANDERA! / GUARANIA
ANTONIO BONZI : ESTE OTRO MURO PEQUEÑA ELEGÍA PARA UN NOMBRE
AMADOR GARCÍA ACEVO : CANTO A LA TIERRA PARAGUAYA / POEMA DÉCIMO / ¡AY!
JOSÉ LEOPOLDO DECAMILLI : PARAGUAY
PEDRO ENCINA RAMOS : CANCIÓN DE PAZ / YUAYJHU PORA
JOSÉ DOMINGO PORTILLO : ISA SOVO PARAGUAY
LIONEL ENRIQUE LARA : ASÍ CANTA MI PATRIA
CRISPÍN CONCEPCIÓN ORTELLADO : AO K’YA YOJHEI JHARA
CARMELO CASTIGLIONI PÉREZ : BALADA DE NOCHE BUENA
ILUMINADO QUINTANA : CONTRIBUCIÓN PARA UN CANTO UNIVERSAL DE LA PAZ (FRAGMENTO) / POEMA
CANCIO GIMÉNEZ : CANTAR BIEN ALTO / CANCIÓN AL POBRE / SANGRE
PEDRO ABELARDO GÓMEZ CENTURIÓN : MBA ’EIKO PEE PEYÉ
MARIO HALLEY MORA : SER / ESBOZO
ROGELIO SILVERO : EL PORVENIR LATE EN EL SURCO / NO SERÁ ASÍ, LABRADOR
BASILIDES BRÍTEZ FARIÑA : MITA’I PINANDI MÍ / EL VERDE MAIZAL / OBRERITA / AGUATERO DE MI PATRIA
CARLOS BONZI GIMÉNEZ : DIVAGACIÓN PATRIÓTICA / A MANUEL ORTIZ GUERRERO
JULIÁN ORTIZ CHÁVEZ : OBRAJERO REKOVE
MARCOS ÁLVAREZ PEREIRA : CAMINO DE TIERRA ROJA / AURORA DE AGOSTO
CIRIACO CARDOZO : CHOKOKUE REMBIASA
FRANCISCO CRISTALDO : RIKO KYRA
MARCELINO VALIENTE : LA MENDIGA
ESTEBAN ROMERO INSFRAN : CHE REINDY MBORIAJHUMI
RUDI TORGA : KOOS KOSTER, TU SANGRE DERRAMADA / LA PATRIA QUE LATE EN MÍ / RONDANDO LA CIUDAD
GREGORIO GÓMEZ CENTURIÓN : JAKU’EKE RYKE’Y / ANGEKOI KOKUE RAPERE / PE ÑE’E OÑEMBOHETEVO OIKOVE ÑANDE APYTEPE
JUAN PASTORIZA : POEMACOLLAG / ANTI-POEMA
AUGUSTO CÉSAR RECALDE BLANCO : UN MUNDO MEJOR
RODOLFO DAMI (H) : LUCIÉRNAGAS EN TUS MANOS (FRAGMENTOS)
WILLIAM BAECKER : LAMENTACIÓN PROFANA
ROGER LINCOLN SILVA : SUMA CAÍDA / ODA
MANECO GALEANO : PARA UN ROSTRO LABRADOR / EL EJECUTIVO
PEDRO ANTONIO ALVARENGA : NORTE
JULIO CÉSAR BARRETO : AQUELLOS EMIGRANTES / DIVAGAR ENTRE LA SOMBRA
ANTONIO DOMINGO MARTÍNEZ : LUSTRABOTA DE ASUNCIÓN
PEDRO GAMARRA DOLDAN : POEMA
MARCOS ANTONIO ELIZECHE : EXILIO
LADISLAO MELLO CABRAL : EL PUEBLO / FALSEDAD HUMANA
VICENTE CAPELLO MAURO : MANDAMIENTO AMERICANO / LA PAZ QUE YO PROPONGO
MARÍA LIGIA AGUILAR : ESPERANZA DE UN CAMPESINO
CARLOS SOSA : LAVANDERITA
MIGUEL ÁNGEL RAMOS : REBELIÓN / LA MUJER PARAGUAYA / MAKA / MAKA / MAKA / POEMA PARA OBERÁ
JOEL FILÁRTIGA : POEMA AL HIJO
CAYO ROBERTO CÁCERES : A MI REPÚBLICA
