En el año 1985, leí el primer libro de Méndez Fleitas, - Bajo la Arboleda - y encontré un poema que había gustado mucho, traté de darle la música adecuada y creo haberla logrado bastante rápido. Pasó el tiempo y un día lo invité a su hijo Bernardino en casa y le hice escuchar, aceptó la música de inmediato y me hizo un comentario que la misma letra le había gustado también a Luis Alberto del Paraná, incluso le había pedido para musicalizarla, pero que nunca más escuchó nada al respecto, así que adelante me dijo, en Buenos Aires le conté la historia a Epifanito y le causó mucha alegría, luego la grabamos.