La poesía es un don de Dios; nace con uno y se desborda después. Este constante temblor que sugiere sentimientos y belleza, se convierte en una manera de vivir.
Escribir poemas conlleva una ardua tarea de aprendizaje y el ejercicio de indagar secretos en el alma y en la vida, apartándolos con una pinza de cristal.
Lograr que la poesía haga nupcias con ellos, es poseer una virtud especial. Yo apenas intento esbozar versos en homenaje a ella. Y he de morir en este oficio que me permite ahondar la belleza en el dolor y en el gozo, en un instante que se torna perpetuo.
Desgajos son exaltaciones que escogí de mis delirios, así como, advertencias, son reflexiones de mi quietud. Y los otros, lágrimas que, seductoramente, las cubre mi amiga María, con su mantellina de flores. (Se refiere al oleo de María Mercedes Edwards, que ilustra la tapa)
MARÍA DEL CARMEN PAIVA : Nació en Asunción, en 1942. Aparece en varias antologías, revistas y periódicos, así como en libros nacionales y extranjeros dedicados a la poesía en el Paraguay. Sus textos fueron revisados e incluidos en la Biblioteca Virtual Cervantes de Valencia, España.