HUGO LUIS GIMÉNEZ : LA MUJER DEL CENSO
RAFAEL ROMERO : AMAMBAY (FRAGMENTO) / BARBACUÁ (FRAGMENTO)
SUSY DELGADO : NE’EPOTY (FRAGMENTO)
ANÓNIMAS
ORACIÓN DE LOS QUE CREEN EN LA JUSTICIA
TIEMPOS DE PAZ
POBRECITO EL PYRACUE
«ANI PEKYHY’YE»
YA KU’EKE RYKE’Y
CÁNTICOS PARA LA FIESTA DE KAAKUPE TORYPAPE JAKOI
ORE PORIAHU VEREKO
LA LLUVIA EN EL TEJADO
VIVIR ES AMAR Y LUCHAR
CANCIÓN DE PAZ
VAMOS A VENCER
FOOTBALISMO
EVOCACIONES SOBRE AUTORES Y LIBRO
RAFAEL BARRETT
ÁNGEL I. GONZÁLEZ
CARTA A JULIO CORREA
JULIO CORREA
EL PEQUEÑO COMPLOT
A HÉRIB CAMPOS CERVERA
A HÉRIB CAMPOS CERVERA
REINALDO MONTEFILPO CARVALLO
A MANUEL VERÓN DE ASTRADA
A ARÍSTIDES DÍAZ PEÑA
A FÉLIX DE GUARANIA
ELVIO ROMERO
ANTOLOGÍA DEL SILENCIO DE SANTIAGO DIMAS ARANDA
APUNTES SOBRE POESÍA PARAGUAYA
APÉNDICE
LOS EXTRANJEROS DESEAN ENGAÑOSAMENTE (FRAGMENTO) / LAS PALABRAS DE PA’I ANTONIO Y ALGUNOS CÁNTICOS, EN FRACRAN (FRAGMENTO) / INDIA (GUARANIA) / OBRERITO / AVANZADA / ¡COMPAÑEROS! / LAS HIJAS DEL PUEBLO / ÑANDE PURAJHEI / EN MI PRISIÓN DE ESMERALDA / JOSÉ ASUNCIÓN FLORES / PEQUEÑA LETANÍA EN MEMORIA DE JOSÉ ASUNCIÓN FLORES / DIÁLOGO DE VERANO / GENARO ROMERO: CREDO CAMPESINO - IMPRESIONES DEL VIVIR DIARIO / PIERRE MORACIA MORPEAU: NOCHES DE HAITÍ - TAM-TAM
COLOFÓN
COMENTARIOS SOBRE LIBROS ANTERIORES DEL COMPILADOR:
ARMADURA FLUVIAL
RÁFAGAS DE LA TIERRA
ARDER, ES LA PALABRA
EL JAZMÍN AZORADO
DESDE ABAJO ES EL VIENTO
CLAREA EL FIRMAMENTO
PERPETUAMENTE ALONDRA
UNA DISTINCIÓN
RECTIFICACIÓN : OFRENDA / EL SILENCIO / EL CANTO DEMORADO
ANÓNIMAS
«Políticamente considerado el pueblo, es el conjunto del querer nacional o la explícita manifestación de la voluntad general» («El Centinela», periódico serio-jocoso, Asunción, diciembre 12 de 1867).
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Yo soy la voz de la gente del futuro y del presente: ¡grito o clamor impaciente de un país ya renaciente!
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«Que en este mundo de pobres
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otros hagan cosas feas;
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yo no vine a juntar cobres,
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¡vine a repartir ideas!
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«No deja bienes», así rezaba en el certificado de defunción de Agustín Barrios, que como Rodin al morir no tenía un centavo, dejó como Barrios, millones en obras de arte... (Diario ABC, 22 de julio de 1973, Asunción, Paraguay).
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ORACIÓN DE LOS QUE CREEN EN LA JUSTICIA
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|
Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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los padres de nuestros padres conocieron de cerca la guerra
del 70
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nuestros padres vivieron la guerra del Chaco y la revolución
del 47
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ellos vieron morir a los estudiantes un 23 de octubre
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vieron morir a sus hermanos, a sus padres, a sus parientes
y amigos
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en luchas callejeras de la revolución
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ellos conocen el historial de sangre de nuestros dirigentes
políticos
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ellos los vieron pudrirse, venderse y vender a sus propios
amigos y
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compañeros.
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|
Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque ellos saben de la miseria humana
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lo poco que vale una vida para los asesinos
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lo poco que les cuesta comprar un juez
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un abogado
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un médico
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ellos conocen a los asesinos
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no a los que pululan por los sótanos de las comisarías
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torturando presos
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ellos no son los asesinos, Señor,
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tampoco los que nos rompían la cabeza y nos hacían
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sangrar las espaldas en el 69
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ni siquiera los que nos pegaron en la U. C.42
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golpes cuyas marcas ya desaparecieron de nuestras carnes
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pero que guardamos como un precioso tesoro
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en nuestro corazón y en nuestra voluntad.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque ellos fueron silenciados
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-silencio rabioso de la impotencia-
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en lo mejor de su juventud.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque ellos viven frustrados
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amando la democracia
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la escuela
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el ahorro y el confort
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porque creen en lo que ven y no en lo pueden ver.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque su amor de padres nos llena de frustración
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-no queremos ser sombras perdidas del miedo-
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porque ellos no son culpables de lo que piensan
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-«no te metas en política»-
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-«qué ganan con sus manifestaciones estudiantiles»-
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-«dedíquense a estudiar en vez de protestar»-.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque estamos obligados a mentirles
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(ellos creyeron que estábamos en un cumpleaños
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cuando nos estaban pegando en la U. C.)
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porque estamos obligados a tenerles como enemigos
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y todo por nuestro amor de hijos
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no queremos que ellos sufran
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-ese mismo amor que nos inculcaron
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que nos divide tan profundamente.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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porque tú, Señor, no nos dejas colaborar con ellos
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estamos enfermos por la sed de justicia
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el deseo de luchar
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y de amar.
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|
Te pedimos, Señor, por los hogares
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donde los hijos son lo que sus padres quieren que sean
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reina la tranquilidad y la armonía-
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¡nosotros los vimos, Señor!
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Eran sus hijos los que nos señalaban
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en la U. C.
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para cebar a los apaleadores.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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Tú mismo te cansaste en el monte de los Olivos
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Tú mismo supiste de los magistrados
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de las cárceles
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de los juicios
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Tú viste llorar a tu madre
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cuando te mataron.
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Te pedimos, Señor, por nuestros padres
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para que crean todavía
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en la lucha por la justicia.
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(Revista Acción, Noviembre 1972, N.º16.)
TIEMPOS DE PAZ
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Eran los tiempos de la paz.
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Eran los tiempos de la paz.
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Eran los tiempos de la gran paz
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de la paz inmensa como elefante
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de la paz pública como loro gritón
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de la paz agresiva como gorila.
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Era el estado de paz en estado de sitio
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guardada como se guarda una fiera o un preso político
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con metralleta.
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|
En la cámara de paz nos hacían respirar hondo
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y nos hacían tragar la gran palabra
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que luego vomitábamos como si nos saliera el alma.
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Vivíamos enfermos de paz
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nos dolía la paz
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nos torturaban en nombre de la paz.
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|
La paz había sido decretada oficialmente
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Y estaba prohibido dudar de la paz establecida.
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Estábamos hartos de paz,
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|
todos los almacenes vendían la misma clase de paz
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y en el campo no crecía ni la mandioca.
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Es triste cuando los niños piden pan
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y no se les puede dar más que
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paz y buenas palabras
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aprendidas en la campaña de alfabetización.
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La paz nos seguía por la calle
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la paz invadía la casa
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y hasta entraba
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con el periódico en la mano;
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en el retrete
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entraba también en la escuela
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-sobre todo en la escuela-
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para amenazar a los niños malos
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que no nos dejan en paz y hacen preguntas,
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|
y en la iglesia la paz se hacía decir misa
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de seis velas y con obispo.
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|
De padre desconocido les hacían hijos a la paz
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hijos de paz
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lindos y relucientes como de contrabando.
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|
Eran tiempos de paz
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extenuante y eterna
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ya nadie sabía qué hacer con tanta paz
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|
el país estaba inundado por la paz
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y buscábamos un lugar donde la paz
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no hubiera arrasado con todo
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porque ustedes ya lo saben
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cuando hay paz
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|
a la ¡pucha! unos cuantos viven
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|
y los demás...
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|
(De Revista Acción, N.º 1, marzo 1972)
POBRECITO EL PYRACUE
|
|
Nderehecháiramo reiko
|
|
|
|
pero hendyta nde resa.
|
|
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|
Nerehendúi gua’u vaicha,
|
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|
|
ha határeyapysaka.
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|
|
|
Anivéna che ra’a
|
|
|
|
reiko reñembotavy,
|
|
|
|
eheyána nde guata;
|
|
|
|
ndoyecha’eiko nderche
|
|
|
|
porque ndengo «pyrague».
|
|
|
|
|
|
Nde zapatu ramo yepe
|
|
|
|
ndopytái nde pypore:
|
|
|
|
pévare oiméne, «pyrague»
|
|
|
|
lo mitá kuera ride hero.
|
|
|
|
Tereho eñoty mandi’o
|
|
|
|
anive péicha reiko,
|
|
|
|
tomba’apo nde rete,
|
|
|
|
toiko ndehegui kuimba’e
|
|
|
|
ha topa upe pyrague.
|
|
|
|
|
Nde pyapy mokoi porá,
|
|
|
|
ne retyma imbarete,
|
|
|
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hesai pe nderekove,
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|
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|
hetia’e upe nderova:
|
|
|
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ha nde reiko reguata
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reyuhúvandi reñe’e
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|
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rehekávo ne«informe» rá
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nde cargo ejustificase
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pobrecito pyrague.
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Aipo«informante secreto»
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ndaye la neprofesión.
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Ne rembiapodelación,
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|
|
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«yaguá», he’i lo mita,
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ambue «ti ro’ysa»
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|
opáicha anga reñehenói
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nde rova ningo mokói
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ha intrigantereyuhuse
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|
|
pobrecito pyrague.
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Nde causaité lo mita
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|
|
|
oho preso, oñenupa,
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|
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|
peló taicha oyechuta,
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detenido, incomunicado...
|
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|
Nde katuhombre honrado
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reiko remoi ñuha.
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|
|
(Anikena oñedesarma
|
|
|
|
péicha hagui nderehe
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|
|
nde cliamigo pyrague).
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|
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|
Che ha’e ndereayhu-ha;
|
|
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|
(yepevéro pyrague)
|
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nde ha’e che pehengue)
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upéicha rupi roavisa:
|
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eheyána nde guata.
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|
Sai voi regana,
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|
|
|
hetavéngo reperde:
|
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opa neconciencia revende
|
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|
|
ha ndererekóitranquilidad.
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|
|
Silvestre Flor. Aparecido en el periódico Sendero.
«ANI PEKYHY’YE»
|
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|
Che akyhy-ye
|
|
|
|
Nde okyhy’ye,
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|
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lo mitá okyhy’ye,
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|
ñane iru kuera okyhy’ye,
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|
magmavaité yakyhy’ye.
|
|
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|
Okyhy’ye mita kuera pombero gui.
|
|
|
|
Okyhy’ye tuichaveva mboi ha yagua hasy gui,
|
|
|
|
yakyhy’ye magmavaité ara pochy gui.
|
|
|
|
|
Vyro rei ko’ava ko kyhy’ye,
|
|
|
|
sa’i reí ko’a mba’é,
|
|
|
|
kyhy’ye tuichaveva yayuhúne,
|
|
|
|
kyhyye tuichaveva ko oimé,
|
|
|
|
ha ha’éva kyhy’ye oñondivé.
|
|
|
|
|
Yaky’ye oyohegui kuera,
|
|
|
|
yakyhy’ye oyoapytépe kuera.
|
|
|
|
Yakyhy’ye ñañe’e haguá,
|
|
|
|
yakyhy’ye ñañe mbyaty haguá,
|
|
|
|
yakyhy’ye ha’e haguá añeteguá.
|
|
|
|
|
Lucrecio okyhy’ye oñemoí vaí
|
|
|
|
ramo guará ichupe.
|
|
|
|
Ruperto okyhy’ye oye yaguáreá
|
|
|
|
ramo guará hesé.
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|
|
Crecencio okyhy’ye oyeity
|
|
|
|
ramo guara ichupé,
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|
|
|
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|
Che aguerokyhy’ye clie reté.
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|
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|
Nde ntereipotái oñe tíembosarái nderehé.
|
|
|
|
Ha’e kuera oguerokyhy’ye hekové.
|
|
|
|
|
Kyhy’ye, Kyliy’ye, Kyliy’ye:
|
|
|
|
mba’éichapa opárupi reimé.
|
|
|
|
|
Ha’e kuera omongué ñande apytépe kyhy’ye,
|
|
|
|
o ñapytíva ñande py, ñande po, ñañe ñe’e,
|
|
|
|
ha upei ku opuká ñande rehé.
|
|
|
|
|
Mba’éicha rupípa hetaité ko kyliy’ye?
|
|
|
|
oimépa ñalia’a lane añoité?
|
|
|
|
Ñande ykérepa ndapipori pehengué?
|
|
|
|
Ñandeyarapa ndaipori ñande pype?
|
|
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|
Ha’e he’í va’ekue: «NI PEKYHY’YE»
|
|
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|
(Del periódico Sendero,
27 de setiembre al 11 de octubre de 1974)
YA KU’EKE RYKE’Y
|
|
Chokokue ra’y mayma, ñande py’a niko hory,
|
|
|
|
yavy’a yapukavy, ñama’e ramo oyuehe,
|
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|
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ñañandúre imbarete ñane ame mborayhu,
|
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|
hi’a ko tape pyaliu vokóinte ñaroguahe.
|
|
|
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|
Ryke’y ha ryvy kuéra, ñapu’a yasapukái,
|
|
|
|
ñambo viva Paraguay, yavy’a ha yayuayhu;
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|
|
ku ka’aguy yaiguyru, oyoykére yahapa,
|
|
|
|
tahoky yuayhu pora, taipoty, tahy’akuavu.
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|
|
|
|
Ñandekuéra chokokue, ndaha’éi yapoheiha,
|
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|
|
ñane ñe’ame hesaka Ñandeyára ñe’engue;
|
|
|
|
ate’y ha kyhyye mombyrýma opyta,
|
|
|
|
oyuayúmagui oyuehe, pyapy, corazo ha aka.
|
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|
|
Nandekuéra chokokue tapia yaiko asy,
|
|
|
|
mboriahu ha mba’asy ñande retérehe okaru,
|
|
|
|
peína hasýpe yayu yaipykúi ypy tape,
|
|
|
|
ñande rayhúgui Tupa, ñandéve oheya va’ekue.
|
|
|
|
|
Guarani ra’y añete ohay’hu va’era heta
|
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|
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aniangáke yaheya pytagua oñembohory,
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|
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ha’ekuéra ñande yvy kuatiáre oyoguapa,
|
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ha chokokue ra’y tee, yvy yre yapyta.
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Karai, tera sykuéra, ha oiméva mita pyahu,
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maymavaitéke yayuayu ñane mbarete hagua,
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yaku’éke lo mita, ñanhendúke oñoñe’e,
|
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|
|
iporamante yake, kokuegua tyre’y eta.
|
|
|
|
(De Sendero, N.º 125 del 26-V- al 9-V-1978)
CÁNTICOS PARA LA FIESTA DE KAAKUPE TORYPAPE JAKOI
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Torypape jakoi, tiaguahé ha javya
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ñandejara Jesucristo jaropurahei haguá
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Haéco ñañe renoiva jaico haguá oñondivé
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|
|
ha juachu porá vyápe ñañoputyvo mbaité.
|
|
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|
Iñeeme Ñandejara ohesapé ñañe ñea
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|
|
|
jaikuaaá haguá tapé jaipycui vaerá ha.
|
|
|
|
ORE PORIAHU VEREKO
|
|
Ore poriahuvereko Ñandejara.
|
|
|
|
|
Ore poriahuvereko Ñandejara.
|
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|
|
|
Ore poriahuvereko, Jesucristo.
|
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|
|
|
Ore poriahuvereko, Jesucristo.
|
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|
Ore poriahuvereko, Ñandejara.
|
|
|
|
|
Ore poriahuvereko, Ñandejara.
|
|
|
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LA LLUVIA EN EL TEJADO
|
|
Para mí la lluvia en el tejado
|
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|
es una canción de cuna,
|
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|
pero el pobre que es mi hermano,
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|
para él la lluvia es fría, va filtrándose en el rancho
|
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|
llena de barro su hogar.
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|
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|
|
Para mí el viento en noche fría
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|
|
es nocturna melodía,
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|
|
pero el pobre que es mi hermano
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|
|
oye el viento con angustia
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|
porque se filtra en el rancho,
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|
|
llena de llanto su hogar.
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|
Cómo puedo vivir tan sosegado
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|
si en el día que pasó,
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|
mi amor le mezquiné.
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|
Cómo puedo ser feliz,
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|
si al pobre que es mi hermano,
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|
|
le cerré el corazón
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|
y el consuelo le negué.
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|
VIVIR ES AMAR Y LUCHAR
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|
Vivir en paz no puedes si no hay libertad,
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vivir feliz no debes si no hay verdad.
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Seguir viviendo en el mundo actual
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implica luchar por cambiar.
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Luchar porque haya justicia y paz
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|
porque haya más igualdad.
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|
Amar, amar, sólo hay que aprender a amar,
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|
y por amor debes defender la verdad.
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Verdad del hombre que explotado es
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como un vil animal.
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Verdad del niño que sin culpa va
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temblando en la oscuridad.
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Llorar no fue nunca jamás solución.
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Gritar, hablar no es más que el tiempo perder.
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La luz de muchos te ha de alumbrar
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en tu camino a tomar.
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La fe tu mejor aliada será:
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fe en la victoria final.
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CANCIÓN DE PAZ
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Voy por el mundo sembrando la paz,
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llevo a los hombres un canto de amor.
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Amor de hermanos sin odio y rencor.
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Amor que traiga al mundo la paz.
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Se oye en la noche un grito sin fin,
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vienen llorando pidiendo la paz.
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Dolor de hombres que mueren sin más.
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Por qué la guerra, por qué la ambición.
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Dicen algunos, vivimos en PAZ,
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pero en el pueblo se da la OPRESIÓN.
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La paz que oprime si no hay libertad,
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silencio y muerte, la paz del temor.
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LA, LA, LA, LA, LA, LA, LA, LA, LA (bis).
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Yo gritaré no queremos esa PAZ.
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VAMOS A VENCER
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Vamos a vencer (ter)
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al fin, al fin.
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SIENTO EN MI CORAZÓN
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SEGURIDAD
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DE QUE VAMOS A VENCER
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AL FIN.
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Todo el mundo unido (ter)
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al fin, al fin.
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Démonos las manos (ter)
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al fin, al fin.
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No tendremos miedo (ter)
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al fin, al fin.
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Llegará la paz (ter)
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al fin, al fin.
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Dios está aquí (ter)
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al fin, al fin.
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FOOTBALISMO
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Está bien que se den coces
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a la pelota en las canchas
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y que el pueblo se divierta
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y se respingue a sus anchas.
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Mas no llegue a la obsesión
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de olvidar toda tarea,
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y que para nuestros males
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el foot-ball es panacea.
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Si con la misma fruición
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con que se juega un partido
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se extrajese de la tierra
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su gran tesoro escondido;
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si con entusiasmo igual
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se hablase de economía
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para oponer fuertes diques
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a nuestra eterna sangría.
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Otra fuera nuestra suerte
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en este gran remolino,
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y veríamos más claro
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los zarzales del camino.
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La obsesión del footbalismo
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no es un asunto local;
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ha atrapado al orbe mismo
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y es un delirio mundial.
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Marzo de 1937.
R. Cienfuegos (Revista Notas, Asunción, Paraguay)
COLOFÓN
Nuestro pueblo es un pueblo magnífico. Su resistencia a los sufrimientos ha sido todas las veces sorprendente. Los terribles altibajos de su historia no le han mellado en lo más mínimo.
Dos guerras internacionales, incontables pugnas armadas, prohibiciones interminables, clima de no decaída sospechas, el perenne ir y venir como por un callejón sin salidas que es como decir sin esperanzas. La permanente furia de los pequeños dioses del país y del tiempo. El tiempo mismo como una increíble gabela.
En este ambiente, pues, los poetas, nacieron, persistieron y murieron. Flores no apacentados en la paz de los días. Los días, temibles caballos del apocalipsis.
Así los poetas se acostumbraron a sentir y a callarse. A callar y a ocultarse. A mal vivir y a no reconocerse.
¡Pobres mortales!
Ocultaban sus vidas. Ocultaban sus voces. Enterraban sus cantos.
Yo les he ido a golpear en sus puertas, a intranquilizarles en sus casas. Quise que se hiciesen ver, quise que me hablaran bien.
Muchos se mostraron parcos, otros se ocultaron prestos. A lo lejos, los que fingida o abiertamente colaboran para hacer florecer el silencio, se mostraban escépticos, con la pilla sonrisa de los envidiosos. ¡Ellos los más, cientos los menos!
Pero aún así.
Éste es un pueblo magnífico. Un pueblo lleno de rumores ocultos y de temibles clamores terrestres. Hijo del bosque y de la tierra, tañedor de la piedra, cernidor de la are na. Voz de sus muy numerosos y numerosos ríos.
Un pueblo lleno de poetas sin suertes, es decir, de poetas oscuros.
ENVÍO: Dejad que tengan voces. Dejad que tengan vidas. Que vayan derivando por todos los caminos, de pueblo en pueblo yendo, de puerta en puerta dando mensajes y verdades.
Que ya no oculten nada de toda su poesía.
Que marchen paralelas Libertad y Poesía. País-Poeta-Pueblo: ¡una sola persona!
FUENTE: EL TRINO SOTERRADO. PARAGUAY : APROXIMACIÓN AL ITINERARIO DE SU POESÍA SOCIAL. TOMO II AUTOR: LUIS MARÍA MARTÍNEZ EDICIÓN DIGITAL: ALICANTE : BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES, 2002 N. SOBRE EDICIÓN ORIGINAL: EDICIÓN DIGITAL BASADA EN LA DE ASUNCIÓN (PARAGUAY), EDICIONES INTENTO, [1986].
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